»Dadga de Olysstro
Character of the day:
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
»Capítulo Diecinueve:
Dadga de Olysstro
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
C L A I R E ' S P O V
—No tienes ni idea de lo que me pasó hoy.—dije con irritación al mismo tiempo que dejaba mis cosas sobre la mesa de madera.
—Por la expresión en tu rostro—comenzó Grayson.—supongo que el Profesor de Economía se negó a cambiar tu 98 por un 100 limpio.—dijo burlón y desinteresado, sentado junto a la mesa con la misma esencia de tranquilidad que solía mostrarme.
—¿Dudas de mis habilidades para convencer?—pregunté "ofendida" y el hizo se encogió de hombros.—Pues para que te quede claro, logré cambiar mi nota e incluso conseguir créditos extra.
—¿A cambio de chuparsela al profe de Economía?—preguntó asqueado.
—¡Que vulgar eres, por Dios!
Grayson soltó una carcajada y se echó para atrás en su silla.
—Tú eres muy inocente.—se excusó.—...y sexy.—agregó en susurros, pero lo oí perfectamente.
—De hecho, hoy me topé a Murray.—dije ignorando lo que había escuchado y cambiando de tema lo antes posible.—Él muy sin vergüenza me interceptó en los casilleros.
—¿Quién dice "interceptó" estos días?—se quejó con una mueca burlona.—Aparte de ser mi novia, ¿te gusta hablar como sabelotoda en tus tiempos libres?
—¡Deja de burlarte! Literalmente todos usan esa palabra.—me defendí.
Asintió divertido y para nada convencido, pero totalmente dispuesto a olvidar el tema de mi raro vocabulario y escuchar lo que había ocurrido con Murray.
—¿Y qué con El Nalgas Operadas?—preguntó serio.—¿Qué te dijo?
—Me preguntó si estaría bien que después del baile de disfraces nos fuésemos a su casa.—respondí monótona conforme recordaba la escena.
Chace Murray podrá ser el rubio más sexy y nalgon que mis ojos jamás hayan visto, pero no caería en sus torpes encantos nunca.
—Ugh—Se quejó.—¿Qué le respondiste?
—Que si.—sonreí—Le dije que mejor fuéramos a mi casa.
Grayson estaba en shock, o bueno, todo su cuerpo y rostro estaban paralizados pero aún así era obvio que estaba bastante molesto.
—Claire no puedes ser tan tonta.—dijo.—¡En verdad que no me lo creo! ¡Carajo!... carajo.
—Wow, tranquilo, no tienes porque ponerte así.
—Claire, ¿Sabes lo que significa que un chico quiera llevarte a su casa después de una fiesta?—cuestionó parándose de un brinco de su asiento y caminando hacia a mi.—El imbécil no quiere que veas su colección de piedras o su bonito jardín...
—Grayson lo sé...
—¡Quiere meter la berenjena en la dona!—exclamó.
—¡Grayson!—exclamé molesta.
Los tacones veloces y furiosos de la "Señorita" Vance (Una mujer más arrugada que una pasa y, que nunca piso el altar) nos hicieron recordar que estábamos en la biblioteca de la escuela.
—Blake, Thunman, fuera de la biblioteca ahora mismo.—gritó a susurros.—Hay estudiantes que intenta leer y trabajar en silencio, y sus gritos altisonantes nos interrumpen.
Grayson la ignoró y tomó sus cosas sin decir nada más, mientras que yo le dediqué una mirada de vergüenza.
—Lo sentimos mucho Señorita Vance, ya nos vamos.—dije tomando mis cosas y siguiendo a Grayson.
—Más vale que lo sientan, muchachitos promiscuos y vulgares.
Salimos casi corriendo de la biblioteca, pero Grayson no se detenía, al parecer planeaba alejarse lo más posible de mi.
—Grayson.—lo llame pero no se detuvo.—¡Grayson!
Corrí detrás de él, hasta colarme frente a él y obligarlo a detenerse. No estaba tan molesto como para pasar encima mío.
—¿Porqué estás enfadado?—pregunté preocupada.
—¿Quién dice que lo estoy?
—¿Porque otra razón correrías lejos de mi?
—Quizás tenía ganas de orinar.
Lo miré incrédula, esperando una verdadera respuesta.
—¿Es por lo de Chace?—pregunté.—¿Es enserio?
—¿Sería tan malo?—cuestionó.—Eres mi novia y te meterás con otro.
