11. Nymphadora Tonks

Las noticias del periódico lo decían todo:


"Hogwarts fue amenazado por los magos sicarios"

"Magos sicarios cruzan barreras, los padres de los jóvenes estudiantes tienen miedo de enviar a sus hijos el siguiente año"

"Dumbledore tomará medidas drásticas ante esta infiltración  en su escuela"

"Harry Potter, el niño que vivió, volvió a hacerlo"

"Harry Potter, sobrevive al ataque del Mago sicario más fuerte"

"Magos sicarios, ¿esperanza o peligro?"


El periódico fue cerrado, uno de los tantos que decían eso, la noticia estalló, y el mundo mágico temía ante ellos, no tanto como lo fue en la época del señor Oscuro, pero sí había varios que temían por esta amenaza y lo que podía llegar a ser a futuro.

Otro periódico más fue cerrado, y recortado lo importante para ser enmarcado en una pizarra con tachuelas, estas con hilos entre lazaban cada una, tratando de juntar este caso.

La misma Nymphadora Tonks seguía consultando e investigando sobre esto, en un inicio continuó con su trabajo luego de esa humillada que les hizo Dark, pero con los casos recientes y el seguir con aquel remordimiento sobre esta organización, la llevó a aventurarse más y más. Se impactó más con la última noticia ocurrida hace una semana, haciendo que pasara horas en su casa aún entre lazando y reuniendo más y más información, su oficina tampoco fue la excepción.


(Narra Tonks):

Desde mi asiento en una sala oscura del Departamento de Misterios, observaba el pergamino desgastado frente a mí. La tinta apenas legible describía eventos que parecían irreales, incluso para el mundo mágico. Pero yo, no estaba aquí para cuestionar lo imposible; estaba aquí para resolverlo.

Había pasado semanas y meses investigando a los magos sicarios, un grupo envuelto en secretos y rumores. Su existencia era conocida por el mundo mágico, pero solo un pequeño y simple puñado de aurores tomaban cartas en el asunto, y yo había tomado la tarea de desentrañar su historia. 

Mi investigación me había llevado al archivo de guerras, igual que caserías mágicas, un lugar al que pocos se aventuraban. Fue allí donde encontré una referencia críptica a dos nombres: Yara y un tal Killing.

Ambos habían operado durante la Segunda Guerra Mundial, según el informe. Magos de habilidades excepcionales, eran descritos como una pareja que aparecía y desaparecía sin previo aviso, tenían igual un grupo que los acompañaba, dejando a su paso tanto esperanza como destrucción. 

Lo más desconcertante era que sus acciones parecían alinearse con los magos sicarios, pero los registros terminaban abruptamente, sin dar detalles sobre su destino.

Tonks: ¿Qué demonios es esto? -Murmuré, pasando una mano por mi cabello, que había cambiado a un morado oscuro, reflejando mi frustración. Decidí investigar más a fondo.

Avanzando a través de las pilas de documentos, encontré una página que mencionaba un lugar: un pequeño pueblo en Alemania donde Yara y Killing habían sido vistos por última vez. 

El informe hablaba de como mataron unos Nazis importantes que hacían ocultos ahí, ellos los mataron, siendo soldados y magos a la vez, igual que sicarios. Mi corazón se aceleró. Esto no era sólo historia; era un rastro.

Horas más tarde, me encontraba frente a una cabaña abandonada en los bosques del norte de Alemania. Los rastros de magia eran sutiles, pero estaban allí. Me aseguré de estar preparada: varita en mano, pociones en mi cinturón y determinada. Entré con cuidado, esquivando los tablones rotos del suelo.

Dentro, los restos de un enfrentamiento eran evidentes: marcas de hechizos en las paredes, un círculo grabado en el suelo que emanaba un leve brillo. 

Examiné los alrededores y encontré un diario, dañado por el tiempo pero legible en partes. Las notas hablaban de un "nuevo orden" y mencionaban repetidamente a los magos sicarios.

Los tallados y escritos mencionados anteriormente estaban deteriorados por el tiempo, algunos escritos del libro eran inentendibles.

Regresé a Londres esa misma noche, con la mente llena de preguntas. Usé las pistas del diario para triangular posibles ubicaciones de los magos sicarios. 

Había un lugar que destacaba: una vieja taberna mágica en los muelles del río Támesis, conocida por atraer a individuos de reputación cuestionable. Decidí que allí sería mi próximo movimiento.

