【𝟏𝟎 】
Mientras tanto, Mew finalmente se dio un merecido baño. Luego del baño, fue a una de las habitaciones de huéspedes que Saint les proporciono. Ahí estaba Gulf acostado temblando. Estaba durmiendo, pero nada bueno parecía estar reproduciendose en su cabeza. Sino alguna cosa perturbadora que lo hacía encogerse de hombros y jadear. Agarraba y soltaba la sabana con la que se había arropado. Movía su cabeza de lado a lado.
—No...— Mucitaba con una voz tan frágil para nada parecida a su personalidad lunática. —No me dejen...
—Gulf. Oye.
—No me dejen...
—Gulf.
Mew llama por segunda vez. Esta vez avanzando sus pasos hacia la cama ajena. Se sienta en esta para mirar bien a su compañero lunático que estaba pasándola muy mal en este momento. Lo peor era que estaba tan sumido en el caos lúcido de su cabeza que no podía ser capaz de abrir sus ojos. No podía salir de su cabeza.
—Oye, despierta.
Advierte Mew sacudiendo una de las manos del moreno. Pero este solo se aferra a su mano en un puñado. —No me dejen... No se vayan. ¡No...!
Gulf finalmente despierta. Sentándose con la respiración agitada. Y queda justamente cerca del rostro de Mew. Ambos súper cerca. El moreno con la respiración entrecortada por la recién pesadilla o tortura de su cabeza. Su boca entreabierta exhalando algo de aire involuntariamente con unos ojos perturbados. El pelinegro se le quedo mirando.
—... Eres tú, Mew...— La voz del moreno suena afligida. Inclusive temblorosa en las últimas pronunciaciones.
—¿Estás bien?
—Te estaría mintiendo si dijera que sí ¿no lo crees?
—Buena lógica.
Ambos bufan risas en bajo. Desviando sus miradas pero sin alejarse.
—Puedo preguntar qué te estaba sucediendo o sería demasiado pronto.
—Nos acostamos una vez y ya quieres indagar ¿eh?
—Basta. Al menos pregunte.
—Qué caballeroso.
Ambos jugaban con sonrisas amigables antes de volver a reír por una variación de segundos antes de que el moreno haga de su boca una expresión cuadrada tomando el valor de decirle a su compañero. Tal toma de valor se podía denotar en cómo alzaba un poco sus hombros antes de destensarlos.
—En realidad... Soñé con mi familia. Cuando se fueron y yo... Vi la nave partir con ellos. Fue desgarrador incluso para un loco como yo ¿sabes? A fin de cuentas: este mundo no valió la pena. Siento que envíe a mi familia a morir...
—Gulf.
—Y ya recuerdo cómo asesiné a la pareja millonaria. No quería recordarlo, pero fue... Una masacre. Primero aparecí con armas.— Gulf alza una mano expresada como una pistola apuntado a la frente de Mew. —Bang, bang.— Él suavemente dice sin que el pelinegro opine y solamente observe. —Para matar a sus guardaespaldas.
FRAGMENTOS FLASHBACK:
Gulf estaba en un estacionamiento algo oscuro vistiendo una chaqueta mahón con pantalones de mahón, camisa de franjas rojas y amarillas con tenis blancas. Él disparaba las cabezas de aquellos guardaespaldas que iban corriendo hacia él. La sangre volaba mientras que la pareja gritaba agachándose contra una de las puertas cerradas del auto.
Las balas se agotaron cuando de guardaespaldas no quedaba ni uno de pie. Así que Gulf giró las pistolas en sus dedos índices para sujetarlas de los pomos y acercarse lentamente a la pareja.
CESA EL FRAGMENTO.
—Pero el viejo me apuntó a mí.— Gulf se apunta a su propio pecho. Su mentón temblando con una mueca de labios enfurecida. —Bang.— Él comunica ahora con un poco de histeria en su voz. Una histeria enojada.
FRAGMENTO FLASHBACK:
El viejo agachado contra la puerta de los asientos pasajeros y con su esposa frente a él, sacó una pequeña pistola de uno de sus bolsillos.
