Capítulo 72 ¿Qué es la palabra "familia"?
¿Qué es exactamente la familia? ¿Cuál es el significado de esa palabra? ¿quién llegó a la conclusión de lo que era una "familia"? ¿Se puede pensar que solo es familia si existen lazos de sangre? ¿qué tipo de valores se viven en ella? Se supone que aquel grupo de personas denominado familia representan el amor, respeto, fidelidad y sobre todo, el perdón y el agradecimiento, pero ¿no es eso una mentira? ¿Realmente en cada una de las familias que existen alrededor del mundo se practican dichos valores?
¿No es la familia más que un lazo que puede volverse y apretarte hasta asfixiarte? ¿No es la familia más que el convivir forzado de personas que comparten únicamente sangre? ¿No es la familia quien da el poder al adulto por ser padres y automáticamente es la excusa valida ante cualquier insulto verbal o abuso físico? ¿Cómo saben ellos el camino correcto para ser una familia? Hay personas buenas y malas en el mundo, pero todos tienen la libertad de formar una familia, una que pueden amar o destruirla
"Entonces, ¿qué es realmente la familia?"
— Hum, la familia... —soltó una suave voz femenina mientras humedecía un bonito pañuelo en un cuenco de agua— no tiene porque tener lazos de sangre, ya que, incluso un buen amigo, puede ser tu familia, así que, creo que la familia es aquel lugar en donde eres feliz y aceptado tal y como eres, no tienes que cambiar, solo reír, llorar o enojarte cuando es necesario
— Nee-san, yo soy... feliz cuando estoy contigo, por supuesto, también cuando padre y mi hermano están allí, es solo... eres mi persona favorita —confesó el menor apenado, pese a que su mejilla estaba algo rojo por el previo golpe dado por su progenitora
— Gracias, Shiro —respondió la joven desordenando divertida los mechones rebeldes del pequeño— pero, no olvides que madre también es parte de nosotros, no es una mala persona, solo... no está del todo bien
Toshiro no dijo nada ante aquellas palabras, después de todo, él aún era muy joven y por ende podría dejarse llevar fácilmente por sus emociones, las lágrimas salían tan rápido y el dolor solo podía crecer en su pecho. Su madre le había regañado y ante su negativa por disculparse, un sordo golpe había enrojecido su mejilla, solo eso fue suficiente para que llegara a la conclusión de que tal vez no era querido y un pequeño resentimiento fuera creciendo en su interior, siendo su progenitora, su posible enemigo
Aún así, Toshiro no dudaba de sus sospechas hacia su madre sin embargo, tenía que reconocer que hubo un tiempo en que ella le miraba con amor y acariciaba su cabello cada noche hasta quedarse dormido, preparaba su comida favorita cuando hacia algo bien o cumplía con sus deberes y le cantaba canciones junto a su hermana mayor y hermano menor mientras pelaba manzanas para darles como aperitivo. Yamamotoyama Nuriko era una mujer dulce y entregada a su familia, nadie podía negarlo
Su madre, quien siempre tenía su ropa limpia y lista, su madre, quien se preocupaba de brindarla comida caliente al regreso de la escuela, su madre, quien asistía a cada evento donde él estuviera presente, su madre, quien siempre tenía una sonrisa y un abrazo cálido cuando lo precisaba, esa misma persona, cambió tan de repente, que fue como si en un día de verano, el cielo se oscureciera y cayera la fría lluvia hasta helarte los huesos. La ropa y la comida, su presencia en cada festividad, todo eso se mantuvo, pero su sonrisa y su abrazo, le fueron negados hasta que el menor solo pensó, que no tenía derecho a merecerlos
La gran interrogante aquí es, ¿por qué de repente el amor que tanto le demostraba como su madre, se enfrió de repente? Incluso el mismo Toshiro no lo comprendía del todo, pues él solo estaba siguiendo su sueño y las palabras de su querido padre, quien siempre les había impulsado a seguir sus sueños, convertirlos en metas y finalmente alcanzarlos. Había sido de esa manera para su hermana mayor Omi, quien desde muy joven quiso recorrer las deslumbrantes pasarelas con hermosa ropa y accesorios
Fue precisamente por ella, por su rostro radiante que hacia juego con su hermoso vestido de verano y que con solo caminar por aquel largo corredor rodeado de personas conseguía que todas ellas aplaudieran y se mostraran genuinamente interesadas en adquirir dicha prenda. Ese tiempo de mundo y ambiente fue lo que movió el corazón de Toshiro y le hizo tener un sueño que estaba más que dispuesto en convertir en una meta y el primer paso era, entrenar antes de comenzar la carrera
Aún recordaba aquellos días de verano en que corría por la modesta casa tradicional para llevar el periódico y obtener las páginas o recortes en donde se lucían todo tipo de finas prendas, desde los tan conocidos kimonos hasta los "vestidos" que venían de la cultura propia de occidente. Él también quería ser como las personas que mencionaban su nombre o seudónimo junto a sus creaciones, si, Yamamotoyama Toshiro quería ser un diseñador de ropa y sobre todo, quería ser capaz de crear con sus propias manos hermosas prendas que pudiera lucir su querida hermana mayor, Omi
— Por eso... ¡mi sueño es diseñar hermosa ropa femenina...!
