Zona: Entrenamiento básico.
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Una vez acepté al viejo como mi maestro, pude al fin liberar a Mathías del sótano, él cuál salió llorando y con miedo, me dio unos golpes por encerrarlo y haberle echo eso, pero no me arrepiento en lo absoluto.
Yara: bueno, es momento de comenzar...
Los primeros días fueron ejercicios como lagartijas, sentadillas, saltos de soga, y trotes durante una hora.
Zhang: viejo puedo preguntar porque hacemos esto en vez de aprender la magia como armas!? -Le respondí una vez llegue del trote muy cansado.
El viejo solo hacia sentado leyendo un periódico del quisquilloso, vi como le dio un sorbo a su taza de café y habló.
Yara: quieres volverte fuerte? haz lo que te digo, necesitas aprender lo básico y tener buen estado físico para estar bien criado, una vez cumplas los 7 años te enseñaré lo que tanto ruegas.
Zhang: ¡Pero es mucho tiempo!
Yara: entonces no lo aprenderás nunca, así de simple -Dijo para dar otro sorbo a su taza y siguiera leyendo el periódico.
Zhang: ash... bien, solo porque necesito tener buen estado lo haré -Dije un poco cansado, el viejo con una sonrisa me volvió a responder.
Yara: bien, entonces otra vuelta más al territorio y seguiremos.
Zhang: ¿¡Qué!? pero ya no doy más.
Yara: ¿no dices que quieres volverte fuerte?
Un poco molesto me fui a tomar agua para hacer lo que me decía, después de todo fue un soldado mercenario, iba a ser muy estricto como exigente, y habría que aguantarlo, por suerte con Mathías era un poco más suave, era obvio por ser un enano todavía, pero no ha de tardar en darle el mismo trato que a mí.
Así fue hasta ya cumplir los 5 años, desde ahí, el viejo no me daba órdenes, cada mañana que le preguntaba que íbamos a hacer, el respondía diciendo: "tú ya sabes que hacer, incluso la rutina de tú hermano, muévete si deseas volverte fuerte y no me molestes" Cabe aclarar que aún no sabe que Mathías es adoptado.
Respondía así de serio, a veces fumando, y otras veces bebiendo té y leyendo los periódicos, era como sí no le importáramos, o le importábamos pero no del todo, ya que no nos volvió hablar luego de que ya sabíamos nuestra rutina.
Trotar 2 vueltas a la zona (que no era para nada pequeña) saltar la cuerda 100 veces de 3 sesiones, 50 lagartijas, 40 sentadillas de 3 sesiones, y otros tipos de calentamiento como estiramiento que hacíamos en la sala enorme como casi oscura y vacía.
El tiempo ahí pasó rápido, porque al cumplir los 6 años, el viejo incrementó más nuestro entrenamiento, ahora corriendo más de 10 vueltas al bosque enorme cercano a la zona, que era 18 veces más grande que esta, salíamos de mañana y volvíamos en la tarde o en la noche cuando nos perdíamos mucho, por suerte teníamos mapas que por lo menos se molestó hacerlo para evitar que fuera a nuestro rescate o la palmemos.
Pero lo peor era en la noche, nos hacia bajar una montaña en la cuál puso muchas trampas, por no decir que algunas de estas podían ser letales, y debíamos bajar de esta a toda velocidad antes de las 10, porque sino era el caso, no tendríamos para comer esa noche.
Y el nos decía: "que lo hacía para probar y mejorar nuestros sentidos" Pero para mí era más que nos quería matar, pero dio sus frutos, había crecido muy bien y cada vez se me formaba el pectoral, lo mismo a Mathías él cuál había mejorado como madurado un poco más y ya no lloraba, no tenía miedo y se volvió hasta más rápido que yo pece a solo tener 5 años.
Luego de cumplir mis 7 años, comencé a manifestar mi magia, haciendo crecer plantas con solo tocarlas y purificar agua sucia, estos poderes solo serían temporales, como lo fue con Harry una vez creció y maduro, así pasa con los demás niños magos que crecen. Pero estaba feliz, esto me demostraba que podía volverme más fuerte y había potencial en mí.
Con el pasar de los meses noté también las cicatrices como la marca de la criatura que me atacó, aún seguían, como el rasguño y el aguijón, pero no tan notorios; pero sí estaban vigentes las que me hice cuando corría por el bosque y bajaba por la montaña al chocar contra ramas salidas o lastimarme con las trampas.
Pero no me importaba, porque, esto era parte de crecer, y me gusta un poco, al igual que a Mathías que las ve como algo normal, incluso se alegra al ganar una nueva cicatriz.
