14

Los armónicos y instrumentos que brindaban emoción al baile seguían su curso con los músicos a una esquina. Zee llevo a Saint hacia el centro entre las demás personas que bailaban. Guardó el teléfono de Saint en uno de los bolsillos traseros. Perdido, el alto lo mira mientras se pone hombro a hombro con el zorro. —Así.— Le dice el zorro al posicionarse bien. Saint ríe un poco. Mirándolo al rostro con timidez.

—Ahora unimos nuestros codos.— Zee le enseña. Alzando un poco su codo derecho. Saint alínea su codo izquierdo con el suyo sin dejar de sonreír. —Pienso que lo haré mal.— Ríe bajando la cabeza un poco para cubrirse la cien derecha con una mano. Niega con la cabeza riéndose y baja la mano.

—No seas negativo y sigue me, ahora pateamos al frente.— Zee le dice. —Una, dos... ¡Tres!

Ambos patean en unísono y el pálido ríe. Retroceden tres pasos. —Ahora demos un brinco y choca tu pie derecho con mi izquierdo. ¿Listo?

—Ay, Dios.— Saint dice totalmente apenado porque no se sabe nada de esto. Aunque bueno siempre hay una primera vez para todo. El mundo se creo a base de una primera vez y varios días consecutivos. Decide asentir con la cabeza. Apenado en una sonrisa de labios.

—Bien, ¡ahora!— Zee anuncia. Pegan un brinco y Saint no logra chocar su pie con el del zorro aunque lo intentó así que se echa a reír completamente apenado poniendo su cabeza en el pecho del zorro quién también ríe. De momento la armónica medieval feliz de danza deja de escucharse a los oídos de ambos. Sus mentes están creando otra melodía. Una que es rítmica a paso lento pero cuidadoso. Suena romántico inclusive con pequeñas teclas de flauta que se alzan más que su ritmo acústico y una voz tan serena como el mar.

—Vaya. No mentías. Sí eres pésimo en bailar.— Bromea el zorro.

—¡Cállate!— Pide Saint entre rizas dándole un puño en el pecho mientras ríen.

No supieron cuando pero decidieron tomarse de manos derechas: Saint utilizando su mano izquierda para aferrarse al hombro del zorro y Zee usando su mano izquierda para rodearlo de la cintura. Feliz y tiernamente con un toque burlón; bailaron a dar vueltas. Dando brinquitos. No era el típico baile que los zorros estuviesen acostumbrados a seguir. Ambos ríen. Más de parte de Saint quién está disfrutando del momento.

Zee le da una vuelta en su lugar con un brazo alzado arriba de la cabeza de su buen vecino mientras que este gira en sus talones en cámara lenta. Al dejar de girar para darle cara, el zorro lo vuelve a tomar de la mano y de la cintura. Ambos quedando frente a frente en cámara lenta. Sus ojos viendo intensamente los del uno al otro. Con el doble o la misma valía de siempre. Saint fue el valiente que demostró la felicidad que esa mirada le causaba. Fue el primero de los dos en sonreír lentamente. Estirando la cornisa de sus labios pocamente hacia atrás para alzar sus cachetes. Haciendo de sus ojos dos medias lunas no cerradas.

A unos pasos de ellos, una niña salía de su choza con un jarrón de luciérnagas. Ella salía toda contenta de la puerta de su casita. Era rubia ella con un trajecito plateado de flores y sandalias. Pero se cae en el último escalón frente a su casa. Su mentón choca contra el suelo. El jarrón se rompe y se liberan muchas luciérnagas. Todas las luciérnagas vuelan por alrededor.

Las luciérnagas brillan con su color oro. Iluminando los rostros de los ciudadanos. Muchas se colocan alrededor de las personas así como de la pareja que gozaba del momento. Saint mira arriba para ver a las luciérnagas volar alrededor de ellos con una sonrisa. Zee también alza la mirada y mira alrededor. Sus rostros iluminados en oro. —¡Oh!— Saint se cubre la boquita con una mano mirándolas.

—¿Por qué te cubres la boca?— Pregunta chistoso el zorro. El de tez pálida lo mira con ojitos grandes sin destapar su boca para nada.

—Son muchos. ¿Y si entran a mí boca?

—Lo sacaré por ti.

—Eso sonó asqueroso justo ahora.

Ese comentario hace reír al zorro. Dos luciérnagas posan dentro de sus fosas nasales así que él deja de reír para mirarse comicamente (como puede) la nariz. Ahora quién ríe es el alto. El zorro sacude su cabeza repetidas veces así que las luciérnagas se salen de su nariz para seguir volando por alrededor.

