4.

Hogar de los Harrison, 1959. 09:54AM

Aquella mañana el menor de los Harrison se encontraba en su habitación sentado al borde de su cama teniendo enfrente suyo a su madre y Harry, uno de sus hermanos mayores los cuales le estaban replicando el hecho de que sus notas estaban más bajas de lo usual queriendo saber respuestas al respecto aunque mayormente la culpa iba dirigida a sus salidas nocturnas con sus amigos en dónde volvía al día siguiente cuando el Sol ya había salido estando en un estado de ebriedad bastante notable y un olor a cigarrillo en dónde no era necesario acercarse mucho para saber que había estado fumando.

──Hemos sido muy pacientes contigo hijo pero te has descuidado en su totalidad, mira éstas notas por favor.──  Exclamó su progenitora señalando una de sus notas la cual era de matemáticas.

──Lo que nuestra madre quiere decir es que debes esforzarte más, ya casi terminas y cuando lo hagas podrás hacer lo que quieras, ya sabemos que no quieres ir a la Universidad.──  Calmó un poco el ambiente Harry el cuál tenía las manos en sus bolsillos.

──¿Y por qué debo seguir estudiando? Desearía poder renunciar a los estudios y dedicarme a la música por completo.──  Exclamó el menor teniendo sus brazos cruzados a modo de reproche, no era alguien que se guardara los comentarios para si mismo.

──No jovencito, no vas a dejar tus estudios, los vas a terminar y pronto vendrá tu tutor para ayudarte a levantar esas notas.──  Dijo la mujer en un tono de voz firme teniendo el ceño levemente fruncido, adoraba a su pequeño hijo pero era bastante rebelde.

Cuando la única mujer de la conversación salió de la habitación del menor de la familia dejando la puerta cerrada, Harry esperó unos minutos más mirando a los costados antes de acercarse a su hermano y revolver su cabello, era todo un caso su pequeño hermanito.

──Solo un último intento y ésto se acabará, se que odias los estudios y que te duermes en clase, mamá no lo sabe pero debes terminar ésto y se acabó ¿Si? Y por favor no asustes al tutor, eso sería un verdadero dolor de cabeza y no quieres que papá, Peter o Louise vengan... Menos Louise, hasta a mí me da miedo cuando se enoja.── Comentó con una pequeña sonrisa el hermano mayor.

──Ni que lo digas... Ésto es espantoso, no le veo motivo además sería mejor que trabajara y pudiera traer dinero a casa, con estudiar no me dan absolutamente nada... Si, trataré de no ser un pequeño demonio y no asustarlo, haré mi mayor intento... De eso no prometo nada.── Comentó divertido mientras arreglaba su cabello oscuro debido a que Harry lo había desordenado. ──Por favor que no se entere Louise, prefiero los regaños de papá que un sermón de ella.──

Ambos hermanos siguieron conversando al respecto mientras arreglaban aquella habitación la cual era verdaderamente un desastre, ropa tirada por todos lados, guitarras sobre la cama o el escritorio junto algunas botellas de alcohol o alguna caja de cigarros olvidada por ahí, era la habitación de cualquier adolescente fanático de la Fórmula Uno debido a los posters que habían pegados en las paredes, adoraba esas carreras siempre insistía en que lo llevaran a ver alguna o simplemente veía las carreras los fines de semana por televisión.

Al cabo de varios minutos se escuchó desde la primera planta como la madre de la familia hablaba con alguien diciendo que su hijo estaba arriba en su habitación.

Ahí los nervios consumieron por completo al joven colmilludo que solo miró a su hermano como un último pedido de ayuda que fue totalmente denegado con una sonrisa divertida, no mentiría, Harry adoraba ver cuándo su hermanito menor era consumido por esos nervios ya que no era muy usual verle de esa forma así que solo le deseó mucha suerte volviendo a revolver su cabello y salió de la habitación.

