𝘾𝙖𝙥𝙞́𝙩𝙪𝙡𝙤 8: 𝗡𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮 𝗽𝗿𝗼𝗺𝗲𝘀𝗮.

Narra Mika.

Mis párpados se abrieron de par en par, mirando a mi lado a mi lindo Yuu-chan. La otra noche me desconcertó su comportamiento, ¿En serio me quiere? ¿O solo quiere jugar conmigo? No quiero que suceda lo mismo como... Olvida el pasado Mika, por favor eso fue hace mucho tiempo. Ahora estoy enfocado en el presente y eso haré.

Yuu-chan aún dormía tranquilo, creo que es hora de volver a casa, bueno será lo mejor, volví a ponerme en pie caminando con total calma fuera de la habitación de Yuu-chan, baje las escaleras en silencio. Pasito a pasito obtuve mi objetivo de llegar a la puerta ese era mi plan pero de pronto mi mundo se volvió oscuro.

—Mika~ abre los ojos lindo— ¿Una voz? Mis párpados se abrieron de par en encontrando a un chico de cabello morado. Ah bueno, mis ojitos se cerraron nuevamente...Espera, ¿Cabellos morados? Exasperado tome asiento jadeando, mi corazón se desbocaba.

—Eres tú— En mi garganta se formó un nudo, no podía quitar mi vista de ese chico que me miraba con insistencia, tal vez lo recuerda como yo.

—¿Me recuerdas? Eso me halaga, Mikaela Tepes; o debería decir ¿Michi?— Ay el idiota se acuerda, como odiaba ese apodo. Es tan ridículo que es tan vomitable, estúpido y sensual Lacus. Esa sonrisa de siempre que tanto ame alguna vez.

Secuestrador, yo se que soy semejante bombón dios griego, pero ¿Porqué? Es broma es broma, no soy lindo. Pero retornando al punto de partida en verdad no deseaba estar en su casa.

— Ojalá pudiera olvidarte. Pero es parte de mi infancia y no puedo. ¿Qué quieres de mi?— Sin rodeos fui directo al grano, me cruce de brazos mirando al peli-morado.

—Te quiero a ti Michi— Y dale con el Michi, solo lo decía para hacerme rabiar sabe cuanto lo odio, les explicaré. Mi = Tomando las iniciales de mi nombre y chi= que equivale cuando era niño usaba en cantidad esa palabra. Y de ahí surgió el, Michi.

—Lo siento pero ya no soy un niño de 7 años, además podría denunciarte por secuestro— Soy un abogado de oficio, el mejor que hay. ¿Soy yo o cuando hablo con ustedes sueno como un idiota infantil? En fin, pasado pisado. Arquee un ceja molesto gracias a Lacus Welt.

—Para mi  sigue válida, nuestra promesa, la recuerdo como si hubiera sido hace 9 años— Ay no, ya empezó con sus historias realmente no querrían escucharlo hablar todo el santo día.

—Es porque fue hace 9 años tarado—  Quiero volver a casa, Yuu-chan no puedo dejar de pensar en ti cuando se ama se sufre mucho y también me vuelvo idiota cuando estoy a su lado.

Flash Back.

Hace 9 años sin mal no recuerdo, hice una promesa con un pequeño niño que era mi mejor amigo, antes de conocer a Yoichi.

En una banca del patio del jardín de niños estábamos Lacus y yo, observando todo a nuestro aldedor.

—Mika, ¿Sabes que día es hoy?— Mi pequeño amigo de cabello morado y orbes carmesí pregunto como mucho entusiasmo.

—¿Es el día de los inocentes?—En realidad me gustaba molestar a mi ex amigo del jardín de niños. Ahora que lo recuerdo, todos esos recuerdos se habían quedado en el pasado.

—No Michi, es el mi cumpleaños. Así que quiero hacerte una pregunta— Siempre era tan dulce y amable conmigo, ¿Me preguntó, porqué?

—Dime que es Lacus— Debo admitir que estaba ansioso de su pregunta, los segundos era eternos.

—¿Te casarías conmigo? Dentro de 10 años serás mi prometido. Nadie mejor que yo en hacerte feliz— Esa pregunta me fue hecha directa a los ojos.

—¡Acepto Lacus! Te lo prometo— Cuando era un niño no sabía bien lo que decía, así que afirme esa proposición, levanté mi dedo meñique como una promesa.

—Bien, dentro de 10 años Michi— Lacus también levanto su dedo, enredo su dedo con el mío. Cerrando la promesa.

