Capítulo 54 Te encontré
El día estaba bastante soleado, tanto que todo el dojo lucia iluminado siendo unas pocas partículas de polvo lo que se apreciaban en los rayos de luz que entraban por las ventanas. Tōjuro hacia lo posible por dejar el lugar impecable, ya que su padre al verlo tan distraído y ensimismado en sus pensamientos, le puso de tarea dejar todo el lugar impecable, por lo que no podía negarse ante un hecho completamente cierto
El joven era consciente de sus silencios en las charlas familiares y como aunque estuviera viendo su programa favorito, todo terminaba y él no le había prestado atención en lo más mínimo, nada de eso estaba bien, así que aprovecharía esta tarea para despejar su mente. El pequeño almacén también estaba a su cargo, por lo que Tōjuro entró con cuidado y encendió las luces para ver el interior, todo estaba en orden junto a aquel conocido aroma a viejo
"Es un tanto nostalgico"
No podía ocultar que estaba orgulloso de su familia y la larga tradición que han llevado, siendo su foco de atención aquellas dos finas cajas talladas en madera que contenían ambas espadas que había llevado con su padre antes. Pronto recordó que debía ser muy cuidadosa al llevarlas, por lo que movió ambas cajas con sumo cuidado y llevó al exterior en donde había un pequeño altar para ponerlas, ya una vez hecho, los ojos dorados se quedaron fijos en la caja que contenía la hermosa espada de flor de Loto
Desde el primer momento le pareció tan mística y desde entonces es que había comenzado a tener sueños con aquella hermosa señorita, mismos que se detuvieron con el tiempo ¿por qué había sucedido eso? Una parte de él realmente quería saber quien era la muchacha de agraciada figura que veía al dormir, entonces ¿cuándo dejó de hacerlo? La respuesta vino a él enseguida y fue cuando descubrió los sentimientos que albergaba por Ririka, desde ese día nunca más tuvo pensamientos de aquella chica
¿Por qué pasó eso? Un suspiro apenado escapó de sus labios al llegar a la conclusión de que tal vez aquella muchacha hermosa que veía en sus sueños era Ririka, ya que para él desde un principio le pareció una persona hermosa y amable ¿tal vez su corazón quería hacerle notar que estaba enamorado? Aún así, no podía confirmarlo y sentía que existía una leve diferencia entre ambas, pues siempre había un sentimiento lleno de nostalgia
No podía poner en palabras lo que aquella chica misteriosa le hizo sentir en sus sueños, pero sabía que era más profundo como si hubiera estado arraigado en su corazón desde siempre, al pensar en ello su mirada terminó recayendo en la caja donde residía la otra espada y Tōjuro cayó en cuenta de que casi nunca le prestó la debida atención a aquella grandiosa espada, misma que pertenecía a la familia Rengoku
Esto solo hizo que la curiosidad de Tōjuro se desatara de repente e hizo ademan de querer tomarla, sin embargo un ligero sonido al abrirse la puerta corrediza captó su atención y el joven volteó rápidamente hacia atrás para ver de quien se trataba, solo que la persona que vio ante sus ojos era todo menos esperada. Jamás creyó que un día el heredero de la gran familia Yamamotoyama iría a verle
— ¿Estabas ordenando el almacén? —inquirió Kazuyoshi cortando el silencio mientras su verde mirada estaba fija en los perfectos Shinai que reposaban cerca de la entrada
— ¡A...Algo así! —soltó el joven visiblemente nervioso y confundido— ¡¿se le ofrece té?!
— ¿Ah? No, no es necesario —negó el contrario— solo se terminaría derramando
— ¿No le gusta el té?
— No, no puede no gustarme cuando dirijo una compañía que se dedica a eso
— ¡Entonces...!
— Tu... —habló Kazuyoshi en un tono frío— ¿por qué no eres capaz de preguntarme sin rodeos a que he venido?
— ...
— Tienes una expresión tan pobre que hasta me da lastima por lo que pienso hacer —añadió soltando un suspiro mientras se rascaba la parte de atrás de su cabeza, estaba hastiado
— No esperaba su visita para nada —soltó finalmente Tōjuro con una expresión seria— ¿por qué ha venido aquí en un día como este?