— ¡Suficiente! —había exclamado la enojada voz de su madre al escucharle confesar "su sueño" en la reunión de hijos y padres— lo lamento mucho, mi hijo aún es joven y no sabe lo que dice —añadió Nuriko intentando relajar las expresiones de rareza y burla que lucían alguna madres
— No es un error, madre ¡realmente quiero ser un diseñador! —le había refutado el menor, pero su valentía solo le hizo ganar una mirada de decepción y fastidio por parte de su progenitora, quien prácticamente le arrastró del salón para llevárselo a casa
El silencio que se extendió entre ellos durante todo el camino le resultó doloroso y asfixiante, la mano de su madre que siempre había sido reconfortante y cálida, ahora se percibía tensa y fría, como si estuviera caminando junto a un desconocido. No hubo ni una sola mirada de preocupación o pena, pese a las lágrimas que silenciosas recorrían las mejillas de Toshiro, su madre que antes parecía saberlo todo sobre él, ahora no parecía importarle, pues su dolor, solo era un "pequeño" castigo
— ¿Shiro dijo eso? —inquirió Omi al ver las mejillas y ojos rojos de su hermano pequeño— pero madre, ¿acaso no es ese un sueño dulce y gentil?
— ¿Dulce y gentil? ¡Mi querida Omi, eso sería un escándalo! ¿Un futuro hombre y posible heredero de los Yamamotoyama deseando hacer ropa para mujeres? ¡No tienes idea de la vergüenza que pase frente a las demás madres!
— Eso es porque son de mente muy cerrada, pues en otras partes hay hombres haciendo hermosas vestimentas para mujeres y mujeres haciendo tareas que solo haría un hombre, todo poco a poco está cambiando y lo seguirá haciendo, madre —respondió la joven conciliadora— sé que fue difícil para ti, madre, pero eso poco a poco quedará en el pasado y...
— ¡No! ¡Toshiro no se volverá un diseñador de ropa para mujeres!
— Madre...
— ¡No puedo permitirlo! ¡No dejaré que la necedad de un niño dañe la reputación de nuestra familia! ¿Acaso no lo entiendes, Omi? Tu padre y tú han trabajado muy duro para sacar adelante el apellido de la familia, tenemos un legado y es nuestro orgullo. Toshiro es joven ¿cómo puede estar tan seguro de que quiere diseñar ropa, cuando en unos días o semanas podría desear otra cosa?
— Bueno, pero eso...
— No, mejor detente ahí. No importa lo que digas, no voy a dejarle hacer eso, es mi hijo y no pienso permitir que se convierta en la burla de nadie, menos de esas madres celosas y chismosas ¿entendido?
— Si, madre...
Toshiro no culpó a Omi de no lograr convencer a su madre, podía ser joven, pero sabía que había gran verdad en las palabras de su progenitora y era una realidad para la mayoría de los adultos en que los niños por ser pequeños acumulan muchos deseos y sueños, pero ninguno de ellos definirá su vida porque son muy inmaduros como para comprenderlo y él lo entendía, pues hubo un tiempo en que quiso ser leñador y otro pastelero sin embargo, seguía siendo diferente, ese sueño lo era...
Diseñar hermosas prendas que su querida hermana pudiera vestir y que la hicieran lucir aún más preciosa ante los ojos de la audiencia, quienes responderían con aplausos y sonrisas, ese jubilo de que el mundo parecía brillar por hermosos colores aún persistía en su corazón y por primera vez, Toshiro deseaba hacer algo con mucha fuerza, algo que fuera inolvidable y embelleciera el mundo de otros con solo verlo, por eso, no podía rendirse y olvidarse de aquel sueño
— ¡Ya veo! —exclamó Kiyoshi, el más joven de la familia Yamamotoyama— ¡¡Nii-san eres genial!! Hacer diseños que sean hermosos para Omi-nee y al mismo tiempo que levanten el prestigio de la familia ¡creo que es super genial!