Fin del Flash Back.

—Ah~, que romántico, ¿No es así así Michi?— Ya estamos con el tono empalagoso de siempre, realmente no tenía idea de sus expresiones puesto que miraba la ventana.

— Puajj, vives en el pasado Welt. Tengo que irme— En estos casos es mejor usar un tono seco, lo digo por experiencia propia, me levanté del sillón sin embargo mi mano fue tomada por Lacus. No le mire, solo di un suspiro por su persistencia.

—¿A dónde vas? Tú te quedas conmigo lindo~— Sentí su respiración en mi cuello, eso me erizo la piel.

— No puedo, deje los frijoles en la lumbre— Solo hice uso de voz creíble, porque no tengo frijoles ni lumbre, además tenía mucha hambre.

—Yo te compro los frijoles precioso— No me tientes Lacus no me tientes, casi no podía decir un no, su poder de convencimiento era nivel dios.

—Puff jajajaja ¿Qué? Ay Lacus nunca cambias— Debo decir que eso me hizo especial gracia, casi siempre me hacia reír cuando éramos pequeños todos los días reíamos juntos.

—¿Eso quiere decir qué me das una oportunidad?— Puede que Lacus sea muy iluso, pero todo los recuerdos los había guardado en un cajón con llave, tal vez deba sacarlos de nuevo.

—Pues claro que si, no pierdo nada— Mis párpados cerrados no me di cuenta de sus manos alrededor de las mías. Eleve mis manos para sacar sus manos de las mías.

Tal vez sea una buena idea.

—Bueno entonces te veo mañana Michi— La sonrisa de idiota me dijo que esto no sería algo sencillo para mí.

Fue así como me retire de la mansión de Alan, volver a casa acompaño de un relajante baño era una propuesta demasiado buena.

[...]

—Ehh ¿¡Qué haces tú aquí?— Era todo una sorpresa para mí, Lacus estaba frente a nuestra escuela con una sonrisa de tarado. Aquello fue el colmo de todo ese asunto.

—Es para estar más tiempo contigo, recuperar el tiempo perdido— Bien eso fue algo nada cauteloso por su parte, alerta roja se acercaba a mi.

—Hola Mika— Justo llegó Yuu-chan, mi salvación tocó a mi puerta.

—¡Yuu-chan! Tengo un montón de cosas que contarte— Tome por el brazo de Yuu-chan, fui con el hasta el interior de la escuela, creo que era brusco en lo que hice.

—¿Qué sucede Mika?— Pare en seco y voltee a verlo, algo preocupado por mis actos.

—Bueno es que— No sabía que decir algo interrumpió mi lento hablar.

—Mika es mi amigo de la infancia— Gire a mi alrededor, con encontrarme con el peli morado, es que tenía que meterse en todo lo que no lo incumbe.

—Oh ya entiendo— Esa voz fue sarcástica por parte de Yuu-chan, ¿Estará celoso? Yo creo que si, camino ni siquiera me espero.

—¿Es tu novio acaso?— No tengo idea como acabaré este día, comenzaba a hartarme de una vez por todas juntas.

—No, es mi amigo por cierto debo irme a mis clases— No quería ver más a Lacus, no fue una buena idea darle una segunda oportunidad.

—¡Mika-senpai!— Una vez más, me detuve en seco y voltee resultaron ser las chicas del club de cocina, con una bolsa de dulces tal vez.

—¿En qué puedo ayudarlas?— Cuestione con amabilidad, como siempre lo hacia todos los días en la escuela.

—Es-to es para ti, es algo que hicimos pensando en ti— Una de las chicas dió un paso al frente, es algo que no entendía, una chica nerviosa por mi, alargó su mano con la bolsa de color azul frente a mi.

—Oww gracias lindas, lo aprecio mucho— Tome con la mano la bolsa, fue así como un las chicas se desmayaron en pleno pasillo. Mierda, ¿Qué hice ahora?

Eso me hizo preocupar, moví levemente a una de las chicas, no sabía si se encontraban bien, en mi bolsillo metí la bolsa cuidando los dulces y con mi mano tome la muñeca de la chica tomando su pulso, por suerte estaba estable y antes de irme deje una nota en su mano.

"Lamento las molestias causadas"

Horas transcurrían, el correr del tiempo no fue justo, las clases eran casi eternas como todo el tiempo, tengo un plan para conquistar a Yuu-chan, solo espero que me funcione.

