22

Llego otro día con su resplandeciente sol alumbrando todo a su paso. Cualquier secreto en la oscuridad podía ser revelado con este sol tan hermoso y cálido. ¿Y qué hacía Saint? Pues estaba ayudando a la srta. Mipples a cargar con unas cajas a su casa. Saint vestía unos pantalones negros con zapatos casuales y una camisa de botones blanca.

—Siempre tan bueno, muchas gracias joven.— Ella agradece cuando llegan a la puerta. Saint ríe.

—No hay de qué, señorita. Solo avíseme y en cualquier cosa la ayudaré.— Él sonríe.

—Aish. Ojalá mis hijos hubieran salido como tú.— Ella se queja negando con la cabeza antes de abrir la puerta de su casa.

—Oh. Nunca he visto sus hijos, srta. Mipples.— Saint dice. Entrando a la casa para depositar la caja en el borde de la puerta (adentro). La caja estaba llena de libros.

—Es que ya no visitan a esta anciana.— Ella sacude su mano moviéndose pasito a pasito a su nevera. —Joven, ¿quieres algo de tomar? Caminamos mucho desde la biblioteca hasta acá.

—No, srta. Mipples. Estoy bien. ¿Dónde debo acomodar estos libros?

Bah. Dejálos en la caja.— Ella vuelve a sacudir su mano mientras cierra la nevera y vuelve a caminar pasito a pasito hacia la mesa de su cocina. Saint ríe un poco y se congela en su sitio con el ceño fruncido al sentir que no están solos. Mira a la puerta de la casa y ve a Zee de cuclillas parado ah afuera siguiendo los pasitos de la viejita como el zorro que es. Ahora mismo parece un gato. Contando sin remedio los pasos de la viejita. Moviendo su cabecita según los pasos. Sus orejitas de zorro por fuera. Súper atento.

—¡Ah! Zee, no me dijiste que estarías aquí.— Saint se para frente a él, bloqueando su vista, y le trata de hundir las orejas de nuevo a la cabeza.

—No es ese tu amigo, Saint.— La viejita dice mientras se sienta en la mesa con un suspiro agotado.

Zee ha hundido sus orejitas y ahora se pone de pie. Saint posicionándose a su lado con una sonrisa. —Sí. Srta. Mipples si no le molesta, le presento a mi novio.— Dice el joven.

—¡Oh! Novios.— La viejita agranda mucho sus ojitos. Pero sonríe. —Elegiste a un hombre muy guapo, Saint. Más vale sea bueno contigo. Leo muchos libros sobre el amor entre hombres.— La viejita muestra su pulgar en dirección a los novios. Estando de acuerdo con su relación en una dulce sonrisa.

Los novios ríen un poco.

🦊

Se sientan en la mesita de la srta. Mipples. Ambos frente a ella.

—Así que, si escucha ruidos de animales, no es que me estén "comiendo" srta. Mipples. Bueno, no en... Literal.— Saint tímidamente le dice. Rasgando su nuca mientras le regala una sonrisa.

—Oh. Ya veo. Así que te gusta hacer ruidos de animales, Zee.— La viejita voltea hacia el chico zorro quién está bastante serio. No parece estar ni pendiente a nada. Parece andar en el espacio.

—Huele a bebé. Amo su aroma.— Él dice. Agrandando y decreciendo sus fosas nasales como un zorro.

La srta. Mipples ríe toda sonrojadita. —Ay vaya. Si estás tratando de hacer que me caigas bien después de casi no nos hablabamos en estos cuatro años, está funcionando.— Ella dice y sigue riendo.

El zorro ríe también al igual Saint. Ambos felices con su visita hacia la srta. Mipples. El gatito de la señorita Mipples se acerca a Saint con un maullido. Saint lo mira y el gato brinca a su regazo para frotarse contra el pecho de Saint.

—Ey. ¿No eres tú una lindura?— Saint acaricia la cabecita del gato.

Zee ríe junto a la srta. Mipples quién sonríe con mucho cariño viendo a los novios súper cómodos con el uno al otro.

  🦊

   Los novios salieron de paseo un rato. Brazos cruzados mientras acababan de comprar malteadas y ahora tomaban de estos. Saint todo contento a su lado. Zee igual de feliz y cuando su novio dejó de beber del sorbete, él tomó un poco.

—¡Ja! Sabía que querías tomar de mi chocolate desde que vi tu arrepentimiento en elegir de fresa.— Saint le dice con una sonrisa bien grande. Zee sonríe mientras sigue sorbiendo.

