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CAPÍTULO UNO
THE MOST BEAUTIFUL GIRL
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DEJO ESCAPAR UN bajo gruñido desde lo profundo de su garganta mientras sus ojos cambiaban a un dorado brillante y sus colmillos salían a relucir.

Sacudió su pelaje castaño mientras sentía la tierra bajo sus garras y la abrazó con cariño. Amaba la naturaleza y la tierra, ensuciarse y correr libre en su otra forma entre los árboles sin miedo a que algún humano lo fuera a ver.

Se encontró con la suave brisa con aroma a césped y tierra húmeda por la noche reciente de lluvia y miró al cielo en busca de algún rayo de sol inexistente, todo eran nubes grises, pero a pesar de que el día estuviera apagado en su interior percibía algo completamente diferente.

Adrenalina, emoción, nerviosismo, felicidad... Él siempre estaba de buen humor pero esta vez era diferente, ahora podría decir que había una razón — aún desconocida para él — detrás.

Se sentía mucho más tranquilo desde que los humanos ya no era una molestia, pues ahora ya sabían de su existencia y vivían junto a ellos, podría asegurar incluso que si no fuera por sus distintivos mechones blancos ni se daban cuenta qué estaban ahí.

Después de que encontraran la piedra lunar la llevaran al origen de la manada en Arcadia, Grecia junto a su hermano y los lobos ancianos que no pudieron viajar en su búsqueda. Más ellos a pesar de las réplicas de Johan optaron por regresar a Seabrooke. Claro que antes de instalarse completamente hablaron con la madre de Addison, la alcaldesa y soltaron toda la sopa. Les aclararon de antemano que así como existían ellos también habían muchas criaturas sobrenaturales regadas por el mundo, igual dejaron en claro que los mitos sobre ellos eran solamente eso, mitos, como que comían carne humana por ejemplo. Así fue como juntos llegaron a un acuerdo y ahora los hombres lobo serían la protección de Seabrooke junto a la ex liga anti-zombies de cualquier otra criatura no identificada y ofensiva.

Ya no se sabía, esa ciudad parecía ser un faro para los monstruos.

Cerró los ojos por un momento a la vez que tomaba una profunda respiración concentrándose y así poco a poco fue cambiando nuevamente obligándolo a ponerse en sus ahora dos pies.

Observó el paisaje frente a él, a lo lejos distinguió la preparatoria de Seabrooke la cual sería su próximo destino en dos horas aproximadamente y sonrió tranquilo hasta que de pronto recordó la charla que tuvo ayer con su hermana sobre los mates y la imprimación.

El estaba fascinado con el tema y siendo que Willa ya la había hecho años atrás no le quedaba otra que preguntarle por aquel sentimiento, el cual, hasta la fecha nunca ha podido describirlo, dice que es como si una nube te abrazara y te llevara volando, siempre le resultó ridícula esa comparación pero con base fue pasando el tiempo y observarla como mira a Wynter pensó que podía ser cierto.

El nunca ha tenido un acercamiento al amor o algo parecido. Incluso hace unos días que Zed quiso aclarar "el asunto de Addison" se rió y lo hizo fuerte, no podía creer que el peli-verde pensara que le atraía Addison, él simplemente la admiraba y respetaba porque creyó que era la gran alfa, y final no fue así, digo, si la admira por su liderazgo natural y bondad pero no la veía de esa forma, cosa que dejó mucho más tranquilo a Zed.

Wyatt era literalmente un hielo con respecto al tema del romance, puede ser algo empalagoso e intenso con las personas pero esa es su naturaleza, no significa que le gusten en ese sentido como la mayoría de personas piensan. Él — aunque suene ridículo — esperaba por su compañera, no quería iniciar algo con una persona y luego dejarla por su "verdadero amor" además sabía que si tenía una relación con otra persona no sería real y el quería algo real, tome el tiempo que sea, tampoco es que tuviera prisa o que se muera de ganas, estaba seguro de que algún día se iban a cruzar yo todo estaría bien desde entonces, mientras esperaba vivía el momento.

Aulló en su forma humana por última vez antes de regresar a la cueva en donde haría el cambio de turno de vigilancia por otro miembro de la manada.





