Capítulo 3 Encuentro ꪜ

A pesar de estar actualmente seguras y resguardadas en el santuario de Athena, las jóvenes no se podían relajar aún, cargando así un incómodo y pesado ambiente, lo único que se podía escuchar eran las continuas respiraciones, junto a las miradas llenas de curiosidad y muchas preguntas que esperaban fueran respondidas por la joven de largos cabellos lilas frente a ella, por su fuerte cosmos sabían que se trataba realmente de la diosa Athena.

— Sean bienvenidas sacerdotisas del sello —habló Saori, mientras se acercaba a las jóvenes.

— Gracias diosa Athena, por su bienvenida y gracia —agradecieron todas con una reverencia, mientras la diosa solo se limitaba en darles una cálida sonrisa

— Athena — le llamó Shion— con todo el respeto, ya es hora de que nos explique qué está sucediendo tanto a las señoritas como a los caballeros —pidió el peliverde.

— Tranquilo, Shion —soltó Athena haciendo una gesto con su mano— pero, tienes razón, después de todo por esa misma razón es que las jóvenes aquí presentes  vinieron —añadió observando a las jóvenes— bueno, debemos ir por orden, así que me gustaría pedirles que se presentarán, además de mencionar de que templo vienen y  cual soporte protegen —pidió juntando sus manos.

— Mucho gusto, soy Kari y provengo del Templo Chion-in, además de proteger el primer soporte —respondió la joven de largos cabellos rubios, junto a aquella mirada impasible y azulada.

— Soy Rin, perteneciente al Templo Horyuji y protejo el segundo soporte —se presentó la joven con una sonrisa, mientras acariciaba a su pequeña serpiente blanca.

— Hiruda Fairbrook, soy del Templo Kinkakuji y protejo el tercer soporte –respondió   seria realizando una reverencia.

— ¡Mucho gusto! soy Kristian Arley Rey, provengo del Templo To-ji y soy guardiana del cuarto soporte —soltó eufórica la pelirroja causando unas cuantas sonrisas en los caballeros— oh, es bueno verte, hermano mayor —añadió refiriéndose a Afrodita lo cual causó sorpresa en los demás caballeros.

— Ainhoa, nací en el Templo Hase Kannon y soy guardiana del quinto sello —se presentó la joven sin rodeos.

— Bien, soy Evelyn y provengo del Templo Ryoanji, protejo el sexto soporte —añadió con su voz calmada dejando una sensación agradable en el ambiente— ella es Kuro, mi ayudante espiritual —explicó refiriéndose a su pequeña gata.

— E...Este, soy Jenn, vengo del templo Kotokuin y protejo el séptimo soporte —aquella presentación tuvo algo de timidez y frialdad confundiendo a los presentes.

— Mucho gusto, soy Elizabeth Monserrat, provengo del Templo Ninna-ji y protejo el octavo soporte —finalizó la última sacerdotisa con una suave sonrisa.

— ¡Bien! —exclamó Athena al poder conocerlas a todas— es un placer conocerlas, y como ya deben saber soy Athena, pero pueden decirme Saori —añadió— después de todo, en estos soy un humano como ustedes, ahora mis caballeros dorados —soltó dándole una mirada a los hombres quienes procedieron a presentarse.

— Shion, patriarca del santuario —soltó el peliverde sin rodeos.

— Mu de Aries, guardián de la primera casa, un gusto —se presentó amablemente con una encantadora reverencia

— Soy Aldebaran de Tauro, guardián de la segunda casa un placer —dijo con una gran sonrisa.

— Saga de Géminis, guardián de la tercera casa, un gusto —soltó el caballero de Géminis sin ninguna expresión

— Kanon de Géminis, guardián de la tercera casa, también un placer —declaró con una sonrisa de lado.

— Soy Death Mask de Cáncer, guardián de la cuarta casa, un gusto señoritas —dijo con buen humor e intención.

— Aioria de Leo, guardián de la quinta casa, mucho gusto —se unió con una sonrisa.

— Soy Shaka de Virgo, guardián de la sexta casa, un placer —dijo este con una suave  sonrisa.

— Soy Dohko de Libra, guardián de la séptima casa, un gusto —añadió amablemente— a muchas de ustedes ya las conocía —declaró mientras varias jóvenes asentían.

— Milo de Escorpio, guardián de la octava casa, un placer —dijo coqueto, más una sola mirada de Saori le hizo recomponer su postura.

— Aioros de Sagitario, guardián de la novena casa, un gusto —añadió con una sonrisa.

— Shura de Capricornio, guardián de la décima casa, un placer —dijo serio.

— Camus de Acuario, guardián de la décima onceava casa —soltó el caballero de Acuario frio.

— Soy Afrodita de Piscis, guardián de la décima doceava casa, sean bienvenidas —dijo este con una rosa en sus labios, más su hermana solo se limitó a suspirar.

— Bueno, ahora que nos hemos presentado... procederé a explicar el motivo por el cual ustedes se encuentran aquí —declaró finalmente Saori.

