1.

YeonJun, es el omega más deseado de la industria de música coreana. Cuando debutó bajo la empresa Small Hit, se dio cuenta de que todos le miraban con otras intensiones más allá de apreciar su talento. Uno de ellos fue, Choi Soobin. Aquel alfa caliente, rapero y alguien muy consentidor.

–A-ah, ¡M-más!. –Gimió moviendo sus caderas sobre el miembro del rapero. Soobin gruñó y apretó su bonito trasero con sus dos manos llevándolo aún más profundo y justo ahí, terminando dentro de él.

Soobin cerró sus ojos y abrió sus brazos aceptando el cálido cuerpo de su omega. Aquel pequeño y bonito rubio. Suspiro sus suave aroma a durazno impregnado por su cabello y llevó sus manos masajeando sus caderas.

–S-soobin, tengo algo que decirte... –YeonJun se levantó de sus brazos y se levantó recargandose contra el respaldar.

–Hmh, ¿Es necesario decirlo ahora?. –Preguntó aún extaciado. Eso hizo que el omega frunciera su ceño.

–¡Nunca me prestas atención!. –Grito claramente enojada y tomó la cobija para tapar su cuerpo y salir de la cama. –Siempre es lo mismo contigo, Soobin. Ni si quiera me escuchas.

El alfa abrió sus ojos y miró que el omega salió de la cama tomando sus ropas sobre el suelo y apuntó de salir del cuarto. Gruñó, sin importancia. –Haz lo que quieras YeonJun.

–¡Eres un patán!. –Grito desde afuera del cuarto.

YeonJun sabía lo cual estúpido podría ser soobin así que ya sabía que eso pasaría. Una vez más, no lo escucharía. No escucharía aquello que a él lo hace feliz y esperaraba que a Soobin también. Puso sus ropas en el baño y salió del departamento del pelinegro, fue ahí cuando un grupo se paparazzis estaban frente a la puerta de la gran mansion.

–Artista CJ, ¿Qué es lo que hace en la casa del rapero Soobin?.

–¿Puede decirnos si los rumores de citas con Soobin son ciertos?.

–¿Está esperando un cachorro del señor choi?.

–¿A usted le pagan por salir con el señor Soobin?

–¿Sus empresas no se llevaban mal?.

YeonJun tapó su cara y trato de ignorar cada una de las preguntas. Por suerte, su guardaespaldas estaba ahí mismo esperandole en su auto. Corrió hacía el y todos le siguieron hasta que llegó a este y abrió la puerta para meterse. Suspiro mirando hacia la ventana y viendo cómo todos estaban como si fuera un enjambre de abejas.

Conducio hacia su hogar y agradeció al trabajador por haberle apartado de todo ese gentío. Durmió sabiendo que aún así soobin no se disculparia, y sinceramente no esperaba más de él.

A la mañana siguiente despertó y se dirigió a su empresa. Como era de costumbre, había muchos reporteros fuera de ella gritando muchas preguntas que le revolvía la cabeza y el estómago.

Entró a la empresa y subió el elevador llegando hacia el último piso y encontrándose con la dura mirada de su ceo.

–Otra vez lo hiciste YeonJun. –Acomodo sus lentes leyendo al parecer, un espediente.

–P-perdón.

–No se puede perdonar algo así. Rompiste una regla de tu contrato. YeonJun, sabes que esto no es una guardería y...

–¡E-estoy en cinta!. –Grito cerrando sus ojitos esperando los comentarios groseros de su jefe. Pero esos no llegaron.

–YeonJun... –Se levantó de la silla giratoria de cuero. –Está es la regla que nunca debiste incumplir. Sabes que tenemos un contrato y las acciones legales que conyeba. Tendrás que deshacerte de aquel o conllevar las consecuencias de tus actos.

YeonJun abrió su boca y ojos sorprendido ante las palabras del alfa. –¿Q-qué?.

–Él próximo mes empiezan las premiaciones. Tendrás tu propio performance con un alfa, un baile erotico. Días antes anunciaremos tu compromiso a las redes. Necesitamos que nuestra empresa no caiga en comentarios, no queremos que alguien como Choi Soobin y su empresa esté liada con la nuestra. Así que prepárate YeonJun.. Tu solo te has metido en esto.

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