Capítulo Especial: ¿Inseguridad o celos?
El sentirse insegura es un sentimiento que puede comenzar como algo pequeño, pero poco a poco convertirse en algo más grande y pesado, la presión que se acumula en tu pecho al sentir que nuevamente estás perdida en el basto mar de emociones que reflejan miedo, vergüenza y culpa. Ruri pensó que cuando sus aventuras como cazadora y pilar concluyeran realmente viviría el tan conocido "felices por siempre", sin embargo el tiempo mismo le enseñó que la última página de aquel manga, aunque detalló un "final", realmente era solo el inicio de su verdadera historia
Historia que comenzaría a grabarse en páginas completamente blancas, marcando un nuevo rumbo y por supuesto, experiencias. Actualmente se estaban despidiendo del caluroso y húmedo verano para dar la bienvenida al otoño, los arboles poco a poco iban abandonando su tonalidad verdosa para escalar a colores amarillos y naranjas, por lo que era habitual en Ruri dar una barrida cada mañana antes y en otras ocasiones, durante la llegada de los alumnos del Dojo Rengoku
Había sido cuestión de casi un año para que el mismo abriera sus puertas y comenzara a impartir sus clases, primero como una demostración y charla para captar el interés de las personas y luego la inscripción en donde se pondría a prueba durante una semana la habilidad de los jóvenes valientes. Shinjuro ejercía el papel de maestro, pero se apoyaba más en la parte teórica y de demostración, similar a varios de sus profesores de Educación física
Bueno, no podía culparlo, ya que si bien había comenzado a ejercitarse y tomar una espada de bambú entre sus manos, no era fácil volver a ser la persona que fue antes. Su esposo, Kyojuro era por supuesto, quien más entrenaba con mucha pasión y euforia a los alumnos, seguido de un tímido y más reservado, Senjuro. Era a él a quien acudían todos cuando ya no daban más con su vida y sentían que vomitarían el desayuno de ese día
"También me gustaría participar..."
Los ojos verdes observaron fijamente el movimiento de un pequeña hoja al caer con un vaivén elegante hacia el suelo, por lo que soltando un suspiro de resignación se encaminó hacia la misma para tomarla con una de sus manos y llevarla con las demás que había amontonado, sin embargo algunos gritos y exclamaciones de euforia captaron su atención, curiosa de esto, asomó su cabeza solo para ver lo mismo de casi todos los días, con la diferencia de que Ruri percibía que este comportamiento empeoraba con el pasar del tiempo
Era natural en cierta forma que las jóvenes solteras se escaparan de sus clases o rutina para ir a curiosear en el Dojo, lugar en donde probablemente estaban sus prometidos o interés amoroso, las comprendía, ya que ella también solía mirar con mucha atención las prácticas de su esposo contra algún otro pilar. Volviendo ahora a la actualidad, sentía como si hubiera madurado un poco desde entonces, sin embargo la sonrisa que se había plasmado en sus labios comenzó a borrarse al ver a Kyojuro y Senjuro hablar con el grupo de señoritas
"Celos" probablemente sería lo primero que pensarían las personas al ver su comportamiento, pero no era esencialmente eso, en un principio Ruri había visto a la jovencitas ir en diferentes horarios para llevar obentos o toallas a sus intereses amorosos, sin embargo pronto cayó en cuenta de que muchas otras apuntaban ya fuera al joven Senjuro o... Kyojuro. No era una sorpresa, la peliverde era muy consciente del gran hombre con el que se había casado y por lo mismo se había sentido como "la favorita de Dios", por lo que había ignorado durante meses todo esto... al menos hasta que llegó su etapa de embarazo
Durante los primeros meses Ruri había llevado a cabo su labor de regar las plantas y dar una barrida para luego abrir las puertas, pero cuando tenía tres meses sus cambios de humor eran un poco... evidentes, por eso siempre se molestaba en mirar la situación cinco veces para estar segura de que no era ella exagerando el escenario ante sus ojos. ¿Qué ocurrió precisamente? La peliverde ya se había casi que familiarizado con todas las señoritas, sin embargo con el tiempo fue notando que una de ellas en especifico, se acercaba demasiado a Kyojuro
"Vamos, no seas infantil Ruri"
Se había repetido lo mismo una y otra vez e ignorado su incomodidad al respecto, ya que Kyojuro podría estar escuchando la conversación tranquilamente, pero una vez se enteraba de su presencia, el mismo volteaba para ir a su encuentro y abrazarla, no solo eso, también la había presumido en algunas ocaciones. Es por eso que Ruri cargaba con aquel sentimiento de culpa, él no había hecho nada malo, entonces ella no debería enojarse porque una señorita tratara de tomarse de su brazo, pedirle un elogio por su vestimenta o peinado
Luego de ordenar sus pensamientos, todo había ido de maravilla y pronto se había acostumbrado al bullicio de cada mañana, sin embargo el embarazo le jugó en contra y los sentimientos de inseguridad solo seguían creciendo y arremolinándose en su pecho, dolía, pero se mantuvo en silencio porque sabía que era solo una mala jugada de sus emociones y también una sola caricia o sonrisa de Kyojuro, era suficiente para calmar su corazón, pues solo ella tenía ese trato exclusivo, nadie más
Ruri dio lo mejor de si para ignorar a aquella señorita, pues tampoco podía dar por hecho si su corazonada era cierta y también cuando cumplió su sexto mes de embarazo, Kyojuro le pidió a su progenitor dejarle libre los próximos meses, pues quería compartir y cuidar de su amada esposa los pocos meses que quedaban antes de dar a luz. Eso hizo muy feliz a la peliverde y Shinjuro, si bien al principio no le sentó muy bien, pues tendría que tomar el lugar de su hijo, pronto comprendió que no podía negarle ese derecho
Los meses eventualmente pasaron, Shōjuro llegó a sus vidas y por ende su padre volvió al trabajo una semana antes de que el pequeño cumpliera un mes, luego de dos semanas y debido a la insistencia de su esposo, Ruri iba cada día a la finca Rengoku, pues solo así Kyojuro se quedaría tranquilo y podría verles en el descanso. La peliverde por su lado se decidió en apoyarles con la comida y limpieza, ya que su querido Shōjuro era un bebé dormilón y comelón, así que no había problemas, ni malas noches
Al final el pasear por las mañanas con Shōjuro para que tomara algo de aire fresco o sol, se volvió una rutina para Ruri, por lo que con un suspiro dejó de mirar aquel escenario y llevó la pequeña hoja junto a las demás, para luego perderse entre los pasillos. No sabía si aún seguía sensible, pero por lo mismo era mejor evitar y también cuando corrió la puerta de bambú, ya una pequeña personita despierta la esperaba. La peliverde no pudo evitar sonreír al ver las diminutas manitas moverse con alegría y fuerza en su dirección
Su querido y lindo Shōjuro, él realmente era su pequeño resplandor desde el momento en que le tuvo entre sus brazos. Su corto cabello rubio que revelaba una combinación de rebeldes mechones rojos y negros, mientras que sus ojos brillaban con aquel característico dorado, Ruri pronto le tomó entre sus brazos y besó su frente y mejillas con inmenso amor y ternura, cada día agradecía enormemente tener una pequeña versión de su esposo, ya que era como si pudiera ver al infantil Kyojuro
— Shōjuro ¿quieres pasear? —le cuestionó Ruri mientras su bebé le regalaba una sonrisa— creo que ya deben haberse ido...
La estaba evitando, esa escena de Kyojuro y aquella señorita. Probablemente si eran celos, pero su consciencia constantemente le culpaba y avergonzaba por tal sentimiento, Ruri sabía que ya no era una niña, sino una mujer casada y también madre, confiaba en su esposo más que nadie en el mundo, entonces ¿por qué se sentía tan insegura? Ya en el pasillo y con su bebé acurrucado en sus brazos, la peliverde se enfrascó en el paseo y trato de tararear para su pequeño
La suave melodía mantenía entretenido a Shōjuro, quien cada día parecía despertar más curioso y Ruri solo podía admirar los cambios en su bebé. Ser madre es un sentimiento cálido, aunque hablaba solo en base a su propia experiencia, no podía colocarlo como una realidad para todas, ni tampoco pintarlo con el color de las rosas. Había amor, pero también sacrificio, alegría, así como cansancio. Pronto un ligero tirón de un mechón rebelde de su cabello captó su atención, Shōjuro lo había tomado entre sus pequeñas manos y lo miraba fijamente como si de un tesoro se tratara
"¡Kya, eres tan lindo!"
— ¡Pero, Rengoku-sama!
— ¿Realmente las clases son tan difíciles como se rumorea?
— ¡Lo son! Mi prometido sale muy cansado cada día
— ¡Ara, pero eso les convertirá en hombres muy fuertes!
