──¿Te está gustando?.── Preguntó el ojizarco con una pequeña sonrisa mientras fumaba.

──Está muy rico, me encantó.── Dijo con una pequeña sonrisa llevando una papa frita a su boca.

──Me alegra tanto saber que te gustó... Aún no puedo costear algo mejor pero es lo mejor que puedo.──  Dijo algo apenado el mayor mientras terminaba de comer sus papas.

──No te preocupes por eso... Lo importante es que me has invitado a salir y eso es más que suficiente.──  Le consoló con una de sus pequeñas sonrisas en dónde su pié derecho acariciaba el tobillo del otro.

Hace mucho Richard le había prometido al menor llevarlo a comer algo, claramente a escondidas y camuflado con una salida de hombres entre bebidas y demás para que no sospecharan que era una clase de cita romántica entre dos hombres.

No ganaban mucho, debían ahorrar dinero para una linda cita o ir al cine, pero querían que no tuvieran incovenientes o que los golpearan o peor... Ir presos por la atrocidad que sentían el uno por el otro ante la ley.

──¿Van a tocar éste fin de semana?.── Le preguntó el más bajo mientras jugaba con su mechero.

──Oh si, estamos muy preparador, ya no son más rumores, es real... Vendrá un mánager al bar y... E-es nuestra oportunidad ¿No?.── Dijo con un brillo en sus pardos ojos que era totalmente indescriptible. ──Pero tú lo mereces más... Eres un baterista profesional... Talentoso... Con más experiencia que nosotros.──

Ante aquellas palabras el hombre mayor lo miró atónito, no podía gesticular alguna palabra o algo similar para darle a entender al otro su sentir. Extendió sus piernas para darle una caricia al otro ya que por ahí nadie los podría ver o sospechar de lo que sentían.

──Ey, tranquilo, esto no es una competencia, si el fin de semana un mánager se fija en ustedes y les ofrece un contrato, debes aceptar, no importa nada, debes aceptar ese contrato porque te va a sacar de aquí, vas a cumplir tus sueños... Ya terminaste tus estudios básicos, ya nada te ata a éste lugar... Y juro por mi madre que si llegan a rechazar ese contrato no vas a poder ponerme ni un mísero dedo encima ¿Entendió alumno Harrison?.──  Dijo en un tono de voz serio pero notando su chispa divertida en dónde se llevaba una papa frita perteneciente del otro a su boca.

Ante aquellas palabras dichas por su ¿Amante? ¿Pareja? No lo sabía pero era su persona especial como decían los hombres adultos, solo pudo asentir con su cabeza.

Esas malditas palabras le habían llegado a su corazón, ese hombre de apariencia ruda que portaba una navaja en su abrigo era el hombre más dulce de todos, el que le daba cobijo en sus fuertes brazos, que le daba besos en dónde su barba le picaba ante el contacto y que era el más apasionado en la intimidad pecadora ocultada del mundo que lo llevaba al éxtasis ¿Cómo podía ser la combinación perfecta?.

──Voy a tomar su advertencia en consideración ¿Si?── Sonrió de lado robándole un cigarro de su cajeta de cigarrillos y le miró de lado.

──Más te vale porque iré a verte, me quedaré a verte en la barra como siempre ¿Debería llevar mi traje rosa? Debería plancharlo.── Musitó mordiendo su labio inferior al ver cómo le robaba las cosas, era algo común en ellos y se lo permitía.

──Muy bien... ¿Nos vamos? Debo llegar temprano a casa.── Dijo con un toque de falsa infantilidad tomando el mechero del otro para encender su cigarrillo.

── Espérame afuera, le pagaré al mesero y llevaré a cenicienta a casa, no quiero que los Harrison sepan que un Teddy está con su bebé.─── Le picó la nariz seguido de golpear su hombro para así escapar de él.