»Sin Duda Eres Tú

Character of the day:

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»Capítulo Catorce:
Sin duda eres tú
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Seguimos caminando en silencio, ambos estábamos mucho más tranquilos.

—Estamos cerca.—dijo seguro y mirando determinado hacia a el frente.

—¿Cerca de donde? Si se puede saber.—cuestioné mirándolo con desconfianza.

—Del Reino Mágico, obvio.—dijo él obviándolo con su cara.

—¿Dónde está Morrig...

No pude terminar de hablar, porque Jos se había girado casi en un milisegundo para poder poner su mano en mi boca y callarme.

Me miró con los ojos bien abiertos, como si estuviese asustado.

—Nunca jamás en tu patética existencia vuelvas a siquiera considerar el hecho de pronunciar o pensar ese nombre estando en territorio Mágico, Alexandra.—me advirtió, pero sonó más a amenaza.

Nos miramos, él expresando su preocupación y yo expresando mi confusión.

Lo decía realmente enserio, pude notarlo en la expresión de su rostro. Por lo que no intenté completar mi pregunta pasada.

Jos retiró su mano lentamente y luego suspiró aliviado, como si acabase de desactivar una bomba a punto de explotar.

—¿Y porque no puedo decirlo?

Y ahora parecía como si no hubiese notado que había dos bombas, y que está a punto de morir.

—¿Qué tú no te callas alguna vez?—preguntó desesperadamente.

—No. Respóndeme.

Me crucé de brazos, mostrando que no me movería de ahí hasta que lo dijera, y lo miré expectante.

—Enserio que eres como comezón en el trasero.—se quejó.

Rodé los ojos.

Me miró de pies a cabeza, analizando mi increíblemente grande determinación. Y al notar que no iba a mover ni un dedo, bufó y de un rápido movimiento, me cargo en su hombro, haciéndome soltar un chillido cuando lo hizo.

—¿Qué estás haciendo? ¡Bájame!—me quejé, remolineándome en su hombro sin ningún resultado. Gruñí molesta, odio estar colgando de cabeza.—¡Literalmente mi cara esta a centímetros de tu trasero!

—Supongo que estamos a mano.—dijo riendo, refiriéndose a mi trasero estando cerca de su rostro.—Pero yo si lo estoy disfrutando.

—¡Eres asqueroso!—me quejé al escucharlo.

Jos soltó una carcajada.

Y después de dos minutos, me rendí y dejé que el chico me llevara a donde sea que estuviese yendo.

Varios momentos después, me bajo repentinamente, y lo miré con los ojos entrecerrados.

—Camina.—me ordenó, pasando de largo junto a mi.

Iba en dirección a lo que parecía ser una cafetería de los años 50's. Demasiado mundano para ser real.

Entramos y enseguida un olor a azúcar y grasa abundaron mis fosas nasales.

Miré dentro y estaba totalmente vacío.

—Mira nada más quien está aquí.—comenzó exclamando sonriente un hombre. Lucia bastante humano y GUAPO, podría ser mi vecino sexy, pero es el mundo mágico, claramente debe haber algo mal.

—Garlicky.—Saludó Jos, abrazándolo como si no lo hubiese visto en siglos.

—Te extrañábamos por aquí.—comentó nostálgico una vez que se separaron.

¿Extrañábamos? ¿Ósea qué hay más?

Entonces escuché un par de tacones resonar en el piso. Estiré mi cabeza hacia la izquierda, inconscientemente, para mirar de quien se trataba.

Era una chica. Parecía modelo de Victoria's Secret. Pero a comparación de Garlicky, ella si parecía tener algo mágico o sobrenatural en ella.
Sus ojos eran verdes brillantes y su pupila era una especie de óvalo alargado y comprimido, casi al punto de parecer una línea.

'Ojos de gato'

La chica felina caminó hasta Jos, y justo cuando éste estaba por hablar, ella le plantó un buen beso en los labios, incluso tomándolo de las mejillas y aplastando su cara contra la suya.

—Agh, voy a vomitar.—susurré al verlos tan juntos.

Jos finalmente logró separarse de ella y tomó un gran respiro. Pero la chica solo sonrió de oreja a oreja.

—Extrañaba esos labios.—ronroneó mordiendo su labio.

—Yo extrañaba que me asfixiaras.—dijo sarcásticamente Jos.

La chica se rió levemente, y después de varios segundos, notaron que había alguien más dentro de la cafetería, Yo.