El tarareo se detuvo y su expresión se tornó seria, Ruri sentía que esa mañana no tenía nada de suerte, pues pensaba que ya las señoritas se habrían retirado, pero allí estaban, algunas elogiando de manera sincera las enseñanzas y otras por su mirada y su voz, la peliverde sentía que no tenían intenciones francas. Nuevamente el sentimiento que tanto le molestaba comenzaba a apretarse en su pecho, mientras sus verdes ojos contemplaban a aquellas lindas y finas señoritas
Todas ellas usaban kimonos lindos y coloridos, su cabellos recogidos con delicados adornos que embellecían sus rostros, junto al discreto como también maduro maquillaje, eran jovencitas que se preocupaban por lucir hermosas ante todos, pero ¿ella qué? Ruri volteó a mirar por los vidrios de una gran ventana. Llevaba un kimono de color amarillo pastel con flores, sencillo y cómodo, nada de maquillaje, excepto labial y su cabello lo llevaba atado en una coleta, sin embargo algunos mechones se escapaban, por lo que lucia desordenado
"Ah, soy tan descuidada"
Nunca había sido muy femenina, prefería usar ropas cómodas y sencillas de portar, conocía ciertos peinados básicos, pues lo que menos quería era tener el cabello estorbando su rostro y en cuanto al maquillaje, realmente no lo veía necesario, pues si bien no se consideraba hermosa, tampoco pensaba que fuera horrible sin el, únicamente sus labios sentía que debía darles algo de color, pero ahora mismo la comparación le hacia sentir menos y avergonzada. ¿Por qué tenía que tener tales sentimientos? La culpa le estaba carcomiendo e inevitablemente las lágrimas parecían querer acumularse en sus ojos
Tal vez habría hecho un tonto drama si Shōjuro no hubiera alargado su manita hasta su rostro y palmeado algunas veces, captando así su atención. Ruri espabiló y respiró profundo para luego abrazar a su pequeño, no debía ser negativa, ni pensar en tonterías, sabía que Kyojuro la amaba por quien era, por lo que miró atrás una última vez solo para toparse con aquellos ojos café que la observaban fríamente, la peliverde se sorprendió un poco ante esto, sin embargo solo realizó una corta reverencia para así poder marcharse
La joven la siguió con la mirada hasta ya no verla y no pasó mucho para que su expresión se endureciera, odiaba la presencia de aquella mujer. Bueno, si es que a eso podría llamársele realmente una mujer o dama ¿cómo podía ser tan cómoda con su apariencia? Es por eso que las palabras de su madre sin duda acertarían, Rengoku Kyojuro pronto se cansaría de esa inadecuada chica y entonces le vería a ella, una señorita de buena procedencia, con finos modales y sobre todo, hermosa y elegante
La belleza lo es todo para un hombre y si se trata de uno con historia y larga tradición familiar, lo que necesita a su lado es una dama que esté a su altura, no a una chica que parecía más bien la de servicio o niñera del pequeño niño, por eso solo esperaría y observaría la situación tranquila, pues no importaba si su interés ya tenía un hijo, ya que solo debía quitárselo a esa mujer y luego echarla. Kyojuro sin duda le agradecería el aceptar al pequeño como suyo, al ser mucho más apta para criarle
"Por eso sin duda alguna, la paciencia es una virtud"
Los días continuaron pasando y Ruri dejó de dar sus pequeños paseos, limitándose únicamente a sentarse en el pasillo que daba al patio para que Shōjuro pudiera tomar algo de sol y ver las hojas caer, era lo mínimo que podía hacer hasta asegurarse de haber enterrado aquellas inseguridades, no era una mujer débil, por eso debía superar esto sin ningún problema. Las horas pasaron y Shōjuro se quedó dormido, así que Ruri lo acostó en el futón y cubrió con una fina tela, sus mejillas regordetas y rosaditas le invitaban a pellizcarlas
De repente la puerta corrediza se abrió con cuidado y Ruri volteó solo para toparse con Kyojuro, quien le sonreía suavemente mientras llevaba uno de sus dedos a sus labios ¿por qué estaba allí? Actualmente debía estar ocupado instruyendo a los alumnos y aún faltaban como dos horas para el almuerzo, los ojos verdes le miraron curiosos y terminaron por agrandarse cuando su esposo acortó la distancia para envolverla entre sus brazos con cariño
— Ruri, te extrañé —le escuchó susurrarle mientras enterraba su rostro en su cuello y aspiraba su aroma
"Oh, Kyojuro..."
— ¿P...Por qué estás aquí? —no pasó mucho para que se arrepintiera de hacer aquella pregunta, pero fue en lo primero que pensó en ese momento— ¿qué sucede con las clases?
— ¡Tienes razón! —exclamó un poquito alto y Ruri le miró con el ceño fruncido— lo siento, dije que iría al baño
— ¿Ya fuiste?
— Mentí
— ¿Qué? ¿Por qué?
— Porque quería verles, por supuesto —rió Kyojuro tocando su rostro mientras aprovechaba la confusión en aquellos hermosos ojos verdes para besar sus labios con ternura— ¿Shōjuro se ha portado bien? —inquirió esta vez deslizándose hacia donde estaba el pequeño
— Si... —respondió Ruri aún aturdida por el beso— es un buen bebé —añadió al verle inclinarse hasta dejar un beso en la frente del pequeño y dedicarle una mirada de completo amor
"Soy una tonta"
— Bueno, ya debo volver —suspiró algo triste
— Está bien, prepararé algo delicioso para almorzar —le prometió Ruri más animada mientras acomodaba algunos mechones rebeldes— buena suerte, Otou-san
— ¡Umu, Oka-san!
Con solo eso Ruri vio marchar a su esposo hacia la sala de entrenamiento y ella por su parte, se sintió más contenta, aunque también tonta por llenarse de inseguridades que realmente no venían al caso, por lo que acomodando mejor su cabello y con una sonrisa en su rostro, se dirigió hacia la cocina para preparar algo sumamente delicioso. Las dos horas pasaron y los alumnos salieron como si huyeran del diablo, aunque tal vez era porque más bien morían de hambre
Senjuro no tardó en alcanzar a Ruri en la cocina, quien lucia muy contenta mientras tarareaba y bailaba al ritmo de la melodía. El menor no pudo evitar alegrarse también, ya que había notado que su cuñada no salía ya por las mañanas y le veía cabizbaja y ausente, pero ahora era la misma de siempre y eso le encantaba de ella, Ruri era como la alegría de la finca Rengoku y si ella estaba deprimida, todo parecía ir mal en el hogar
— Ruri-san
— ¿Si, Senjuro-kun?
— Ani-ue fue a despedir a los alumnos, bueno también a advertirles que no se pueden saltar el entrenamiento de la tarde —le comentó, pese a que Ruri ya lo sabía— ¿qué tal si vas por él y yo termino de preparar la mesa?
— Ya veo, ¡gracias, Senjuro-kun! —le abrazó la peliverde antes de abandonar la cocina en dirección a la entrada
Efectivamente Kyojuro se encontraba despidiendo a los últimos alumnos que habían hecho el tonto intento de convencerlo en cancelar las clases de la tarde, sin embargo una vez vieron a sus prometidas ir a recogerles, los mismos afirmaron que regresarían a entrenar con entusiasmo. Rengoku soltó una corta risa al verles marchar, además de notar las miradas y pequeñas caricias por parte de las parejas, aquello le hizo pensar en Ruri y esos días en que descubrió que estaba perdidamente enamorado de ella
El como su corazón latía con fuerza al tenerla cerca, ahora cada roce de mano, cada mirada y el movimiento de sus labios al hablar le provocaban una pelea de fuegos en su estómago. Ruri puso su mundo de cabeza y ahora giraba alrededor de ella, volviéndole codicioso en querer tomar su pequeña mano en comparación a la suya, perderse en el esmeralda de sus ojos y besar sus labios rosados hasta el cansancio mientras se atrevía a percibir su aroma
"Mi Ruri, mi hojita"
— Hum, Rengoku-san... —habló una voz femenina a su espalda, Kyojuro giró para ver una mano tomarle del dobladillo de su hakama— ¿cómo se encuentra? —inquirió esta vez
— ¡Buenas tardes, señorita! —le saludó amable— disculpe, pero ya todos los estudiantes se han retirado a sus casas —le informó listo para marcharse
— ¡Espere! —le detuvo— no busco a nadie, solo quería saludarle, ya que ha pasado un tiempo...
— ...Hum, disculpe la rudeza, pero ¿quién es usted? —cuestionó al no dar con el nombre de la joven— ¿tal vez una amiga de mi hermano menor, Senjuro?
— ¡¿Qué?! —se escandalizó la mujer antes de tapar su rostro con su abanico— ...soy Asuka, una vecina y crecimos relativamente cerca, aunque es cierto que... he hablado más con Senjuro-san —tosió ligeramente tratando de ocultar su vergüenza
— ¡Ya veo, es la señorita Tanaka! —Kyojuro finalmente recordó a la familia de la muchacha— ¿cómo se encuentran sus padres?