La niña del jarrón se sienta para ver todas sus luciérnagas esparcidas. Llorando. Su madre baja los escalones a prisa para acuclillarse frente a la niña. —¡Se rompió mi jarrón!— Llora la niña.

Moi había dejado de bailar así que estaba paseándose por las chozas cuando vio a la niña llorando a unos pasos lejos de ella. Con la madre de la niña tratando de consolar a su hija. Detuvo un poco su caminata para mirar con interés la escena.

—Tranquila, hija. Pero mira. Hiciste a todos felices. Todos están contentos.— Su madre la trata de convencer. Acariciando su cabello con una mano. —¡Fuiste la héroe de todos!— Su madre convence con una sonrisa.

—¡H--Héroe!— La niña repite alzando sus puñitos contra su propio pecho y la madre ríe.

Moi camina hacia ellas y se acuclilla al lado de la mujer. Tanto la mujer como la niña la miran con interés. La niña teniendo los cachetes mojaditos por sus lágrimas. La zorrita de manos les sonríe con sus labios. —Lo siento. No sabemos hablar lenguaje de señas.— Se disculpa la madre de la niña. Sin embargo, la zorrita de manos gentilmente le niega con la cabeza en una gentil sonrisa de labios con una cálida expresión de ojos en medias lunas. Significaba: "No se preocupe". Seguido de ese gesto, mostró sus nueve colas tras su espalda. Volteando su mirada hacia la niña.

  "¿Quieres que te ayude a reunirlos todos?"

  Moi pregunto (claramente a su paso formando letra a letra cada palabra). La niña se le quedo viendo antes de sonreírle.

—¿Me ayudarás?— La niña le pregunta a Moi.

La zorrita de manos asiente con la cabeza. A la niña le brillan los ojos la propuesta. Sonríe en grande inclusive. Pero mira a su madre a por permiso. —Mamá, ¿puedo ir con ella?— Ella le pregunta.

Su madre está insegura de si dejarlas solas. Aunque hasta ahora no percibe ninguna vibra mala venir de la zorrita que no habla. La mujer las mira con preocupación antes de sonreír.

Bien. Pueden ir. Pero no se alejen mucho.

La madre da su permiso. La niña se alegra en demasía y la abraza por un corto lapso de segundos. Se pone de pie al retroceder para mirar a Moi.

—¡Deberemos tener redes! Espera aquí. ¿O prefieres pasar a mí casa?— La niña habla muy rápido por la emoción. Es la primera vez que un niño o niña o infante como tal, trata bien a la zorrita de manos. Ella sonríe feliz por la niña.

—¡Mejor quedate aquí! Vuelvo ahora.— La niña le dice toda rápida para subir los escalones de su choza.

—¡Moi!— La zorrita de manos escucha su nombre así que mira enfrente de ella para sonreír. Es su hermano y Saint. Ambos sonrientes. Hombro a hombro. —¿Qué haces?— Él pregunta con una sonrisa. La madre de la pequeña rubia se aleja de ahí toda cabizbaja. Los tres la miraron confusos. La pareja de chicos voltean hacia Moi apuntando a la mujer que se fue con sus dedos pulgares tras sus espaldas.

  —¿No es mi fan?

  Ambos preguntan en unísono. Y vuelven a mirarse en sorpresa con ojos grandes para reír. Moi ríe con ellos y brinca sus hombros.

—¡Ya tengo las redes!— La niña dice. Bajando los escalones con dos redes. Ella se detiene al lado de Moi para ver a los guapos chicos de enfrente. Saint le sonríe mientras que Zee se le queda viendo todo indiferente. —¿Oh? ¿Debí traer más?— Ella le pregunta a Moi. Moi la estaba mirando pero dirige su mirada hacia los chicos.

  "¿Quieren ayudarnos a recolectar las luciérnagas?"

  La zorrita le pregunta a los chicos con sus nueve colas. Formando letra a letra para cada palabra. —No veo por qué no.— Zee acepta. Mirando a su buen vecino quién también lo mira con una sonrisa y ambos asienten sus cabezas.

—¡Traeré más!— La niña vuelve a correr para subir los escalones.

—¡Cuidado con los--!— Iba advirtiendo el zorro de los escalones pero suspiro en alivio cuando la niña volvió adentro a salvo. Moi y Saint miran sorprendidos al zorro. Una ceja alzada en sus sonrisas de labios sarcásticas.

