Sin mirar atrás

Capitulo Uno.

KakaHina

Historia corta | Mundo alterno

Ningún personaje me pertenece todos son propiedad de Kishimoto, yo solos los utilizo para darle vida a esta historia. 

[.......]

El continúo arrastrándola a pesar de que sus piernas no podían más.

— Por favor Hinata-dono debe, tiene que continuar es su deber —

Pero ella no parecía querer escucharlo, se encontraba perdida y no era para menos había visto a su hermano mayor ser arrestados.

— Hinata-dono, Hinata-dono —

La chica apenas y reacciono, lo miro directo con esos enormes ojos.

— ¿Por qué? —

Dio un paso titubeante, luego como pudo lo sostuvo fuertemente de sus vestiduras y lo jalo a su dirección, Kakashi se dejó hacer era su superior después de todo.

— ¿Por qué? — volvió a repetir.

— Es la orden de su Majestad — intento sonar sereno, intento mantenerse firme, lo necesitaba.

— ¿Ellos estarán bien?— lo soltó de a poco.

Kakashi pudo notar la gran diferencia de estaturas.

— Los guardias, ellos inten.... —

— No, me trate como a una niña —

— Jamás lo haría Hinata-dono — Pero su petición no era del todo razonable, apenas y había cumplido los 18 años mientras que él ya arrebozaba los 20.

— Neji-Niisan, dijo que esto sería temporal que nos harían llamar cuando todo se calmara ¿Esto es cierto? Y te prohíbo mentirme —

Era demasiado joven, pero Kakashi realmente admiraba su determinación.

— Fuimos traicionados —

— ¿Quién? —

— Rasa-sama —

— ¿El padre de Temari-sama? —

Kakashi asintió, quizá estaba cometiendo un error pero ahora que sus vidas estaban en peligro no podía guardarse una información de suma importancia como esa.

— La alianza se fijaría, con el matrimonio de su Hija con Neji- sama —

— Padre, me lo explico ¿Pero entonces que sucedió? —

— A Rasa-sama, jamás le intereso formar una alianza. Su padre lo sabía pero no tenía manera de comprobarlo —

— ¿Entonces que ocurrió? —

— Su hermano fue acusado de envenenar a su Esposa —

Hinata dio un bote, conocía la gravedad de aquella acusación, si bien podían ser los hijos de su Majestad el Rey, no estaban exentos de ser enjuiciados.

— Neji-Niisan, Jamás, el nunca, no sería capaz —

— Lo sabemos —

Kakashi se giró a su alrededor, pronto la noche los alcanzaría y debía por lo menos armar una buena fogata que los mantuviera calientes y de ser posible ahuyentar a los animales salvajes.

— También existe una fuerte teoría —

Hinata parecía atenta a sus movimientos y palabras.

— De que Temari-sama, se hubiera envenado por su propia voluntad —

Hinata cubrió sus labios, incapaz de creer que una señorita tan llena de vida, fuera capaz de cometer tal pecado.

— Pero.... —

— Hinata-dono, aún es muy joven como para comprenderlo pero... —

— Debió ser forzada — aun podía recordarla deambulando en los pasillos del palacio sosteniendo una cesta de duraznos los que suponía eran el pretexto para ver a su hermano.

Ella realmente estaba enamorada, se había casado ilusionada, pudo verlos en sus ojos.

— Rasa-sama, es un hombre severo — uno que había sido capaz de orillar a su propia hija a cometer suicidio para así obtener el pretexto perfecto para atacar al Rey y a su descendencia.

— ¿El poder de Rasa-sama, supera al de mi Padre? —

Kakashi bajo la cabeza, aquello sonaba imposible pero desafortunadamente era verdad. Su Majestad los había favorecido de sobre manera después de que tanto él como sus hijos lo habían apoyado ciegamente en la anterior guerra.

— Hinata-dono, es mejor que... —

— Supongo que con esa excusa, intentara hacerse del trono — Kakashi suspiro, la chica era realmente hábil — Para este momento, tanto mi Padre como mi hermano deben estar... —

Se quebró, sus ojos se llenaron de lágrimas y de pronto no pudo sostenerse más, cayó como un peso muerto sobre la yerba.

