'14'

Al día siguiente, se dieron el aventón de ir en bicicleta por el parque en el que hacían sus carreras. Con la única diferencia de que Mew no andaba en otra bicicleta. Sino detrás de Gulf quién aumentaba la velocidad en los pedales. Yendo rápido con una sonrisa enorme ante los aullidos de Mew. Le había atacado un síndrome de lobo al parecer. Eso hacía reír a Gulf.

-Deja de gritar. Pareces un lobo.- Gulf le dice entre risas.

-Aulló por ti, Winnie-Poo.

Mew le dice. Abrazándolo de la cintura aún más. Acostando su mentón en el hombro derecho de su moreno para mirarlo aunque este alce sus cejitas en un tierno sonrojo dónde hace una pequeña sonrisa de labios como un puchero.

-No aulles, ya me tienes.- Gulf le dice volteando su rostro un chinchín por lo que quedan con poco espacio de distancia entre ellos. No se besan pero se sonríen en grande, antes de que Gulf vuelva a prestarle atención al camino frente a él y Mew no haga más que reposar todo el lado de su cabeza sobre su hombro para mirar el césped que pasan a una velocidad tranquila. De hecho, hoy, un miércoles cualquiera a Mew le tocaba ver a su psicólogo así que después del parque Gulf lo dejaría allí.

🦢

Salieron del parque para detenerse frente al edificio del psicólogo que el doctor le recomendó a Mew. Gulf detiene su bicicleta frente a las puertas viendo el enorme edificio grisáceo de muchas ventanas que reflejan el azul del cielo.

-Es aquí.- Gulf dice. Mew se baja de la bicicleta para mirar a su esposo todo disgustado.

-No quiero ir.

-Lo sé. Yo tampoco quiero, pero es para verificar que no hayas sufrido daños mentales con esas dos caídas.

Gulf le dice, acariciándole un cachete con una mano.

-Por cierto, no seas malo con él.- Advierte el moreno.

-Eso depende de cómo él me trate.

-Mew. Sabes a lo que me refiero.

-Ser educado y tener moral.- Ambos repiten en unísono como si ya lo hubiesen practicado horas antes. Mew con un rostro aborrecido e un tono de voz igual. Al finalizar, Gulf lo mira más que feliz con una sonrisa de labios. Todo cariñoso.

-A pesar de que lo practicamos esta mañana no lo olvidaste.- Gulf dice en su sonrisa.

Mew le da un beso casto. -¿Qué harás ahora?

-A buscar un trabajo nuevo. Después de todo el tiempo que pasó no creo que me permitan volver al mío como cajero.

-Te van a contratar. No pueden resistir a tu encanto, Winnie-Poo.- Mew le dice.

-¡Ánimo!

Ambos se desean a la vez. Moviendo sus puños cerrados como patas de gatito a los lados de su cabeza con sonrisas. Volvieron a reír después de ese gesto.

-Te irá bien con el psicólogo. Ya verás.- Gulf le da un beso indirecto al plasmar el gesto de corazón que hizo con su pulgar y su dedo anular contra los labios de su esposo pelinegro. Su esposo pelinegro abrió un poco sus dedos. Pero vio en cámara lenta cómo Gulf retrocedía su mano y cómo el anillo de casados brillaba en el dedo anular.

Lo miró con mucho cariño porque, a pesar de que Mew no sería cómo el de antes, Gulf lo amaba sin igual. El hecho de saber eso le mandó miles de escalofríos por su espina donzal.

«Mi esposo es hermoso... ¿Por qué ha de amar a una persona tan retorcida cómo yo? Él merece a alguien mejor. No creo que me merezca... Pero quiero ser esa persona.»

Mew piensa con algo de tristeza cerrando sus manos en puños muy fuertes. Aún así con todo y tristeza, crea una sonrisa triste por el gesto amoroso de su esposo.

-Tú sólo ten cuidado mientras vas en bici,- Mew cariñosamente le dice mientras le ajusta la chaqueta de acuerdo a los hombros del moreno. Aplaza sus manos en sus hombros inclusive para que la chaqueta de cuadros amarilla luzca bien acomodada. -y yo estaré bien.

Gulf sonríe.

-Entonces me voy.- Gulf le dice con una sonrisa.

-Adiós.

