𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟬: 𝗖𝗼𝗻𝗳𝗹𝗶𝗰𝘁𝗼 𝗺𝗲𝗻𝘁𝗮𝗹.
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Nota del autor: Lamento haber metido a Lacus al fanfic, estaba analizando y me di cuenta que sale sobrando.
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— Yuu-chan, ahh — Después de la visita al hospital Mika se encontraba mejor, en la cama mirando al techo pensando en su Yuu-chan.
Hablo con los padres de este para darles todo su apoyo, algo que no le hizo mucha gracia a su padre, acepto la ayuda de Mika a regañadientes. No había ni un minuto en el día en que pensará en su azabache que arrancaba de el mil suspiros.
— ¿Cómo estará Yuu-chan? — Se preguntó a si mismo sin una evidente respuesta alguna.
Mientras tanto en la mente del azabache...
— Que paz hay, pero me gustaría más estar con Mika, ¿Qué estará pasando afuera? — Tanto como Mika Yuu sufría una crisis existencial, ¿Le gustaba Mika? ¿Cuánto tiempo estaría así? Ni la más remota idea de las posibles respuestas, vario un poco en respuestas pero optó por una descanso cerrando los ojos en la nube suave donde descansaba, es que en su mente era todo una belleza.
La noche arreció con su luz, la luna cobijaba con su resplandor, más un rubio no lograba conciliar el sueño, el pensamiento se volvió tan monótono, pareciera que el tiempo tomo un breve descanso y no quisiese proseguir en su caminar.
Y al día siguiente...
El día siguiente en escuela se pasaría el tiempo, pasaría el tiempo muy ocupado gracias a las tareas, reportes, lo que equivaldría a retraso en las clases de Yuu-chan, Mika elaboró un plan mental en ayudar a su Yuu-chan, no había tiempo para lamentaciones, eso haría su padre, si acaso le importará su hijo.
Yoichi estaba algo extraño, parecía que lo evitaba a toda costa, ¿Hizo algo malo? Se marchó antes que el al instituto, la verdad es que necesitaba un consuelo, quizá el saber que su azabache despertaría algún día, con ese objetivo marchó a la escuela, a los pies de la entrada una carta encontró y guardo seguido en su bolsillo, camino por las calles mirando como todo era felicidad en los demás, aquello provocó una risita nerviosa pensando en que algún día estaría en los brazos del amor de su vida.
— Mika-senpai~ — Saludo una chica a la distancia aproximándose después al lado del rubio, Mika era su inspiración a trabajar duro en los estudios, tan ejemplar, diligente en todo. El hombre perfecto.
— Buenos días — Lo que sucedía alrededor de Mika no le impediría a sonreír como siempre, solo tenía algo en su mente. "Yuu-chan"
Así paso hasta llegar al salón de clases, clases tras clases, todo los estudiantes cansados sin rendir más, pero Mika no era si no todo lo contrario, el tiempo que perdería deprimiendose pensando en que todo lo que le ocurría a Yuu-chan era todo su culpa, clases de matemáticas, gimnasia, economía doméstica etc. Todas las clases fueron más llevaderas, la bala perdida no en su pecho no dejaría de sangrar, toda perdida.
— Adiós Yoichi — En su mente permanecía una sola cosa, su Yuu-chan, así que corrió lo más que sus pies se lo pedían. Perder un solo momento era un desperdicio, el tiempo parecía estar en su contra y chocó contra Lacus — Ay duele — Cayó sobre su propio trasero, como si fuera el cruel destino no le impediría estar con el amor de su vida.
— Mika, eres tú ¿Te invito a algo? — Con la sonrisa más cínica del mundo este se acercó al rubio, aún pensaba en Mika como más que un amigo.
— Ya quisieras, pero no quiero nada de ti — Crueldad en sus palabras salieron de los labios de Mika, quien se encontraba en pie limpiando su camisa, pero sería mayor su arrepentimiento cuando chocó otra vez con algo, y así terminó en el hospital manchado.
Tan mala era su suerte, que amargo se percibía el ambiente, fue tan doloroso.
— Joder, salsa de tomate — Ya en la habitación del azabache menor, suspiró su camisa favorita manchada de salsa de tomate, tomo asiento en una silla mirando fijo a Yuu, tomó su mano y la suya, protegió su mano no sintiendo nada, parecía estar muerto en vida. Procedió a besar está, tal vez transmitir un poco de su calor al peli negro.
En la cabeza de Yuu.
— Mika, Mika — En sus ojos solo reflejaba una extensa meditación, palabras y más palabras rondaban su cabeza, más cosas que pensar en lugar de mejorar.