Se escucharon unos cuantos pasos de él y que le habló a alguien, muy bien, ahora sí estaba nervioso pero no lo demostró así que solo se acostó en su cama viendo directamente al techo para "canalizar sus energías"

──Aquí está George, George él es tu tutor se llama Richard Starkey.── Habló su madre entrando a su habitación y al verlo acostado en la cama sin demostrar ningún interés le llamó la atención golpeando con sus nudillos el marco de la puerta. ── Georgie, hijo no seas descortés.──

Cuando el joven colmilludo escuchó aquel nombre y el llamado de atención por parte de su madre se giró y muy grata fue su verdadera sorpresa al saber que su tutor sería el mismo hombre que los salvó la noche anterior de aquellos policías y guardias del cine.

Se veía más prolijo, no se veía como aquel chico rudo con ropa de cuero, barba y aparentar ser un sujeto que a la más mínima oportunidad te podría robar, se veía más limpio y arreglado por no decir que se había afeitado y estaba usando ropa formal pero no tanta, zapatos y pantalón de vestir negro, una camisa blanca pulcramente planchada junto a una corbata y encima de ello un chaleco oscuro.

La única razón por la cual pudo identificarlo a parte de su baja estatura era el uso de muchos anillos en ambas manos y esos ojos azules que si era sincero consigo mismo eran los ojos más azules que había visto en toda su vida.

──Hola George, mucho gusto en conocerte, cómo tú madre ya me presentó creo que no será necesario que lo haga yo.──  Dijo amablemente extendiendo su mano al chico.

── En lo absoluto... ¿Viniste a enseñarme? ¿O a proponerme matrimonio?.──  Comentó siendo un completo descarado negándose a estrechar su mano con el otro ya que había fingido que no se conocían entonces su madre no sabia que su tutor era un Teddy que llevaba siempre consigo un arma blanca.

──¡George Harold Harrison French! Esa no es la forma de dirigirse al muchacho que aceptó darte clases, se más amable.── Dijo su madre agobiada por la terca actitud de su hijo.

──Oh no se preocupe señora Harrison, tiendo a trabajar con jóvenes que tiene la actitud del joven Harrison, eso no será un impedimento, no se preocupe.── Dijo a modo de calmar a la mujer girandose hacia ella en dónde la acompañó hasta el pasillo. ──Por ahora yo me voy a presentar y voy a sondear cuales son las debilidades más fuertes que tiene George, con esa base podré idear un cronograma de estudio acordé a las necesidades de él ¿Si? No se preocupe, todo estará bien, yo me encargaré de todo, es usted muy amable.──  Dijo con suma cordialidad Richard viendo como la mujer accedía a su pedido y se perdía bajando las escaleras en dónde luego entró a la habitación del menor cerrando la puerta detrás de él.

──¿Le mentiste a mi madre? Eres un descarado Ringo.──  Lo llamó por aquel apodo por el cual quería que todos le llamaran.

Al escuchar aquellas palabras, Ringo frunció levemente el entrecejo mientras se paseaba por la habitación del menor tomando entre sus manos aquél boletín de notas las cuales eran verdaderamente pésimas, casi como él pero por razones diferentes había tenido un atraso académico por su estado enfermizo.

──Necesito el dinero, las presentaciones en los bares no son lo suficientemente estables.──  Comentó apoyando una de sus manos en el escritorio mientras miraba al joven. ──No debe saber que soy un Teddy y si se entera por boca tuya les diré sobre el incidente del cine de anoche ¿Trato?.──

George frunció levemente el entrecejo ante aquellas palabras las cuales eran para manipularlo, quería manejarlo a su antojo para preservar su trabajo pese a saber que pertenecía a una verdadera banda de Teddy's y que absolutamente nadie los quería y menos querrían que uno fuera el tutor de su hijo, una relación tan cercana en dónde pasarían horas encerrados en la habitación estudiando.

── Por el momento... Lo que sea para que mis padres dejen de molestar con el tema de los estudios.──

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