Capítulo 53 Renuncio a ti
Cuando despertó a la mañana siguiente, Rikuto creyó que ese día sería el mas especial que viviría, la recepción estaba lista, las finas rosas blancas dispuestas en toda la iglesia junto a la suave melodía del piano que mantenía entretenidos a los presentes. Únicamente pidió la asistencia de sus padres y mayordomo, mientras que por el lado de Ririka iría su abuela y Kazuyoshi, quien bien podría negarse, siendo por último las hermanas Otsuka, quienes harían compañía a la novia
Estaba nervioso y sentía sus manos temblar levemente, sin embargo su fiel mayordomo le brindó una sonrisa tranquila mientras la suave melodía se detenía y empezaba a sonar la que acompañaría a la novia hasta el altar. Al cabo de unos segundos, pudo ver entrar a Ririka sola y en parte, Rikuto se sintió culpable, ya que eso significaba que Kazuyoshi había decidido no asistir a su boda, comprendía que le odiaba, pero ¿dejar a Ririka en ese día importante? Simplemente desalmado
El velo no le permitía ver por completo su rostro, pero reconocía su forma de caminar a la perfección y pudo respirar aliviado cuando finalmente le vio llegar a su lado. El sacerdote asintió ante su señal y dio inicio a la ceremonia, en cierto momento cuando los votos ya estaban cerca Rikuto deseó tomar la mano de Ririka, sin embargo ella mantenía ambas manos en el ramo de rosas que llevaba consigo. Si se detenía a pensarlo un momento, al final ella siempre estuvo allí, era diferente de sus padres y de todos
"Siempre estaremos juntos, Ririka"
Los ojos azules del joven se abrieron levemente al escuchar la voz de su infancia sonar en su cabeza, aquel había sido un deseo sincero que había tenido el día en que cumplió años junto a Ririka, fue la primera vez que lo celebró y recibió un abrazo sincero. ¿Por qué Hoshi Rikuto escogió a Yamamotoyama Ririka? Desde que nació no tuvo mucho contacto con sus padres, por lo que fue un mayordomo quien veló por él día y noche, incluso cuando cayó enfermo sus padres no fueron a verle
"Los señores están ocupados"
Había escuchado esa excusa desde que tenía memoria y por casi cinco años creyó tontamente en aquellas palabras, pero no estaba solo pues tenía un hermano mayor al cual apreciaba, ya que al igual que él, fue dejado de lado desde que nació. Convivían juntos y siempre hablaban de apoyarse, sin embargo un día que fueron capaces de cenar con sus padres, su progenitor les hizo una pregunta que fue muy clave para definir el futuro de ambos
— Niños ¿qué aspiran a ser cuando crezcan? —les cuestionó la voz autoritaria de su padre
— ¡Quiero ser un piloto! —exclamó un Rikuto de siete años con sus profundos ojos celestes brillantes— ¡quiero poder volar por el cielo y sentir el viento golpear mi rostro, justo como Arian lo hace! —su mayordomo siempre jugaba con él y le alzaba para que pudiera "volar"
— ¿Y que deseas ser tu? —inquirió su padre a su hermano mayor, ignorando completamente su respuesta
— Yo... —titubeó el menor nervioso— quiero tener el poder de vivir y crear mi propio negocio para que la gente pueda tener una vida más cómoda, quiero ser útil y grande
Rikuto realmente admiró las palabras de su hermano mayor, sin embargo esa fue la última vez que logró verle, pues sus padres volcaron toda su atención en él y le dieron de lo mejor, pero nunca lo culpó, ya que su "aniki" siempre venía por las noches para leerle cuentos de aventuras y decirle que un día ambos cumplirían sus sueños. Pasó el tiempo y cuando cumplió los nueve años, los dos fueron llevados a la residencia Yamamotoyama para conocer a la cabeza de esta prestigiosa familia
