𝗢𝟮-𝗚𝗲𝗻𝗶𝗼𝘀 𝗰𝗼𝗻 𝗲𝘀𝘁𝗶𝗹𝗼
1 semana después...
Martes 15 de abril.
Residencia Zimmermann.
06:55 a.m.
Los primeros rayos de sol comenzaron a entrar por su cuarto, iluminando su rostro en el camino; cuando la luz se posó en sus párpados Joey murmuró algo inaudible y se dio la vuelta para volver al mundo de los sueños mientras se cubría con su manta. Su sueño estaba volviendo cuando un sonido fuerte y estrepitoso sonó.
Si no se levantaba él por su cuenta, su alarma lo haría por él. Estaba a nada de descomponerla con sus poderes, pero recordó la regla de no poderes en la casa así que solo la apagó y se rodó en la cama, volviendo a su sueño cuando de repente sintió una presencia en la cama y acto seguidos unas lamidas lo sacaron de su ensoñación de golpe.
—¡Apolo! —El tono y volumen de su grito evidenciaban su irritación, pero aquel enojo fue pasajero. Después de todo, no podía durar mucho tiempo enojado con su compañero de 4 patas—. Buenos días amigo.
Con pesar se sentó sobre la cama, sus ojos permanecían cerrados por lo que se los frotó al mismo tiempo que dejaba ir un largo bostezo. No quería levantarse, el colchón, la manta, las almohadas... todo se sentía demasiado cómodo y más cálido de lo normal, pero tenía que moverse, no tenía roto el corazón para querer esconderse bajo la manta ni estaba lloviendo para quedarse el día entero arrullado.
Suspiró y se quitó la sabana de encima dejando que el aire fresco envolviera su cuerpo, bajó su pies de la cama buscando sus pantuflas, fue al baño a tomar un a ducha y al bajar de su cuarto estaba usando lo que él consideraba, era su uniforme: Unos jeans oscuros, converse blancas y una camiseta de mangas largas gris con el logotipo de los Laboratorios S.T.A.R.
Quizás ya no era un héroe pero al menos podía ayudar en la lucha contra los meta-humanos como técnico y creando artefactos con Cisco, además de tomar muestras y estudiarlos más a fondo con Caitlin y el Doctor Wells; era una forma de compensar su actitud, cuando dijo que quería dejar atrás su pasado lo decía en serio, y ahora que tenía la oportunidad para ayudar y empezar un proceso de redención no la desperdiciaría.
Llegó a la cocina con Apolo siguiéndolo al llegar al comedor y se encontró con una bandeja con tapa y una nota al lado. Con cuidado tomó el papel y lo desdobló, en cuanto reconoció la letra no pudo evitar sonreír.
"Joseph,
Hoy es un día muy importante tanto para ti, como para los que te amamos. Hoy, no solo estamos celebrando tu nacimiento, sino también el increíble y valeroso muchacho en el que te has convertido. A lo largo de los años has enfrentado muchos desafíos, algunos que ningún niño debería de enfrentar, y que, lejos de derribarte, solo te han hecho levantarte y querer enfrentarlos con fortaleza, valor y con la cabeza en alto.
Recuerdo el momento en que te cargué por primera vez, eras tan pequeño y frágil, y ahora eres todo un joven lleno de sueños, ilusiones y bondad, este año, pese aún no ha transcurrido más de 4 meses, has pasado por muchas cosas y todas las has superado con una valentía que a veces ni siquiera yo la tengo.
Quiero que sepas que, aunque el camino no sea fácil y las cosas puedan ponerse feas o difíciles, nunca dudes de cuánto te amo y cuánto estoy dispuesto a sacrificar por verlos felices a ti y a tu hermana, por que los 2 son mi universo completo. Sé que hoy deberíamos estarlo pasando juntos como familia, pero Jess tuvo que ir a su trabajo y yo estoy en semanas de exámenes y debo evaluar a mis alumnos.
