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— Yo, Jeon Jungkook, prometo estar a tu lado para amarte, respetarte y cuidarte hasta que la muerte nos separe.
— Yo, Kim Taehyung, te ofrezco mi amor incondicional y compromiso eterno, prometo amarte y cuidarte hasta que la muerte nos separe.
¿Qué estaba pasando?
Ni siquiera había sentido el rápido pasar de los días, y tampoco había reparado en la presencia de su familia, sus amigos, incluso socios, ni tan siquiera en esas flores violeta que aportaban su grácil toque, mucho menos en el frío anillo que se deslizaba por su dedo, o en el corto y gélido beso otorgado a sus labios.
¿Por qué todo iba a una velocidad diferente, la cual él intentaba procesar? ¿Por qué todo se sentía tan mecánico e incorrecto? ¿Qué le pasó a su entusiasmo respecto a tal evento de élite? Era obvio que ambos socios y actuales cónyuges ya eran portaba en varias revistas, la comidilla constante de los paparazzis desde hacía semanas atrás, otorgándole al omega su tan ansiado reconocimiento ¿Entonces que sucedió? ¿Cuantás más interrogantes tenía que formularse Taehyung antes de poder disfrutar del primer baile o de tan siquiera respirar en paz?
Por otro lado, el agradable calor que irradiaba el cuerpo del alfa ya se había ido justo tan rápido como llegó. Ya Jeon no estaba tomándolo firmemente de la cintura mientras guiaba el baile, él se había esfumado a quien sabe dónde, quizá también necesitando una bocanada de tranquilidad con la misma urgencia que él.
Sin siquiera dudarlo salió como pudo camino al sanitario del lugar, precisaba un sitio silencioso en el cual pensar con más calma todo los eventos que están por ocurrir en unas horas y por supuesto en como va a afrontarlos.
Porque desde luego que él no planeó ni de broma estar encerrado en unos de los lavabos pudiendo ser la estrella del show entre cegadores flashes y sonrisas hipócritas, pero es que por alguna inquietante razón algo no encajaba del todo ahí, y por desgracia se estaba mostrando en el confundido estado del omega.
Intentó refescarse batiendo sus manos con el anhelo de regular su respiración. Debía conformarse con eso, porque su maquillaje no se lo perdonaría si intentaba lavar su rostro para tratar de esclarecerse.
Una vez más calmado se dirigió con lentitud hacia el salón principal del hotel, justo donde su boda resultaba estar en su mayor apogeo. Se dio ánimos mentalmente de que nada mejor que un buen vino no pudiera solucionar y caminó con sobrada seguridad hacia el lugar, sin embargo, su objetivo de tener la situación bajo control y toda la calma del mundo para lidiar con los presentes no duró ni dos segundos, pues se vio alterado nuevamente por los invitados que lo bombardearon a preguntas con respecto a su actual esposo, e incluso aún cuando intentó desenvolverse lo mejor que pudo explicando que tal habían conectado, ya sus familiares los estaban empujando fuera del salón, la recepción y seguidamente del hotel hasta los supuestos automóviles que los llevarían a su siguiente destino, su luna de miel.
Era de imaginarse que pese a ser un día especial, todo se desarrollaría como carrera de juegos Olímpicos puesto que las bodas coreanas no duraban más de una o dos cortas horas, irónico, porque llevaban más de tres meses para ser preparadas.
Taehyung respiró un poco más agitado de lo normal cuando se vio encarcelado entre las paredes del vehículo y el deleitable aroma del alfa. El pelirrojo no tardó en llevar su mirada a Jeon y escanearlo sin pudor alguno, solo porque quería y podía, pues ya estaban casados, sin embargo, la mirada lanzada por el pelinegro no le dejó muy en claro si podía o no tomarse tal libertad, pues había sido tan fría e ilegible que ahora el omega no tenía la menor idea de que bicho le había picado, porque la tensión que se encerraba entre ellos se podía cortar incluso hasta con un cuchillo para mantequilla.
Bien, ningún raro evento del día de hoy iba a arruinar lo que quedaba de noche.
Por decisión mutua la luna de miel iba a ser llevada a cabo en la isla de Jejú, pues ambos concordaron en que apesar de haberla visitado infinidad de veces, el encanto natural del lugar era atrapante, lo cual hacía que quisieran frecuentarlo siempre.