Ambos sabían de la existencia de dos pequeños, sin embargo en la presentación solo conocieron a Yamamotoyama Kazuyoshi, quien de por si mostró tener un temperamento fuerte junto a una lengua afilada. Su abuela intentaba contentarlo, pero él solo repetía "¡Ririka, quiero que ella esté aquí!" Al final se marchó molesto y les ignoró por completo diciendo que solo estaba perdiendo su tiempo cuando podría ir a retornar su clase de idiomas, sin duda un chico sorprendente
La mujer ante ellos se disculpó por el comportamiento de su nieto alegando a que aún estaba sensible por la perdida de sus padres, su hermano se mostró comprensivo y pronto se enfrascaron en una conversación que Rikuto no pudo seguir. Al final aquellos ojos oscuros le miraron curiosos para luego mandar a llamar a una criada y ser sacado de la habitación, era claro que al no ser el heredero no tenía importancia alguna allí
"Está bien, aún tengo a mi hermano"
Ese día Rikuto aún no sabía que su hermano planeaba tomar la iniciativa de realizar un proyecto acorde a su edad como prueba de que sería un buen heredero, mismo que terminaría fracasando y él sería entregado a los Yamamotoyama como pago por su error porque eso era lo que equivalía la existencia de Hoshi Rikuto, ser un error. Si no la hubiera conocido ese día, probablemente no hubiera albergado un tonto deseo como tener fuerza y poder para protegerla
Aquel aburrido paseo por el basto jardín decorado de blancas piedras y bambú donde en un estanque cercano, una pequeña de largos cabellos verdes como la fina hierba que crece en las praderas observaba encantada a los peces dorados que creaban pequeñas olas al recibir comida. Ella era tan simple que incluso no le importaba mojar su bonito vestido al alimentar a los peces, siendo aquello lo que debía ser la tarea de un sirviente, pero definitivamente fue su suave risa y el verde encantador de sus ojos lo que le hizo sentir vivo
"Yamamotoyama Ririka"
Una existencia dulce y hermosa, pero al mismo tiempo pobre y miserable, los sirvientes la ignoraban, sus ropas no eran finas y la residencia en donde vivía claramente era la que un trabajador tendría, pero había algo en ella que te hacia desear seguir mirándola, como una pequeña hada de la primavera. Rikuto creyó que esa sonrisa siempre perduraría en aquella joven, sin embargo los días fueron pasando, convirtiéndose en meses que fueron poco a poco borrando su sonrisa y la luz pura de sus ojos
Sus maestras la ignoraban y daban castigos crueles ante el mínimo error, no les importaba si estaba enferma o si deseaba algo y aunque su hermano mayor la cuidaba, tampoco podía hacer gran cosa, siendo que luego fue enviado al exterior a continuar sus estudios, por eso Rikuto se esforzó por visitar la residencia Yamamotoyama con la intención de cuidarla y ser él quien le tendiera una mano, tal y como ella lo hizo cuando se sentía solo un error y estorbo.
Aún así Ririka no sonreía muy seguido, manteniéndose perdida en sus pensamientos, siendo únicamente cuando expresaba que no se encontraba bien que podía apreciar preocupación en su rostro. Finalmente el proyecto de su hermano fracasó y sus padres solo le consolaron mientras le señalaban a él como el pago a los Yamamotoyama, siendo solo su mayordomo, quien rogó que buscaran otra forma de hacerlo y no le entregaran
— Aniki... —susurró Rikuto a la espera de ser ayudado, sin embargo su hermano solo le miró con dolor antes de desviar su mirada y ocultarse en el regazo de su madre
— ¡No podemos ignorar a los Yamamotoyama, por eso ese niño debe ser entregado! —sentenció su padre mientras empujaba al mayordomo
— ¡Ese niño es su hijo, el señorito Rikuto! —le recordó el hombre entre lágrimas— ¡¿cómo puede ser tan cruel?! ¡Fue el error de su hijo mayor, no del señorito Rikuto! ¡Es él quien debe ser entregado!
