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CAPÍTULO TRECE
A GOOD GIRL
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LA FURIA NO dejó en ningún momento a Nicolette pero fingía lo suficiente para no llamar más la atención. Si era sincera consigo misma ya no tenía idea de lo que quería hacer, sólo que Jackson sufriera. Debía pensar un buen plan.
Desde lo ocurrido con él comenzó a sentir una fuerte impotencia y coraje, además de una gran sed de justicia y profunda tristeza. Y le preocupaba no saber porqué.
Suspiro frustrada aún con aquella incertidumbre en su pecho para después tomar un sorbo de su "licuado" rojo mientras miraba con incertidumbre a su presa.
« ¿Por qué eres tan difícil Wyatt? » pensó a la vez que recargaba su mejilla en su palma.
Volvió a bufar y se puso de pie. Era el día, lo invitaría a salir, más tarde claramente pues en ese momento tenía clase. Desechó su vaso con el líquido carmesí para después encaminarse por los pasillos del enorme edificio buscando su salón pero poco antes de llegar sintió una presencia algo familiar y extraña en Seabrooke más no lograba descifrar de que o quien podía tratarse. Aquella intuición le resultó boba por lo que optó por pasar al baño y lavar su rostro, más justo antes de ingresar a esté, del lugar, salió una peli blanca ,muy conocida para ella, tratando de borrar el rastro evidente de lágrimas.
En el momento que Addison se dio cuenta de la presencia de Nicolette bajo la mirada de forma abrupta y la paso de largo aún tallándose los ojos mientras la pelinegra la observo alejarse con confusión.
No tenía interés en alguno en porque la pequeña Burbuja huía dejando un rastro de lágrimas pero entonces recordó su charla con Vanessa sobre cómo debería ser más amable y ganarse al grupo de freaky's si quería tener a Wyatt detrás de ella nuevamente. Además estaba el hecho de que había tratado a la ex rubia peor que todos a pesar de que esta seguía apoyándola con Wyatt, cosa que escuchó en una de sus tantas conversaciones con el lobo.
Eso en cierto sentido la hizo sentir mal, aunque no lo suficiente pero de igual manera rodó los ojos y fingió su mejor cara de preocupación.
— ¿Addison? — la llamó haciendo que la anterior nombrada se detuviera a mitad del pasillo por el cual desaparecían cada vez más rápido los estudiantes — ¿Estas bien?
La más baja — por pocos centímetros — se giró hacia Colette con un puchero y ojos llorosos cuando sin esperar más corrió a sus brazos tomando a la vampiresa desprevenida y aún más cuando la peli blanca soltó en llanto tal cual Magdalena.
La ex condesa quedó estupefacta sin mover un solo músculo, no estaba para nada acostumbrada al contacto físico y aquella acción tan repentina fue además de incómoda, inesperada. Por lo que después de largos segundos cerró lentamente sus brazos apenas rozando con la espalda de la animadora cuando al no soportar más el acercamiento la tomó de los hombros y se la sacó de encima.
Carraspeo ansiosa.
— ¿Me dirás que ocurre? — suavizó aún más de lo planeado su voz ya que no quiso que su anterior acto fuera tan evidente.
— E-Ella... — sollozó con fuerza — Murió... — nuevamente dejó caer con fuerza sus lágrimas.
Ante ello Nicolette se tensó.
— ¿De quién hablas?
— Fue Vanya... Ella no se lo merecía.
La pelinegra volvió a relajarse, no era alguien que conocía pero eso no evito que mordiera su labio nerviosa.
— ¿Quieres sentarte? — ofreció — Así me cuentas mejor.
Addison la miro con asombro y con un brillo en sus ojos y en seguida asintió frenética mientras que sorbía su nariz.
Nicolette asintió y estaba por salir en busca de alguna banca o mesa pero se pasmo cortos segundos al ver a la porrista sentarse en el suelo y recargarse en los lockers mirándola necesitada. La pelinegra dejo escapar el aire de sus pulmones con resignación y lamento por su pantalón terminando por sentarse a lado de la humana con raro cabello.
Después de algunos instantes Addison comenzó a hablar.