— Muy bien, se mantienen sanos —respondió Asuka más confiada al ver que si recordaba algo— pero Rengoku-san, hemos sido cercanos desde niños ¿por qué hablamos con tanta formalidad? —inquirió acercándose— debería ser normal al menos decir nuestros nombres
"No puedo dejar pasar esta oportunidad, no lo haré"
— Puede ser cierto, nuestras familias han vivido en el mismo barrio desde que tengo memoria, sin embargo no deseo ser grosero —se disculpó
— Ara, ¿acaso es una persona tímida? —cuestionó esta vez empleando un tono más suave, perfecto para seducir— ¡vamos, es muy fácil! ¡Kyojuro-san! ¿Lo ve?
— ¿Por qué...?
— Kyojuro-san, me alegra ver que se ha vuelto un hombre muy confiable, le admiro —declaró para esta vez tomarle del brazo mientras plasmaba una sonrisa encantadora en su rostro
Aquello no podía fallar, su madre le había dicho que los hombres eran presas fáciles ante los buenos tratos y las palabras dulces, saben que una mujer no sería amable, ni trataría de ser cercana con un hombre que no guarda interés, por eso Rengoku Kyojuro que ya debía estar aburrido de esa mujer, por supuesto que se sentiría complacido con su atención, halagos y por supuesto que le permitiera tocarla, sin duda sería suyo
— Kyojuro-san, a decir verdad... —añadió esta vez más cerca, tanto que podría parecer inmoral frente a otros, pero no importaba, pues ella sería la nueva señora de ese lugar— desde hace mucho tiempo, yo a usted..-
— Señorita Tanaka —le cortó Rengoku inexpresivo mientras liberaba su brazo de entre sus manos, para luego tomar la debida distancia— ¿qué es lo que cree que está haciendo?
— ¿Disculpe...? —balbuceó estupefacta
— Su comportamiento me parece de lo más inapropiado y grosero. ¡Usted es una dama soltera y yo soy un hombre casado! Le debo respeto a usted y sus padres, así como fidelidad y amor a mi esposa, sus acciones no son correctas —habló Kyojuro cerrando ligeramente sus ojos para luego darle la espalda— no sé que es lo que iba a decir antes y me temo que tampoco deseo saberlo, solo le pido que recuerde quien es usted y también que mi esposa es Rengoku Ruri, no aceptaré ningún insulto hacia ella
— ¡Kyojuro-san! ¡No es eso! —soltó Asuka desesperada— ¡no era mi intención, yo solo-!
— Es incómodo
— ¿Qué?
— Escuchar mi nombre de la boca de otra mujer, es incómodo —confesó esta vez con una expresión que reflejaba tristeza— por favor, no avergüence a sus padres más y no vuelva a llamarme por mi nombre, ya que solo mi esposa puede hacerlo, nadie más.
Sus palabras fueron certeras y tajantes, Asuka no tenía ningún argumento al cual acudir para que él volteara a verla, no había nada, pero ¿por qué? ¿Por qué Rengoku no le miraba cuando era una mujer tan fina y hermosa? ¿Que tenía esa otra mujer que ella no tuviera? Ni siquiera había punto de comparación ¿era acaso por qué le había dado un hijo? Era posible dado el fuerte sentido de responsabilidad de Kyojuro, sin embargo la forma en la que mencionó el nombre de esa chica y el como la miraba...
"No puede amarla en serio, no es posible"
La vergüenza solo podía crecer a cada segundo dentro de ella ¿realmente había sido rechazada? ¿Ella que había recibido la mejor educación para ser una dama fina y digna de un señor? Eso no tenía sentido, no lo tenía para nada ¡poseía belleza, elegancia, educación, una familia honorable! ¡Lo tenía todo para ser la esposa perfecta! Entonces ¿por qué Rengoku Kyojuro apareció casado de la noche a la mañana con una desconocida? ¿Acaso no habían sido sus padres quienes apostaban todo a que ella sería su esposa algún día?
¡No era justo! ¡Rengoku había perdido la cabeza por completo! Aquella mujer que respondía al nombre de "Ruri" no tenía elegancia, tampoco era una gran belleza, ni siquiera parecía saber de moda, más bien resultaba más adecuada para trabajar como sirvienta, entonces ¿por qué se casó con ella? ¿Tal vez la embarazó sin desearlo? O peor aún ¿ella se arrastró bajo sus sábanas para poder tener una mejor posición? Era la única explicación, pues solo ese niño era su seguro en ese lugar
Quizás Rengoku había sido tajante y frío con ella para proteger su integridad como la de su hijo, pues sin importar la procedencia de la madre, seguía siendo un descendiente de la familia, ya que sería el colmo que aquella mujer tuviera el descaro de engañarlo. Ahora mismo él debía sentirse atado a la responsabilidad de ser padre, por lo que debía manejar con cuidado el asunto, eso debía ser. Asuka terminó por soltar un suspiro buscando calmarse al haber hallado una explicación que le satisficiera
Es claro que no sería fácil para un hombre amable como Kyojuro el manejar a una mujer manipuladora como aquella, había sido lista al menos en saber usar a su hijo, pero ella también era mujer y por lo tanto, no se dejaría engañar por su falso teatro, la pondría sin duda en su lugar y haría que se marche por voluntad propia, solo así las cosas tomaran al cauce original que debió haber seguido, sin embargo Asuka al pensar nuevamente en el aspecto de Ruri recordó que ya le había visto antes
Claro, aquella mujer utilizaba un uniforme bastante similar al de Kyojuro, entonces en ese lugar debió conocerla y dado que se volvió cercana incluso a su hermano menor, fue más fácil meterse a su cama y quedar embarazada, sin duda una jugada bastante sucia. Bueno, ahora no podía hacer nada, pero mañana definitivamente la encararía, no tenía necesidad de tener pena o compasión porque esa mujer era una mentirosa y sobre todo, no estaban para nada a la misma altura
"Ruri, te arrepentirás de haberte metido en donde no perteneces"
Un nuevo día llegó y Asuka se dedicó a observar desde la distancia al grupo de señoritas, de las cuales ella también acompañaría, de no ser por el supuesto regaño de Rengoku, ya que sería muy arriesgado de su parte igualmente presentarse, además esa mañana su objetivo era diferente. Los minutos pasaron para convertirse en una hora, dando así inicio a las clases y por ende la despedida de todas aquellas señoritas, sin haber siquiera un mínimo rastro de aquella mujer
¿Qué había sucedido? Asuka sabía perfectamente que Ruri tenía la rutina de pasear con su hijo todas las mañanas, así como también barrer el patio principal y la entrada, entonces ¿por qué seguía sin aparecer? Bueno, al menos así no tendría que sentirse triste por no poder acercarse a Kyojuro y causar molestia en aquellos ojos verdes. Al final las corazonadas de la peliverde habían sido ciertas, Asuka no solo se había intentado acercar de más a su esposo, sino también provocarle celos
"Aún así, es una mujer demasiado tonta"
No creía que fuera muy inteligente como para no tomar cartas en el asunto o tal vez Ruri al ser una simple muchacha, era consciente de que no era rival para ella. Asuka ensanchó su sonrisa al pensar en esto y recordar todas las veces en que la mirada de aquella mujer se había teñido de tristeza. Probablemente debía ser difícil vivir en un lugar donde no era amada, pues el único interés y verdadero valor lo tenía el hijo de Rengoku, realmente era un destino muy triste
Nada pasó y Asuka ya comenzaba a aburrirse, ese día no enfrentaría a aquella mujer, sin embargo cuando ya estaba lista para retirarse pudo ver la silueta de Ruri pasar por el lugar con el bebé en brazos, parecía estar feliz, ya que le sonreía al pequeño mientras le daba besos. Ni siquiera notó su presencia al pasar por el portón y esto, por supuesto, le molestó ¿cómo alguien así podía ser tan ciega? Los ojos marrones se dedicaron a mirar con recelo el suelo hasta toparse con las sandalias que hacían un ligero sonido a cada paso que daba
Ese día, aquella mujer había optado por usar un kimono de tonalidad rosa con patrones de flores amarillas, su cabello bastante largo caía con gracia por su espalda, pues solo lo llevaba recogido a la mitad en una trenza. Era como si Ruri estuviera en una pequeña burbuja de alegría y risas en compañía del pequeño Shōjuro, sin embargo la misma terminó por reventarse ante la repentina brisa y el sonido de las hojas de los arboles, fue entonces cuando ella giró y notó su presencia
Asuka debía reconocer que nunca había visto un cabello de aquella suave tonalidad verde que iba en degradado a negro, así mismo esos ojos verdes que expresaban tranquilidad y amabilidad, sin embargo por unos segundos pudo ver sorpresa en ellos. Realmente no estaba tan mal ¿acaso aquellos ojos y color peculiar eran lo que en su momento captaron el interés de Rengoku? Aún si era así, como todo lo interesante y brillante, pronto pasaría de moda. Si, ese era el destino que tenía esa simple muchacha
"Oh, ¿viene a mi encuentro?"
