𝘾𝙖𝙥𝙞́𝙩𝙪𝙡𝙤 7: 𝘾𝙚𝙣𝙖 𝙘𝙤𝙣 𝙡𝙤𝙨 𝙨𝙪𝙚𝙜𝙧𝙤𝙨


—Necesito a ese chico— En una habitación en total oscuridad resonó una voz

—Si señor— Hizo una reverencia el mayordomo que antes habia ido a buscar a Mika a su casa.

—Pronto serás mío, Mikaela Tepes— Ensanchó su sonrisa pensando en los resultados que pronto se harían presentes.

[...]

—Hmm, ay que resaca— Una mano se movió por la mesa de noche buscando su teléfono, así informarse de la hora, eran las 8:30 a.m, por suerte era un sábado en la mañana, así que volvió a cerrar sus párpados, dándose media vuelta observo un bulto debajo de la manta, con la mano derecha tentó el bulto, el azabache podía sentir como el bulto se movía como gusano.

—Hmm, ahg~— Esos eran...¿Gemidos? En efecto, Yuu tentó algo en Mika que lo hizo soltar tan sonoros gemidos.

—¿¡Mi...ka?!— Los gemidos hicieron tensar al azabache y despojo al rubio de la manta tan calentita, encontrando a un Mika medio desnudo, solo con una camisa y unos boxers negros, sus gritos no eran de esperar sumándole las mejillas rojas como la bandera de China, Mika abrazaba al azabache y escondiendo su cara en el pecho del contrario.

«Que tierno es» Pensó el oji verde.

Pero, estaba mal, estaba rico pero está mal.

Lo había olvidado, ayer había besado a Mika, es que su borrachera pudo más con el, que tonto, ¿No? Solo tomo dos copa y se emborrachó enseguida, ¿Cómo justificaría el beso? Ideó algo en su cabeza, tenía que volver a casa, no había hecho una llamada a sus padres.

Conocía tan bien a su padre, Guren Ichinose el no se andaba con contemplaciones no como su otro padre, Shinya. Era capaz de castigarlo por un mes sin salir. Con su mano aparto la cabeza de Mika, por suerte si funcionó, dejo la habitación y se aproximó a las escaleras bajando cautelosamente no era su intención despertar a su amigo.

Con suerte salió de casa de Mika, tomo un taxi tal vez llegaría más rápido a casa, no le quedó más remedio que rezar para que todo le saliera bien. Minutos después había llegado a su hogar, pago al conductor y corrió hasta la puerta, detuvo su caminar y entro en la residencia. Asomó la cabeza por la puerta giro hacia la izquierda seguido de girar a la derecha, sus esmeraldas se entre abrieron de par en par al ver a su padre de cabellos parecidos a el al lado de la puerta, cruzado de brazos mirándolo fijamente a punto de perder la cordura.

—Yuu...¿¡PORQUÉ VIENES ESTÁ HORA?!— Los gritos se escucharon  toda por la casa, era considerable su enojo, puesto que había unas veces que casi rompe una mesa en la cabeza a Yuu.

—Umm... Y-yo— Agachó la cabeza como si en el suelo encontraría la respuesta a su gran problema.

—¿Qué pasa aquí? Ah Yuu, ya has vuelto. Bienvenido hijo— Yuu tenía tan suerte que su padre de cabellos plateados saliera a defenderlo, como era de costumbre lo recibió con una voz suave.

—¡SHINYA TÚ NO TE METAS!— Bueno en cuanto a Guren, no tenía pensado calmarse. Sus gritos se escucharon por todo el vecindario.

—Quien manda aquí soy yo— Ladeó la cabeza sonriendo de lado, pensó en algo tal vez así aplacaba su ira. Tomo de la camisa a su pareja y beso sus labios para callarlo, con la mano izquierda ordenó a Yuu a irse, mientras esté lo besaba. Yuu sin rechistar subió las escaleras lo más rápido que le podían sus piernas.

—Hmm ahg~— Los gemidos del azabache mayor no era de esperarse, amaba en la forma en que su pareja besaba, no tuvo más remedio que corresponder al beso, intensificando la velocidad del beso.

