O6

—El pedido ya llegó.

Jimin dejó las cajas frente al escritorio de Taehyung.

—Avísale a Nam, es él quien se encarga de la droga.

—Nam no está por ningún lado, ya lo busqué.

Taehyung levantó una ceja.

—¿Cómo que no está?

—No está, Yoongi tampoco sabe donde mierda se metió.

—Genial —el mayor rodó los ojos —, se desaparece cuando más lo necesitamos.

—Debe estar teniendo sexo con alguien en algún lugar de la ciudad, es lo más lógico.

—Mientras no esté haciendo daño, todo está bien.

Jimin rió, sentándose en el sofá.

Siguieron conversando sobre temas que no incluían a Nam, o las drogas.

Jimin le explicaba a Taehyung algunas ideas que tenía en mente para defender el refugio, como también algunas armas nuevas que necesitaría.

Taehyung lo escuchaba atentamente, hasta que Yoongi entró rápidamente a la oficina.

—Tienen que venir a ver esto, ahora —los chicos se miraron confundidos, antes de salir de la oficina, siguiendo a Yoongi.

En la puerta del refugio se encontraba Namjoon, hablando con una chica.

Ambos giraron la cabeza al mismo tiempo, mirando al resto de la pandilla.

—Chicos, que bueno que están aquí —Namjoon sonrió —, les presento a Seulgi, mi contacto con la policía.

La chica movió la cabeza en forma de saludo, mostrando una media sonrisa.

Los tres chicos estaban sorprendidos, mirando a Namjoon y a la chica.

—Vino a explicarnos la información que tiene sobre Lost, con cada detalle, y las manera de vencerlos que tenemos.

Taehyung sonrió.

—Bienvenida al refugio de Cypher, Seulgi. Soy Taehyung, el líder de la pandilla —se presentó con amabilidad, después de todo aquella chica los ayudaba bastante con los asuntos policiales.

—Soy Jimin, un gusto —hizo una pequeña reverencia.

—Soy Yoongi, el más apuesto de todos estos chicos, como verás —la chica rió, negando con la cabeza.

—Muy bien, nosotros somos la pandilla en sí, el resto de personas aparecen cuando necesitamos hacer cosas más grandes como robar o atacar algún lugar —Namjoon comenzó a explicar. —Como ya lo dijo, Taehyung es el líder, Jimin y Yoongi se encargan de las armas y la seguridad de todos nosotros y del refugio. Y yo soy el hacker, como ya te había contado.

—Un gusto conocerlos a todos, y gracias por dejarme ser parte —Seulgi sonrió. —Ahora estaré viniendo personalmente a dar información o cosas así, ya que es bastante peligroso hablar todo por teléfono. No es por alardear, pero conmigo como apoyo será muchísimo más fácil que logren capturar a Lost, o mandarlos a la cárcel, depende de lo que deseen.

—Seulgi es una persona de confiar, en todos nuestros años de amistad nunca me ha engañado o mentido en algo, y mucho menos me ha traicionado. Por eso mismo confío en ella, y la traje para presentarla.

Taehyung asintió antes de hablar.

—Muy bien, me parece perfecto —desvió su vista hacia Namjoon. —Por cierto, Nam, el pedido ya llegó, está en mi oficina. ¿Podrías revisarlo y comenzar a organizarlo? Sabes que no me gusta tener esas cosas en frente de mi.

—Sí, voy de inmediato. Seulgi, siéntete como en casa, chicos, no molesten a Seulgi —Namjoon le sonrió por última vez antes de alejarse junto a Taehyung hacia la oficina.

Cuando los chicos desaparecieron, Seulgi miró seriamente a ambos chicos que estaban a unos metros de ella, casi de manera acusatoria. Ambos chicos comenzaron a ponerse nerviosos, como si fueran culpables de algo.

Seulgi rió, y ambos chicos se miraron sin entender.

—Se ponen demasiado nerviosos con rapidez —explicó. —Si algún policía los interrogaran los tomarían detenidos de inmediato por todo el nerviosismo que demuestran. Recuerden que deben mantenerse seguros y serios, no demostrar ninguna emoción negativa. Y tienen que saber persuadir a la gente, engañarla de manera sutil y hacerlos cambiar de opinión para gusto suyo, es la única manera de lograr salvarte de los policías y sus tontos interrogatorios.

La chica les guiñó un ojo antes de comenzar a caminar por el refugio, observando todo el lugar, tratando de memorizarlo y poder ubicarse en ese lugar.

Caminó hasta el sofá y se dejó caer en él, revisando una caja de pizza que había en la mesa de centro. Suspiró al ver que estaba vacía, pues a cada segundo que pasaba sentía más hambre.

—Pediremos pizza más tarde para cenar, ¿Te quedarás, verdad? —preguntó Jimin, acercándose a ella.

—Claro, ustedes y yo tenemos muchísimas cosas de que hablar. Sobre todo porque yo debo informarles de todas las cosas que sé sobre Lost, y ustedes contarme lo que saben y planean hacer, así estamos todos informados.

—¿Cuanta información manejas tú? —Yoongi también se acercó, bastante curioso de las palabras de la chica.

—Toda, la información que pidas sobre alguna persona o algún lugar te la daré, no de inmediato, pero la conseguiré. Se podría decir que tengo ojos y oídos en todo el país.

—¿Qué sabes de mi?

—Min Yoongi, veintiséis años, naciste en Daegu y te mudaste a Seúl hace cinco años, no tienes hermanos ni familiares de tu edad, toda tu familia está en Daegu. Conociste a Taehyung en tu peor momento económico, y como él te ayudó tú decidiste unirte a su equipo, y ahora ambos son mejores amigos.

Yoongi la miró sorprendida, casi sin creer lo que oía.

—Muchas de esas cosas nadie las sabe, ¿cómo lograste saberlas tú? —preguntó, con sorpresa y algo de miedo.

—Te lo dije, lo sé absolutamente todo.

—¿Y sobre mí? —reguntó Jimin, entusiasmado con las capacidades de Seulgi.

—Park Jimin, veintitrés años, nacido en Busan, pero criado aquí en Seúl, no tienes hermanos menores, pero sí uno mayor que tú por cuatro años. Conociste a Taehyung cuando te vio en una pelea callejera donde estabas tú contra tres chicos más, y lograste vencerlos.

—Detente, me das miedo —Yoongi tembló. —¿Segura que no eres una psicópata? Sabes mucho de ambos, ni siquiera yo sabía que Jimin tenía un hermano mayor.

—Y yo tampoco sabía que Taehyung te ayudó cuando tuviste problemas económicos.

—No soy psicópata, lo que pasa es que los investigué antes de venir aquí. Algunas cosas las conseguí gracias a que soy policía, y otras cosas las sé gracias a mis contactos.

—Si sabes todo eso sobre nosotros, significa que sabes información sobre Jungkook, ¿no es así? —la chica asintió como respuesta. —¿Y qué esperas para contarnos lo que sabes?

—Espero la cena, mis conocimientos no son gratis —explicó, con su característica sonrisa. —Yo no hago el trabajo gratis, yo cobro mucho por él.

—¿Cuánto es lo que pides? —preguntó Yoongi, sintiendo un poco de desconfianza.

—Para ustedes, les cobraré un pizza entera y un sofá más cómodo donde sentarme —puso su mano en su barbilla, de manera pensativa —, y un par de zapatos nuevos, que mis preferidos se mancharon de sangre hace unos días.

Ninguno de los chicos se atrevió a preguntar sobre lo que le había pasado a Seulgi y sus zapatos hace unos días.

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