— E-Era mi vecina... — relató — La conocía de toda la vida, incluso fui su niñera, era tres años menor que yo. — Hizo una pausa al sentir que el nudo en su garganta no la dejaría continuar — Anoche en un acto rebelde o que se yo... E-Escapó de su casa y... y... — Su labio tembló y Nicolette puso una mano en su hombro dándole apoyo — Y la atropellaron. — Terminó cerrando sus ojos y cubriendo su boca ahogando más sollozos.
La oji-cafe levantó una de sus cejas en su dirección junto con una mirada de entre pena y desinterés. La muerte estaba en todos lados y era algo de todos los días, nadie podía evitarla, pero aún así admitía que era triste y trágico que una niña de catorce años muriera de una forma tan trágica aún teniendo una vida por delante.
— Lo lamentó mucho. — Le dio un pésame seco.
Ya no era buena con las palabras de apoyo y consejos, quizá hace unos trescientos años.
Ninguna dijo algo más por minutos, la vampira espero hasta que la chica se calmo como haría una buena amiga y la acompaño en su duelo. Tampoco es como si tuviera mucha prisa en llegar a la clase de historia, tenía suficiente conocimiento y rencor por ese maestro.
— Creo ya que deberíamos ir a clase. — Susurró la peli blanca borrando todo rastro de lágrimas restantes — Gracias por esto.
Nicolette hizo un gesto con su mano restándole importancia.
— No hay de que.
— No. — Por primera vez la pelinegra observó a una Addison seria — En serio, gracias. — Tomó la mano de la más pálida y le dio un apretón en agradecimiento.
Pese a su pelea del otro día con el asunto de Amanda sabía que Nicolette estaba tratando de ser una mejor persona y que no era un cambio que sería de un día al otro, al fin y al cabo el mundo no se construyó en un dos por tres.
Ambas se pusieron de pie y se dieron cuenta que irían en caminos contrarios a sus respectivas clases por lo que se despidieron con un leve movimiento de mano comenzando a alejarse.
— Oye, Nikki.
Escucho el llamado a sus espaldas y giro sobre sus talones encontrándose con los profundos ojos azules de su anterior acompañante.
— Me agrada esta nueva tú. — sonrió contagiado mínimamente a la más alta.
— Wyatt merece a una buena chica.
Aunque estuvo conmovida por sus palabras y logró hacer explotar de emoción y ternura su estómago no vio porque no seguir con su farsa.
— Es un tipo con suerte.
Escuchaba cada palabra con atención y admiración de la boca de su acompañante.
Addison le relataba con seguridad que Nicolette gustaba de él, cosa que no lo podía hacer más feliz, incluso que su teoría sobre que estaba arrepentida de cómo lo trató antes y quería remediarlo cambiando su actitud y todo por él.
Casi soltaba su filete del asombro.
En su mente enamorada sentía como su conexión se hacía real y más fuerte haciéndolo soltar suspiros soñadores. Pues había muchos factores, como el hecho de que si noto cómo trataba de convivir más con sus amigos, como ayudaba a las chicas de la escuela dejando sus diferencias de lado, cuando lo defendió del cretino del equipo de football hasta la rosa que le regaló. Claro que todavía la conservaba, por recomendación de la peli blanca a su lado, lo ayudo a sumergirla en pegamento líquido para que durara más tiempo ya que al estar marchita temía que algo le pasara, y desde que Nicolette se la entregó, él se encargó de los detalles para finalmente ponerla en un lugar donde nadie podía herirla y que además pudiera observarla antes de dormir y sentirla cerca.
Addison siguió parloteando del tema mientras el observaba un punto fijo en la nada a la vez que se acercaban a la mesa donde usualmente almorzaban todos juntos.
No fue hasta que la risa de Bree por algo que seguramente le dijo Bonzo lo saco de sus pensamientos y de nuevo puso atención a su realidad y presente.
— ¿De que hablaban? — pregunto interesada la anterior nombrada al ver al par bicolor tan sumergidos en su charla.
Wyatt sonrío al recordarla posando su mejilla en su palma.
— Nicolette... — soltó en un suspiro y con un brillo especial en sus pupilas.
Ante aquel nombre más de unos en aquel espacio rodó los ojos con fastidio. Hace semanas creyeron que ese tema finalmente había quedado en el olvido pero esa chica nuevamente se metía por todos lados y al ser parte de una tradición lobuna sentían la necesidad — a excepción de Willa y Wynter que era más por obligación — respetar las decisiones de Wyatt.