— ¿En serio lo crees así? ¿No te da vergüenza que tu hermano mayor quiera hacer ropa para mujeres?
— ¿Por qué dices algo así? ¿qué tiene de malo?
— Pues, a Madre le da vergüenza, está totalmente en contra
— Yo no creo que sea malo, nii-san —negó el menor con fuerza mientras tomaba las manos de su hermano mayor— ¡nunca me avergonzaré de nii-san! ¡Es más, yo te apoyo! ¡Te puedo pasar el hilo y aguja si deseas!
— ¡¡Puff!! —rió Toshiro sin poder evitarlo, Kiyoshi siempre había sido así, alguien honesto y bueno de corazón. Era justo la viva imagen de su querido padre— gracias, escucharte decir eso, es más que suficiente para mi
"Soy feliz... Omi-nee y Kiyoshi me hacen feliz"
— Por eso, creo que eso definitivamente debe ser una familia
— ¿Quieres decir que yo no soy parte de tu "familia"? —inquirió la voz fría y monótona de su progenitora
— ¡No, madre...! ¡lo que yo quiero decir-!
— No me importa lo que quieras decir, Toshiro —le cortó la mujer fulminante— ¿realmente te escuchas lo que estás diciendo? ¿qué soy yo para ti? ¡Soy tu madre, te cargué en mi vientre nueve meses! ¡Te di la vida y te alimenté con mi pecho! ¡cuidé de ti cuando has estado enfermo, cuando diste tus primeros pasos, tus primeras palabras!
— Lo sé, madre, pero yo...
— ¡No, no lo sabes! ¡Te he dado mi cariño y amor desde siempre y solo porque no te apoyo en tu estúpido sueño de ser un diseñador, me quitas de la familia! ¡Me haces a un lado y me dices cosas hirientes! ¡Solo trato de protegerte y tu dices esas cosas...!
— Yo, lo siento...
— No digas cosas que no sientes, puedo verlo en tus ojos y eres tan mal agradecido que definitivamente no puedes ser mi hijo... no, yo no he criado a un hijo, sino a un cuervo y ahora quieres sacarme los ojos y desgarrarme
— ¡Yo solo di mi opinión sobre algo! ¡Nunca fue mi intención lastimarle! ¡Pero usted tampoco quiere escucharme y desecha mi sueño como si de basura se tratara! ¡Es usted quien verdaderamente me lastima! ¡Solo piensa en cosas como el honor y a base de eso cree que eso es familia, pero no lo creo!
¡¡SPLASH!!
— ¡¿Cómo te atreves a hablarme así?! —exclamó la mujer furibunda, quien con aquella cachetada había tumbado a su hijo al suelo— ¡¡soy tu madre, no uno de tus amigos!! ¡Tu eres mi hijo, me debes respeto, todo!
— ...
— ¡Responde!
— S...Si
— ¡No te escucho! —añadió dándole otro golpe
— S...Si, madre...
— ¡Ahora largate a tu habitación y reflexiona sobre lo que has hecho! ¡Ya!
Toshiro nunca se consideró alguien bueno o sobresaliente en los deportes, no era algo que le llamara la atención, por lo que solo se aseguraba de obtener el puntaje suficiente para pasar, gracias a ello, nunca había terminado con la camiseta sudada o el cabello pegado al rostro y las mejillas tan rojas como un tomate, pero por primera vez, corrió, solo corrió sin detenerse y ni siquiera mirar a quienes transitaban por las tranquilas calles que rodeaban su hogar
Corrió hasta que sintió su cuerpo mojado por el sudor y su cabello pegado a su rostro, corrió hasta que sus piernas se sintieron doloridas y cansadas, corrió hasta que su pecho dolía y su boca reclamaba por agua fresca. Si bien, nada de eso solucionaba sus problemas y el gran dolor que quemaba su corazón, al menos, la indignación y el enojo se habían evaporado y dejado el camino a la soledad y la tristeza bajo aquel atardecer que pronto cedería su paso a la oscura noche donde extrañamente, parecía sentirse consolado
Él había escuchado rumores e historias de los más mayores que afirmaban que hace muchos años atrás, existieron seres malvados que caminaban seguros en el manto de la noche y devoraban a los inocentes, por eso la noche nunca era bienvenida, pues solo los rayos del sol les mantenían seguros. Aún así, hubo alguien que dijo que también existieron personas bondadosas y valientes que estaban dispuestos a dar su vida y luchar contra dichos monstruos, sonaba increíble, pero solo parecía la típica historia de terror o de alguna historieta
