'3'

🦢

Pasaron unos minutos para cuando Gulf se asomo por la puerta del baño. -Mm. Mew.- Gulf llama con incómodo. No hay respuesta. Va a darle toques a la puerta con la que se cubría todo el cuerpo cuando escucha un lejano: «¿Qué?» provenir de la sala. Eso hace pausar el puñito de Gulf para que este lo baje dos veces antes de finalmente alejarlo de la puerta.

-La ropa que mencionaste--

-Está enganchada en la puerta.

Gulf baja la mirada a la cerradura exterior de la puerta para encontrar una camisa larga, blanca, de botones ahí. Junto con unos boxers. El vagabundo toca el camisón para alzarla un poco o mirar dentro de esta a ver si habían pantalones. Revisa por detrás de la camisa incluso. No hay pantalones.

-Mew, ¿no tienes pantalones?

-Ah. Lo siento, ahora mismo puse a lavar pantalones. Recordé que no quedaban de los limpios.

Mew dice.

El vagabundo frunce el ceño ahora succionando su labio inferior bajo su superior con incomodidad. Toma el conjunto para encerrarse dentro del baño todo nervioso.

No pasó mucho hasta que el vagabundo estaba sentado en la sala. Todo limpio con los flequillos de su cabello a los lados de sus ojos. Vistiendo pantuflas marrones. Una pierna trepada en el mueble y la otra no. Comía gustosamente. Mew lo está mirando con una sonrisa. Ambos estaban sentados en el mueble, al lado del uno al otro. Pero a diferencia del propietario, Gulf no lo miraba para nada del mundo. Sólo se enfocaba en llenar su cachetes más y más con gemidos gustosos y una sonrisa de labios en sus cachetes llenos.

-Debes estar,- Él hablaba mientras masticaba y tragaba. Viendo al tejado. -feliz de tener un techo dónde dormir. Es súper bueno aquí.

Gulf dice.

-Lo estoy. Es un lugar perfecto para mí. Es tan callado aquí y no hay muchos vecinos.

-Suena como a un lobo solitario.- Gulf menciona con una ligera sonrisa masticando en la hamburguesa.

Mew se le queda viendo. -Bueno, ya eso quedo un poco atrás porque, ¿de que otra manera estarías tú aquí si fuese así, no crees?

Ahora Gulf finalmente lo mira mientras mastica felizmente. -Es cierto.- Gulf ríe cubriéndose la boquita con un puño porque no deja de masticar. Se ve muy tierno. Va a tomar la botella de agua de enfrente, pero la toma Mew y se la abre para ofrecérsela sin la tapa puesta.

El vagabundo lo observa algo conmocionado con su boquita aún abierta en lo que parece una muy pequeña (ahora pasmada) sonrisa. Los ojos del piel dorada bajan a la botella de agua.

-Oye. ¿Cuántas veces más me harás agradecerte?- El piel dorada hace un gesto de darle con el codo aunque el codo no alcanza a Mew. Mew ríe con su comentario y el piel dorada toma la botella para tomar de ella lanzando hacia atrás su cabeza. Traga y traga. Finas líneas de agua escurren de sus labios. Humedeciendo el mentón hasta caer como una simple gota fuera del cuello del vagabundo. Mew ve esa húmeda boca mojarse. Ve cómo esa garganta traga. Y ve cómo sostiene la botella.

Deja de beber con un suspiro de alivio. Baja la mano hacia sus rodillas con una sonrisa de oreja a oreja. Teniendo sus ojos cerrados.

-Había olvidado lo bien que se sentía tener una casa y poder beber agua fría. Es como si, volviera a vivir.- Gulf abre sus ojos para mirarlo con una sonrisa.

-Aunque sea por una noche.

-Aunque sea por una noche.- Gulf le repite. Asintiendo su cabeza a esa oración.

Gulf va a volver a beber de la botella de agua pero frunce el ceño al mirar esta. La botella de agua se duplica en dos. Dos versiones de la misma que parecen espectros. Por ser transparentes. Estas se vuelven a fusionar en la botella de agua. Se siente mareado. Deja caer el agua para tocarse la frente.

-Mew...- Él llama.

-Gulf, ey. ¿Gulf?

Mew pretende preocupación. Al no recibir respuestas del piel bronceada, lo toma de los brazos para voltear al muy mareado Gulf hacia él. Gulf lo mira, pero está tambaleando. Su cuerpo se desbalanza de un lado a otro. Sus ojos lucen desfallecidos.