— Buenos días, señorita Tanaka ¿se le ofrece algo? —le saludó Ruri con una leve reverencia— lo siento, actualmente las clases ya han comenzado
"Su voz es agradable, es la primera vez que la escucho"
— ¿E..Es así? Ara, que pena —rió Asuka con elegancia— se me pasó, Kyojuro-san debió olvidarlo...
¡Bingo! El rostro de aquella mujer pareció reflejar sorpresa al escuchar el nombre de su esposo de los labios de otra mujer ¿qué se siente eso? ¿duele? Aquella sensación de grandeza, sin duda alguna le había gustado, además era claro que ahora mismo se preguntaría que había prometido Rengoku con ella, sin embargo a diferencia de lo esperado, Ruri lo pensó unos segundos antes de mirar fijamente a la joven, como si estuviera dudando de lo dicho
— Ya veo, en ese caso sería mejor si regresara luego —le recomendó— ahora mismo es imposible interrumpir la clase a no ser que sucediera algo muy importante...
"¿Acaso quieres decir que mi presencia no es importante?"
— Si no hay nada más, debo retirarme —finalizó Ruri con otra reverencia para luego pasar por su lado
— Alto ahí
— ¿Necesita algo más? —volteó la peliverde solo para toparse con una expresión fría
— Es cierto que tengo asuntos con Kyojuro-san, pero también estaba esperando la oportunidad de poder hablar contigo...
— Es así, entonces ¿quisiera algo de té?
— No, no es necesario. Tampoco deseo gastar mucho tiempo, así que ¿Ruri, verdad?
— Si, ese es mi nombre
— Hum, debo felicitarte, hay que reconocer que fuiste un poco inteligente... —siseó mirándole de abajo hacia arriba con desdén
— ¿Disculpe?
— El niño en tus brazos es hijo de Kyojuro-san ¿no? —rió al ser una pregunta tan obvia— realmente es un logro que hayas llegado hasta la cama de un hombre como Kyojuro-san y ese pequeño bebé fue tu moneda de cambio, lo que te trajo aquí
— ...Señorita Tanaka ¿no cree que está siendo muy grosera? ¿Acaso está insinuando que mi hijo es un niño ilegítimo? —Ruri esperaba obtener frialdad por parte de la chica, pero jamás que se atreviera a meterse con su hijo
— No tienes porque ocultarme la verdad, si bien no fue un deseo de Kyojuro-san, sigue siendo un hombre responsable y el niño lleva su sangre, no podría solo abandonarlo. Por eso te trajo aquí y se "casó" contigo, todo porque quería proteger el futuro del pequeño ¿cierto?
Ruri no podía creer las palabras que estaba escuchando, para empezar ¿de dónde había sacado semejante historia dramática? Era obvio que esa chica no se había molestado ni siquiera en saber algo de su hijo o ella, peor aún de Kyojuro, sin embargo ¿realmente debería armar un escándalo por esto? Ya había tenido suficiente lidiando con sus problemas e inseguridades como para darle bola a una chica así, además una discusión podría asustar a Shōjuro
— No sé de donde escuchó esos tontos rumores, pero solo le pediré que sea más centrada y respete a mi hijo, Shōjuro no tiene porque formar parte de su molestia. Es solo un bebé y yo soy la esposa legítima de Rengoku Kyojuro, no hay ninguna otra verdad —declaró la peliverde sin rodeos o miedo, jamás permitiría volver a escuchar semejante insulto
— Ah, pensé que sería más lista... —suspiró Asuka hastiada— ¿no cree que he sido demasiado amable en venir a hablar pacíficamente con una chica como usted? He dejado de lado mi orgullo para colocarme a su nivel, soy una persona que ha sido criada correctamente
— ¿No cree que entonces le faltó aprender lo que es la empatía y humildad? —le devolvió Ruri apretando con cuidado a Shōjuro contra su pecho— yo no necesito ese tipo de amabilidad, ni tampoco seguirla escuchando
— ¡Por eso lo digo! —gritó de repente molesta— ¡una mujer como tú no es digna de estar al lado de Kyojuro-san! ¡¡No confundas la comodidad o el entretenimiento con verdadero amor!!
— Señorita...-
— ¡Callate! ¡¡Ni siquiera tienes el suficiente estatus como para dirigirme la palabra, no eres digna!! ¿Crees que no lo sé? Eres solo una chica que al parecer trabajaba en el mismo lugar que Kyojuro-san, sin embargo jamás he visto algún familiar tuyo, ni siquiera se sabe tu apellido de soltera, vistes ropas sencillas y no dignas de una dama de la casa Rengoku, no eres precisamente elegante y aunque puedas tener algunos rasgos llamativos, con el tiempo se vuelve aburrido
— ...
— ¿Te sientes tan orgullosa de llamarte la esposa de Kyojuro-san? Abre los ojos, no eres igual que él, no puedes ser una esposa digna de él. ¡Ese niño que llevas en tus brazos, es únicamente el desliz de una noche, noche que probablemente fue preparada por ti! ¡¡Es obvio que Kyojuro-san no desea que sepan que ese bebé es solo un hijo bastardo!!
"¡Splash...!"
Ruri podría estar dispuesta a escuchar reclamos o insultos, pero jamás que juzgaran tan duramente a Kyojuro y peor aún a su inocente hijo, sin embargo seguía siendo una persona, una mujer que amaba con todo su corazón a su familia y esas palabras venenosas dolían. Asuka estaba sin palabras y con una de sus manos cubría su roja mejilla, la ira era palpable en ella ¿realmente esa mujer se había atrevido a golpearla? ¡Estaba loca, sin duda era una maldita loca!
— ¡Tu...!
— No necesito seguirle escuchando más, por favor, retírese —soltó Ruri tajante
— Bien, me iré —respondió la joven sarcástica— pero ¿sabe? Se arrepentirá de esto, ya que una mujer que no sabe satisfacer correctamente a su marido, no tiene ningún valor. La calentura de una noche solo quedó en esa noche y ahora que eres una mujer descuidada que cuida de su hijo, no puedes cumplir tu rol de calentar la cama de tu esposo. ¿Crees que Kyojuro-san no se aburrirá? Tal vez ahora te sientas segura porque tu hijo está aquí, pero fácilmente puede quitártelo y expulsarte lejos, entonces veré como te arrastras pidiendo clemencia a quien si está capacitada para cumplir
— ...Váyase ahora mismo.
Asuka sonrió complacida ante la expresión de enojo que la contraria se estaba esforzando por ocultar, por lo que habiendo dicho lo que quería, se marchó enseguida para dejar a una Ruri en un profundo mar de emociones, no, eso era una tormenta. Todas las palabras que aquella chica había dicho sin duda eran una gran mentira, lo sabía, pero... había cosas que no podía negar. Era cierto que no era una mujer de gran belleza, ni tampoco interesada en su apariencia, solo vivía por su familia y sin ellos, solo era Tsukino Ruri
"¡No, no soy solo eso!"
Otra vez estaba cediendo a sus miedos irracionales, se estaba dejando llevar por comentarios maliciosos ¿por qué tenía que sentirse así? Kyojuro no le había dado ningún motivo... motivo ¿eh? Una sonrisa amarga terminó por instarse en su rostro al recordar la escena que sus ojos vieron el día anterior. Esa chica llamada Asuka se había comportado muy cercana con su esposo, incluso le llamó cómodamente por su nombre cuando Kyojuro hasta ahora solo se lo había pedido a ella
¿Eso había sido algo que Kyojuro había deseado? Ruri quiso preguntar, pero las palabras no salían, después de todo no tenía porque reclamar sobre algo así, su esposo tenía derecho a ser alguien más abierto con los demás. Una punzada más golpeó su pecho al recordar el como Asuka se colgó del brazo de Kyojuro y este mismo no la alejó ¿qué expresión habrá tenido en ese momento? No podía saberlo con certeza, ni tampoco se quedó más tiempo para averiguarlo
El almuerzo de ese día no tenía nada de bueno, la conversación no surgía y el apuro de comer rápido para poder marcharse a su habitación con su hijo aún persistía, junto a la mirada de preocupación de aquellos ojos dorados que amaba. Ya no pudo evitarlo, todos los sentimientos terminaron por desbordarse y las lágrimas saladas solo podían mojar sus mejillas, era cierto que habían momentos en que no se sentía del todo linda, en cambio Asuka por el contrario se esforzaba en ser una belleza
Su ropa fina y costosa lo decía todo, su peinado pulcro, los adornos llamativos, el maquillaje discreto, su forma de hablar y su caminar elegante. Si lo viera desde otro punto de vista, esa chica era más adecuada para ser la esposa de Kyojuro, tenía porte digno, sin embargo su lado egoísta no le permitía soltar a la persona que amaba con toda su alma, por eso es que Shōjuro había nacido, pero ¿qué haría ella si lo perdía? Ruri sonrió amargamente a través de las lágrimas para ver a su pequeño hijo
Shōjuro hacia sonidos con su boca y movía sus manitas tratando de captar su atención, sin embargo al ver esa mirada de tristeza en su madre y que no se acercaba a llenarle de besos, el pequeño comenzó a hacer pucheros hasta finalmente convertirse en llanto. El corazón de Ruri se hizo pedazos y abrazó al mismo con todas sus fuerzas, él era su vida, lo único que tenía y ahora mismo la habitación en que residían se sentía como una especie de caja que no permitía ingresar el aire, por lo tanto tampoco podía pensar con claridad
"Quiero irme, no puedo respirar"
El sonido repentino de la puerta al abrirse le hizo espabilar y Ruri se apresuró en secar sus lágrimas y respirar profundo, sin embargo un escalofrío le recorrió el cuerpo al sentir los fuertes y cálidos brazos de Kyojuro rodearla, su cabeza descansaba en su hombro y sus labios como su aliento casi tocaban su cuello. En otras circunstancias, ella se habría sentido feliz, pero ahora su corazón pesaba y por ende solo quería que él se retirara
— Ruri... —susurró su nombre— ¡ya quiero que llegué la hora libre, te extraño! —confesó
— ¿Otra vez te escapaste? —inquirió distante y Kyojuro se separó confuso por su actuar
— ¿Qué sucede? ¿Te sientes mal?