No obstante, hoy no se iban a enfrentar a ningún vuelo por más corto que fuese, les urgía descansar del intenso día, por ende su parada dio lugar en el Paradise Hotel.
Y si, la misma sensación que no dudó en torturar a Taehyung durante todo el evento tampoco le dió tregua en aquella habitación.
Su lobo interior se removía cual gusano de seda debido a la corta, pero a la vez lejana distancia que lo separaba de la habitación de su actual esposo. Porque quizá esté a una simple puerta de distancia, pero se sentía tan inaccesible aún estando frente a frente con él, que aquello hería al pobre omega.
— Maldición, calmate ya. ¡Me tienes de los nervios!
Habló Taehyung a través de su enlace mental con su parte lobuna, mostrando su descontento con lo que el omega pedía a gritos.
— ¡Alfa!
— Joder, eres exasperante. No voy a ir y punto.
Intentó cerrar la dichosa conexión y centrarse en tomar un relajante baño, pero los constantes arañazos y el torrente de emociones que se agitaba en su interior lo traían histérico e incapaz de disfrutar de las divertidas burbujas y los maravillosos inciensos que lo cubrían.
Intranquilo, tomó su teléfono y marcó a Jimin con rapidez
— Hola, cariño. ¿Cómo va esa luna de miel? —escuchó Taehyung como el toque burlón de su amigo se desenvolvía tras la línea.
— Agh, ni me hables de eso. Esto parece mas viaje de negocios que otra cosa.
— ¿Pero que ha pasado?
— Ni yo mismo sé, Jiminie. —suspiró resignado y prosiguió— No me he sentido muy bien desde que empezó la ceremonia. No, ni siquiera he sido yo en estos días. Me siento tan malditamente raro, susceptible, no se que me pasa.
— A ver, ¿Raro con respecto a...? —dejó la pregunta al aire con cierta intriga.
— Todo lo he sentido tan incómodo, podría decir que hasta infeliz, como si no fuese lo que siempre he deseado. Incluso mi omega ha estado molestando.
— ¿Y Jungkook?
— ¿Que pasa con Jungkook?
— ¿Has hablado con él?
— No... Ni siquiera está aquí, Cuando nos separamos al bajar del auto, él siguió su camino y yo el mío.
— Sabes, creo que por más que vuestra parte racional intente alejarse por entender la magnitud de los hechos, la parte lobuna jamás comprenderá eso, bebé.
— ¿Pero que hago, Minie? Me estoy volviendo loco con esto.
— Dejalo ser, TaeTae.
— ¿Cómo? —inquirió dudoso del otro lado de la línea.
— Osea, ¿Qué más puedes hacer? Está claro que necesitas de tu destinado, pero tu orgullo te puede más.
— No es mi orgullo, Jimin. Simplemente quedamos en esto, estoy respetando sus palabras. —respondió casi molesto Taehyung, haciendo notar su sarcasmo.
— Y eso es lo más estúpido que han hecho.
— ¿Disculpa?
— Olvidalo, cielo. Está claro que no lo entiendes. Bien, voy a dejarte hacer las cosas a tu jodida manera y cuando te des cuenta, te estaré esperando con los brazos abiertos, como siempre.
— O tus lindas piernas. No hay nada que me consuele más —sugirió coqueto.
— Ay bebé, en menos de un mes ya no vas a querer saber de mi.
— Eso es imposible, Minie, siempre irás primero.
— Ya lo verás. —afirmó
— Pue-
— ¡Bueno! Ya me voy, quedé con un alfa guapísimo.
— Dios, no llevo ni veinticuatro horas lejos y ya tienes a alguien. Me dueles, Park Jimin.
— Oh, bebé, deberías verlo. Vale totalmente la jodida pena.
— ¿Es mejor que yo?
— Nop, pero lo vale.
— Bye, darling.
— Chau.
Uyy, pronto, pronto!
Ya se viene lo bueno😏🔥
Ay, ya no hay más vmin ಥ_ಥ
ㅤ࿆
˖⬪ ݁❟ D̸𝔯𝐞𝕒ᴍᴍi̶𝐞 ·₊˚.
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