𝘾𝙖𝙥𝙞́𝙩𝙪𝙡𝙤 6: 𝙇𝙤𝙨 𝙘𝙚𝙡𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙔𝙪𝙪-𝙘𝙝𝙖𝙣.

—Mikaela Tepes, es para usted— Mika recibió una carta, su dueño entrego la carta extiendo su mano esperando al pelirubio.

—¿Para mí?— Ladeando la cabeza sin comprender la situación en la qué se encontraban acepto la carta, sus iris azulada fueron a parar al remitente con unos bellos detalles el nombre escrito de Lacus Welt, Mika desconociendo ese nombre de alta sociedad, despegó su vista de la carta con intención de despejar cualquier duda de la invitación. Para su mala suerte este se había marchado.

—¿Qué dice la carta?— Pregunto un emocionado castaño sin quitarle la vista de encima a la carta.

—Estoy invitado a una fiesta de un tal Lacus Welt, en mi vida lo he visto. No sé porque me invitó— Cerro los ojos tratando de recordar ese nombre de alta sociedad, más sus recuerdos eran de pequeño cuando Yoichi y Mika jugaban juntos en las horas de descanso y de camino a casa.

—A ver— La carta fue arrebatada de sus manos, por cierto azabache con celos evidente. Sus iris esmeralda recorrieron cada letra con una decente caligrafía, cada vez que leía sus manos se tensaban de impotencia sin poder hacer nada haciendo temblar el papel.

—Yuu, dame la carta— Amablemente pidió la carta nuevamente extendiendo su mano así guardarla en su bolsillo.

—¿Así que no lo conoces?— Dió por concluida la lectura, puso entre sus manos la carta sin mirarle a los ojos, aún sentía sus labios sobre los del oji azul como el mar azul.

—No, porque...¿Estás bien Yuu?— Sus ojos se abrieron sorpresivamente ante tal acción dejando a un rubio desconcertado.

—Eje idioja— Las palabras no salían de su boca, parecía ser que morder libros era su nuevo pasatiempo favorito, sin dejar de lado el principio.

De los celos, de Yuu-chan.

[...]

—¿Entonces irás?— Sentado debajo de un árbol, hizo la pregunta que tanto temía el azabache, sosteniendo unos palillos entre sus dedos. En su regazo descansaba un obento preparando por su amoroso padre, Shinya.

—Hmm no lo se— Poso su dedo índice en su labio inferior, cruzándose de brazos pesando un poco. Desviándose de sus pensamientos, fueron a parar al beso del día anterior. El pelirubio no dejaba de pensar en ello. Teniendo en su regazo a un pequeño castaño dormido con tranquilidad.

Flash Back.

—Mi...ka, no le diremos a nadie acerca de esto, ¿De acuerdo?—  Pregunto entre jadeos, aún sin estando encima del rubio, era todo un reto no apartar la vista de aquel chico desnudo que tenía debajo.

—De acuerdo. Yuu...— No se atrevía a verlo a la cara, aún sentía como sus labios rozaron con los del contrario.

—Fue mi primer beso, así que guárdalo como un secreto. Y esto s-si cuenta como be...so— ¿Qué insinuaba Yuu? Miro hacia otro lado evitando cruzar miradas. Estaba tan avergonzado de si mismo.

—Ohh, entiendo. Soy bueno guardando secretos, por cierto Yuu— Volviendo a ver a su querido amigo sonrió ampliamente e hizo una pequeña pausa— Tus labios saben a fresa— Luego de su comentario sin rodeos llegó directo al punto.

“Ahora se a que saben los besos, a una dulce explosión en mi boca experimentando casa centímetro de su boca, expadiendo mi curiosidad de saber como era besar a la persona que amo” Pensó Mika

—¿Qué...? Mi...ka— Su tartamudeo fue inevitable de evitar sin poder respirar la cercanías de sus rostros le impedía hablar con claridad sin titubear.

—Nada, solo no le digamos a nadie sobre esto a nadie, ¿De acuerdo?— Se encogió de hombros evitándole molestias a su azabache.

