Introducción


Viernes, 23:37 de la noche, algún lugar sin determinar de Funky City.

Un chico de cabello naranja y suéter verde, de nombre Pico, caminaba con pesadez por las calles anochecidas de la ciudad. Llevaba puestos unos auriculares en los que iba escuchando una canción de uno de sus grupos preferidos: Guns N' Roses.

Le gustaba bastante esa banda y el propio nombre de esta, "armas y rosas". Le parecía interesante que unieran en un mismo grupo dos cosas tan diferentes. Una unión de algo "bueno" como lo son las rosas y "malo" como lo son las armas.

Y un arma era justamente lo que el chico sujetaba en su mano izquierda mientras seguía caminando, y lo que siempre llevaba consigo. Tal vez por eso tuviera esa fama de malo.

Y bueno, quizás también tuviera que ver con que el chico había buscado a alguien para matarlo unas horas antes, un "trabajito", como él solía llamarle a sus asesinatos. Y eso era lo que hacía cada día.

A menudo pensaba que eso no era del todo correcto, pero seguía haciéndolo, ya que su moralidad se había ido al carajo muchos años atrás, después de un "incidente" sucedido en su escuela.

Así que al final decidió aprovechar su habilidad con las armas y su poco arrepentimiento para dedicarse a ser un sicario a sueldo.

De todos modos, no es como si tuviera a alguien que fuera a impedírselo.

¿Familia? Su padre, un hombre apodado Tankman, líder de un ejército, lo había expulsado de casa en cuando cumplió los 18.

¿Amigos? Una suicida asiática y un negro piromano, de nombre Nene y Darnell, que estaban igual o más locos que él. Eran sus compañeros de piso también.

¿Pareja?

El único amorío que tuvo sucedió con un peliazul llamado Boyfriend cuando ambos tenían 13 años, y a esa edad tampoco es que nada pudiera considerarse una relación seria.

De todos modos, ambos lo dejaron hace mucho, así que no había tenido ningún interés amoroso en varios años. Decidió que sería más inteligente no tener pareja, y así no correr riesgos de herir a algún ser querido.

Un poco triste, pero más triste sería dañar a alguien a quien amase, ¿no?



Pico seguía sumergido en sus pensamientos, tarareando en voz baja la canción que escuchaba, mientras caminaba por las calles oscuras.

—Ugh... me prometí a mi mismo no hacer encargos tan tarde— el chico revisó la hora una vez más— Ni siquiera me acuerdo de como volver a mi casa ya.

El pelirrojo se acercó a un banco, se sentó en él y dio un suspiro agotado. 

—Supongo que puedo dormir aquí— se dijo a sí mismo— Y mañana ya volveré con Nene y Darnell... después de cumplir el trabajito que no pude hacer hoy.

Antes de tumbarse, se quedó mirando unos segundos a la carretera, prácticamente desierta por las horas que eran. 

—Me pregunto cuando podré dejar de hacer estas cosas— se dijo en voz baja, tumbándose en el banco— O si podré hacerlo...

Pico se tumbó en el banco de espaldas a la carretera, y cerró los ojos, tratando de dormirse.

...

...

...

ZIUUUUMMM...

Se escuchó el sonido de un coche aproximándose a gran velocidad. Sonaba como si estuviera lejos, pero a los pocos segundos el ruido era tan fuerte que parecía estar ahí mismo.

¡ÑIIIIIC! 

Después se escuchó un frenazo. Ahí estaba el vehículo.

Pico estaba escuchando todo eso, pero decidió ignorarlo. De seguro solo era alguien que iba a entrar a alguna de las tiendas o bares de esa misma calle.

—«Con suerte ni me verá»— pensó el pelirrojo, sin moverse

"Hmm... ¿es ese?"

Quien fuese que acababa de salir del coche habló. El chico no vio quien era, pero su voz era masculina y ronca, debía ser un hombre adulto cualquiera.

"Blanco, pelirrojo, no muy alto... Debe de ser él"

Espera, ¿que? ¿Ese hombre hablaba de él? Era lógico que lo hubiera visto, pero... parecía que ese alguien había ido a buscarlo en vez de habérselo encontrado por casualidad.

"Pico Newgrounds, levanta. Ya"

La voz se le hacia algo conocida al oír hablar de nuevo, pero no era nadie de su familia, ni tampoco un amigo. Solo le sonaba de haberla oído.

Aún así, permaneció quieto.

"No te mueves, ¿eh?"

Se escucharon unos pasos, y después sintió como intentaban quitarle el arma de su mano izquierda. 

Sabía que no debía moverse, pero fue casi como un acto reflejo: El chico se levantó y golpeó al hombre en la cara, haciendo que este cayera al suelo.

—NADIE toca mi arma— le dijo Pico fríamente, pistola en mano, mientras el hombre se cubría la cara

—Bien, bien...

El misterioso hombre se levantó del suelo, y Pico pudo ver finalmente cómo era este.

Vestía un traje completamente negro, con la camisa abierta, y unos zapatos de este mismo color. Tenía el cabello gris, los ojos rojos y aparentaba unos cuarenta años. Ah, y también tenía la piel de un color morado claro.

Esto último habría sido más raro, si no fuera porque Pico lo reconoció de inmediato: Se trataba de Daddy Dearest, la popular ex-estrella del rock.