Llegué a la taberna con el cabello transformado en un tono castaño y mis facciones ligeramente alteradas, mezclándome con la multitud. Pedí una bebida y observé. No tardé mucho en notar algo peculiar: un hombre encapuchado, con una cicatriz en la mejilla izquierda, pese a ver muy poco de su aspecto, no pasaba de los 15 o 16 años, estaba hablando en voz baja con el tabernero. Usé un encantamiento para amplificar el sonido de su conversación.

???: ¿Está seguro de que Zhang, ya sabes, Dark, estará ahí? -Dijo el hombre. Mi corazón dio un vuelco al escuchar ese nombre.

Tabernero: tan seguro como que él, siempre vuelve a los lugares pertenecientes a su mentor, que descanse en paz ese viejo, fue uno de mis mejores consumidores en su momento -Le respondió sirviéndole un pequeño baso con trago suave.

Sabía que no podía quedarme mucho tiempo sin levantar sospechas. Dejé un par de galeones sobre la mesa y salí, con una dirección clara en mente. Si lo que decían era cierto, pronto podría enfrentarme a uno de los magos sicarios.

Mientras me alejaba, una sombra en el callejón cercano me hizo detenerme. Saqué mi varita, lista para cualquier cosa. Pero no había nadie. 

Hasta que una misma.... risa suave, y un destello de luz eléctrica me hicieron fruncir el ceño. 

???: Te estás acercando demasiado, Nymphadora -Susurró una voz antes de desaparecer.

Mi corazón latía con fuerza. Estaba cerca, y lo sabían. La caza apenas había comenzado....

Salí de ahí, y de un rato me puse a respirar y pensar hasta cuanto había llegado, y hasta donde más podía llegar ¿Los lograría atrapar? ¿Siquiera los expondría? ¿lograría algo... o moriría en el acto?

Por una razón, sentí como algo en mi interior me decía que siga, solo un poco más... No tuve más que decirme que sí, y esperé a que ese tipo de la cicatriz saliera de la taberna, oculta como una rata, lo vi salir, tomando un camino con pocas personas; y lo seguí, hasta terminar en un lugar para nada agradable.

Me encontraba escondida detrás de unas cajas en un viejo almacén junto al Támesis. El lugar estaba impregnado de magia, una sensación que te eriza la piel y te hace saber que estás en territorio peligroso. 

Había seguido al joven de la cicatriz hasta aquí, y finalmente, lo vi encontrarse con otro individuo. Por fin, tenía ante mí a dos magos sicarios.

???: Riot, llegaste temprano -Dijo el chico de la cicatriz, con una voz que intentaba sonar firme, aunque no lo lograba del todo. 

Podía ver cómo sus manos temblaban ligeramente al ajustar su capa. Pues creo que con el mago que se estaba topando, podía ser de un rango más alto que él. Y no estaba equivocada.

Riot: Kael, siempre tan formal -Respondió el otro. 

Riot, con una sonrisa que no me inspiraba confianza. El cabello largo y la ropa café lo hacían ver más imponente por así decirlo, pero sí, era más fuerte que el otro, pues el mago de cabello oscuro revuelto: Kael, no dudó en hacer una leve reverencia.

Los ojos de Riot cambiaban constantemente de color, reflejando lo que, supuse, eran sus emociones. En ese momento, ambos brillaban en tonos púrpura, una mezcla de diversión y desconfianza. Había algo inquietante en su presencia, como si disfrutara de la tensión que llenaba el aire.

Contuve la respiración, agudizando mis sentidos mientras escuchaba su conversación.

Kael: no lo sé, Riot -Dijo bajando la voz como si temiera que alguien más estuviera escuchando. Y no estaba tan equivocado- Si realmente ha vuelto... no sé qué esperar. Sí Zhang ya es suficiente para hacernos temblar, con él de vuelta... es como si fuera más que un mago. Como si fuera un demonio que caminara entre nosotros.

Mis pensamientos se agolparon en mi mente. 

"¿De quién hablaban? ¿Quién era este 'él' que incluso aterrorizaba a un mago sicario?"

Riot: Kael, no seas tan melodramático -Le respondió Riot, con un tono despreocupado, aunque sus ojos cambiaron a un azul más sombrío por un breve instante- Si alguien puede con él, ese es Zhang. Aunque, admito que sería divertido ver una pelea entre ambos. Podría ser... legendaria.