¿Cómo podía ser posible que varios años atrás la gente le temiera a la noche? La misma que es tan silenciosa y tranquila, la misma que da paso al descanso y a los sonidos tan suaves de la noche que parecían evocar una simpática melodía. La luna estaba presente y las estrellas le hacían compañía, por eso la noche era hermosa, mucho más que el poderoso sol brillando en el cielo y Toshiro habría deseado quedarse allí sin embargo, aún tenía un hogar al cual volver y personas que sin duda estarían esperando su regreso
Si el Toshiro adulto hubiera podido hablar con su yo del pasado, quizás le hubiera aconsejado quedarse esa noche y no volver, tal vez eso hubiera sido lo mejor, pues esa noche marcó el inicio de mucho dolor y tristezas para un niño, pues ¿qué podía saber o entender sobre la parte oscura que también vivía en el mundo que tanto brillaba su hermana? Omi era su luz, su fuerza, su fuente de inspiración y su ancla, ella lo era todo y el hecho de que ya no sonriera y pasara más tiempo en silencio y sola hería su corazón
El joven sabía que incluso las estrellas que existen a miles de millones de kilómetros, algún día pierden su brillo y se apagan para siempre, pero él no esperaba que lo mismo pudiera sucederle a las personas, pues Omi brillaba tanto como las estrellas del cielo, pero su luz se fue tan rápido que se llevó todo lo que la hacia ella. Su sonrisa, su carácter amable y gentil, su positivismo, su fuerza, todo se fue cuando unas sucias manos decidieron forzarla y nadie, ni siquiera su "familia" pudo ayudarla
— Si yo... si yo desapareciera, ¿madre estaría feliz? —le escuchó decir aquella tarde a Omi, su voz rota y dolida— si ya no estoy, ya... no le estorbaré a nadie...
— No digas cosas que no puedes cumplir, deja de buscar lástima en donde no la hay. No te queda el papel de víctima —soltó quien se supone era su madre y la persona que más debía amarla en el mundo. Omi no dijo nada, sino que solo echó a correr lejos
Toshiro no lo comprendía, su querida y fuerte hermana mayor siempre le había dicho que su vida era importante y que solo tenía una, siendo por lo mismo que debía vivirla, pero ella misma había dicho que desaparecería para no estorbar a nadie. Su cariñosa Omi ya no estaba allí, se había retraído de todos, ya ni siquiera parecía confiar en la mano de su padre, ya nada era como antes y los ojos desprovistos de emociones de ella, se incrustaron como un puñal en su pecho, uno que quemaba a cada instante
"Yamamotoyama Omi ha muerto, se piensa que la causa principal fue suicidio"
— Kiyoshi, es mentira ¿verdad? —inquirió tomando por los hombros a su hermano menor, quien apenas si podía controlar sus sollozos y las lágrimas— ¡vamos! ¡Ya, dime que es una broma! ¡Te lo ruego! ¡¡Kiyoshi!!
— Lo siento, nii-san... —balbuceó el menor con la voz rota y temblando— Omi-nee... ya no está, no va a volver con nosotros...
— ...Eso no puede ser cierto, Omi dijo que se probaría todo lo que hiciera para ella, ¡Omi lo prometió! ¡Nee-san va a volver! ¡¡Tiene que hacerlo!
— ¡Nii-san! —exclamó al verle correr hacia la sala en donde su padre y madre se mantenían desde hace ya varias horas sin proferir una palabra— ¡espera, por favor!
— ¡¡Es tu culpa!! ¡Todo es tu culpa, tu mataste a Omi! —soltó Toshiro tirando la taza de té que conservaba su madre ya fría entre sus manos— ¡¿cómo pudiste?! ¡¿Por qué Omi?!
— ¡¡Nii-san, detente!! ¡No puedes hacer esto! —le pidió Kiyoshi tomándole de los hombros para que desistiera de ello
— ¡No lo haré! ¡No hasta que esta maldita bruja se arrepienta! ¡Es ella quien debería estar muerta!
— ¡Toshiro, basta! ¡Deja de decirle tales cosas a tu madre! —le regañó su padre por primera vez desde que tenía memoria. Él, que siempre había sido amable y justo, parecía no conocer a la víbora que tomó por esposa
— ¡Padre, fue ella quien lo hizo! ¡¡Ella le dijo a Omi que el papel de víctima no le quedaba!! ¡¡Esa mujer constantemente la estuvo hiriendo hasta que Omi...!! ¡Ella...!
