22
El problema no era encontrar un departamento, aquí el verdadero impedimento era la madre de Rumi que no estaba segura de dejarla vivir sola en una ciudad tan poblada y llena de gente desconocida.
Pasaron al segundo departamento. Un lugar pequeño pero con lo suficiente para una o dos personas, y en una calle "segura" para la chica.
—Conozco al hijo del dueño, dijo que podía dejarlo en un buen precio ya semi amueblado—comentó Wakasa jugando con las llaves del lugar, dejando que mirarán el espacio—Te diría que hay espacio en mi apartamento pero no creo que sea cómodo para tí siendo mujer.
—Muchas gracias por ayudarme—agradeció la peli cobriza mirando a los dos Imaushi, que de inmediato al saber que se iría al campo le buscaron una casa—Nunca sabría como agradecer lo que han hecho por mí.
—De todos nosotros, eres la persona que más desea terminar de estudiar—Naoko le dio unas palmaditas a su amiga—Sin contar a mí hermano que ya está trabajando.
Rindou por otro lado se concentró en mirar el departamento, considerando que la zona estaba dentro de Brahman le ponía tranquilo, apostaba que eran menos agresivos que las otras dos pandillas.
—Vivo a dos cuadras, si pasa algo puedes ir conmigo. Me dijo esta niña que también quieres aprender a luchar, puedo enseñarte a defenderte después de clases o incluso podría llevarte y traerte de la escuela—agregó el mayor acariciando los cabellos de la adolescente que consideraba parte de su familia.
—Soy más alta que tú y pronto seré mayor de edad, no me digas niña—enfatizó con orgullo la chica.
—No me interesa niña malcriada.
—Por favor no discutan—regaño a los Imaushi que la tomaban de cada brazo posesivos—¡Los hermanos no pelean!
—Eso solo es una imagen, Ran y yo peleamos seguido—dijo Rindou, apartando a los dos que tenían a su novia atrapada, abrazando el cuerpo de esta para que no se le acercarán como chinches—Pero nos queremos a nuestro modo, supongo.
Mantenía el ceño fruncido, le dolía un poco dejar que Rumi viviera tan cerca del hermano mayor de Naoko y también la entrenará, él quería hacer todo eso.
—Hablando del Haitani, ¿donde esta él? ya tardo en llegar—la peli gris miro su reloj ansiosa—Ese hombre dijo que tenía algo importante que decirte, Rumi-chan.
Los escalofríos recorrieron el cuerpo del rubio, sentía la necesidad de llevarse a su novia muy lejos de su hermano y no arruinará su relación con la fémina.
—Es hora de irnos cielo—fue lo más delicado posible, cargando todas las bolsas con postres que compraron, dejando unas para Wakasa y empujar de la espalda de Ishikawa para salir—Les hablo luego para acordar los precios de la renta.
—Adiós Naoko-chan, Waka-kun—se despidió la peli cobriza con la mano y una sonrisa amigable, estando más feliz al ser llamada 'cielo' por Rindou.
Le encantaban los hermosos apodos que no siempre recibía, y aún que no lo aceptaba, también le había gustado el primer apodo calabacita, se le hacía muy tierno el esfuerzo del chico.
Salieron del edificio corriendo por las escaleras hasta que Rindou escucho un motor conocido, la motocicleta de su querido hermano, empujando a Rumi para esconderse detrás de sus grandes maceteros que decoraban la entrada
—¿Por qué estamos escondidos?—quizo saber la joven en susurros, divirtiéndose al tener el cuerpo del chico tan pegado al suyo, asomándose por los costados de la gran maceta de piedra como si fuera un niño escondiéndose o jugando.
—Shh...—la silenció tapando la boca de la contraria con la mano, volteando a verla para hablar en voz baja—Escucha bien, si Ran te ofrece dinero para irte muy lejos le dices que se vaya a la mierda.
Rindou tenía la idea de que su hermano pondría en práctica esas series que veía en televisión, alejaría a Rumi con dinero o algo parecido; a esas alturas lo creía capas apesar de que sospechosamente no lo había hecho antes o una travesura de mal gusto en contra de la fémina.
—¿A quien le voy a dar dinero?—pregunto otra voz a sus espaldas. Esa voz.... La misma que lo asustaba de niño, tan calmada pero amenazante que le heriza la piel—Rin-chan, ¿de casualidad tienes mí cartera y llaves de la casa? Te llame por que quiero irme a casa pero me sorprendió al ver que no respondias y tenias bloqueado.
—Lo siento Ran-kun, es mí culpa por distraer a tú hermano—salvó al de lentes, sacando una cajita de cartón color blanco y stickers del nombre de la cafetería que habían ido—Puedes comerte esta dona como forma de disculpa.
Él Haitani de trenzas miro lo que ofrecía su cuñada, estaba muy enojado por tener que perseguir a Rindou por toda la ciudad, se moría de sueño y hambre, por eso aceptó la dona, caído en la tentación del dulce y su estómago hambriento.
