O7
Cuando las pizzas llegaron, comenzaron a repartirse los pedazos con rapidez, como si no hubieran comido en días.
Cuando todos tuvieron sus pedazos, fue Taehyung quien decidió hablar.
—Y bien, ¿qué venías a contarnos?
—Tengo muchas cosas para contar, ¿con cuál quieres empezar?
—Dinos todo lo que sepas de Jungkook, por favor.
Seulgi mordió su pedazo de pizza, y se recostó en la silla.
Puso expresión pensativa, y comenzó a pensar mientras terminaba de comer.
—Jeon Jungkook, veintiún años, nacido en Daegu, pero criado aquí en Seúl, tiene un hermano pequeño que vive junto a su madre a las afueras de la ciudad. Es el líder de Lost, una pandilla que cuenta con... —se quedó un momento en silencio, contando mentalmente —quince miembros, cinco importantes y el resto solo está para defenderlos.
Mientras Seulgi hablaba, el resto la escuchaba con atención, y Namjoon iba tomando nota de todo lo que la chica iba diciendo.
Los chicos parecían asombrados por la cantidad de datos que manejaba en su mente Seulgi, y la capacidad para recordar cosas.
—Un patrón repetitivo en Jungkook es que no suele atacar lugares llenos de gente, prefiere atacar cuando los lugares están solitarios, sin gente "inocente", por llamarlos de alguna manera —hizo comillas con sus dedos. —Por eso –la mayoría de veces– sus ataques no dejan muertos o heridos.
—Sí, yo también me había dado cuenta de eso —Taehyung apoyó su mano en su barbilla. —Mencionaste que Jungkook tiene familia, ¿sabes más de eso?
—En este momento solo sé de ellos lo que conté, pero puedo averiguar sus nombres y el lugar donde viven.
—Perfecto, lo necesitaría —Taehyung sonrió de lado, dándole un mordisco a su pizza.
—¿Qué planeas hacerles? —Jimin preguntó, con curiosidad —¿Vas a matarlos?
—No, matarlos no. Pero estar cerca de ellos es una buena manera de asustar a Jungkook, incluso podríamos manipularlo con la excusa de que si no nos obedece podemos matarlos —respondió, mirando a todas las personas a su alrededor.
—Pero ellos pueden buscar nuestra información, y podrían hacernos lo mismo —Yoongi se mantenía pensativo —, si me amenazaran con mi familia, pensaría más de dos veces lo que haría.
—La información de todos ustedes solamente la tengo yo, es difícil encontrarla para el resto —Seulgi respondió. —Recuerden que quien los protege de la policía soy yo, yo misma manejo la información de ustedes y borro datos. Ustedes, y sus familias, son casi imposibles de localizar.
—Es verdad, por eso a mi se me hace muchísimo más fácil traficar drogas o armas, porque nadie tiene mi información —Namjoon miró a Seulgi. —Créanme, Seulgi es la mejor de las mejores, nunca encontrarán a alguien que se le iguale en lo que hace, como tampoco encontrarán a un hacker mejor que yo, aunque eso lo saben.
—Los halagos no son necesarios, Namjoon —Seulgi le sonrió —, pero no teman por sus familias, nada les pasará, y si las cosas se les complica puedo mandar a policías a vigilar a las casas de sus familiares, así que no se preocupen.
Taehyung terminó su pizza y comenzó a pensar en sus siguientes movimientos, gracias a la información que le había brindado Seulgi.
—¿No sabes nada más de él? —preguntó Yoongi. —Algún pequeño dato, por más estúpido que parezca.
—Además de que es fanático de la marca Gucci, y que tiene un rostro bastante bonito, no. No sé nada más.
—¿Un rostro bonito? —Jimin preguntó. —Pero si ese idiota es el más feo que he visto en mi vida, parece fácilmente un cuadro de Picasso.
—Jimin —Taehyung lo regañó —, no hables así de las personas, no es necesario.
Todos en la mesa lo miraron con sorpresa, Seulgi fue la única que relajó su rostro y sonrió de lado, mirando fijamente a Taehyung como si supiera todos los secretos del mayor.
—Jimin, golpéame —Yoongi estiró su brazo hacia el mayor. —No puedo creer que lo que dijo Taehyung sea verdad, de seguro esto es un sueño.
Jimin golpeó suavemente el brazo del mayor, como se lo había pedido.
—Me temo que no es un sueño —Namjoon acomodó sus gafas. —Taehyung acaba de defender a Jungkook.
—No —se excusó —, solo le dije que no hablara mal de las personas.
—Pero ayer estábamos hablando de lo ridículo que se veía Yoongi con la sudadera de galletas y no dijiste nada al respecto, incluso te reíste —Jimin atacó. —Nunca habías dicho algo así, así que admite que lo estás defendiendo.
—No me veo ridículo con mi sudadera favorita, me veo muy bien.
—Ese no es el punto, Yoongi —Taehyung lo detuvo. —No estoy defendiendo a Jungkook, ¿por qué defendería a un imbécil como él?
Sonaba rudo, con una pizca de enojo en su tono de voz. Su mirada se volvía más penetrante a la vez que hablaba y miraba a cada uno de sus acompañantes. Dejaba fluir su molestia por su garganta y salir por su boca, como si de fuego se tratase.
Seulgi era la más divertida con la situación.
—Kim Taehyung, cuando te enojas eres exactamente como tu madre —la atención fue dirigida a la única chica del lugar. —Taeha tenía su carácter, es una mujer fuerte y valiente. Tiene toda mi admiración.
—Eso significa que verdaderamente sabes todo de todos nosotros —Taehyung le respondió —¿Tuviste que buscar mucho para encontrarla?
—Un poco, la verdad. Ella era más conocida en Japón que aquí en Corea —respondió —, pero después de buscar y buscar conseguí dar con noticias antiguas de ella, y vi que era tu madre. En realidad, primero supe de ella y de todas las cosas que había hecho, solo ayer me enteré que ella era tu madre.
—No mucha gente lo sabe, intentamos mantener en secreto a nuestra familia por lo mismo que hablábamos antes. No queremos que algo les pase por nuestra culpa, ellos son nuestro mayor tesoro.
—Tranquilo, tampoco pretendo ir por la vida gritando que conozco al hijo de Kim Taeha. Es algo que por muchas obvias razones prefiero mantener en silencio, guardado solo para mi.
El teléfono de Seulgi sonó, y la chica se levantó de la mesa y se alejó unos metros mientras atendía la llamada.
—Les dije que era sorprendente —Namjoon sonrió.
—Y aterradora, sabe tantas cosas que llega a dar miedo —Jimin se estremeció.
—No sean exagerados, es alguien seria y comprometida con su trabajo, además de amable.
—Chicos, me debo ir —Seulgi se acercó a la mesa. —Los imbéciles soltaron más información sobre Jungkook y sus bobos, debo ir para interrogarlos más. Los vendré a ver cuando tenga información concreta y no un par de palabras entrecortadas.
La chica se alejó, escuchando las despedidas de los chicos a su espalda.
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