Cada palabra que decían era una pista, pero también una advertencia. Sabía que estaba en peligro, pero no podía permitirme marcharme todavía. Necesitaba más. Sin embargo, justo cuando creía estar a salvo, vi cómo Kael se tensaba. Sus ojos barrieron la habitación, y en un instante, su mirada se posó exactamente donde yo estaba.

Kael: espera un momento -Dijo con los ojos entrecerrados- Creo que no somos los únicos aquí... Te dije que buscáramos un lugar más privado.

Mi corazón dio un vuelco. Antes de que pudiera moverme, vi cómo Kael sacaba algo que no esperaba: una escopeta. ¿Un arma muggle? No. 

Había algo más en ella. La cargó con balas brillantes, que al instante el arma le fue rodeada una misma electricidad. 

Tonks: (¿Balas eléctricas?) -Pensé, pero no tuve más tiempo para procesar.

El primer disparo iluminó el lugar como un relámpago, y apenas tuve tiempo de reaccionar. Me transformé en un ave, batiendo las alas con todas mis fuerzas para esquivar el siguiente disparo. Sentí el zumbido de las balas pasar a centímetros de mí.

Riot: ¡Maldición, se escapa! -Escuché gritar a Riot, mientras sus ojos se encendían en un rojo brillante.

Kael: déjala ir -Le respondió con su tono ahora más tranquilo, como si no le importara realmente perderme- Si es quien creo, volveremos a cruzarnos. Además, tenemos cosas más importantes de las que ocuparnos.

Fue lo último que pude escuchar, cada latido de mis alas, me alejaba más del almacén, pero no podía calmar mi mente. ¿Qué cosas más importantes? ¿Quién era ese 'él' que tanto les preocupaba? ¿Se referían al señor oscuro, al que no debe ser nombrado? Quizás... Pero siento que no era así.

Cuando finalmente aterricé en un callejón seguro, transformándome primero en un perro y luego en un ratón para evitar cualquier rastro, me detuve a recuperar el aliento. La información que había conseguido era valiosa, pero lo que había visto y oído... era aterrador.

No había dudas en mi mente: estos magos sicarios estaban preparando algo grande. Zhang, Kael, Riot, y ahora este misterioso miembro de élite... Cada pieza encajaba en un rompecabezas que no podía darme el lujo de ignorar. Sabía que mi papel en todo esto no había terminado.

En ese momento en el almacén los escuché hablar, aún no estaba nada lejos de ahí, solo en el mismo callejón solitario. No había esperado que me detectaran tan rápido, y pensé que gracias a ese Kael tendría mucho chance, pero subestimé la impaciencia de Riot.

Desde el almacén, su risa resonaba como un eco amenazante. 

Riot: ¡Oh, Kael, no me hagas quedarme quieto! -Lo escuché decir mientras desenfundaba una catana, esto por el sonido y unos cortes que dio- ¡Esto es mejor que cualquier reunión aburrida!

Al instante salió de ahí, sosteniendo el arma que le rodeaba un aura verdosa con formas similares a las hojas de la naturaleza y brillaba con un filo inquietante. Salió disparado detrás de mí a pura velocidad sorprendente.

Kael: ¡Por Merlín, Riot, señor! No se exhiba por una tontera que podemos resolver después -Gruñó Kael, pero aun así lo siguió, disparando un destello para igualar la velocidad de su compañero.

No había tiempo para procesar el caos. Un instante después, Riot lanzaba un corte con su catana, y el aire se llenó con el sonido desgarrador de cajas y puestos de comida siendo destrozados como si fueran papel. El callejón se convertía en una trampa mientras Riot avanzaba con movimientos rápidos y precisos, demasiado rápidos para la mayoría de los magos.

Me lancé hacia un agujero entre las paredes mientras un corte pasó a milímetros de mi hocico. La onda de impacto casi me lanzó hacia atrás, pero logré mantenerme en movimiento. 

Sin embargo, Kael estaba justo detrás de él, intercalando disparos de su escopeta con los de una pistola extraña, que parecía cambiar de función con cada destello: electricidad chispeante, explosiones ardientes, incluso ráfagas que parecían lava líquida.

La persecución era una pesadilla. Estaba acorralada. Mi diminuto cuerpo no podría soportar mucho más.

Riot: ¡Te tengo! -Exclamó con una sonrisa maliciosa mientras su catana cortaba el aire una vez más. 

Esa vez, apenas pude ver el destello del arma antes de que el corte atravesara el suelo donde había estado un segundo antes. Mi corazón latía con fuerza. Si no encontraba una forma de escapar...