—Espera...tengo que ir con Yuu. Después continuamos cariño— Corto el beso, y sonrió entre jadeos, le era tan sencillo amansar a la bestia. Se alejo dejando al hombre de ojos amatices, al llegar a la habitación de su hijo por las escaleras. Tocó a su puerta esperando respuesta.

—Mami Shinya, pasa— La puerta fue abierta comprobó si su otro padre no estaba y dejo pasar al peli plata.

—¿Cómo te fue con Mika?— En ocasiones era tan directo, demasiado diría yo. Cerro los puerta por detrás de su espalda y observo a Yuu con complicidad.

—¿Có...mo lo sabes?— Su voz tembló ante tal pregunta, había besado a un chico no sabía como reaccionaria su padre de cabellos oscuros, de su padre de cabellos plateados si esperaría aceptación, sin embargo no era de su conocimiento su otro padre.

—Digamos instinto, ¿Y qué tal besa?— Otra vez en el clavo, ¿Cómo era que sabía tanto?.

—Y-yo...— Se había ahorrado toda explicación vergonzosa, tomo una bocanada de aire y hablo por fin — ¡Me bese con un chico! Lo se, está mal, y...yo no sé porque lo hice. Solo somos amigos, es cierto que me agrada mucho, es tan amable, tierno, cálido cuando lo abrazo, más sin embargo. No se si esto que siento es amor, nunca me he enamorado y no se como se siente, ahora despreciame por ser un chico que tal vez ama a otro...— Sus orbes esmeraldas se cristalizaron soltando lágrimas entre sus palabras, en algunas su voz se quebró, miro al suelo evitando todo contacto visual, pero su cara fue tomada entre las manos de su padre, sin dejar de llorar le miro.

—Yuu, ¿Porqué te despreciaría? Eres mi hijo, yo siempre te querré no importa si te gustan los chicos, y bueno ya se que siempre has estado solo, no habías tenido amigos hasta ahora, mucho menos sentir amor. Tal vez estés confundido, pero te daré un consejo. El amor no tiene explicación, solo surge eso es lo bello del amor, simplemente sucede, no expliques nada, solo siente que es lo único que cuenta, que tú seas feliz. Aunque si te llevará tiempo saber lo que sientes, que yo creo que es amor, ¿Si?— Amaba tanto a este hombre, era tan dulce y compasivo con Yuu, secó sus lágrimas con un pañuelo blanco, sonriendo como siempre lo hacía.

—N...no se que decir. ¡Gracias mami Shinya! Te quiero mucho, eres el mejor padre del mundo, prometo que aclararé mis sentimientos— No pensó dos veces el abrazar a su padre por la cintura (por la diferencia de altura). Realmente agradecía tener un padre así de comprensivo.

—Yo también te quiero mi pequeño niño, ya no eres un bebé— Sonriente correspondió al abrazo, pasando entre sus dedos su rebelde cabello azabache— Y si tú padre no te acepta, yo me encargaré que lo haga— Dispuesto a todo por su pequeño, abrió la puerta y a sus pies cayó el azabache mayor.

—Y-yo no  estaba escuchando— Se reincorporó nuevamente sacudiendo su ropa, luego miro a Yuu desde donde estaba— Y Yuu, solo espero que ese chico no te ponga la mano encima, y si resulta que te gustan los chicos, yo te apoyaré. Pero, ¡Si ese oxigenado te lastima lo mató!— Demostró ser un buen hombre, buen esposo y un buen padre, solo que no estaba dispuesto que lastimaran a su hijo, reaccionó bastante bien.

—Son los mejores padres del mundo, los quiero— Abrazo a los dos, hundiendo su cabeza en el pecho de los dos, bueno cuando los abrazo ambos quedó enmedio.

—¿Invitarás a comer a Mika?— A lo que que el peli plata pregunto con unos destellos en sus ojos.

—¡Qué! No lo permitiré— Cierto azabache mayor protesto, pero fue callado por su pareja.

—No se si el acepte— Bueno al azabache le agradaba tanto le idea, sin embargo no tenía idea si el rubio aceptaría la propuesta de cenar.

—Seguro que querrá — Con una pequeña sonrisa dió unas leves palmaditas en la espalda de su hijo. Mientras seguía tapando la boca a su pareja.