— A nuestro mundo lo vemos normal, como todos los días, pero, entre nosotros existen todo tipo de criaturas monstruosas, unos tratan de destruir la humanidad, otros; la salvan. — Relató con voz de suspenso esperando ver la reacción de sus amigos al rededor los cuales estaban boquiabiertos.

— Me encanto. — La primera en saltar fue su mejor amiga Bree.

— Tienes talento para la escritura. — Elogió Eliza.

— ¡Quiero comerme esa tarea! — exclamó con efusividad la mitad peli-blanca ganándose una mirada ceñuda de parte de todos. — ¿Fue demasiado?

Willa bufo mientras asentía.

— ¿Siempre debes ser así de intensa? — Wynter simplemente se encogió de hombros una una mirada nerviosa.

— En fin, — intervino Addison antes de que comenzaran un número desagradable — quería leérselos antes de entregárselo al señor Hanks, pero por sus buenos comentarios ya estoy mucho más tranquila. — La ex-rubia sonrió al igual que Willa.

Era de las alfas más serias y grotescas pero la adorable rubia contagiaba felicidad con una sola expresión.

Pero aquello no le gusto para nada a cierta mujer loba a su lado.

— Igual no puedo creer que pasaras tu verano escribiendo...

— Me gustó hacerlo, de verdad. — intento convencerlos — Y quiero mostrárselo al maestro y que me de su opinión más... profesional. — Eliza asintió de acuerdo y estaba por hablar hasta que la peli blanca notó un gran detalle. — Oigan — llamó su atención — ¿han visto a Zed?

Willa y Eliza levantaron los hombros mientras que Bree y Wynter negaron.

— ¿Estará con Wyatt o Bonzo? — siguió preguntando.

— No creo...

Estaban atentas a la plática a excepción de Bree que miraba un punto en el pasillo con cierto rencor.

— Oh genial — dijo con sarcasmo de repente la morena — Nicolette llego de su intercambio de Italia.

Addison, Willa, Wynter y Eliza giraron a ver a la despampanante chica pelinegra como caminaba por el pasillo como si de una pasarela se tratase, incluso parecía ir en cámara lenta

— Y esta con... — La de lentes achinó los ojos para una mejor vista y al ver de quien se trataba ni siquiera pudo terminar su frase.

Ahora las miradas cambiaron a Addison la cual mantenía una mirada neutra.

— Zed... — Dice Addison con tono sorprendido y voltea a ver a los demás asustada para luego cambiar su expresión y carraspear — No me asusta... — vuelve a voltear a observar a su novio y a la reina de concursos de belleza que parecen estar hablando y riendo — sigue sin molestarme... — Aprieta un poco sus labios pero de igual manera no dice nada.

No es hasta que ven al par acercarse en su dirección que todos cambian su expresión y fingen que no los estaban mirando hace apenas cinco segundos.

La primera en hablar fue Nicolette y apenas llegaron se lanzó a los brazos de la peliblanca.

— Addison, hola — saludó amable — Zed me contaba que eran novios, es un encanto. — río — Perfecto para ti.

— Gracias... — le regresó la sonrisa algo incomoda — supongo. — susurro — ¿Y qué tal Italia? — cambió el tema drásticamente.

Si bien ellas nunca fueron amigas cercanas la pelinegra siempre la trato muy bien y le hacía muchos cumplidos con respecto a su belleza, incluso la invitó en varias ocasiones a participar con ella en concursos pero Addison siempre se negó.

— Bellísimo y refrescante. — Aplaudió levemente con sus manos.

— ¿Por qué no te quedaste allá? — preguntó en voz baja la morena de lentes de forma grosera a lo cual Addison la reprendió con un codazo.

— Alguien debía venir a imponer moda otra vez, cariño. — Hablo con narcisismo sin quitar la sonrisa de su cara — Bueno, si me discupan tengo clase. — se despide — Hasta luego y un gusto.

