2. La Tumba.
Luego de decir eso, Mathías un poco extraño decidió hacerme caso y partir devuelta al puerto donde nos hospedábamos, ansiosos por compartir nuestro hallazgo con nuestro amigo y colaborador en estas expediciones.
Al llegar al puerto, los primeros en recibirnos con entusiasmo fueron Fabián y su misma novia. Fabián: ¡Los estábamos esperando! -Exclamó emocionado.
Dina: sabía que ustedes no serían nada fáciles de matar jeje -Dijo su novia. Nada más ni menos que la misma rubia de Dina.
Ya era algo obvio que se traían algo, desde esa vez en la que se defendieron de Blade, se empezaron a ayudar mutuamente, ya hasta graduarse rápidamente ambos.
Luego de esa bienvenida, nos sentamos juntos, compartimos anécdotas y brindamos por el éxito de nuestra última aventura. Entre risas y charlas, llegaría el ya antes mencionado: Po.
Po: ¡Al fin llegan! -Exclamó feliz- Ya por poco y me iba a adentrar en ese frio, y ahí si dudo que mi grasa me caliente jeje.
Mathías: jaja, pero al final volvimos en una pieza.
Zhang: me alegra verte bien y entusiasmado, Po.
Po: siempre ante el peligro y lo que se venga, nunca dejes de sonreír.
Él era un gran aliado, un mago despedido de varios trabajos, se dedicó más a la geografía y arqueología, y aquí está ayudándonos, gracias a él es que hemos podido dar con varios lugares inhóspitos y recónditos para encontrar más tesoros.
Lo invitamos a unirse para beber y charlar luego del gran día duro, pero antes sonrió para hablar y darnos una gran noticia.
Po: chicos, antes de seguir con los brindis y demás... Creo que encontré la localización de la tumba perdida.
Tanto Fabián como Mathías y yo asentimos con una sonrisa, Dina aplaudió de emoción, y Po siguió:
Po: sí es lo correcto, esto sería un gran descubrimiento, no solo para aportar a la historia, sino para nosotros y para mí... sí es así, pues lo haré, ¡iré con ustedes!
Así los demás aplaudieron y dieron un brindis todos, en el cual lo hice un poco serio. Sus palabras resonaron en mi mente mientras me apartaba un momento, buscando soledad para reflexionar.
Observé la reliquia en mis manos, era grande como un parlante para PC, siendo esta la reliquia sagrada de la Himalaya antigua, o mejor conocida según Flamel, como el esquimal sagrado, color blanco con algunas matices doradas. Y ahí me pregunté si seguir este camino de descubrimientos era realmente mi destino. A pesar de ser habilidoso y valiente en estas búsquedas, sabía que mis verdaderos propósitos no eran estos, soy un mago sicario.
Que matará al señor oscuro cueste lo que cueste, eso soy, no un arqueólogo que arriesga su vida encontrando tesoros para un viejo inmortal. Pero bueno, al menos esto rendirá sus frutos.
Fabián y su novia nos miraron con una sonrisa para abrazarnos y felicitarnos al vernos con la reliquia en las manos, pero en mi interior, una duda latente comenzaba a emerger. ¿Estaría realmente siguiendo el camino correcto?
Esa noche mientras cantaban, charlaban y trazaban la ruta más rápida porque sí era medio lejos el lugar según Po.
Yo hacía arrimado en el balcón de afuera, viendo las montañas y nevados, donde me dispuse a fumar un rato y pensando aún.
Zhang: falta un año, para empezar con todo... Espero y te prepares tumor de Voldemort asqueroso, me aseguraré de darte una buena muerte dolorosa que disfrutaré, en fin... Me guardaré esas ansias de venganza para después, mañana será un día duro.
Solo obteníamos esa última reliquia de la tumba perdida, que perteneció a un poderoso emperador de la antigüedad, se perdió con él y buena parte de su ejército por aquí, sí encontrábamos su tumba, y obteníamos esa última reliquia, podríamos volver y al fin ese viejo cumpliría con su parte del trato.