— "Un día como este" entonces debes saber que a menos de tres horas, Ririka va a casarse ¿no es así? —al decir aquello la expresión del joven tembló levemente y Kazuyoshi comprendió que únicamente tenía conocimiento de la fecha— vine por ti
— ¿Qué?
— Así que si mueves tu enérgico trasero al auto, me harías un gran favor
— ¿Piensa usarme para detener a... Ririka de casarse?
— ¿No es algo que nos conviene a ambos? ¡Ah, es porque rompieron! —comprendió el ojiverde enseguida— disculpa ¿debí traer cerveza para ahogar las penas?
— Soy menor, no puedo tomar alcohol
— Yo también y ese era el chiste
— No puedo ir
— ¿Por qué no?
— Ririka no desea que vaya, ni siquiera quiere verme
— ¿Ah? ¿qué clase de drama se armaron ustedes? —Kazuyoshi no era muy bueno en esos temas, ni tampoco tenía mucha paciencia en esos momentos— antes no veía el día en que te separaras de mi guisante y ahora... ni siquiera puedes contradecir su palabra
— Kanae-senpai y Shinobu-san vinieron antes para contarme la verdadera intención de Ririka detrás de todo lo que sucedió y una parte de mi, ya lo sabía —comentó Tōjuro con la mirada baja— me sentí inútil por no poder haber visto más allá en ese momento y también porque Ririka no tuvo la suficiente confianza como para decirme
— Bueno, no es como si le dijeras a tu novio "¡oye, voy a casarme en unos días! ¡¡Debemos romper!!" —dramatizó el contrario con una voz chillona— se supone que conoces un poco a Ririka y así mismo ella te conoce a ti, únicamente que en esta ocasión el guisante fue más rápido y listo en actuar, pero no por eso quiere decir que debes cerrarte a todo
— Lo sé, pero tengo miedo... miedo de mi debilidad y mi posición tan inestable, tanto que ni siquiera puedo ser un soporte para la chica que quiero ¿siquiera puedo ser digno de ser tan codicioso y quererla? —aquello era más una cuestión de orgullo como hombre y en parte pareja que deseaba ser un apoyo para su persona amada
— Ya fuiste codicioso, ya la quisiste y ahora ella lo está dando todo en parte por ti y por mi ¿odio esto? Claro que si, no es mi estilo pedir ayuda...
— ¡Aún así!
— Mira, la paciencia en estos temas no es mi fuerte —negó Kazuyoshi volteando en dirección a la entrada y Tōjuro creyó que se marcharía, sin embargo el contrario volteó de vuelta con dos shinai en mano— ¿por qué no lo resolvemos en algo que ambos somos buenos?
— ¿Qué piensa...-? ¡Ah! —exclamó el joven al atrapar el shinai que el ojiverde le había lanzando
— ¿Hacer? ¡Tendremos un duelo, por supuesto! —soltó como si fuera lo más obvio del mundo— si gano, te subirás al auto sin peros y te pondrás un lazo que diga "yo me opongo" si pierdo, no diré nada más y me iré, pero tendrás que tener en cuenta que nunca más te permitiré saber de Ririka
— ¿No es eso muy extremo?
— Tu mismo no te consideras digno de mi hermana en estos momentos, entonces ¿por qué yo debería dejar que alguien "indigno" la siga viendo? Es cuestión de lógica, búho
— ¿Búho? —Tōjuro recién cayó en cuenta de aquel apodo
— ¡Ni una palabra a mi hermana de esto! Ahora... ¡vamos!
— No pienso hacerlo
— ¿Qué?
Luego de que aquella pregunta quedara en el aire, solo un silencio incómodo les rodeo, Tōjuro mantenía una mirada imparcial en su rostro y Kazuyoshi casi que lo estaba fulminando con la suya, estaba furioso y más aún porque había dejado su orgullo de lado para venir a verle, pues era consciente que en esta situación Ririka solo le escucharía a él, sabría que sus acciones y palabras serían totalmente sinceras y ciertas
"Se acabó la amabilidad"
— ¿Siempre fuiste así de débil? —soltaron aquellos ojos verdes fríos, pese a que su tono estaba lleno de sarcasmo— ese brillo de fuerza que vi en tu ojos cuando me encaraste hace casi un año, apenas si puedo verlo ¿por eso no vas a pelear?