— No, yo... estoy algo cansada, eso es todo
— ¡Ya veo! ¡Pero umu, tienes razón en que me he escapado! —rió apenado— quería verte
— Entiendo, estamos bien, así que deberías volver o se preguntaran por ti
— ¡Umu, eso haré! —respondió volviendo a abrazarla por la espalda— ¿no me permitirás besarte?
— Si lo haces, perderás más tiempo y... estoy cansada
— ¡Oh, lo siento! ¡Entonces, nos vemos luego! —Kyojuro no quería ser insistente y menos si Ruri deseaba descansar, sin embargo una extraña opresión en su pecho le frenaba ¿estaría bien?
Aún si deseaba quedarse, también debía cumplir con su padre, por lo que ya luego podrían hablar sin problemas y se aseguraría de mirar a Shōjuro para que Ruri pudiera descansar. volteó a verla nuevamente en el marco de la puerta y ella seguía igual, podía ver la silueta de su cuerpo, así como su cabello caer desordenado por su espalda, todo en ella le resultaba tan encantador que Kyojuro tuvo que hacer un gran esfuerzo por enfocarse en la clase que debía impartir
— ¡Ruri, hablaremos luego! —con solo eso Rengoku se marchó y mas que ser un calmante, para la peliverde fue un miedo mayor
"¿Hablar? ¿De qué quiere hablar luego?"
La imagen de Asuka vino a su mente y Ruri maldijo para sus adentros al tenerla tan presente, definitivamente necesitaba un cambio de aires o no podría calmarse. Ahora mismo se sentía tan débil como un hoja a punto de marchitarse y caer, por lo que tomó a Shōjuro nuevamente entre sus brazos y echándose un chal encima para protegerle del frío, la peliverde salió al patio y miró fijamente las puertas de la entrada principal ¿qué sucedía si Asuka estaba esperando eso para burlarse?
Tal vez le estaba dando demasiadas vueltas, sin embargo tampoco deseaba lidiar con aquel posible escenario, por lo que Ruri se encaminó hacia el patio trasero y asegurándose de sostener a su pequeño con fuerza, tomó impulsó para llegar al pequeño tejado y luego dejarse caer con un movimiento suave al otro lado, al menos no había perdido del todo el toque y sus días como cazadora y pilar parecían querer recordar la chica que era y seguiría siendo
"Bien, he escapado ¿Ahora qué?"
Sin duda Ruri en momentos de crisis internas no era la mejor para escoger un destino, guiada por sus emociones, solo pensó en irse, pero no a donde ¡brillante, Ruri! En esos momentos realmente deseaba que Tsuyoshi estuviera a su lado, ya que él no habría demorado en elegir un lugar al cual ir y perderse un rato, sin embargo su querido hermano no estaba allí y de seguro primero habría ido a golpear a Kyojuro hasta cansarse, ese escenario tampoco era bueno
Era momento de usar sus neuronas más responsables, por lo que comenzó a pensar en cada posible destino, comenzando por Muichiro, pero el mismo probablemente se hallaba viajando y si se enteraba de su "inseguridad" con Kyojuro, tendría un escenario muy similar que con Tsuyoshi. Seguido de eso, pensó en Mitsuri, sin embargo no quería darle molestias cuando su amiga ahora podía disfrutar de la compañía de Iguro, además este último se enojaría si hacia preocupar a su esposa
"No puede evitarse, Kyojuro fue una vez su mentor"
Himejima la recibiría con gusto, pero su templo quedaba bastante lejos y subiendo una montaña, Uzui también vivía lejos y aún no parecía estar interesado en bebés. Podría ir con sus padres adoptivos, sin embargo eso pondría a Kyojuro en una situación incómoda y no quería cargarles sus problemas, Tanjiro también vivía lejos, no sabía la ubicación actual de Yushiro y aún sentía algo de culpa en ir a visitarle, después de la muerte de Tamayo, él decidió tomar su camino solo
— Hum, podría Shinazugawa-san... ¡no, no! —negó enseguida, incluso se detuvo en imaginar un escenario— eso solo me deja...
"Si, es el único lugar en que no causaré problemas"
— ¿Ruri-san? —soltó Shinobu confundida de ver a la peliverde en la entrada de su casa
Si, Ruri había escogido a la ex-pilar de Insecto para visitar esa tarde, ya que dentro de todos su compañeros pilares, ella siempre había sido la más sensata y tranquila para llevar una situación, pues en todos los escenarios anteriores, Kyojuro quedaría en una mala posición y la peliverde no quería nada de eso, solo pensar tranquila y calmarse. Shinobu debido a su perspicacia pareció darse cuenta de que algo no iba bien, así que le invitó a pasar sin demora
— Ha sido un tiempo, incluso Shō-kun está más grande —comentó la pelimorada al ver al pequeño reír en los brazos de su madre
— Si, cada día parece crecer más y más...
— Es natural, además-
— Kocho, ¿dónde debería dejar estas...-?
— ¿Giyuu-nii? —soltó Ruri sorprendida de ver al antiguo pilar de Agua en casa de Shinobu— ¿por qué estás aquí? Es un poco inesperado...
— Yo...
— ¡Es mi ayudante! —se apresuró en responder Shinobu— Tomioka-san ha estado bastante aburrido desde que no tiene trabajo, ni amigos, que decidí darle oficio para distraerle ¿no es así?
— Yo si tengo amigos... —Giyuu parecía querer decir algo, pero se contuvo
— Si, si —rió Shinobu palmeando su hombro— puedes dejar esas hierbas en la cocina, después las clasificaré
Luego de las indicaciones recibidas, Tomioka se perdió por los pasillos, dejando a una muy silenciosa Shinobu, mientras que la cabeza de Ruri ya estaba imaginando múltiples escenarios de novela romántica que no tardaría en compartir en voz alta, pero le alegraba de ver que ellos también, pese a ya no ser cazadores o pilares se mantenían en contacto, afirmando que Shinobu no odiaba a Giyuu, al contrario, su corazón le decía que podía haber algo más allí
— ¿Realmente es solo un ayudante? —inquirió la peliverde empleando un tono lleno de complicidad
— Lo es, no empieces a imaginar nada raro
— Si, si —ahora era el turno de Ruri para reír
— Pero Ruri-san ¿cómo así has venido a visitarme? —la pregunta tomó desprevenida a Ruri e inevitablemente el silencio se hizo presente— ¡no es que me moleste, más bien me alegra! Es solo que siempre sueles avisar...
— Si, tienes razón... —respondió Ruri con una sonrisa apenada— pero hoy, no me siento capaz de ser yo misma —confesó esta vez y la preocupación aumentó en su amiga al notar como sus ojos se llenaban de lágrimas
— Hum, por ahora sería bueno un té...
Shinobu le brindó una sonrisa comprensiva a su compañera, ya que para ella Ruri siempre había sido una chica centrada, positiva y segura de sus acciones, por lo que verla llorar de esa forma realmente le tocaba el corazón, sin embargo tampoco podía juzgar antes de tiempo, ya que así como la conocía a ella, también conocía un poco a Rengoku. Giyuu fue muy amable en traerles el té, además de también sentarse a escuchar la situación que la peliverde narraba
— Ya veo, sin duda es un robo de esposo —declaró Tomioka sorpresivamente y en respuesta, la pelimorada le picó con enojo el hombro— hay que tener más tacto, por eso aún hay algunos que te odian
— ...Yo
— Ya lo sé, mejor piensa en nuevas líneas
— Lo siento, ahora mismo me siento como una gran tonta...