No podía decirlo, no quería hacerlo, porque si lo decía, si tan solo lo hacía, estaría reconociendo que Omi se había ido y nunca más volvería. Aún no podía aceptarlo, aún no quería hacerlo sin embargo, el dolor ya estaba allí sofocándole y las lágrimas solo podían caer por su rostro y el de su hermano menor y padre, todos ellos estaban sufriendo por la perdida de Omi, todos, menos esa persona, esa mujer que solo puede ostentar el titulo de madre, porque desde ese día, dejó de serlo para Toshiro
Con el pasar de los días, Toshiro aceptó que Omi nunca más volvería, pues ya se había cansado de esperarla en la entrada de la casa cada noche, de tocar afuera de su pieza y esperando que ella le concediera su permiso de entrar, de escuchar su risa al comentar sobre su día, ya nada de eso sucedería otra vez, así que ya podía decirlo, Yamamotoyama Omi había muerto y con ella, su sueño de ser un diseñador y crear hermosos vestuarios, ya no había una razón, ni una musa para hacerlos
Los próximos cinco años fueron casi en su mayoría monótonos para Toshiro, pues su padre estaba ocupado con el negocio familiar y limpiando la memoria de Omi, siendo que todo eso debía hacerlo en silencio de su esposa, pues la mujer se negaba rotundamente a traer a tema a su hija fallecida. Aquello había sido un arma genial para un rebelde Toshiro de diecisiete años que en cada posible oportunidad había atormentado a la mujer con el constante recuerdo de que Omi, su querida hermana estaba muerta por ella, por su culpa
Aún así, no era divertido cuando aquella mujer solo sollozaba sin derramar ni una sola lágrima y negaba hasta perder el conocimiento, fueron tantas veces que el joven terminó por aburrirse, pues no podía tener ni una sola pizca de misericordia para ella, no lo merecía sin embargo, Kiyoshi pensaba diferente, él creía que su madre ya estaba sufriendo demasiado y atormentarla de esa manera y encima usando las memorias de Omi, no era lo correcto, en parte fue eso lo que le hizo desistir de seguirlo haciendo
Yamamotoyama Kiyoshi, su preciado hermano menor había crecido hasta ser un poco más alto que él, era sin duda atlético e inteligente, la viva imagen de su progenitor, mientras que Toshiro detestaba reconocer que llevaba más rasgos de su "madre" que de su padre, encontró consuelo en centrarse en cuidar a su hermano, solo quería lo mejor para él y deseaba que fuera feliz, pues su alma estaba amargada y dolida, el mundo no tenía colores, ni luz, todo era monótono, como una cámara antigua de blanco y negro. Por eso, por los menos Kiyoshi debía ser feliz, ya que su padre estaba atado
— ¿Qué dices? ¿Esta bien atado? —inquirió su progenitor al ver el gran número de cartas— deseo dejar todo listo durante mi ausencia, no me llevara mucho tiempo, pero ya sabes, tu madre detesta el desorden
— Ella no es mi madre —negó Toshiro sin rodeos— ya no lo es
— Toshiro... entiendo que sigas dolido, es difícil continuar el día a día sin mi pequeña Omi, pero debes creerme cuando te digo que tu madre también sufre, no digo que lo comprendas, solo que lo mantengas presente, pues es un ser humano también, tiene sentimientos, solo que no sabe expresarlos
— ¿A dónde irás ahora, padre? —cuestionó el joven tratando de cambiar el tema y su padre no insistió tampoco, solo se enfocó en su intento fallido de ordenar las cartas
— Encontré a una señorita que sigue siendo fan de nuestra Omi
— ¿Qué? ¿En serio? —la sorpresa era evidente en su rostro, ya que se había privado de leer el periódico para evitar los horribles comentarios poniendo en duda la inocencia de su hermana
— Así es, lo he comprobado, es una super fan diría —rió el hombre y las arrugas solo se marcaron más en su rostro, lucía cansado, ya se veía en él los años que había pasado y la experiencia en su blancas canas— Omi estaría muy feliz, pero ella desea ser una modelo, quiere seguir los pasos de su estrella y por eso, deseo de todo corazón protegerla. Realmente no quiero volver a cometer el mismo error dos veces, por eso le permitiré representar la sesión de fotos que mi Omi no pudo hacer
— Comprendo, entonces, solo puedo desear que todo salga bien y padre regrese pronto —respondió Toshiro con una sincera sonrisa en su rostro
— Gracias, Toshiro y lo siento, ojalá pudiera ser un mejor padre —suspiró el hombre palpando con cariño el hombre de su hijo para finalmente abrazarle sin saber que quizás esa sería la última vez que podría verle
Tal y como estaba establecido, su padre se marchó en compañía de la señorita, sin embargo Toshiro no esperaba que aquella mujer les hubiera visto marchar esa mañana, aún podía recordar su expresión sombría, la misma que volvió a ver por la tarde al notar que estaba revisando el despacho de su padre, ¿qué hacía allí? ¿qué buscaba? Toshiro no pudo evitarlo y entró fingiendo despreocupación en presencia de aquella víbora, quien le observó apenas unos segundos antes de enfocarse en una fina cajita que nunca antes había visto
— ¿Qué haces aquí? —le cuestionó cruzándose de brazos— mi padre dejó todo ordenado antes de su viaje, por lo que no tienes ningún asunto que deba preocuparte
— Te recuerdo que tu padre es mi esposo y por ende, tengo derecho a cualquier asunto que le incumba y eso incluye, por supuesto, su despacho
— Que estupidez, es tan triste que debas aferrarte a un mero acuerdo llamado matrimonio para creerte la dueña de su vida, no me sorprendería que llegara a cansarse de ti y es por eso que creo que el divorcio es sin duda una bendición que le permite al menos a la parte inocente, escapar de ese infierno —ya le daba igual, que mirara lo que quisiera, solo no quería seguir en el mismo espacio que ella
— ¿Tú... lo sabías?