Pero el chico ni en cuenta de los rostros desagradables de sus compañeros pues el seguía pensando en su linda pelinegra. De estar en la tercera transformación seguramente movería su cola de un lado a otro sin control.
— Quiero intentarlo. — Soltó de repente con determinación hacia Addison.
— ¿El qué? — preguntó Eliza con un deje de duda en su voz del otro lado de la mesa.
— El ritual de apareamiento de los humanos. — respondió obvio.
Los zombies y Bree lo miraron de forma extraña y las dos lobas confundidas al no entender a qué se refería.
— Oh, ahm. — La ex rubia carraspeó incómoda — Te refieres a una cita.
— ¡Si, eso! — soltó emocionado — Me gusta la cosa fría que vende el entrenador ¿crees que también le guste? O podría llevarla a la cueva... ¡o también-!
— ¡Cine! — Lo interrumpió su amiga, aún debía explicarle muchas tácticas de conquista para los humanos — Tal vez debas empezar con el cine, así si estás nervioso no tienes que hablar y después podrán discutir sobre la película.
— Buena idea, me agrada. — Apoyo Wynter.
Aunque no le gustara al cien la mate de su amigo quería apoyarlo, aún así no la conocía ni había hablado con ella para ya tener una crítica, sólo se dejó guiar por las opiniones de los demás, tal vez no sea tan mala.
Addison sonrío entusiasta contagiando aún más de su felicidad a Wyatt el cual oía atento a los consejos que le brindaba Addison y uno que otro de Bonzo. Willa y Wynter no tenían idea sobre los "apareamientos humanos" pero igual escuchaban atentas, por otro lado Bree prefería no entrometerse y solo asentía de vez en cuando. En cambio, Zed quedo serio y mudo ante el tema, no sabía porque ver de repente ver a Wyatt tan entusiasta y decidido con Nicolette lo molestó, lo peor es que se sentía pésimo por ello siendo que al principio de semestre habían arreglado sus diferencias y ahora eran amigos. Y a su lado la chica zombie ya hasta había perdido el apetito, gustaba de Wyatt y odiaba a Nicolette, sentía un nudo en su estómago y un gran enojo hacia la pelinegra, no era justo, aparte, no era fan de la idea de soportarla en las clases extras de robótica.
— La invitare a salir, hoy. — Aquella frase hizo que Eliza apretara más de lo debido su tenedor, pero no podía hacer nada al respecto con la decisión del lobo, a fin de cuentas eran cosas que estaban fuera del alcance de cualquiera.
El chico de mechón blanco buscó a su objetivo esperando que se acercase a su mesa como en otras ocasiones.
No fue hasta segundos después que la visualizo entre el gentío de humanos, zombies y lobos de la cafetería yendo en dirección en donde se encontraba Bucky. Wyatt se despego pocos centímetros de su asiento y estiró de más su cuello tratando de ser notado por la pelinegra, la cual, al sentir una mirada penetrante giro hacia él conectando miradas.
Nicolette sonrío amable y lo saludo roblándole una sonrisa boba al mitad lobo el cual imitó su gesto. Contó hasta tres ganando valor para acercarse — aún no desaprecia el caso de que fuera alguien intimidante — y pedirle una "cita".
Pero algo lo detuvo creando que se vuelva a sentar de forma abrupta en su asiento con el ceño fruncido.
La de vestimenta oscura después de saludarlo parece ser que miró algo a espaldas de él que abrió los ojos nerviosa como si hubiera visto un fantasma y al momento trotó hacia Bucky con quien comenzó a dirigirse muy insistente donde ambos le dieron una mirada al estacionamiento — acto que igual hizo encontrándose con un pelinegro observando a Nicolette de forma sospechosa — para finalmente terminar con una pose de súplica.
Después de eso, la pelinegra le sonrió agradecida y tratando de pasar desapercibida intento escabullirse hacia el estacionamiento justamente hacia el tipo ese, que al no conocerlo y por la actitud que su mate tomó al verlo lo hizo incendiar en celos.
Estaba por ponerse de pie y acercarse al par cuando de repente alguien puso un folleto en su rostro cubriéndole cualquier tipo de visión más allá.
