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──¿Te encuentras mejor?.── Preguntó George teniendo sus delgados brazos alrededor del pecho del estadounidense que le brindaba cobijo.
──Si... Me encuentro ciertamente mejor, un poco acelerado pero en órden, por desgracia no me voy de éste mundo.── Comentó con cierta gracia en lo último teniendo entre sus brazos al más alto mientras acariciaba su cabello oscuro.
Ante aquellas palabras dichas por su acompañante, George pudo soltar un suspiro sumamente aliviado al saber que se encontraba bien y se pudo acomodar mejor teniendo una de sus piernas en medio de las del otro.
Lo menos que quería era ocasionarle un problema al mayor y que se asustara al sentir los latidos de su corazón acelerados por la adrenalina y calor asfixiante del momento, en ese aspecto se había vuelto sumamente cuidadoso y le preguntaba con recurrencia si estaba bien, si sentía que podría sufrir un infarto aunque suene exagerado le asustaba bastante aquello.
Su llamado a la calma era sentir el tacto de las yemas de los dedos del hombre de ojos claros en sus mejillas tras acariciar su cabello, ese pequeño hombre sabía cuándo se encontraba ensimismado en algo, preocupado, molesto, pensativo o contento, aunque lo último no era algo que ocultara mucho al respecto, pero el punto era que el otro podía llegar a leerlo como un libro abierto.
Alzó su mirada dando con esa mirada agotada que parecía no desvanecerse pese a dormir un poco más ahora, pero ahí lo estaba mirando y le transmitía algo que no podía definir, parecía querer decirle con eso nada más que lo amaba, que lo quería a su lado y que nunca jamás se fuera.
Inclinó su rostro para poder besar sus mejillas rozando su nariz contra su suave piel.
──No tienes ni la más mínima idea de la paz que me traes.── Susurró besando también con delicadeza la mejilla de George teniendo una pequeña sonrisa.
──Espero poder alegrarte lo más que puedas, mírate, ya no luces tan gruñón como antes.── Comentó con una risa apoyando su codo derecho en la cama para poder elevarse un poco. ──Eres muy hermoso, Bob, enserio que lo eres.──
──¿Te encanta halagarme? Creo que si, eres muy lindo, pero creo que sabes que lo eres, maldito colmilludo adorable y terco.── Picó su nariz con diversión antes de tirarse básicamente encima del británico para comenzar a besar su rostro y cuello entre risas divertida y cosquillas.
Esos pequeños momentos en dónde Bob le otorgaba su amor y cariño hacía que el británico sintiera que el que sufriría un infarto sería él, su atención y besos en su pálida piel sumado alguna que otra mordida para arrebatarle una risa era lo que llenaba de vida aquel frío lugar, escucharlo reír genuinamente hacía que su pecho se calentara, lo inundaba una paz y alegría inmensa que desearía poder expresarlo mejor si es que podía pero era tan difícil, el amor era un sentimiento tan difícil que parecía que no habría forma de escribir con palabras lo que el otro le hacía sentir.
──Te amo... Te amo de verdad.──
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