— No lo eres —negó Shinobu mientras tomaba un pedazo de papel y plumero entre sus manos— Ruri-san, es cierto que ahora mismo eres una mujer casada y madre, pero solo tienes veintiún años, además sin importar tu carácter o forma de ser, sigues teniendo sentimientos —añadió para esta vez llamar a su cuervo y entregarle el papel— sentirse insegura es algo inevitable, probablemente Rengoku-san también ha llegado a sentirse de esa forma, solo que no lo has notado
— Hum... —balbuceó Ruri mientras Giyuu le extendía un pañuelo
— Aún así, creo que aún te encuentras algo sensible y también esa señorita...
— ¿Hablas de Asuka-san?
— Si, me parece que ha sido un poco habladora ¿no crees que su lengua debería dormir por algunas horas? —inquirió con una sonrisa divertida, aunque su aura oscura no decía lo mismo— después de todo ha pasado un tiempo desde que he tratado con venenos
"Shinobu-chan, ella es una persona..."
La conversación siguió y Ruri sentía que poco a poco el peso en su pecho iba desapareciendo, lo que decía Shinobu era cierto y en parte agradecía haberse controlado lo mejor que pudo para no generar discusiones tontas y molestas, sin embargo ella había olvidado un detalle y es que el tiempo seguía corriendo. Las clases habían terminado y la hora del almuerzo llegado, Senjuro era el encargado ese día, por lo que se encontraba disponiendo la mesa mientras esperaba que el arroz terminara de cocerse
No pasó mucho para que Kyojuro se apareciera en la cocina y comenzara a dar vueltas con una expresión seria. Senjuro no tardó en notarlo, por lo que se acercó a su hermano para preguntarle el porque de su comportamiento, además le parecía extraño que Ruri aún no hubiera ido a ayudarle como era lo usual ¿tal vez habían peleado? No, le costaba mucho imaginar una pelea entre ellos, por no decir casi imposible
— Ani-ue ¿qué sucede?
— ¿Hum? ¡Oh, Senjuro! No, es solo que Ruri aún no ha venido...
— Es cierto, tal vez Shōjuro se haya quedado dormido
— Puede ser, aunque ella mencionó que estaba cansada, pero siento que hay algo más
— ¿Cómo qué?
— Bueno, eso...
"No quiso besarme..."
— No, creo que debería ir por ella
— Está bien, Ani-ue mejor ayúdame terminando de poner los palillos y trayendo el arroz —le pidió el menor— yo iré por Ruri-san, tal vez así pueda saber si sucede algo
— ¡Ya veo, eso haré!
Senjuro dejó a su hermano en la cocina y el marchó hacia la habitación de Ruri, sin embargo todo el trayecto lo sintió muy silencioso, pero su ceño terminó por fruncirse cuando al llegar llamó con cuidado de no despertar a Shōjuro en caso de estar dormido, los minutos pasaron sin recibir respuesta, por lo que pidiendo disculpas corrió la puerta solo para no encontrar a nadie en la habitación. Aún no era momento de alarmarse, la peliverde podría haber salido a dar un paseo por el patio, así que se encaminó hacia este topándose con el mismo resultado
Siguió buscando en ambos patios y pasillos sin rastro de Ruri o Shōjuro, lo último que hizo fue dirigirse al portón, pero este permanecía cerrado con seguro, dando a entender que no había salido, al menos no por allí y tampoco habían signos de un robo o ataque. En resumen no debían alarmarse, sin embargo era muy seguro que eso sería lo primero que haría su hermano mayor y tampoco podía culparlo, era mejor ir y decirlo ya, a que pasara el tiempo y Kyojuro terminara yendo por su propio pie a ver que pasaba
Ya en el comedor se encontraba su padre con un periódico mientras que su hermano mayor iba saliendo de la cocina con la olla de arroz en mano, debía confesar que estaba nervioso y más cuando su alegre mirada se posó sobre él y se apagó al no ver a Ruri, incluso su progenitor terminó por notar esto y se giró para también observarle. El ambiente se sumió en un pesado e incómodo silencio que Senjuro no sabía como romper
— ¿Qué sucede? ¿En dónde está la mocosa y mi nieto? —inquirió Shinjuro relajado o tal vez tratando de estar más tranquilo
Si la esposa e hijo de tu hermano mayor, quien les ama con toda su vida y alma desaparecieran ¿cómo se lo dirías? ¿qué palabras serían las correctas para no alarmarle? Estaba seguro de que Ruri solo había querido tomar algo de aire fresco, pero también pesaba en él las miradas tristes de su cuñada en esos días, junto a la preocupación de Kyojuro en cuanto a su estado de ánimo, claramente algo pasaba
— Ani-ue, yo...
— Senjuro ¿en dónde está Ruri? ¿Por qué no ha venido? —inquirió sin esperar un momento
"Es natural, Ruri-san ya desapareció una vez..."
— Eso...
— Senjuro, di lo que tengas que decir —pidió Shinjuro
— Fui a ver a Ruri-san, pero... no la encontré por ningún lado, ni en su habitación o el patio, incluso el portón está cerrado, por eso...
"¡Plaf!"
El sonido de la olla al caer sobre la madera llegó a sus oídos, junto a los pasos primero rápidos de Kyojuro para luego comenzar a correr hacia la habitación de Ruri, al igual que Senjuro recorrió todo y no encontró rastro de su esposa e hijo, el portón seguía cerrado y tampoco había señales de que le hubieran atacado o forzado a salir, sin embargo el menor pudo notar que las manos de su hermano temblaban ligeramente y su respiración se volvió pesada y ni hablar de su expresión
— Ani-ue, debes calmarte —le pidió— tal vez Ruri-san solo salió a dar un paseo
— Si es así ¿por qué no salió por el portón? —su voz estaba teñida de miedo y dolor
— Eso...
"¡Caw, caw, caw!"
El graznido del ave sobre sus cabezas captó su atención y Kyojuro miró al animal lleno de esperanza, por lo que no tardó nada en tomar la nota entre sus manos para leer su contenido, Senjuro a su lado esperaba expectante, pero de Kyojuro solo salió un suspiro de alivio mientras sus hombros se relajaban como si hubiera dejado caer un gran peso, tanto que incluso se sentó en los escalones que daban al patio, su expresión era de evidente consuelo
— ¿Ani-ue? ¿qué sucedió? —inquirió, pero el mismo solo le miró para luego extenderle la nota
"Rengoku-san habla Kocho, solo quería decirte que Ruri-san está conmigo. Te advierto que si vas a venir, que sea a paso tranquilo y sin apuro ¿entendido?"
Senjuro también pudo respirar tranquilo al leer la nota que Shinobu había enviado, sin embargo, ni bien terminó de hacerlo, Kyojuro ya estaba saliendo por el portón ¿realmente había leído lo que le pidió su compañera? El menor estuvo a punto de advertirle, pero su hermano comenzó a correr rápidamente en dirección a la casa Kocho, así que era simplemente imposible detenerlo, ya que Kyojuro no descansaría hasta ver bien a Ruri y su hijo
...
Tomioka Giyuu se encontraba regando algunas de las hierbas que Shinobu había sembrado en el patio delantero cuando escuchó a alguien acercarse a toda velocidad, claramente ya sabía de quien se trataba, pero Kocho no le había dado ninguna indicación para recibir al recién llegado y por parte de Rengoku, él también se mostró algo confundido y sorprendido de verle allí
— ¡Hey, Tomioka! ¡¿Se encuentra Kocho?! ¿Tal vez has visto a Ruri? ¿Ella se encuentra bien? ¿Shōjuro ha llorado? ¿No sucedió nada malo o si? —fueron demasiadas preguntas repentinas en muy poco tiempo que Giyuu no pensó en otra cosa que ir en busca de su compañera— ¡espera! ¡¿Podrías responder mis dudas?! —pidió Kyojuro ansioso
— ...Espera aquí, llamaré a Kocho —con solo esas palabras desapareció de su vista
Esos cinco minutos de espera se le hicieron eternos, tanto que cuando Shinobu apareció a su lado, Kyojuro le miró como si de un perrito perdido que había encontrado a su dueño se tratara. Aún no podía dejarle pasar, por lo que le tranquilizó diciéndole que Ruri estaba dentro con Shōjuro, pero primero debía escucharle, es así como Kyojuro se enteró brevemente sobre lo que había sucedido y la culpa comenzó a pesarle
"Entonces, Ruri vio eso..."
— Rengoku-san, entiendo que estés ansioso, pero también debes comprender que como mujeres siempre tenemos ese miedo latente de que podamos perder a esa persona importante. Realmente creo que ser mujer es difícil, conlleva un gran peso, mismo que puede ser un poco menor en ti, sin embargo no creo que tu estes exento de sentirte de esa forma, por eso es importante tener siempre presente esto
— ¡Umu, lo tendré!