-Adiós.- Gulf abre y cierra sus manos a los lados de su cabeza con una sonrisa toda tierna antes de agarrarse a los manillares y emprender su viaje.

El pelinegro se le queda viendo con una triste sonrisa de labios que no tardó en cambiar al dirigir su mirada al edificio.

-Veamos quién acaba siendo el psicólogo...- Él murmura con una sonrisa maligna.

-Será él... O yo.- Mew juega, ladeando su cabeza a los lados antes de pasar su lengua por entre sus labios para humedecerlos.

Sube los cuatro escalones antes de las puertas para abrir estas. Vistiendo una camisa blanca bajo una chaqueta negra algo formal, pantalones formales y zapatos con la misma formalidad.

Va a hacia el registrador. Un chico atiende ahí con lentes. Se ve muy refinado él.

-Buenas tardes, tengo una cita para hoy.- Mew le habla con un brazo reposado en la caja registradora. El chico lo ve y alza una ceja. Quedándose sin habla por la belleza de Mew. -Oh. ¿Nombre?- El chico habla con timidez viéndolo a la cara.

-Mew Suppasit Lewiski.- Mew dice con mucho orgullo.

-Es cierto. Tiene una cita. Pase por el pasillo a su lado.- El chico indica el pasillo a su mano izquierda con una sonrisa. Él vestía una polo blanca. Con su etiqueta ID como colgante. Una sonrisa de oreja a oreja.

-Gracias.- Mew le dice con indiferencia en una leve sonrisa antes de pavonearse por el pasillo. Las paredes son blancas hasta que cambian en el pasillo a por un papel tapiz dorado de franjas marrones.

Gira a la izquierda en otro pasillo hasta llegar a la puerta del psicólogo. Él toca.

-Pase.- El psicólogo va diciendo mientras abre la puerta. Mew sonríe al ver que es un hombre mayor pero que se ve muy bien. -Así que, doble golpe a la cabeza, ¿eh?

-Voy diciendo desde ya: No estoy loco.- Mew dice con una sonrisa de labios.

-Tranquilo. Me das la impresión de que estás bastante cuerdo.

-No. Sólo soy insano.- Mew le da un puño en el rostro y el psicólogo cae en su espalda. El pelinegro se adentra a la habitación. Cerrando la puerta con seguro detrás de él. Sin quitarle la mirada al psicólogo.

-¿Qué haces?- El psicólogo pregunta completamente alarmado. Yéndose a cubrir la nariz. Que ya le sangra.

Mew se va quitando la chaqueta. Dejándola deslizar por sus brazos para jalar cada manga con una mano en orden de que ambos brazos sean liberados. Tira la chaqueta con un suspiro.

-Tengo un hermoso esposo.- Mew va contando. -Lo amo con mi vida.- Él se quita la camisa para tirarla a un lado. Mostrando sus abdominales perfectos. Ese pecho fornido. Esos brazos trabajados. Hombros anchos cuales destensa al moverlos hacia arriba. Se va abriendo los pantalones. -Pero tengo un incontrolable requisito. Es como una droga.- Él bufa una risa.

-Y no sé si es porque lleve años haciéndolo o si es porque realmente me gusta... Pero me gusta el color de la sangre.

Él sale de sus pantalones. Tirándolos a un lado. Queda en boxers blancos.

-Pero pronto veré a mi esposo así que no puedo manchar mi ropa.- Mew dice entre carcajadas psicópatas.

Él incluso se quita los boxers. Bajandolos para sacar una pierna después de la otra y mira al psicólogo con seriedad. Sus labios entreabiertos. Su mentón alzado.

-Estás fuera de tu cabeza... ¡AYUDA!- El psicólogo grita pero Mew camina rápido hacia él para sentarse en su regazo y meterle el bóxer en la boca. Acalla sus sonidos.

-¿Cuál es mi prescripción, psicólogo?- Mew sonríe con locura cubriéndole la boca y la nariz con una sola mano mientras que el psicólogo se retuerce en el suelo. Alzando y bajando sus rodillas tras los glúteos de Mew. Rasguña los brazos de Mew.

-Ugh. No me crees marcas innecesarias.- Mew le dice con un puchero, dándole la vuelta para sostener su cabeza contra el suelo con ambas manos. El psicólogo trata de gritar. Sus ojos en rojo. Mew ríe viéndolo sufrir. -Tranquilo. No te mataré tan rápido. Me gusta divertirme.