— ¡Deja de decir ridiculeces! ¡¿Cómo voy a entregar a mi heredero?! —soltó furioso mientras su madre le miraba con desaprobación— ¡no tiene talento, nada! ¡Es solo un estorbo para la familia Hoshi!
"¡Estorbo! ¡Estorbo! ¡Estorbo!"
Al final Rikuto iba a ser entregado en dos semanas a la familia Yamamotoyama y su mayordomo estaba dispuesto a ir con él, algo que le calmó de cierta manera, sin embargo ahora al ya no tener un apellido, una posición y una familia... jamás podría volver a ver a Ririka, no sería digno de estar a su lado como amigo, esa noche realmente lloró en los brazos del hombre hasta quedarse sin lágrimas, lo había perdido todo, a su querido hermano mayor y a su primera amiga
A solo dos días de su partida sucedió algo que cambió su destino, su hermano mayor había muerto en un accidente automovilístico y sus padres por primera vez fueron en su búsqueda para abrazarle y llorar la perdida de uno de sus hijos. Rikuto sabía que no habían ido a verle, sino a asegurarse de que el apellido de su familia no terminara esa noche, pero siendo solo un niño de nueve años era claro que sentir los brazos de su madre, que le llamaran por su nombre y escucharan conmovió su corazón
"Por fin padre y madre me están mirando"
— ¡Rikuto! ¿Realmente estás bien? —le cuestionó una Ririka de siete años— ¿has comido correctamente?
— Mi mayordomo se encarga de eso, en sus manos podría volverme una bola —bromeó Rikuto y la joven dibujó una pequeña sonrisa en su rostro mientras tomaba una de sus manos con cariño
— Le agradezco que vea por ti, por eso siempre mantente sano ¿si? —le pidió a lo que el joven solo asintió apenado— ¡Tamaki hará pastel de frutas hoy!
— ¡La cocina de Tamaki-san es muy buena! —festejó mientras le daba un corto abrazo a la peliverde
— Rikuto, has crecido ¿verdad? —inquirió Ririka mientras se daba cuenta de la diferencia de estaturas pese a estar en los brazos del chico— me alegra, Kazu-nii dice que si comes bien crecerás
— Si, tienes razón...
Ririka siempre fue transparente y jamás tuvo alguna intención de coqueteo, más bien parecía ser bastante despistada en cuanto a eso, ya que Rikuto no quería pensar que para la hermosa jovencita solo era un amigo, casi hermano. Le tenía mucho aprecio y gracias a ella había mantenido sus sentimientos y deseos de poder cumplir sus sueños, su cálido y sincero corazón fueron clave para que pudiera seguir en pie pese a las traiciones, engaños, habladurías y demás
— Puedo ver que te importa mucho mi nieta —habló una voz sorprendiéndole
— ¡Es un honor poder ver a la gran señora de los Yamamotoyama! —le saludó Rikuto enseguida a la mujer
— No te preocupes, Rikuto-san —le tranquilizó la contraria con una sonrisa— solo paseaba por aquí y pude ver que en tus ojos hay cariño por Ririka-san
— ¿E...Es así? —tartamudeó visiblemente apenado— yo solo...
— Quieres protegerla ¿verdad? —le cuestionó— es una chica tan lamentable y no hay nadie que pueda comprenderla mejor que tu
— Eso...
Rikuto era consciente de que debía cuidar sus palabras, ya que a la muerte de su hermano mayor, él tuvo que tomar el lugar de heredero, por lo que sus padres tuvieron una larga conversación con la cabeza de los Yamamotoyama rogando por misericordia. Aún recordaba como ambos se arrodillaron ante ella mientras suplicaban tiempo y jamás olvidaría el brillo de superioridad y burla en aquella sonrisa que les dedicó, si bien lograron llegar a un acuerdo los Hoshi se volvieron casi que esclavos de ella
Le cedieron muchas propiedades y podían usar las instalaciones de sus hoteles todo lo que quisieran, pero al menos también obtuvieron la protección de la anciana, por lo que sus padres al final no lo vieron como algo tan malo y ahora mismo esa persona había notado su apego a Ririka ¿la lastimaría por su culpa? No deseaba que nada más le sucediera, realmente quería que solo sonriera y se divirtiera
— Rikuto-san ¿deseas a Ririka?