En la mesa como ya habrás visto, hay una bandeja, dentro de ella encontrarás algunas cosas que esperamos tu hermana y yo, te gusten. No fue sencillo pensar en qué regalarte, pero hicimos lo mejor que pudimos. Espero que este día lo tengas lleno de risas y alegría con quienes te rodeen, te lo mereces.
Alles Gute zum Geburtstag, mein Sohn. Ich liebe dich.
Con todo mi amor, papá".
Cuando terminó de leer la nota sus ojos estaban levemente acuosos pero lejos de ser por tristeza, era por la alegría y la conmoción. No podía imaginarse el dolor por el que su padre y Jess debieron de haber pasado cuando se fue, y de solo imaginarlo, el pecho se le contraía y un dolor se hacía presente, y era jodidamente molesto. Revisó y el calendario y confirmó la fecha.
15 de abril de 2014.
Su cumpleaños número 21.
Una pequeña risa se escapó de su cavidad bucal junto a una sonrisa, adoraba cumplir años, significaba que había vivido un año más de vida junto a sus seres queridos, un año más para poder ver lo hermoso de un mundo lleno de porquería y peligros, un año más para poder alcanzar sus sueños.
Regresó su mirada a la mesa, más en específico a la bandeja y la destapó. Un plato con crepas rellenas de fresas y crema de avellanas estaban esperando a ser comidas. Aún tenía tiempo así que desayunó con calma, al momento de limpiarse con la servilleta vio como una segunda se deslizó por el delgado papel. Joey la vio y la recogió del suelo para desdoblarla.
"Bajo la mesa está tu verdadero regalo. Sé cuanto te gusta Taylor Swift".
No perdió el tiempo y se dobló en la silla para alcanzar una caja con los colores verde, amarillo, morado y rojo además de tener un listón de color celeste. Sin vacilar deshizo el lazo y rompió el papel para abrir la caja, y al hacerlo sus estuvieron a punto de salirse de sus cuencas.
No podía ser cierto.
—No puede ser...
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Laboratorios S.T.A.R.
08:21 a.m.
Cruzó la puerta del córtex y el sonido de un pequeño estallido se coló en sus oídos, por instinto se tapó sus orejas y cerró sus ojos pensando que algo pudo haber pasado, pero la realidad era otra. Con cuidado abrió los párpados y sus ojos recorrieron todo el lugar esperando encontrar algo en mal estado o cualquier otra cosa, pero no vio nada a excepción del equipo que lo miraba con unas sonrisas en labios. Bajó la vista notando inmediatamente los coloridos papeles que yacían en le suelo.
—¡Feliz cumpleaños!
—¿Qué rayos? —Dijo tratando de reponerse de la sorpresa.
—En nuestra defensa, Facebook nos lo notificó. —Dijo rápido Cisco levantando las manos y un tubo para lanzar confeti—. No tuvimos mucho tiempo para comprarte un gran pastel, así que tuvimos que improvisar con uno que vimos en la pastelería más cercana y encontramos este que en mi opinión, es el pastel más bonito que he visto en toda mi vida.
Caitlin mostró el postre que tenía en manos, era en esos momentos quien se veía más comprometida a acercarse al menor, de hecho, fue ella quien tuvo la idea de ir a comprar un pastel junto con Barry.
Joey miró con detenimiento el bizcocho; tenía la forma de un corazón, el merengue era de un color crema, voluminoso y con detalles. Como si fuera poco, tenía una leyenda escrita con letras de fondant que decía "Boys only want love if it's torture".
En conclusión, era un pastel muy lindo.
—Gracias chicos. —Sonrió amplio mostrándose completamente agradecido—. No importa si tuvieron o no tiempo, la intensión es lo que cuenta y en serio aprecio este hermoso gesto.
Con aquella sonrisa, un velocista se sintió motivado para hablar.
—Hay más. —Se apresuró en decir Barry con una sonrisa de emoción y nervios.
—¿Más? —Joey miró a la mesa del centro del córtex e inmediatamente frunció el ceño ligeramente confundido—. ¿Por qué hay tantas cajas? ¿Esperamos a más gente?