Mew le cuenta con una sonrisa. Ejerciendo fuerzas.

🦢

Gulf estaba en una tienda de teléfonos. Quería comprarle uno a Mew porque lo dejó sin teléfono la vez que quisieron huir de la bestia.

Así que miraba todos los teléfonos de una pila con asombro. No sabía cuál escoger.

-Do, re, mi, fa, so.- Gulf trata de contar apuntando a los teléfonos con su dedo acusador y en "so" termina en un Samsung a su izquierda. Él sonríe y va hacia el teléfono para alzarlo a su vista. Es negro. Bastante ancho. Grande pero no enorme. Perfecto.

Él se da la media vuelta para llamar a una empleada que anda cerca.

-Disculpe. Este, por favor. Gracias.

La chica asiente y se lleva el teléfono para encargarlo. Gulf la va a seguir de no ser porque a su izquierda hay un estante de llaveros para el teléfono.

Van en conjunto: uno dorado y uno plateado. Son bolas con líneas vectoreanas cerradas por una línea de metal (así como es la bola) en el medio. En sus cadenas que se conectan al sujetador, hay una campana pequeña.

Gulf las mira con una sonrisa. Intrigado. Se agacha con sus manos en sus muslos para una mejor vista.

-Son muy famosas entre las parejas.- Un empleado le dice, parándose a su lado.

-¿En serio?- Gulf pregunta con emoción y al mirar al empleado, se sorprende. Es el portero. -¡Oh! Sr. Shisik, ¿tiene doble empleo?

-¡Gulf!- Se sorprende el chico con una sonrisa. Su uniforme es el chaleco azul que visten bajo una polo gris. -Sí. Hago doble empleo.- Él cuenta.

Gulf asiente la cabeza con una sonrisa de labios.

-¿Le va bien?

-Se sobrevive.- Comenta el portero con sus labios sellados en una fina línea amigable antes de reír. Ambos ríen. -¿Vas a llevarte esos? Son un lindo detalle.

-Pues sí. Me gustan.- Gulf dice. Viendo las bolitas con el ceño fruncido en su sonrisa al mirarlas sobre su hombro.

-Mírate. Eres un buen esposo. Oye, ¿y ya tienes trabajo?

-No. De hecho,- Gulf guarda sus manos en sus bolsillos traseros. -Después de aquí iré a buscar.

-Ah. De seguro conseguirás. Eres muy buena persona.- El reportero le da palmadas en uno de sus brazos. -Bueno. ¿Te veo por aquí?

-Te veo.- Gulf le dice con una sonrisa antes de que él se retire. El moreno elimina su gran sonrisa tímida a una de labios. Volteando hacia los llaveros.

Los toma y va a la cajera con una mano dentro de sus bolsillos mientras sostiene los llaveros. Viéndolos con una sonrisa de labios.

Mientras tanto, el psicólogo tenía el rostro súper ensangrentado. Con un lado más hinchado que el otro. Estaba temblando. Sentado en el mueble de la oficina.

Mew se está masturbando en una esquina, de espaldas al psicólogo que lo mira con miedo. Con una mano contra la pared frente a él.

-Estás enfermo...- El psicólogo dice.

-No lo estoy haciendo porque me excites. No me excitarías en mil años, psicólogo. Sino que... La adrenalina.- Mew gime mientras que se sigue masturbando. Mirando la pared y creando leves "O" con su boca. Lo hace más rápido hasta que termina. -Oh. Me vine.- Él dice ahora mirando abajo a su miembro para tratar de regular su respiración.

-Espero no les importe limpiar la pared.- Él dice ahora dándose la vuelta para mirarlo con una sonrisa. -Descargo bastante.- Él se proclama entre risas psicóticas mientras va caminando hacia el psicólogo. Que tiembla.

-Dime.- Mew camina al escritorio para tomar unas laminas y se siente en el mueble de enfrente. Al lado del psicólogo. -¿Qué ves aquí?- Mew le muestra una lamina cubriéndose la mitad del rostro con esta. El psicólogo tiembla. Viendo la lamina. -Se supone que me mostrarías estas laminas, ¿no? ¿Qué ves aquí?

-Mariposa.- El psicólogo contesta.

