𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟱: 𝗕𝗲𝘀𝗼 𝗿𝗼𝗯𝗮𝗱𝗼 𝗲𝗻 𝘂𝗻 𝗱𝗶́𝗮 𝗹𝗹𝘂𝘃𝗶𝗼𝘀𝗼.
—N-no podemos, no debemos— La escena se abrió solo dejando ver solo los labios de un rostro opacado por los rayos y la inmensa lluvia, el cielo parecía llorar.
—Pero yo te amo— El contrario tomo los hombros del chico.
—¿Qué dices? Tú me abandonaste por 5 años, ¿¡Te parece qué voy a perdonarte, después de todo lo que tuve que pasar por ti?!— Levanto la palma de su mano apunto asotar con la mejilla del contrario.
—Puedo remediarlo, quiero cambiar eso, te lo prometo, porque te amo, escucha, te amo— Detuvo su mano el aire, tomo su mano llevándola a sus labios rozando sus labios con la suave piel del chico.
—Idiota, tú no sabes lo que sufrí por ti— Después del beso en la mano, sus ojos quedaron cautivados por los del contrario, ahora la escena enfoco la cara de ambos chicos, no se podían divisar los rostros por completo, la fría noche arropaba su cabello, sus mejillas recorriendo las gruesas gotas de lluvia, el ambiente totalmente tranquilo.
—Lo lamento, jamás debí alejarte de mi lado, yo te amo— El contrario unió los labios del chico con los suyos, tomando su mano ya antes besada.
—¡Hmm!— El chico abrió los ojos sorpresivamente, se dejaba guiar por sus sentimientos, estuvo a centímetros de darle una merecida bofetada, pero se dejó llevar por aquel beso, tierno y dulce, sentía sus labios que anciaban explorar su boca, rojo como sus labios, bajo lentamente la mano y cerro los ojos aceptando el beso.
—Es hermoso— Se escucho una voz que lloraba como niño que acaban de quitarle su biberón. Mika tomo unos pañuelos y sonó su nariz, sin apartar la vista del televisor.
—Ya ya Mika, tranquilo es solo una película— Yoichi dió unas palmaditas en la espalda del contrario para así calmar su alegría.
—Gracias Yoichi, nunca he besado a nadie— Levanto su cabeza mirando hacia el techo, como si encontraría las respuestas ahí arriba.
«¿Los besos saben a fresa? ¿A qué sabrán los labios de Yuu-chan? Quiero sentirlos tocarlos, pero no puedo creo que es totalmente hetero, estoy cien por ciento seguro que lo amo, quiero que me vea solo a mi, creo que mi color favorito será el verde, esos ojos verdes que me vuelven loco» Los pensamientos más profundos de Mika, es todo lo que ansiaba.
Un beso.
Del burro de Yuu.
—Ahh, ahhh. Tengo sueño— Muerto del sueño Yoichi dejo caer su cabeza en el hombro de su amigo, frotó frenéticamente sus ojos verde oliva acompañado de un bostezo acto seguido quedo dormido.
—¿Yoichi? Ay Yoichi— Mika salió de sus pensamientos poniendo atención a su hombro izquierdo, cargo a Yoichi entre sus brazos, después apagó el televisor, subiendo las escaleras a su habitación.
La luna brillaba aquella noche de enero, su luz opacaba a cualquiera.
—Es lo más bello que hay en el mundo, claro, después de Yuu-chan. Jamás apaga su brillo, reina de noche y descansa de día— Detuvo su paso y aprecio la luna, su resplandor. Paso unos minutos junto a ventana que conducía a su habitación.
[...]
—Hmm, ñam ñam, mi Yuu-chan— Dió media vuelta quedando con la cara de Yoichi, respirando en su rostro, sus manos fueron a parar a las caderas del castaño.
—¿Huh? Ehhh, Mi-ka— Sus ojos abiertos de par en par, apenas si podía apartar la cercanía del rostro del pelirubio.
—¡Arriba solecitos la tierra les dice hola!— La habitación iluminada por completo, una radiante sonrisa, para ser más específico la sonrisa de Mika era la atribuyente de la iluminación natural.