Frente a él habían alrededor de una docena de cajas de pizzas apiladas una sobre otras y algunas bebidas... varias en realidad. Cisco soltó una pequeña carcajada y decidió responder a esa pregunta.
—¿Eso? —Señaló la comida con una sonrisa—. Bueno, hay una muy buena explicación a eso y no es necesariamente por que nos guste la pizza... bueno en parte sí, pero hay más.
Joey arruga levente su nariz y su ceño a modo de formular algún pensamiento que le pueda dar respuestas claras y acertadas, comienza a recordar detalles que estuvo revisando hasta hace 2 días relacionados a la velocidad de Barry.
Velocidad, energía, alimentos.
Ahora todo tenía sentido.
Inconscientemente una sonrisa se dibujó en sus labios satisfecho de haber formulado una sólida especulación sobre el por qué de aquella cantidad de cajas, fue entonces cuando habló.
—Espera... ¿esto tiene que ver con el metabolismo acelerado de Barry, verdad? —Se atrevió a indagar—. Como velocista, quema energía a una mayor velocidad que una persona normal, lo que significa que necesita consumir una cantidad extraordinaria de calorías para mantener su energía. ¿Correcto?
—Es correcto. —Caitlin confirmó lo que el menor dijo—. El metabolismo acelerado en Barry es consecuencia de su velocidad por lo que necesita alimentarse en grandes cantidades si quiere conservar un suministro de energía.
—Asombroso. —Dijo en voz baja—. Bueno, ¿Qué estamos esperando? Empecemos antes de que se enfríe, o Barry se las acabe. Lo que pase primero.
El equipo asiente y se reúnen en la mesa para comenzar a comer del alimento de origen italiano. Después de varias rebanadas de pizza y bromas de Cisco, Barry se mostraba un tanto inquieto, él quemaba energía y calorías por sus poderes, pero saber como funcionaba un poder muy diferente al suyo le generaba curiosidad. Sin vacilar se acercó al menor para preguntar y resolver todas sus dudas.
—Oye, Joey, ahora que mencionaste lo del metabolismo... me pregunto, ¿tú también necesitas comer mucho por tus poderes, como yo? —Interrogó, la curiosidad envolviendo su voz—. Quiero decir, la tecnokinesis parece un poder que consume bastante energía, ¿no?
Joey se ríe suavemente y niega con la cabeza mientras toma otro bocado de su pizza con extra pepperoni, su favorita.
—No, no es lo mismo en mi caso. —Respondió tranquilo, pero preparándose para una buena explicación—. Mi poder no afecta mi metabolismo como lo hace contigo. De hecho, la tecnokinesis opera de una manera completamente diferente.
Barry deja de comer un momento y centra su atención en Joey quien se detiene un momento, sabiendo que el velocista querrá una explicación más detallada. Y él disfruta hablar de ciencia, así que se lo toma con calma antes de comenzar a hablar.
—Verás, mis habilidades no están ligadas a la necesidad de generar energía física extra para mantener el control sobre la tecnología. —Dice, con un atisbo de inteligencia—. No necesito aumentar mi consumo calórico, porque mis poderes no provienen de mi propio cuerpo directamente. Lo mío implica más una manipulación de los campos electromagnéticos y la transmisión de señales. Es como si estuviera interfiriendo con las ondas electrónicas y energéticas que ya existen en el ambiente.
Cisco, siempre fascinado por las explicaciones científicas, escucha con interés mientras mastica una rebanada de pizza. Aunque en realidad él ya conocía esa explicación le resultaba tan increíble y surrealista como la primera vez.
—Entonces, en lugar de quemar energía interna como yo, tú estás interactuando con las fuerzas externas.
—Exactamente. Mi cerebro, por decirlo de alguna manera, está "programado" para controlar dispositivos electrónicos, como si fuera un transmisor. —El menor sonríe pero sin mostrar su dentadura—. No es necesario que consuma energía adicional como lo haría alguien que emplea la fuerza física. En su lugar, estoy aprovechando los sistemas energéticos y de información a mi alrededor. Claro, puedo sufrir de cansancios mentales si uso mis poderes durante mucho tiempo, pero eso es más un agotamiento neurológico que físico.