— ¡No es correcto emplear un shinai si estás lleno de negatividad e impulsividad! —respondieron aquellos ojos dorados sin dudarlo
— ¿Negatividad? ¿Impulsividad? —repitió divertido— he venido aquí para tratar directamente contigo, pero también porque sentía que como un hermano mayor, debía comprobar que la elección de mi hermana fuera la correcta
— Ya no hay nada entre nosotros —sentenció cabizbajo y apretando el shinai con fuerza en su mano derecha— si vino porque deseaba dejarlo en claro, no es necesario
— Tu... ¿crees que Ririka escogería a cualquiera? —inquirió Kazuyoshi logrando sorprender al contrario— si te atreves a decir que si, entonces te convertirás en mi enemigo y tendré que enseñarle a ese estúpido cerebro de búho que tienes a discernir bien. Siquiera te mereces una golpiza por haber puesto tus manos sobre mi hermana tan pronto —ante esto último Tōjuro enrojeció rápidamente— pero no lo haré y es porque creo firmemente en que Ririka no escogería a un don nadie
— ...
— ¿Acaso tu eres un don nadie que no puede ni hablar? ¿Me estás diciendo que mi hermana tiró todo por nada? ¿No te importa que con tu acción únicamente se interpretara como si solo hubieras mancillado su honor? —todas esas preguntas se dirigían con fuerza hacia Tōjuro, quien a cada momento apretaba el shinai con más fuerza— ¿sabes lo que dicen de Hoshi Rikuto debido a tu acción? Que le tuvo lastima a mi hermana y por eso, va a casarse con ella ¡¿crees que esa mierda me hace feliz?! ¡Sé un hombre como en ese momento y pelea, maldita sea!!
Kazuyoshi no tuvo piedad y se lanzó furioso para comenzar a embestir con rápidos golpes a Tōjuro, quien tuvo que retroceder ante su fuerza, era consciente que había furia en su oponente, pero también cada uno de sus movimientos estaba previamente calculado. En esos momentos Enfrentarse a Rikuto era como pedir un duelo con el superior que más admiraba, había fuerza, disciplina y un motivo justo por el cual pelear
Los golpes seguían y Tōjuro solo se concentraba en esquivar y bloquear, pues aún no lograba encontrar una abertura para atacar, sin embargo había ido ganando su confianza y terreno, por lo que estaban bastante igualados, siendo un sentimiento extraño y al mismo tiempo conocido que comenzó a invadirles, como si en parte disfrutaran de este enfrentamiento, tanto que ambos lucían una sonrisa burlona en sus rostros
Lastima que Kazuyoshi no pudo continuar, pues el dolor de cabeza y ligera fiebre logrando enturbiar su vista haciendo que Tōjuro encontrara una apertura y atacara, sin embargo no pensaba rendirse sin darle una buena paliza al contrario. Estaba molesto por muchas cosas, pero más molesto estaba con Hoshi Rikuto y las acciones despiadadas de su abuela. Finalmente fue Kizuka, quien intervino al ver como ambos terminaron con su shinai en el cuello del otro
— Es un empate
— ¡Tsk, Kizuka tenías que dejarme golpearlo! —se quejó Kazuyoshi sosteniéndose la cabeza en señal de molestia
— Si lo hace, Ririka-san se pondría triste —negó tranquilo el hombre— tenemos que irnos, Kazuyoshi-san queda poco tiempo
— Lo sé, soy consciente de que al menos lo intenté
"No es fácil cambiar la voluntad de otros"
— Hey, solo por hoy debo reconocer que en esta situación, Ririka únicamente te escuchará a ti —confesó el ojiverde desanudándose su corbata— sigo creyendo que mi hermana no escogería a cualquiera, no para darle todo de si misma, incluido el pañuelo que nos dejaron nuestros padres al morir
Tōjuro era consciente de que en ese momento actuó por impulso, realmente deseaba tener a Ririka entre sus brazos y percibir su aroma, quería que ella sonriera y dejara de derramar lágrimas, pero eso había llevado a romper su promesa con Kazuyoshi de demostrarle ser un hombre digno de su hermana. Lo que sucedió ya no podía revertirse y en el fondo el tampoco deseaba borrar ese momento, ya que fue algo que ambos desearon
— Yo... —susurró mientras se arrodillaba sobre el suelo de madera— ¡¡realmente me disculpo por haber roto mi promesa con Kazuyoshi-san!!
