𝘾𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙣𝙞𝙣𝙚 ★
<<I like me better when I'm with you
I knew from the first time>>
I Like Me Better, Lauv
★☆★
Yo nunca había tenido novio, ni nada parecido.
Por eso, ese algo que tenía con Walker me pillaba muy de nuevas.
Y tal vez por eso me pasé casi una semana evitándolo.
Antes de juzgarme —que es lo que estuvieron haciendo Shay y Stella — ¡hay que tratar de entenderme! A mí nunca me había gustado un chico. Bueno, sí, pero Josh Hutcherson cuando lo vi en Bridge to Terabithia a los seis años no contaba mucho. Así que imagina como debió ser para mí, Mackenzie Hermsworth, declararme a un chico ¡en una carta!
Eres una loca.
Gracias a Dios, después de lo de la carta tuvimos que grabar escenas separadas, por lo que era más fácil para mí evitarlo. Y luego llegó mi día de paz, el domingo, cuando no teníamos que grabar.
El plan de toda chica un domingo suele ser básico. Te pones una mascarilla, te lavabas el pelo, te pone tu pijama favorito y ves una comedia romántica tipo How to Lose a Guy in 10 Days o 10 Things I Hate About You.
El 10 es un número importante en la vida de toda adolescente.
Pues ahí estaba yo, preparando mi gran noche. Stella tenía una cita, por lo que había invitado a Leah y a Dior a una noche de chicas. Llevábamos mucho tiempo sin hacer algo las tres, y teníamos muchas cosas que contarnos.
Aunque yo era la que menos iba a contar.
Mientras Stella se maquillaba en el baño, yo, ya en pijama y con el pelo todavía húmedo, empecé a sacar las mascarillas de mi maletín de cuidados faciales. Empujé ligeramente sin querer a Stella cuando abrí el armario del baño.
—¿Que bicho te a picado hoy? —se quejó Stella—. Estás revolucionada.
—No sé de que me hablas —respondí, aunque era cierto que llevaba toda la tarde con nerviosismo en el cuerpo.
—Claro —aunque estuviera saliendo del baño, puede ver la sonrisa de Stella —. No sabes cómo contarles lo de Walker, ¿es eso?
Dejé las mascarillas en la mesa y me tiré boca abajo en el sofá.
—¿Qué quieres que les diga? "Hola chicas, le he escrito una carta a Walker diciéndole que estoy enamorada de él". ¿¡Estamos locos!?
Stella se rió desde el baño.
—No creo que se lo diga —murmuré—. Me da vergüenza.
Stella salió del baño y se quedó de pié frente a mí.
—No creo que a Walker le haga gracia saber que te avergüenzas de él —comentó retocándose el pintalabios.
—¡No me avergüenzo de él!
—Te averüenzas de tus sentimientos entonces.
—¡Sí! ¡No lo sé!
Stella me miró divertida.
—Me encanta mi trabajo —dijo—. Es tan divertido.
—Vete a la mierda.
—Cállate. ¿Qué tal estoy?
—Muy fea.
Realmente iba guapísima. Llevaba un vestido veraniego burdeos, de tirantes finos y con algunos volantes, unas sandalias de tacón negras y se había hecho un semi-recogido en el pelo. Parecía salida de una de mis comedias románticas.
Pero estábamos "peleando" así que no iba a admitirlo.
—Eres una envidiosa —se burló—. Menos mal que ya no soy una adolescente. No daría nada por estar a tu lugar.
—¿No te ibas ya? —pregunté con sarcasmo.
Stella cogió su bolso, me lazó besos con la mano y salió del piso.
Me levanté del sofá para preparar algunos aperitivos. Necesitaba tener la mente ocupada si no quería que mi ansiedad me comiera viva. Di un brinco al escuchar el timbre, pero eso no me impidió correr a abrir la puerta.
Dior y Leah, que al igual que yo iban en pijama, me recibieron con un abrazo de grupo. Las quería tanto, eran mis chicas. Las invité a pasar y nos acomodamos en los sofás.
—Mack —me llamó Leah—, ¿no hay nada que nos quieras contar?
Me puse tensa enseguida.
—¿Yo?
Me empezaron a sudar las manos. ¿Walker les había contado lo de la carta? Eso repercutiría en mi reputación de chica dura sin sentimientos.