Barry asiente en automático, parece impresionado por la claridad de la explicación. Y lo estaba, pero más allá de eso, la forma en como el chico se expresaba, la pasión en su voz y la complejidad de como detalló todo.
—Básicamente, su cerebro funciona como una supercomputadora que controla lo que está a su alrededor sin necesidad de gastar calorías extras. —Intervino el Doctor Wells al notar como Barry se quedó en blanco por un momento.
—Exactamente. Lo que significa que no tengo excusa para comerme todas estas pizzas como el señor aquí presente. —Dijo señalando a Barry.
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Esa misma noche...
Laboratorios S.T.A.R.
20:36 p.m.
Lo que comenzó como un día normal, lleno de alegría y risas, y se hizo más caótico al caer la noche; primero, apareció un meta-humano, que controlaba las emociones humanas mediante el contacto visual, segundo, Felicity Smoak estaba en los Laboratorio S.T.A.R. y tercero, ahora se encontraba en medio de una conversación con la rubia y Cisco sobre los componentes de un arma la cual por cierto, era un boomerang.
—En efecto, es carbono reforzado. —Dijo el latino después de un análisis completo.
—Es ligero, tomando en cuenta su densidad y que es un boomerang. —Dice Joey con observando el arma con detenimiento—. Sin embargo me gustaría desarmarlo para revisar que no tenga un micro radar en su interior. Los boomerangs siempre regresan al punto de donde son lanzados, pero de ser cierta mi sospecha de un radar podría ser un objeto teledirigido y perseguir un punto específico, sumando la velocidad a la que pueden girar.
—Buena observación, podríamos intentar desarmarlo y ver que no tenga algún explosivo.
Felicity observó a ambos chicos un tanto preocupada.
—¡Oh no no no! —Exclamó ella de inmediato—. Desarmar está bien, pero sin explosiones por favor. Bastante tuve con que mi blusa se quemara y quedara en sostén frente a ustedes.
Joey y Cisco se miran cómplices y sonríen, como si lo que Felicity les dijo no fuera más que un reto, uno que estaban dispuestos a tomar, verlos en esa postura era como si compartieran pensamientos y estuvieran formulando la misma idea en sus cabezas.
—Descuida, somos profesionales en lo que hacemos. —La tranquilizó el menor con una sonrisa ligera.
—Pero, ¿Qué pasaría si lo probáramos lanzándolo? —Le siguió Cisco con una sonrisa llena de travesura—. Solo para ver como se comporta en un espacio controlado.
—¡Espera! Cuando dices probarlo, ¿Te refieres aquí? ¿Dentro del laboratorio?
Antes de que ella pudiera detenerlos Cisco ya estaba preparándose para lanzar el boomerang alineando el brazo, a su lado está Joey animándolo para hacerlo.
—Solo una vez. —Su sonrisa no abandonó su rostro, sino que se hizo más grande—. Vamos, ¿Qué podría salir mal?
—Ese tipo de cosas no se preguntan. —Dijo ella.
Cisco no le presta mucha atención y lanza el boomerang con fuerza, todos se quedan en silencio mientras el objeto vuela a través de la sala del laboratorio, girando con una precisión que parece casi letal. El boomerang golpea una pared, rebotando y comienza a regresar hacia Ramón, quien lo observa con los ojos abiertos de emoción.
—¡Perfecto! —Exclamó Joey sonriente.
Su sonrisa se borra en el momento que ve el boomerang regresar, pero su trayectoria es un poco más errática de lo que esperaban.
—¡Oh, oh, no, no!
Cisco se agacha justo a tiempo para evitar que el boomerang le golpee la cabeza. El arma sigue su curso y se estrella contra una pila de equipos científicos, provocando un pequeño caos de cables y componentes volando por todas partes. Felicity se lleva las manos a la cara.
—¡Dios mío! —Dijo la rubia de rodillas—. ¿Qué les dije sobre las explosiones controladas?
