━━━ 𝙏𝙖𝙠𝙞𝙣𝙜 𝘾𝙖𝙧𝙚 𝙊𝙛 𝙃𝙚𝙧
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— ¡Corre, corre, corre, corre! — Exclamó el niño de blancos cabellos mientras hacía esto mismo. La chica que lo acompañaba imitó su acción, con una expresión de terror en su rostro.
Ekko no se esperaba que ese par de estúpidos vigilantes se diera cuenta de que él fue quien les arrojó aquella piedra, pero al fin de cuentas así sucedió. Sus perseguidores fueron tras ellos casi al instante con exasperación, y sin duda esperaban alcanzarlos para poder ponerles las manos encima. ¿Qué seguiría después? Nada bueno, eso era seguro.
Estuvo a punto de soltar una "palabrota" hasta que recordó que aquella mano que sostenía la suya con fuerza para no perderse era la de Powder. Se calló a sí mismo, recordando lo inocente y tierna que era su amiga, no quería que lo escuchara diciendo cosas de esa calibre.
¿Por qué la había involucrado en esto en primer lugar?, se reprochó internamente por haberla metido en problemas también. No quería que le hicieran daño, pero sabía que esos desalmados los castigarían a ambos por igual. Debía evitar que aquello sucediera.
Siguieron corriendo por Zaun. Las calles del mercado clandestino estaban llenas de gente, un punto a su favor. Se mezclaron entre la multitud, ganándose unos buenos insultos y empujones por parte de los mayores. El moreno trazaba en su mente la ruta que seguirían para lograr eludirlos, pero le era bastante difícil poder concentrarse.
Llegaron a una zona no muy concurrida, lo que le permitió a Ekko ver la mejor opción. Los vigilantes, de alguna forma, atravesaron el gentío y los ubicaron rápidamente. Powder se aferró aún más a su amigo mientras que éste la guiaba a un callejón.
Fueron alcanzados en cuestión de segundos, lo que los motivó a ir más rápido. Esto, añadiendo que el camino por donde transitaban estaba lleno de basura y desperdicios, llevaron a que Powder se precipitara contra el suelo de manera brusca. Ekko inmediatamente la ayudó a incorporarse para luego seguir con su huida que, por cierto, resultó exitosa: el chico encontró un canal estrecho por el cual se deslizaron para salir exactamente a unos metros de la tienda de Benzo. Estarían seguros ahí.
— Ellos... — Pronunció el de ojos marrones tratando de recuperar aire — No se rinden tan fácilmente, ¿verdad?
— Ni nosotros — Comentó Powder con una sonrisa. Luego soltó un quejido de dolor, Ekko pudo ver la herida que tenía en su rodilla derecha. Un pequeño raspón que, pese a no ser grave, seguramente le dolía mucho, a juzgar por las lágrimas que salían de sus brillantes ojos azules.
— Espera aquí — Le dijo él, mientras que ella se sentaba en el suelo. Ekko entró en la tienda y saludó rápidamente a Benzo sin siquiera esperar su respuesta. Tomó una caja de primeros auxilios y se fue de ahí tan fugazmente como llegó.
Salió, aproximándose a donde estaba su amiga. Luego, se agachó frente a ella y empezó a sacar cosas de la cajita que traía. La peliazul lo miró trabajar sin dejar de sollozar, aunque la sonrisa cálida y consoladora del chico de cierta forma le subió el ánimo.
— Perdóname — Murmuró ella.
— ¿Perdonarte? — Cuestionó mientras terminaba de desinfectar la herida — ¿Por qué?
— Por ser tan débil — Contestó con tristeza — Los vigilantes casi nos alcanzan por mi culpa. Si tan solo fuera más rápida o más ágil...
— Powder, no tienes que disculparte. No eres débil, simplemente tropezaste. No fue tu culpa — Dijo, con voz suave.
— ¿No estás enojado conmigo? — Preguntó pausadamente, mirándolo.
— ¿Te parece? — Él terminó de untarle una pomada — Creo que yo soy el que debe disculparse. Perdón por hacer que esos vigilantes nos persiguieran — Pronunció después de unos segundos de silencio.
— No pasa nada. Siempre es divertido molestar a esos tontos — Afirmó, esta vez con una expresión divertida en su rostro. Ambos rieron.
Ekko sacó una bandita de la caja y le quitó su envoltura. Con cuidado, cubrió la herida de Powder ante sus ojos curiosos, que admiraban la delicadeza que su amigo tenía para con ella, pues desde su perspectiva, no era merecedora de tales atenciones.
Pero ahí estaba él, cuidándola como siempre.
— Ya está. Vas a estar bien — Afirmó y ambos se pusieron de pie.
— Gracias.
— No es nada, Pow-Pow — Le dijo — Debo irme, ya sabes, a trabajar con Benzo.
— Y yo tengo que ir a entrenar con Vi.
— Es mejor que descanses — Añadió — Para que te recuperes más rápido.
— Gracias por el consejo — Soltó una risita — Te veo mañana, Little man — Dio un par de pasos hacia él y le dio un corto beso en la mejilla. El rostro de Ekko se enrojeció hasta el tope.
— Ehh... — Balbuceó, lo que le pareció muy tierno a la chica — Te-te veo mañana Powder — Se despidió dándole una torpe sonrisa para luego volver a la tienda.
Powder agitó su mano a modo de despedida mientras lo observaba marcharse, y no pudo evitar esbozar otra sonrisa involuntaria mientras que el rubor se contagiaba tenuemente en su rostro. Se dio la media vuelta, alejándose por el camino contrario con rumbo a "La Última Gota".
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Los quiero ✨
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