— ¿Qué?
— Sobre esa mujer que está frecuentando tu padre
— ¿De qué rayos...?
"Oh, ¿es tan poco tu confianza que solo puedes pensar en el engaño?"
— No entiendo que quieres decir, los asuntos de padre son privados y por lo tanto, no debo inmiscuirme ¿acaso no fue eso algo que tu misma me dijiste?
— Ahora es diferente, si es algo, debes decirme Toshiro
— ¿Por qué debería?
— Porque soy tu madre
— ¿Y resulta que ahora soy tu hijo? ¿Después de que hayas pasado de mi existente durante estos últimos cinco años? Dios, no me hagas reír
— Toshiro...
— ¡No es mi maldito problema! ¡Si padre te engaña por algo debe ser! ¡Después de todo fuiste tu misma quien asesinó a su preciada hija! ¿Quién en su sano juicio podría amar a quien le quitó algo tan querido? Lo que haga padre, siempre lo apoyaré y si eso implicara dejarte, con gusto lo alentaría, merece ser feliz que morir con el alma negra y amargada por tu culpa
"Lo siento Kiyoshi, pero ella también merece revolcarse en su miseria"
No se arrepentía de sus palabras sin embargo, si era cierto que las había dicho en un momento llevado por el enojo y resentimiento, pero Toshiro ya lo había aceptado, aquella relación de madre e hijo hace mucho que se había roto y ninguno parecía en lo más mínimo preocupado por hacer algo, es así como habían vivido los últimos cinco años. Tal parece que burlándose y lastimándose mutuamente es lo que les motivaba a seguir viviendo bajo el mismo techo y hoy, él había ganado
Aún así la victoria fue más amarga que dulce, pues el peso de sus palabras sin duda influyeron en las acciones de su madre y todo por estar cegado y empeñado en su "pelea" de venganza, su misma lengua le había castigado. Su padre, su amado y respetado progenitor estaba muerto, había fallecido al descarrilarse por la simple falla de una palanca de freno y debido al impacto, casi todos los vagones terminaron destruidos, incluido, por supuesto, en el que iba su padre
"¿Acaso el destino y la misma vida no puede ser más cruel?"
La muerte de Yamamotoyama Kouki había sido un golpe duro para ambos, pero más aún para Kiyoshi, quien cayó enfermó poco después de ello, probablemente el estrés por cuidar de su madre que parecía fuera de si terminó afectándole y ahora totalmente dormido por la medicina, Toshiro podía relajarse y llorar en silencio. Le pesaba el cuerpo y su cabeza daba vueltas, necesitaba algo de aire fresco o enloquecería
Ya dispuesto a ello, abandonó la habitación en donde descansaba su hermano y se encaminó hacia el silencioso pasillo que conectaba las demás recamaras sin embargo, un leve murmullo le hizo detenerse frente al despacho de su padre, la puerta estaba entre abierta y Toshiro sospechó que debía tratarse nuevamente de aquella mujer. Probablemente la medicina que le dieron para dormirla ya había terminado su efecto y ahora andaba como una aparición rondando en el despacho de su esposo fallecido
— ¿Por qué ocurrió esto? —le escuchó decir con voz trémula mientras daba vueltas por la habitación como si fuera encontrar la respuesta en alguna parte, quizás por sus frenéticos movimientos terminó tirando algunos papeles que reposaban cerca del escritorio
Toshiro observó en silencio mientras la mujer que una vez consideró su madre se arrodillaba para tomar algo entre sus manos, siendo que por la expresión de su rostro parecía haberse topado con algo terrible, su tez estaba pálida y sus manos temblaban. ¿Realmente estaba bien? Parecía como si pudiera morir en cualquier momento de la impresión y para el joven le resultaba desagradable la idea de que ese lugar fuera la ofician de su querido padre
— ¿Y...Yo lo maté? ¿Kouki y... esas personas? ¡No, no puede ser! ¡Esto es solo una vieja leyenda! —le escuchó gritar mientras tiraba de sus cabellos y la sola visión le helaba la sangre ¿a qué se refería con que ella le había matado?