El pánico aumentó cuando vieron como el objeto endémico de Australia salió hacia el córtex, salieron con la esperanza de que se hubiera detenido, pero en lugar de eso encontraron a Caitlin gritando y corriendo mientras por el aire giraba el boomerang rompiendo todo a su paso hasta que finalmente se clavó en una tubería la cual dejó escapar un poco de gas.
El escándalo fue tal que Barry apareció junto a Joe West y el Doctor Wells quienes miran todo el rededor como no creyendo lo que pasó.
—Es mi culpa. —Dijo Cisco levantando el brazo—. Fui yo.
—Bueno... —Joey reprimió una risita—. Al menos sabemos que funciona.
—Y muy bien. —Continuó Cisco igual de sonriente.
—Ustedes son imposibles. —Les dijo Felicity negando despacio—. ¿Cómo es que no han hecho que el Doctor Wells pierda la cabeza?
—Porque somos genios, señorita Smoak. —Respondió el más joven de los 3—. Genios con estilo.
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Residencia Zimmermann.
21:50 p.m.
Estaba en su habitación, hace unos minutos había tomado una ducha y ahora estaba mirando por la ventana el cielo estrellado, su mirada se notaba nostálgica, casi llegando a la tristeza. La luna brilla junto con los titilantes astros que le daban un aspecto majestuoso al oscuro manto, a pesar de habérsela pasado bien con el desayuno, las pizzas con el equipo Flash y la cena en casa, no puede evitar sentir lo que está sintiendo.
Cuando llegó a casa encontró a su padre y hermana en el comedor con una cena y un pastel con el número 21 en veas, fue un gesto pequeño y modesto y fue lo más lindo junto con la comida en Laboratorios S.T.A.R.
El sonido de la puerta abriéndose lo sacó de sus pensamientos, se giró y observó a su padre entrando con una expresión tranquila y serena.
—Hey. —Le dijo Walter con suavidad—. ¿Disfrutaste tu día?
—Bastante. —Sonrió, no era una sonrisa que llegaba a sus orejas pero tampoco era una falsa; había cierta felicidad en aquella curva, pero era poca comparada con el vacío que estaba sintiendo en ese momento y su padre pareció notarlo de inmediato.
Walter se puso a su lado en la ventana, dirigiendo su mirada hacia un punto indefinido.
Se quedaron envueltos en silencio, un silencio que resultaba cómodo y reconfortante para ambos, sin la necesidad de hablar para saber que en ese momento padre e hijo estaban compartiendo un momento donde estaban recordando a 2 personas que los marcaron de por vida.
—Los extrañas, ¿No es así?
—Todos los días. —Admitió mirando la ciudad iluminada por las luces de las farolas y edificios—. Los extraño tanto que a veces duele hacer ciertas cosas que me recuerdan a ellos.
Walter asintió, permitiendo que su pequeño hijo dejara fluir sus palabras, dándole el espacio para poder abrirle su corazón como tantas veces lo había hecho. Su corazón se quebró un poco al ver como su hijo estaba cargando con un peso que no debería, entonces puso una mano en el hombro derecho de su hijo rodeándolo a modo de abrazarlo.
—Yo también hijo. —Joey por fin le dirigió la mirada a su padre—. No hay un día en que no recuerde a tu madre y hermano.
Inmediatamente desvía la mirada incapaz de poder sostenérsela a su padre, los recuerdos de Samantha y Donovan Zimmermann eran abrumadores y golpeaban su mente cual martillo; las imágenes de su madre sonriéndole y en su primera excursión en el jardín de niños o a su hermano mayor llevándolo a su salón en su primer año pasaban en frente suyo como una película a gran velocidad.
Y solo eran eso. Recuerdos.
—Siempre me pregunto cómo serían las cosas si ellos jamás se hubieran ido. —Dijo suspirando, un sonido que combinaba alivio de saber que no estaba solo y dolor por saber que su padre estaba igual—. ¿Te lo imaginas?
—Siempre Joseph. —Sonríe con tristeza—. Pero así es la vida. Nos quita cosas, regalos e incluso personas cuando no estamos listos para perderlas, pero eso es algo que nadie puede cambiar... es inevitable.