—Buenos días Mika, ¿Cómo dormiste?— Con una bella sonrisa pregunto el pequeño castaño quien tratando de borrar el sereno rostro de Mika, sin embargo era imposible.
—De maravilla, hoy es un hermoso día, ¿No te parece?— Respondió de lo más sonriente.
—Me alegra tu alegría— Devolvió la sonrisa gentil.
—Aqui voy— Justo cuando puso el pie en el suelo, salió disparado hacia las escaleras, una patineta que por desgracia de Mika había al lado de la cama, agitando los brazos como si fuera pajarito apunto de volar del nido— ¡Ahhh! ¡Yoi-chi!— Ya era demasiado para gritar, el pobre peli rubio colisionó contra la pared, cayendo de cabeza con las piernas abiertas hacia arriba.
—Mikaaaa, ¿Estás bien?— Yoichi no perdió el tiempo y fue al lado de su amigo, que yacia en el suelo frío.
—Si, estoy bien. No te ay— Con dificultad se reincorporó nuevamente.
—¿Seguro?— Pregunto no muy convencido de la respuesta del pelirubio.
—Si si, estoy bien. Todo bien, Yuu-chan— Inconscientemente de sus labios salió ese nombre, en el peor momento.
—¿Yuu-chan?— Un nudo en la garganta se formó en las cuerdas vocales de Yoichi, bajo la mirada sin mirar al pelirubio acto seguido bajo las escaleras sin alegría en su caminar.
—Yoi...chi— Llamo al castaño pero fue en vano, este se había marchado decaído, metiendo la pata hasta el fondo.
—¿Porqué soy así? Soy tan ton-to Mika, nunca me amará, el ama a Yuu— Su ubicación, en el baño del peli rubio, observando su reflejo en el espejo, sus orbes verde oliva se cristalizaron soltando en llanto sin poder más, ¿Porqué me enamore de alguien que jamás iba a corresponder a mis sentimientos? Odio esto, no puede ser.
Sentimientos rotos en un pobre corazón, solo latía por amor.
—Ya lo tengo— Chasqueo sus dedos, iluminando las escaleras donde se hallaba, corrió por las escaleras que conducían a su habitación, metió unas cosas a su mochila, paso las correas por sus hombros y salió volando de la habitación.
Llevando a cabo su plan, “Plan reconciliación”
[...]
—Tonto, tonto. Eres tonto Yoichi— Maldiciendose así mismo de sentir algo por su mejor amigo, torció el labio sosteniendo con firmeza las cuerdas de su mochila, caminando por las calles de la ciudad, a escasos metros de la escuela.
—¿Quién soy?— Una voz joven se escucho por la espalda del castaño, sus ojos fueron tapados por unas manos medianas.
—Mi...ka— Balbuceo el castaño en un tono audible.
—¡Soy yo!— Dejo de tapar sus ojos oliva, dió la media vuelta encontrándose con el pequeño castaño de mirada triste.
—Ho...la— Balbuceo nuevamente sin ningún ánimo, en su expresión de tristeza extrema.
—Ven— Mika tomo entre sus manos la pequeña mano de Yoichi con una bella sonrisa acordando su rostro angelical. Avanzo hacia un lugar en particular guiando al joven lejos de las instalaciones escolares.
—¿A dónde vamos?— Quiso saber mientras le seguía su paso, sin soltar su mano.
—Es una sorpresa— Después de ese micro intercambio de palabras, la caminata duro unos cuantos minutos que fueron contados por el reloj de pared que se hallaba en la parte superior de la escuela— Ya, es aquí— Detuvo su paso el oji azul, de su bolsillo derecho sustrajo un pañuelo que coloco alrededor de los ojos de Yoichi escondiendo su vista.
—Ahhh, ¿Q..qué, pasa Mika?— Al ver absolutamente nada, sintió unos nervios, agitó sus brazos como si tuviera unas alas alzando el vuelo.