"Está desesperado por verla, Ruri-san es su mundo"
— Entonces, confío en que todo irá bien —con eso presente, Shinobu le guió al interior de la casa hasta una habitación libre— Ruri-san, Rengoku-san ha llegado
Kyojuro vio marchar a su compañera hasta desaparecer de su vista y entonces algo tímido, corrió la puerta para ver en su interior y de espaldas a su esposa, a su lado y en un futón dormitaba su hijo, sin duda un gran alivio le recorrió por completo al verles bien, sin embargo dolía que aquellos hermosos ojos verdes no le miraran. Ya sintiéndose más tranquilo se acercó hasta situarse a su espalda, fue entonces cuando Ruri finalmente volteó para mirarle
Aquella imagen jamás se borraría de la mente de Rengoku, ya que ella, su querida flama tenía los bordes de sus ojos y mejillas rojas, mientras aún pequeñas lágrimas se deslizaban por sus mejillas, parecía avergonzada y debutativa en decir algo, mientras sus manos descansaban en forma de puño en su pecho. La culpa le estaba carcomiendo por dentro, él que había de hacerla feliz, ahora era el motivo de su pena y dolor ¿por qué no lo notó antes? Si lo hubiera visto, se habría asegurado de llenarla de besos y atesorarla
— Ruri... —le llamó acercando su mano con cuidado a su rostro
— Lo siento
— ¿Qué?
— Yo no esperaba que las cosas se tornaran así, solo quería un cambio de aire, pero mi propia inseguridad y dudas me llevaron a esto —susurró apretando sus manos con fuerza— soy lo peor, yo...
— ¡No lo eres! ¡No digas algo así, por favor! —le pidió acortando la distancia de golpe y abrazándole con fuerza, quería sentir su calor, su suave aroma, los latidos de su corazón— fui yo quien cometió el error, debí decirte lo sucedido en ese momento, pero quería que descansaras antes de hacerlo
— ¿Qué quieres decir?
— Kocho me explicó la situación y sé cual fue mi falla en esto, por eso quiero disculparme y explicarte todo ¿podrías escucharme?
Al ver aquella mirada dorada llena de temor y suplica, Ruri no pudo negarse, por lo que Kyojuro tomando sus manos con ternura para luego depositar un beso en ellas, le fue contando todo lo sucedido en aquella mañana. La peliverde sabía que era sincero, sin embargo cuando llegó al momento que ella no había visto, sintió que los colores comenzaron a escalar su rostro, ahora si quería desaparecer
— Y eso fue lo que sucedió, por eso...
— Quiero desaparecer —confesó
— ¡¿Qué?! ¡No digas algo así! ¡Tienes que quedarte a mi lado!
— Pero solo me llené de miedo porque decidieras dejarme algún día, pensé en Shōjuro y tantos posibles escenarios que simplemente ya no quise pensar más, los celos me carcomieron por dentro y asumí tantas cosas, por eso no deberías disculparte...
— Ruri
— ¡Yo!
— Te amo
— ¿...Qué?
— La mujer que amo eres tú, la mujer que tiene mi vida en sus manos eres tú, la flama que aviva mi corazón eres tú, solo puedes ser tu —soltó Kyojuro sorprendiéndole— a partir de ahora, me aseguré de que lo sepas siempre ¿entendido?
— Pero, fui yo quien actuó mal...
— Prometí amarte solo a ti y eso no fue una promesa vacía, sino palabras que me nacieron decir. Ruri eres para mí la mujer más única y preciosa, sin importar la ropa que uses, solo puedo verte a ti ¡aunque en mi humilde opinión eres más encantadora sin ellas! —declaró divertido al ver las mejillas sonrojadas de su amada— ¿quieres saber como fue mi impresión sobre ti cuándo aún éramos pilares? ¿Incluso antes de ser consciente de mis sentimientos por ti?
— ...Si, quiero saber
— En ese tiempo eras para mi una joven con una apariencia que no podía considerarse elegante o delicada, pero aún así te veías tan hermosa —comentó para esta vez tocar su rostro suavemente con sus manos, recorrer sus facciones hasta llegar a sus labios— y sigue siendo así, porque la belleza y encanto que posees es único en este mundo, por eso te amo y te amaré hasta mi muerte y más allá porque son nuestras miradas, las que unen nuestras almas, soy tuyo y tu eres mía, somos un mismo corazón que arde en flamas. Ruri, mi Ruri, mi flama, aishiteru
— Yo también, estaba tan asustada de llegar a perderte que no pude controlarme. Kyojuro, es imposible imaginar un futuro o vida sin ti, no puedo —confesó a través de las lágrimas, mismas que fueron lamidas por el hombre ante ella— quiero vivir y morir a tu lado, quiero encontrarte en cada mundo que exista y enamorarme, ya sea que pase momentos de alegría o gran tristeza, quiero llegar a ti y decirte cuando te amo...
Ya las palabras no eran necesarias, pues aquella habitación estaba cargada de tantos sentimientos que Kyojuro solo pudo acortar la distancia y besar a su amada de manera exigente y profunda, tal vez estaba siendo muy rudo, pero su cuerpo anhelaba dejarle en claro que la deseaba a cada momento, quería amarla de todas las formas posibles hasta desfallecer por el cansancio, ella tenía ese tipo de efecto en él, como si fuera su oxígeno para vivir, la tierra para caminar y el agua para beber
La necesitaba tanto que incluso no podía dormir si ella no estaba a su lado, ahora lo sabía con certeza, Ruri era su refugio, el lugar en donde podía ser torpe o débil sin temer a fallar o decepcionar a alguien, ella le aceptaba por completo y abrazaba con amor sus fortalezas como falencias y perderla, equivaldría a perder el sentido de todo, el gusto en la comida, el aroma en la flores, los colores de su mundo y por supuesto el calor existente conocido como la vida misma
— Por favor, no desaparezcas... —rogó entre besos mientras sus manos recorrían su pequeño cuerpo en comparación al suyo, ya no podía controlar ese gran deseo que crecía en él
Quería verla bajo su cuerpo, sentir sus manos recorrer su espalda, sus húmedos labios sobre los suyos, el embriagante aroma de su cuerpo, su esencia misma, quería escucharle gemir su nombre, ver sus mejillas sonrojadas ante cada toque que le proporcionara y finalmente enterrarse en su interior tan cálido y húmedo hasta alcanzar el climax para luego caer dormidos sobre el futón que compartían, despertar a su lado y sentir sus caricias. ¡Por dios, la amaba y necesitaba!
Ruri también sentía lo mismo, por lo que se dejó hacer ante las ya hábiles manos de su esposo, que con cada toque que le proporcionaba quemaba, ya no le importaba si alzaba sin cuidado su kimono para acariciar sus piernas o que llenara su cuello y pechos de besos, solo quería sentirle y pronto un gemido terminó por escapar de sus labios cuando le sintió crecer entre sus piernas, pero Shōjuro seguía durmiendo a escasos pasos de ellos, no era lo correcto
"Dios, soy una pecadora de primera"
— ¡Ruri-san! —exclamó una voz conocida de repente, congelándoles en el acto— ¿todo está bien?
— S...Shinobu-chan —ambos se habían olvidado por completo que esa no era su casa— ya salimos...
La vergüenza amenazaba con comérsela aunque ya no sabía cual sería primero, pues Kyojuro no tenía cara de que fuera a ceder y la verdad es que ella también dentro de todo deseaba seguirle tocando, sin embargo respiró más calmada una vez sostuvo a Shōjuro entre sus brazos, pronto anochecería y ellos debían volver a casa. Shinobu les despidió desde la entrada con una sonrisa, aunque ambos en su interior se preguntaban si Giyuu continuaría dentro de la casa
"Es mejor no preguntar"
El camino se hizo relativamente corto y al llegar a casa, Ruri se encaminó a la habitación de su pequeño para recostarle, mientras Kyojuro se encargaba de enviar una nota a su padre y hermano de que todo había salido bien. Realmente había sido una tarde llena de emociones, pero de eso se trataba una relación como esposos, no todo podía ser perfecto y la comunicación siempre debía mantenerse como una prioridad en sus vidas, por lo que soltando un suspiro Kyojuro se encaminó hacia la habitación de su hijo, solo para ver desde la entrada como su esposa observaba dormitar a la existencia de su amor en este mundo
— Ruri, ven —le llamó con cariño y ella obedeció saliendo a su encuentro en el pasillo— ¿no me dejarás esta noche o si? —inquirió atrapándola entre sus brazos
— Nunca me atrevería a hacer algo tan tonto como eso —negó la joven brindándole una sonrisa— mi vida está contigo
— Digo lo mismo —coincidió juntando con cariño su frente con la suya mientras se perdía en el verde de sus ojos para luego fijarse en sus labios, mismos que había besado con profunda pasión antes, ahora nadie podría detenerles— por eso, esta noche voy a monopolizarte —y con solo esa declaración Kyojuro tomó en peso a la peliverde para besarle con la misma intensidad que antes
Ruri gimió levemente ante esto, pero correspondió enseguida, pues la llama que se había avivado antes, ya no podría apagarse. Sus pequeñas manos recorrían su pecho para ascender hasta su cuello y finalmente cabello, mismo que acarició y tiró suavemente, mientras Kyojuro pasaba de sus labios a su cuello dejando un camino mojado que solo encendía aún más su deseo de tenerla
No pasó mucho tiempo para que sus hombros y parte de sus pechos quedaran al aire, mientras su esposo con destreza alzaba la tela de su kimono, revelando así sus piernas. Ella también se puso manos a la obra y logró hacer que la parte superior de su hakama cayera revelando su ancho y cálido pecho, era claro que estaba desesperada por sentir su piel junto a la suya, su calor y aroma varonil
— K...Kyojuro —le llamó entre besos— aquí no... alguien... podría vernos... —solo debían caminar unos pasos para llegar a la intimidad de su habitación, sin embargo la respuesta de su esposo fue hundir su rostro entre su pechos y morderlos suavemente— ¡ah!