—Bien le preguntaré— A lo que el esmeralda sonrió ampliamente y fue derecho a su teléfono. Pero había olvidado pedir el número a Mika, así que decidió salir de casa y se despidió de sus queridos padres. Su felicidad se notaba en la expresión feliz de su rostro.

—Hola Yuu-san~— Esa voz...como detestaba esa voz tan burlesca hacia temblar todo su ser. Tras su espalda sin importarle siguió caminando.

—...— No mediando palabra continuo su camino a casa de Mika, ese era su objetivo principal.

—Que frío eres. Hmm ¿Vas a ver a tu novio?— Al parecer está chica no escarmienta en lo absoluto ojalá pudiera darle una lección pero una haciendo uso de su inteligencia.

—¿No tienes algo mejor que ha...?— Sin aviso el azabache se detuvo en seco en medio de la acera donde caminaba algo captó ferozmente sus orbes esmeraldas.

—Yoichi y Mika— Algo le parecía extraño a la peli-morada, paro al igual que el chico y miro en la dirrección donde la mirada del azabache se encontraba y era una linda escena con un pequeño castaño abrazando a Mika.

—¡Rubio oxigenado!— Le importaba poco captar la atención de los transeúntes solo quería que Mika le mirara, en verdad esa acción por parte del castaño había algo en el, ¿Celos? Ni el mismo lo sabía.

—Y-yuu-chan. Espera ya voy— Esa voz tan hermosa llegó hasta los oídos del chico rubio, se apartó del abrazo y corrió hasta donde los dos chicos se encontraban, dejando a Yoichi solo por un momento.

—Solo quería invitar a mi casa a comer. Eso es todo, s-si quieres ir por supuesto— No podía evitar sentir nervios, se encogió de hombros sin mirar al pelirubio que se encontraba delante de él.

—¡Ahí estaré! Solo iré a cambiarme— Vaya que parecía un niño de siete años cuando se trataba de su amado Yuu, no dudo un segundo en aceptar tal proposición.

—Bien te estaré esperando Mika— Justo dió media vuelta alguien tomo muñeca con suavidad y su mirada se encontró con unos orbes azules como el inmenso mar.

—Ven conmigo Yuu...— Era tan insoportable separarse del azabache tanto que en las noches sus párpados permanecían abiertos esperando con ansias el siguiente día solo para ver a su "amigo" en la escuela.

— Si eso quieres. Iré contigo— Creo que su corazón comenzó a latir desmesuradamente al sentir el contacto de su piel con la mano de Mika.

— Bueno diviértanse, pero no tanto— Los dos habían olvidado de la pequeña peli-morada, alzo la mano despidiéndose de ese par de “amigos” que sabía perfectamente que esos esos dos acabarían juntos.

—  Vamos Yuu — Después de esas palabras comenzó a caminar a casa, tranquilamente tomando la mano de Yuu.

—Mi-ka mi mano— Tan rojo estaba al sentir el tacto de su mano con la de Mika.  Aunque debía admitir que eso le gustaba en cierta forma.

—L-lo siento Yuu-chan— Al sentir sus nervios soltó su mano inmediatamente, lo último que quería era incomodar al azabache.

—Descuida Mika, ¿Sabes? Me gusta tu compañía. Aunque me resulta difícil admitir esto. Ahora entiendo porque todos se alejaban de mi. Soy demasiado orgulloso, contigo me siento diferente — ¿Qué es esto que sentía en su pecho? ¿Amor tal vez? No lo sabía, como y cuando esto empezó a surgir. Era todo tan confuso, con Mika solo bastaba ser sincero, podía contarle todo sin sentir culpa.

—Yuu-chan. No sabes lo feliz que me haces al confiar en mi— Rayos ese chico le volvía loco, sus orbes esmeraldas llenas de ternura escondiendo sus sentimientos, tomo su mano como impulso, el contacto de su piel le hacía latir el corazón como burro sin mecate.

—Bue-no, eres la primera persona que no huye de mi. Así que te considero un amigo— Vaya su corazón latía descolocandose sin control alguno, solo percibió su mano con la del rubio y ante ese acto solo enrredo sus dedos con los de su nuevo ¿Amigo...? Joder que confuso, todavía faltaba tanto por recorrer.

Un largo camino a casa más tarde.