—SÁCALA. SU VIDA NO VALE NADA. LA NUESTRA SÍ.— Grita la mujer.
—Es la primera vez que la uso, mujer.
El hombre comunica todo desesperado por salvar sus vidas. Sujetando el arma firmemente frente a él con ambas manos. Él tira del gatillo y Gulf agranda los ojos.
La bala disparada va rotando en su propio eje mientras recorre su dirección hacia el pecho del contrario. El contrario se prende en fuego instaneamente. El brote del inesperado aire ardiente que emana de su cuerpo hace que la bala retroceda y vaya con la misma velocidad hacia dónde vino.
Retrocede contra el viento contrario y llega a la frente de la mujer. Creando un sangriento hueco para dejar a la mujer con unos ojos pérdisos, una boca abierta que jamás volverá a cerrarse por voluntad propia, y un cuerpo sin vida.
El hombre grita el nombre de su esposa mirándola dificultadamente debido a la gran luz del fuego emanado. Para cuando gira su rostro a mirar al moreno, este ya no esta en su sitio.
Mira al lado.
Para el otro lado.
El estacionamiento parece vacío.
Parece ir aliviando su miedo. Poco a poco cesando aunque con respiraciones agitadas e ojos saltones.
Cuando de repente Gulf estaba encima del auto de cuclillas y toma el cuello del hombre. El hombre se retuerce. Mueve un pie de adelante a atrás en el liso suelo. Mientras que el moreno lo alza del suelo con una fuerza increíble.
—Espero veas cómo tu vida vale lo mismo que la mía incluso al morir. Porque al morir todos somos iguales.— Gulf le comunica antes de aplastar su traquea con solo una mano. El hombre emite un jadeo de asfixia antes del crujido acompañado de un sinfónico vomito de sangre.
Gulf toma los pasajes de su bolsillo con su otra mano, y deja al hombre volver a caer sentado. Mira los pasajes con mucho anhelo antes de encender en llamas el auto con todo el fuego que su propio cuerpo emana. Él ni se inmuta de lo anonado que está al mirar esos pasajes.
Todo el fuego a su alrededor va quemando los cuerpos de la pareja millonaria. Mayormente sus rostros. Desintegrandolos.
CESE DEL FRAGMENTO.
—Luego recuerdo haberme despertado en una calle oculta. Desnudo. Pero con los pasajes abrazados a mí. Pensé que tal vez me había embriagado, pero de alguna manera sí tenía en claro que mate a la pareja.
Cuenta Gulf. El pelinegro se le queda viendo.
—Eso ya pasó. Lo importante ahora es que no mates a nadie más. Humano al menos.— Dice el pelinegro colocando una mano en uno de los hombros del moreno. El moreno sonríe con sus labios. Alegre de tener su compañía. Era reconfortante lo calmado que el pelinegro era incluso después de todo lo que ha experimentado con el moreno. —No te justifico claramente. Pero tampoco te voy a tener odio solo por eso.
—¿Crees que soy una mala persona?
—La verdad: creo que solamente eres un bobo amable con psicopatía interna y unos grados de locura muy desenfinados con una profunda tristeza.
—¿Eso fue un "no"?
Mew ríe mientras que el otro lo sigue mirando confundido. —No eres una mala persona, Gulf. Encontraremos a tu familia. Ya lo verás.
—Si estás haciendo una promesa que no puedes cumplir entonces será mejor que la deshagas ahora, compadre, podrías terminar sufriendo.— Amenaza el moreno a través de una burla con una sonrisa de labios.
—Te lo prometo porque te ayudaré lo más que pueda en que las consigamos.— Dice el guardia antes de subirse a la cama enteramente y gatear hacia el lado vacío de la cama.
—¿Qué haces?— Pregunta Gulf.
—Te parece que puedas dormir mejor aquí ahora que estaré contigo ¿ah, gatito llorón?
—"Gatito llorón". Lo tomaré como un cumplido. Los gatos son lindos.