—Tranquilo, es parte de la sorpresa— Justifico su comportamiento en un dulce tono de voz que este caracterizaba, retiro las correas de su mochila entre sus brazos abrazo la mochila, escombro entre sus cosas una carta y un peluche de felpa— Ya puedes quitarte la venda, Yoichi— En su mano derecha tomo la carta y el oso, dejando la mochila verde limón en el suelo cercar de sus pies.
—Umm...— Retiro como se le había pedido, sus ojos se entre abrieron divisando el peluche y una carta entre las manos de su amigo, detalles brillosos se asomaron en sus grandes ojos oliva soltando un par de lágrimas de felicidad, creía ser el chico más afortunado al recibir esa gran sorpresa— Mika, eres el mejor amigos del mundo— Agarro la carta seguido del peluche de felpa, tan suave al tocar, recibió entre sus brazos al osito como si se tratase de un niño.
—Como crees, es solo que no me gusta verte triste— No puedo evitar sonreír al ver a su pequeño amigo tan feliz, avanzo hacia el cortando la pequeña distancia que tenían, planto un beso en su frente con una dulce sonrisa.
—Mi...ka— Entre balbuceos respondió mientras abría la carta leyendo esta. Su contenido era.
Para mí querido amigo Yoichi.
Se que he lastimado tus sentimientos cuando de mis labios escaparon el nombre de Yuu-chan, sin embargo sabes muy bien todo el cariño que tengo por ti, eres como el hermano que siempre quise, es difícil no quererte eres tan inocente, tu dulzura incomparable que no te hace ser más inocente de lo que eres.
Algún día alguien te amará, yo se que si ¿Y sabes porqué lo se? Porque eres tú, solo basta estar contigo unos minutos para darse cuenta. Quien diga lo contrario, es que es un ciego que no ve a al maravillosa persona que tiene delante.
Te quiere tu mejor amigo, Mika.
—Mika, esto es lo más lindo que han hecho por mi. Gracias por ser mi mejor amigo— Después de haber leído la carta, metí en su bolsillo derecho sin aguantar las inmensas ganas de abrazar a su amigo rubio.
—Me alegro haber sido el primero— Después de fundirse en ese cálido abrazo cerro sus ojos azules sintiendo mejor el abrazo.
—Grrr, esos dos— A unos metros de podía observar un azabache molesto, rugiendo cual oso celoso, Yuu escondiéndose tras uno arbusto donde no divisaba más que el abrazo. Desde que los vio en la entrada de la puerta los había seguido, sin ser visto hizo uso de las artes ninjas que leyó en un libro a los 13.
—Ohh si, Mika ha sido muy lindo con Yoichi— De la nada apareció Shinoa al lado de Yuu, observando el abrazo que aún unia a Yoichi y Mika.
—¿Qué haces aquí?— Giro la cabeza por instinto hacia la voz donde escucho la voz femenina.
—Shh, yo se lo que tienes. Son celos~— Cantureo en tono coqueto coloco su mano en su pecho hablando orgullosa.
—Ja, ¿¡Yo celoso?! El gran Yoichiro Ichinose celoso— Su orgullo pudo más con el, hablando con un tono sarcástico.
—¡Mira Yoichi y Mika se estan besando!— Señaló con el dedo índice hacia donde estaban ambos chicos, Shinoa solo quería ver los celos del azabache.
—¡Queeeee!— Gritoneo bajito así no sería escuchando volteando automáticamente hacia la ubicación donde se hallaban esos dos, quienes solo estaban dándose un lindo abrazo.
—Ja ja, creí que no te importaba— Rio con una mano sobre sus labios.
—N-no me importa, pueden hacer lo que quieran— Sus acciones no decían lo mismo, sus brazos cruzados, con un tierno puchero.
—Estan muy pega— No termino de hablar, observo un tanto divertida como Yuu mordiendo un libro lleno de todo su ira contenida.
—Mejoj cajate antejs que destroje el lijo— El libro en la boca le impedía articular algunas palabras.
—Bueno si tú lo dices Yuu— Trato de aguantar la risa, sin éxito alguno recibiendo una reprimenda por parte de un azabache con irá contenida.