Nunca pensó en que llegaría el día en que aquella mujer se volviera loca y extrañamente, no se sintió feliz con ello, pues ahora la duda sembraba parte de su mente mientras veía como la persona que un día fue su madre, se levantaba con una mirada diferente, fría y apagada mientras sostenía entre sus manos una fina pluma dorada, era hermosa y sin duda valiosa, ya que su progenitora se aferraba a ella y le miraba como si de un gran poder se tratara y entonces comprendió
Su difunto padre le había en una noche antes de irse a la cama que la familia Yamamotoyama había sido bendecida con un maravilloso y a su vez aterrador poder, pues hace muchísimos años sus ancestros habían recibido un ornamento que impulsaba a las manos humanas a escribir el destino que ya se creía grabado en piedra, pero que por lo mismo y para evitar la furia de dios, nunca se habían atrevido a hacer uso de ella, al menos, es lo que sabían sin embargo, ¿cómo asegurarlo? O mejor aún ¿cómo creer en un cuento de hadas?
Tan ensimismado había estado en sus pensamientos que pronto escuchó como su progenitora apagaba las luces para marcharse con aquel objeto entre sus manos, mientras él, oculto en las sombras tras una gruesa cortina, había logrado pasar desapercibido y ya una vez seguro de estar completamente solo, abandonó su escondite para internarse en el despacho. Estar allí hizo que su corazón pesara, mientras iba recorriendo cada estante, cada marco de fotografía hasta tocar la fina superficie del escritorio de madera que su padre apreciaba
Los recuerdos seguían tan frescos en su memoria, evocando así una suave sonrisa en el siempre serio y tenso rostro de Toshiro hasta que sus oscuros ojos se posaron sobre la pequeña libreta que al parecer aquella mujer había dejado abierta y mientras su mirada recorrió la apenas pequeña oración, su expresión se torció hasta tornarse en estupefacción y miedo, pues claramente era la letra de Yamamotoyama Nuriko y en ella parecía ocultar a simple vista una sentencia de muerte hacia su ya fallecido padre
"Un tren se puede descarrilar y así tu vida arrebatar"
¿Cuántas veces había leído ya la misma línea? Tantas, las suficientes como para tomar la libreta entre sus manos y aventarla como si de una horrible historia de terror se tratara ¿siquiera era posible? Él había visto a su madre el día anterior en esa oficina, sin duda ella escribió y a su vez se mostró horrorizada al verlo luego de recibir la noticia de que su esposo había muerto y justo en el tren que terminó por descarrilarse, entonces ¿esa pluma podía realmente dictar el destino de las personas? Sin duda, aquella era un arma increíble y que podía darle todo el poder a quien la obtuviera
Debía obtener esa pluma cuanto antes, así podría de una vez por todas castigar a aquella mujer y todos aquellos que dudaron de la inocencia de Omi, los enterraría vivos y así podría darle algo de descanso a su padre... Hasta el momento no había pensado en lo que había detrás de ello, si el poder de la pluma resultaba ser genuino, entonces su padre habría sido asesinado por aquella mujer por la estaba dispuesto a dar su vida y si eso no era suficiente, él también...
"Yo la incité, quería verla sufrir"
El peso de la realidad comenzó a caer sobre sus hombros y sintiéndose abatido y sin fuerzas, Toshiro se dejó caer sobre el suelo mientras se apretujaba la cabeza con fuerza, la ira y el odio se mezclaban dentro de si, mientras las lágrimas se arremolinaban en sus mejillas, su padre, su querido y respetado padre estaba muerto luego de haberse descarrilado el tren en donde iba el sueño de cumplir el último deseo de Omi y todo porque su sed de venganza le hizo desear que aquella mujer que le cargó en su vientre, se retorciera en su ansiedad y miedo
Lo había disfrutado, por una vez sintió que le había dado un golpe bajo, pero ¿a qué precio? ¿Acaso eso había sido la vida de su padre? ¿Y todo por su deseos de vengarse? ¿Había realmente sacrificado a un ser amado por esa mujer? ¿Por la satisfacción de la victoria? Más y más preguntas surgían y la cruel respuesta solo se repetía como el siseo de una serpiente que parecía poco a poco devorar su mente hasta no quedar nada más que los ojos rojos y ardiendo junto a sabor a sangre en su boca, pues él había matado a una persona, a un inocente
"¡No, yo no quería! ¡Yo no fui!"