El tal 'Garlicky' y la chica me miraron de pies a cabeza, analizando todo sobre mi, como si eso fuese a decirles quién era yo.

—Ella es Alex.—comenzó Jos.—Y ellos son, Kale y Kylee Garlicky. Son felinos cambia formas. Y también son gemelos.

'¿Felinos Cambia formas?'

_Pueden convertirse en cualquier felino existente sobre la tierra, pero sólo eso_

—Mucho gusto.—dije sonriendo.

Kale sonrió y al mismo instante sus ojos mostraron la realidad, se volvieron como los de su hermana.

PERO AÚN ASÍ SE MIRABA SEXY.

—El gusto es mío.—dijo Kale, tomando mi mano para besarla y guiñarme un ojo.

Fue raro porque pude sentir sus bigotes de gato rozar mi mano.

—¿Y qué se supone que eres?—inquirió Kylee.

—Uhm...—murmuré.

—Es una genio mágico.—interfirió Jos. Llamando la atención de Kylee y Kale.—Es nueva, y le estoy enseñando todo por aquí.

Kylee asintió no muy convencida.

—Muéstrame la marca.—dijo Kylee.

'¿Qué marca? ¿La dichosa marca de Kadima?'

—Luego la verás.—volvió a interrumpir Jos.

Me tomó del antebrazo y me posicionó detrás suyo, como si estuviese protegiéndome. Luego nos encaminamos a una mesa para poder sentarnos.

Kylee tenía sus ojos puestos en mi y eso me aterrorizaba.

Una vez estuvimos sentados, Kale se acercó a dejar dos menús en la mesa. Y se fue, no sin antes guiñarme un ojo y hacerme temblar de emoción.

Luego suspirando volví mi mirada a Jos, quien me miraba molesto y con una mueca. Rodeé los ojos.

—¿Me trajiste aquí para comer? Creí que era algo más importante.—dije desinteresadamente, mirando las cosas en el menú.

La comida se miraba bastante mundana para ser verdad.
Entonces miré el título de el menú: Menú para Banshees, Amazonas, Brujos, Nefilims y Genios Mágicos.

Supongo que eso explica por qué no hay carne de dragón y juego de arcoíris aquí.

_No digas nada que pueda costarte la vida, Gray. Kylee puede escucharlo todo menos nuestros pensamientos._

Escuché de pronto en mi cabeza.

Miré a Jos sobre el menú, él también me miraba, seriamente.

'¿Porque no quisiste decirle la verdad? Sobre el asunto de que quizás soy un Kadima'

_Kylee y Kale son mensajeros del Reino Mágico, creen que no lo sé, pero los he visto. Ellos le dicen a las autoridades cuando hay algo fuera de lugar o cuando no se cumplen las reglas_

'Chismosos'

_Exacto. Y una vez que se dieran cuenta de lo que eres, se lo dirían al Reino Mágico. Y bueno... nos meteríamos en muchos problemas. Además de que es mejor el elemento sorpresa_

'Creí que eran tus amigos'

Kale se acercó con una pequeña libreta.

—¿Lista para ordeñar hermosura?—preguntó mirándome.

Me sorprendí al escucharlo, y alce ambas cejas. Y luego sonreí inconscientemente como una boba.

—Oh, Uhm, claro.—dije.—Quiero una malteada de fresa con crema batida.

Me sonrió después de anotarlo y luego miró a Jos, esperando a que le dijera lo que iba a querer.

—Yo estoy bien, gracias Garlicky.—le contestó.

Kale se fue llevándose los menús de ambos.

'¿Ya vas a decirme porque no puedo decir o pensar el nombre de la dichosa Reina del Mundo Mágico?'

Él me dirigió una rápida mirada de irritación para después fijar su mirada en su móvil.

_Decir su nombre estando en el Mundo Mágico, sería casi igual a invocarla_

Asentí imaginándome la situación.

_Nadie quiere eso, créeme_

'Supongo que no'

Fijé mi mirada en mis manos, pensando en lo que Jos me había dicho.

'¿Y de que marca estaba hablando?'

Le lancé una mirada fugaz, y éste pareció ponerse incómodo con aquella pregunta.

También fijó su mirada en un punto de la mesa, y no escuché nada de su parte por eternos segundos.

_Los Genios Mágicos tenemos una marca, al igual que muchas criaturas. Simplemente quería verla, nada importante_

'¿Porque tienen marcas?'