-¿Qué me sucede? ¿Me estoy muriendo?- Gulf pregunta en una voz ronca. -Esto no es normal.- Él mismo dice. Negando su cabeza para presionar sus ojos cerrados. Gruñendo.

-Tienes razón. Esto no es normal.- Mew va saliendo del mueble para colocarse frente a él. Inclinado. Sin dejar de sujetar ambos de sus brazos. Con una sonrisa de labios mezquina. Gulf apenas puede concentrarse. Parpadea demasiado.

-Al menos, si muero ahora,-Gulf sonríe totalmente ido. Parpadeando de manera lenta. -habré sido ayudado por una buena persona.

Esas palabras hacen que Mew se le quede viendo.

-Deja de llamarme así.- Mew le pide con un tono serio. Gulf lo sigue mirando. Embobado. Con una leve sonrisa. Sus ojos desfallecidos.

-Las personas buenas nunca saben que son buenas.- Gulf sigue diciendo. Sin apartar su mirada. Por más que se tambalee.

-No vas a morir.- Mew le dice en un parpadeo lento. Con un rostro desinteresado. -No si sabes amarme.

-Veo tu boca moverse, pero no te estoy escuchando.- Gulf dice en una tonta risita. Esta demasiado ido. Mew chistea sus propios labios en una sonrisa mezquina viendo su rostro. -No eres tan tímido bajo las drogas, ¿eh?

-No escucho nada.- Gulf ríe viéndolo a la cara. Mew alza sus cejas riendo. El piel dorada deja de reír ahora mirando abajo. Tambaleándose. Él mira las manos fuertes, grandes, marcadas de Mew que están agarrando sus brazos. -Todo en esta casa es tan cálido... Cálido, cálido, cálido...

Gulf iba diciendo ahora un ojo cerrándose antes que el otro y va cayendo de frente, por lo que Mew trata de retroceder lo más posible del piel dorada, con sus ojos en grande, creando una ligera papada. El piel dorada cae con la cabeza en su pecho. El pelinegro suspira en frustración y mira abajo, viendo al chico acurrucar aún más su cabeza.

-¿Se cree que soy una almohada?- El pelinegro dice. Lo toma del cuello de la camisa blanca (desde atrás) y lo retrocede para verlo al rostro. Está súper dormido. Roncando un poco. Eso hace que el pelinegro selle sus propios labios en una fina línea. Lo observa con una dramática y cómica preocupación. -De repente parece un gato.

Gulf ni escucha sus comentarios. Sólo parece seguir durmiendo. Mew sonríe con sus labios, y trepa al piel dorada a uno de sus hombros. Gruñe ante el peso y se pone de pie en ambas piernas. De ahí, lo carga por todo el pasillo hasta la puerta que hay al final del pasillo. Él abre esa puerta. La oscuridad es inmensa en esa habitación. Él baja los escalones con el dormido Gulf. Las escaleras son de madera. Estas chillan con cada paso en el que el propietario de la casa hunde las suelas de sus zapatos. Son siete escalones en total, baja el último y todo el sótano a oscuras es escalofriante. Por alrededor hay huesos. Unas cuantas costillas por ahí.

Se escuchan los gruñidos de algo. Algo no humano. Estos suenan como los sonidos de un estómago hambriento. La habitación se veía de un tenue azul por la luz de la luna que entra por una ventana (pared última a una distancia de 11 metros frente a las escaleras) que estaba a mitad de cubrir por varios palos de madera.

Mew prende la bombilla arriba de su cabeza al jalar de la pequeña cadena que esta tenía. Él tira de ella y el centro del sótano se ilumina en dorado.

Los gruñidos sobrenaturales sonaban más y más cerca. De repente bajaban y de repente subían. En un acercamiento por detrás del propietario de la casa. El propietario de la casa mira sobre su hombro con discordia a lo que sea que este sonando.

-A él no.- Mew regaña a la criatura. La criatura lo ve en su campo de visión. Parpadea lentamente con los sonidos de un animal. La criatura, lo que sea que sea, se aleja. Vuelve a la oscuridad detrás de las escaleras. Mientras retrocede, se puede ver un brazo grisáceo (pálido hasta la medula), todo flacucho haciendo fuerza contra el suelo para adentrar el cuerpo hacia la oscuridad. Una vez ingresa todo su cuerpo, ingresa su brazo aparentemente pálido y desnutrido.

