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Recorría por los puestos solitaria, manteniendo su rostro en alto, ignorando a las personas que se le acercaban intentando entamblar conversación con ella.

Puede que la hayan plantado, pero no tenía la culpa de querer pasarla bien comprando algunas cosas para sí misma. Su propia compañia y soledad era suficiente para despejar su mente, dejando de pensar en Mikey y disfrutar la noche.

Tenía varios palillos con dangos, cada uno con sabores diferentes; su vista de fijo en uno de los puesto de máscaras tradicionales y otros hermosos diseños, necesitaba uno pronto.

Se acercó con la intensión de comprar una de Okame o kitsune, pero no le terminaron convenciendo.

—Esta la cree yo misma señorita—mostro la anciana del puesto dándole una sonrisa—Me gusta creer que significa poder.

Un mascara llegó a sus manos. El fondo era de un color blanco con toques azules al igual igual que los gruesos listones a los costados, tenía un relieve que lo hacían ver más delicado pero a la vez fino e original.

—Lo pagaré, tome todo mi dinero amable señora—exclamó extendiéndole varias monedas encantada—Usted es una honorable artista con mucho talento.

—A-aguarda querida, no puedo aceptar tanto—tartamudeo mirando las monedas.

—No menos precie su trabajo como vendedora—negó con la cabeza rechazando el dinero que intentaba regresarle—¡Muchas gracias!

Comenzó a llover fuertemente y ella siguió caminando tranquilamente intentando ponerse el antifas, no le importaba mojarse, ella solo quería seguir corriendo el festival, pero con esa lluvia y todos corriendo como locos intetando ocultarse o irse a sus casas parecía imposible, y más contando que las tiendas estaban cerrando.

Bostezo cansada, pensando en irse a casa sola y tomar un baño de burbujas dejando de pensar en hombres.

Mientras más se acercaba al estacionamiento más ruido había, como si un montón de personas se hayan juntado a discutir en pleno lugar.

—Oh vaya... —murmuro sorprendida al ver efectivamente dos pandillas discutir y pelear como unos salvajes, parecía que no tenía mucho que habían iniciado. Otra sorpresa que se llevó fue al ver que eran los de Moebius y la Tokyo Manji.

Quería despejar su mente de Mikey por haberla plantado, pero este estaba a varios metros de distancia golpeando a muchos tipos a la vez.

¿La dejó plantada por una pelea? Claramente esa fue la razón, ¿fue egoista por querer pasar tiempo junto Mikey? Son seres humanos al final de cuentas.

Esas y más preguntas llegaron a bombardear su cabeza hasta estallar. Se deshizo de su kimono rompiendo los costados para dejarla correr, soltó el enorme listón de su cintura para amarrarlo en su mano derecha, dejando las getas; no se iba a quedar ahí viendo sin hacer nada. Fue directamente a su objetivo, y apenas llegó tan cerca lo golpeo en la cabeza fuertemente, pero no tanto como para tirarlo al piso o lastimarlo en gravedad.

—¡Maldito desgraciado sin sentimientos!—grito llena de furia, quería controlarse pero tenía un mar de emociones reunidas—¡¡Me dejaste abandonada!!—Mikey parecía shockeado por su aparición y más por el regaño aparente.

Un tipo demaciado alto rió al ver el pequeño cuerpo de la chica inyectada en ira contra el líder del equipo contrario, estaba divertido por tal acto.

—Oyuki... —susurro para que sólo lo escuchará ella.

—El invencible Mikey acaba de ser humillado por una chica—exclamó el de tatuajes de las manos—Que patético eres.

—No se quien eres, pero... Me solucionarías un problema si cierras tú boca animal—gruño mirándolo de pies a cabeza, notando la enorme desventaja de altura.

Aun manteniendo su sonrisa intento pegarle a Oyuki, pero fue detenido por el rubio que lo detuvo con su ante brazo, protegiendo a la albina de aquel chico.

—Soy igualitario—aclaró levantando los hombros despreocupado. Lanzando otro golpe que esta vez fue detenido por la chica muy apenas.

—Que alegría.

—Vete a otro lado Oyuki, estorbas—la regaño Mikey empujando su cuerpo, ambos sincronizados contra Hanma y los de Moebius que querían meterse.

Hizo oídos sordos y siguió masacrando a cualquiera que se le interfiriera en su camino, aún resentida con Mikey. Nunca se había metido en una pelea tan grande como la de hora, sin embargo se las arreglaba.

Todos seguían sin intenciones de parar, pero un grito desgarrador alertó a la Udai quien reconoció la voz y a quien pertenecia.

