O4

—¿Estás bien?

—Perfectamente.

Le dio otro golpe al saco de boxeo, más fuerte que el anterior.

—¿No estás enojado?

—Claro que no.

Volvió a golpear, dos veces seguidas.

—No te creo, nunca te había visto golpear con tanta fuerza.

—Déjalo —Seokjin habló —, lo vas a enojar más de lo que está.

—¡Que no estoy enojado, estúpidos!

Jungkook golpeó con tanta fuerza y tantas veces seguidas el saco, hasta que se cansó, soltando pequeños gruñidos de vez en cuando.

Cuando se detuvo, respiró con fuerza, intentando calmarse.

Hoseok lo miraba sorprendido, Seokjin lo miraba con naturalidad.

—Bien, quizás si estaba un poco molesto.

—¿Un poco? Yo diría que bastante. Nunca golpeas así de fuerte.

—Seguramente alguno de sus planes no salió como el esperaba —Seokjin sonrió de lado. —Cuéntanos, Jungkook, ¿lograste tener sexo con alguien anoche? O mejor aún, ¿Lograste tener sexo con Taehyung anoche?

—¡Cállate, imbécil! —Jungkook empujó a Seokjin, quién se reía fuertemente. —¡No sabes de lo que hablas!

—No, no sé, ¿quieres enseñarme tú? —el mayor sonreía desde el suelo.

—Jin, no lo provoques.

—Yo no estoy haciendo nada —se excusó —, solo le estoy diciendo que me enseñe.

—¡Vete al infierno! —Jungkook se alejó de ambos, entrando en su oficina.

Seokjin volvió a reír, levantándose del suelo.

—¿Por qué lo molestas tanto? —Hoseok le preguntó curioso.

—Es gracioso verlo enojado, ¿no lo crees?, parece un niño pequeño.

—¿Y por qué nombraste a Taehyung?

—Porque lo odia, y eso hace más fácil enojarlo y molestarlo.

—Eres malvado.

—Gracias, pequeño.

Cerró la puerta de un portazo.

¿Por qué Seokjin amaba molestarlo con Taehyung?

Algo que Jungkook no sabía.

Se tiró al sofá, sin ganas de nada.

Mentir era cansador.

Bastante en realidad.

Su teléfono sonó, llamando su atención.

Lo sacó del bolsillo y contestó la llamada.

—¿Si?

—Jungkook, hijo, ¿cómo estás?

Se sentó, bastante sorprendido por la llamada.

—Hola, mamá —respondió. —Yo estoy bien, ¿cómo están ustedes?

—Estamos bien, extrañándote mucho.

Jungkook hizo una mueca.

—Prometo que los visitaré luego, a penas tenga tiempo libre.

—Jungkook, sigo pensando que deberías dejar todo eso, es muy peligroso.

—Ya lo hablamos, mamá, no quiero volver a tocar el tema.

—Pero yo no quiero que mueras.

—Y no moriré, debes creerme, estaré bien.

—Jungkook...

—Mañana iré a verlos, ¿te parece bien? —dijo, cambiando el tema de conversación.

Su madre suspiró antes de contestar.

—Bien, Minsu estará feliz de verte.

—¿Como está?, ¿le va bien en clases?

—Es inteligente, al igual que tú. Te extraña mucho, siempre me está preguntando cuándo vendrás a visitarnos, te ha hecho algunos dibujos que te quiere regalar.

—No le cuentes que iré, deja que sea una sorpresa.

—Bien, no le contaré.

—Gracias.

Hubo un pequeño silencio.

—¿De verdad vendrás mañana?

—Claro que sí, lo prometo, incluso me quedaré a dormir con ustedes. Puedo hacer una pijamada con Minsu, compraré algunas golosinas y veremos algunas películas o jugaremos vídeo juegos.

—Estará tan feliz de estar contigo —la voz de su madre se escuchaba entrecortada, como si estuviera aguantando el llanto. —Te quiero mucho hijo, no lo olvides nunca.