-¿Mariposa? ¿Esto es una mariposa?- Mew juega ahora volteando la lamina hacia su rostro con una sonrisa. Él mira la lamina detalladamente. -Woah. Apuesto a que ni siquiera nadie lo sabe.- Mew deja de sonreír para mirarlo todo serio. Haciendo de la lamina un avión afilado. Él hace un corte con el papel en uno de los brazos del hombre con sólo la lamina.

-¡Ah!- El hombre se cubre la cortada con una mano antes de mirarlo con dolor.

Mew sólo lame el papel. Viéndolo con ojos serios. Que lucen sensuales.

-No sabes lo que quieres, ¿no es así?- El psicólogo dice.

Mew deja de lamer el papel para tirar el papel a un lado y ponerse de pie en una de sus piernas, la otra la engancha en el mueble, lo toma del mentón fuertemente.

-Eso me interesa. ¿Cómo lo supiste?

-Matas... Pero amas a alguien. ¿No? ¿Y no quieres hacerle daño a esa persona?

-Primero muerto antes que hacerle daño.

-Entonces. Estas ansías de matar... ¿Es por diversión? ¿Te estás divirtiendo ahora mismo?

Mew ríe. Y ríe. Como un loco totalmente fuera de su cabeza y se da dos bofetadas en el rostro antes de tirar su cabeza hacia atrás, rodando sus ojos en un suspiro. El psicólogo ve el miembro expuesto del contrario con asco. Ya que el miembro está frente a su cara.

Mew lo vuelve a mirar. Sin reírse.

-Me divierte que tengas todo el rostro lleno de sangre. ¿No es emocionante? Cuando sangras, ¿no te emocionas? ¿No te recuerda a que eres humano y debido a eso sangrás con las más estúpidas cosas?- Mew le dice. -Que si te desangras... ¿Puedes morir? ¿No es emocionante eso?

-Eres un psicópata. Te emociona la sangre. Pero a la vez, quieres estar con quién más amas. ¿No?

Mew tensa su rostro ahí. Él se le queda viendo.

-No sabes quién realmente eres. Tienes a dos dentro de ti: uno que quiere y ama ser una persona normal y otro que quiere matar por diversión. ¿Quién eres tú, Mew?

El pelinegro se le queda viendo. -Eso es lo que no sé. Soy un esposo, un hijo, pero... Recuerdo a alguien amable que solía ser yo en el pasado y también está el que despertó en un hospital sin idea de nada, que se volvió un asesino serial por obligación. Dime, ¿acaso vivimos sabiendo quiénes somos?- Mew pregunta. -Porque yo creo que nadie quiénes son... Sólo viven por sus tomas de decisiones y sus morales. ¿Tú sabes quién eres, psicólogo?

Mew pregunta. Esperanzado a por una mejor respuesta.

El psicólogo bufa una risa.

-Lo dices así y... En realidad nunca he sabido quién soy.

El psicólogo dice. Mew deja caer unas lágrimas inconscientes. Él suspira. Mirando al techo.

🦢

Gulf vuelve hacia el edificio llevando su bicicleta. Con unas gafas de sol que se tuvo que comprar porque el sol ardía. Estaba emocionado cargando la bolsa del teléfono y los llaveros en una muñeca. Teniendo mucho genialidad.

-¿Ya habrá salido?- Gulf murmura estando frente a los escalones.

Cuando de repente un cuerpo cae frente a él. Estallando toda su sangre en el rostro de Gulf quién pega un brinco en su sitio. Dejando caer la bici. Sus lentes negros con salpicadas de sangre.

Tarda un segundo en dignarse a mirar abajo y ve ahí al psicólogo. Con mucha sangre estallada bajo su cabeza. Gulf respinga, cubriéndose la boca con ambas manos ensangrentadas y alza la mirada para ver a la ventana.

Mew estaba asomado por la ventana con una sonrisa, pero al ver a Gulf, deja de sonreír. Gulf se le queda viendo. En shock.

-¡¿ES EN SERIO?!- Gulf le grita desde su lugar extendiendo sus brazos hacia los lados de su cuerpo.

*N/A: La canción me encanta. Espero les haya gustado. El libro ya está llegando a su final o a sus capítulos finales😍 ¿Les gustaron los llaveros? ¿Me pregunto porque Mew se vio tan hot en mi mente desnudito siendo psicópata? Jajajaja estoy loca, bai

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