[...]

—¡Ya estamos aquí!— Anuncio su llegada a casa, había cumplido con su cometido al traer a su no...digo mejor amigo a su humilde morada. Yuu espero a alguno de sus dos padres.

Narra Mika.

No puede ser estoy en casa de mi lindo Yuu-chan, quiero gritar pero es que no es correcto. Necesito mantener mi racha de buen estudiante y amigo.

Cuando tomo la mano de Yuu-chan mi corazón salía de mi pecho, esperen...siento que alguien me quema con la mirada.

—¿Quién eres? ¿Edad? ¿Tipo de sangre? ¿Nombre completo? ¿Que intenciones tienes con mi hijo?— Frente a mi apareció un hombre mayor de cabellos al igual que Yuu-chan, era unos 30 y tanto años según calculo, su mirada fría y calculadora se clavo directo en mi.

—Soy Milanesa Tepes, di-go Mikaela Tepes, tengo 16 años, mi sangre tipo A negativo. Solo es mi amigo, también quiero apoyarlo en todo y que sea feliz— ¿Es cosa mía o ese hombre tiene algo contra mi? Seguro que son suposiciones sin fundamento alguno, no hay de que preocuparse. Maldición tartamudee mi nombre, lo pronuncié mal. ¿Y si no me quiere cerca de Yuu-chan? ¿Y si no le agrado? ¿Y si me quiere matar? ¿Y si me alejan de el? Ya no podré ver más a Yuu-chan. ¿Qué pasó con la boda que está en mis planes? Y los bebés que tanto deseo, Kai, Makoto, Haru. Akito.

—No me convence, será me— Creo estaba tan ensimismado entre mis pensamientos y planes a futuro, que escuche una sartén sonar contra algo muy duro. ¿Qué habrá sido? Negué varias veces volviendo a la realidad.

—Hola Mika~. Un gusto verte de nuevo, bienvenido a casa— Oh es el hombre amable de aquella vez, tenía una sartén en su mano izquierda y su otra mano en su mejilla sonriendo tiernamente como una amorosa madre. Eso me trae recuerdos... Que amable era.

—Gracias por invitarme— Agradecí el gesto gentil con una pequeña reverencia, mis párpados permanecían cerrados estaba tan nervioso y feliz al mismo tiempo.

—Mika le estas hablando a una pared— ¿Qué? Ay que vergüenza, levanté la mirada y efectivamente era una pared con quien intercambia palabras, gracias a Yuu-chan levanté la cabeza y gire sobre mis talones avanzando con pasos robóticos.

—Eres muy gracioso Mika, me agradas más que antes. ¡Pasa pasa!— Retirando la amabilidad del padre de Yuu-chan, ¿Gracioso yo? Más bien un payaso que hace el ridículo.

—Gracias...— No Mikaela Tepes no debes perder el control, mantén la calma, respira y expira y... splash mi cara fue a dar de topes contra una pared según pude notar conducía a la cocina. Estoy quedando en ridículo, yo solito me estoy perjudicando.

—¡Mika! ¿Estás bien?— Yuu-chan se preocupa por mi, estoy en el cielo todo lo que sale son palabras dulces, creo que mi cara ahora es la de un idiota. Por suerte aún no doy la vuelta.

—Estoy en perfecto estado Yuu— Mis ganas de llamarle Yuu-chan son infinitas como lo es mi amor por el, no saben cuanto lo amo. Dio unos pasos hacia atrás de la pared mirándolo de vuelta.

—Menos mal, ven— Empezó a guiarme hasta el comedor, todo era sencillo pero hermoso, por fin llegamos al lugar.

—Sientate Mika, espero que encuentres bien la cena— Después de haber llegado al comedor note al hombre peli-plata sirviendo una cena familiar tradicional japonesa, solo mirar y la baba se escurría de mis labios.

—Disculpe, ¿Dónde está el padre de Yuu? Me refiero al hombre que vi antes en la puerta— Yo quería saber, aunque al principio creí que tenía intención de asesinarme con la mirada, pero realmente era el padre de Yuu. Además tenía algo del carácter de mi Yuu-chan.

—No te preocupes por el. Se siente indispuesto— Entonces era eso, no hay de que preocuparse, su sonrisa dulce hablaba por si sola.