—Joder, Blake.—me quejé.—Primero que nada, nuestro noviazgo es una farsa. Y Segundo... ¡No planeaba hacerlo con Murray!
Por fin dejo de ver a cualquier otro lado para verme a mi. Su mandíbula se relajó y su mirada mostraba lo apenado que estaba.
—¿Qué?—cuestionó sin creerlo.—¿Pero porque más querrías que el idiota ese fuese a tu casa? ¿Para tomar el té?
—Iba a gastarle una broma.—dije sin rodeos.—Quitarle la ropa, tirarlo a la piscina y grabarlo todo. Después simplemente echarlo a patadas sin ropa y totalmente empapado para que el vecindario entero lo vea.—explique brevemente.—Aunque pensándolo bien... quizás debería hacerlo durante la fiesta. Así todos lo verían.
—Thunman, recuérdame no hacerte enfadar.—dijo asustado.
Sonreí divertida y segundos después el también sonrió.
Estiró su mano para rozar sus dedos con los míos y luego para intentar tomar mi mano.
Me congelé por un pequeño instante.
Tomar su mano no se sentía en nada como cuando mis novios pasados lo hacían, con Grayson se sentía mejor.
—¡Hailey!—exclamaron a mis espaldas.
Grayson alzó la mirada y yo me giré para ver que idiota me había confundido con mi hermana malvada.
—Oh... Claire...—murmuró Alonso.
Lo que me faltaba, otro pelirrojo.
—¿Has visto a Hailey o a Alexa por alguna parte?—se acercó trotando mientras preguntaba bastante apurado.
—Contigo quería hablar...—mascullé intentando sonar molesta.
Alonso frunció el ceño y me miró confundido.
—¿Quién te crees que eres? ¡No puedes estar jugando con dos chicas!—exclamé.—Sabes, no puedes simplemente pasearte por los pasillos con mi hermana y a escondidas coquetear con mi mejor amiga.
Comencé a dar pasos hacia el, apuntándolo con mi dedo acusador y mirándolo con mucha molestia.
—¡Decídete y escoge a una o aléjate de ambas!
Estaba bastante molesta con ese chico. Ayer mi hermana estaba hecha un mar de lagrimas en su recámara, y no necesitaba preguntarle nada para saber de quien se trataba. Puede ser una perra a veces, pero es mi hermana.
Además de que Alexa siempre ha tenido este "crush" por él, y no quiero que Villalpando la lastime.
—Si no tomas una decisión, juro que voy a patear tu trasero con mis tacones más altos y grandes.—le dije tan seria y molesta como pude.—Quedas advertido Alonso Villalpando.
Él pelirrojo estaba plasmado, como si acabase de ver a un hámster hablar. Al menos esa sería mi cara si viese eso.
Le eche una mirada que daba "mala leche" y seguí caminando, dejándolo atrás.
—¿Seguro que es Claire Thunman? Juro que ella era dulce y tierna y ahora es... irreconocible.—le pregunto Alonso a Grayson.
—Es porque ahora se junta conmigo.—le respondió desinteresadamente el castaño para después seguirme.
Tome la mano de Grayson sin pensarlo y sonreí de oreja a oreja.
A L E X A ' S P O V
Aguarde varios segundos y después salí del estómago de ese Dragón con un rápido golpe. Salpicando extremidades y otros líquidos que no me gustaría describir.
—¡GANÉ PERRA!—grite victoriosa al dragón desfallecido.
—¿Podrías apuntar tu porquería a otro parte donde no sea mi cara?—se quejó Jos.
—¿Porque no mejor mueves tu cara lejos de la porquería?—contraataqué.
Las llamas bajo mi piel dejaron de brillar y me encamine hacia ellos.
—Literalmente no han dejado de pelear desde que cruzamos el bosque alegre.—dijo Valeritte.
—La felicidad ajena me pone de malas.—respondió de mala gana Jos.
—No lo había notado, Gremlin amargado.—vociferé.
—¡Sólo cállense! Ambos.—alzó la voz la castaña con una mirada irritante que nos lanzó a los dos.
Ninguno volvió a pronunciar ni una sola palabra.
Seguimos caminando en silencio y poniendo atención a nuestros alrededores. Estábamos por cruzar del Bosque de los Dragones a el Bosque Ventoso (según dijo Val).
Una vez lo hicimos, Ethan cayo rendido al suelo con un gran gemido de alivio.
—Hay que descansar, hemos atravesado 67 bosques ya.—dijo Ethan con un puchero.—Mis pies me están matando, siento que hemos estado caminando por días.