—De acuerdo— Dejo caer su cara en el pecho de Mika, sin darse cuenta sus manos rodearon la cintura de Mika, la calidez del cuerpo de Mika lo relajaba.

Fin del Flash Back.

—No vayas, es que...— Algo alertó al azabache, sabía que era mala idea ir a esa fiesta.

—¿Es qué...?— Repitió la frase esperando la respuesta del contrario. Aprovechando la oportunidad de acarciar los cabellos del pequeño que aún descansaba en su regazo.

—¡Es que no m...me trae buena espina esto!— Impotente de si mismo, Yuichiro Ichinose apretó sus puños, su voz se quebró la mitad de su reclamo.

—Pero Yuu, sería descortés de mi parte no asistir a esa fiesta. No te preocupes por mi, soy consiente de lo que hago— Afirmó en una sonrisa deslumbrante.

—Esta bien, pero luego no te quejes cuando te diga, te lo dije— Se cruzo de brazos.

—Ya entendí ya entendí. Provecho— Sonrió ampliamente luego ingirió un delicioso bocado de su deliciosa comida, preparada por si mismo.

—Idiota, y yo preocupándome por ti— Musitó entre dientes.

[...]

—¿Qué debería ponerme?— Sin decidirse que usar en la fiesta, el rubio revolvió en su armario algo decente para asistir.

—Con todo te ves bien— Respondió un pequeño castaño recostado en la cama, mirando boca arriba.

—Gracias Yoichi— Sonrió de lado mientras buscaba algo que ponerse. Mika tenía tal emoción que escondía en el interior.

—Con todo te ves bien, ñe ñe— Por otra parte un azabache remedo con celos, cruzando sus brazos a la altura de su pecho. 

—Creo que iré a darme una ducha— Dicho eso procedió a abandonar la habitación, quedando azabache y rubio solos.

Había un silencio abrumador, el azabache intentaba mirar a todos lados menos a esos ojos zafiro, esa mirada se sentía desarmado cada ves que aquellos zafiros le veian...Miraba las paredes de la habitación los cuadros las fotos se consentraba en el color verde de las paredes, en todo menos en la mirada del rubio... Mika por otro lado estaba deseoso de poder probar nuevamente esos dulces y suaves labios, tenía tantas ganas de decir algo pará romper ese silencio abrumador... Suspiro pesado y se sentó en la cama miraba a su azabache su cabello azabache algo desordenado esos bellos ojos esmeralda que le enloquecían, esa piel canela que quería un día tocar y llenarla de besos...

— Ya deja de mirarme — Le dijo Yuu apartando la mirada.

— No puedo eres tan bello que me encanta mirarte— Le dijo el rubio con una tierna sonrisa.

El azabache se sonrojo levemente e intento ocultar su sonrojo pero muy tarde Mika lo había visto

— I-idiota— Refunfuño

— Tu idiota— Sus labios se ensancharon ampliamente.

— Ya Mika, cállate deja de decir cosas—
El rubio sonrió y se levantó de la cama, se le acercó lentamente probocando muchos nervios en el azabache, lo acorralo contra la pared y le tomo suavemente del mentón

— ¿Por qué no me callas?– le susurro serca de sus labios sintiendo su aliento–

— ¿Có-mo— Argumento entre tartamudeos.

—Como tú quieras— Le dijo coqueto— Solo callame.

Sus rostros perdían distancia entre ambos, sentían el aliento de su contrario, el azabache sentia como su corazón latía y sentía en su estómago como mariposas volando dentro, un extraño cosquilleo anhelando ese contacto estaban tan serca

—Oye Mika, ¿A qué hora te piensas alistar— Si, el castaño entro a la habitación ambos se separaron Yuu con un gran sonrojo en sus mejillas y un gran enojo por la interrupción—

—¿Qué hacían?— Pregunto algo desconcertado.

— Oh nada, solo estábamos hablando... Ya me arreglo enseguida espera abajo a qué me bañe— Le dijo al castaño quien se fue corriendo — Ya luego seguimos mi yuu-chan— Le dijo el rubio tras robarle un beso a su azabache dejándole muy sorprendido y atontado—Será mejor que me vaya a bañar.