— Ruri, eres tan hermosa... —declaró con una mirada llena de deseo— ¿lo sientes? —inquirió esta vez dejándole caer con cuidado
— ¡Ah, Kyo! —gimió al sentir la hombría del mismo entre sus piernas
— No solo te amo, Ruri —negó— también te deseo, solo tu me pones de esta manera, deseoso de tener más y más —añadió mientras movía sus caderas, simulando pequeñas embestidas— eres la mujer que quiero ver yacer en mi cama, quiero que digas mi nombre hasta cansarte, quiero sentir tu estrechez y calidez...
Ya no importaba nada, ni el lugar o la intimidad, al diablo todo, ahora mismo solo existían ellos dos y en ese momento se deseaban con tal desespero que simplemente no podían detenerse. Ruri le miró como dandole a entender que sentía lo mismo y pronto Kyojuro echó mano para liberar lo que tanto había estado aguantando mientras su mano se deslizaba hasta llegar a aquella zona cálida y ya bastante húmeda, primero le estimularía con sus dedos, simulando pequeño círculos
— No, no seas tan cruel... —negó— te deseo ya, por favor Kyo...
— Sus deseos son ordenes, mi querida esposa —respondió el contrario para luego tomar su miembro erecto entre sus manos y situarlo en la entrada, realizando movimientos de arriba a abajo hasta finalmente de manera suave y lenta hundirse en su interior, la sensación era sin duda la mejor— ¡oh, Ruri! —gimió en su cuello
Ni siquiera eran conscientes del tiempo o lo que sucedía, la noche ya estaba sobre ellos y Ruri solo podía concentrarse en sentir el miembro de su esposo entrar y salir primero de manera suave, y luego más rápido y profundo, se sentía tan bien que solo quería que fuera aún más rápido, por lo que comenzó a mover su pelvis, instándole a más. Sus respiraciones eran agitadas y la sensación de un nudo seguía creciendo en su interior, Kyojuro notó esto y comenzó a ir más rápido, podía escuchar claramente el sonido de sus cuerpos al chocar y aquel dorado que le miraba, era tan malditamente caliente que solo quería pedir más de ese placer
— ¡Kyo..! ¡Kyo, ah!
— Ruri, ya...
— Lo sé, yo también...
Tres embestidas más fueron suficientes para finalmente dar la bienvenida a la cuarta más profunda que les hizo alcanzar el climax, por lo que con cuidado se dejaron caer sobre la madera, aún con sus respiraciones aceleradas y sudados, siendo solo cuando se calmaron que percibieron la fría brisa del cercano otoño. Kyojuro solo miró a Ruri con profundo amor antes de besar su frente y labios para luego descansar sobre su pecho
— ¡No lo olvides, eres la única que amo y deseo cada noche! —declaró con entusiasmo y sin vergüenza— definitivamente me aseguraré de demostrártelo, Ruri
— Si, lo esperaré con ansias, mi hombre ardiente —rió la peliverde contenta y satisfecha
Un ligero sonido de unas bolsas captó su atención por unos segundos, sin embargo al ver que no ocurrió nada, lo dejaron de lado, pues era normal que algún gato rondara por el lugar, sin embargo mientras más miradas y besos se daban, Ruri notó que alguien había vuelto a levantarse, por lo que esta vez, tomando su mano le guió hasta la intimidad de su habitación para entregarse nuevamente a la persona que llenaba por completo su corazón y le hacía sentir amada y deseada como esposa y mujer
Probablemente Ruri no había sospechado de nada en ese momento, pero para Kyojuro, aquel sonido no pasó para nada desapercibido. Estaba seguro de que se trataba de esa muchacha y ni siquiera quería traer a colación su nombre porque le molestaba, aún no podía creer las crueles palabras que usó sobre Ruri y su hijo ¿cómo pudo comportarse de una manera tan grosera con ellos? Aquello era sin duda imperdonable, pero estaba seguro que luego de eso, entendería que Rengoku Ruri cumplía con creces su rol de esposa y madre
...
🎐Rumores Taisho
🍐 La persona que estuvo espiándoles durante aquel intimo momento no fue nada más y nada menos que Tanaka Asuka, quien nunca había visto a una pareja de tal forma y no esperaba que para la primera vez fuera tan... "apasionante"
🥔 Kyojuro no se quedó quieto ante las palabras de Asuka, por lo que una vez lo consultó con su padre y Senjuro, ambos fueron a la residencia de los Tanaka para exponer el comportamiento grosero de su hija y exigir una disculpa como distancia de su familia. Dejando en claro que esperaba no tener nuevamente contacto con nadie de los Asuka
🍐 Ruri despertó muy apenada al recordar exactamente donde lo habían hecho la noche anterior, pero el solo pensar en ese momento le hacia tener muy presente que lo que amaba Kyojuro era todo de si misma, sin duda le dio más seguridad y fortaleza
🥔 Al ser hija única, Asuka creció para convertirse en una elegante y culta esposa, pero así mismo era muy orgullosa y debido a sus padres, creció con la idea de que en un futuro lejano se casaría con el primogénito de los Rengoku, así que pasó casi toda su vida preparándose para ese momento, sin embargo de la noche a la mañana Kyojuro anunció que se comprometía y casaba con una completa desconocida, esto la dejó en vergüenza en los círculos de jovencitas solteras
🍐 Shinobu no mentía al decir que Giyuu era su ayudante, sin embargo el mismo pasa más tiempo en casa de la antigua pilar de insecto que en la suya, haciendo que se vuelvan muy cercanos y confidentes, tal vez hay mucho más allí de lo que sabemos
🥔 Casi un mes después de lo ocurrido, Ruri fue al mercado por unas frutas y justo allí se topó con Asuka, quien a diferencia de antes, lucia nerviosa y apenada, además de solicitarle unos minutos de su tiempo. Ruri estaba sorprendida, pero accedió sin problemas, siendo al final que Asuka le pidió disculpas de manera sincera e incluso reconoció su error y falta de tacto, sin duda reflexionaría sobre sus acciones
🍐 Asuka no es una mala persona, realmente puede ser muy gentil y mano abierta con los demás, sin embargo perder de repente todo lo que había armado fue un golpe duro y más cuando vio por primera vez a Ruri, ya que en ella vio a una mujer hermosa, fuerte, amable y sobre todo Kyojuro no era capaz de quitarle la mirada de encima, era alguien libre, muy diferente a ella que había sido criada como el estereotipo de mujer de la época. Al final fueron también sus propias inseguridades y miedos lo que le llevo a intentar ser mala con Ruri
🥔 Senjuro también se prometió ser más serio con respecto al Dojo y las señoritas, ya que al final su corazonada de que algo sucedía con su cuñada era cierto, por lo que esta vez definitivamente vigilaría todos los movimientos que hicieran hacia su hermano mayor
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¡¡Buenas noches!! me disculpo por no traerles capítulo hoy, está en desarrollo porque no quiero que se me escape ni el más mínimo detalle, pero como no quería dejarles sin nada para leer un viernes, les traigo este... "pequeño" especial que escribí hace poco, aquí podemos ver una etapa de Ruri y Kyojuro en su vida de casados y con un pequeño bebé, pues creo que siempre vemos que toda está bien, así que aquí pueden ver que no siempre es así, en todo matrimonio hay desacuerdos, la cosa es saber mantener una buena comunicación y es lo que ellos han ido aprendiendo, espero disfruten de este especial porque sin duda le tengo mucho cariño y díganme ¿creen que Kyojuro tenga algún miedo relacionado con Ruri? sin nada más que decir me retiro y nos vemos el lunes con el próximo capítulo :3
Andysakurai15
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