— ¿Estas interesado en la contaminación del medio ambiente? — preguntó un pelinegro de rulos con una sonrisa de oreja a oreja apestando a nervios.
Y antes de que el de vestimenta púrpura pudiera responder el ex animador lo siguió bombardeando de preguntas. Wyatt ignorándolo olímpicamente intento apartarlo pero esté en un acto desesperado se acercó demasiado hacia el chico que su mejor amiga estaba cazando, solo que ahora con más insistencia.
— Tienes cara de que si, a no ser que... ¡Mírame a los ojos y dime que no te importa el medio ambiente!
Wyatt trago nervioso.
Minutos antes
Nicolette se paseaba entre las mesas buscando a su pelinegro favorito cuando nuevamente esa sensación familiar la atacó junto con un sentimiento de sentirse observada.
Teniendo una idea de la causa del segundo, echo un vistazo ahora indagando donde podría estar un chico moreno y desaliñado. Cuando dio con él casi sin poder evitarlo le regaló una sonrisa que no salió como las que acostumbraba, esta a diferencia de todo su ser fue dulce y por algo extraño sintió pequeñas mariposas en su estómago revoloteando.
Sin embargo su diminuto momento terminó ya que al mirar más allá de Wyatt se encontró con una visita inesperada reposando en su auto con una chamarra de cuero y unos lentes oscuros.
Trago en seco y fue hacia la única persona que "sabía" de la existencia de su otro amante, por así decir, en busca de ayuda.
— Está aquí. — Soltó apenas llegó a lado de Bucky.
— ¿Eh? — Frunció los labios sin entender — ¿De quién hablas?
Nicolette hizo una mezcla entre bufido y respiración profunda ansiosa.
— ¿Recuerdas a mi... "primo"? — susurro exagerando de más el movimiento de comillas con sus dedos.
El ex animador le dedicó una expresión de asombro e inmediatamente una sonrisa socarrona adorno su rostro.
— ¿Dónde está? — preguntó enérgico — ¿Es sexy?
— Shhh — lo calló — ¡Baja la voz! — gritó/susurró y el chico entendiendo la indirecta asintió entendiendo su error. — Está por allá.
La pálida señaló el estacionamiento de Seabrooke High con un leve movimiento con su cabeza, pero Bucky, siendo Bucky, sin disimular ni un poco giró su cabeza igual que en el exorcista quedando realmente sorprendido ante tal Dios, o mejor dicho: demonio.
— Ahora entiendo porque llegaste tan de buenas el otro día. — Mencionó sin aliento.
— Si, bueno... — La oji-cafe soltó una risa tonta pero rápido sacudió su cabeza concentrándose en lo que de verdad importaba — Como sea, Wyatt no puede verlo, ni nadie, necesito que los distraigas.
— ¿¡Qué!? Pero- es que yo- — Inició quejándose bajo la suplicante mirada de la chica a la cual no pudo negarse mucho más tiempo — ¿Y que se supone que les diga?
— No lo se, eres listo, algo se te ocurrirá.
Dicho aquello dio por terminada la conversación y se escabulló tratando de no ser vista hacia el gran Drácula.
Ya estando a pocos metros del pelinegro cambió su expresión nerviosa por una molesta y confundida. Más aún así el primero en hablar fue él apenas si la tuvo en frente.
— En serio ¿cómo puedes estar aquí? — Preguntó retóricamente — Apesta a perro.
Nicolette, molesta e incrédula por su presencia se cruzó de brazos frente al inmortal pero este poco o nada de importancia le dio.
— Escuche lo de esta mañana. — Llevó una mano a su pecho fingiendo tristeza — Dile a tu amiga que lamento su pérdida.
La vampira al entender ahora aquel sentimiento que la acompañó de a ratos en el día era el mismísimo Vlad abrió los ojos de más estando perpleja y dejando un golpe en el pecho del mayor.
— ¡¿Que te ocurre?! — pregunto rápido — ¡¿Cómo pudiste venir?! ¡¿Y si alguien te ve?! ¡¿O nos ve?! — respiro agitada — Estoy tratando de cumplir con el plan.
El pelinegro divertido con la situación y nervios de la chica con total calma se quitó sus lentes oscuros revelando dos joyas azules.
— Ah, si. — pareció restarle importancia a todo el lío en el que estaba gracias a su esposa — ¿Quién es? Tengo curiosidad.