—Es...ta bien— Suspiro en la soledad de la habitación, tratando de procesar lo que hace poco había sucedido.

—Mierda, debo controlar mis impulsos con Yuuchan— Pesando en todo aquello que hizo en la habitación, quedaría entre ellos dos, su ropa fue despojada de su cuerpo, alguien lo que no contaba era que alguien lo observaba desde una distancia prudencial. Hundió su cuerpo en la bañera.

—Si, ya lo encontré. Mikaela Tepes— Ubicación del sujeto, 3 metros desde un rascacielos, vestimenta oscura y unos lentes que cubrían su rostro, en su mano derecha comunicaba con otro desconocido en la otra línea, y en su mano izquierda unos binoculares que observaban al pobre Mika, no podía saber que alguien invadía su privacidad.

—Bien, puedes retirarte— Posteriormente de asignar las órdenes el tipo en la otra línea, colgó el teléfono. Enfocadose en sus labios que dibujaron una sonrisa diabólica, la habitación solo era una oficina de un inversionista en total oscuridad.

—Ashu, ashu creo que voy a tomar un resfriado— Unos estornudos que vieron de la nada, decidió abandonar la tina y tomo una toalla cubriendo solo su torso. Repaso sus melenas rubias de adelante hacia atrás admirando su reflejo en el espejo.

—Mi...ka— Sin previo aviso un azabache entro a la habitación subiendo le los colores a un rojo intenso, ¿Y cómo no? Si pudo ver el cuerpo semi desnudo del rubio — So-lo quería saber si tenías huevos— Apenas si podía pronunciar palabra, apartando la vista del torso semi desnudo.

—¿Perdón?— Luego de oír esa palabra miro al azabache con desconcierto y la toalla se cayó del lugar, ahora sí se podía apreciar su desnudes, su anatomía perfecta de dios Griego. Como si de un reflejo se tratase.

—La toa...lla— Señaló con el dedo índice la toalla que yacia a los pies del oji azul, con su otra mano tapo sus ojos.

—Ahhh, n-no— Apresurado levanto la toalla devolviendola a su lugar— Y si tengo huevos, estan en la cocina— La vergüenza carcomía su interior, de adentro hacia afuera.

—Gra...cias— Así abandono la habitación con un sonrojo notorio en todo su rostro— Que bien hecho esta...— Balbuceo para si mismo dándose cuenta de lo que había dicho se fue del cuarto de baño.

—¿Quién está bien hecho?— Esa pregunta hizo que el esmeralda se tensara, mirando al castaño quien trataba de entender lo dicho por el oji verde.

—Na-da, solo estaba hablando de...las nalgas de Mika— Tales eran sus nervios que hablo en voz alta, sus más profundos pensamientos.

—¿Ehhh? Sus, nal...gas— El doble de rojo que estaba hace unos segundos atrás, ¿Tan directo era Yuu?

—¡N...no! Quise decir, ahh— Apunto de perder los nervios, jalo sus cabellos de arriba hacia abajo, la verdad no sabía como actuar en estos casos de metida de pata.

—Bien ya me...¿Porqué están los dos rojos?— La puerta fue abierta por un rubio de ojos azulados vistiendo un traje elegante, un saco blanco que resaltaba sus ojos azulados, de fondo una camisa negra y por último una corbata roja.


—Por...na-da— Respondieron azabache y castaño rojos como tomate, como si estuvieran sincronizados.

—En ese caso me voy. No me esperen a cenar, no se la hora en la que acabe la fiesta— A pesar de haber dicho que si a la habitación, tenía un mal presentimiento que le decía, no vayas.

—Esta bien— Al ver qué no podía hacer nada, el oji verde frunció elevó ambos extremos de los labios color cereza para esbozar un pequeño puchero dejando ver su descontento.

—Cuidate Mika, no me olvides— El castaño imitó la acción de su enemigo mortal en el amor, enredo sus brazos en la cintura del peli rubio, siendo una gran diferencia de altura.