De ese modo salí del salón directo a la cafetería, no esperar a nadie obviamente tenía unas ganas de ingerir algo en mi estómago, esos dulces que me dieron las chicas del club de cocina y no puedo olvidar...tal vez olvide algo pero no logro recordar.

Tome asiento en un lugar apartado de la cafetería, hasta que vi a Yoichi hacia mi. Por la particularidad del atuendo, ¿Lindo? No tengo idea de ropa, solo la uso y nadamás.

—¡Mika! Ayu...dame— Mi vista se encontraba en el suelo hasta que fue ascendiendo hasta arriba, allí lo vi. Un cosplay de maid de esos negros, que usan las chicas en las casas de gran escala social, y para terminar unas orejas de gatito que tenían vida propia. Sus mejillas se tiñeron de rojo como un tomate.

—¿¡Qué te sucedió?!— Tal vez reaccioné tarde, casi me caigo de la silla para conseguir estar de pie de nuevo, agarré a Yoichi por la cintura y lo abrace muy fuertes. Tenía que proteger a mi mejor amigo.

—Las chicas de la clase me dijieron que te gustaría que me vistiera así— Eso es ridículo, pudo notar como temblaba.

—Eso no es verdad— Acaricie su cabeza con ternura, no podía separarme de Yoichi.

— Mika tengo hambre— Pude sentir como unas palmaditas en mi espalda, creo que era hora de separarme de él.

—Ven tengo algo de comer— Eso hice separarme, me senté en la banca con la bolsa llena de dulces dentro. Habrá que compartirlos, pero ese uniforme debía dejarlo y su uniforme normal.

—¡Dulces! Digo, ¿M-me das?— Ese pequeñin era tan tierno, pero era natural, sonreí con su entusiasmo.

—Ten, di ah— De la bolsa saque uno de esos dulces tan exquisitos que tenía por aspecto, entre cerré los ojos estirando el brazo con la mano izquierda el dulce.

—Pe...ro Mika— Es que el castaño todo el tiempo estaba nervioso conmigo, puede que Yoichi...

—Vamos eres mi mejor amigo, has hecho tanto por mi— Me acerque a su cara, le plantee un beso en la mejilla izquierda, luego sonreí aprovechando la abertura de los labios de mi amigo, metí con delicadeza el dulce que era pequeño.

—Mika...— Lo que hizo después me sorprendió de sobre manera, se sentó en mis piernas, con sus brazos me rodeó la cintura y su cabeza descansó en mi pecho.

—¿Estás bien?— Yo también lo rodee a la cintura a Yoichi, sólo espero que Yoichi encuentre a alguien que lo ame, y esto está mal.

Es mejor volver a casa, ehh que extraño. Cuando gire mi cabeza para comprobar que no había nadie, extraño creo.

—Mika— Ahg mi oreja, ¿Cómo fue qué Yoichi mordió mi oreja? Su voz no era la misma que usaba con naturalidad.

—Ahh Yoichi, cal...mate— Lo único sentía era una extraña sensación en mi interior, un cosquilleo de de principio a fin. 

—No quiero— Más cerca de mi cuerpo, se pegaba más a mi cuerpo, el suyo y el mío, piel con piel.

—Mika ya veo que clase de persona eres, solo me estás usando— De un momento a otro apareció Yuu-chan delante de mi, no tenía una buena cara, su expresión era tan fría, mis huesos se helaron.

—No es así Yuu-chan— Aparte a Yoichi y me acerque a Yuu-chan, eso que había hecho tal vez no tenía perdón, pero solo trate con cariño a mi amigo.

—¡No te me acerques!— Sus gritos se escucharon por todos lados, además sus ojos se cristalizaron sin piedad.

—NOOOO— Mire a todo mi entorno y comprobé que era mi habitación y a mi lado Yoichi durmiendo con toda calma. Era una pesadilla con todo lo que sucedió hace poco, solo espero que Lacus no vaya a la escuela.

—Ahg Mika~ — Esa voz masculina, provenía de algún sitio, levanté la sábana con la que estaba cubierto y allí estaba, Yuu-chan encima de mi regazo, durmiendo con gran tranquilidad como si fuese un bebé. 

—Yuu-chan— Hablé bajito no debía despertar a ninguno de los dos, eso supone que dormí con dos chicos, ¿Cómo Yuu-chan llegó a mi casa? Es un gran misterio por ser resuelto, bueno arriba es un lunes en la mañana.