Aquello hizo que la preocupación en Nicolette creciera. Tener a Vlad ahí podía ser el fin de todo lo que ha planeado.
— Eso no importa, — dijo rápido — ¿qué sucede?
— Nada... tan importante. — hablo divertido desorbitando a la pelinegra.
— ¿Qué ganas viniendo hasta acá, entonces? — Él pareció pensar en su respuesta, segundos que parecieron eternos para ella.
— Tengo a la chica.
Nicolette lo miro con una ceja alzada incrédula.
— Eres un tonto. — Vlad soltó una risa colocándose de nuevos sus oscuros lentes de sol.
El día estaba por terminar y al fin tendría su fin de semana tan añorado. A pesar de sentirse tan ajena a la juventud de hoy en día admitía que compartía ciertos aspectos con ellos, el odiar la escuela era uno de ellos y en realidad porque ya sabía todo lo necesario, incluso hasta más y tener que fingir ser una adolescente por siempre era aburrido y tedioso, tal vez en su siguiente vida finja ser universitaria, otra vez.
Tener dieciocho por siempre no era tan asombroso como parecía.
Casi llegando a la última adulta que vería aquel día tuvo la desdicha de compartir el corredor con aquel ser tan despreciable.
Hizo una mueca de asco y molestia en dirección a Jackson pero este ni cuenta pues iba tan embobado mirando las piernas de las porristas que igual pasaban por el lugar.
Tenía tantas ganas de matarlo.
Respiro controlándose, ya había pensado aquella posibilidad y por más que quisiera no podía hacerlo a su manera sádica y violenta pues la primera sospechosa sería la pobre de Amanda y lo único que ella pedía es que se hiciera justicia cosa que hasta ahora Nicolette respetaba.
Decidió cambiar la dirección de sus pensamientos alejando al cretino ese terminando con unos bellos ojos azules cristalinos en su mente.
Estúpido e imprudente Vlad.
Su visita fue tan inesperada, no creía verlo de nuevo hasta su próxima visita a Rumania, casi lo arruinó todo, solo esperaba que Wyatt no hubiera visto cuando el pelinegro le robo un beso en el estacionamiento.
Suspiro masajeando su entrecejo.
Creía que lo conocía pero ahora parecía mostrarle un Vlad diferente, uno que no sabía que existía y no le desagradaba, pero si le preocupaba.
Estaba tan comprometida con el plan de vencer a los lobos que no tenía tiempo para distracciones ni nada por el estilo y él parecía empeñado en volverse una.
Mordió el interior de su mejilla pensativa cuando irónicamente fue detenida por la otra distracción.
— Hey, Colette. — sonrió en forma de saludo resignándose.
¿Quién la mandaba a ser tan hermosa? Pensó con egocentrismo.
— Zed...
— Quiero preguntarte algo.
El de pelo verde fue directo al grano a pesar de estar seguro de arrepentirse después.
— Ti sto ascoltando con attenzione. — El más alto la miró como si tuviera monos en la cara haciéndola rogar los ojos — Te escucho.
El zombie dejó pasar el bochornoso momento soltando una leve risa y sacudiendo su cabeza.
— Hoy en la noche habrá una fiesta zombie. — Anunció con una sonrisa y ella siguió mirándolo expectante impacientándolo — Es una invitación.
Ahora si abrió los ojos sorprendida.
— ¿Yo? ¿En una fiesta zombie? — preguntó incrédula.
— No veo otra Nicolette en el pasillo. — Sonrió dejándola sin aliento.
— Mmm no creo que sea buena idea...
Esa noche iba a invitar a Wyatt a salir, aunque viéndolo por otro lado tal vez todo el grupo de freaky's estaría allí y tendría oportunidad de estar junto al can.
Suspiro al ver la decepción en el rostro del chico Necrodopolis.
» — Pero iré.
El chico levantó de inmediato la mirada con una sonrisa encontrándose con la pelinegra levantando y dejando caer rendida los brazos a sus costados para después darle un rápido — pero muy efusivo — abrazo que igual que con Addison no le dio tiempo para reaccionar.
— Te veré a las ocho en la entrada de ZombieTown. — Ella lo miro curiosa — Si... las fiestas zombie son algo...
— ¿Ilegales?