—No me iré tanto. Te quiero Yoichi— Soltó una risa armoniosa y luego beso la mejilla del pequeño con ternura. 

—Hmm no vuelvas tarde. De lo contrario no te abriré la puerta— Eso era una amenaza por parte de Yuu.

—Es mi casa, tengo las llaves— De su bolsillo derecho saco las llaves haciéndolas sonar, sonriendo victorioso.

—Tsk, bien, haz lo que quieras— Chasqueo la lengua fastidiado de la situación, giro sobre sus talones quedando a espaldas del rubio.

—Adios Yuu-chan— Y así fue como Mika apareció al lado de Yuu plantando un pequeño beso en los labios, con el fin de no tocar sus labios, pero si rozarlos, así sintiendo su tacto— Adiós Yoichi, recuerda que hay de comer en el refrigerador— Acto seguido el peli rubio ya se encontraba fuera de casa, había deseado ver la cara de su Yuu-chan después de ese pequeño beso.

—¿Mikaela Tepes?— Frente a la puerta del hogar de Mika, un hombre de unos 30 años bajo de un coche negro, trayendo un saco negro como los que visten los mayordomos.

—Si, soy yo— Mika había reconocido al hombre de aquella mañana quien le entrego la carta.

—Vine por usted— Dijo mientras abría la puerta del coche, contando con la amabilidad y eficiencia que caracteriza a los mayordomos.

—¿Cómo sabía dónde vivía yo?— A decir verdad, nunca mencionó a aquel hombre la dirección de su domicilio, aún así entro al auto con un poco de desconfían.

—Es que me tomé la libertad de saber su ubicación, ya que su padre es un buen hombre de negocios y muy reconocido por la alta sociedad. Además señorito Mikaela, usted tiene las facciones de un príncipe, me atrevo a decir— Todo lo dicho por ese hombre era cierto, después que el rubio entrará al auto cerro la puerta que antes había sido abierta y subió a la cabina del conductor arrancando el coche hacia su destino.

—Mi padre, a ese hace mucho que no lo veo— Apoyo su codo en su pierna derecha extendiendo la palma de la mano así descansaba su cara, adoptando una pose pensativa.

El recorrido en auto se hacía eterno, Mika salió de su hogar a las 7:40 p.m y 8:00 p.m aún no habían llegado a su destino, al cabo de unos minutos por fin estaban en su destino, el coche se detuvo frente a una mansión de 3 pisos, con 2 patios, unas fuentes que adornaban la mansión, junto con unas personas quienes vestían elegantes vestidos para las mujeres, y smoking para los hombres.

—Ya estamos aquí señorito Mikaela— El mayordomo auncio al chico, podría salir del auto.

—Gracias, vaya el señorito Lacus Welt tiene muchos bienes— Admiro toda la mansión junto acomodo su corbata.

—Por supuesto, su familia posee la mayor bolsa de valores de todo Japón— Después el mayordomo cerro la puerta del coche, hablo con orgullo sobre su amo.

—Impresionante, y yo comiendo Ramen, ricos bastardos— Esto último lo dijo en una voz sumamente baja.

—Por aquí si es tan amable— Señaló hacia la mansión, dando entender que entrará.

—Por supuesto— Avanzo hacia la entrada, llamando la atención de muchos, tanto de hombres como mujeres, ¿Y quién no? Con semejante bombón.

[...]

—Yoichi, ¡Mika me ha abandonado!— Cierto esmeralda de cabellera negra lloraba cual Magdalena debajo de la mesa, consiguiendo que el mantel se moviera de un lado a otro, era un gran actor.

—Ya yaya Yuu-san, creo que Mika solo no quería ser descortés con esa persona llamada Lacus We...¿Qué hacés?— Yoichi también se había colado a la fiesta al igual que su amigo, después de una linda discusión de pasivos, digo chicos. Yuu sonrió victorioso, el verde oliva no podía competir contra la persistencia del azabache. Se tenso cuando vio a Yuu con una botella de Whisky, y en la otra mano una copa.