Nota del autor: En realidad al pobre de Guren le dieron tan fuerte con la sartén que terminó desmayado, cortesía de Shinya. También no interferiria con los planes, que era reforzar la amistad de su hijo y Mika.

—Ohh ya entiendo— Tras tomar asiento en la silla del comedor, escuché una voz sumamente masculina. Parecía un lamento, ay dios ¡Le tengo miedo a los fantasmas!

—¡Buen provecho!— Hablaron padre e hijo alunisono, dando comienzo a la cena, todo era tan silencioso y calmado en la casa de mi Yuu-chan.

Bueno tome mi comida empezando a comer de poco a poco, tragando todo mantiendo mis modales en la cena, no bajaría la guardia en un momento...Otra vez ese lamento, tengo miedo tengo miedo, que extraño siento que estoy tocando algo blando, es tan suave.

—Mi-ka, ahg— Unos ruidos llegaron a mi oido, ¡El fantasma sabe mi nombre! Quiero gritar, pero mis principios me lo impiden. Santa María Inés de la Cruz, protege a este chico que solo ama, San Alejo que no sea pendejo, San Pascual que no sea animal, San Ludovico, sea muy rico. San Serafín que se cambie calcetines, San Ramón que no sea mamón y San Antonio hazle un amarre a Yuu-chan. 

—¿Te ocurre algo cariño?— Era el padre de Yuu-chan, sino mal recuerdo su nombre es Shinya, ¿Qué le pasará a Yuu-chan? Y ¿Si tiene fiebre? ¿O tiene cáncer? ¿O una enfermedad faltal? No te preocupes Yuu-chan, Mika esta aquí.

—N-no na-da— Observé a Yuu-chan por el rabillo del ojo, sus mejillas estaban rojas, ¿Tendrá fiebre? Ay no, ¿Y estira la pata? No no, o eso creo — Pss, Mika, mira abajo— Con disimulo ordenó con su voz, yo sentí curiosidad y mire donde Yuu-chan me indico con la mirada, no. Mi mano estaba en la pierna de Yuu-chan, se movía por si sola, era inconcebible lo que mano hacia, la baje con lentitud. Que vergüenza diomio.

—L-lo siento— En serio siento mis mejillas arder, su pierna era tan suave. Susurré solo para Yuu-chan, no quería que su padre se enterara.

—No te preocupes— Su sonrisa es que es tan hermosa como el solo, amo todo de el en verdad es mi primer amor. El latido de mi corazón incremento cada vez más que la vez anterior.

Unos minutos después di por terminada mi cena, realmente era una delicia culinaria.

—Gracias por la cena, estaba todo tan exquisito— Volví a ponerme de pie y agradeci los alimentos servidos en la mesa, pero ya no escuché más a ese fantasmas, que extraño ¿Se habrá ido?

—Mika quédate a dormir con Yuu, creo que te necesita— Sin embargo la sonrisa de su padre me hizo cambiar de opinión tan pronto, y también en la manera como me pidió el favor.

— Bien, me quedaré a dormir— Pues no hay de otra, me sacrificio por Yuu-chan, volví a sentarme en mi sitio.

—Bueno los dejaré solos, buenas noches— ¿Solos? O sea ¿Los dos? ¿Ambos? Yo con Yuu-chan solito, fue mi impresión porque pude ver como su padre me guiño el ojo de manera complice.

—¡A festejar nuestra amistad!— Admito que sus palabras me dolieron, por el momento no sería algo más que su amigo. Cada paso que daba Yuu-chan fue captado por mis orbes azules. Note como saco de un cajón una botella de whisky. Ay no otra vez no.

—Yuu no bebas mucho— La última vez que bebió el me dió un beso, sin embargo no se si lo hizo por los efectos del alcohol. Y la verdad es que quiero sentir sus labios sobre los míos nuevamente, haciendo que mi corazón de un vuelco de 180°. A mi mirada llegó los labios de Yuu-chan bebiendo de boca a botella, joder es tan perfecto en todo.

—No me des órdenes hip. Oshe ¿Desde cuándo tienes un gemelo? Jeje es igual de lindo a ti— Quitó la boca de la botella y miro a costado donde nada había, seguro era los efectos del alcohol, efectivamente ya estaba bajo los efectos del alcohol.

