Rengoku llegaba a su casa después de unos largos días en una misión, tenía pensado darle una sorpresa a su hermano pequeño Senjuro al que no veía mucho por el tema de las misiones.

Rengoku toco el timbre para ver si su hermano le abría, no hubo respuesta. A Rengoku ya le extraño bastante el hecho de que su hermano no le abriese la puerta.

 ¿habrá pasado algo?- Se pregunto el pilar al ver el extraño hecho. En ese momento saco las llaves de su bolsillo pero antes de colocar las llaves para abrir su padre le abrió la puerta. Se notaba diferente, estaba tapando sus ojos con su brazo y tenia una expresión que parecía triste, al poco tiempo su padre empezó a gimotear.

Padre, que ha pasado?- Pregunto Rengoku confundido y preocupado a la vez, veía pocas veces llorar a su padre y cuando pasaba eso el solo se rompía por dentro, no es que se preocupara mucho por su padre pero una parte de el se fracturaba.

Su padre se quedo unos minutos en silencio pero no tardo mucho en empezar a llorar, Rengoku intento tranquilizarlo y cuando dejo de llorar decidió preguntarle otra vez.

hace dos semanas que no encuentro a Senjuro- Cuando su padre dijo eso, a Rengoku se le paro el corazón, parecía que estaba inmóvil con la mirada hacia el piso. 

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