—Voy a beber hasta el anochecer, y nadie me lo va a impedir, ¿Escuchaste bien Yoichi?— Decidido a beber hasta no poder más, sirvió a la copa la primera ronda, no sin antes advertir al pequeño castaño que nadie lo iba a impedir.

—¡No lo hagas Yuu!— Susurro bajito con potencia, sabía que un borracho en una fiesta no traía nada bueno.

—¿Eres mi mamá acaso?— Pregunto molesto, sin obtener respuesta bebió el primer trago, sonando un glup glup en la garganta del chico rebelde de cabellera negra.

—No pero, no creo que tu madre quiera verte así— Tomo la botella de Whisky y salió a gatas de la mesa. Ese era su plan, pero fue tomado de los tobillos por una mano.

—Tú hip, ¿A dónde crees que vas?— Solo basto una copa de whisky para que se emborrachara, halo de los tobillos a Yoichi volviendolo a meter.

Muchos de los invitados observaron el espectáculo que montó Yuu junto al pobre Yoichi.

—¡Ayudaaaa! Hmm— Movió las la manos de un lado a otro, escondiendo la botella de Whisky, pero colisionó en el suelo con la botella en mano, pero por suerte no sufrió daño al igual que Yoichi, solo cayó al suelo y su boca fue tapada con una mano, la mano de Yuu para ser más específico.

—Shh, cashate, o nos oirán— De tanta borrachera, no era consiente que se había puesto encima del castaño, acercando su rostro al del contrario sin soltar su mano de la boca del pobre Yoichi.

—Hmm jum— Solo se limito a asentir con la cabeza, esa posición era muy comprometedora, ¿Cómo podría Yoichi lidear con un Yuu borracho?

Con Mika.

—Que fiesta más aburrida, ojalá estuviera Yuu-chan aquí, ay— Solo tenía alguien en su cabeza, el azabache que lo volvía loco, decido a no llamar la atención permaneció en una esquina del salón.

—Hola gatita, ¡Ay!— Detrás de Mika se posicionó un hombre alto de contextura delgada, ojos color rubí, tenía el cabello cabello largo y plateado, que se encontraba recogido en una coleta, trayendo un smoking negro, con una corbata negra. Pero se dió cuenta que no era una linda jovencita.

—Padre, ¿Qué haces tú aquí?— Así es, Mika reconoció la voz tan sonora de su padre, reconocería ese coqueteo a kilómetros.

—Eso debería preguntarlo yo, ya sabes que el trabajo me tiene muy ocupado— Se puso al costado del rubio observando cuanto había crecido su pequeño.

—Si el trabajo, desde que mamá murió ya nunca estas en casa, te la pasas en "tu trabajo"— Con sus dedos hizo una seña de comillas, sabía del porque nunca veía a su padre, no quería verlo a la cara. Su trabajo era coquetear con las señoritas de la alta sociedad.

—Mika no seas tan cruel~, ya sabes que yo quise mucho a tu madre, esto que hago no más que trabajo. Me tengo que sacrificar— Que ultraje, su hijo era tan cruel con el pobre peli plata mezclado con morado.

—Si claro y vine a esta fiesta porque Lacus Welt me invitó, así que padre con tu permiso me retiro— Hizo una pequeña reverencia y con pasos agigantados salió del lugar donde se hallaba su padre. No soportaría un minuto más con su padre tan desobligado.

—Vaya vaya, tiene el carácter de su madre~, Krul a veces me haces mucha falta— Solo vio por última vez donde se fue su hijo, susurrando con nostalgia el recuerdo de su esposa.

—Ese idiota— Hablo entre dientes aún molesto de la actitud de su padre, recostó su peso en una esquina del salón observando a los invitados charlar y bebiendo.

—Mikaela Tepes, un placer conocerte por fin— Frente al rubio apareció un chico de cabello morado, vestido de forma informal, un abrigo negro, una bufanda aldedor de su cuello, y por último unos audífonos para escuchar música. Su cabello morada que llegaba hasta los hombros y sus ojos rubis.

—¿Quién es usted?— En su vida le había visto.