_Algunas criaturas poderosas se hacen marcas a sí mismos y a sus manadas para identificarse o para mostrar poder. Otros son marcados inmediatamente por el Mundo Mágico cuando se convierten en algo. Y solamente los Dioses nacen con marcas únicas_

'¿Y tú cómo obtuviste tu marca?'

Noté como se acomodaba incómodo en su asiento y como su mandíbula se tensaba.

_Los Genios Mágicos no nacen siendo lo que son, simplemente son personas normales que han sido capturadas y convertidas._

'¿Entonces eras normal? ¿Eras mundano?'

_Haces muchas jodidas preguntas, ¿no crees?_

Me miró irritado y bastante serio, con una mirada que podría matar a cualquiera. Así que sólo lo miré algo temerosa y me eché para atrás en mi asiento, manteniendo una distancia alejada del pelinegro.

Permanecimos varios minutos en silencio y sin mirarnos, yo me había perdido en un punto fijo en la mesa, concentrada en nada, simplemente perdida.

Entonces comencé a escuchar un zumbido que iba aumentando rápidamente, sentía como si de pronto mi oído vibrara tenuemente y pudiese sentir hasta el más mínimo nervio de éste.

Luego pude escuchar voces distantes.
Fruncí el ceño, intentando aclarar lo que escuchaba.

Las voces subieron de volumen, ahora podía escucharlas más claramente, y poco después, imágenes también aparcaron en mi mente.

¿Qué carajos?

Vi a Kylee y a Kale en la cocina de la cafetería, hablando a hurtadillas nuestras y mirándome de vez en cuando por la ventanilla de la puerta de la cocina, era claro que tramaban algo.

> —Debemos decírselo al Reino Mágico.
—¿Realmente crees que sea ella? La leyenda dice que existen más Kadimas, pero sólo una es la verdadera. Ya Sabes, las demás son simplemente una fachada para esconder a la hija de Brigida de Kadima.
—Es ella, mierda.
—¿Cómo estás tan Segura?
—Puedo sentirlo >

Eso fue lo que escuché, y enseguida mi corazón estalló, salí de mi transe y tomé una bocanada de aire de manera exagerada, como si no hubiese respirado en años, incluso Jos me miró alertado pero yo sólo podía verlo con sorpresa.

—¿Estás bien?—preguntó Jos frunciendo el ceño y mirándome asustado.

Miré a mi izquierda, Kale y Kylee me miraban confundidos pero con una mirada de sospecha. Salieron de la cocina y se aproximaron a pasos largos, Kale tenía en mano la malteada que yo había pedido.

—Su bebida, preciosa.—dijo éste con una sonrisa escalofriante, a la vez que dejaba el vaso de vidrio frente a mi.

Se miraba bastante apetitosa, pero no me fiaba para nada de probarla.

Kylee camino unos cuantos pasos hacia mi, mirándome con una sonrisa maliciosa.

—¿Así que te transformaron en Genio Mágico?—preguntó ella mirándome penetrante.

Asentí sin expresar nada.

—Siempre he dicho que ser un Genio Mágico es más una bendición que una maldición.—sonrió falsamente.—Bueno, Jos siempre se está quejando de lo que es—rodó los ojos.—Pero claramente no está viendo más allá.

—¿Más allá como?—pregunté mirándola de la misma manera en que ella me miraba.

Cerró los labios, pero aún manteniendo su sonrisa, y emitíó una pequeña risita diabólica apenas audible y bastante lenta.

—Ya sabes. Tienen magia, son eternos, y...—hizo una pausa—... Son los mejores mentirosos.

Seguí mirándola.

—Eso es algo que tú y ellos tienen en común.—agregó.

_Ella lo sabe, tenemos que irnos lo antes posible_

—Bueno.—interrumpió Jos, poniéndose de pie.—Se nos hace tarde, Alex y yo debemos irnos, pero fue lindo verlos de...

Jos fue interrumpido abruptamente por el rugir de lo que parecía ser Kale, pero ahora transformado en Pantera, con los mismos  brillantes ojos verdes que me mostró cuando lo conocí.

—De hecho, necesitaré que Alexa venga conmigo.—infirió Kylee con una sonrisa diabólica.

La mujer tomó mi brazo con fuerza y dejó salir sus largas garras, haciendo que se hundieran en mi piel.
Traté de no soltar un quejido pero de igual forma escapó.

—Nadie toca a Alexa.—gruñó Jos con molestia.