—Yo también te quiero mucho, a ti y a Minsu. Son lo único que me queda en esta vida.

—Cuídate mucho.

—Tu también mamá, te quiero.

Cortó la llamada, sosteniendo el teléfono con fuerza.

Hacía tanto tiempo que no visitaba a su familia.

Se había centrado tanto últimamente en salir adelante con su pandilla que había dejado de lado a su familia.
Se sentía como la mierda.

Tocaron la puerta, y se levantó a abrirla.

—Con los chicos saldremos a comprar helados, ¿quieres venir con nosotros? —Hoseok lo miraba, con una sonrisa de emoción en el rostro.

—No creo, prefiero quedarme aquí para descansar.

—Si lo dices por Jin, él dijo que ya no te volverá a molestar.

—No es por eso —respondió. —Vayan ustedes y disfruten, a mi déjenme aquí.

—Ya se puso como un abuelito —Suran apareció por el pasillo, llegando hasta los chicos. —Saldrás con nosotros, ahora, así que ve a buscar algo de dinero y ya.

—¿Desde cuándo me das órdenes tú?

—Desde que te transformaste en un amargado.

Suran y Hoseok rieron, haciendo que Jungkook también riera.

Todo era diversión, hasta que cuatro personas entraron en la heladería donde estaban.

—Oh, ¿es enserio? —Hosoek preguntó con molestia.

—Calma, mientras no nos vean todo está bien.

—Nos quieren provocar, por eso vinieron aquí —Suran hizo una mueca.

—¿Como se supone que sabrían que estamos aquí?

Los tres se callaron ante la pregunta de Jungkook.

—Mierda, Jimin está mirando hacia acá —Hoseok avisó al resto.

—Si se acercan, los golpearé.

—Nadie atacará a nadie —Jungkook lo calmó. —Actúen como personas normales, no como salvajes.

Suran llevó una mano a su pecho, sintiéndose algo herida por el comentario, pero recuperó su postura casi de inmediato.

La pandilla rival se sentó en una mesa lo más alejados de ellos.

—¿Ven? Ni siquiera se acercaron a causar problemas, y si ellos no se acercan, nosotros tampoco lo haremos, nos mantendremos alejados y calmados.

—Tengo tantas ganas de golpear el luminoso rostro de Taehyung, y verlo manchado de sangre.

—Suran, cállate. Esos comentarios no vienen al caso.

—¿Lo estás defendiendo?

—Claro que no, solo te estoy pidiendo que no hagas esos comentarios ahora.

—No puedo creerlo, Jungkook, lo estás defendiendo.

—Que no.

—Que sí.

—Hey, paren, nos están mirando raro.

—¿De que lado estás, Jungkook?

—Obviamente del lado de Lost, por eso sigo aquí.

—Hay momentos en que lo dudo bastante —Suran rodó los ojos.

—¿Disculpa?

—Lo que oíste, hay momentos donde parece que estás más preocupados por ellos que por nosotros.

—Claro que me preocupan ellos, necesito saber sus movimientos para saber si nos atacarán o no.

—Sí, pero a veces te preocupas demasiado por ellos —Suran enfatizó. —O mejor dicho, te preocupas demasiado por uno de ellos.

—Taehyung es el líder, él planea todo, es normal que me preocupe por sus movimientos. No por eso significa que quiera ser parte de la otra pandilla, o que quisiera ser más cercano a Taehyung.

Suran se recostó en la silla, con una mueca de sorpresa.

—Yo no me refería a Taehyung, tu solito lo nombraste.

Jungkook se levantó, bastante molesto.

Llamando la atención de la otra pandilla.

—Yo no te tengo que dar explicaciones, ni a ti ni a nadie.

—Ahora vete como cobarde en vez de enfrentarme.

Solo bastó ese comentario para que Jungkook se molestara.

Tomó su helado, y lo estampó contra la cara de la chica.

—No los quiero volver a ver hoy, tómense el día libre —Jungkook atravesó la heladería, y salió bastante rápido, con las palabras de Suran rondando por su cabeza.

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