Los días pasaban tan rápido para el peli negro, mientras en la realidad tan solo fueron unos minutos de vida, estar sin rumbo fijo, navegando en un velero de mil ilusiones, todo por estar al lado de persona que más quiere en este lugar llamado mundo.
Con Mika.
— ¿Sabes Yuu-chan? Recuerdo cuando mi madre contaba hermosas historias, era tan maravilloso, yo la quería mucho pero ya no está más conmigo. Tú eres lo único que me queda, te amo más que mi propia vida — Cada palabra proveniente del rubio era como un dulce canto de un peti rojo matinal, en su bella mañana decidió escribir una carta. Con los sentimientos de su corazón, posteriormente guardo la carta en su bolsillo.
Sin darse cuenta un tan solo minuto, el tiempo corrió como golondrina en pleno vuelo, pero Mika era un diablillo hermoso. Bajo la cama se escondió para estar con su Yuu-chan, sus errores deberían ser enmendados, nada de reproches. Ni una pizca de lágrima derramada, así paso la noche Mika, cantando una dulce melodía que llegó al oído de Yuu.
— Jamás soltaré tu mano, en mil pedazos está mi corazón, todos se ríen de mi, creen que estoy loco, descontrolado de no tenerte en mi pecho, calmar cada cosa que piensas, veo lo que otros no ven. Tus dulces miradas, bellos ojos verdes tan hermosas como la esmeralda gritando a los cuatro vientos cuanto te amo, loco. Me llaman el loco enamorado, pasas a mi lado y en mi corazón hay una destrucción masiva — Cada letra fue, vaya el narrador se le agotaron las melodías dulces de su diminuto corazón.
Así pues, la noche tan larga que paso Mika. Quedó profundamente dormido en el suelo, como no todo es perfecto Mika abría las piernas de arriba abajo nervioso del estado de Yuu-chan. Y a la mañana siguiente, fue directo a la escuela, esforzándose tanto por el azabache, transcurrieron tres semanas muchas veces termino en la enfermería por los sobre esfuerzos que realizó, pero eso le valía en su esfuerzo para estar con Yuu-chan, todos los días sin faltar a su palabra llegó con Yuu a contarle historias, las historias que su querida madre fallecida solía contarle cada noche de lluvia.
Shinya notó todo lo Mika hacia por su amado hijo, no había duda. Futuro yerno, era más que claro, de Guren se haría cargo más tarde.
Yuu resolvió tantas cosas en su interior, ya todo listo para despertar, en una de esas noches.
— Zzzzz chum, zzzzz — Que dulces ronquidos, dignos de un príncipe de cuento de hadas, así es Mika cargaba consigo dulces ronquidos.
— Mika, oye Mika — Yuu recostado en el respaldar de la silla, movió quedito a Mika, sonriendo. Todo estaba resuelto, las semanas tan duras, más duras que un pan de hace 8 días.
— Ehhh — Alzó un poco la cara para atender el llamado, pero en su somnolencia mezclada de confusión, se levantó enérgicamente de la cama, retrocediendo muy rápido hasta la pared y mirando con horror al espíritu — ¡Ah la llorona! — Grito como un niño pequeño temblando de miedo, las tiemblan le piernan, digo las piernas le tiemblan.
— ¿Qué? No Mika, soy yo, Yuu — Confuso de la situación se levantó de la cama con el cabello hecho un caos, y fue hasta el y encendió la luz dejando ver su bello rostro.
— Yuu-chan, Yuu-chan Yuu-chan — No dudo tan solo un minuto en abrazar a su lindo "amigo" todas las noches fueron un poco comparado con la inmensa felicidad en su corazón.
— Ay Mika, eres como un niño. Te extrañe mucho, no sabes cuanto — En sus brazos busco cobijo, y lo encontró. A Yuu le encantaba la actitud de Mika, el ser tan infantil.
— Yuu-chan, y-yo te — Tanto tiempo que espero pero fue interrumpido por una puerta abrirse.
— ¡Hijo! — Era Guren quien entró rápido por la puerta, abrazando a Yuu y quitando a Mika mandandolo a volar, literalmente.
— Mi pequeño — Seguido de Shinya y abrazo a este junto a Guren, casi aplastando al azabache, pero muy feliz de ver a su hijo en perfecto estado.
— Ay, Mi-ka ayuda... — Yuu tenía la cara morada de no poder respirar, el abrazo le cortó el aire. Parecía berenjena.
— Por cierto, Mika estuvo todas las demás visitandote, cantando tan hermoso. Solo por ti, se preocupo tanto por ti cariño — El de cabellera plateada hablo tan dulcemente en sus palabras mientras tanto apartaba los cabellos como el carbón, se apartó de este, ya estaba bien de tanto abrazo.
— ¿¡Qué?! — Guren era demasiado sobre protector con su hijo, es que no quería perder a su único hijo.