[...]
—Yoichi te amo— Una luz enfoco a Mika con una sonrisa gentil en sus dulces labios color rosa pastel, en una habitación blanca.
—Y-yo también, Mika siempre te he amado— Afirmó en unas dulces palabras entre cerrados que esperar a el beso.
—Yoichi— Después de pronunciar su nombres sus ojos se cerraron con lentitud casi rozando los labios con los del contrario.
—NOOOOOOO— Un grito resonó por todo el salón del clase, un azabache con expresión adormilada, reincorporándose nuevamente con respiración agitada. Efectivamente, Yuu tuvo una pesadilla.
—Ichinose, no estamos en un partido de fútbol. Así que por favor deje de gritar— El profe advirtió con voz cansada.
Si en su lugar hubiera estado otro profesor, Yuu estaría en la oficina del director con una suspensión. Por suerte no ocurrió eso.
—Lo siento. No volverá a suceder— Suspiro pesado, y trato de relajarse, aquel sueño había sido extraño o raro, decidio consentrarse en los números en el pizarrón pero sus esmeraldas atraparon al rubio quien miraba a la ventana con un aire sereno, gabarateaba en su libreta miro al otro castaño quien no dejaba de mirar al rubio como si fuera la cosa más extravagante del mundo, se podría decir que tenía corazones en los ojos, chasqueo la lengua y aparto la mirada.
Las horas pasaron en un abrir y cerrar de ojos, el profe se marchó mientras los alumnos celebrando el fin de esas tormentosas e incontables horas de estudio.
—¿Vamos Mika?— Instantes de guardar sus útiles escolares en su mochila, Yoichi ladeó la cabeza mientras en sus labios se dibujaba una sonrisa.
—Vamos Yoichi— Con su distintiva sonrisa asintió, ese era el plan hasta que fue tomado del brazo, tirando de este sin poder esperar una explicación del contrario— Y-yuu, ¿Q...qué?— Sus orbes azules se abrieron en forma desmensurada dándose cuenta de la mano que lo había sacado era Yuu.
—Solo ven conmigo. Mikaela Tepes— Yuu decidido a alejar al pobre Mika del menor, avanzando por todas las instalaciones escolares restándole importancia a las miradas de sus demás compañeros.
—Estas lastimado mi mano, ay— Se quejo porque Yuu agarro su mano derecha con rudeza, no tuvo más remedio que seguirle el paso.
—Mikaela Tepes— Sin darse cuenta estaba siendo posesivo, dejándose llevar por sus sentimientos. Abandonando por completo el recinto, llegando al patio trasero— ¿Qué demonios hacías con Yoichi?— Soltó del agarre al rubio, sus ojos verdes se encontraron con los inmensos ojos azules explorando tal vez, ¿Un nuevo sentimiento?
—¿Porqué quieres saberlo?— Sobó su muñeca aprovechando que fue soltado, no sabía de qué forma reaccionar al comportamiento del rebelde Yuichiro Ichinose, pero en el fondo sabía que su oji verde sentía celos del castaño. Eso le daba un rayo de esperanza.
—Tsk, y-yo pues. Dijiste que éramos amigos, ¿No? Pues yo también quiero esas muestras de afecto— Injustificado sonrojo, el azabache desvío la mirada hacia otro lugar sin intención de encontrarse con esos penetrantes ojos azules como el mar azul.
—¿Estás celoso?— Juraría que Mika ardía en felicidad interna, que sus iris destellando brilllos de felicidad. Su pregunta fue tan inocente como el lo era.
—Ja jajaja, yo celoso. Por favor, solo no me gusta que te pongas así de cariñoso con Yoichi— Aún sin mirar al pelirubio soltó una risa burlona mezclada con sarcástica, no era bueno admitiendo sus sentimientos que apenas surgían aquel día de enero.
—Bien bien, haré como si te creo— Nego con la cabeza soltando una risa armoniosa resonando en el oídos del chico de ojos esmeralda.