— ¿Perdón?
— Creo que escuchaste muy bien mi pregunta, Rikuto-san
— Bueno, Ririka-san no es un... objeto —susurró por lo bajo nervioso— puedo quererla, pero es algo que depende de ella...
— Hum, pues yo creo que eres la mejor opción para ella —le alentó la anciana— casi nadie está interesado en Ririka-san y no creo que puedan comprenderla, en cambio tu si que puedes hacerlo y ella te considera su único amigo ¿no es eso genial?
— Si, es genial —rió Rikuto apenado— pero solo soy su amigo
— Ririka-san aún es joven, por lo que es normal, pero conforme vayan creciendo y conviviendo, ella notará los cambios y poco a poco te verá como un hombre que puede cuidarle, apoyarle
— Puede ser...
— Pero para eso tienes que convertirte en un buen hombre y partido, además formarías directamente parte de la familia Yamamotoyama porque nunca entregaré a Ririka-san a cualquiera
En ese momento Rikuto aún no comprendía el profundo odio que la mujer le guardaba a Ririka y dentro de su mente solo había preocupación y deseos de tener a una persona que le viera como un igual, sin importarle su posición y esa era la joven señorita. Debía ser fuerte y tener poder para protegerla y brindarle todo lo que deseara, solo así Ririka sería feliz y nadie sería capaz de mirarle por arriba del hombro o ignorarla
— Si me convierto en el hombre que dice que debo ser... ¿me concedería a Ririka? —le cuestionó completamente serio y decidido a lo que la mujer solo sonrió en respuesta
— Si cumples con todos los parámetros y... obtienes la reliquia de la familia Hoshi, entonces puedes dar por sentado que la mano de Ririka-san será tuya —le prometió la anciana— todo tiene un precio y en este caso, te estoy dando la oportunidad de ser el primero en la lista
Esa fue la primera charla sobre su posible futuro con Ririka que él mantuvo con la mujer, al principio solo lo dijo al sentirse nervioso y presionado, pero conforme pasaban los días y el tiempo, el odio hacia la peliverde comenzó a crecer y su sonrisa a desaparecer. Le dolía enormemente verla así y solo deseaba poder abrazarla y protegerla de todo, no ¡él debía hacerlo! Solo él podría proteger y hacer feliz a la joven que fue capaz de brindarle una mano amable y escucharle, por eso Ririka merecía lo mejor
— Hoshi-san —le llamó el padre sacándole de sus pensamientos por lo que parpadeó confundido, Ririka aún seguía de pie a su lado— ¿se encuentra bien?
— Hum, si ¿en dónde estábamos? —inquirió en voz baja apenado
— En sus votos, si acepta a la señorita Yamamotoyama como su esposa
— ¡Oh, eso! —rió mirando en dirección a Ririka
¿Acaso estaba esperando algo de ella? Desde que llegó no percibió su mirada y parecía más bien como si hubiera perdido a alguien importante, sin embargo ahora ¿por qué él había recordado todo eso? ¿Por qué dudaba en responder?. Rikuto cerró sus ojos unos segundos y respiró tranquilo, probablemente eran los nervios jugándole una mala pasada, ya que era claro que él deseaba que Ririka fuera su esposa, solo así podría cuidarla y protegerla del odio que le guardaba su propia familia
"Rikuto, sabes..."