Joey vuelve a mirar a su padre, sus ojos picándole junto a una acuosidad que los hacía brillar mientras Walter continúa hablando despacio.
—Tu madre y tu hermano estarían orgullosos de ti. —Le sonrió cuando notó que su hijo quería llorar—. De ver lo que eres, en lo que te has convertido. Tu madre siempre dijo que tenías una gran fuerza, pero un corazón todavía más grande.
El menor aprieta sus labios en un intento de no quebrarse por completo, toma una profunda bocanada de aire y la deja ir despacio sintiendo como las palabras de su padre resuenan en su mente y calan en lo más profundo de su ser. El vacío que siente en su interior no desaparece, pero ahora se siente menos pesado que al inicio con la presencia de su padre.
—¿Crees que algún día voy a sentirme completo de nuevo? —Pregunta con timidez.
—El dolor jamás desaparece del todo mi niño. —Le responde con sinceridad—. Aprendes a vivir con él. Y con el amor de quienes están a nuestro lado, poco a poco esos vacíos se llenan de recuerdos felices y nuevas experiencias. No reemplazan lo que sentimos pero nos dan razones para seguir adelante.
Joey asiente tragando con dificultad, se toma un tiempo antes de recargar su cabeza en el hombro de su padre y dejar salir unas pequeñas lágrimas y en respuesta Walter lo aprieta un poco.
Durante ese momento de conexión, bajo el cielo estrellado, compartieron un punto de amor y dolor, afuera la ciudad estaba callada, como si entendiera que ellos necesitaban ese tiempo solo para ellos. Y aunque la ausencia de Samantha y Donovan siempre será una parte de sus vidas, lo que queda es la fuerza de la familia que sigue unida.
•─────🎂─────•
Al día siguiente.
Miércoles 16 de abril.
Coffee Jitters.
08:30 a.m.
El aroma del café volaba por el aire, las personas entraban y salían a un ritmo que solo confirmaba una cosa: Jitters era la mejor cafetería que Ciudad Central tenía. Un lugar que siempre estaba lleno de gente, desde familias a parejas y grupos de amigos como era el caso de 2 rubios y un castaño que estaban discutiendo un tema delicado.
—El chico malo que persigues, el que robó el banco se llama Roy G. Bivolo. —Dijo Oliver.
Por un momento Barry se quedó sin palabras, no sabiendo qué decir con exactitud, solo formuló un monosílabo y por fin pudo decir algo.
—Gracias, ¿Cómo descubriste eso? —Cuando preguntó eso, el rubio desvió la mirada y Barry se vio un poco desconcertado—. El sujeto sigue vivo, ¿No? Solo pregunto es que... creí que no querías ayudarme.
—No quiero, es solo un nombre.
—Claro. —Dijo el castaño.
Las puertas de la cafetería se abrieron dando paso a una castaña de elegante porte, iba a su trabajo pero antes decidió pasar a su café favorito por un latte macchiato, un café una caja de donas para ella y su compañero de trabajo, a quien por cierto vio conversando con una pareja de rubios.
—Barry, que sorpresa. —Expresó Jessica con una sonrisa—. Guten morgen.
Su compañero se giró para mirarla y le regresó la sonrisa, conocía a su amiga y cuando hablaba en su lengua madre era por que estaba de buen humor.
—Buenos días Jess. —Le regresó el castaño el saludo—. Ya conoces a Felicity.
—Desde luego, una mujer a la que admiro bastante. —Miró a la hacker que estaba frente de ella para saludarla—. Buenos días Sam Chispas.
—Buenos días Jess, es bueno volver a verte. —Le sonrió la rubia con humor, ese apodo solo se lo había dicho la castaña por primera vez en Ciudad Starling y le causaba cierta gracia.
Dirigió sus avellanas al hombre que le resultaba un completo desconocido, Barry notó aquel movimiento y decidió presentar al arquero bajo su nombre de civil.
—Jess, quiero presentarte a...—Barry se vio interrumpido abruptamente.
—Oliver Queen. —Se apresuró el rubio extendiendo su mano hacia la forense quien aceptó gustosa el gesto—. Un gusto.