Estando ya cerca de cumplir los 8 años, el viejo me vio usando mis poderes mágicos, al igual que practicar con la varita de la mortífaga que maté en el pasado, y al fin... volvió a hablarnos.
Mathías hacia terminando su rutina, y yo practicando con la varita, cuando al fin, el viejo se acercó para hablarnos.
Yara: ya fue suficiente, han superado algunas de mis expectativas, y creo que es hora de enseñarlos a manejar la magia y las armas Muggle que tanto quieren.
Mathías: enserio!? al fin ya era hora viejo ineco.
Zhang: después de todo... sí valió la pena la espera -Le hablé con una sonrisa.
Él nos miró igual y nos hizo seña de que lo siguiéramos, sin decir nada Mathías y yo le hicimos caso, llevándonos a una parte abierta, en donde este usó su varita, apuntando a unas rocas enormes en el centro, estas como compuerta se abrieron en direcciones contrarias, y del suelo, salieron muchas armas, de modelos antiguos como los modernos de ese entonces, tanto Mathías como yo nos quedamos boquiabiertos.
Yara: comencemos con lo básico, una revolver 38 -Dio media vuelta y disparó directo a una taza sucia la cual hacia sobre una pequeña roca que recién me di cuenta, la bala destruyó la taza y agrietó un poco la roca.
Zhang: wow, tienes estilo viejo.
Mathías: eso es lo que menos le va a faltar.
Yara: ahora vamos con algo pesado, que tal... ¡Una escopeta de corrida! -Gritó para agarrar una de esas y nos apuntara, rápido agaché a Mathías para irme con él al suelo, y el viejo disparó aquella arma logrando darle a algo que hacia atrás.
Al voltearnos, vimos a una criatura muerta, no era una nueva o muggle, esta era de la misma especie que nos atacó a Mathías y a mí en el pasado, la cuál hacia en el suelo con la cabeza deformada por las balas.
Yara: para matar a esas mantícoras albinas, necesitas dispararles justo en la cabeza, ya sea en los ojos o en la boca, también puedes darles en los pies pero no te garantizo de que las liquides de la vida, digamos que solo las retrasas, su piel es resistente menos en las patas y en donde estén desprotegidos.
Zhang: interesante, ellas habitan por estos lugares no?
Yara: sí, ofrecen mucho por estas en el mercado negro de los magos, por eso están en peligro de extinción, además que su veneno como ácido ayudan a crear muchas pociones letales prohibidas por el ministerio, por eso cuido mucho este bosque como zona porque me servían y me sirven mucho para lo que hacia de sicario, ya es otra cosa que sean agresivas y justo tú y tu hermano entraran a su territorio, pero ya hay pocas aquí, porque con solo un avada Kedavra te las cargas fácilmente, o con solo un tiro en su boca ya sea con un arma normal o cargada de magia ya las matas.
Zhang: y a qué va todo eso con lo que nos quieres enseñar?
Yara: no es obvio? quiero que tengan y usen sus mejores armas contra sus enemigos y el ya-saben-quien, aunque ya haya cura contra su veneno, su ácido es tan doloroso como manipulable y manejable con el metal para que así; con solo una bala encantada por este, y solo sea enterrada en tu pecho o brazo... sientas algo similar a la maldición Cruciatus.
Zhang: entiendo, nos mostrarás las formas de como mejorar y manejar las armas muggle combinadas con la de los magos, me gusta.
Yara: antes de enseñarlos quiero que vean una demostración -Habló para ir al cadáver de la criatura y con un frasco morado (que servía para almacenar sustancias como elementos fuertes como la lava, el mercurio y el mismo ácido, pueda agarrarlo sin problema alguno) recogió suavemente unas gotas de ácido de la criatura.
Luego con su varita levito el ácido y las balas de la revolver, y con solo decir "mezclatus" el ácido cambio a un color morado verde claro y rodeo a las balas del arma, adquiriendo estas el mismo color verdoso y brillante.
Las metió en el arma, de la cuál salía ahora un pequeño humo verdoso pero apenas notorio, apuntó arriba y gritó:
Yara: ¡A esta la llamo! ¡¡Shooter Cruciatus!! -Disparó del arma, terminado por reír en el acto.
Solo fue cuestión de segundos para que un águila enorme cayera cerca del lugar, la cual agonizaba dolorosamente mientras se veía como en las partes donde impactaron las balas, se volvían más oscuras hasta cubrir partes de su cuerpo, y muriera con los ojos en blanco.