— Si, acepto —declaró con orgullo
"Espero que siempre seas mi amigo, uno real"
— Voy a cuidarte —susurró para que solo Ririka pudiera escucharle— es una promesa
— Yamamotoyama Ririka, ¿aceptas tomar a Hoshi Rikuto, como esposo y prometes serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y, así amarlo y respetarlo todos los días de tu vida hasta que la muerte les separe?
La voz del sacerdote era clara y concisa, por lo que Ririka escuchó cada palabra a la perfección y por primera vez volteó a mirar en dirección a Rikuto, quien le sonreía suavemente como intentando ayudarle con sus nervios, sin embargo ella ya no era la misma. El silencio que se adueñó del salón terminó con el ligero carraspeo del padre, quien esperaba ya recibir una respuesta, la joven finalmente volvió su mirada al frente y con una de sus manos alzó el blanco velo revelando su rostro
Los ojos azules se conectaron con la profundidad de aquellos verdes que le encantaban, Ririka estaba sonriendo, pero era una sonrisa completamente diferente de todas las que había visto, podía sentir en ella confianza, seguridad e incluso lástima ¿por qué?. Había una luz diferente en sus ojos, mismos que le miraron unos segundos como si quisieran decirle algo, un fuerte golpe de un bastón se escuchó a lo lejos y todos pudieron ver que se trataba de la cabeza de los Yamamotoyama
Rikuto miró por sobre su hombro y pudo notar la expresión severa y de molestia que reflejaba aquella mujer, por lo que volteó enseguida a ver a Ririka y pedirle que se apresurara en responder, sin embargo la misma joven también miró a la anciana e hizo un grácil movimiento con su cabeza como asintiendo mientras le sonreía. Finalmente miró al frente en dirección al padre y abrió sus rosados labios para responder
— Yo...
...
El clima estaba algo caluroso y Kazuyoshi tuvo que desanudar su corbata y abrir algunos botones, pues no pensaba prender el aire o sería objeto de burla por sus orejas y nariz roja, además estaba tan impaciente que ya había perdido la cuenta de cuantas veces había actualizado su bandeja de correo en busca de algo, sin embargo ahí estaba en su gran oficina, sufriendo porque su pequeño guisante se casaría en cuatro horas y él solo tenía deseos de ir y llevársela
Realmente le parecía una buena idea en esos momentos, pero la mirada reprochadora de su hermana venía a su mente y terminaba por suspirar derrotado ¿por qué le costaba tanto hundir a Hoshi RIkuto? Jamás creyó que su abuela tuviera especial interés en él, sin embargo viendo la ayuda que les había ido proporcionando a los padres del mismo le hizo caer en cuenta de que la mujer ya había movido su pieza desde hace algunos años atrás, era claro que fue Rikuto el escogido
"Porque así tendrías un fiel perro"
— Kazuyoshi-san, ya llegó el balance con respecto a las ventas de este mes —habló Mitsuka con una corta reverencia mientras le entregaba la fina carpeta negra— oh, disculpe —susurró por lo bajo al sentir como sus manos rozaron
— Hum, estás fría —soltó el ojiverde sorprendiéndola— ¿acaso soy el único que siente que hace mucho calor? —inquirió confuso mientras observaba el ordenador— la temperatura es normal, pero yo me estoy quemando
— No creo que eso sea normal —negó la joven rodeando el escritorio para situarse de pie a su lado— ¿me permite? —cuestionó alzando su mano y agachándose ligeramente a la altura de la silla