Mew se le quedó observando hasta que la criatura no volvió a salir. Ahí, devolvió su mirada hacia el frente. Caminó hacia una jaula que tenía en el sótano. La jaula estaba podrida. Montones de pús por doquier. En color rojo. Colocada a una esquina de la oscuridad.

La abrió y metió a Gulf ahí. Este quedó sentado ahí con su cien derecha reposando contra unos barrotes. Mew se le quedo viendo al sujetar la puerta de la jaula. El chico dormía tranquilamente ahí. Mew se le quedo viendo.

-Por qué siento... Que te conozco. De alguna parte.- Mew murmura. Gulf sigue durmiendo ahí.

El pelinegro cierra la jaula. Sacando una llave de uno de sus bolsillos traseros, le coloca una cerradura a la jaula.

Él voltea, poniéndose en pie para caminar hasta la oscuridad tras las escaleras. Detiene sus pies justo frente al gran manto de oscuridad.

-No le hagas nada hasta que yo te lo tenga permitido.

Mew le dice. La criatura gruñe. Lo que sea que fuese esa cosa. Le estaba hablando.

-¿Qué? ¿Aparecertele? Ni loco. Te quedas en la oscuridad. Sólo lo tendré aquí para jugar con él. Sabes lo mucho que me gusta la tortura.- Mew sonríe paseando su lengua por su labio inferior. La criatura vuelve a gruñir y Mew se va.

🦢

En la mañana siguiente, Mew estaba en la habitación de un hospital. Rodeado de cuatro paredes blancas, cortinas de color queso en una ventana tras él y a su lado un viejo moribundo en camilla que respiraba de manera agitada, entubado. Con miedo a Mew. Mew está sentado a su lado con los pies trepados en la camilla del anciano, vistiendo un traje elegante negro y escribiendo en unos papeles con un bolígrafo.

-¿Cómo fue eso, abuelo? ¿Qué me darás a mí y a mi hermana todo tu dinero? Qué lindo abuelo.

Mew habla por él con una sonrisa sarcástica anotando el Acto de Última Voluntad de su abuelo. Su abuelo niega con la cabeza repetidas veces tratando de presionar el botón rojo del pequeño control remoto blanco que tenía a su lado (la derecha). Ese botón servía para llamar a las enfermeras, pero no estaba funcionando.

-Todo listo.- Mew dice al finalizar de anotar la Herencia. Él cierra la punta del bolígrafo en una sacudida de hombros para mirar a su abuelo con una sonrisa de labios atrevida moviendo sus pies rítmicamente a la izquierda sin separar estos. Deja los papeles sobre su propio regazo.

El hombre moribundo en aquella camilla lo está mirando con mucho miedo.

Mew decide bajar sus pies al suelo, toma los papeles en una mano, y camina hacia el anciano para inclinarse frente a su rostro.

-Abuelo, yo te ame mucho incluso si tú no.- Mew le dice al oído. -Me dabas comida incluso si te quedabas con hambre, Dios, incluso me dejabas poner lo que yo quisiera en la televisión a pesar de que teníamos diferentes gustos.- Mew dice bufando una risa. El abuelo suplica con la mirada el por qué de la crueldad de su nieto.

-Pero, verás, abuelo... Un día vi que te aprovechabas de mi prima.- Mew apuñala su cuello con la punta del bolígrafo. El viejo abre los ojos tan grande como puede. Su cabeza se echa para el frente y todo en él comienza a temblar. -La llevabas a ocultas a tu cuarto, oh sí, así que esta herencia... Se la daré toda a ella. Sólo te hice creer que iría para mí porque quería llegar hasta este momento.

Mew sonríe realmente disfrutando sujetar ese bolígrafo hacia abajo contra el viejo que tiembla bajo su dominación. Mew espera con esa misma sonrisa, viendo al techo, a que deje de temblar. Cuando el viejo deja de temblar es que Mew brinca sus cejas, viéndolo abajo. Su cuerpo esta como una estatua.

-Buenas noches, abuelo.- Mew le desea aunque obviamente es de mañana. Él quita el bolígrafo de ahí de un tirón por lo que una línea de sangre salpica a la pared tras la cabeza de la camilla. Él guarda el bolígrafo en uno de los bolsillos de su elegante chaqueta. Rodea la camilla para irse todo triunfante a la puerta de la habitación de hospital. En los papeles, con un poco de atención se puede ver que Mew realmente escribió un nombre femenino en la herencia. Poco después que él se retira se puede también notar que el control remoto con el botón de llamadas emergentes tiene su cable de enchufe cortado. Mew al parecer lo había cortado.