— Oh, lo recuerdas
— ¡Pero no pienso pedir disculpas o arrepentirme por lo que sucedió!! —añadió con el ceño fruncido y bastante sonrojado— ¡¡hacer eso sería insultar los sentimientos de Ririka y también los míos, yo me esforcé por amar a Ririka correctamente!!
Esta última afirmación hizo que la expresión de Kazuyoshi temblara levemente y guardara silencio, Tōjuro solo escuchó el sonido sordo del kunai al caer antes de verle acercarse a pasos rápidos hacia él y tomarle del hakama con fuerza. En ese momento la expresión que brillaba en aquellos ojos tan verdes como los de Ririka era el enojo, pero también dolor, como si realmente deseara contenerse
— Entonces, si realmente dices que la amaste correctamente, pues demuéstralo una vez más —habló Kazuyoshi sin rodeos— ¡si tanto le quieres, hasta el punto de sentirte codicioso, entonces cuida de ella hasta el final! ¡Demuestra que eres fuerte y toma la espada que dices arde en tu corazón para alcanzarla, solo ve!
Con aquellas palabras, Kazuyoshi soltó al menor y se encaminó hacia la salida siendo seguido por Kizuka, quien con una reverencia cerró la puerta corrediza y Tōjuro solo pudo escuchar sus pasos al alejarse mientras él solo se quedaba rodeado por el silencio y la paz de aquel Dojo. Todo a su alrededor pasaba tan rápido, sin embargo no le parecía extraño que los árboles y casas solo pasaran como si de una página se tratara
Kizuka enfocó sus ojos azules en el joven que iba atrás mirando los papeles, deseaba decir algo, pero ¿cómo? Por suerte Kazuyoshi alzó su mirada y notó su preocupación. ¿Realmente estaba bien que se fueran sin Tōjuro? Viendo el reloj, solo faltaba una hora para la ceremonia privada, sin embargo el ojiverde solo miró por la ventana soltando un suspiro que parecía reflejar ¿alivio?
— No preguntes como, pero puedo dar por sentado que ese búho vendrá
¿Ir o no ir? ¿Exactamente qué es lo que deseaba Kazuyoshi que él hiciera? Si bien era consciente que hubo mentiras en las palabras de Ririka, también sintió su tono determinando en hacerlo, ella ya se había propuesto terminar con todo y escoger su propio camino, entonces ¿insistir no sería como si ignorara lo que desea hacer Ririka y aún así aferrarse a ella? Había un límite, pero estaba dispuesto a ignorarlo
La presencia de una mujer de largos cabellos rojos y animada pasó totalmente desapercibida para el joven que no despegaba su mirada de la madera, por lo que ante un movimiento de sus manos hizo que una de las cajas cayera con un golpe sordo sobre el suelo y Tōjuro volteara a ver lo que había sucedido. Solo comprobó que estaba solo, así que se acercó enseguida a tomar la caja, pero la tapa se había abierto
— Esta espada... —susurró al notar que se trataba de la misma que pertenecía a su familia— es magnífica
"Magnífica es la historia que guardan ambas espadas"
Flanna sonrió para sus adentros ante aquel pensamiento, pues ella mejor que nadie sabía de la belleza fugaz del ser humano y aunque ya todos habían partido, esas memorias quedaron guardadas en aquellas cosas preciadas que son capaces de seguir el ritmo del tiempo, aunque así mismo tampoco sea eterno. ¿Aquellas palabras y promesas que guardaban ambas espadas serían capaces de llegar a él? Como una suave melodía que le brindará una respuesta también a su corazón
"Por favor, no rompas una promesa aunque un reloj de arena de vuelta"
Tōjuro titubeó en hacerlo, pero al final tomó con cuidado la espada entre sus manos y se permitió apreciar los detalles de su funda y finalmente empuñadura, debía reconocer que estaba asombrado de lo tan imponente que se veía aquella fina espada, por lo que decidió ir más allá y desenvainarla, en la parte roja pudo apreciar su mirada por un instante, pero al momento de volver a parpadear todo cambió
Como el tiempo a su alrededor se hubiera detenido por un momento y quitado todos los colores, intentó hablar, pero no era capaz de escuchar su voz y en silencio solo podía sostener aquella espada con fuerza contra si mismo. Finalmente el agraciado movimiento de una pequeña hoja verde siendo llevada por el viento captó su atención y Tōjuro se sorprendió de poder apreciar color y movimiento en ella
"¿Hojita?"