—Veo que lo que decían de ti era cierto, Pico— Dearest miró hacia abajo, pues era mucho más alto que el pelirrojo, y sonrió— Nada mal

—¿Que hace usted aquí?— preguntó Pico seriamente, con el dedo en el gatillo del arma 

—Relájate, solo quiero encargarte algo— siguió hablando este, con tranquilidad— Ambos sabemos bien a qué te dedicas.

El chico se quedó helado un segundo.

—Supongo que si...— contestó Pico, y después subió el tono de voz— ¡Espere! ¿Como me conoce? ¿como me ha encontrado?

—Conocía a la persona que se supone que debías matar hoy. Y ya me he encargado de ello— Dearest rio un poco al decir eso— Así que ahora estás libre para lo que voy a encargarte, ¿no?

—Depende— el chico dudó antes de responder— Pero cuénteme 

—Bueno, ya que me conoces a mi, supongo que habrás oído hablar de mi hija, ¿no?— preguntó el del cabello gris, mirando algo en su celular. Después mostró una foto al sicario

Pico miró la imagen del teléfono. En ella aparecían Daddy Dearest, la esposa de este y la hija de ambos, una chica castaña y sonriente de unos 20 años, a quien Pico reconoció.

—Si... Girlfriend— contestó el pelirrojo. Esa chica era muy popular en la ciudad, solía ser el centro de las miradas, especialmente por sus padres y su atractivo físico.

—Bien, pues lo que te propongo es que seas su guardaespaldas— siguió hablando Dearest— Ya sabes, protegerla de los peligros, acompañarla, y... evitar que se acerque a los chic-

—No, no, de ninguna manera— Pico interrumpió al hombre, negando con la cabeza— Creo que no se ha enterado de a qué me dedico. Yo no soy un guardaespaldas, soy un-

—Sicario, lo sé— ahora fue Dearest quien interrumpió al pelirrojo— Pero creo que cuidar de mi hija es algo que puedes hacer de todos modos, ¿no?

Pico miró al hombre con sequedad. No le hacía especial ilusión ser un niñero, y menos de una chica de su edad que probablemente podía cuidarse sola. Además, esa tal Girlfriend tenía pinta de ser una mimada insoportable.

—Vamos, te pagaré correctamente. Y tendrás habitación en mi casa mientras realices tu trabajo— le ofreció el hombre-demonio — Es mejor que compartir piso con ese par de locos...

—¿¡Como sabe eso!?— preguntó Pico, alarmado

Dearest rio un poco, sin dar una respuesta, y después volvió a mirar al pelirrojo.

—En fin, ¿aceptas o no?

Pico reflexionó un poco antes de aceptar o rechazar la oferta. No le gustaría hacer el trabajo que Dearest requería, por supuesto.Pero, por otra parte, la oportunidad de tener un sueldo decente sin matar a nadie era tentadora...

—Si te sirve como incentivo, quizás tengas que hacer también tu trabajo como sicario— siguió hablando el hombre— Aunque eso sería tomar medidas desesperadas...

—¿A que se refiere?— preguntó Pico

El hombre alzó una ceja al oír esta pregunta.

—¿Acaso no has oído hablar del novio de mi hija?— preguntó este, sin tomar al pelirrojo muy en serio

Antes de que este pudiera responder, Dearest volvió a sacar su teléfono y tecleo algo en él. Pocos segundos después, mostró la pantalla del celular a Pico.

En este podía verse una publicación de Instagram, en la que se anunciaba un concierto... y en la imagen de esa misma publicación aparecían Boyfriend y Girlfriend sonriendo a cámara.

—Ese es...— Pico dudó un poco al mirar al peliazul

—Boyfriend. El intento de rapero que vive por aquí. Es... bastante conocido— el propio hombre miró la imagen con asco— Y además es el novio de mi hija

Teniendo en cuenta lo famoso que era Boyfriend, a Pico le sorprendió no haberse enterado de eso. Aunque, de todos modos, no era de extrañar que los dos jóvenes más populares de la ciudad fuesen pareja.

—En caso de que ese pitufo no deje de acercarse a mi hija, tú tendrás que intervenir— el demonio guardó su celular y señaló a Pico— Haciendo tu trabajo como sicario

—Eso... ¿no sería pasarse un poco?— preguntó el chico, tragando saliva

—Oh, vamos, te dedicas a matar gente, ¿vas a decirme ahora que tienes sentido de la moralidad?— respondió Dearest con sarcasmo

—...

Pico se quedó en silencio ante este comentario. Probablemente le hubiera dolido si no supiera que lo que el hombre decía era verdad. Ya no le quedaba compasión por casi nadie.

—Lo haré— contestó finalmente Pico

—Excelente— sonrió Daddy Dearest

El hombre sacó un control remoto de su bolsillo y lo clicó. Al momento, el coche en el que vino hizo un ruido y se abrieron las puertas de este.

—Te explicaré lo que tienes que hacer y te hablaré de mi hija de camino— explicó Dearest, subiendo al asiento del conductor— Así que vamos 

El pelirrojo asintió, se acercó al vehículo y subió en la parte trasera del coche, rumbo a la mansión de los Dearest.

¿Acababa de conseguir  su gran oportunidad? ¿o había cometido el error de su vida? En ese momento Pico no tenía ni idea, pero no tardaría en descubrirlo.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top