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La desconcertante imagen de un Taehyung tendido en el suelo, recargado contra la puerta de su habitación no dudó en recibirlo.

Se miraba hermoso, como siempre, a pesar de sus enmarañados cabellos rojizos desparramados entre el sudor que corría por su frente. Además, su rostro estaba tan rojo cual cereza y su cuerpo no se veía mejor, se notaba tan frágil, que sinceramente temió tomarlo entre sus brazos, pero debía hacerlo, no podía dejarlo ahí.

— Taehyung —llamó el alfa, removiéndolo con delicadeza, no obstante, tras largos segundos de espera, no llegó respuesta alguna. Sus ojitos seguían tan cerrados a como lo encontró.

— Taehyung —intentó de nueva cuenta con un timbre más alto, pero no menos suave.

— Mgh.

Un quejido fue su única respuesta, pues el menor seguía dormido aún.

— Ay, omega. ¿Qué voy a hacer contigo, eh? —preguntó al aire el pelinegro antes de colocar su diestra tras la cabeza de Taehyung, maniobrando como le era posible para sacar las llaves de su habitación mientras aún sostenía al omega contra su pecho para evitarle algún golpe.

Levantó el cuerpo del chico entre sus brazos, arropandolo todavía contra sí mismo, y caminó hasta su cama, depositando el cuerpo de Taehyung suavemente sobre las sábanas. Se sorprendió de la elevada temperatura que exudaba del omega por tanto, optó por regular el aire acondicionado con el fin de refrescarlo. Buscó con rapidez un bowl con agua fría junto a un paño para bajar la fiebre de Taehyung, e incluso una botella de la misma reposaba en la mesita de noche para cuando llegara a despertar.

Humedeció la tela y acto seguido, levantó la camisa que portaba el omega con el fin de retirar el sudor. Restregó de forma leve para no despertarlo, pero cumpliendo el trabajo con eficacia. Lo movió por su frente antes de pasar a su cuello y parar en la marca que ahí yacía. Un fuerte sentimiento de orgullo lo invadió, él la había plasmado allí, y aunque fuera una pareja rechazada, aquel omega era suyo, siempre lo había sido. Acarició un poco más para sentirla contra sus dedos, delineandola con delicadeza, antes de bajar hasta su pecho, atreviendose a pasar por su abdomen.

— Mmh

Jungkook dio un pequeño respingo ante el pequeño gemido, mirándolo enseguida. Sus adormilados ojitos se encontraban entreabiertos al igual que sus rosados labios, se miraba adorable, pero tan lejano que dolía.

— ¿Te sientes muy mal? —preguntó preocupado.

Vio al omega hacer un raro ademán para seguidamente hecharle sus brazos encima y abrazarle cual koala.

— A... Ag-Agua. —su garganta ardía tanto que apenas y podía formular palabras correctamente, por lo que debió arreglarselas para hacerle saber su pedido.

— Ten

Jungkook le tendió la botella, pero el omega no podía sostenerla con firmeza, ni siquiera podía levantarse por si solo. El alfa sostuvo al menor, intentando incorporarlo adecuadamente, llevando con su mano libre la boquilla del embase hasta su boca.

El líquido se escurrió entre sus labios, cayendo más de el fuera que dentro, empapando parte de la ropa de Taehyung.

Una idea pasó por la cabeza de Jungkook, pero no estaba del todo seguro si emplearla. Sería la primera vez en varias semanas, además, no sabría predecir la reacción que tendría el omega, aunque, para aumentar su desespero, el ahogado lloriqueo de Taehyung lo hizo aceptar de una vez por todas.

Bebió algo de agua, reteniéndola en su boca para juntar sus labios con los de Taehyung, haciéndolo beber de él. Repitió el movimiento varias veces, hasta que inevitablemente, sus bocas exigieron contacto y sus lenguas no duraron en encontrarse, danzando emocionadas ante su reencuentro.

Era adictivo

Besar a Taehyung siempre le iba a resultar adictivo, tentador, necesario. Indiscutible y cierto, Taehyung siempre iba a ser su debilidad, su necesidad; lástima que se le había sido negado por él mismo.

Jungkook prolongó el intercambio más de lo esperado tras sentir el arrollador deseo de poseerlo, mas tenía que parar allí o no habría retorno.
De forma tortuosa y sin la intensión de hacerlo, separó su cuerpo del más menudito y se fue.