—¡No nos has contado nada de la premiere!—exclamó Dior. Casi suelto un suspiro de alivio—. Bueno entendemos que sea un tema del que no quieres hablar, pero cuando pasó todo te cerraste en banda y... nos sentimos mal. Queríamos ayudarte.
Sentí que mi corazón se encogía. Me había negado a recurrir a ellas —a cualquier persona, en realidad— y ellas habían estado todo este tiempo preocupadas por mí.
Como chica sensible que soy, tuve ganas de llorar, pero logré sonreír.
—Sí, bueno... —murmuré, un poco avergonzada por mi comportamiento—. Fue un golpe bajo. Pero ya estoy mejor. La cosa se a calmado bastante.
—No te preocupes —Leah agarró mi mano—. Polémicas va a haber siempre. ¡Hay mucha gente sin vida en este mundo!
—Sí —coroborró Dior—. Incluso la propia serie recibió cantidad de críticas.
Leah agachó la cabeza. Había recibido muchísimas críticas por interpretar a Annabeth, que no se parecía a ella físicamente. Apreté su mano y sonreí cuando levantó la mirada hacia mí.
Todas necesitamos un poco de apoyo de vez en cuando.
—Basta de tristeza —dijo Dior levantándose del sofá—. Somos tres tías chulísimas y nos lo vamos a pasar genial. Voy a poner la pizza en el horno.
Leah y yo nos reímos. Empezamos a preparar las mascarillas mientras Dior estaba en la cocina.
—¿Quieres hablarlo? —dijo Leah sin mirarme.
—¿Hablar qué? —pregunté confusa.
—Walker.
Me puse tensa enseguida. Tragué saliva y disimulé lo mejor que pude. Aunque lo más probable es que estuviera roja.
—¿Qué pasa con Walker? —fingí hacerme la desentendida, pero no funcionó.
—Pasa que Aryan y yo llevamos semanas haciendo de sujetavelas.
Y otra vez roja como un tomate.
—¿Has hablado con Walker de...?
—No —me interrumpió—. Y si Aryan lo ha hecho no me lo ha contado. Pero ahora en serio, ¿qué pasa entre vosotros dos?
Solté un suspiro.
—No estoy segura.
Leah frunció el ceño, dispuesta a reclamarme, pero justo Dior entró de nuevo en el salón.
—¿Qué me he perdido? —preguntó alegremente.
—Nada importante —respondí, tratando de esquivar la mirada de Leah—. ¿Qué película queréis ver?
Eso amiga tú cambia de tema.
—Hay que ver How to Lose a Guy in 10 Days —respondió Dior cogiendo el mando de la tele—. ¡Es un clásico!
—Creo que no entiendes muy bien el concepto de clásicos —se burló Leah.
Dior le hizo burla.
—Es un clásico para las chicas —apoyé.
—¡Exacto!
Leah y yo nos reímos ante la emoción de Dior. Dior puso la película mientras que yo le ponía una mascarilla a Leah, luego ella le puso una a Dior y Dior a mí. Un rato más tarde nos las quitamos y nos acomodamos en el sofá para cenar nuestra pizza familiar.
Había mejorado mucho mi relación con la comida desde que estaba en Vancouver y esa era la mejor parte de la cena, disfrutar de la comida.
—A veces quisiera estar enamorada —murmuró Dior.
Estábamos viendo la escena en la que Andy lleva ese vestido amarillo y Ben la mira como si fuera la cosa más preciosa en la faz de la Tierra.
—Ojalá algún día me miren de esa manera —murmuré.
—Ya lo hacen.
Miré a Dior extrañada.
—¿Qué?
Ella intercambió miradas con Leah y luego ambas volvieron la vista a la película.
—Olvídalo.
Las miré a las dos con el ceño fruncido. Opté por no darle muchas vueltas y me limité a hundirme en el sofá.
Cuando la película terminó, las chicas se levantaron para ayudarme a recoger y a limpiar un poco el salón. El timbré sonó mientras que yo fregaba los platos en la cocina.
—¡Ir a ver quién es, por favor!
Se escuchó como la puerta se abría. No escuché nada por unos segundos y lo último que oí fue la puerta cerrarse. Alguien entró en la cocina, pero yo no me giré para ver quién era.
—Hola, Mack.
Me tensé solo por la forma que tenía de pronunciar mi nombre. No se escuchaba igual de los labios de otra persona.
Me giré lentamente, rezando internamente por lo que estuviera a punto de suceder.
—Walker —saludé, tratando de estar tranquila—. ¿Qué tal estás?