Luego les diré que tiene que ver el famoso Alquimista Nicolas Flamel con todo esto, pero es por él, que hacemos esto.
Con el amanecer, preparamos nuestras provisiones y nos despedimos de Fabián y su novia, quienes nos deseaban suerte en nuestro camino. Partimos hacia lo desconocido, con Po como nuestro guía sabio y experimentado, y yo Zhang , junto a mi hermano Mathías, dispuestos a enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en nuestro camino.
Nuestro viaje nos llevó a través de paisajes majestuosos y peligrosos, donde cada paso era una prueba de resistencia y valor. Po nos enseñaba los secretos de las montañas para poder ingresar a la tumba, mientras luchábamos contra monstruos míticos y mágicos que salían de la nieve, incluso llegando a luchar contra el mismo yeti, conocido mejor como el abominable hombre de las nieves, y cruzando más obstáculos sobrenaturales con destreza y coraje.
Días y noches se sucedían, y finalmente llegamos a la entrada de la tumba perdida del emperador, un lugar envuelto en misterio y sombras ancestrales. Con el corazón latiendo con fuerza, nos adentramos en las profundidades de la cripta, iluminando nuestro camino con antorchas temblorosas.
Zhang: ¿seguro que es aquí?
Po: sí, así dice en lo que investigué, la tumba fue hecha en una cueva ruta hacia abajo, de no ser por Mathías que se cayó aquí cuando se arrimó creo y jamás la hubiéramos encontrado.
Zhang: ¡¿Hermano estás bien?! -Grité con fuerza para resonar en la cueva y me escuchara.
Mathías: ¡Estoy bien! Solo me duelen las pompis.
Po: a bueno, no es grave.
Entre las ruinas y los susurros del viento, encontramos lo que tanto habíamos buscado, una reliquia de incalculable valor y poder. Al fin teníamos el medallón dorado de la nieve. Mis manos temblaban al sostenerlo, sintiendo la energía ancestral que emanaba de él, mientras Mathías y Po celebraban nuestro éxito con alegría contenida.
Zhang: bueno, con esto ya podemos partir... oh?
Po: esto es malo -Comenzamos a escuchar y sentir como todo se derrumbaba.
Mathías: ¡Hay que salir de aquí!
Procedimos a correr mientras veíamos piedras caer y grietas salir del suelo. En ese momento, fue cuando vimos algo increíble y aterrador.
De ahí salían estatuas con formas demoniacas y colmillos, portando armas como sí fueran los mismos guardianes de esta tumba, al igual que ellos salieron varias arañas de entre las paredes y entradas como hoyos cercanos.
Sí fuera poco, de las demás grietas salían unos venezolanos congelados portando espadas, lanzas y escudos (Sin ofender a los compas de Venezuela, solo es humor). Estos procederían a avanzar hacia nosotros mientras seguía temblando todo el sitio, dando a entender de que aún sí se estaba derrumbando.
Zhang: bueno... como última acción de esta aventura, tengamos una gran batalla mientras todo esto se derrumba ¿Qué dicen?
Mathías: diría que no, pero no hay opción.
Po: ¡Hasta el final muchachos!
Mathías: hasta el final... -Dijo con nervios.
Zhang: juntos, hasta el final de todo -Dije con seriedad pero teniendo aún entusiasmo por seguir adelante.
Esta no solo era mi aventura, sino la de ellos, y los demás... La aventura que sería de muchos otros.
En ese momento, comprendí que nuestro viaje no solo había sido en busca de un tesoro perdido, sino también en busca de respuestas sobre nuestro propio destino y propósito en este mundo de leyendas y magia. Algo que no entonaba para mí, pero bueno, no quita el hecho de que me entretuvo un poco siendo saqueador de tumbas misteriosas.
La tumba perdida. Era un hecho, y no me refería a la del emperador... Sino a algo filosófico dentro de mí.
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Próximo capítulo: El alquimista aliado.
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