—Eso Ethan, es porque han pasado días desde que llegamos.—explicó Val.—El tiempo pasa diferente en los 1000 Bosques.
—Wow ¿Que?—pregunte confundida.—¿Días?
—Sino es que semanas.—agregó Jos.—Semanas y semanas enteras que pronto se convertirán en meses y los meses se volverán años...—aseguró.—No tengan esperanzas de regresar a casa.
Lo miré aterrada, imaginando como es que tendría que pasar el resto de mis días con un imbecil como Jos.
Valeritte le pegó un golpe con la palma en la nuca a Jos, logrando que Jos echara un divertido gemido adolorido.
—No le creas a el canelón. Es un genio mágico ¿recuerdas?—dijo sonriendo sarcástica.
—Claro que lo recuerdo, cada que abre su enorme bocota.—dije rodando los ojos.
—¿TÚ me dices a MI que soy molesto?—se quejó.
—¡Porque lo eres! En verdad que no te soporto.—solté.
—Pues yo a ti tampoco, eres un grano en el culo. No me importa que seas una Diosa, eres fastidiosa a morir.
—Dudo que yo sea el ser más fastidioso que haya pisado esta Tierra.—replique.
—¿Quien más que tú podría serlo?—exclamó con una expresión exagerada.
—Chicos...—nos llamó Ethan con un cierto tono bastante bajo, mirando a sus alrededores con cautela.—escuche algo.
—No lo sé, ¡Quizás tú! El jodido Jos Canela.—continúe con nuestra pelea.
—Me parece interesante que tu seas la única persona del sexo opuesto que piense que soy fastidioso.—confesó.—Incluso me hace dudar sobre tu genero, ¿segura que eres chica?
—¡Oh, JODETE MIGUEL!—le grite molesta y lista para lanzarme sobre el.
—¡Chicos!—grito Ethan de nuevo.—Hay algo más observándonos.—dijo.
Jos y yo enseguida nos giramos para ver lo que Ethan miraba con atención. Detrás de los arbustos, criaturas veloces se movían.
En los árboles, troncos y piedras, nos rodeaban, eran bastantes, y todos corrían en un círculo alrededor de nosotros.
—¿Que carajos es esto?—pregunté algo asustada.
—No tengo idea.–respondió Valeritte.
—Alex haz algo.—me dijo Ethan comenzando a asustarse.
—Uhm... claro...—respondí insegura.
Cerré mis ojos y con todas mis fuerzas deseé sacar mi lado Kadima. Pero no funcionaba, era inútil.
—Algo está mal...—murmuré sin saber que ocurría.—No funciona.
—¿Cómo que no funciona?—cuestionó Jos.—Has estado encendiendo y apagando tu chip Kadima, ¿Porque ahora es diferente?—dijo molesto.
—¡No lo sé, imbécil!—le grite.
Parecía como si estuviésemos dentro de un tornado. De pronto había mucho aire y aquella criaturas que antes no reconocíamos ahora parecían ser chimpancés.
Escuche un grito a mi izquierda, uno de ellos se había llevado a rastras a Ethan y lo había hecho desaparecer.
—¡Ethan!—grite con fuerza.
Entonces Valeritte intento lanzar una de sus famosas bombas de Purpurita, pero antes de hacerlo, un mono la tomó por la muñeca y se la llevó en segundos.
Intente tomarla de la mano pero la fuerza de aquellos monos era descomunal.
Solo quedábamos Jos y yo.
—¿Que es esto? ¿Una mala broma?—cuestionó.—Me rehuso a morir contigo, Gray.
La cola de uno de los monos me tomo de la muñeca y otro del tobillo, listo para jalonearme y llevarme directamente a mi fin.
Jos me miro asustado y cuando los monos me arrastraron, Jos salto sobre mi para intentar ayudarme, únicamente logrando que nos llevasen a ambos.
Los monos habían construido una especie de escalera infinita que daba a los cielos.
Podía sentir las manos peludas de todos toquetear mi cuerpo.
—¡Déjenme ir!—les ordené molesta.
Claramente no lo hicieron.
En su lugar, subieron y subieron por aquella floja escalera a base de monos, que juró que pensé que en cualquier momento caería.
—¿¡Porque hacen esto!? ¿¡Van a comernos!?—grito Jos.—¡Ni siquiera tenemos buen sabor!—exclamó.—Bueno yo si, pero merezco vivir.
Es increíble que aun en su lecho de muerte sea un egocéntrico de primera.