Ambos acuestan sus espaldas en el colchón de la cama mirando perdidamente el techo con suspiritos. El fenino trepa una pierna a las piernas del pelinegro y este inmediatamente se la quita de encima.
—Eres de los que trepa el pie.
—¿Algún problema con eso?
—A nadie le guste que le trepen el pie.
—A nadie soltero.
—Huh, ¿me estás diciendo soltero?
—Es lo que eres ahora mismo.
Gulf le réplica volteando enteramente hacia él con una bonita sonrisa. Parte de su rostro costada en una almohada con una mano que levanta un poco esa almohada. Sus ojos son tan bonitos, pero tan sensuales a la vez. Lucen como el más suave de los coqueteos. Tanto que hacen que el pelinegro pierda las palabras y lo mire con deseos por cuestión de segundos.
—Pues sí. Es lo que soy.— Él cede a las palabras del moreno.
Ambos permanecen viéndose. Gulf sonríe bonito antes de acurrucar su rostro en el pecho del pelinegro. El pelinegro se exalta al no esperarse eso.
—Tu pecho es mejor que cualquier almohada.— Murmura bajito el moreno con los ojos cerrados. El pelinegro se sonroja.
—Aceptaré el cumplido.
—Huh, engreído.
Gulf le vuelve a trepar la pierna sobre las del pelinegro mientras que el pelinegro sonríe con sus labios.
—Mira quién lo dice.— Réplica como último el guardia antes de escuchar unos rápidos ronquidos de parte del moreno. Roncaba fuerte. Como una sierra. Pero el guardia solo suspiro agotado y cerró sus ojos para finalmente dormir.
⋅•⋅⊰∙∘☽༓☾∘∙⊱⋅•⋅
Saint y Zee estaban dentro de una bonita tenda de acampar blanca llena de magnolias. Ambos estaban sentados ahí adentro. El de los cuernos veía con total adoración el mecanismo de un movimiento de tren sobre unas vías hechas por Saint.
Tales vías alzaban cartoncitos de personas dibujadas felices de querer abordar el tren. Cada que el tren pasaba de los cartoncitos, estos volvían a bajarse con un mecanismo vocal que producía un «¡gracias!» en un tono de ardillita.
Zee ríe.
—No se lo había enseñado a nadie...— Dice Saint algo avergonzado de mostrar su infantil proyecto. Abrazándose de sus rodillas con una bata de seda blanca. Le prestó una a Zee negra.
—¿Por qué no? Es muy genial. A los niños les gustaría.— Dice Zee admirando el proyecto. El tren se detiene frente al cartoncito de un niño que parece deprimido. Y el cartoncito del niño no baja ni dice «gracias» solamente se queda parado ahí dibujado con una vestimenta de tonos grises y negros.
—¿Por qué el niño no aborda el tren?— Pregunta Zee.
Saint tensa su rostro. Sus ojos cristalizados. Quiere llorar.
FRAGMENTOS FLASHBACK:
En unas vías verdaderas de tren en un desolado lugar de poco césped, se encontraba un pequeño Saint de chaqueta grisácea, camisa blanca, cortos negros, atado con sogas a las vías del tren.
Él se retorcía. Queriendo salirse.
Y miraba a su izquierda con lágrimas para gritar hacia su madre. Su madre era una asiática rubia vestida con un traje de bodas porque se acabó de casar con un cuarto hombre. Uno muy millonario. Ambos ella y el padrasto de Saint estaban parados ahí. Mirándolo con risas macabras. Tomados de la mano.
—¡MAMÁ!
Gritaba el pequeño Saint.
Escucharon el famoso grito de los trenes. Anunciando su camino. Saint miró abajo, más allá de sus zapatos, y el tren ya venía. Venía a quitarle la vida con gracia.
CESE DEL FRAGMENTO.
—Porque aunque fui un genio perfecto desde niño, mi madre quiso aprovecharse de los logros... Los premios que había ganado... Todo mi triunfo, mis proyectos, ella los iba a vender al matarme en unas vías de tren. Se casó con un hombre millonario y yo ya no era su pequeño hombrecito. Era inútil.