Jos se abalanzó sobre Kylee intentando sofocarla, pero la Pantera—quien tenía el tamaño de un rinoceronte—se lanzó sobre Jos, tumbándolo y haciéndolo rodar lejos de Kylee.

—¡Jos!—exclamé.

La pantera se posicionó sobre él gruñéndole y mostrándole sus afilados dientes.

—¡Déjenlo! ¡Jos es su amigo!—le exclamé a Kylee.

—Es más importante mi compromiso con el Reino Mágico.—dijo ella convencida.

La miré sin poder creerlo. Entonces fruncí el ceño y la miré furiosa.

Cerré mis puños con fuerza, mi pecho subía y bajaba con fuerza, de pronto mi piel ardía y supe que mis ojos brillaban anaranjados gracias a la expresión que se había formado en la cara de Kylee.

Tomé su muñeca y aparte sus garras de mi brazo. Estaba horrorizada. Y con todas mis fuerzas la empuje llena de furia, dejando salir un grito anormalmente fuerte.

Kylee salió volando hasta el otro lado de la cafetería, y en el proceso, su ropa se rompió cuando se transformó en un Tigre Blanco gigantesco.

—Oh oh...—murmuré.

Jos logró empujar a la Pantera lejos de él, logrando levantarse en segundos y corriendo hasta mi.

—Kylee no tenemos que hacer esto.—dijo Jos. A lo que el Tigre respondió con un gruñido aterrador.—Bien, como quieras.

Ambos felinos saltaron para atacarnos pero Jos logró chasquear los dedos antes de que pasara, destellos de oro cayeron y repentinamente la Pantera y el Tigre Blanco se habían golpeado con lo que al parecer era una barrera mágica.

—...¡Joder! si funcionó.—susurró aliviado.

Los gruñidos aumentaron y comenzaron a rasguñar la barrera con fuerza, comenzando a debilitar a esta.

—Eso no va a mantenerlos ahí para siempre...—dije al ver como poco a poco lograban rasgar la barrera transparente.

Entonces la puerta del lugar se abrió, haciendo sonar una campanita y llamando la atención de todos.

Me sorprendió ver a Bryan, con su capucha negra y su rostro inexpresivo.

—Fantástico. Sumemos otra bestia a la función.—inquirió Jos.

—Váyanse de aquí, puedo detener a estos dos yo sólo.—me dijo, ignorando a Jos por completo.

—No necesitamos tu ayuda.—respondió Jos mirándolo con odio.

—Lo que no necesitan es desperdiciar tiempo.—corrigió Bryan, señalando a el par de felinos que ya estaban por lograr escapar.—Escapen ahora o mueran aquí.

Jos miró al chico y luego a las bestias que gruñían ferozmente. Dudo varios Segundos.

—Vámonos Alex.—dijo Jos serio.

Fruncí el ceño y los miré a ambos con exasperación.

—¿Qué hay de Bryan? No pienso dejarlo solo con esas dos bolas de pelo rabiosas.—dije.

—Dije Vámonos Alex.—repitió Jos con irritación.

—Vete tu. Yo puedo ayudar a...

—Alex...—me llamo Bryan.—Por favor, váyanse, he peleado con criaturas peores que Felinos Cambia Formas.

Nos miramos varios segundos. Finalmente asentí y caminé hacia Jos, quien enseguida me tomó del antebrazo y me guió fuera del establecimiento. No pude evitar mirar atrás cuando lo hice.

A pesar de lo monstruoso que decían que Bryan era, yo no podía evitar pensar que en realidad era todo lo contrario.

Corrí detrás de Jos, intentando seguirle el paso y esquivando a todo tipo de "personas".

—¿A donde vamos ahora?—pregunté.

—Ya no podemos ir al Reino Mágico. Tenemos que ir a visitar a una vieja amiga.—contestó.

Seguimos corriendo por varios minutos, hasta que estuvimos lo suficientemente lejos de la cafetería.

Sólo espero que Bryan esté bien.

Caminábamos por los oscuros rincones de el Mundo Mágico, Jos no decía nada, parecía estar perdido en sus pensamientos.

—Algo extraño me ocurrió en la cafetería...—comencé, sacándolo de su transe.

Me miró sin decir nada y siguió caminando.

—¿Qué te ocurrió?

Alce mis cejas cuando lo recordé, y luego fruncí el ceño, había sido bastante raro.

—De pronto pude escuchar lo que Kale y Kylee decían e incluso pude verlos.

—Felicidades Gray, ahora sabemos que no eres ciega ni sorda.—dijo sarcástico.