— Te han confiado mi vida, pero que pasara después. No pasara mucho tiempo hasta que Rasta-sama nos encuentre. Después de eso me ejecutara, no le soy de utilidad, él ya cuenta con dos posibles herederos... —

— Se equivoca Hinata-dono —

La joven apenas y pudo reaccionar.

— El intentara darnos caza, intentara casarse con Usted —

— ¿Casarse? —

— De esa manera, mantendrá a los fieles seguidores del Reino a su lado. Teniéndola a Usted podrá hacerse.... —

— ¡No, lo permitiré! — Grito a viva voz — Jamás permitiré que un bastardo de ese calibre, me Use a su beneficio, preferiría morir antes de pertenecerle —

— Y es por eso que debe sobrevivir Hinata-dono —

[..................]

Kakashi ya había perdido por completo la noción del tiempo y muchas veces aunque no lo admitiera a viva voz había equivocado el rumbo, pero por fortuna siempre lograba orientarse a tiempo.

Por ahora aun podían andar tranquilos por los pequeñas pueblos, sus cabezas aun no tenían precio así que aquello facilitaba un poco más su travesía.

Al principio no estaba seguro de donde refugiar a la princesa.

Pero ella con completa inocencia una noche, había sugerido a los Uchiha, hombres de honor y...

Los había descartado de inmediato.

Fugaku Uchiha era ambicioso, podía leerlo.

Era consciente de que aprovecharía aquella vulnerabilidad para obligarlos a pactar un compromiso con alguno de sus hijos, pues aunque fueran buenos amigos del Rey la ambición siempre salía a relucir.

Así que había decidió llevarla a su tierra, al lugar donde había nacido y abandonado luego de cumplir 12 años cuando su Madre dejo de luchar y se había entregado al creador.

— Entre más lejos mejor —

Ella lo había aceptado a las primeras de cambio y a pesar de que lo esperaba, Ella no se atrevió a cuestionarlo.

— Confió en Usted Hatake-san, ciegamente —

Era algo que ni el mismo se esperaba, tomando en cuenta que en el pasado habían sido pocos sus encuentros.

Pero él Príncipe Heredero, no paraba de elogiarla una vez comenzaba. ¨Realmente es una chica linda, no es así¨ aun podía recordar su voz.

El príncipe era su amigo, su confidente y un fiel compañero y Él hubiera estado dispuesto a dar su vida por él, si tan solo lo hubiese pedido.

Pero le había confiado a su Hermanita, se la había entregado como su mayor tesoro y bueno, no sería él quien defraudara aquella confianza.

Aunque sus pies quemaran, aunque no comiera lo suficiente, aunque tuviera que desvelarse para velar su sueño.

Haría todo lo posible para mantenerla viva.

[.....]

— Mire un rio — chillo emocionada.

Kakashi estuvo a punto de alegarle, los ríos usualmente atraían animales grandes y uno que otro delincuente que aprovechaba la oportunidad para robarles.

Pero luego se miró a sí mismo, su ropa había pasado de un color Borgoña a un gris opaco y que decir de la suciedad que seguía acumulándose en sus uñas estaba seguro que aun habían pedazos de tripa de la cena de ayer.

— Bien, pero no debe demorarse. Yo hare la primera guardia—

Se acomodó sobre una roca mientras la veía alejarse dando pequeños saltitos.

Aquella chica sí que era fácil de entender, cuando estaba feliz saltaba cual conejo y sus labios parecían querer romperse y cuando se encontraba afligida sus ojos adquirían un tono opalino casi como si no tuvieran vida.

No estuvo seguro de cuánto tiempo había pasado, pero se estaba poniendo impaciente su piel comenzaba a picarle y bueno otras partes que no se atrevía siquiera a nombrar.