—Oye ya que te lo vas a acabar.— Saint dice ahora tratando de darles la vuelta a ambos, pero ambos hacen un giro con pasos pausados porque Zee no se despega del sorbete. Cuando vuelven a quedar como estaban, Saint lo mira indignado y Zee deja el sorbete para restaurar su espalda. Ambos se miran a los ojos. Saint aún con un rostro enojado.

Hasta que Saint decide coger la malteada de su novio también y ahora correr con las dos malteadas. —¡Tengo dos para mí!— Él dice.

Zee ríe. —¡Oye!— Él llama. Persiguiendo a su novio.

Doblan por una calle hasta llegar a un pasillo sin salida y Saint alza ambos brazos arriba de su cabeza para ver si el zorro no los alcanza. Aunque ambos son casi de la misma altura.

—Estás muy graciosito hoy.— Zee le ronronea acercándose a él.

Saint ríe. —No vuelvas a tomar de mi malteada. Se me es vital para sobrevivir y con la comida no se juega.— Dice el humano cerrando sus ojitos con presión.

Zee ríe y le hace cosquillas en sus costillas por lo que el pelinegro comienza a expresar unos «Oh, ¡oh!» divertidos encogiéndose de hombros y deja caer las batidas. Estás cayendo al suelo. Brincando sus colores fresa y chocolates a los lados de los pies de ambos.

—Ouh. No.— Se queja el pelinegro mirando abajo a las malteadas. —Gastamos dinero en ellas.— Él se preocupa por el dinero que gastaron.

—Por mí esta bien mientras no estés enojado conmigo.— Zee le dice.

Saint lo mira a los ojos. —No estoy enojado contigo.— Él le dice.

—¿No?

—No.— El humano confirma y el zorro le da besitos en los cachetes.

—¿Vamos al cine?— Pregunta el zorro.

—Vamos.— Ríe el humano.

🦊

Después del cine, Zee espero fuera de las puertas del cine a por Saint. Porque había un carrito de galletas y Saint dijo que siempre iba ahí después del cine y que se conocían bien (él y el vendedor de galletas).

Zee espero cabizbajo para patear las pequeñas rocas del suelo.

Cuando apareció Saint frente a él con un brinco y diciendo: «¡Tachán!». Cuando Zee alzó la mirada: el chico estaba sosteniendo unas galletas con formas exactas de zorritos anaranjaditos de ojitos cerrados. El zorro admira las galletas. Sin decir nada aún. Sino que le sorprenden.

El humano deja de sonreír poco a poco. —¿No te gustan? Trajé dos más para tu hermanita y Laizza.— Él dice, cargando una bolsa marrón entre su brazo y debajo de la axila.

—Me fascinan.— Dice el zorrito. Tomando una de las galletas con una sonrisa que parece la de un niño. El humano vuelve a sonreír y se coloca a su lado (ambos contra la pared) mientras dan mordiscos de sus galletas. Viendo felizmente a la nada. Sonrojados. Sonriendo cada vez más y más mientras siguen masticando.

🦊

Sin que los novios lo sepan, por su vecindario andaba un hombre completamente vestido de negro ya con un cuchillo ensangrentado en una de sus manos con guantes negros de látex. Había matado a alguien del vecindario tal parece. La persona no muestra su rostro para nada del mundo.

La srta. Mipples estaba afuera de su casita sentada barriendo afuera de su casa. Ella ve a la persona pasar y no le presta atención de momento. Pero la vuelve a mirar cuando nota el cuchillo ensangrentado. Ella pega un pequeño respingo, y la persona se detiene en seco. La persona gira su desconocido rostro hacia la señorita. Ella pretende seguir barriendo con normalidad. Como si no hubiera visto nada. Pero su rostro muestra nervios.

Él entonces gira completamente hacia ella, y va a ir a donde ella a paso rápido.

Ella tira la escoba a un lado para comenzar a subir las escaleras rápidamente. El hombre la persigue hasta llegar a ella. Ella pega un grito, pero él le cubre la boca con una mano, adentrando a la señora a su propia casa y cerrando la puerta detrás de ellos.

*N/A: La srta. Mipples🥺 Espero les haya gustado, estaré tratando de actualizar este libro más seguido porque quiero que esta historia este completita y digna de disfrutar.

Por cierto, iba a poner a Saint en el libro 2 de Dragón Génesis (que actualmente es MewGulf) con cabello largo and 🔥🔥🔥🙈💖*

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