—¿Eso que significa?— Esta vez si volteo todo el cuerpo hacia donde estaba el rubio de risa hermosa, arqueando una ceja molesto gracias al comentario de Mika.
—Nada— Paro de reír y luego sonrió ampliamente para el azabache evidentemente molesto.
—Dime Mikaela— Sus manos se convirtieron en puños, tornándose su expresión fastidiada a una de irá. Para mala suerte el cielo parecía que rompía el llanto. Las gotas escurrían por su mejilla.
—Que raro, el pronóstico decía que estaría despejado sin precipitación de lluvia— Alzó su mano al cielo, algunas gotas se deslizaron por su rostro. Por suerte un árbol los cubría de la lluvia.
—Mika— Desde el otro lado del patio, cierto castaño presencio toda la escena de Celos de Yuu.
—Esto se pone cada vez mejor— Sorpresivamente Shinoa volvió a hacer de las suyas, apareció al lado de Yoichi observando la escena.
—¿Shinoa-san? ¿Puedo quedarme en tu casa?— Después de ver a ambos chicos en medio de la lluvia, dió media vuelta quedando enfrente de Shinoa Hiragi.
—Ohh ya entiendo, claro que puedes. Somos amigos— Miro la escena por última vez por encima del hombre del castaño, luego tomo su mano llevándoselo del lugar. Tal vez había ocasiones donde era una pervertida, sin embargo sabía cuando actuar como una amiga verdadera.
—Hay que irnos, de lo contrario pescaremos una pulmonía— Dijo temblando como gelatina recién hecha, su dientes temblaban con el frío que hacía la lluvia, cada vez la lluvia se hacia presente bajo el árbol.
—Vamos, Yuu. Ahh cierto, Yoichi— Casi olvidaba a su mejor amigo, pero su bolsillo izquierdo vibró al instante sintiendo la necesidad de sacar el teléfono en la bandeja de mensajes había un mensaje.
La uva chaparra.
Ne~ Mika-san, Yoichi esta conmigo no tienes que preocuparte por el. Tú ve con tu amado Yuu-chan, por cierto deje algo en tu mochila en la hora del descanso, creo que te será de ayuda✓✓
—¿Ocurre algo?— Sin dejar de temblar pregunto al rubio. Yuu gelatina andante.
—Shinoa me envió un mensaje, Yoichi esta con ella no hay de que preocuparse— Después de todo es una buena amiga, pensó el oji azul, guardando su teléfono en su bolsillo, de su mochila sustrajo un paraguas que cubriría a ambos.
—Que va, si es una acosadora de primera y también una entrometida. Se mete en donde no la llaman— Gelatina digo Yuu avanzo hacia Mika, una corta distancia que los separaba. Abrazándose así mismo tratando de darse calor.
—Tal vez sea pervertida, acosadora, entrometida, etc etc— Con sus dedos contó todas las virtudes de su querida amiga— Pero es una buena amiga— Termino por decir, sonriendo tiernamente causando un sonrojo al azabache, extiendo el paraguas.
Ubicación:
Casa de Shinoa Hiragi.
—Ashu ashu— Los estornudos de una peli morada resonaron por la habitación acabando de entrar al interior de la humilde morada de los Hiragi.
—¿Estás bien Shinoa? Espera te haré un té para el resfriado— No perdió un minuto del tiempo, Yoichi preocupado por los estornudos de su amigo, se apresuró a entrar en la cocina para preparar un delicioso té caliente.
—Gracias Yoichi, pero no creo que sea un resfriado— Rasco la punta de su nariz con su dedo índice negando cualquier resfriado, su amigo le hacia cumplidos de lo más hermoso.
Volviendo con Mika y Yuu.
—Vaya Mikaela, tenías un paraguas en tu mochila— El azabache parecía interesado en Mika, era bastante claro que jamás lo admitiría. Sin darse cuenta sus sentimientos empezaron a surgir de la nada, caminando al lado de Mika mirando por sobre su hombro.
—Hombre precavido vale por dos— Sonrió divertido, si bien sabía que era mejor estar preparado para cada situación, Mika sostenía el paraguas sin dejar de caminar, cubriendo a ambos de la lluvia que cada vez se hacía más fuerte.