Dice Saint con una sonrisa de labios al voltear su rostro hacia el de los cuernos. El de los cuernos lo está mirando con los ojos cristalizados.
—Ya pasó, de todas formas.
—Dijiste que lo mío era cruel... Lo tuyo también lo es.
—Supongo.
—¿Quién te salvo?
—Mi padre biológico. Él estaba demasiado roto: no quería dejar ir a mi mamá incluso después de ella casarse con dos más. Pero bueno, el hecho de que él la siguió también me salvó la vida ¿no?
—Sí...
—Oye, no estés triste por eso--— Saint le va alzando el mentón con sus dedos.
—Es que fue muy cruel.
—... Sí, lo fue.
Ambos permanecen viéndose. —Quiero distraerte de esa tristeza que jamás abandonará tu corazón.
—Los rotos se entienden ¿no es así?
Saint pregunta suavemente en una sonrisa. Zee se inclina a besarlo. El beso es primero suave. Lento.
Poco a poco van aumentando la manera en que mueven sus labios a por otros besos. Poco a poco más y más. Hasta que Saint lo toma de las mejillas para adentrar su lengua. Zee jadea ante eso, pero entra su lengua tambien en la boca del humano durante un sexto beso. Saint abriéndole la camisa botón a botón hasta dejarla abierta.
Se dejan de besar para mirarse con anhelo. Zee lo acuesta en el suelo para trepar su cuerpo.
—¿Sabes cómo hacerlo?— Pregunta con la respiración agitada el de abajo. Sus manos a los lados de su cabeza.
—Lo leí en los libros,— Zee toma una de las manos de Saint para llevarla al gran bulto despierto que tenía bajo sus abdominales. Hace que el humano agarre ahí. —si no, espero que no tengas problemas en enseñarme.
Dice el de los cuernos sensualmente con una voz rasposa. El humano se le queda viendo totalmente sonrojado. Pero sonríe aceptando los términos del de los cuernos.
Zee agarra los bordes del pantalón contrario para bajarlos (junto a los boxers) por esas piernas sedosas bajo él. Más sedosa que la textura de la pijama. Las desliza fuera de sus pies y las tira a un lado.
Se acomoda entre las piernas del humano antes de bajarse los pantalones. Exponiendo sus glúteos.
El humano se agarra de sus hombros, cuando el de los cuernos entra sordidamente en él. Haciéndolo cerrar sus ojos con un gruñido interno. Apretando los dedos de sus pies.
—¿Estás bien?— Pregunta Zee al verlo reaccionar de esa manera.
—Sí. Es que...— Saint se cubre la boca con una mano antes de destaparla. —Duele al principio. Pero puedes continuar. Y no seas suave conmigo solo por eso.
Dice Saint abriendo sus ojos. Zee se le queda viendo antes de besarlo. Se besan con el anhelo de la luna y el sol. Una y otra vez, con embestidas de por medio. Hasta que las embestidas aumentan de velocidad y agresividad.
Por lo que Saint se encuentra incapaz de seguir los besos y se ve obligado a gemir en alto con sus rostros aún cerca. Zee gime al unísono con él.
Y cuando Saint azota con una mano a su lado, él hace que el tren se salga de las vías ficticias y quede acostado aparte. No le presta ni atención de lo tan sumido que está en el placer.
Zee le desprende los botones de la camisa con ambas manos. Para besarle las clavículas y el cuello. El humano gime con sus ojos cerrados mientras que el de los cuernos le rondea los labios con un pulgar y Saint le pasa la lengua.
Él sigue gimiendo... Mientras que no parecían estar teniendo algo que fuese "solo sexo" si no que parecía que estuviesen "haciendo el amor" como una pareja real.
*N/A: Espero les haya gustado, fue un capítulo informativo y con nuestras parejitas (no sé pero me encantó el coqueteo que hice con el MewGulf). Nink también tiene un pasado pero a ella la dejaré para el siguiente. Ya esta historia esta llegando a su fin😭😭💖 Gracias por leer estas locuras conmigo, ¡lxs quiero!✨🧟♀️
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