Gulf despierta. Él abre los ojos y parpadea lentamente. Se trata de estrechar los brazos arriba de su cabeza. Pero sus manos dan con los barrotes superiores de la jaula. Extrañado, se agarra a los barrotes arriba de su cabeza.

-¿Qué...?- Él murmura ahora mirando a su alrededor. Estaba en una jaula. En un sótano. -¿Dónde estoy? ¡Mew! ¡Mew! ¿Seguiré estando en la casa de él?- Gulf murmura lo último ahora con miedo mirando a su alrededor. Trata de sacudir los barrotes a sus lados, pero eso no funciona.

Se mueve hacia la puerta de la jaula para ver si esta se abre con unas cuantas sacudidas. No abre. Ya que la luz entra un poco por las tablas de madera, el sótano de ilumina en dorado.

Se escucha abrirse la puerta del sótano. Gulf mira y Mew está bajando las escaleras todo vestido en su traje elegante con el que estaba en el hospital. Sus manos dentro de sus bolsillos.

-¿Mew?- Gulf pregunta. -¿Has venido a sacarme? ¿Sigo en tu casa?

-Oh por Dios,- Mew rueda sus ojos cubriéndose ahora sus oídos mientras cierra sus ojos con presión. Gulf deja su mirada esperanzada de a poco. Va frunciendo el ceño. -deberías ocupar tu boca con algo... Sería preferible o me volare los cesos.

Mew le dice antes de formar una pistola con sus dedos, adentrar su mano a su boca y pretender un disparo. Echa su cabeza para atrás exactamente como uno. Con la boca abierta en grande. Deja de hacerlo para mirar al piel dorada con risas.

-Pero, tú eras una buena persona...

-Jamás lo fui. Eso lo ideaste tú.- Mew le dice ahora caminando a la jaula. Gulf lo mira con mucha molestia. Mew se pone de cuclillas frente a él con una sonrisa mezquina.

-Amo la mirada de las personas al descubrir que lo que idolatraban era en realidad su peor pesadilla.- Mew dice.

-Eres un idiota.

-¿Ese es tu mejor insulto?

-Hijo de perra.

-Lo dice el que está en una jaula.- Mew adentra un brazo entre los barrotes de la jaula para jalar a Gulf hacia él. Gulf lo mira mal golpeando su brazo para que lo suelte. -Creo que... Tú eres mi perra.

Mew le dice en una sonrisa antes de jalarlo demasiado para el frente. El rostro del piel dorada queda expuesto entre dos barrotes. En cámara lenta, Mew acerca su rostro hacia el de él y conecta los labios de ambos... En un beso. Los ojos de Gulf denotan la sorpresa en ellos, al estos quedarse abiertos. Mew los tiene cerrados. El pelinegro se agarra a un barrote más arriba de sus cabezas para apasionar el beso aunque Gulf no este contestando ningún beso. Gulf permanece con su rostro de disgusto mientras que el psicópata ladea su cabeza a la izquierda. Lame sus labios en frotes circulares húmedos para que los labios del contrario (quién los mantenía sellados) se abran un poco. Mew aprovecho para depositar otro suave beso y, al retroceder su cabeza, lo miró a los ojos.

«Ya le he dicho esto a todas mis víctimas, pero... Espero él sea diferente.» Mew piensa.

-¿Serías mío por siempre?

Pregunta el psicópata.

*N/A: Creo que la respuesta de Gulf es obvia debido a su reacción and like, ajá está en una jaula JJAJAJAJA. Espero les haya gustado, ¿teorías sobre la criatura? Pq yo no diré nadita aún. Mew de psicópata siendo hot... 🥵 Hay muchos misterios aquí: la criatura, pasado de Gulf y aún nos falta una explicación de por qué Mew es psicótico o más bien, porque tiene esa personalidad. Si algo me gusta es darle personalidad y desarrollo a los personajes. Y ¿Qué sucedió con las víctimas? Todo eso se verá con el paso de los caps. Buen día a todos y todas, gracias por leer. Ya tuvimos primer beso aunque pos, Gulf no lo quería pero buenooo🙈😘💖*

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