Capítulo 5: Mal augurio.

Golpeó una, dos ¡Seis veces seguidas el saco de boxeo! Ha estado toda la mañana distrayendose con esto e imaginándose que  será su primera clase a Jean. El castaño ha logrado causarle misterio, le parece como un chico amable que llegó de repente a su vida.

Hace rato reviso sus redes sociales encontrándose con un "Hola" de su parte en Instagram así que ella curiosa entro a su perfil encontrando imágenes de su graduación de la secundaria y algunas fotos en la playa con su familia. Ella sonrió mientras las miraba y sentía ganas de ver más, lastima que el chico solo tenía 5 publicaciones. Le respondió devuelta, aunque es probable que el le responda en una horas pues tiene trabajo que hacer.

Instintivamente miro hacia atrás con cautela cuando sintió a alguien cerca. Observo a un rubio robusto con una franela negra y pantalones y tenis deportivos. Él era Porco quien estaba concentrado comenzando a practicar sus técnicas de boxeo. Siempre estaba solo o con su entrenador allí pero, está vez era más la primera opción.

– Galliard– Llama Mikasa su atención y el chico la mira – ¿No prefieres mejor entrenar con alguien de carne y hueso?–.

– ¿De verdad eso quieres? Eres una mujer – le dijo levantando una ceja.

– ¿Siempre dices lo obvio? Claro que soy una mujer ¿Sabes a cuántos hombres los he dejado en el hospital?–.

– Déjame adivinar... A ninguno– bromeó el chico.

– Porque no soy tan mala, pero podría– lo miro desafiante – ¿Y tú?–.

– Si te quisiera dejar invalida creeme que no sería por pelear en un ring– bastante doble sentido – Ven–.

Ambos se pusieron en posición de pelea. Tan pronto ambos se acercaron los golpes se podían escuchar, la derecha de Mikasa era poderosa sin embargo no se espero que su contrincante sea ambidiestro y era bueno con ambos puños. En unos minutos Mikasa logro tener la ventaja sobre él al tirarlo pero, rápidamente se puso de pie y mirándola fijamente y con concentración la logro tirar casi noqueandola de un izquierdazo.

– Maldición... El objetivo no es que me mandes al hospital realmente– dijo Mikasa sentada en el suelo mientras sostenía su cabeza– ¿Qué es lo que comes?–.

– Te lo dije, eres una mujer y eres débil a comparación con cualquier hombre ¿Porque boxeas realmente? –.

Mikasa quedó un poco anonadada, pensaba que su machismo anterior solo fue un chiste pero parece que habla enserio.

– Eres un idiota– se paró inmediatamente con intención de coger sus cosas e irse.

Pero fue detenida por un chico castaño que le gritó:

– No,no ¡Espera! Perdonalo ¿Si? Mi hermano es un tonto cuando está nervioso, dice incoherencias – el chico le explicó un poco alterado cuando Mikasa lo miro con el cel fruncido – Es que una mujer tan guapa como tú, ya sabes–.

– No puede ser– Porco cierra los ojos fastidiado – Marcel, vete–.

– ¿Qué? Claro que no– se acercó a su hermano y le susurró en su oído – ¿Acaso no ves la tensión sexual entre ustedes? –.

– ¿Pero tú estás loco? Estábamos golpeándonos ¿Qué tiene de romántico eso? – se alejo un poco de su hermano mirándolo como si este fuera un lunático.

La pelinegra los miro notando que eran muy parecidos a excepción del color del pelo y la personalidad claramente, estos debían ser gemelos.

– Mira, mi hermano aveces se muestra duro con la gente. Es verdad que no tiene ni un amigo por eso... – Su hermano lo miro con cara de "¿Qué?". – Si, pero dale un chance. No sabe cómo hacer amigos y no me gustaría que tengan una enemistad ahora, menos cuando tiene tantooo en común– señala – Si te invitará en nombre de el a su casa a conocer su parte dulce y blandita ¿Aceptas?–.

<< Tragarme tierra, que vergüenza>> pensaba el rubio mientras solo apretaba los puños con ganas de matar a su hermano.

– No– dijo Mikasa mientras seguía su camino.

No es tan tonta como para no darse cuenta de la rabia de Porco con esta propuesta.

– Ah mira, te gustan las difíciles eh– dice su hermano mientras le da toquesitos en el hombro.

– Eres un idiota – y se da una palmada en la frente con frustración mientras niega con la cabeza. Posteriormente, solo toma sus cosas y se va.

(...)

Jean conversaba a la hora de salida con el grupo de amigos que ha hecho allí: Marco, Sasha, Connie e Ymir. Marco era un chico simple y con mucha fé de que sería un gran policía, Connie un joven torpe pero decidido, Sasha una aficionada no solo por combatir el crimen sino los malos sabores en las comidas e Ymir era una mujer ruda y buena para comandar un equipo.