—Soy Lacus Welt, es un placer conocerte, Mikaela Tepes— Tomo la mano de Mika e inclino la cabeza así poder besar la mano de Mika.

—Hmm el placer es mío...— No le era nada agradable que un desconocido besara su mano.

—Hip, no voy a permitir eso— A unos metros se encontraba Yuu borracho, tambaleandose de un lado a otro como un muñeco de trapo.

—Calmate Yuu, solo están hablando— Yoichi solo intentaba aplacar la ira del chico rebelde llamado Yuu.

—Le beso la mano, hip es un descarado. Yo también quiero hacerlo— Avanzo hacia donde se encontraban ambos chicos.

—Espera Yuu— Pero parecía que el azabache hacia caso omiso de sus precauciones.

El azabache caminaba tambaleándose de un lado al otro, estaba súper furioso como ese idiota se atrevia a besar la mano de su Mika, a pasos tambaleantes llegó con el rubio, ambos chicos le miraban, el otro peli-morado veia sus acciones, Yuu tomo a Mika por el cuello de su camisa y lo beso...Mika estaba en shock, Yuu le había besado Yuu le estaba besando , salio de su ensoñación para tomar a su querido Yuu-chan de la cintura corespondia al beso suavemente Yuu se aferró a su cuello...

— Me encantan tus labios— Suspiro Mika mientras lo besaba con intensidad.

—Hmm entonces cállate y bésame más...— Y así pasaba ambos se besaban con pasión, la  música a su alrededor parecía esfumarse, todas las personas desaparecian a su alrededor solo exitian ellos disfrutando de esos besos que les robaban el aliento...el castaño miro al rubio besar al azabache sentía como su corazón se rompia en miles de pedacitos, ver cómo su amigo acariciaba los suaves cabellos de Yuu, esa forma en que le besaba el también queria que el rubio le besara...decidió irse de allí,  salió de aquella casa dispuesto a irse cuando alguien choco con el, estuvo apunto de caer pero fue sostenido por unos cálidos brazos

—¿Estás bien pequeño?— Alzó la mirada para toparse con un chico alto de cabello rosa usaba lentes , tenía una chaqueta negra junto a una camisa blanca unos pantalones de negros y unas botas del mismo color—¿No te lastimaste?— Le dijo suavemente—

—N-no me lastime Sus mejillas se pintaron de rojo y con cuidado se apartó— G-gracias a ti— Le dijo con suavidad y ternura.

—Me alegro— Le dijo el chico– Soy Kimizuki Shihou—

— Saotome Yoichi— Se presentó, tartamudeaba y se sentía nervioso—U-un placer.

—El placer es mío pequeño... ¿Qué haces por aqui tu solito? Es muy tarde— Pregunto con ternura en su tono de voz.

—¿Eh? Bueno...yo ...— El solo recordar como Mika posaba los labios sobre los de Yuu hacia que su corazón se estrujara.

— Ven te acompaño a tu casa, es lo menos que puedo hacer—El mayor se quitó su chaqueta y se la colocó al menor quien la acepto gustoso, le acompaño a casa y le dijo que se quedara con su chaqueta se retiró tranquilo sabiendo que ese pequeño estaría bien...ahora debía buscar a su tonto primo por qué si no sus tíos lo matarían.

—Kimizuki Shiho— Balbuceo a la nada, mientras sostenía entre sus manos la chaqueta que este le había obsequiado.

Continuará...

📌Lamento no haber actualizado la semana pasada, es que tenía cosas que hacer, pero ya estoy libre.

📌 Palabras: 3811.

📌¿Qué tal el capítulo? Solo espero que no se estén aburriendo en el ritmo de la historia, si aún Mika y Yuu no son pareja, pero denme tiempo, ya casi son pareja en unos capítulos más. Eso espero.

📌Estaba planeando meter a Kimizuki, pero no sabía como así que una amiga me ayudó DubennyGrimaldi. Por cierto es muy buena escritora, me encanta su trabajo y sus historias son hermosas.

Y sin nada más que decir, cuidense y tomen awita.


Mami Shinya los quiere <3

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