—¿Yo? Genial —dijo con sarcasmo, dando un paso hacia mí—. ¿Y tú? Hace días que no te veo.
Retrocedí un paso, chocando con el fregadero.
—Bueno he... estado ocupada.
—Me has estado evitando.
—Yo no- hum, no te he estado evitando —mentí con nerviosismo.
—No me mientas, Mackenzie. Lo haces fatal.
Me reí bajito, tratando de calmar la situación. Mis hombros se relajaron cuando vi que él sonreía. Pero un instante más tarde ya había vuelto a su semblante serio.
—¿A qué estas jugando? —preguntó.
—¿Yo?
—Sí, tú. Me das una carta y me ignoras durante días. Si lo único que quieres es marearme ya puedes irte olvidando de mí.
Me sorprendió la rapidez con la que lo soltó todo de una. Sin más. Sin pensar.
—No quiero marearte —admití—. Es solo que... no sé que hacer.
Walker me miró con el ceño fruncido, esperando una respuesta más detallada.
—Es la primera vez que me gusta un chico. Yo... yo nunca he tenido interacciones románticas con alguien, ¿sabes? Por eso, no sé, me asusté.
Walker se acercó para abrazarme. Dejó que apoyara mi cabeza en su pecho y me estrechó entre sus brazos.
—Esto también es nuevo para mí —me admitió, lo que me hizo sentir mejor—. Pero quiero hacer las cosas bien.
—Yo también pero, somos pequeños, ¿y si no sale bien? —dudé con temor—. ¿Y si no somos lo bastante maduros?
Walker se separó un poco de mí y puso sus manos en mis mejillas. Levanté la vista hacia sus ojos, que brillaban como solo él lo hacía.
—Escucha —me dijo—. Estando juntos somos invencibles. Contigo me siento invencible.
—Contigo me siento viva.
Walker sonrió, volviendo a abrazarme con más fuerza que antes.
—Saldrá bien —dijo—. Te lo prometo.
Walker se quedó conmigo y me ayudó a terminar de recoger la casa. Cuando acabamos, nos tiramos agotados en el sofá. Se negó a irse, no sabía cuanto tiempo podría tardar Stelle en volver y se negaba a dejarme sola.
Nos acurrucamos el uno junto al otro en el sofá. Nunca habíamos tenido tanta proximidad de manera consciente, pero no era raro, estaba más cómoda que nunca. Walker se tumbó con la cabeza sobre mi torso y dejó que jugara con su pelo.
Walker no dejaba que nadie le tocara el pelo.
—Sabes qué —dijo, rompiendo el silencio—. Cuando mis padres llegaron, el día que me diste la carta, lo primero que hizo Tanner fue contarle a mi madre que habías ido a verme.
—Que bocazas —bromeé, haciendo que Walker riera.
—Sí, luego mi madre vino a preguntarme que si ya éramos novios. Imagínate, no tenía ni idea de qué responder.
—Daba igual lo que dijeras, yo seguiría siendo su hija adoptiva favorita.
Ambos volvimos a reír, era lo mejor de estar juntos, las risas. Creo que Walker es la persona con la que más risas he compartido, pero no es de extrañar, el maldito rubio es demasiado gracioso.
—Mi madre tiene un poco de Sally Jackson a la hora de adoptar niños.
—Sabes que eres el mejor Percy Jackson del mundo —le dije—. Y no te imaginas el talento que tienes.
Me costaba mucho ser sincera con la gente. Por eso, cuando le dije eso a Walker, fue como decirle lo que mi corazón pensaba, no mi cerebro.
—Gracias —dijo impresionado—. ¿Por qué me dices todo esto ahora?
—Porque creo que nunca te he dicho lo mucho que te admiro —respondí, acariciándole la mejilla—. Ojalá yo tuviera la misma pasión que tienes tú en todo.
—Es muy importante para mí que digas eso.
—Lo sé.
Me incliné hacia su rostro. Cerré los ojos cuando puso una mano en mi nuca.
Pero el ruido de la puerta abriéndose hizo que nos separáramos de un salto.
—Hola, chicas —saludó Stella, quien se sorprendió al ver a Walker a mi lado en sofá—. Lo siento... pensé que era noche de chismes y mascarillas.
—Tranquila, yo ya me iba —dijo rápidamente Walker, un poco incómodo.
—Espera, te acompaño a la puerta.