"Tengo los ojos verdes de mi padre, por eso..."
"Por eso no hay mejor cosa en este mundo o el mío que aceptar estar contigo..."
— Tu eres... —susurró al escuchar aquellas palabras rondar su mente
De repente las voces se apagaron y Tōjuro volteó al sentir una presencia a su espalda, sin embargo se quedó estupefacto al ver a la misma joven que ya había visto en sus sueños, sin embargo ahora podía apreciarla con una vestimenta similar a un uniforme, un haori en degradado rosa con flores de loto, por lo que no pudo evitar ocultar su sorpresa al reconocer la espada que llevaba en su cinto como aquella suave sonrisa que decoraba su rostro y el movimiento agraciado de su mano al sostener un mechón de su cabello
De un bonito tono verde hasta perderse con el negro que caía sobre sus hombros junto a una larga cinta de igual color que su haori, pero lo que movió su corazón fueron aquellos hermosos y encantadores ojos verdes amables que le observaban. Deseaba ir hasta ella y estrecharla en sus brazos, sin embargo el nombre de "Ririka" no dejaba de repetirse en su mente, pues era a ella a quien le había prometido su amor y ardiente corazón
"Si hubiera otra vida ¿volverías a amarme?"
En ese momento Tōjuro lo comprendió y sin poder contenerlo algunas lágrimas abandonaron sus ojos y recorrieron sus mejillas, finalmente podía saciar su curiosidad de aquel cálido recuerdo y a su vez notar como ambas eran tan similares, siendo solo pequeñas diferencias lo que les daba un toque, incluso él no era por completo el mismo. Su corazón una vez latió por aquella joven del pasado y ahora late por la misma alma
— Si hay otra vida, estoy seguro que nos volveremos a encontrar y enamorarnos —habló con total confianza mientras se limpiaba los rastros de lágrimas— nosotros no necesitamos un hilo rojo del destino, nuestras miradas son suficientes para unirnos, por eso... siempre te encontraré
"Te encontré, Ririka"
El anhelo de aquellos ojos, de su presencia misma. Si lo pensaba detenidamente esta no era la primera vez que saboreaba aquel sentimiento, no era la primera vez que estaba tan peligrosamente cerca de perderla. ¿por qué siempre la alejaban de él? El mismo destino podía ser engañoso y sucio. Incluso logrando sentir como esa voz le susurraba "Ríndete y déjala ir, ambos tienen caminos y mundos muy diferentes"
— ¡Como si realmente pudiera rendirme! —exclamó Tōjuro con fuerza— No lo hice antes, menos lo haré ahora. Sin importar nuestros caminos, nuestros mundos, el peso de nuestros apellidos, jamás sería capaz de soltarla, de dejarla. ¡¡No hay un hilo uniéndonos, lo que hay son nuestras miradas, nuestros sentimientos que transcendieron el tiempo por una promesa!!
Sin esperarlo ni un segundo más el joven dejó reposar la espada sobre el altar y se encaminó a paso rápido hacia la salida mientras se calzaba sus sandalias a toda prisa, Kazuyoshi ya se había ido, por lo que debía apresurarse a la estación cercana o en el peor de los casos pedir un taxi. No había terminado de limpiar, pero no podía permitirse por nada del mundo perderla, no cuando él había hecho una promesa de siempre encontrarla y lo había hecho, contra todo le había encontrado y se había enamorado
Ya al perderlo de vista, Flanna sonrió cálidamente mientras miraba como la empuñadura de ambas espadas brillaba tenuemente gracias a los rayos del sol, probablemente sabían que ya dos almas estaban a punto de reunirse, el reloj de arena no fue suficiente para enterrar su promesa de alma que trascendió cualquier barrera hasta finalmente llegar a ellos, quienes aún sin recuerdos se conocieron y enamoraron
"Esto es parte del destino"
— ¿No lo acepta? —cuestionó el padre pálido y en voz alta
— Así es, no acepto este matrimonio —respondió Ririka soltando el ramo que cayó con un golpe sordo a un lado de Rikuto, quien se había dejado caer en el momento en que cortó el hilo. Su rostro lucía muy pálido y parecía estar perdido en sus pensamientos
— ¡¿Que clase de ofensa es esta?! —le escuchó decir a su abuela en voz alta mientras golpeaba con fuerza el suelo con su bastón— ¡¿cómo se te puede ocurrir hacer semejante cosa en una boda?!