Kazuyoshi no dijo nada, sino que solo se giró en su dirección permitiéndole mas acceso, por lo que Mitsuka apartó algunos mechones verdes que caían sobre sus pestañas algo largas, efectivamente se sentía caliente, por lo probó tocando su frente con su mano libre y seguía sintiendo una ligera diferencia. Estaba dudosa y la curiosidad por su respuesta en aquellos ojos verdes debía ser sin duda una que le satisfaga o podría solo ignorarlo, siendo algo no precisamente bueno
— Lo siento, es solo para comprobar —se disculpó mientras tomaba con ambas manos el rostro masculino y se acercaba para unir sus frentes, el gesto tomó por sorpresa a Kazuyoshi, quien se agarró a los reposa brazos por inercia— si, tiene algo de fiebre
— ¿Es fiebre o es solo la excusa porque querías intentar besarme? —bromeó el joven, sin embargo la reacción sorprendida y arrepentida de Mitsuka le pareció muy divertida
— ¡¿Qué?! ¡¡Claro que no, solo quería ver si tenía fiebre!! —se apresuró en explicarse
— Tranquila, se te va a caer el alma al suelo y yo no sé recogerla
— ¡No es divertido! —volvió a quejarse molesta cruzándose de brazos— usted es mi jefe, no puede andar soltando tales comentarios que pueden malentenderse
— ¿Crees que soy tonto? Lo dije porque estamos solos y nadie va a escucharme de todos modos, descuida nunca te pondría en una posición complicada por mis comentarios
— Si es así, muchas gracias
— No es nada —fingió tararear Kazuyoshi y Mitsuka sonrió en respuesta
— Debería tomar algo para la fiebre —le aconsejó volviendo a tocar su frente
"Su cabello es suave"
— No puedo pensar en pequeñeces ahora
— No es una pequeñez, es su salud
— Es una ligera fiebre —soltó Kazuyoshi restandole importancia mientras tomaba la muñeca de la joven para quitarle con cuidado— por eso-... —añadió antes de ser interrumpido por el ruido de la puerta al abrirse
— Perdón ¿interrumpo algo? —habló Kizuka algo sorprendido y nervioso de verlos tan cerca y solos
"¿Acaso su señor no estaba tomando la mano de su secretaria?"
— No, no es nada
— ¡Claro que es! —gritó una voz que por poco revienta los tímpanos de Kazuyoshi— yo creyendo que estarías haciendo un ritual para salvar a Ririka, pero aquí estás... ¡coqueteando con tu secretaria, pequeño diablillo!
— Cuida tu lengua, Uzui o yo mismo voy a cortártela —sentenció el ojiverde frío y aunque él no lo percibió, los demás se congelaron en sus sitios
— ¡Eso no es importante Kazuyoshi-san! —espabiló Kizuka mientras se acercaba a pasos rápidos a su escritorio— ¡¡por fin llegó la información que quería!!
— ¿Qué?
— ¡Con esto podremos detener el compromiso de la señorita Ririka!
— ¿Hablas en serio? —inquirió el joven levantándose— ¡esto es genial, Kizuka! —exclamó abrazando al hombre con alegría, Uzui aprovechó en capturar el momento
— ¡Puedes ir leyendo en el camino, debemos ir ya! —soltó Tenma al ver que seguían en su mundo de "victoria"
— Hum, la verdad esto puede ayudarnos mucho, pero no sé que vaya a opinar la señorita Ririka... —susurró Kizuka por lo bajo
— ¿Por qué lo dices?
— La señorita Ririka ahora mismo se está casando porque solo así puede proteger a quienes le importan, las ordenes de la señora son absolutas y es probable que incluso con pruebas ella se niegue a verlas
— Cuando hicieron la entrega de sacrificio, Ririka se formó primera y se llevó todo —masculló Uzui chasqueando la lengua— ¿no puedes solo secuestrarla?
