5. What if

—Los ninjas son sigilosos, Nin-Nin.. ¡¡¡Arte ninja; ataque de estrellas ninja!!!..

La risa estruendosa de la niña se escuchó por todo el patio, incluso uno de los sensei dentro de la academia se asomo por una ventana. Iruka, un joven chunin encargado del grupo 1A, se palmeo el rostro. Él pensaba que instruir a pequeños niños para formarlos y que se conviritieran en ninjas competentes era fácil, bueno, al parecer era todo lo contrario. Mas con aquella niña pelirrosa que lanzaba a diestra y siniestra kunais y shurikens. Osea, no dudaba de su talento, pero todas sus poses exajeradas eran demasiado, incluyendo tambien los girtos que hacia para referirse a sus tecnicas...

—Sakura, por millonesima vez, tus oponentes no van a esperar a que hagas una pose super guay.. ¿Y, por que gritas tus ataques?.. –una gotita de sudor bajo de su nuca. Sakura le lanzó una sonrisa marca registrada Luffy–

—Sensei, los grandes guerreros nombran sus ataques finales..

—No es cierto.. –negó, causando que la niña se deprimiera y los demas niños del grupo de burlaran de ella–


.

.

.

.


—Los grandes guerreros no nombran sus ataques, ¿Quien se cree? ¿El mangaka?.. –murmuró con un pequeño puchero en su boquita–

—A mi me gustó lo que gritaste.. –la niña se sobresalto al ser atrapada murmurando, sus mejillas automaticamente se tiñeron de rojo– ..Cuando yo tenga un ataque propio le pondre un nombre muy guay.. Como colmillo taladro.. ¿Tu que opinas Akamaru?.. –el pequeño ladrido de su compañero le hizo sonreir–

—¡¡¡Kiba!!!..

Sakura sonrió de lado a lado, sus ojos por un momento brillaron llenos de nostalgia. Kiba, el pequeño integrante del clan Inuzuka, camino a la par de la pelirrosa, contagiado de su carisma y del aura tan agradable que se cargaba. Era como si un imán lo atrajera hacia ella.

En fin, ambos continuaron caminando por la calle. Ya que el horario de la academia habia acabado hace un buen rato, ahora regresaba a su casa, pero se topó con una cabellera rosa muy particular. En cambio ella venía del parque, donde habia quedado con su amigo Naruto, pero al parecer el no se presentó, por eso decidió volver a casa. Ambos extrañamente coincidieron...

—No te enamores de mi.. –dijo el castaño, cerrando uno de sus ojos. Sakura juro ver brillitos cuando el niño realizó aquella accion–

—Si, claro.. –dijo, como reafirmando lo extraño que seria si ella tuviera un interés amoroso por el– ...soy Haruno Sakura.. –paso dias difíciles tratando de acostumbrarse a su simple y mas compacto nombre, no es que extrañase el otro–

—Ya nos conocemos, soy Inuzuka Kiba de tu mismo salón.. –sus dientes caninos sobresalian de su mandibula, lo cual le hacia ver como un tierno cachorro– ...y el es mi compañero Akamaru.. –el canino ladro. Sakura pudo morir de la ternura–

—¡¡¡Un gusto!!!..

—Eres tan tonta, se supone que tienes que inclinarte cuando te presentas ante un miembro de clan importante.. –al parecer la arrogancia sobrepasaba las realidades, este niño podria ser mas soberbio que el que ya conoció–

—Ya quisieras, un rey nunca sede ni se inclina.. –y la arrogancia era mutua, Sakura podria competir contra un principe alienigena si se lo proponía–

—¡¡¡Me agradas mucho!!! ¿Quieres ir a pintar un muro?.. –el niño sonrió mostrando sus caninos. Sakura hubiera aceptado si no.. al diablo las reglas–

Fue poco lo que compartió con el pequeño aprendiz de pirata, no podia desperdiciar esta oportunidad, tendria que morir y volver a reencarnar si quisiera otra.

Ambos bandalos corrieron calle abajo para encontrar un buen lienzo donde colocar su arte. Sakura tenia una buena coartada en casa, en cambio Kiba.. digamos que el no tenía permiso. Pero eso no importaba, había dos buenas narices en casa que ya lo rastreaban. Esta vez sabría lo que es el verdadero infierno, no sólo se saltaba clases en su primera semana estudiando en la academia, sino que ahora salia a pintarrujear muros con un pequeño punk con cabello pintado...

—¡¡¡Kiba!!!.. –sus movimientos con la lata de aerosol se detuvieron. Ambos niños lentamente giraron hacia atras– ...mocoso irresponsable..

—¡¡¡E-Es mi mama!!! ¡¡¡Corre Sakura!!!..

Ni siquiera le dio tiempo de voltear, el gritó la alarmó tanto que prefirió sacar a relucir sus nuevas chanclas y correr calle a bajo. La matriarca del clan Inuzuka lanzó una maldicion al aire, luego regaño a Kiba y le advirtió sobre no decir esa grosería o "si no". En fin, la hora de reprender a su pequeño rufian llegaría, por el momento tendría que encontrar a ese punk de cabello pintado...

