(finalized)
Liverpool, Inglaterra. 1:34AM
Aquella noche había llegado, la noche soñada en dónde sabían que un mánager vendría aquel bar a ver a las bandas que ahí tocaban y ver cuáles eran dignas de tener un trabajo formal, conseguir un sello discográfico y avanzar en sus vidas artísticas.
Ahí estaban John, Paul, George y Pete, Stuart se había quedado en Alemania con su novia Astrid y por ende Paul debió ser el bajista desde ese momento, cosa que no fue muy de su agrado en aquel momento.
──Todo estará bien, los nervios son normales pero verás que cuando subas al escenario vas a brillar como nunca y estaré ahí apoyándote, detrás de ese mánager y te daré indicaciones.── Le habló el mayor mientras le daba un masaje en los hombros al colmilludo.
──Pero no los seleccionó a ustedes y ustedes son geniales... A Rory le salía humo de las orejas al ver qué ese sujeto no vino hablarles.── Se encogió el menor mientras abrazaba su guitarra estando notablemente nervioso.
──Estarás bien, yo tengo fé de que les irá bien y si no los seleccionan no pasa nada, estoy muy orgulloso de ti y mírame, hasta me puse éste traje rosa que tanto amas.── Soltó una risa tratando de hacerlo sentir mejor y se alejó modelando de forma tonta para sacarle una risa a su pareja oculta.
George no pudo evitar reírse pudiendo sacarse un peso de encima, parecía que sus miedos y nervios desaparecieran por completo, el mayor tenía esa gran cualidad y el hacer el tonto con ese chistoso traje rosa al cual halagaba.
──¿Viste? Ahora estás más relajado, anda, ya casi deben subir y recuerda, eres talentoso y muy capaz.── Se acercó rápidamente para tomar sus mejillas y besar su frente para así irse corriendo de aquel lugar en dirección a la barra el cual era su lugar predilecto.
Al ver bajar a la banda que en ese momento había tocado tomó aire profundamente y pronto sus compañeros llegaron, se veían tan nerviosos como él, John no dejaba de hacer bromas tontas, Paul temblaba y sus manos sudaban mientras que Pete no dejaba de jugar con sus baquetas entre si.
──¡Nos irá bien! Por un demonio vamos a dejar con la boca abierta a ese maldito mánager.── Dijo John en un tono de voz algo alterado antes de tomar su guitarra y saltar al escenario.
Los demás asintieron con la cabeza de forma efusiva siguendole el paso al otro con una fuerte personalidad de líder.
Todos estuvieron en sus posiciones y sus ojos se fijaron en aquel mánager, resaltaba entre todos los demás ya que iba bien vestidos y los miraba con astucia, sin ningún aspice de duda era él y tenían que lucirse.
En ese momento los ojos pardos del menor buscaron los azules de su amante y al encontrarlos pudo respirar profundamente, le daba paz y le hacía gestos como que todo aquello saldría bien y rezaba que así fuera.
Sus miedos se dispersaron y sus dedos viajaron por su guitarra, como si fuera la musa más bella de todas en las cuales sus dedos la moldeaban y la hacían gritar del más puro éxtasis, en dónde la hacía llorar en cada sentimiento que su corazón moría por gritar, en cada coro y sus ojos miraban al mayor ardiendo de amor y pasión.
Cuando menos se lo esperó hizo el último acorde sintiendo las perlas de sudor bajar por su frente y los aplausos de los borrachos lo sacaron de esa bruma de sentimientos tan fuertes que bajaron de golpe como un chapuzón.
Tras una reverencia a su amado público bajaron del escenario para ir tras bambalinas en dónde sintieron que la presión les bajó de golpe, cayeron al suelo derrotados sintiendo sus corazones acelerados cómo un tren expreso.
──¿Estuvimos bien?.── Preguntó Paul el cual frotaba sus manos entre si notablemente ansioso.
──¡Claro que sí! Si ese idiota no nos toma se habrá perdido de la mejor materia prima de Liverpool.── Dijo de forma arrogante el de nariz aguileña dándole un pequeño golpe en el hombro de Paul.
Tras aquellas palabras todos comenzaron a reírse de forma entretenida pero en cuestión de minutos un sujeto alto de traje irrumpió llamando la atención de los cuatro jóvenes.
──Buenas noches muchachos... Me presento, soy Brian Epstein y vengo a proponerles algo... He visto su presentación y la verdad que me sorprendieron bastante, así que iré directamente al grano.── Habló aquel hombre ajustando su corbata y les sonrió de lado. ──Chicos... Yo voy hacerlos famosos.──
Todos en aquel lugar parecieron casi brincar de la emoción y con todos también se hace referencia a Richard Starkey el cual escuchaba la conversación detrás de una cortina que separaba el escenario de las bambalinas.
──Oh amigo, te equivocas, tú no nos harás famosos a nosotros, nosotros te haremos famoso a ti.── Señaló Lennon poniéndose de pié y acercándose a Brian. ──Soy Lennon, John Lennon.──
[...]
──¡Lo lograste! ¡Te dije que lo harías!.── Dijo Richard sumamente contento alzando al menor en sus brazos seguido de besar sus labios. ──Jamás miento y lo sabes.──
El pequeño George no podía más de la emoción, sus padres y hermanos estaban euforicos porque el menor de la familia había firmado un contrato, bah, su padre lo había firmado al ser menor y estaba en las ligas mayores, tenía un trabajo, la música se convirtió en un trabajo y estaba dando frutos, sabía que iba a dar frutos.
──Ay Dios Ritchie, estoy tan feliz.── Dijo totalmente emocionado menor mientras se aferraba al cuello del ojizarco. ──Pero... Tú lo merecías más... Me gustaría que pudieras venir conmigo al estudio y ser el baterista de nosotros.──
──Y yo estoy tan feliz por ti.── Dijo con sinceridad acostándose en la cama encima del menor y le miró con pesar. ──Está bien, no pasa nada... Yo estaré a tu lado y estaré muy orgulloso de ti porque no hay nadie que lo merezca más que tu, maldito estudiante incompetente, holgazán, mal hablado, lujurioso, perfecto.── Besó los labios ajenos ante cada adjetivo dicho escuchando las risitas del menor.
──¿Hablas enserio? Yo creo que tú lo mereces más, has pasado por tanto... Mereces todo lo bueno que hay en el mundo... Y tú eres un maldito Teddy de verdad el cual me daba clases diciendo que no era uno, eso es delictivo.── Dijo divertido aferrado al cuello ajeno gustoso de recibir aquellos besos. ──Mi Teddy Boy.──
──Suena muy lindo dicho con ese pronombre posesivo, me gusta... Pero creo que debemos celebrar que usted, señor Harrison ha firmado un contrato muy especial... Nos vamos a divertir toda la noche.── Dijo profesando su amor eterno al muchacho antes de abalanzarse sobre él para pecar de la forma más cruel, vil, amorosa y apasionada posible.
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