2. What If

Aceptación

Ya había visto la aldea desde aquella torre, quedó pasmada, no se veía ningún rastro de mar a lo lejos, supuso que tenía que ir mucho más alto para verlo. Suspiro triste, está ilusión cada vez se volvía más y más real. ¿Y si todo era realidad? ¿Y si todo es como un sueño?.

...

—¿Papa?.. –el mayor volteó a ver a la menor–

El trabajo había acabado hace cuatro horas. Sakura después de ver todo sobre la torre camino a la biblioteca, Gai no pudo acompañarla pues le había surgido una misión importante, pero prometió por el poder de la juventud que un día iría a visitar al sensei y a su familia.

Ahora Sakura se encontraba de camino a casa junto a Kizashi, la hora de comida era a las doce y terminaba a las dos, así que su papá tenía que volver nuevamente al trabajo y estar ahí hasta las cinco de la tarde, si no le surgía más trabajo como restaurar algún rollo importante...

—¿Que sucede?.. –preguntó volteando a verla y luego al camino–

—Humm.. si mamá es mi mamá y tú mi papá.. –sus mejillas se colorearon, ser pequeña era difícil, era mejor cuando no recordaba nada– ..¿Quienes son mis abuelos?..

Kizashi se detuvo un poco, suspiro en signo de rendición y luego comenzó a caminar a la par de su hija...

—No pensé que tendría que decírtelo a esta edad.. –dijo esperanzado a que la menor no le entendiera, error, Sakura lo entendió– ..bueno, mis padres.. nunca los conocí.. yo crecí en un orfanato de aquí..

—¿Que es un orfanaco?.. –preguntó para cubrir mas su fachada de seis años, Kizashi sonrió al escuchar su débil vocabulario–

—Una casa donde viven niños sin papas, ahí cuidan a los niños nuevas mamás y todos son como hermanos.. –Sakura asintió varias veces–

—Y mamá??

—Mama tampoco conoció a sus padres, pero ella no creció en un orfanato.. ella creció en las calles...

...

Así que era eso, sus padres en esta realidad crecieron solos y sin el amor de una madre o un padre, aunque Kizashi no se alejaba mucho de su otra contraparte.

La comida había pasado con total tranquilidad, algunas preguntas de la menor y uno que otro juego de palabras del papá. Mebuki preparo una excelente comida, por suerte su familia no era tan exigente y comió con gozo el arroz, mijo y pescado, aunque su hija comió más de lo acostumbrado.

...

Ya en su habitación la menor, tentada por un extraño placer, comenzó a jugar con los peluches, también con los carritos y con los crayones dibujo algunas cosas, como barcos en el mar, piratas y conejos. Ser un infante con tanta energía era difícil, ya llevaba así dos horas y no se cansaba, incluso comenzó a saltar en la cama, aunque fue regañada por Mebuki...

—Esto es difícil.. –dijo abrumada tirada de largo a largo sobre la cama, bufo sonoramente y estiró sus pequeños bracitos, como queriendo tocar el techo– ..debería entrenar.. –murmuró–

...

Para la menor le era difícil concentrar su chakra, más aún cuando esté era casi nulo. En la otra realidad fácilmente podía cargar quince kilos a la temprana edad de seis años, en esta ni siquiera podía tres. Era extremadamente difícil, aunque no imposible...

—¿Que haces hija?.. –preguntó Mebuki entrando a su habitación–

Sakura se exaltó, si la descubrían haciendo esos ejercicios lo más probable es que desvelarán su otra identidad. Con un torpe movimiento trato de levantarse de la cama pero sus pies se enrollaron con las sábanas y termino hecha un burrito. Mebuki soltó una pequeña risa, después ayudo a su hija a desenvolverse...

—¿Estabas entrenando?.. –preguntó tiernamente al ver a todos los peluches de la menor sobre la cama en posición de loto. Sakura asintió avergonzada– ..Sakura.. –dijo seria. Sakura trago grueso, no quería ser regañada– ..¿Quieres ir a la academia Ninja?... –la menor quedó pasamada–

¿Academia Ninja?. ¡¿Habían academias para ninjas?!. ¡Increíble!. Usopp, Chopper y Luffy estarían encantados con esta nueva información, inconcientemente soltó una pequeña risa al imaginarse a sus tres nakama's vestidos como ninjas. La rubia sonrió al ver a su retoño lleno de vida y brillitos por todas partes...