— ¡Mierda! ¿Cuánto tiempo necesita una chica para darse un baño? —

Se levantó dispuesto a encararla, por muy princesa que fuera el también necesitaba de un baño adecuado y estaba siendo desconsiderada, a montones.

Intento hacer el demasiado ruido posible como para ponerla en alerta si es que aún no estaba lista y luego comenzó a llamarla.

— Hinata-dono, Hinata-dono —

— Deténgase, justo ahí — 

Se detuvo en seco y por primera vez no lo tacho de pervertido e impaciente como en el pasado.

Así que enseguida supo que algo andaba mal.

Sin impórtale su petición, se abrió paso.

En cuanto la vio completamente desnuda y asustada, sintió una fuerte punzada en el pecho, pensó lo peor, busco a su alrededor apresuradamente, en aquel lugar había una enorme cantidad de animales venenosos, así que.

— ¿Qué sucedió? —

Sus piernas estaban ensangrentadas, era apenas un hilito que bajaba de su entre pierna.

— No se atreva, no me mire tan descaradamente — se tiro a llorar.

— Hinata-dono, quiere Usted explicarme que sucede — respetuosamente le paso una prenda de su ropa aunque todavía seguía lo bastante húmeda como para serle de ayuda.

— Se trata de mi regla —

Kakashi palideció, eran realmente muy pocas las mujeres que se habían atrevido a confesarle algo tan personal.

— ¿De qué manera puedo ayudarle? — Quiso ser de ayuda, pero muy en el fondo sabía que al infringir su intimidad de esa manera había sido un grave error.

— Yo necesito un poco de tela — sonaba tímida, como nunca antes.

Kakashi quiso golpearse por ser tan malditamente impaciente.

Guiado por la petición de su princesa comenzó romper su propia ropa y se la extendió.

— Tome — Pero ella no lo tomo. Insistió, quizá estaba demasiado abochornada como para reaccionar — He dicho que lo tome —

— Yo, yo no puedo —

Kakashi realmente odiaba aquella faceta, era él quien debía cuidarla no al revés.

Irritado giro a su dirección, Hinata aún sin cubrirse completamente lo miro con aquellos ojos opalinos que le indicaban que estaba afligida o quizás era vergüenza, no podía decirlo con seguridad.

— Tómelo, un pedazo de tela no hará la diferencia paso frio todo el tiempo —

— No puedo —

— ¿Y por qué no? ¿Por qué no es fino? Discúlpeme su excelencia — soltó completamente irritado.

— Es porque está sucio — susurro, sus mejillas se colorearon en mil colores — Realmente agradezco su buena intención —

Kakashi paso saliva, sí que era un jodido imbécil.

— Yo lo lamento tanto —

— No tiene por qué, soy yo quien debería disculparse. Todo este tiempo he sido una inevitable carga para Usted —

Pero Kakashi sabía que no era así, en todo ese tiempo compartido ella se había esforzado en seguirle el paso, no había pedido comida aunque su estómago no dejaba de rugir, había portado esa andrajosa ropa de campesina que le había conseguido con la finalidad de mezclarse con los pobladores.

Ella se había esforzado, realmente lo había hecho.

— Estaré por haya, si es que me necesita — señalo a lo lejos.

Avergonzado por su estúpido comportamiento, siguió su camino,

Tenía mucho que aprender.

[.....]

Cuando finalmente volvió a su punto de reunión completamente limpio, pudo observarla encogida en sí misma, pálida sosteniéndose el vientre ferozmente y soltando uno que otro quejido de dolor.

— Andando —

Hinata inmediatamente se reincorporo e intento mantenerse firme, aunque aquello le estaba costando enormemente.

Kakashi fingió no percatarse, la conocía demasiado bien como comprender que cualquier ayuda que pudiese brindar sería rechazada de inmediato.

Así que decidió caminar a su ritmo fingiendo entretenerse con el mapa, por suerte aun recordaba que cerca de ese rio había una pequeña comunidad donde podían pasar la noche adecuadamente lejos de la intemperie o los alberges comunitarios donde constantemente eran obligados a compartir habitación al creerlos pareja.