— Si, es verdad —pensó para si mismo mientras tomaba la libreta entre sus manos— yo no fui quien escribió esta sentencia de muerte, yo no quería esto. Fue esa mujer, ella lo hizo...
Sus recuerdos de repente le estaba invadiendo y las voces del pasado le hacían doler sus oídos, los gritos de su madre, los golpes en donde no pudieran verse, las miradas frías, la indiferencia, la vergüenza, el rechazo, el repudio, todo eso estaba empañando sus preciosas memorias de rojo, como si la sangre que les unía le advirtiera que también podía matarlo, así como a Omi y ahora a su padre y sino tenía cuidado, él podría ser el siguiente en ser asesinado
Si resultaba así, él debía ser más rápido y lsto, ya había demostrado que aquella mujer era débil ante sus provocaciones y sin duda necesitaría de sus ponzoñas palabras para protegerse a si mismo y a Kiyoshi, pues ahora su hermano menor era la única familia que tenía, ya que la familia está en donde te sientes feliz y eres tu mismo, por eso, para proteger su felicidad, se aseguraría de destruir lentamente a Yamamotoyama Nuriko, le haría cometer atrocidad tras atrocidad para que no pudiera salvar ni siquiera su alma
Él sería la mente y la voz detrás de las cuerdas que mantenían a aquella mujer atada a la familia y con sumo tacto iría plantando pequeñas dudas e insinuaciones hacia aquellos que lastimaron a Omi y afectaron la reputación de su padre, los enterraría uno por uno mientras que sus hijos pagarían sin estatus, ni apellido y sirviendo a la gente de la que un día se burlaron, llevaría a la familia hasta lo más alto posible y cuando ese momento llegara y Nuriko se hubiera embarrado hasta el alma de sangre y muerte, entonces, tomaría ese poder entre sus manos y él en cambio permanecería limpio y libre de culpa
— Ya comprendo la forma en que llevó todo esto, por eso era hora... de que usted mismo manipulara el destino —habló Ririka arrancándole de sus más profundas cavilaciones, al parecer su vida pronto terminaría, pues todo lo que creía olvidado, ahora estaba volviendo— solo así, la victoria sería mía
— Ri...rika... —balbuceó jadeante y cansado, ansiaba tocarla, pero no podía alcanzarla— no debería ser... así... —tosió dolido— eres mi... familia, debes... amarme...
— Es cierto que desgraciadamente somos "familia", pero solo porque nos une la sangre, eso es todo, tío
— ¿Por qué... me pasa esto? ¿qué hice mal...? Yo... tenía el poder de... todo ¡yo...!
— Es la maldición por usar un poder que no le corresponde a los mortales
— ¿Maldición?
— Esta pluma tiene el poder de cambiar lo ya escrito sin embargo, no le corresponde a manos humanas, elegir el destino de los mortales —repitió Ririka al tener fresca la advertencia en su mente, pero faltaba algo más— porque usar para fines propios el poder de los dioses, equivale a pagar un gran precio que siempre acarrea grandes desgracias
— No... ¡No puede ser... cierto! ¡No!
— Yamamotoyama Toshiro —habló esta vez Annistyn acuclillándose a su altura— por todos los delitos cometidos y por tu intención de engañar a una guardiana del destino, serás llevado a juicio
"Un juicio que probablemente destruirá tu alma"
¡FELIZ NAVIDAD A TODAS MIS QUERIDAS LECTORAS! Me disculpo por desearlo tarde, según yo quería traerles mis dos regalos antes, pero no siempre es como uno quiere y siendo sincera, esta navidad fue bastante triste que solo quería irme a dormir y no pude terminar a tiempo todo lo que tenía en mente. Aún así, quiero darles las gracias por la espera y su apoyo a esta historia que si bien toma tiempo, les aseguro que doy lo mejor de mi para unir las últimas piezas, pues el largo viaje tomará solo unos cuatro capítulos más para cerrar Fragancia de Pera, me pone un poco triste, pero todo debe llegar a un fin y me aseguraré de darles el mejor posible, nuevamente feliz navidad y espero lo hayan pasado bien con sus familias y comido muy rico ¡besos y abrazos!
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