—Le comentaré a tu papá.. –dijo besando la cabecita de Sakura, tras aquello se levantó de la cama y dejo a la niña sola en la habitación–

Sakura estaba que desbordaba alegría, sonrió ampliamente, quizás esté "sueño" no es tan malo después de todo. Aún recordaba cuando, junto a sus nakama's y Law, llegaron a Zoul y conocieron a Raizo. Al comienzo pensaron que no era un ninja, pero después de que hiciera todos aquellos jutsus.. dios, incluso Law se sorprendió. Un escalofrío corrió por la espalda de la menor, incluso pensar en Law le daba miedo, no es que fuera malo pero la energía que se cargaba era muy pesada, más aquella cara y esos tatuajes, parecía reo recién salido de Impel Down, aunque no creo que alguien haya salido de Impel Down, solo algunos muy especiales.

Ya cansada tanto mental como físicamente, la menor quedó noqueada.

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Unas voces algo fuertes la hicieron reaccionar y tomar lo primero que encontró cercas de ella, nuevamente un color. Su respiración era acelerada y no podía ver nada, culpen a la iluminación de aquel lugar. Se levantó de aquel lugar esponjoso donde estaba dormida minutos antes, se sorprendió de la altura a la que estaba sobre el suelo. Camino con sigilo hacia donde escuchaba esas voces, no podía ver nada más que la luz que salía debajo de una puerta, ¡Esa puerta era enorme!, Ni siquiera alcanzaba el picaporte, tal vez se encontraba en la habitación de un semi-gigante. Con dificultad tomo el picaporte y lo hizo girar, todo en aquel lugar era enorme, el pasillo ancho y extenso con una alfombra larga que se extendía hasta el otro extremo del piso, el techo alto y puertas enormes. Camino hacia las escaleras, por dónde subían aquellas voces, se recargo en la pared al otro lado de la barandilla y bajo escalón tras escalón, eran grandes, tanto que casi tropezó. Las voces cada vez se hacían más claras, una era la de un hombre y la otra de una mujer, tal vez eran sus hermanos. Cuando se encontró al comienzo de las escaleras, la menor dejó caer el lápiz al ver de quienes se trataba. Entonces no era un sueño, todo era realidad, el "Y si" fue una farsa...

—¿Sakura?

—¿Te despertamos? Lo lamento, quizás hablamos muy fuerte.. –se disculpo el hombre. Sakura negó y cogió nuevamente el color, luego camino hacia sus padres y se sentó en el espacio vacío de un enorme sillón–

—Estabamos hablando sobre la pregunta que te hice esta tarde.. –dijo Mebuki acariciando la cabellera rosada de su hija–

—Aceptaremos si quieres unirte a la academia.. –dijo Kizashi sonriéndole. Sakura jugo con el color que tenía sobre el regazo y medito lo que había escuchado–

La verdad es que ir a un lugar donde te ayuden a controlar el chakra y a entrenar es muy tentador, pero juntarse con niños de su edad le sería muy difícil. Siempre estuvo con personas mayores, como su abuela, sus tíos, sus hermanos (Mangetsu y Suigetsu), su padre y los tripulantes, también con su padrino, aunque del último no era muy grata su compañía. Incluso los Mugiwara's eran mayores que ella, excepto Kurosagi, el era el menor de la banda. Suspiro en signo de rendición, no le gustaba pero era la mejor opción...

—Si, quiero apsistir.. –dijo con dificultad. Por un momento pensó ver en los ojos de sus padre un brillo de preocupación–

—Bien, mañana iremos a hacer el papeleo y pasado podrás comenzar a asistir.. –dijo Mebuki levantándose del sillón– ..comenzaré con la cena...

Tras lo dicho la mujer se retiró de la sala y fue a la cocina. Kizashi estaba como que ido viendo un punto sobre el suelo de madera, suspiro y miró a la menor. Sakura dejo de jugar con el color y miró a los ojos azules de su padre...