— ¿Una boda? —repitió la peliverde con una sonrisa sarcástica— esto es todo, menos una boda y... ¿no se supone que si uno de los dos se niega no hay boda?
— ¡Tu...! —exclamó la anciana levantando su mano para golpear a Ririka, sin embargo la joven detuvo su mano con fuerza y la mirada que le dedicó logró aturdir a la contraria como si estuviera tratando con una persona completamente diferente
— No pienso casarme contra mi voluntad y no me importa renunciar a mi apellido y una posición que jamás tuve, es más yo misma prefiero dejarla
En ese momento el fiel mayordomo de Rikuto se encaminó hacia la joven para detenerla de abandonar la iglesia, pero por alguna extraña razón su señor no reaccionaba y pronto las puertas fueron abiertas de un portazo, revelando a Kazuyoshi y Kizuka, sin embargo no venían solos y Ririka pudo reconocer entre los policías a Shinazugawa Sanemi y Genya. Fue un extraño sentimiento el que percibió en su pecho al verles, no solo a ellos, sino también a Shinobu y Kanae, todos ellos
— ¿Por qué la policía se ha atrevido a venir aquí a interrumpir la boda del próximo heredero del grupo Hoshi?
— Usted debe ser el mayordomo de Hoshi Rikuto ¿no es así? —le cuestionó Sanemi con una sonrisa burlona mientras se acercaba
— Así es... ¿por qué-?
— Perfecto, usted está arrestado por presunto asesinato del hijo mayor de la familia Hoshi —declaró Genya mientras lo esposaban
— ¡¿Cómo?! —solo en ese momento Rikuto pareció volver a la realidad y enterarse de lo que estaba sucediendo
— ¡¿Asesinato?! —solo eso bastó para escandalizar a los padres del Rikuto y que su madre se desmayara de la impresión
Todo era un desastre y ya nadie reparaba en la novia que aún estaba de pie en la larga alfombra roja, su ramo había quedado atrás y solo aquellas tijeras descansaban en una de sus manos. Ya no quería estar en ese lugar, por lo que se movió rápido entre los policías que entraban para calmar la situación, al final de esa alfombra Nadora le esperaba con una sonrisa que reflejaba el orgullo que sentía en esos momentos, por lo que Ririka no pudo evitar devolverle la sonrisa mientras depositaba en sus manos aquellas tijeras junto a un pequeño "gracias"
¿Qué debía hacer? Su corazón y mente estaban demasiado llenos, pero un sentimiento estaba claro y eso era ver aquella brillante y cálida sonrisa que le salvó en más de una ocasión. Ririka tuvo cierto temor por su impulsividad, sin embargo podía pedir disculpas y al menos verle una vez, solo quería estar a su lado un segundo eterno antes de que todo volviera a perderse entre sus viejas y actuales memorias
La peliverde se apresuró en tomar con ambas manos los bordes de su vestido para no tropezarse al andar y así mismo abandonó el velo que terminó sobre el fino suelo de mármol. Era extraño, habían muchas otras personas rodeando al mayordomo junto a los policías y aún así ella era capaz de escuchar el sonido de sus pasos que golpeaban cada cierto tiempo sus oídos como su de una campana se tratara
Finalmente pudo dejar aquel camino de flores que recorrió antes y sintió como si se hubiera quitado un gran peso de encima, al llegar al exterior el viento le golpeó con fuerza y agitó su cabello, obligándole a cerrar sus ojos. Ni siquiera eso bastó para borrar su sonrisa, sin embargo cuando Ririka pensaba comenzar a bajar los pequeños escalones pudo verle, aquella mirada dorada con detalles en rojo se conectó a la verde esmeralda
Por su aspecto parecía haber venido corriendo con todas sus fuerzas, sin embargo aquella expresión fuerte no había cambiado y Ririka sintió tal alegría en su corazón que solo pudo comenzar a caminar hacia él entre lágrimas. El joven también se movió al verla en tal estado y cuando los dedos de sus manos se entrelazaron fue como si un sentimiento demasiado conocido hubiera llegado a ellos
"Te encontré, Tōjuro"