—Alguien sí se preocupo por alguien más que no fuese él.— Saint bromea mirando a Moi para fingir un respingo cubriéndose la boquita. Moi ríe.

—Ustedes dos cierren la boca. Yo me preocuparía por ustedes.— Zee les dice.

"Pero esta fue una niña cualquiera. Alguien fuera de tu círculo." Le comunica Moi con su lenguaje de señas.

—¿Ahora eres Facebook tú? Dejen de tomarme el pelo.— Zee dice por lenguaje de señas y hablado.

Ambos bromistas ríen.

🦊

Después de haber cazado todas o la mayoría de las luciérnagas con Moi y la niña, la pareja fue a la choza de Moi. Ambos estaban solos porque la hermana de Zee se quedó a jugar un poco más con la niña. Caminaron en la sala de estar. El zorro más adelantado que el humano.

—Haré unas cama para mí. Puedes dormir en mi vieja cama.— Dice el zorro.

Saint deja de caminar para verlo. —No.— Él dice y el zorro se da la media vuelta para mirarlo con una ceja alzada en un amigable rostro expectativo. —Digo, ¿no sería más fácil si dormimos lado a lado?


—¿No te molesta a ti?— Zee pregunta ahora caminando hacia él. Saint niega con la cabeza en una pequeña sonrisa.

—Listo para quitarte la peluca y... ¿Las vendas?

Saint se toca las vendas. —Me veré asqueroso.— Comienza otra queja.

—No.— Zee le dice. Los ojos del contrario hacen contacto con los suyos. El zorro tranquilamente acerca sus manos para suave y delicadamente agarrar un trozo de la venda y comenzar a desenvolver. Pasando el trozo de mano en mano. Rodeando la cabeza del alto. Hasta que silenciosamente el rostro aquel está exponiéndose.

Poco a poco.

Trozo de venda por trozo.

Hasta que la mitad de su rostro está desmantelado. Se siente como estar desnudo. Las vendas caen al suelo. Saint no lo mira. Tiene tanto miedo. Mientras que el zorro lo mira con impresión. Añoro. Adoración inclusive.

—Te ves hermoso.— Zee le dice. El alto alza la mirada para revelar que la mitad de su rostro quemado está en una carne color rosada agrietada como venas de piel. Como si algo le succionase parte del cachete y ojo. —Eres demasiado hermoso, Saint.

El silencio vuelve a reinar entre ambos. Solamente se miran. Con algo que va más allá de algo tan simple como el "deseo". No, no era sólo deseo por el uno al otro sino agradecimiento por la apreciación. Saint sonríe. —Has sido muy bueno conmigo y me has prestado mucha atención...

—¿Tanta atención que ya no corres de mí?

—Cierto. ¿Debería correr otra vez?

Saint bromea ahora queriendo pasar de él en un intento fallido de correr pero Zee lo abraza fuertemente así que ambos vuelven a reír. El alto habiendo pegado un grito de decepción. El zorro les da vueltas en su lugar antes de volver a ponerlo frente a él.

—¡Otra vez!— Saint le pide como un niño pequeño con una sonrisa.

—¿Otra vez? Como: ¿"Otra vez"?— Él vuelve a abrazarlos para darles vueltas en su lugar de nuevo. Ambos riendo. Hasta que vuelve a poner a Saint frente a él. —¿De nuevo?— Pregunta el zorro todo animado.

—No. Ya me cansé.— Dice Saint con un fingido tono de seriedad pretendiendo ignorancia al darle su mejor rostro de niño molesto. El zorro vuelve a reír y Saint ríe, quitándose la peluca para revelar su corto cabello negro.

—Bueno... Iré a bañarme. ¿Tú qué harás?

—Me bañaré después de ti entonces.— Le dice en una sonrisa el alto.

Zee se va caminando hacia el pasillo que conduce al baño. Saint está muy tranquilo viendo la peluca pero recuerda su teléfono así que estira una mano hacia enfrente.

—¡Espera! Zee, el teléfono.— Pide el alto. Pero este cierra la puerta. La manita estirada de Saint cierra sus deditos para formar un apenado puño.

«Espero él no revise mi Google y vea las miles de historias de furros y humanos que leí.» Piensa apenadamente Saint con un rostro muy preocupado.

*N/A: 😘😘✨ Espero les haya gustado. Tuvimos mucho love de la pareja en este capitulo~ Espero les haya gustado las canciones. El vídeojuego tras la lírica de Meaning (una de las canciones) yo lo jugué y lo amo. Es uno de mis juegos favoritos jeje. Sin más, cuídense😘*

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