—¿Que le pasa a mamá?..

—Esta preocupada.. –la menor lo vio con grandes ojos, pero no estaba asustada, ella sabía que su madre podía con todo– ..igual que yo...

No, se equivocaba. Por la mañana, cuando despertó, creyó que aquellas dos personas no eran sus padres.

Kizashi se veía más joven que en la otra realidad, y no por edad, en la otra realidad se veía cansado de la vida, pero no al grado de querer que está termine. Kizashi se veía como un hombre lleno de experiencia, quién vio la muerte de sus nakama's, de su esposa y también quién no vio la infancia de su hija. Este Kizashi era tan distinto, pero eran los mismos, un hombre dedicado a su familia, a su hija, pero también despreocupado en unos casos y risueño en otros, un hombre que ama a quienes lo rodean.

Por otra parte estaba su mamá, a quien no conoció si no hasta años más adelante, cuando tenía dieciocho años. Una mujer fuerte, tanto de carácter como en físico, con la convicción para gobernar. Esta Mebuki era tranquila, preocupada.. alguien tan distinta a la otra Mebuki. Pero también una madre con un gran amor por su hija y su marido, lo observó en sus ojos cuando la vio por primera vez está mañana.

Ambos eran los mismos pero en diferente presentación, ambos eran sus padres...

—No te procupes Oto-san, me volveré el mejor ninja del mundo!!! –dijo sonriendo de lado a lado–

—No lo dudo, hija.. –dijo con una sonrisa paternal–

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—¿Esta es la academia Ninja?.. –preguntó Sakura viendo aquel lugar, parecía una escuela con tantos niños esperando a que abrieran las puertas–

En su primer vida nunca le fue bien con los niños, era odiado, huían también, básicamente era un caos. Interactuó con ellos, pero ya de mayor edad. Y cuando interactuaba con ellos en su niñez.. digamos que siempre estaba en "hibernación" durante la infancia hasta ya entrada la adolescencia o adultez, se saltaba eso de la infancia pero no lo olvidaba...

—Hay muchos niños..

—Aveces puede ser abrumador.. –diji tranquilizando a la menor pues había puesto su mano en su cabeza– ..¿Quieres ir con las niñas?.. –la menor negó, la infancia era dura!!!–

Sentía tanto estrés que creyó escuchar voces en su cabeza, volteó a todas partes confundida, tal vez todo estaba en su subconsciente. Aguanto la respiración diez segundos y luego exhaló sonoramente, causando una sonrisa en la mayor. Sakura, después de su "episodio", miró nuevamente a sus futuros compañeros.

Hasta este momento se fijo en la vestimenta tan curiosa de los habitantes, con aquellos colores sólidos y esas sandalias curiosas, no como las vestimentas tan excéntricas de la otra realidad. ¿Que le dirían si la vieran en un bikini de dos piezas? O con un enorme saco de plumas color rojo???...

—¿Que es tan gracioso? Sakura.. –preguntó Mebuki feliz de ver a su hija relajada. Sakura sonrió y apunto al montón de personas, Mebuki regaño y le hizo bajar el dedo–

—Mama, que curioso se visten.. –dijo infantilmente aguantando la risa. Mebuki río ante su comentario–

—Bueno, hija, no eres la excepción.. –Sakura torció la cabeza confundida– ..parece que viniste de la playa...

Y era muy cierto, Sakura vestía una polera de tirantes color rojo, un shorts rosa palo y unas chanclas como las de Luffy...

—¿Te parezco rara?.. –la mayor sonrió y nego– ..y si usará un enorme saco de plumas rojo y siempre sacara la lengua???...

—Bueno, hay de raro a raro y eso sí sería muy raro.. –la menor le miró y sonrió mostrando todos sus dientes con los ojos cerrados–

La pequeña multitud lentamente se iba haciendo más pequeña, los niños se despedían de sus madres, padres o hermanos. Las puertas se abrieron, era ahora o nunca. Aprendería a controlar el chakra y luego.. luego.. sus ojos perdieron el brillo, ¿Para que aprendería a controlar el chakra? ¿Para que le serviría?...

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Espero que les haya gustado, ¿Cuál será el nuevo sueño de Sakura?.

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