—¿Lo ves? Ya estás ebrio— Solo solté un suspiro negando con la cabeza mi lindo Yuu-chan tenía un sonrojo gracias al alcohol, observé desde mi asiento como ingeria tal cantidad de alcohol.

—Ahh si no estoy ebrio. Oshe dame un besito, porque te quiero musho— Su voz sumamente masculina, salía tan ronca, su cabeza ladeó mirándome, dios mío necesito mi heterosexualidad ahora mismo. Ah ya no aguanto.

—Yo también te quiero Yuu— Bueno solo sonríe, no quiero que me bese si está ebrio. Aún no se la razón del beso de ayer en la fiesta, es de suma importancia saber el porque.

—Dime Yuu-chan, es más lindo— ¿Qué le diga Yuu-chan? Creo que es demasiado bueno para ser cierto, venía hacia mi, no no. Si te acercas más no podré soportar las ganas de tenerte a mi lado por siempre. Ya no sigas Yuu-chan, espera ¿Me bañe hoy? ¿Y si uso un chicle para el mal aliento? ¿Me cambié los calzones de Bob esponja- digo...ya mejor me cayó.

—Entonces Yuu-chan— No me importa que me lo pida aunque esté ebrio, está sensación es indescriptible siento tan bien, en mi pecho retumba cada vez más.

—Ya me siento como Jack en la de Titanic, bien ahogado. Hip— Apenas si podía mantenerse en pie, tan ebrio estaba para decir tales tonterías.

—Creo que ya es tarde Yuu, hay que ir a dormir— Estaba apunto de salir pero alguien sujeto mi mano, gire mi cara encontrándome con la cara de Yuu-chan con un enorme sonrojo en sus mejillas.

—¡Mika hazme tusho! Hip— Ah está bien...Espera, ¿¡Qué?! No puedo tomarlo en serio en ese estado, hasta su voz salió de niña pequeña, muy aguda ah me encanta. Pe-ro no estoy listo, mi corazón no está listo. Halo mi mano hasta las escaleras guiandome por todas con el fin de llegar a su habitación, así fue como Yuu-chan abrió la puerta de una patada y me metió dentro, después cerró la puerta con seguro.

—Escucha Yuu-chan yo— No pude terminar mi oración, los labios se estamparon contra los míos, sin sentir mi respiración junte mis labios con los suyos. Cerré mis ojos disfrutando mejor de aquel beso,  el aliento de alcohol me dejaba sin aliento aún así lo disfruté.

—Hip escucha. Tú eres el pasivo, sho soy el activo. Así que sho estaré arriba— Esas palabras aún estando borracho eran tan sugestivas, corto el beso que unia nuestros labios así me miró, la cortina de la habitación se abrió iluminando el rostro de Yuu-chan. Ya no puedo más, siento que el corazón se me sale del pecho, quedé de piedra gracias sus palabras, me tomo de los hombros y empujó hacia la cama haciendo que callera. Yuu-chan estaba encima de mi.

— Y-yuu-chan, bueno verás es mi primera vez y no estoy listo mentalmente así que— Esperen, ¿Ronquidos? Mientras jugaba con mis dedos de los nervios note esos ronquidos.

—Zzz hmm ñam ñam— Yuu-chan estaba encima mío durmiendo como todo un bebé. Ay, para lo que me emocioné. Bueno.

Tomo sus hombros y lo aparte bajandolo de mi, lo acomodé en la cama y cubrí su cuerpo con una manta de dormir. Hasta dormido es tan lindo, debo admitir que lo amo cada día más. 

—Mi princesa— Entre cerré los ojos mirando la ventana abierta con la cortina al compás del viento de esa fría y helada noche de enero.

📌¿Hace cuánto no escribía esto? Creo que dos semanas, perdón por eso, la verdad no tengo excusa espero puedan perdonarme.

📌¿Qué tal capitulo?

📌Este capítulo contiene 3975 palabras. El más largo de esta historia y el que he escrito en toda mi vida.

📌Debió haber narrado Mika, he desperdiciado meses de trabajo. Creo que lo haré más seguido, es tan divertido conocer desde la perspectiva de cada personaje.

Sayonara~

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