– ¿Entonces vas a venir? – le dice emocionado Connie – Mañana será nuestro día libre así que no estaría mal amanecer borrachos hoy–.

– Estaría divertido si no llenaras las habitaciones de vómito– responde Sasha dándole levemente con el puño en la cabeza.

– ¡Que no! Fue un accidente– lloriqueo el chico – Ya les pedí perdón a Nicolo y a ti, por Dios–.

– Conmigo ni cuenten, tengo una cita con una preciosa mujer– dice Ymir con un sonrisa ladina.

– ¿Ves? Tu también deberías preocuparte por conseguir novia tonto, deja de dañarte el cuerpo llenandote de alcohol cada vez que puedes– Sasha dice e Ymir asiente.

– ¡Hey! Pero yo no soy el único soltero aquí– señala a Marco y a Jean – ¿Y ellos que?–.

– Bueno – Marco lo mira con sus mejillas levemente sonrojadas – Yo estoy saliendo con alguien–.

– Uuuh– Sasha le pone una cara pícara – ¿Cuando planeabas decirlo?–.

– I-iniciamos la semana pasada–.

– Ya, ya. Pero Jean y yo somos solteros ¿O tu también tienes una sorpresa Jean? –.

– No–.

Enrealidad en la mente de Jean solo estaba la pelinegra autosuficiente que vería está noche.

– Entonces me dejarán beber solo– pone cara de herido Connie.

– Ah que nos resultó bien inteligente el muchacho eh– Ymir lo abraza divertida de los hombros.

Todos rien en ese momento. Quizás no se conocían de toda la vida como Connie y Sasha quienes contaron que viven en sectores vecinos desde que vinieron al mundo, pero, se caían bien.

– ¿ Y ustedes que hacen aquí? – un pelirrojo de ojos color miel ha llegado.

– Jodete, Floch– le dijo Ymir siguiendo su camino hasta la parada del autobús mientras extendía su puño con el dedo de en medio levantado.

Floch es uno de sus compañeros, quizás uno de los mejores estudiantes y proveniente de una familia de oficiales. Junto a Jean ha sido uno de los que mejor rendimiento ha tenido, por ello tienen rivalidad. Jean lo miro con fastidio.

El pelirrojo podía ser tan molesto como una piedra en el zapato, casi no tenía amigos (para no decir que ninguno), y además parecía quererle arruinar la vida a Jean.

– Ya nos ibamos– y bufó mientras se daba la vuelta.

– ¡Escuché que van a beber! ¿Acaso no les da vergüenza? Podría reportarlos por eso– .

Podría ser un gran problema que alguno de ellos causar problemas en estado de ebriedad.

– ¡ Hey,hey! ¿Y si te invitamos, vas? – intento hacerlo cambiar de opinión Connie – Pero por favorrr, no nos delates– lloriquea el chico.

Floch levemente frunce el ceño y aprieta los labios.

– ¿Y porque debería?–.

– Hm van a haber mujeres lindas, eh... ¡Mucho baile! Jean hará Karaoke... – le señala al chico.

– Bien– dijo de manos cruzadas – Pero les aclaro que deben comportarse–.

Bingo.

El castaño solo quiere escapar e ir con Mikasa.

<<Espera
¡Mikasa! >>.

Ha tenido una buenísima idea. Entonces comienza a correr porque quiere llegar a su hogar.

– ¡¿Vas a venir Jean?! – grita Connie.

– ¡Si! – responde y sigue corriendo.

(...)

– Mikasa ¡Por favor! Entiendo que te encanten las peleas callejeras y eso pero ¡Está es la oportunidad de tu vida! – dice Armin caminando de lado a lado en la habitación con las manos en la cabeza.

– ¿De verdad le hablaste de mi? –.

– ¡Te lo juro por Dios! – le miró extendiendo sus brazos – Es un representante realmente exitoso, lo invite a que vaya a ver tu potencial–.

– ¿Cómo?– Mikasa a pesar de estar sorprendida se sentía realmente feliz.

– Está vez deberás registrarte en una pelea legal – Le da un folleto – Y no te preocupes, yo te ayudaré con el dinero para registrarte pero debes conseguir lo que te falta en preparación–.

Mikasa sostuvo el folleto mientras se ponía de pie y sonriendo ampliamente lo releía una y otra vez.

– ¡Armin, te amo!– y lo abraza con fuerza.

Para eso ya Armin estaba con los colores en su rostro pero aún asi correspondió el cálido y emocionante abrazo de su mejor amiga.

– Es mejor que dejes esas energías para el ring, dejaras atrás las peleas callejeras y probablemente tenga que viajar a otro país para poder hablar contigo en un futuro–.