Pero entonces, todo cambió...

De entre las sombras, una figura apareció con una capa oscura, capucha y una máscara que cubría su rostro. Su presencia era como un muro invisible que detuvo de golpe a Riot y Kael. Aunque en realidad, creo que usó una cuchilla con la que repelió el corte igual que los ataques.

Sin más seguí corriendo para ya llegar al bosque más cercano y perderme, pero aún podía escucharlos hablar por un hechizo que ampliaba mi sentido auditivo.

Riot: al fin se aparece, tarde como siempre ¡Oh, Zhang! -Exclamó Riot, bajando la catana mientras sus ojos cambiaban de color, un púrpura brillante que parecía reflejar su emoción. Kael, en cambio, se inclinó de inmediato, bajando la cabeza en señal de respeto.

Zhang: no es momento para juegos -Dijo con una voz profunda y calmada, que parecía llevar consigo un poder indiscutible- La reunión se pospone.

Kael asintió rápidamente, guardando sus armas, mientras Riot parecía menos dispuesto a aceptar la orden.

Riot: pero casi lo tenía... ¡Y no es ni un juego! Pronto les pasará esa información a quien sabe, y estaremos jodidos, y eso, no le gustará para nada a la jefa -Murmuró Riot, con un dejo de frustración.

Para eso, yo ya estaba muy lejos, solo eso pude oír para transformarme devuelta en un ave y alejarme aún más.

Al menos, ese mago sicario, el más fuerte del que todos temen, aunque no me guste para nada admitirlo. Me salvó la vida, evitó que muera ahí mismo. La caza estaba lejos de terminar, pero al menos, esa noche, yo había escapado.

Zhang Killing...

Ese era el nombre del mago sicario más fuerte, el nombre real de Dark. Y retumbaba en mi mente mientras me alejaba. 

Su presencia era más aterradora que la de Riot o Kael combinados, y ahora sabía que enfrentarlo sería inevitable. Pero también sabía algo más: su control sobre ellos mostraba que había grietas en su organización. Y esas grietas, quizás, serían mi oportunidad.


(Pov: Zhang):

Zhang: no importa. Lo resolveré muy pronto -Respondí con un tono para no dejar espacio en discusiones.

Riot gruñó, pero finalmente se dio la vuelta, mirando el desastre que hizo.

Riot: ¡Ash no me dejas divertirme! Pero bueno... Como quieras, espero que la próxima vez sea más divertido.

El callejón estaba hecho casi un desastre, cubierto de escombros, cajas rotas y los restos de los puestos destruidos por la catana de Riot y las balas de Kael. Menos mal se detuvieron en cuanto me vieron.

Zhang: como dije, ya es suficiente. No es momento para estas tonterías -Dije con un tono frío y firme. 

Mi voz resonó en el aire, acallando incluso el zumbido eléctrico que aún emanaba de las armas de Kael.

Riot: pero casi teníamos a ese espía, Zhang, estaba a punto de caer -Protestó Riot, agitando la catana como si eso reforzara su argumento.

Zhang: lo resolveré yo mismo -Respondí con calma, mi mirada fija en Riot. Mi tono no dejó espacio para más objeciones.

Kael asintió de inmediato. 

Kael: como desee, señor.

Riot, sin embargo, no pudo ocultar su frustración. Guardó la catana con un gruñido y se giró hacia Kael. 

Riot: esto es ridículo -Murmuró, comenzando a caminar hacia la salida del callejón.

Kael lo siguió, pero no sin antes mirarme con una mezcla de respeto y admiración. Podía sentir lo que pensaba incluso sin que lo dijera: "La calma y la fuerza de Zhang están más allá de nuestra comprensión"

Cuando estuvieron fuera de mi vista, exhalé lentamente, permitiendo que la tensión se desvaneciera. En un destello eléctrico, me desvanecí del lugar, apareciendo en la cima de un edificio cercano.
Desde allí, podía ver todo el laberinto de calles y callejones de Londres, iluminados por la tenue luz de las farolas y la luna, pues la noche estaba cayendo y bien rápido.

Y allí estaba ella. Tonks había vuelto a su forma humana, caminando con cautela, sus pasos apenas perceptibles entre las sombras. Era astuta, lo suficiente como para cambiar su apariencia, pero no tanto como para escapar de mi vigilancia.

La seguí con la mirada mientras se deslizaba entre las calles, cada movimiento calculado para no llamar la atención. Finalmente, llegó a un callejón oscuro, donde se detuvo brevemente antes de desaparecer en dirección al mundo mágico.