— Prefiero el término "clandestinas".
Nicolette soltó una risa.
— Está bien, pero si termino en una celda te asesinare. — Amenazo en un tono de burla haciéndolo ensanchar su sonrisa.
— Suerte con eso.
— Bueno... Supongo que los veré ahí.
La pelinegra dio por terminada la charla pero un Zed vacilante la detuvo.
— ¿"Los"? — pregunto inseguro.
— Si. — Dijo obvia — A ti, Addison, Wyatt y... todos ellos.
Sintió como si hubiera caído de trasero al piso. Odiaba los golpes de realidad.
— Oh, si claro, te veremos ahí. — Rió ansioso.
Nicolette asintió y nuevamente a punto de irse de detuvo como si hubiera recordado algo yendo nuevamente con el peliverde.
— Oh, casi lo olvido. — Se detuvo frente a él comenzando a sacarse algo de la blusa cosa que lo hizo retroceder varios centímetros. — Ten.
Colette le extendió un broche que lucía como una flor con distintos colores y accesorios además de tener una perla en su otro extremo.
Zed la tomó con duda y lo observo con sumo cuidado y delicadeza hasta lanzarle una mirada interrogante a la chica frente a él.
— Dijiste que tu sueño frustrado era que te regalaran una flor. — sonrío minusculamente — E insisto en que si yo tomara una me hincharía como un globo — dijo sería sosteniendo su mentira — Y... también es para darte las gracias por lo que dijiste el otro día, — Rascó su nuca nerviosa — tú me inspiraste y gracias a eso hice las pases con las chicas. Así que... taran. — Canturreó.
— Wow yo- no se que decir. — rió otra vez nervioso — Es hermosa y te prometo que la cuidare con mi inmortalidad.
— Me alegra escuchar eso. — puso sus manos en jarra — Pero deberás pensar un mejor atuendo para usarlo.
— ... Gracias. — dijo con los ojos entrecerrados sin saber cómo reaccionar ante ello. — Por cierto, — hablo saliendo de su trance — ¿quién... era el tipo del estacionamiento? — preguntó en un tono cauteloso queriendo parece desinteresado.
« Mierda » Tal vez si la vieron, sino estuviera muerta ya estaba segura que habría perdido los colores de su piel.
Pensó rápidamente en una excusa cuando algo o alguien, más bien vino a su mente.
« Te odio, Bucky »
— Es... mi primo... — apretó los labios inquieta, sólo esperaba que sonara creíble y que no la acusaran de enferma incestuosa.
— Oh... — Hizo una mueca más relajada — Tiene sentido, si se parecen.
Okey, después de eso no había forma de que volviera a besar a Vlad sin sentirse extraña.
— Nos lo dicen todo el tiempo. — rió sin una pizca de gracia.
— Supongo... Y... — De pronto el olor a nervios lleno por completo al zombie frente a ella por lo que lo observo con los ojos entre cerrados — ¿Por qué...? Claro, si no está de más preguntar... — Soltó aire intentando relajarse más no pudo — ¿Por qué escogiste a Wyatt? — soltó igual que vomitó verbal.
« Porque necesito infiltrarme en su manada »
— Mmm porque... bueno él... — pensó rápido — Tiene buena... retaguardia.
Zed abrió los ojos de más, jurando que podrían salirse de sus cuencas observando a una Nicolette con sonrisa nerviosa.
Mientras eso ocurría un hombre lobo molesto se introducía en aquel mismo pasillo sin siquiera notar como el muerto viviente arruinaba su plan de invitar a salir a su mate.
Estaba en el baño cuando el cretino del equipo de football que peleó con Nicolette no tuvo filtro al recordarle que solo era un sucio monstruo sin civilizar que nunca sería parte de ellos. Aquello de los asesinatos misteriosos retrasó cualquier progreso que alguna vez tuvieron con los humanos.
Gruño molesto al recordarlo desprendiendo el olor a furia llamando la atención de cierta pelinegra.
Le parecía extraño que aquel lobo no le era repugnante del todo, pues no olía a perro pulgoso como los demás, era un olor más bien a coco, uno de sus aromas favoritos curiosamente. Y en menos de un segundo ya estaba obstruyendo su paso con rostro preocupado y Zed detrás de ella.