—Jessica Zimmermann, el gusto es todo mío. —Sonrió mostrando su dentadura blanca—. Tú eres el dueño de Queen Consolidated, ¿Me equivoco?
Oliver negó con una ligera sonrisa.
—Estás en lo cierto.
Iris apareció con una bandeja y 2 tazas, se las entregó al par de rubios, saludó a Jess y se llevó a Barry del hombro y le dio un pequeño golpe en el brazo por el que Barry se quejó.
—No me dijiste que conoces a Oliver Queen. —Le dijo ella con una sonrisa.
Barry resopló antes de hablar.
—Conozco a Oliver Queen.
—Que maravilla, es mucho más guapo en persona y sus brazos son del doble de grandes que los tuyos. —Enfatizó Iris simulando hacer una especie de circunferencia con sus manos.
—Técnicamente no es el doble de mi tamaño.
—Está en mi lista de 3. —Soltó y el castaño la miro confundido.
—¿Lista de 3 qué?
—De chicos con los que se me permite engañar a Eddie. —Dijo ella divertida mientras suspiraba—. Pero creo que no soy la única que se mostró interesada.
—¿De quién hablas? —Preguntó Barry con el ceño levemente fruncido.
—Jess. —Respondió ella y Barry frunció los labios como no creyendo lo que dijo la morena.
—No es cierto. —Insistió Barry—. Solo está siendo amistosa, lo cual es algo poco usual en ella... mejor dicho, aterrador.
—Por favor Barry, solo mírala. —El hombre se dio la vuelta para ver la imagen a unos metros de él—. Está completamente embelesada con Oliver.
Jessica estaba en medio de Oliver y Felicity hablando muy animadamente, se le ve relajada y con una sonrisa que pocas veces se puede apreciar en ella, Barry analiza su comportamiento pero no nota nada fuera de lo normal. O eso parece.
—No veo nada fuera de lo normal. —Dijo el castaño—. Excepto que está sonriendo y no es necesariamente por molestarme con... ya sabes.
—Disfruta mientras puedas, por que parece ser que nuestra Jess encontró algo más para divertirse.
•─────🎂─────•
El día no mejoró mucho, Barry fue por Bivolo la noche anterior y quedó expuesto a los efectos de este, en un inicio creyeron que no había sufrido consecuencia alguna, pero una llamada de Jessica diciendo que el velocista se atrevió a gritarle a Singh y al Detective West los puso en alerta, investigaron la psicología del color relacionando el rojo con la ira, por ende ahora Joey estaba en los Laboratorios S.T.AR., ayudando a Cisco a crear un sistema de cableado de luces LED que pudiera contrarrestar los efectos.
Barry estaba en una esquina con el ceño levemente frunció mientras se frotaba la sien, se supone que estaban buscando la manera de ayudarlo y el menor solo se la pasaba hablando y hablando.
—¿Cuánto tiempo más les tomará terminar esto? —Preguntó evidentemente irritado el ojo verde.
—Tranquilo hermano, ya casi está. —Respondió el ingeniero
Joey estaba sentado en el suelo, rodeado de cables, focos y algunas herramientas, ajeno al huracán de ira que se formaba en el velocista, escuchó sonar su teléfono y al abrirlo sus ojos se abrieron sorpresa.
—¡Wow! —Exclamó mirando el móvil.
—¿Qué pasa? —Preguntó Cisco notando la emoción en el tono de voz del menor—. ¿Viste algo que te gustó?
—Taylor Swift se cortó el cabello. —Le mostró al latino su teléfono, en la pantalla se apreciaba la imagen de la rubia con el cabello a la altura de los hombros—. Cuando una diva del pop usa una estética o algo así solo significa algo: Nuevo álbum musical.
—Ella canta country, ¿No es así? —Preguntó el pelilargo, sabía quien era ella pero no era de sus artistas favoritas.
Joey asintió emocionado, hablar de Taylor Allison Swift era uno de sus temas de conversación favoritos junto a la ciencia, sus poderes y series que le recomendaría a alguien.