— Me parece bien, pues tenemos algunas dudas —habló Arley, después de todo darles demasiadas vueltas a un asunto no era lo suyo

— Entonces... —soltó con una mano en sus labios.. hace cuatrocientos años atrás  Medusa recibió un fuerte castigo por intento de traición y ataque a las altas diosas, sin embargo aún en la actualidad ella sigue en busca de venganza, causó muchos desastres, por lo tanto los dioses optaron por matarla, así que llamamos a las catorce sacerdotisas más poderosas para que nos ayudarán, pero todo se complicó cuando Medusa maldijo a los dioses y prometió venganza, por lo que las sacerdotisas usando su sangre crearon el sello de espiral, lamentablemente fue una gran preocupación, porque ellas tarde o temprano morirían y el poder se perdería, así que ellas renunciaron a su virginidad dejando descendencia, para que así la sangre no se perdiera y estas jóvenes aquí presentes son sus últimas descendientes —dio por su finalizado su relato señalando a las jóvenes.

— Es increíble... —respondió el acuariano.

— Conozco perfectamente la historia de las antecesoras, pero no entiendo ¿por qué razón nos mandaron al santuario? —inquirió Jenn

— Yo tampoco lo entiendo, si somos sus descendientes deberíamos mantenernos en nuestros templos —añadió Kari.

— Eso es... —susurró la diosa— ustedes no estarían seguras en sus templos, ya que aquí lo importante no son los templos, sino su sangre, ya que sin la sangre de ustedes Medusa no podrá liberarse del sello, por eso sus familiares las enviaron aquí, ya que nuestro deber es protegerlas de cualquier peligro —explicó Athena al ver las expresiones serias de las jóvenes.

— Lo siento, pero estoy segura que podemos cuidarnos solas —argumentó Arley.

— Concuerdo con Arley —se unió Ainhoa

— Entiendo que no todas estén de acuerdo —respondió Athena— pero no por esas pequeñeces voy a permitir que se vayan y arriesguen sus vidas

— Sacerdotisas del sello —les llamó Elizabeth— no debemos irnos solo porque confiemos en nuestros poderes, ademas si algo llega a sucedernos ¿cómo responderán Athena y los caballeros? De nosotras dependen la vida de muchas personas —les recordó la joven de ojos miel.

— Apoyo a Elizabeth, después de todo ella puede ver que sucederá según nuestras acciones —añadió Rin tratando de apoyar a su amiga— yo opino que debemos quedarnos, Elizabeth mismo lo dijo, el bienestar de muchas personas depende de nosotras y nuestras acciones

— Es muy cierto, yo no pienso cargar con sangre en mis manos —se unió Evelyn negando con la cabeza.

— Bueno, si lo vemos desde otro punto de vista, podría ser divertido —soltó la joven pelirroja, mientras les guiñaba en ojo.

— Si es por el bien de los demás... debemos hacerlo —añadió Hiruda con un suspiro de resignación.

— Entonces les asignaré un caballero encargado de protegerlas —declaró Athena sacando una pequeña lista— no todos los caballeros participarán de esta tarea, pero doy por sentado que todos ellos son hombres confiables.

— Bien —se limitaron en responder las jóvenes sacerdotisas, mientras Athena procedía en leer el contenido de la lista

Kari — Shion

Arley — Mu

Hiruda — Saga

Ainhoa — Kanon

Elizabeth — Shaka

Jeen — Milo

Rin — Aioros

Evelyn — Afrodita

— ¡Bien! ellos se encargarán de protegerlas y también se quedarán en sus templos —declaró Saori— ¡ah! queda prohibida cualquier salida del santuario, si es que van solas claro, además si ellos les llegan a faltar el respeto me avisan que yo me encargo —añadió con una sonrisa oscura, mientras los caballeros soltaban oraciones por los escogidos

— Me parece bien —se limitó a responder Evelyn, más la joven de ojos miel a su lado se pusó pálida de repente.

— A...Athena... —soltó Elizabeth, mientras se agarraba la cabeza con fuerza alertando así a sus compañeras

— ¡Elizabeth! ¿qué sucede? —inquirió Kari con preocupación

— U...Una... ¡explosión! —soltó antes de desmayarse y caer en brazos de Shaka, quien se apresuró a evaluarla.

— ¿Una explosi...? —más no pudo terminar, pues un fuerte remezón y sonido les alertó

Después de que la conmoción pasará, Athena buscó rápidamente a cada una de las jóvenes, más luego soltó un suspiro de alivio al ver que cada caballero había protegido a la joven que le correspondía, sin embargo eso no sería todo sino que un joven de cabellos rubios había invadido el lugar, con una sonrisa en su rostro más sus ojos expresaban frialdad y odio.

— Puedo preguntar ¿quién eres que osas entrar en mi santuario? —cuestionó la diosa totalmente seria, siendo resguardada de cerca por los demás caballeros.

— Oh —soltó el joven ladeando la cabeza y pasando su mirada por cada una de las jóvenes, inconscientemente los caballeros las reguardaron detrás de ellos— realmente me has olvidado ¿no? Athena... —susurró aquel nombre cargado de odio— yo soy...





Tercer capítulo corregido, próximamente "Enemigo"

Att: Andysakurai15

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