—Cierto. Oye como te dije antes, iremos a mi casa, mis padres salieron y bueno. No quería estar solo— Rasco su cabeza sin fijar su vista en el rubio que desde hace unos días rondaba en sus pensamientos sin saber que suponer de aquello.
—Me parece bien— Si bien Mika era tan inocente como lo era Yoichi, sonrió como bobo, gracias a eso no se dió cuenta que soltó el paraguas, caminando dando giros como si fuera una bailarina. Cruzo la calle con los ojos cerrados, tareando una la canción que tanto amaba con noches incontables de oír la armosiona canción, Talking To the moon.
—¡Mika!— Sus ojos se entre abrieron desmesuradamente al ver a su amigo cruzando la calle sin ninguno cuidado, atrapó el paraguas en el aire, camino unos pasos hacia donde se hallaba el pelirubio.
—Hmm, Yuu-chan— Cruzo la calle sin dificultad, pero ocasionó que los autos colisionaran entre si, evitando que la alegría de Mika se esfumará como espuma de mar azul como lo eran sus ojos.
—Vaya, este chico tiene más suerte que yo. Jajaja, espérame Mika— Le pareció divertido, como si fuera una película donde el protagonista hace de todo y nunca le sucede nada malo, corrió con felicidad sin importarle la lluvia que empapaba su camisa marcando se su pecho, sin darse cuenta había llamado Mika y no Mikaela, un gran avance para su relación de amigos, que aún darse cuenta serían algo más.
Continuará...
.
Baja.
Baja más.
Un poco más.
Más.
Ya casi.
Ya.
¿Verdad que te engañe?.jpg
—Ashu, ashu— Estornudo un par de veces caminando al lado del azabache, Mika había llegado a casa de Yuu.
—Lo ves, ahora estas estornudando, entra— Encogió el paraguas y empujó la puerta para dejar entrar al rubio totalmente empapado.
—Gracias Yuu. Ahora que lo recuerdo que había estado antes en tu casa— Ingreso en el hogar de los Ichinose, observando toda la oscuridad.
— Si, por cierto mi padre te tomo mucho cariño rápidamente, dijo que te invitará a comer— Cerro la puerta estás de el, encendió la luz iluminando la entrada, recordó lo que sucedió después que Mika se había marchado...
Flash Back.
—Entonces...Te gusta Mika, ¿Cierto?— Directo al grano, así era el dulce y amoroso padre de Yuu. Los dos se encontraban en la cocina preparando la cena de esa noche.
—¿¡Qué?! ¿Como me podría gustar ese rubio teñido?— Azotó su puño cerrado contra la mesa de la cocina, sin darse cuenta que cometió un error.
—Hijo. Estas que ardes— Con su dedo índice señaló hacia las manos de su hijo tozudo.
—¡Claro que estoy que ardo! No me hizo gracia tu comentario mami Shinya— Gran error del esmeralda azotando sus puños en el mismo lugar sin darse cuenta.
—No, en serio estas que ardes. Has metido las manos en la olla de la sopa como unas 3 veces— Trato de contener la risa, se le hizo imposible aguantar la risa.
—¡Ahhhhh! Mis manos— Saco sus manos de la olla semi caliente, por buena suerte aún no estaba del todo caliente aún así sus manos ardían, corría de un lado a otro, como si dieta a remediar el dolor de la quemadura.
—¿Porqué tanto, al-?— Justo hizo la su aparición el segundo padre de Yuu, cabello negro como el de el Yuu, ojos violetas intensos, con un carácter igual al de Yuu a diferencia que su padre es más maduro. Su vestimenta cómoda una camisa blanca, con unos pantalones entallados y en su mano sostenía un libro. Entrando por la puerta que conducía la cocina, fue interrumpido por la estúpida escena de su descuidado hijo, comprendiendo al instante el porque de los gritos de señorita.
—¿No es encantador nuestro hijo?— Aprovechando el alboroto que hacía Yuu, el simpático hombre de cabello plateado abrazo por detrás a su pareja. Tan orgulloso de su hijo.