Al final caminaron más de lo que había creído y para el infortunio de Kakashi el malestar de Hinata no parecían querer detenerse.

— Llegamos — intento sonar animado — Deberíamos de ir en busca de una posada que tenga buena comida —

Ella asintió débilmente, Kakashi se pensó seriamente cuantas veces aquel dolor la había incapacitado de esa manera y él nunca se había percatado.

En verdad que era un fraude como protector.

No tardo mucho tiempo para percatarse que en aquel lugar las prostitutas abundaban y muchas de ellas descaradamente le ofrecían sus servicios aunque Hinata estaba a su lado.

— Mi esposa y yo estamos buscando donde dormir —

Había tenido que mentir de otra manera estaba seguro que nunca lo dejarían en paz, muchas de ellas al escucharlo decir aquello simplemente se habían ido desilusionadas, otras más habían mirado con mala cara a Hinata.

Pero al final una que otra le había ofrecido su posada, en la cual trabajan.

A Kakashi no le pareció adecuado que Hinata durmiera en un lugar como aquel, repleto de hombres ebrios, olor a tabaco y gemidos constantes, pero al verla tan adolorida no tuvo otra opción que arrastrarla a la posada más cercana.

— Una habitación — coloco dos monedas de cobre sobre el mostrador —

— Hatake-san, preferiría una habitación aparte — pidió. Apenas y fue un pequeño susurro. Era algo realmente extraño, usualmente ella jamás exteriorizaba sus deseos.

Kakashi miro al encargado del lugar, era gordo con una enorme barba y con pinta de maldito.

— Habitaciones compartidas, tiene algo como eso —

El hombre asintió, Kakashi termino entregando 3 monedas extras y fueron guiados hasta su habitación.

Aquello no era lo que Hinata deseaba, pero no la dejaría sola en un lugar como ese.

— Puedes elegir —

La habitación era amplia y contaba con dos camas lo bastante limpias como para poder recostarse sin problemas y con una enorme cortina que lograba darles apenas la privacidad necesaria.

— Esta —

Kakashi suspiro, había elegido por mucho la menos cómoda y estable pero no alego, ella parecía realmente cansada.

— Iré por comida, quiere algo en especial —

Ella negó desganada, Kakashi la vio encogerse y rápidamente perderse entre las mantas.

— Si, algo le molesta debe decirlo —

— Estoy bien, gracias por todo —

— No hemos probado bocado desde ayer por la noche. Además Usted está perdiendo sangre, no puedo ser tan desconsiderada consigo misma —

— Un poco de sopa, con eso estaré bien —

— Volveré enseguida, intente no salir ni hablar con nadie. Llevo conmigo la llave, pero por favor no ceda ante nadie, este lugar no es confiable ¿Entiende? —

— Sin confiar en nadie, entendido —

[.....]

Kakashi tuvo suerte, no había bajado completamente las escaleras cuando una joven moza le extendió una canasta de tamaño considerable con comida.

Sonrió agradecido, últimamente decir que eran recién casados se había convertido en su mentira preferida, pues normalmente en las posadas siempre le obsequiaban comida.

Cuando volvió a su habitación se abstuvo de tocar la puerta, sabia de ante mano que Hinata no le abriría, así que con sumo cuidado de no tirar nada del contendió de la cesta saco la llave de su bolsillo, entro lentamente solo para descubrir que su pequeña princesa ya se encontraba profundamente dormida.

— Sí que debe estar cansada —

Pues por muy princesa que fuera nunca se había saltado ni una sola comida no importaba lo que fuera o lo asquerosa que luciera, siempre se lo terminaba todo.

— ¡Provecho! — le dio una buena mordida a ese pollo frito.

Sintiéndose completamente satisfecho, guardo la porción de Hinata aunque estuviera frio seguro que la chica lo disfrutaría, llevaban rato sin comer algo decenté.

Camino un poco solo para agilizar su digestión y poder descansar al menos por un buen rato antes de seguir su camino.

Pero un ruido proveniente del piso de abajo logro captar su atención.