Me aparte de Yuu-chan, fui directo a mi armario a buscar el uniforme que llevaba conmigo todos los días escolares, después baje las escaleras a cocinar algo para el desayuno. Tenía una boca más que alimentar, procedí a un desayuno estilo japonés.

Tome asiento y espere, y espere a que ellos dos bajarán, el reloj marco las 6:45 a.m.

—¡Buenos días!— Ambos chicos estaban frente a mi, tan sincronizados se sentían y tomaron asiento al mismo tiempo.

—Buenos días, por cierto Yuu-chan ¿Qué haces en mi casa? Es decir tus padres lo saben ¿O no?— Decide preguntar de lo más sensato posible.

—De hecho le pedí permiso a uno de ellos— Bien ese guiño no venía a cuento junto a su contestación, si que disfrutaba la comida.

—Oye Mika, ¡Cómo siempre cocinas bien! Amo tu comida— Está vez mire a Yoichi quien tenía el plato vacío, esos halagos por su parte son llenadores.

— Creo que vendré más seguido a tu maravilloso hogar. Además eres muy calentito— Era mi idea pero Yuu-chan me coqueteaba con toda la intención del mundo.

—Si tú quieres Yuu no le veo el problema— Respondí con una sonrisa a su propuesta tentadora— Bien hay que ir a la escuela— Me despegue de mi lugar para ir directo a la puerta.

—De ninguna manera— Yuu-chan se adelantó a mi y abrió la puerta antes que yo lo hiciese.

—Que caballero— Sonríe con la forma como me trataba Yuu-chan, tal vez podíamos ser amigos.

—Hmph— Escuché un descontento en Yoichi pero no pude ver su rostro cambiaba hacia delante.

—¡Por ti hago lo que sea!— Sentí un brazo rodeándo el mío. Era Yuu-chan con una bella sonrisa, mi brazo derecho.

—¡Y yo y yo!— En mi brazo izquierdo apareció Yoichi sujetando mi brazo con una sonrisa tierna. Estos dos tienen algo entre manos, lo sé.

Todos en la ciudad nos veían con ternura, creían que éramos hermanos o algo así. Fue así hasta que se una vez por todas llegamos a la escuela.

—¡Mika!— No se de dónde salió Lacus pero, se pegó a mi cintura en plena entrada de la escuela, parecía una lapa pegado a mi, sus piernas alrededor de mi cintura y sus brazos rodearon mi cuello.

—¡Hey Mika tiene un harem~!— Muchos de los estudiantes pasaron a nuestro lado mirando tal espectáculo más particular en plena mañana.

—Mika~— Tal vez sea un sueño de nuevo, los 3 hablaron de manera conjunta, parecía de película, yo solo quiero a Yuu-chan.

[...]

—¡Déjenme en paz ahhh ah!— No tengo la mínima idea de como salí de los brazos de esos tres en realidad, tenía ir al baño pero esos ellos no me dejaban en paz.

Narrador omnisciente.

Era así como todos los estudiantes de la escuela de nuestros protagonistas presenció un espectáculo, Mika corriendo por todo el pasillo, mientras Yoichi, Yuu y Lacus iban trás el. Todos los días se veía eso.

—¿Quién eres tú?— Como lo más normal del mundo tanto corría, el azabache le pregunto al chico nuevo y muy tarde.

—Soy el amigo de la infancia de Mika, y me dió una segunda oportunidad, por eso estoy aquí— Lacus respondió con tanta naturalidad y una sonrisa de idiota en su rostro.

—Pero yo soy su mejor amigo— Está vez respondió Yoichi con un leve enojo, miro de reojo al peli-morado, tenía su objetivo localizado.

—¿Y yo qué soy?— Pregunto Yuu con voz indignada, era solo un simple amigo. No no eso no, no podía ser.

—Ni idea, pero con ese carácter no creo que te quiera mucho— Cabe decir que Lacus era pura sinceridad.

—Ja jaja que divertido eres— Eso no le cayó en gracia a Yuu, ¿A quién le agradaría? Nadie creo, mientras tanto Yoichi iba enmedio de la carrera de los tres.

—¡Ya paren!— El grito de Mika retumbó por todo el lugar, y así todo se volvió oscuridad.

📌 Dos meses sin actualizar este libro, tuve unos exámenes y las clases. Además no tenía una inspiración para el capitulo. Por fin pude terminar con esto, ojalá les haya gustado.

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