Ya se lo imaginaba, llena de lujos y premios viviendo de su pasión por el boxeo.

– ¡Dios, este día no puede ser mejor! – Mikasa se sienta alegremente.

Para Armin no era tan común verla tan feliz, almenos le hacía bien saber que esta chica tan dura podía aveces comportarse como una adolescente emocionada.

El teléfono de la pelinegra comienza a sonar de repente, ella lo tomó rápidamente pidiéndole permiso a Armin para irse a otro lado a contestar.

– ¿Hola?–.

– Ah, Mikasa. Te iba a cancelar la práctica de hoy– dijo Jean.

Mikasa solo miro a una esquina mientras apretaba un poco sus labios desilucionada, tenía ganas de contarle a alguien más su triunfo.

– Está bien, no te preocupes– casi baja su teléfono para cerrar la llamada incómoda.

– ¡No cierres o me bloquees! Quiero decirte algo más – le pide – ¿Te gustaría salir conmigo hoy en una fiesta? Te juro que mañana si ire a practicar–.

La de rasgos asiáticos abrió los ojos sorprendida – ¿De verdad?–.

– Si ¿Te gustaría? – su voz se escucha algo tímida ahora.

– Claro – la chica esboza una bonita sonrisa mientras comienza a mover uno de sus pies nerviosa – ¿Puedes pasar por mi?–.

– Si, pero me envías tu ubicación. Te llamo al llegar, vengo saliendo de mis estudios ¡Hablamos!– le dice Jean y cierra.

Ella sentía su corazón a mil por segundo y la sonrisa en su rostro parecía estar apretada o algo ya que sus mejillas estaban muy rojas (muy ajena a los sentimientos pensó).

(...)

Jean había llamado a Mikasa desde un callejón al cual entro inmediatamente tuvo la idea de invitarla a salir. Cómo adulto entendía que la chica era una hermosa persona que quizás tenga más pretendientes así que quería esforzarse más con ella, además quería aclarar si era cierto o no si tenía novio la pelinegra.

La noche daba sus señales mientras el cielo anteriormente azul se tornaba en tonos naranjas, amarillos y rojos.

El castaño uniformado salió del callejón mientras el frío se deslizaba por su piel descubierta, como su rostro. Apenas se daba cuenta de la soledad de aquella calle donde se metió pero poco le importaba. Delante de él venían tres muchachos con grandes abrigos y lentes de Sol (que de por sí resultaba extraño tenerlos de noche), pero de todos modos cruzo.

De repente fue sostenido del cuello y escucho una pistola cargarse contra su cabeza.

– Haces un ruidito y te vuelo la cabeza– se le dijo con rudeza – Revísenlo muchachos–.

Sabía perfectamente que este momento era el único dónde podría usar sus habilidades. Estás personas están dispuestas a quitarle sus pertenencias. Quizás salga vivo o muerto, la muerte le aterraba y más cuando tenía prácticamente una cita más tarde.

La cita.

No debía olvidarlo y prefería estar con golpes que no tener nada para pagar su salida y verse como un idiota ante Mikasa.

Hecho la cabeza hacia atrás de modo que con un cabezazo le tiró la pistola al chico que lo apuntaba y con un codazo a su abdomen logro que lo suelte, con un valor increíble comenzó a correr mientras era perseguido por los dos muchachos y posteriormente por el sobrante una vez que se intentaba recuperar de su dolor por el golpe que le dió Jean.

El Kirtstein solo fijaba su vista en posibles salidas, como callejones que conectaban a avenidas, para perderlos de vista. Corrió y corrió hasta llegar finalmente a la avenida principal de allí cuando por su seguridad los ladrones dejaron de perseguirlo.

Se paró en un semáforo intentando recuperar el aliento y su cabello mojado por el sudor lo peino hacia atrás con su mano, luego con su manga del uniforme seco su sudor.

<< ¿Y es que estos tipos están locos y no reconocen el uniforme? >>.

Alguna vez creyó que si los ladrones robaban y no dejaban huellas pues se trataba de gente muy inteligente, pero, se le acaba de demostrar que no todos son así.

Ahora solo le quedaba irse a su casa, pero claro, después de semejante susto debía aunque sea tomar una pastilla o un té para los nervios que casi se lo llevan al cielo.

<< Si así empezó la noche... Espero que todo cambie después>>. Intento darse ánimos y pensando en no decir lo del casi-robo a su madre para no preocuparla.

Pero este no es el fin de su infortunio.

(...)

¡Capítulo de la semana! Perdón por las dos semanas sin actualizar pero me estaba gozando las vacaciones de verano xD.

¿Cómo la están pasando?

¡Nos vemos en la próxima actualización! Los quiero mucho lectores ❤️


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