—Mayoritariamente, pero en su último trabajo incorporó rock, pop, EDM, Dubstep y demás. Pero siempre fiel al country.
Barry cerró los ojos, apretando los párpados intentando calmar el torrente de furia que amenazaba con desbordarse, pero ese chiquillo lo hacía difícil, con cada palabra que salía de su boca sentía como su paciencia se agotaba.
—Estaba pensando, si queremos emitir una frecuencia . —Sonrió entusiasmado por su idea—. Deberíamos hacer el efecto de iluminación al estilo de sus conciertos y...
Eso fue todo, Barry abrió los ojos y por un instante estos brillaron en un peligroso color escarlata.
—¡¿Podrías dejar de hablar de Taylor Swift por un segundo?! —Gruñó en una explosión de completa cólera—. ¡No estás aquí para hablar de conciertos ni ex novios ni nada de eso!
Joey se detiene un momento en su espacio, por su parte Cisco levanta la mirada visiblemente nervioso por el arrebato del castaño dándose cuenta de que los efectos eran serios.
—Amigo tranquilo. —Le dijo en un intento por calmarlo—. Estamos trabajando lo más rápido que podemos.
—¡Pues no parece! ¡Más bien parece que están perdiendo el tiempo hablando de Taylor! —Volvió a explotar Barry—. Taylor esto, Taylor aquello, ¡Ya no lo soporto!
Ante aquella explosión de emociones rojas, el castaño menor se mostró tranquilo, sabiendo que esto eran los efectos del meta-humano y que realmente Barry no se atrevería a hablarle de esa manera.
—Sé que estás molesto, Barry, pero créeme, esto va a funcionar. —Aseguró Joey manteniendo la calma y serenidad—. Solo tenemos que conectar estas luces LED en una secuencia específica para neutralizar la energía emocional negativa que el meta-humano ha estado provocando.
—¡No me hables como si fuera estúpido! —Rugió completamente furioso, provocando que Joey se encogiera en su espacio—. ¡Sé lo que están haciendo y cómo, lo que no entiendo es por qué simplemente no dejas de mencionar a esa mujer!
Cisco, notando como el ambiente se hacía cada vez más pesado y difícil de soportar decidió intervenir.
—Barry cálmate, ¿Sí? No es necesario que le grites a Joey de esa manera.
—¡NO ESTOY GRITANDO! —Era evidente que estaba gritando—. Cuando esté gritando en serio, se los haré saber.
Cisco retrocedió asuntado cuando los ojos de Barry se encendieron en un rojo brillante y una pequeñas venas se tiñen de negro bajo sus párpados inferiores. Joey se levanta rápido y se pone a la defensiva esperando que Barry haga algún movimiento, pero en lugar de eso solo sale del taller de creación sin mirar atrás, sus pasos resonando en el pasillo.
Cuando finalmente dejan de oírse sus pasos, Joey suspira bajando la mirada; su rostro es una mezcla de tristeza y determinación, sin embargo, no dispuesto a dejar que el momento lo deprima decide sacudir la cabeza y seguir con lo que estaba haciendo.
—¿Estás bien, amiguito? —Pregunta Cisco acercándose cautelosamente.
—No importa, terminemos esto ¿De acuerdo? —Murmura en voz baja pero con decisión—. Vamos a traer a Barry de vuelta antes de que haga algo de lo que se pueda arrepentir.
Holaaaaa a todos mis lectores, y bienvenidos a los lectores nuevos que han decidido darle una oportunidad a este fanfic. En serio agradezco que cada vez sean más.
Este capítulo se supone que solo sería de una parte, sin embargo, debido al cumpleaños de mi vv me vi en la necesidad de volverlo de 2 partes la cual saldrá pronto mientras tanto estense pendientes mi gente linda.
Díganme, ¿Les gustó? ¿Aman a Taylor tanto cono Joey? ¿Quién más quiere funar a Barry?
Díganmelo en los comentarios, no olviden dejar su voto. Con eso me motivan a continuar con el fic.
Los leo luego.
¡EdgarRios fuera!
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