Capítulo 6: Reglas

~El sueño de una noche de verano~

Dream...

My dream...


Lágrimas.

Muchas lágrimas.

Lágrimas que definían un camino.

Un tierno e inocente camino, génesis de la maldad.

Un cuerpo devastado, más que hundido, siendo sofocado por aquella densa neblina de desasosiego.

Nuevamente, Hyunjin se veía perturbado por sus propios pensamientos, ¿Qué sería de él luego de que sus padres ejercieran esas "nuevas reglas"? ¿De verdad podría vivir así? ¿Podrá él escapar de aquel infierno? Miles de preguntas similares van surgiendo constantemente de su joven cerebro y eso lo destruye más y más.

El recuerdo de lo que había ocurrido hace apenas unos minutos, ese acontecimiento, acontecimiento que cambiaría por completo el resto de sus días.

-Hyunjin, levántate y deja de lloriquear. Escucha, tu madre y yo hablamos, y creemos que establecer unas reglas para ti es lo mejor.

A Hyunjin le sorprendía que la bestia que tenía como padre se comportara tan sereno hacia él, pero decidió ser precavido y permaneció en silencio, como de costumbre. Segundos después del anuncio, el señor Hwang lo dirigió a la sala de estar y dio inicio al fin para Hyunjin.

-A ver donde...- farfulló para sí el adulto en la habitación, rotaba su cabeza de un lado a otro como buscando algo, algo que tan solo un par de segundos después encontró; Un papel. Lo tomó y, acto siguiente, extendió el trozo de papel a su hijo -toma, léelo. Quiero ahorrarme las charlas, estoy demasiado cansado como para tener que decírtelo todo.

El nombrado tomó el texto.

Leyó la primera línea.

-...

"No podrá volver a ver a Félix, es una mala influencia".

Deseaba romper justo ahí, quería desplomarse en el suelo y dormir por el resto de la eternidad, dormir hasta que esta pesadilla haya acabado.

El resto de reglas sólo eran cuestiones de menor importancia que Hyunjin no se molestó en leer, quería evitar otro colapso, aunque realmente no era nada completamente nuevo en la convivencia de ese "hogar".

Levantó con desánimo su cabeza y divisó el lugar, intentando localizar algun tercero, por suerte su padre ya había abandonado la habitación. Ese día trabajaba así que en breves ya no está en casa.

Sin embargo su mayor preocupación es su madre. Es una ama de casa por lo que probablemente permanezca todo el día en su vivienda, y eso no será para nada agradable. Hyunjin tiene que conseguir escapar de allí, necesita cualquier alternativa para salir de ese lugar, porque cuanto menos tiempo esté dentro de allí todo estará mejor.

Tampoco tenía a dónde ir, ¿Qué excusa pondría esta vez? El niño dejó el tiempo correr mientras permanecía esperando a que alguna fugaz idea visitara su cabeza.

Durante ese tiempo no podía evitar pensar en...

Felix.

Le invadía un sentimiento de impotencia, sentía como si quisiese expulsar todo el aire dentro de su cuerpo, quería escupirlo todo, vomitarlo, le quemaba el aire dentro de él.

Quería morir.

Se dejó caer al suelo arrodillado y golpeando repetidas veces su cráneo contra este, sus ojos progresivamente tiñendose de rojo al igual que su rostro.

¿Ya estoy muriendo?

Eventualmente se desmayó y cesó al suelo que le llamaba desde hace mucho.

Hyunjin!... Jin!

Al escuchar aquella voz y esas palabras fue como si su cuerpo, aún cansado y débil se moviera sólo, buscando esa dulce melodía que proclamaba su nombre. Lentamente se levantó y su mirada de dirigió en dirección al sonido para encontrarse con Felix, que con una tierna sonrisa y brazos abiertos lo quería recibir gustoso.

Hizo lo imposible para estabilizarse y con ilusión corrió hacia el impecable cuerpo ajeno, que al alcanzarlo lo abrazó con fuerza, la suficiente para que nunca más se apartara de su lado. Sus miradas conectaron, notó que en los ojos de Felix no existía maldad ninguna, notó una inefable cantidad de amor que jamás vio antes y solo podía llorar al respecto.

Bajó un poco en su cara y divisó sus labios, labios que lo traían loco, labios que algún día él quisiera probar.

¿Algún dia?

Por impulso, o quizás por desespero, se acercó fugazmente a esos belfos para delicadamente plantar en ellos un tierno y corto beso.

No podía creerlo, le había dado un beso a su pequeño amado Felix, ¿Estaba loco?

Sí, loco por él.

Loco por Felix.

Era un sueño del que nunca quiso despertar.

Pero al momento siguiente sus ojos se abrieron, y no pudo evitar que otras lágrimas cayeran por su rostro.

Summer night•


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