— ¡Vino! — apenas y pudo percatarse del sonido de los tarros al llenarse.

Sus labios comenzaron a desearlo y bueno Hinata ya se encontraba profundamente dormida no pasaría nada si es que se ausentara por unas cuantas horas, sin duda ella estaría bien le había enseñado todo lo necesario como no abrirle la puerta a extraños y no hablar con ellos.

— Si, seguro que estará bien — con ese pensamiento salió de prisa.

Pudo observarla espumosa y repleta, en automático relamió sus labios.

— ¡Miren es el recién casado! — Anuncio el dueño del lugar y todos los varones alzaron sus tarros — Pero, vamos chico te hacía en compañía de tu esposa —

Era evidente que había doble sentido en sus palabras, pero no era momento de ponerse delicado, después de todo él era quien había mentido. No le quedaba más remedio que seguirles el juego.

— Ella duerme ahora —

Los varones comenzaron a silbar.

— Todo un galán, chico. Tú, sírvele una, cortesía de la casa —

El hombre le guiño el ojo y continúo con sus deberes. Luego una mujer bastante llamativa le entrego un tarro repleto de vino.

Kakashi agradeció y enseguida bebió.

— Sabes — la mujer intento sonar melosa — Si, tu mujercita descansa ahora, no debe ser una buena compañera —

Kakashi la miro, era realmente descarada a la vista en cada oportunidad hacia uso de sus atributos para intentar llamar su atención.

— Ella solo está cansada —

Si bien la mujer no le era indiferente, no podía permitirse malgastar el poco dinero que tenía al vender las joyas de su princesa.

— No seas aburrido cariño, solo por hoy podría simplemente olvidarme de que eres casado — sonrió.

— ¿A importado antes? — estaba sonando arrogante, pero debía alejar la tentación a toda costa.

— Eres demasiado interesante —

La mujer se le acerco despacio y le planto un beso.

— ¿Cereza? —

— Solo un poco —

Kakashi le tomo la cabeza y esta vez fue el quien la beso, profundamente, sin darle la oportunidad de reincorporarse mordiéndole los labios en cada pausa.

— Sígueme — apenas y pudo hablar, la mujer estaba enrojecida de pies a cabeza.

Kakashi la siguió.

Era consciente de que estaba dejando a su prioridad por el placer de una dama, pero ya no podía contenerse.

Entro guiado a una habitación reducida, sin perder tiempo la mujer lo tomo del cuello y comenzó a besarlo, Kakashi correspondió enseguida y sin tener el menor cuidado posible descubrió sus senos todo estaba sucediendo demasiado rápido pero no pensaba detenerse se encontraba demasiado excitado como para ser delicado además la mujer no parecía incomoda, hasta cierto punto Kakashi pudo percibir cierto brillo.

La puso de espaldas pegándola a la pared, levanto sus ropas y sin más la penetro con fuerza. Besando su cuerpo e inhalando su exquisito aroma a vino entre mezclado con flores.

Ella gimió fuertemente de inmediato la beso para callarla, no deseaba que nadie más que ellos se enterara de aquel fugaz encuentro.

La mujer comenzó a moverse, Kakashi finalmente la soltó y ella tomo el liderazgo lo sentó en una silla, se montó sobre él y comenzó a menearse.

Kakashi solo a tino a tomarle el trasero continúo besando sus labios y cuello.

Finalmente al llegar a su punto, Kakashi se apartó rápidamente.

La mujer se inclinó y finalmente lo bebió todo, Kakashi la hundió con ayuda de su mano izquierda.

Dicho por las propias palabras de la mujer aquel encuentro había sido realmente inusual pero satisfactorio, así que no se atrevió a cobrarle ni una sola moneda de cobre a Kakashi.

Pero Kakashi no se sentía cómodo con esa decisión, así que termino comprándole un vestido lo suficientemente nuevo y bonito para que Hinata tuviese algo diferente que ponerse.

Sintiéndose liberado y feliz volvió a su habitación para descansar lo que restaba de noche. 

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