La peli cobriza sonrió viendo como Ran mordía sin problema la hermosa dona de diseño Hello Kitty, levantándose del suelo.
—Uhm, ahora que recuerdo, Naoko-chan dijo que tenías algo importante que decir.
Con alerta Rindou observo al más alto, quería atrevesarlo si decía algo ofensivo o hiriente solo para lastimar a su novia.
—¿Recuerdas el shampoo que me recomendaste?—hablo después de un silencio tragando el pedazo de la dona con chocolate—Me dejó el cabello más manejable de lo normal y sin utilizar otro producto.
No esperaba para nada eso. Ni tenía idea de que Rumi y Ran conversaban por teléfono productos para el cabello, no sabía si sentir celos o alivio por saber que se llevan bien.
Al final de la conversación extraña que presenció fueron a casa de los Haitani para cenar, él mayor se fue en su motocicleta y ellos pidieron un taxi. Al llegar a su casa ya era tarde, y justo delante había un cuerpo tirado en la entrada de la puerta.
Kakucho... Y muy golpeado.
—¡Hombre, me había olvidado de tí!—exclamó como si nada Ran que llegó a la par.
—¡Imbécil, tú dijiste que te espere aquí! —reclamó grueso, cayendo su atención en la figura femenina a un lado del Haitani menor que lo miraba curiosa—No quise levar la voz...
Claro que lo dijo por la presencia de la chica, de otro modo seguiría insultando a los hermanos que y en especial al mayor.
—Rindou-kun... ¿No van ayudar a su amigo?
La voz de Rumi saco de la burbuja de pensamientos al mencionado; Kakucho es buen sujeto, confiaba en ese hombre más que Shion, Mochi o algún otro pandillero que conociera, pediría amablemente que guardara el secreto.
Entraron a la casa gracias a las llaves que tenía el de lentes, arrastrando al de cicatriz hasta su sillón, todo con la chica siguiendo sus pasos.
—Cariño, necesito que vayas por vendas al botiquín—llamó Ran a la peli cobriza que saltó en su lugar para ir por lo que le pidieron—Que linda, es tan obediente.
—No la llames así—gruño Rindou, golpeando el brazo de Ran con enojo—La incómodas.
—Yo no quería enterarme de sus mierdas, pero me metieron en una grande, hermanos—exclamó Kakucho ya sin su playera y varios moretones en el pecho—Primero ese gigante gorila y ahora la novia de Ran, este día cada vez está más lleno de sorpresas.
Él chico de trenzas quería soltar una carcajada, pero sólo pudo sonreír analizando la reacción del menor, siguiéndole al poco conocimiento de Kakucho y la relación que había con Ishikawa.
—¿Verdad que es muy linda mí novia?—recalcó las últimas palabras de forma de juego.
Luego de presenciar la cara roja de Rindou dió un largo suspiro, enfocando su vista en el mayor—Ran, ella es mí novia, no le faltes a respeto, a la tercera te rompere la boca.
Había sido una amenaza profunda y sincera. Dejando un incómodo momento de tensión, tanto que dejó al de trenzas sin la sonrisa mirando a su hermano, pensando que estaría bromeando, nunca había pasado algo así entre ellos.
—Traje lo que pediste Ran-kun, eh, ¿qué pasó?—ajena Rumi preguntó, disipando el aire tan denso que se había formado.
—Ishiwaka-san, muchas gracias por traer esto—contesto primero el Haitani mayor, sonriendo para la chica.
—Vámonos Rumi-chan, seguro que pueden sólos—ordenó Rindou metiendo las manos en sus bolsillos, caminando a su propia habitación con su novia a un lado extrañada por lo que sucedió.
Una vez cerraron la puerta del cuarto Rindou se dejó caer en su cama con cansancio, haciendo un espacio para la chica que no dudó en acostarse.
—¿Hice algo malo?
—No creo que puedas hacer algo como eso Rumi.
—Le mande unos mensajes a mí mamá, esta en la casa empacando y me mando unas fotos de Nezu—mostró el teléfono con el roedor comiendo semillas—... ¿Te sientes mejor?
—Quiero dormir—giro sobre la cama para abrazar a la chica, cerrando sus ojos cansado.
—¿Te molesta si acaricio tú cabeza?
No recibió ninguna negación o afirmación, pero lo tomó como un sí. Los primeros toques fueron cariñosos, luego metió sus dedos entre los cabellos para acariciarlo con delicadeza, relajando sus músculos y mente como a su contrario ya medio dormido.
En un último acto acerco más al rostro del chico para dejar un beso en la frente de este, y como respuesta la débil sonrisa se formo.
—Me gustas.
Cómo les va en las vacaciones? Yo las estoy aprovechando al máximo ya que regresó a clases pronto,sin contar que me puse mal de salud dos veces.
Lamento la demora y las malas faltas de ortografía.. Por lo que vi Wakasa y Kaucho estuvieron en la delantera con las votaciones.
@𝙰𝚢𝚊𝚖𝚎_𝚑𝚊𝚝𝚊𝚔𝚎☁
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