—Hana.. –la muchacha, que habia llegado hace poco, asintio. Como miembro de la manada sabia lo que significaban cada una de las ordenes de Tsume (su madre), aunque estas sólo consistían en su nombre bien en alto y un tono específico, en este caso– ..siguelo...

—Hai..


...


Sakura no podia recordar la primera vez que corrió tanto, o al menos la primera vez corriendo con esas cortas y algo rechonchas piernecitas. Literal, si sus brazos eran fideos sus piernas eran mortadela, aunque con el tiempo se volverían mas largas y lindas...

—Creo que ya la perdí.. –dijo recobrado un poco el aire–

Al enfocar mejor su vista pudo darse cuenta del lugar en el que se encontraba. Todo era tan cutre y tétrico, las calles estaban llenas de basura, los establecimientos estaban todos polvorientos, las personas se veian peligrosas y a su lado se encontraba un vagabundo rostizando una rata en una fogata dentro de un bote de basura...

—¿Humm? Señor vagabundo, ¿Donde me encuentro?.. –tenia que sonar y actuar como un niño de su edad, un mocoso de su edad estaria llorando y pidiendo por su mamá. ¿A quien diablos le importaba si un desconocido pensaba que no era un niño normal?–

—Estas por debajo del distrito civil, mocoso..

—¿Eso es una rata?.. –preguntó curioso. El vagabundo levantó una ceja–

—Rata de campo, mas limpias que las de ciudad, todo sabe bien.. –habló el vagabundo, un poco nostálgico–

—Si lo sabes cocinar.. –terminó la oración. El vagabundo se vio sorprendido, luego soltó una ronca y enfermiza carcajada–

—Mocoso, ¿Donde escuchaste eso?.. –preguntó curioso. Sakura también estaba curiosa–

—Usted.. –la niña pensó en todas las personas que habia conocido en su antigua vida. Ninguna, ademas de Sanji, le atribuía aquella frase, aunque..– ..¿De casualidad su nombre es Rumpen?

—¡¡¡Gihahahaha!!! ¡Mocoso, eres realmente curioso! ¿Ahora, como es que conoces mi nombre?.. –una sonrisa pintó su rostro, aquel viejo vribon que la voto de su antiguo trabajo, ¿Cómo no pudo conocerlo si él le gritaba cada que le lanzaba cocos a sus compañeros?–

—Etto.. –se vio nerviosa–

—Bueno, eso no importa.. Supongo que lo escuchaste de tus conocidos.. –dijo orgulloso, mientras inflaba el pecho y le daba un mordisco a su rata– ..el nombre de Stinki Rumpen un dia fue tan famoso como el de grandes leyendas como Hashirama o Minato.. Yo era un gran recolector, podia conseguir las especias y frutas mas exoticas del continente con tan sólo chasquear los dedos, ¡Pero eso no era lo sorprendente! ¡Lo sorprendente venía cuando preparaba los mas exquisitos platillos que hayas imaginado!.. –y pensar que este tipo la despidió en una vida pasada– ...¡Yo le dí de comer a los grandes Daimios del país del fuego, a jefes de clanes importantes! ¡Yo alimente a toda una generación de grandes ninjas!..

—A ok.. –el mayor de deprimio comicamente, estos niños de ahora y su falta de respeto hacia los mayores– ...Yo solo queria indicaciones..

—Ve por haya y saldras de este distrito.. –le dijo apuntando hacia el camino que tenia que recorrer–

Sakura comenzó a caminar, pero al dar tres paso se detuvo y volteo. Su sonrisa pudo dejarlo ciego, pero no fue así, el alo de luz que reflejaba su silueta lo dejo con la boca abierta apuntó de mordisquear su comida..

—La proxima vez quiero escucharlo hablar de todas su aventuras.. –Rumpen sonrió con pequeñas lagrimas en la comisura de sus ojos–

—Claro, te las contare con un par de tragos.. –la niña sonrió más, si eso era humanamente posible–

—Aun soy menor de edad, pero aceptare una lechita..

Y como si fueran dos viejos amigos, ambos se despidieron, prometiendo mentalmente volverse a ver.

Sakura tenia tanto que agradecerle a ese viejo; sin el nunca hubiera conocido a sus nakamas, sin el no hubiera salido de aquella prisión, sin el su vida seria otra. Tal vez en su tiempo fue tan odiado por haberla despedido, pero aquellos que juzgan un libro por su portada son unos tontos. Rumpen sabia que no podria protegerla, menos sabiendo quienes eran los que la perseguían, por eso decidió dejarla ir, y aunque eso le dolió tuvo que sarpar y darle la espalda, porque el sabia que esa banda de piratas era la indicada para su pequeño melocotón.

.
.

.
.

.
.

Espero que les haya gustado ❤️




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top