— Uy que tarde es, me tengo que ir — Cuando escucho el "¿¡Qué?!" De Guren, no estaba más por todo el hospital y fue directo a la escuela.
— Ca-ri-ño — La sonrisa de Shinya se dibujo, todo gracias a los celos de su pareja con su hijo.
— N-no, no te acerques — En ese momento, el azabache sintió el verdadero terror al ver la sonrisa que provocaba tanto miedo.
— Pero, otra vez no — Suspiro Yuu mirando como su amor se iba por la puerta sin poder detenerlo.
— Oh es verdad, tu primo Kimizuki viene hoy — Anunció quitando su cara de venganza, de Guren se encargaría luego.
— ¡El idiota ese! Pero si es un fastidio, se la pasaba molestandome de niños — De arriba desplazo sus manos haciendo un berrinche.
— Pues, ¿Le dices tú o le digo yo? — Está vez hablo el azabache mayor, mirando cómplice a su pareja, pesando en lo que diría.
— Le diré yo, valiente caballero, Yuu tu primo vendrá a vivir con nosotros, además entrara a la misma escuela en que estás tú — Exclamó irónico en su hablar.
— Esto no puede ser, ¿Qué hice yo para merecer esto? — Eso no, todo menos eso, Yuu cayó de rodillas mirando el suelo derrotado.
[...]
— ¡Tarde! Llegaré tarde ahh no — Un castaño corría lo más rápido que sus pobres piernas se lo pedían, fue a estrellarse con alguien.
— Cuidado pequeño, ¿Estás bien? — Que sorpresa, era un chico de cabello rosa, Kimizuki Shiho, extendió la mano dispuesto a ayudar a Yoichi.
— Si estoy bien, ¡Eres tú! — Al ver la cara del chico recordó el día en que lo vio por última vez.
— Oh tú eres el chico de la fiesta de aquella vez, creí que no volvería a verte — Ayudo a Yoichi estar de pie nuevamente.
— Esto es mucha casualidad — Agregó el chico castaño con una bella sonrisa adornando sus labios rojos.
— Tienes razón, ¿Sabes? Me gustaría conocerte mejor, ahora mismo tengo que ir a mi nueva escuela, que soy nuevo en la cuidad — Comento este mirando las calles de la abrumada cuidad.
— Entiendo, yo tengo que ir. De hecho se me hace tarde — Después de decir eso sale corriendo a toda velocidad a ls escuela.
Esto fue visto por Kimizuki, le siguió ya que era la misma dirección que su misma escuela, de verdad lo era. Aquello lo hizo sonreír ligeramente, entro a esta encontrandose con su primo.
— ¡Yuu! Ven aquí pequeño — Kimizuki adoraba fastidiar a ese chico rebelde, despeinó su cabello como el carbón.
— Eres tú, ¡Que quede claro que solo seré amable porque papá y mamá me lo pidieron! — Exclamó este irritado con el recibimiento de su primo querido.
— Si si ya lo se, ¿Cómo están mis tíos? — Sin darle importancia el enojo que el mismo ocasionó en Yuu.
— Están bien — Exclamó este irritado de tanta pregunta.
— ¡Yuu-kun! Y... ¡Pero si eres tú! Kimizuki-kun — Yoichi entro por la puerta de la entrada de la escuela, donde se hallaban los casilleros, no dudo un segundo en abrazar la cintura del chico nuevo, tan bien le trataba.
— ¿Lo conoces? — Preguntaron Mika y Yuu al unísono, el rubio junto al azabache, Yuu fue dado de alta.
— Lo conocí en la fiesta que te invito Lacus — El castaño alumbró media escuela con su sonrisa enternecedora, que enamoraría hasta el más heterosexual.
— Mierda... — Dijo Kimizuki agancho todo el cuerpo buscando algo en el suelo.
— ¿Te pasa algo? — Interrogó Mika mirando a Kimizuki en el suelo.
— Estoy buscando mi heterosexualidad, creo que la perdí — Así fue como Kimizuki sintió un flechazo en su corazón. Uno muy lindo.
Mientras tanto Yuu y Mika se miraron confusos con sus palabras, y Yoichi... Bueno el no borro esa sonrisa en toda la mañana, gracias al tiempo en el que Mika estuvo en el hospital cuidando de Yuu, aclaro sus sentimientos.
📌 Actualización con retraso, lamento la espera. No tenía ideas para este capítulo, espero que les haya gustado, casi se acerca el final de la historia.
Gracias por leer, seguro otros escritores harán un especial de navidad, pero yo no lo haré, creo que con esto basta. ¿No lo creen? Por algún motivo percibí que este capítulo es muy corto.
Bueno el final de esta historia se acerca cada vez más.
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