Claro que su lobo se emocionaba si tan solo percibía una mirada del omega dedicada a él, pero no podía negar el dolor que sentía tras el rechazo. Estaba resentido con Taehyung y aquello no podía arreglarse con unas obligadas muestras de cariño por parte de él, porque era imposible que el desagrado que brilló en sus ojos aquella noche, pudiera ser borrado tan a la ligera.


— Jungkook

El alfa situó sus ojos en el cuerpo del omega y sorpresivamente lanzó una sonrisa.

Se miraba tentativamente caliente con esos diminutos shorts que marcaban justo el fin de sus glúteos. De forma inconsciente, su aroma se intensificó salvajemente con el fin de atraer al omega, captando de inmediato la atención de Taehyung.

El omega ronroneó complacido y alcanzó a Jungkook en la sala de estar, con aire decidido a su alrededor.

El mayor, al parecer, notó lo que su aroma provocaba y la transparencia que este transmitía, haciéndole saber al contrario que lo deseaba con urgida necesidad de igual forma, por tanto, intentó calmarlo lo más que pudo, reteniendo sus más lascivos deseos. Un gruñido impropio salió de sus labios como reclamo de su lobo por tal acción. Él solo necesitaba sentir a su pareja y que esta lo sintiera de igual forma, que se hallara atraído por él, pero no quería cometer ninguna estupidez.

Notó al omega removerse incómodo por lo que decidió hablar de una vez por todas y largarse de allí. Sus deliciosas feromonas se colaban en sus sentidos, nublandolos con éxito, cosa que le preocupaba grandemente.

— Hay medicinas suficientes en la mesa de noche, tomalas, no te saltes ningún horario. —suspiró— Y por favor, deja a HyunJin hacer su maldito trabajo. Lo que hiciste estuvo mal y lo sabes.

— Pero le dije que se fuera. —replicó enseguida, poniéndose a la defensiva.

— Yo le ordené cuidarte y él hizo caso a mi orden quedándose.

— ¿Por qué tengo la culpa de eso? No necesito su ayuda y se lo hice saber. —protestó inconforme Taehyung cruzándose de brazos —No es mi maldito problema lo que él haya decidido.

— Taehyung —nombró exasperado— Lo dejaste fuera del jodido departamento. Maldición, ¿Por qué tienes que ser tan insensible? El chico ni siquiera sabía cómo explicarme la situación.

— ¿Y por qué no viniste tu a hacerte cargo si tanto te preocupaba? —preguntó molesto, acercándose a Jungkook.— Dime. Has preferido dejarme solo y mandar a otro a hacer tu trabajo.

— ¿Mi trabajo? —la risa que escapó de sus labios estaba lejos de transmitir gracia, solo había rastros de molestia en ella— ¿Qué te hace pensar que eres mi jodida prioridad?

— Soy tu esposo, Jeon.

— ¿Y eso que? —contestó arisco— Ahora mismo, me eres indiferente.

Un rastro de dolor se entornó en los grandes ojos de Taehyung. Sus uñas se clavaron con inmediatez en las palmas de sus manos, enviando un ardor punzante a la piel afectada, pero no uno más fuerte al que estrujaba su corazón.

¿Así se sentía? Sentía que se asfixciaba, que el aire abandonaba sus pulmones sin la intención se regresar a ellos...

— Entonces... Entonces, ¿Por qué aceptaste el compromiso?

La pregunta lo había hecho colisionar contra la realidad, y tal vez aquello era lo que necesitaba realmente. Le dolía enfrentarlo, su mente se cerraba ante el rechazo de Jungkook.

— Pudiste haberlo cancelado el mismo día que nos conocimos.

— Maldición...

— ¿Por qué, Jungkook?

— ¿No es un poco tarde ya para preguntar?

— ¡No! Yo quiero saberlo, necesito...

— Taehyung, por favor, solo ve a dormir y deja de intentar arreglar esto.

— ¡Lo lamento! ¿Ok? Ya no sé como más pedirlo.

— Pues síguelo repitiendo hasta que llegue a ser cierto. No seas hipócrita.

La alta figura del pelinegro se desplazó por la habitación hasta llegar a parar en la puerta de salida del departamento, iba a dar un paso más, sin embargo, dos largos y delgados brazos lo apresaron entre ellos y el pecho de Taehyung.

Sintió la frente de Taehyung caer entre sus omoplatos al mismo tiempo que prensaba su agarre. Intentó remover sus brazos con delicadeza, pero estaba atrapado, el omega no parecía querer ceder.