— Yo... —balbuceó Ririka al no saber que decir, pero el contrario solo le brindó una mirada de completo cariño para luego atraparla entre sus brazos. La peliverde podía sentir sus brazos apresar su cuerpo, su rostro hurgar en su cuello y su cálida respiración haciendo que su ritmo cardíaco solo se disparara
— ¡Me disculpo por esto! —declaró Tōjuro antes de inclinarse para tomarla como si fuera un costal y echar a correr a toda prisa
— ¡Espera Tōjuro! ¡¿qué haces?! —soltó la peliverde avergonzada y confundida
— ¿No es obvio? ¡Secuestro a la novia! —exclamó en respuesta y Ririka pudo escuchar su cálida sonrisa, por lo que solo se dejó hacer pues no le importaría a donde le llevara, con tal que fuera consigo
¿Cuándo fue la última vez que había sonreído tanto? Para Ririka fue muy divertido entrar a una estación de trenes con un vestido de novia y como unos pocos les miraban bastante curiosos al respecto, pero para ella en ese momento solo existía Tōjuro y sonrisa. Que grande había sido el alivio que había sentido invadir su cuerpo al entrelazar sus manos y aspirar su aroma, realmente era una sensación refrescante
Durante todo el camino, la peliverde efectivamente se había limitado en disfrutar de la presencia de Tōjuro y justo cuando estuvieron en aquel lugar es que la joven se detuvo a pensar en como rayos habían llegado allí o siquiera porque y tal parece que el contrario lucia bastante apenado y nervioso de que ella le preguntara, bueno de por si se le hizo sorprendente verle fuera de la iglesia
— ¿Está bien que yo venga aquí? —inquirió Ririka cabizbaja
— Mi padre puede ser alguien duro, pero nunca dijo que no volvieras y mi madre como Senjuro han estado muy preocupados por ti, estoy seguro de que se alegraran de verte
Ririka no se mostró muy convencida, pero accedió de todas formas, ya que no sería un mal momento pedir las debidas disculpas aunque... aparecer en una casa con un vestido de novia no era la mejor idea, sin embargo ya estaba allí y temía que si se daba la vuelta Tōjuro fuera a desaparecer de su vista. Al final se encontraron con la sorpresa de que no había nadie en casa y esto solo volvió el ambiente algo incómodo
— Hum, Ririka
— ¿Si?
— ¿Crees que podamos hablar? —le cuestionó con una expresión seria, era claro que necesitaba respuestas
— Si, supongo que tienes razón...
"¿Qué debería decirle?"
Luego de dar vueltas por la casa sin saber en donde mismo sentarse a hablar, ambos terminaron escogiendo la habitación de Tōjuro para esto, por lo que se encaminaron escaleras arriba y Ririka sintió como su hubiera pasado un tiempo largo desde que estuvo en aquella cálida y acogedora habitación, todo olía a su querido sol y en medio de la pequeña mesa pudo ver el reflector que le había obsequiado
— Suelo usarlo cada noche —comentó Tōjuro a su espalda
— Me alegro, es un alivio saber que realmente te ha gustado
— Todo lo que me des va a gustarme como si fuera la única pieza que existe, es especial
— Ya veo...
— Ririka, solo tengo unas pocas preguntas —soltó el joven sentándose a su lado en el suelo— ¿crees que puedas responderlas?
— Lo intentaré
— Las cosas que dijiste en la playa... ¿era ciertas? ¿Realmente pensabas eso?
— Eso...
"Es vergonzoso revelar mis deseos egoístas"
— Ese día... —titubeó Ririka sin saber como decirlo, sin embargo ya no quería seguir siendo débil y no decir las cosas más importantes— te mentí, siempre hasta el final me dio que solo era una mentira piadosa y en silencio rogaba porque me perdonaras...
— ¿Por qué tomaste esa decisión?
— Porque fui débil y me cerré a cualquier posibilidad de encontrar una salida. Para mi, el chico que tenía enfrente era tan deslumbrante y positivo que simplemente sentía que él trataría de guardar esperanza hasta el final, algo que yo... claramente no fui capaz de tener, quería protegerte como mi última forma de agradecerte por toda la felicidad y amor que me diste
— Esa noche... ¿ya habías decidido lo que sucedería? ¿Por qué yo?