Entonces comencé a ver el fin de la escalera, lo que me alegraba pero al mismo tiempo me mataba de miedo. ¡¿Nos iban a tirar no se cuantos metros hacia abajo?!
Grite con fuerza con tan solo pensarlo. Segundos después Jos también empezó a gritar como niñita asustada.
Estábamos llegando al fin cuando ¡POOF!...
Jos y yo habíamos llegado a otro lugar.
Uno totalmente distinto a donde se supone deberíamos estar.
Nos encontrábamos tirados en el suelo de una sala enorme y elegante. Parecía el comedor de un Rey.
—¿Donde demonios estamos?—pregunto Jos.
Ya no estábamos siendo tocados por miles de monos salvajes en los cielos. Ahora estábamos en un... ¿Palacio?
—Llegaron
Resonó una voz tan fuerte, penetrante y masculina que me hizo temblar y poner la piel de gallina.
Me giré y alcé la vista ante un gran hombre (literalmente gigantesco) que usaba una toga blanca y con adornos de oro. Su cabello era tan largo como su barba blanca, y portaba una espada brillante y poderosa.
Valeritte y Ethan estaban junto a él, y parecían pequeños enanos en comparación.
—Tu debes ser la reencarnación de Brígida de Kadima, la Diosa de la vida en la Tierra, la Diosa de la eterna juventud y de la eterna vejez.—dijo y espero una pausa.—Alexandra de Kadima.
Sus ojos grises me atravesaron.
—¿Quien eres tú?—pregunté poniéndome de pie y mirándolo con curiosidad.
El hizo una pausa totalmente dramática, parecía estar sorprendido de no saber quién era.
—Yo... soy Dadga de Olysstro, Dios del poder, la abundancia, y la sabiduría.—dijo haciendo resonar en todas las paredes del Palacio.—... Te he estado esperando desde hace tiempo, hija.
Mi boca se abrió poco a poco con sus últimas palabras.
'¿hija?.... eso quiere decir...'
_Tu padre..._
Juro que casi me da un patatús.
—¿¡Que!?—grite.
—Dios mío...—murmuró Ethan.—¿Tu padre es un Dios?
—Soy un Titán.
—Carajo ni si quiera se que es eso pero se escucha poderoso.—dijo Ethan sin poder creerlo.
Yo tampoco podía creerlo.
—Pero... mis padres
—Tu nunca tuviste padres mortales, Brigit. La reencarnación te creo de las cenizas de tu antiguo cuerpo.—dijo.—Yo soy tu padre y Anna de Lythum es tu madre.
Lo miré, ahí tan poderoso y tranquilo.
Y recordé todo lo que tuve que pasar, pensando que mis padres biológicos me habían dejado.
—¿¡Porque nunca fuiste por mi!?—le reproché molesta.—¿¡Porque no me dijiste que tenía un padre y una madre!?
Estaba molesta, furiosa, por enterarme de esta forma que de pronto tengo un padre.
Me lancé sobre el pero Jos me detuvo antes de siquiera tocarlo.
—Brigit...
—¡No soy Brigit! Soy Alexa Gray.—corregí con rabia.
—Alexa, cuando un Dios reencarna debe encontrar su camino de vuelto a casa por si mismo. Es la manera de probar lo que eres.
—¿Quien lo dice? ¡Porque suena a una mierda!
—Lo digo yo, Alexandra.—hablo tan firme y dominante que me hizo retroceder
Su fuerte voz resonó en mis oído como nunca antes y me obligó a calmarme.
—¿A que han venido tus amigos?—pregunto serio y sentándose en una silla de lo que parecía ser oro puro.
—Necesitamos ayuda.—comenzó Jos.
—¿Como puedo ayudar a un genio mágico, una fae y a un hombre lobo?
—...Queremos matar a la Diosa de la Guerra.—dije yo con un grave tono de seriedad.—Permanentemente.
Un silencio que parecía inquebrantable se creó en el ambiente.
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
Heeeey!
Pasaba rápidamente para preguntar algo :/
Ayer (24/Junio/2019) me apareció un mensaje de Wattpad diciendo que Enamorada de mi Genio Mágico estaría participando en los Wattys2019
(Lo cual me saco de pedo)
Me pidió que llenara unas cosillas para inscribirme, y lo hice, seguido a esto me aprecio lo siguiente:
Mi única duda es...
¿En verdad mi historia fue elegida para los Wattys 2019 o es otra cosa?
ES QUE NO COMPRENDO, SOY NUEVA EN ESTO.
Send help
Send food
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top