—Tsk, salió a ti— Suspiro con cansancio, volvió a mirar a su hijo y chasqueo la lengua fastidiado.
—Ja jaja que malo, esta noche duermes con el perro— En su oído susurro lo último, después dejo de abrazarlo sin dejar de sonreír.
—Maldito Mikaela Tepes, tsk, ¿Quién se cree?— Metió sus manos en el fregadero lavando sus manos molesto rechinando los dientes sin dejar de desaparecer de su mente el rubio.
Fin del Flash Back.
—Yuu, Yuu— Una voz se oía a lo lejos, pasando su mano por el rostro de Yuu, teniendo la mirada perdida.
—Ehhh, n-no soy un niño— Salio por fin del menudo recuerdo, mirando al rubio totalmente preocupado por el, sin darse cuenta sus mejillas se tornaron rosas como los labios de Mika.
—¿Estás bien? Te pregunté donde esta el baño. Creo que soñabas despierto— Sin despegar su vista de Yuu, le preocupaba tanto su bienestar.
—Si, estoy bien. Es que estaba pensando en algo— Sonrió relajado mirando hacia otro lado, ya no soportaba más ver los intensos ojos azules del rubio— El baño esta por aquí— Dió pasos agigantados hacia el baño, trataron de borrar la sonrisa del pelirubio, unos segundos después habían llegado al baño.
—Tu baño es muy grande. Ashu— Abrió la puerta entrando a la habitación y se deshizo de su camisa dejando ver su torso desnudo dotado de una buena anatomía.
—S-si, bueno me daré un baño contigo— Su sonrojo se hizo más notorio, imitó la acción del contrario quedando sin camisa. A diferencia de Mika, el torso de Yuu no era tan definido, pero tenía lo necesario.
—Yuu, ¿Has tenido novia?— Era claro que jamás debería preguntarse algo así en el baño, no obstante Mika necesitaba saberlo. Hay tantas cosas que deseaba saber de su oji esmeralda.
—Ehhh, n-no. Nunca he tenido amigos, mucho menos novia— Pregunta hizo que Yuu se tensara desde los pies a la cabeza, nadie observo como el jabón cayó desde los artículos de limpieza.
—Ohh, entonces soy tu primer amigo— Cerro tanto que sus ojos se achinaron, juraría que a su alrededor un aura de flores lo cubrían.
—Si eres el primer amigo que tengo. Empiezas a agradarme— Se dió cuenta del aura radiante del contrario, avanzando con intensión de encender la llave de la regadera, pero resbaló con el jabón, cayendo con Mika en la bañera, Yuu encima y Mika abajo, cerro los ojos por instinto.
—¡Hmmm!— Abrió sus ojos de par en par encontrándose con el rostro de Yuu y algo más...Sus labios unidos con los del azabache. Estaba besando a su amigo, el beso fue tan suave como lo eran sus labios dulces, rosas como los postres en una pastelería.
—¡Hmmm! Ah, Mi-ka. Y-yo lo sien...to— Yuu abrió los ojos, creyó que estaba comiendo algo delicioso, era los labios de Mika que había probado. Jadeo perplejo, sintió en su pecho como su corazón latía sin parar latiendo como burro sin mecate. Sus respiración chocaba con la del pelirubio.
—Mi primer beso— Afirmó desviando la mirada por la posición en la que se encontraba. Pero en el interior era: ¡Yuu me beso! Pero se suponía que yo tengo que estar encima de el, y no yo. Pensó el oji azul, sintió un cosquilleo de los pies a la cabeza, una dulce sonrisa de formó en sus labios pesando en el beso.
Su primer beso.
Su primer beso, los dos chicos habían recibido su primer beso en la lluvia que fue testiga de un nuevo sentimiento por surgir.
📌El primer avance en la relación de Mika y Yuu, ¿Que tal el beso? Muy tierno.
📌¿Qué tal el capítulo?
📌 Palabras: 4330.
Continuará...
Una imagen para el final.
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