Ante cada pregunta el corazón de Ririka solo se aceleraba al sentir como Tōjuro iba mermando la distancia entre ambos, sin embargo aquella pregunta le tomó por sorpresa y no pudo evitar sonrojarse y desviar la mirada ¿desde cuándo su solecito era tan directo? Su expresión no vaciló al decirlo y su voz era más profunda, no había ni un rastro de jugueteo, más bien para la peliverde era como si lucharan por no ignorar todo y besarse
— No lo había decidido, pero al verte tomar la llamada fui consciente de mi temor a tener que dejarte a la mañana siguiente, no quería que solo terminara así, ni tampoco ser tomada por otro. Por eso fui egoísta y desee tener a Tōjuro para mi solo esa noche, incluso pedí porque la lluvia no parara y me aceptaras
— Ririka...
— ¿Por qué te escogí? ¿Acaso no es obvio? —inquirió con el ceño fruncido— ¡es porque eres tu, porque eres Rengoku Tōjuro y te amo más que a nadie que decidí armarme de valor y decirlo!
— Yo... tengo muchas cosas por las cuales disculparme —habló el joven levemente sonrojado, pero mirando con cariño a la joven— fui débil e idiota, debí quedarme a tu lado y ser más codicioso ¿acaso tienes una idea de como me sentí al ver que ibas a ser llevada de mi lado? Yo había dado por sentado que nunca soltaría tu mano porque para mi eres mi flama, mi amada y la única en quien podría mi vida entera para atesorarla ¡eso es, mi Ririka...!
— Y tu eres mi sol andante, mi Tōjuro —le devolvió Ririka abrazándole con todas sus fuerzas y dejando un corto beso en sus labios— te extrañé
— ¡Eso no fue una buena manera de hacerme notarlo! —se quejó el contrario tomándole del mentón para luego besarle de manera más demandante y profunda, hasta el punto en que Ririka terminó sobre la madera y Tōjuro encima de ella con una sonrisa
— ¿Sucede algo?
— Debo decir que eres hermosa como una novia, pero me alegro de que no te volvieras una
— Se supone que es un vestido simple, no quería darle el gusto a Rikuto...
— Para mi eres hermosa y hasta... me siento un poco celoso de que usaras un vestido para casarte con él —la expresión apenada de su sol derritió el corazón de Ririka y pronto una idea bastante interesante vino a su mente
— Hum, Tōjuro —le llamó en un tono más suave mientras tomaba entre sus manos el rostro del contrario
— ¡¿Qué sucede?!
— Estar en un vestido de novia es bastante incómodo, debería cambiarme —se explicó la peliverde, sin embargo la expresión de comprensión en el contrario comenzó a preocuparle— ya que es así... ¿no quieres quitarme este vestido?
"Soy una descarada"
Ah, caray... ¿qué pasó allí? JAJAJA y siempre cortando en la mejor parte, en estos momentos a Ririka le queda perfecta esa canción de "Una propuesta indecente" creo que se llama así o quizás me estoy equivocando, pero no pude evitar recordarlo. ¿Quién más piensa que Ririka se carga semejantes ovarios? Lo que ella hizo, yo ni en una pesadilla me animo a hacerlo, en fin mi hija me llena de orgullo, pero ¡Tōjuro también! ¿qué creen que esté sucediendo aquí? para mi es muy gracioso lo que va a terminar sucediendo, pero espero a ver sus posibles teorías al respecto muajajaja... En el próximo también se explicara parte del regalo con la familia Hoshi porque es casi como si se hubieran cavado su propia tumba, así que Ririka ha casi que pasado la bandera negra, pero ¿esto tendrá algún costo? ¿qué representan esas tijeras? ¿por qué la entregó? espero y todo eso se explique en el próximo porque cada capítulo es de 5K y aún así me voy de largo JAJAJAJA pum y termino escribiendo de 6k, por cierto... ¡Ya son setenta personitas en Instagram! y aunque puede parecer pequeño, la verdad es que me sorprendido mucho por recibir el apoyo ;3 *se ahoga en sus lágrimas* de por si, se vienen algunas mini sorpresas en mi Instagram fufufu, ya se enteraran cuando sea el momento, ya que por ahora ¡esto es todo!
Instagram: andy_sakurai15
Att: Andysakurai15
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