Le puse mala cara a Stella cuando pasé por su lado. Ella me respondió con una mueca burlona.
Cuando Walker y yo llegamos a la puerta, ambos estábamos algo incómodos.
Y con razón.
—Una cosa más —dije, armándome de valor—. He pensado,bueno, sea lo que sea que hay entre nosotros, no quiero decírselo a nadie.
Walker frunció el ceño.
—Por ahora —añadí rápidamente—.Es que... la gente, las redes sociales, los fans... no sé, si lo dijéramos creo que internet explotaría.
Walker rió un poco, lo que hizo que me relajara.
—Está bien —respondió encogiéndose de hombros.
—¿Estás seguro?
—¿Crees que voy a decirte que no? —preguntó incrédulo—. Mack, yo no tengo ninguna prisa por decírselo a nadie. No tengo ningún problema por esperar a que estés lista.
Solté un suspiro de alivio.
—Gracias por entenderlo.
—Es lo mínimo que debía hacer —se acercó a mí y dejó un beso en mi frente—. Buenas noches, estrellita.
—Buenas noches, cursi.
Escuché la risa de Walker antes de cerrar la puerta.
—¿A qué viene esa sonrisa de bobalicona?
Stella apareció en el salón ya en pijama. Yo me había quedado apoyada en la puerta de la entrada, pero tampoco me había percatado de que estaba sonriendo.
—¿Qué tal tu cita? —pregunté cambiando de tema.
—¿Por qué siempre que llego de una cita me encuentro a Walker aquí?
—Coincidencias de la vida —respondí encogiéndome de hombros.
Stella se rió y me acerqué para darle un abrazo.
—Entonces qué, ¿ya sois novios? —preguntó acariciando mi cabeza. Levanté la vista para mirarla.
—Eso es lo mismo que le preguntó el otro día su madre.
—Sabía que no estaba loca —murmuró—. ¿Cómo ha acabado Walker aquí?
—Ha venido para reclamarme que lo había estado evitando y las traidoras de Leah y Dior se han pirado.
Stella soltó una carcajada.
—Me da a mí que te han hecho una encerrona.
—¿Tú crees?
—¿A aparecido cuando ya habíais acabado de cenar y la película había terminado? —asentí con la cabeza—. Lo más probable es que sí, que te hayan hecho una encerrona.
—Hijas de su... —murmuré.
—Eh, nada de insultos en español —me regañó—. Es tarde, vete a la cama. ¡Pero maña quiero que me lo cuentes todo con lujo de detalles!
—Lo mismo te digo.
Stella me dio un beso en la mejilla y cada una se fue a su habitación. Me puse el pijama y me tumbé un rato para ver el móvil. Fruncí el ceño cuando me llegó un mensaje de Leah.
Leah: ¿Cómo ha ido?
¿Me habéis hecho una encerrona?
Leah: ¿Estás enfadada?
En realidad, no.
Ha ido genial.
Leah: Me alegro de que estéis bien.
¿Cómo sabías que teníamos que hablar?
Leah: No sé, fue... intuición.
Leah: Le dije a Walker: ven a casa de Mack, no sé por qué pero necesitáis hablar.
¿Las hijas de Atenea también desarrollan el sentido de la intuición?
Leah: Tal vez.
Leah: Bueno, buenas noches.
Buenas noches, Leah.
Gracias por todo.
Cuando estaba dispuesta a dormirme, volvieron las dudas.
¿Hacíamos lo correcto? ¿Yo terminaría fastidiándolo todo como siempre? ¿Cómo iban a ser las cosas a partir de ese momento? ¿Qué era lo que iba a cambiar?
Volví a coger el móvil, tratando de pensar en otra cosa. Entré en mi galería, me encantaba ver fotos y revivir los recuerdos tras ellas. Tenía muchas fotos con Stella en el piso, con los chicos entre los rodajes y con Walker. Tenía muchas fotos con Walker.
No había reparado en todos los momentos que habíamos pasado juntos en tan solo un par de meses. Ni en los que nos quedaban por vivir.
★☆★
Hola pookies.
Sé que me habéis echado de menos, pero ya llegó vuestro esperado capítulo nueve. Sé que el slow burn os está matando, pero es lo que toca. Me ha quedado un poco corto pero de todas formas espero que os haya gustado.
Me estoy quedando sin ideas para las canciones así que ¡toda aportación es buena!
Hoy no tengo mucho que decir, os quiero, cuidaos mucho.
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