Rodé los ojos.

—Ellos estaban en la cocina, con las puertas cerradas y a ocho metros de nosotros.

Ahora me miró atónito.
Y luego sonrió enormemente.

—Sin duda eres tú.—mencionó.

Ambos seguíamos caminando, pero Jos de pronto había acelerado el paso por ir brincoteando alegre.

—¿De que hablas?

—Habló de que eres la verdadera Kadima.—dijo susurrando lo último para que nadie lo escuchara.

—¿Ósea que antes no estabas seguro de si lo era?—cuestioné alzando una ceja.

—Tenía mis dudas.—confesó encogiéndose de hombros y yo rodé los ojos.—La leyenda dice que nacieron varias personas con esa misma marca de nacimiento, pero sólo una era la legítima...—se calló y dudó en si decirlo o no.

—El legítimo hijo de Brígida de Kadima.—completé.—Lo sé, Kylee y Kale dijeron lo mismo.

—Si fuera tu estaría más emocionado. Eres hija directa de La Diosa de Dioses.—exaltó.

—¿Y qué si no?

—Pero claro que lo eres. Y lo que me cuentas de lo ocurrido en la cafetería sólo lo prueba más.

—¿Porque lo probaría?—fruncí el ceño.

—Tus sentidos se están desarrollando al igual que tus poderes. Y estar en el mundo mágico sólo hace que se acelere aún más.—explicó bastante interesado.

Pensé en todo lo que decía, y bueno, quizás era cierto.

—¡Joder!—exclamó al recordar algo.—Ahora entiendo porque cuando te dividiste en tres, mi magia no duraba con Lexa cuando intentaba dormirla.

—¿Porqué no funcionaba?—pregunté intrigada.

—Ninguna fuerza sobrenatural que no pertenezca a un Dios, funciona con otro Dios—comenzó—Ósea que no hay criatura que pueda derrotar o dañar a un Dios. Sólo entre Dioses funciona.

Lo pensé, eso sonaba bastante genial.

—Pero Kylee logró rasgarme el brazo.—dije alzando mi brazo para que lograra ver la herida pero me quedé atónita cuando no encontré nada.

Jos y yo emitimos un sonido ahogado de sorpresa.

—Pero... estaba ahi...—dije sin palabras.

Jos abrió más y más su boca y luego chilló de emoción.

—Ya puedes regenerarte velozmente como una criatura normal.—dijo alegre.—Además de que tu oído ya se está desarrollando. Pronto lograrás escuchar hasta los pensamientos de todos. Como un Dios.

—Creí que sólo los Genios Mágicos podían escuchar los pensamientos de los demás.—comenté recordando también el incidente de cuando Bryan leyó mi mente.

—Unas cuantas especies a parte de la mía pueden hacerlo con un poco de esfuerzo. Bueno, en realidad, yo sólo puedo leerle la mente a quien sea quien haya abierto mi libro. En este caso fuiste tú.—explicó brevemente.

Era bueno saberlo, no quiero ni pensar que algún extraño se haya detenido a leer mi mente.

Caminábamos tranquilamente por una calle oscura, cuando de pronto escuchamos pasos detrás nuestro.
Jos y yo miramos pero no había nadie. Luego pasos delante nuestro, y más ruidos que no podía distinguir comenzaron a presentarse. Basureros arrastrándose o tambaleándose y sonidos de agua goteando.

—¿Qué pasa?—pregunté asustada.

Entonces alguien lanzó una especie de esfera metálica de la cual salía gas morado y espeso a gran velocidad. Pronto estuvimos rodeados de ese humo.

—Mierda...—escuché murmurar a Jos.

—¿Qué es esto?—pregunté tosiendo, sentía como el gas se infiltraba en mis pulmones y ardía por dentro.

Purpurita—tosía.—No respires o te dejará inconsciente.

—Demasiado tarde...—murmuré.

De pronto mi cuerpo fue muy pesado para seguir manteniéndome de pie, y caí desmayada. Olvidando todo por completo.



¡Hey!
Si les gustaría saber más sobre mi y mis historias, vayan a ver la entrevista que SunFlower_Editorial y Onlystories22 me hicieron :) (Pueden ver el link en mi caja de comentarios)

Y si les gustaría leer ¿Cómo Aprender a Besar? versión Larry 🌚 pueden encontrar la adaptación en el perfil de AmericaPaola22 en mi lista de lectura: A D A P T A C I O N E S

Es todo :) bye
—IQueMxnkey

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