— ¿Ocurre algo? — Wyatt de la sorpresa se detuvo abruptamente.
Estaba tan rabioso que ni siquiera noto el olor a smores cerca.
— Creo que lo mejor es que no me una al equipo. — Anunció sin más en dirección a Zed el cual le dedicó una expresión confundida.
— ¿Qué?
— ¿Y eso por qué? — preguntó con su melodiosa voz la chica frente a él haciendo que se le erizaran varios de sus vellos.
Carraspeo alejando los nervios.
— Se donde no me quieren. — musitó en un tono bajo.
Nicolette sintió una punzada en el pecho al verlo tan afligido pero más que darle seguimiento a ello se extrañó ante eso ¿por qué cuando estaba con él sentía cosas que no debían ser?
— Hablaré con ellos. — respondió con voz dura, con evidencia molestia el de pelo verde sacando de sus pensamientos a la vampiresa.
Zed se alejo de la pareja dejándolos en un silencio abrumador.
— Me creen un monstruo. — Soltó de repente en el mismo tono de antes pero ahora la pelinegra se esforzó por mantener su expresión seria.
— ¿Y eso que? — Wyatt rápidamente la miró sin entender con una mueca exagerada.
— Pues... ¡me lastima! — dijo obvio.
Nicolette suspiro, ahí va de nuevo. De verdad no quería ser la perra en el asunto pero no sabía de que otra forma ayudarlo o reconfortarlo.
— Eres un monstruo. — dijo asintiendo ganándose una mirada dolida del chico — Pero solo porque la cultura popular lo dice, no eres malo Wyatt, para ser un hombre lobo. — musitó con dificultad y de forma incómoda la última palabra.
Las ilusiones de Wyatt otra vez habían caído hasta el inframundo pero al meditar y entender mejor sus palabras supo que era un tipo de apoyo de su parte.
Sonrío. Addison tiene razón, no es mala, solo no sabe comunicarse con tacto, pero bueno, no era quien para decir cómo se comunicaban los humanos.
— Y... — quiso cambiar de tema, no veía sentido en alargarlo y que seguramente termine en desastre además de no querer seguir amargándose con el recuerdo, estaba con su mate y estaban bien — ¿Tus padres te dejarían salir con un hombre lobo?
Ante la pregunta Nicolette se perdió en sus pensamientos. Hace cientos de años, de saber la existencia de todas las criaturas sobrenaturales con las que convive ahora ¿su madre la hubiera dejado salir con un hombre lobo?
Seria una duda que nunca aclararía.
Guardo silencio un momento pensando en su respuesta y dijo lo mismo de siempre:
— Siempre están de viaje y a Dalia no creo le importe. — sonríe simple e hizo un levantamiento de hombros restándole importancia.
Pero en cambio los de Wyatt bajaron desanimado. Comenzaba a ver su realidad solitaria, tal vez por eso era tan fría, quien sabe.
« ¿Qué más secretos escondes, Nicolette? » pensó con pensar.
Estaría ahí para cubrir cada una de sus heridas y abrazarla con amor tranquilizando su ira. Siempre estaría para ella.
— Lo lamento.
— ¿Por qué? — musitó como si nada demostrándole que tan enterrado tenía aquel dolor — Es mejor así — hizo un intento de sonrisa torcida — Y con respecto a lo anterior: siempre dicen qué hay peores monstruos afuera que los zombies y hombres lobo.
— Tienes razón... — susurró su acompañante mientras ella miró la hora en su móvil.
— Agh, ya voy tarde, nos vemos más tarde.
No supo si fue un impulso o de forma planeada de manera inconsciente pero al decirlo terminó dándole un beso casual y fugaz en la mejilla del licántropo para después alejarse con prisa por el corredor hasta caer en cuenta de lo que hizo.
Terminó pasmada deteniendo su paso y al tomar un trago de valentía regresó la mirada hacia sus espaldas donde se encontraba un Wyatt igual de estático y sonrojado hasta las orejas. Nicolette sin saber que movimiento hacer sonrió tímida y ahora más rápido que antes huyó del lugar.
En tanto el de mechón blanco sentía sus piernas flaquear y su rostro arder con su corazón saltando de su pecho.
« ¿Más tarde? » se preguntó confundido por sus últimas palabras pasando su mano por su frente.
¿Entonces eso fue un si?
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