Zhang: eres interesante, Tonks... muy interesante -Murmuré con una sonrisa que apenas tocó mis labios. Había algo en ella, algo que despertaba mi curiosidad. Y yo, Zhang Killing, nunca dejaba un misterio sin resolver.

Porque me sorprende como logró descubrir el sitio de nuestra reunión, no cabía duda de que estaba muy centrada y determinada en dar con nosotros, sin dudas podía ir pasos más adelantados que los aurores promedio. Y no me iba a quedar con la intriga de sus planes o objetivos.

Apreté mi varita, permitiendo que la electricidad chispeara a través de ella como una extensión de mi voluntad. Sin hacer ruido, comencé a seguirla, moviéndome entre los techos con la precisión de un depredador acechando a su presa.

No me apresuraba. La paciencia era mi aliada, y Tonks no tenía idea de lo cerca que estaba. Aún no sabía si era enemiga o una posible herramienta, pero lo averiguaría. Y cuando lo hiciera, el juego daría un giro inesperado.

Zhang: Nymphadora Tonks.... Desde la primera vez que te vi en películas, no me parecías del todo un secundario, un poco interesante al menos, me sorprende que ahora lo seas aún más.

Admito que se veía más hermosa que en las películas, más delo que recordaba, y ella no era la única. Luna era uno de esos caso, posiblemente igual Hermione o Felur tengan más belleza, aún no las e visto, pero ella... Sin dudas podría ser del top 5, o 3.

Caminar entre las sombras tiene sus ventajas. Desde los tejados, seguí sus movimientos con precisión. Tonks se movía con calma, como si el peligro de hacía unos minutos hubiera sido solo un mal sueño. 

Saludó a un par de magos que pasaban, incluso a un auror que parecía reconocerla. Su expresión era relajada, pero sus pasos traicionaban una leve inquietud.

La anticipación me recorrió. Era el momento perfecto para un cambio. Me deslicé entre las sombras hasta un basurero cercano, abriendo la tapa con cuidado. En cuestión de segundos, dejé atrás la máscara y la capa oscura que definían mi figura en los círculos de magos sicarios.

Mi rostro sin cubrir reflejaba algo de normalidad, o al menos lo suficiente para no levantar sospechas.

La gabardina ploma que llevaba ahora era más ligera, menos intimidante, pero seguía conservando una presencia imponente. Respiré profundamente y me integré al bullicio de las calles, caminando tranquilamente, como un ciudadano más. Había algo liberador en no ser reconocido, en poder observar y actuar sin el peso de mi reputación.

Tonks caminaba unos pasos delante de mí, ahora sin notar mi presencia. La seguí a una distancia prudente, deteniéndome a observar escaparates o fingiendo interesarme por las tiendas a los lados de la calle. No era la primera vez que realizaba este tipo de vigilancia.

En un momento, noté cómo su postura cambiaba. Quizás fue un instinto, o tal vez escuchó mis pasos. Se giró rápidamente, sus ojos clavándose en mí.

Tonks: tú, ¿Por qué me estás siguiendo? -Preguntó, con una mezcla de irritación y sospecha.

Sonreí ligeramente, inclinando la cabeza con un gesto de aparente inocencia. 

Zhang: no te estoy siguiendo. Que vayas en la misma dirección que voy es otra cosa diferente.

Mi respuesta la descolocó por un instante. Había una chispa de desconfianza en sus ojos, pero también algo de curiosidad.

Tonks: ¿De verdad? -Respondió, cruzándose de brazos.

Zhang: de verdad. No veo por qué alguien como yo debería seguirte -Mi sonrisa se mantuvo serena, desprovista de cualquier rastro de hostilidad.

Tonks frunció el ceño y, con un leve suspiro, decidió acelerar el paso. Por supuesto, no era mi intención ocultar que iba detrás de ella. La había hecho consciente de mi presencia, y ahora, con cada esquina que cruzábamos, su inquietud crecía.

Zhang: (Interesante) -Pensé, Tonks no era como otros. 

Había algo en su forma de actuar, en la manera en que sus ojos buscaban posibles salidas, que demostraba una mente calculadora, pero también temerosa.

Seguí caminando tranquilamente, manteniendo mi distancia. Solo, cuestión de tiempo antes de que nuestra pequeña danza alcanzara su clímax.

-

-

-

-

-

-

-

-

-

-

Próximo capítulo: Una aurora especial.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top