—¡Takemmicchi!—lo llamó Mikey también inquieto—¿Qué sucedió?

—¡Apuñalaron a Draken!—anunció.

—Llévatelo de aquí Takemichi—orden la albina.

Con el propósito de ir fueron detenidos por él mismo chico de los tatuajes que empujó al rubio y jalo del cabello a Oyuki.

—¿A dónde creen que vaz?—cuestionó aprisionado a la chica en sus brazos, apretando su cuerpo hasta el punto de lastimar sus costillas—Diablos viejo, luces tan tranquilo enfrente de tu novia. Puedes ir por Draken, pero tendrás que dejar a esta linda chica atrás.

—¡Ve por Draken, yo me las arreglo!—habló intentando soltarse. Si realmente fue apuñalado debería estar desangrándose y apuntó de morir.

Mikey tenía que abandonarla.

Sonaba más feo de lo que parecía en realidad. Mentalizado que una vez más se las tendría que arreglar sola; Mikey no lo pensó y corrió.

Expandió sus ojos al verlo irse... Pero para tomar impulso y regresar corriendo para patear en la cara al más alto que la soltó por reacción.

—Te lo encargo.

Y así lo hizo. Su enemigo era fuerte y no los dejaría irse a los dos fácilmente, no le agradaba la idea de irse y dejarlo sólo, pero la mirada que le dió desprendía confianza y calidez.

Encontró la enorme mancha de sangre pero no el cuerpo de Draken ni Takemichi.

—Oyuki se fueron por allá—apuntó Mitsuya que estaba cerca inmovilizado a otro tipo.

Pensó que vería a Baji pero nada, era seguro que estaba entre el mar de personas.

Agradecida siguió los rastros de sangre que se mezclaban con la lluvia, adentrándose en las angostas calles hasta que a lo lejos pudo ver a los dos rubios y a Hina junto a Emma correr hacía ella.

—¡Oyuki-chan!—dijo Emma llorando—Draken fue....

—Llamen a una ambulancia.

—Ya lo hicimos pero el tráfico y la lluvia lo esta retrasando—mencionó Hina—Unos tipos aparecieron y lastimaron a Takemichi.

Estaba peor de lo que pensaba.

—Busquen a la ambulancia, deben traerlos hasta aquí.

Descalza fue hasta los chicos, los amigos de Takemichi estaban siendo apaleados por unos bastardos que portaban los trajes de la pandilla. Con el mismo listón que utilizó para proteger sus nudillos lo ocupó para detener la herida de Draken.

—Udai-chan... —gruño de dolor al verla llegar y colocar con brusquedad el listón en su abdomen, intentando detenerla recibió un pequeño manotazo por la misma.

—Perdón, perdón—se disculpaba repetidamente. La profundidad de la herida era enorme y no dejaba de sangrar, sus manos temblaban intentado detener el sangrado sin mucho resultado con miedo de lastimarlo o empeorar la situación.

Takemichi también estaba herido pero no podía atender a los dos al mismo tiempo, sus conocimientos eran demaciados básicos que le frustraba sentirse incompotente para un accidente de esa magnitud.

Grande fue el alivio cuando escucho las sirenas de la policía y la ambulancia cerca. Venía la ayuda con una camilla y se llevaron a Draken junto a Takemichi en un instante, Emma y Hina tomaron un taxi siguiendo el vehículo.

Y ella.... Bueno, se quedó atrás una vez más.

«¿𝘋𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘦𝘳𝘷𝘪𝘢 𝘴𝘦𝘳 𝘮𝘶𝘺 𝘭𝘪𝘴𝘵𝘢 𝘴𝘪 𝘢𝘭 𝘧𝘪𝘯𝘢𝘭 𝘯𝘰 𝘱𝘰𝘥í𝘢 𝘱𝘳𝘰𝘵𝘦𝘨𝘦𝘳 𝘢 𝘮𝘪𝘴 𝘢𝘮𝘪𝘨𝘰𝘴? ¿𝘕𝘰 𝘴𝘰𝘺 𝘴𝘶𝘧𝘪𝘤𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦?»

Lamento que sea corto y mayormente relleno, la verdad no me gusto este capítulo pero es que es complicado algunas veces escribir y que quede como quieres o esperas.

¡Gracias por leer!

El capítulo especial ya está en proceso y será dividido en dos partes para quienes quisieron ambos.

@𝙰𝚢𝚊𝚖𝚎_𝚑𝚊𝚝𝚊𝚔𝚎🔥

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