— Taehyung

Sintió el galopar desesperado de su corazón contra él cuando el omega pegó su cuerpo al suyo por completo. Su mirada viajó hacia el techo en busca de respuestas imposibles, respuestas que tal vez jamás llegarían.

— Lo siento, lo siento, lo siento... lo siento tanto... —los rotos susurros viajaban por la habitación, buscando arduamente ser escuchados, tal vez hasta creidos.

— Taehyung —repitió

— Jungkook, por favor. Ya no me dejes solo, de verdad lo lamento. Yo... solo te pido otra oportunidad por favor. Puedo mostrarte que-

— Puedo aceptar tus disculpas, ¿Sabes?, e incluso podríamos quedar en paz, pero no te engañes.

— Pero yo puedo, s-si puedo mostrarte que voy a ser diferente.

El alfa consiguió girar su cuerpo para quedar frente a frente al omega. Tomó su mano con suavidad y los dirigió hacia el sofá más grande, tomando asiento uno al lado del otro.

— Mira, ¿Sabes algo? Semanas antes de conocerte, yo ya había visto tu foto. Se suponía que no teníamos que poner tanto empeño en matrimonio por conveniencia. Que el simple hecho de unir a dos conglomerados influyentes, pero también rivales, iba a dar de que hablar. Pero me dije, ¿Por qué no? Él debe querer esto tanto como yo o menos, ¿Por qué no cultivar una amistad? —su diestra acarició distraídamente los largos dedos del pelirrojo, apretando suavemente de vez en cuando y entrelazandolos entre sí— Lo más chistoso es que coincidimos esa noche en aquel lugar. Yo me sentía increíble en aquel lugar, incluso encajaba. Pero tú, tú te veías exactamente como un girasol, tan fresco y encantador puede verse entre rosas comunes. Me sentí tentado al instante y no iba a perder la oportunidad de acercarme, aunque después repitieramos entre susurros cómplices la graciosa anécdota frente al altar. Oh si, había sido un buen espectáculo, y escaló a uno mejor cuando juré sentir el melodioso campanar acompañar mi alegría y reafirmarte como mi destinado.

— Jungkook...

— ¿Cómo no me había dado cuenta antes? Aunque quizá fueron tus labios los culpables de hipnotizarme de tal manera, tanto así, que olvidé que quizá para ti, no estábamos en la misma página. Y oh, vaya que lamenté haber pasado por alto aquel hecho. Pienso que tu no estabas equivocado y realmente las personas deben cambiar su forma de presentarse ¿no? Mejor comenzar, sueldo y ocupación primero, nombre y gustos después. Prefiero decir que el mundo es el verdadero equivocado antes que tú, así que-

— No. Por favor n-no sigas —el terso rostro de Taehyung era bañado en cristalinas lágrimas, enrojeciendo sus ojitos y exaltando su pecho.

Le dolía verlo llorar, pero Taehyung no podía sentirse peor de lo que él mismo lo hacía. Además, ¿Lo estaba consolando?

Tras un largo rato de abrazarlo contra si mismo e intentar calmar su llanto, Taehyung hizo amago de separarse y comenzó a hablar.

— Soy conciente del daño que he causado, Jungkook, se que sería cobarde de mi parte dar excusas, por ende, no voy a hacerlo. —su voz se reflejaba tal cual un mar sereno, en calma, pero sin saber a ciencia cierta que se alberga en sus profundidades. — Sé que hice mal, y no sabes cuanto me estoy arrepintiendo justo ahora, porque jamás debí haberte tratado así, no lo merecías, nunca, pero fui un idiota. Entiendo que ahora me toca darme cuenta de la peor manera, pero por favor- —no obstante, ahí, su voz tembló angustiada. Tras un roto suspiro, se aventuró a seguir— No te alejes de mi, por favor. Te necesito.

— Ay, Omega. Tan injusto y caprichoso como siempre. Dime, ¿Cómo crees que se siente para mi?

— Yo-... n-no

— Exacto, no puedes saberlo cuando en todo lo que piensas es en ti, Taehyung. Vas a tener que cambiar tu forma de ver las cosas si realmente me quieres en tu vida.

— Puedo hacerlo. —habló con decisión a la vez que apretaba las manos del alfa entre las suyas. Casi buscando que crea en sus palabras de alguna manera.

— Eso vas a tener que demostrarmelo.

¡Feliz tarde!
Cuídense mucho, babys ♡

ㅤ࿆
˖⬪ ݁❟ D̸𝔯𝐞𝕒ᴍᴍi̶𝐞 ·₊˚.

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