La pelinegra meneó de forma seductora sus caderas por el pasillo hasta estar lo suficientemente lejos por fin pudo sacar la mueca de asco que llevaba aguantando desde que vio a los lobos en el grupo de Addison. Le caía bien la chica pero no entendía como alguien como ella podría juntarse con personas así. La verdad es que trato de alejarse lo más posible de las mujeres lobo presentes, no quería tener ningún acercamiento y que se dieran cuenta que era lo que más odiaban.

Y por último bufo al pensar en la chica morena y regordeta que no se separaba de Addison, no sabía si nombre no tenía mucho que decir al respecto sobre ella, pero no le caía nada bien. En muchas ocasiones estuvo tentada a morderle el cuello y drenarla como si no hubiera un mañana pero se contenía por el consejo vampiro, el cual, estaban más al pendientes de ella y Dalia estando en Seabrooke.

Siguió saludando a conocidos por el colegio con una sonrisa falsa hasta llegar a su aula. Mientras que del otro lado...

Bree soltó un gruñido en cuanto se marchó.

— Agh, la odio.

— Parecía... agradable... — mencionó Wynter mientras que Willa la miraba irse por el pasillo con el ceño fruncido, había algo raro en ella.

— Es mala, pero una buena actriz. — Sentenció.

— Exageras Bree. Es muy amable y linda. — Hablo Zed para después acercarse a Addison y saludarla con un beso en los labios.

— No, y un día todos verán su verdadera cara, pronto. — Addison rió mientras que los demás le restaron importancia a sus comentarios y cambiaron de tema.

No era secreto para ninguno de los estudiantes humanos que a Bree no le caía para nada bien Nicolette, no paraba de decir que le parecía falsa y estirada. Pues siempre en sus discursos en los concursos de belleza no paraba de parlotear sobre la belleza interior y que todos somos iguales pero siempre que alguien no se adaptaba a su círculo de perfección lo hacía menos, como a Bree, siempre que pasaban a su lado o la veía junto a Addison le daba miradas con deseen, según ella.





Era hora del almuerzo y buscaban una mesa lo suficientemente grande para "todo el equipo" sin duda el grupo más raro del campus. Tres zombies, tres hombres lobo y una humana de cabello blanco.

Wyatt estaba emocionado, era su primer almuerzo en una escuela humana, quería toda la experiencia completa y la estaba disfrutando.

Caminaba a la par de todos con su charola de comida en mano hasta que se distrajo con una basura en el césped (la cual recogió y desechó obviamente) cuando como por obra del destino miro el cielo con atención, entre dos nubes se asomaban los primeros rayos de sol y a su vez también se filtraban los colores del arcoíris. Siguió con la mirada la luz natural, iluminaba de forma perfecta la escuela y campo pero más a ella.

Casi de inmediato la chica que era más iluminada por el sol en ese entonces levantó la vista de su cuaderno al sentir unos ojos puestos en ella topándose con la mirada de Wyatt a lo lejos.

De pronto la sensación de boca seca llego en un instante, sus pupilas se dilataron a distancias imposibles, su corazón latía a mil por segundo, la respiración se volvió irregular mientras temblaba.

Quería hablar, gritar, reír, lo que fuera pero estaba en completo shock. Se encontraba ahí, estaba seguro que ya no sería el mismo de nuevo, ahora estaba bajo el efecto de la droga más potente jamás creada por un ser existente, ya no culpaba a la gravedad por mantenerlo sujeto a la tierra, ahora era ella.

Nunca había visto algo igual.

Cabello tan negro como la noche más hermosa, delicada como el cristal, blanca como la nieve y porcelana, labios rojos como la sangre. Era perfecta.

— ¿Quién es? — preguntó en un susurro anonadado sin dejar de verla.

Y para su mala suerte la que tuvo que responder fue Bree.

— Nicolette, la Regina George gótica, más falsa que el trasero de Kim Kardashian. — La morena siguió parloteando pero él dejó de escucharla desde su nombre.

No fue hasta que sintió una mano en su hombro que pudo volver a entrar en razón.

— No me digas que... — Quedó a media frase teniendo una idea de lo que pasaba por la cabeza de su mellizo. Esa mirada la tenías solo una vez en la vida.

El simplemente sonrió mientras asentía con una felicidad inexpresable expandiéndose por todo su pecho.

— La encontré, Willa.


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