Mathías: viejo, eso fue..... cruel.
Zhang: viejo maldito -Dije con una cara seria, para al final solo sonreír un poco- pero no está mal, tengo que admitir que me gusta esto, no lo que hiciste, pero lo de recrear la maldición Cruciatus por medio de las armas muggle, me gusta.
Yara: solo es el comienzo, en fin, después seguimos, tengo hambre, ayúdenme a quitarle el veneno y las balas a esa cosa y nos servimos un rico pollo a la parrilla.
Zhang: a la orden viejo.
Mathías: que cruel.... -Dijo el pequeño atónito ante lo que vio.
Yara guardó sus armas, no sin antes sacar una pistola de color morado, la cuál brillaba un poco, este solo sonrió para guardársela en su bolsillo de pantalón oscuro.
Yara: lo vez amigo... después de todo sí puedo hacer lo último que quisimos una vez, puedo hacerlo, y con tus nietos jeje... espero y no me arrepienta.
Así comenzó nuestras clases del ex-mago sicario, enseñándonos a usar las armas como mostrándonos trucos y cosas para volverlas más letales con la ayuda de la magia, también nos enseñó defensa contra las artes oscuras, fue difícil al inicio, pero Mathías y yo pudimos lograr aprender a desarmar rápido y realizar otros hechizos básicos fácilmente.
Aún dudaba sí cuando cumpla los 11 me llegará esa maldita carta, la carta que menos deseo que me llegue, ir a esa escuela solo me desviará de mis verdaderos propósitos como fines que tengo, podría aceptarlo sí estuviera en la misma clase que Harry Potter, pero no iba a ser así, yo soy 4 años mayor que Harry, y he de estar en cuarto o quinto curso para eso, y no quiero protegerlo o intervenir en su vida en ese colegio maravilloso, para el cuál no merezco ir, y puede jamás vaya, porque como dije, solo me desviará de mis propósitos para volverme más fuerte.
Solo interferiría cuando llegue el momento, el momento ideal para matar a ese hijo de puta, pero aún falta bastante. De momento solo me concentraré en seguir entrenando para volverme más fuerte.
En el transcurso Yara me llegó a hacer la pregunta, que de donde saqué mi varita. Yo le dije la verdad, después de todo, no quería seguir mintiendo, y puede sienta orgullo o sorpresa al saber que matamos a una mortífaga siendo unos niños chiquitos, o puede y esté decepcionado al saber que se confió y tuvimos ventaja.
Y sí, fue la segunda opción en la que respondió, pero sí me felicitó porque esa varita era de un calibre como poder muy bueno, y es increíble que me haya aceptado después de todo. Pero a Mathías digamos que, aún no le pasaba lo caprichoso y exigía a su propia varita.
Simplemente Yara y yo le decíamos: "pues compra una o vete" y así lo teníamos callado y puesto en su lugar por unos momentos, hasta que volvíamos a entrenar.
Aprendimos a manejar y recargar varias armas, como las revolver, pistolas de varios tipos y a usar una escopeta de doble cañón.
Fue al fin cuando una tarde, el viejo hacia atendiendo una llamada, con una sonrisa la colgó, para luego volver a su mirada seria he ir a nosotros que hacíamos disparando afuera hacia las rocas y latas del lugar.
Yara: ¡muchachos! -Respondió duro y lo regresamos a ver- en primero, feliz cumpleaños Zhang, tienes 9 años ya, y tú Mathías 7, creo que están listos para la siguiente fase.
Mathías: ¿siguiente fase?
Yara: sí, como lo oyen, ya les enseñé mucho, y están a poco de saber todo lo que les puedo enseñar, y necesitarán más ayuda sí quieren volverse magos sicarios y de los mejores.
Zhang: entonces... qué vamos a hacer ahora viejo? ¿Cuál es la siguiente fase que dices?
Yara: nos iremos de aquí, para ir a un lugar mejor, donde se podrán preparar y mejorar más de lo que están haciendo, conocerán a nuevas personas capaces de ayudarlos con otros factores que tienen que mejorar, y se sorprenderán porque solo 3 tienen casi mi misma edad, el resto... son de tu edad Zhang.
Me quedé sorprendido al igual que Mathías, después de tanto tiempo... conoceríamos a nuevas personas, y no íbamos a ser los únicos en convertirnos en Magos sicarios, íbamos a ir...
A una academia.
Yara: alisten sus cosas, porque mañana partimos, y así, comenzaremos... el entrenamiento definitivo.
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Próximo capítulo: Academia: Entrenamiento medio.
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