— Eso es contra la ley —les advirtió Mitsuka al escucharles
Los tres estaban enfrascados en una discusión que no llegaría a ninguna parte, mientras Kazuyoshi trataba de analizar la situación y visualizar los posible escenarios, Kizuka tenía razón en lo que decía, por lo que era muy posible que Ririka por temor a ir contra los "deseos" de su abuela provocará problemas en quienes quería y como resultado, decidiera ignorar las pruebas. Necesitaban a alguien que ella escuchara y también le creyera de primera mano, la respuesta vino rápidamente a su mente y el joven sintió su corazón apretarse
Ir en búsqueda de esa persona, era como si una parte de él lo reconociera como alguien muy importante para Ririka, no se sentía listo, pero en el fondo era como si ya presentía que el día en que tuviera que reconocer un poco a ese chico llegaría. No tenía ni idea de como habían terminado las cosas, sin embargo seguía siendo muy útil, en el peor de los escenarios podía decirle al guisante que si se casaba lo iba a tirar a un río
"Esperemos no sepa nadar"
Claramente era un chiste de humor negro y de cierta forma le ayudó a relajarse, viendo que las cosas estaban así y era su única oportunidad de acabar con esto de una vez por todas, no iba a desperdiciarlo. Kazuyoshi volvió a anudar su corbata y tomó su saco para caminar en dirección a la salida, esto llamó la atención de los otros tres que le observaron curiosos mientras el joven empleaba una de sus manos para tirar algunos mechones de cabello verde hacia atrás
— Kazuyoshi-san ¿a dónde se dirige? —le cuestionó Kizuka confuso mientras Tenma solo dibujaba una sonrisa burlona en su rostro
— ¿No es obvio, Kizuka? —le devolvió el joven abriendo la puerta— Iremos a la casa Rengoku, necesitamos a ese búho
"Aún hay tiempo"
El tiempo últimamente parecía como si se moviera más rápido, pues Ririka aún no podía creer que ya solo faltaba una hora para que la ceremonia comenzara ¿podría hacerlo bien? Realmente había sentido un gran alivio cuando vio a Shinobu y Kanae entrar por la puerta, la peliverde no había aguantado más y corrió a abrazarles con fuerza, pero ahora ambas le miraban con pesar y preocupación, bueno eran sus amigas desde pequeñas, por lo que no debería parecerle raro
— Ririka ¿realmente estás segura de lo que estás haciendo? —volvió a cuestionarle la pelimorada— ¡aún puedes echarte atrás!
— Eso no pasara, Shinobu —respondió Ririka neutral
— ¡¿Por qué tienes que ir tan lejos por protegernos?! —soltó Shinobu claramente molesta— ¡Ni Nee-san, Kazuyoshi-san o cualquiera de tus amigos quiere esto! ¡¿Cómo crees que vamos a sentirnos en el futuro con solo recordar que dejaste todo por nosotros?!
— Shinobu, es suficiente —habló Kanae con una expresión de tristeza— Riri-chan, también deberías escuchar las palabras de tus amigas, nosotras queremos que seas feliz, por eso-
— Me casaré con Rikuto, es el único camino en que podría tener algo de paz
— Ya tuve suficiente de esto, no puedo seguir escuchándole decir tonterías —declaró la menor de las hermanas Otsuka abandonando la sala furiosa
— ¡Espera Shinobu! —le llamó Kanae, sin embargo no obtuvo respuesta, por lo que se apresuró en ir detrás de su hermana pequeña
Un suspiro de cansancio escapó de los labios de Ririka al verse sola en el salón, realmente estaba luchando contra todos sus impulsos y miedos, sin embargo sentía como si pudiera quebrarse en cualquier momento. Justo en el segundo que creyó rendirse una ligera campanilla resonó en sus oídos y la peliverde volteó en dirección de donde provino el sonido solo para encontrarse con una hermosa mujer de cabellos rojos y vestimenta blanca, pero no era primera vez que le veía
— Ha pasado un tiempo ¿no, Ririka-san?
— Me gustaría decir que es un placer verle, pero no tengo ni idea como rayos logró entrar aquí —respondió la joven en guardia— ¿qué es lo que desea, Nadora-san?
— ¡Vaya, me reconociste! —exclamó la contraria con una sonrisa triste— escuché que vas a casarte y no me pude resistir a ver la imagen de una novia, sin embargo parece más como si fueras a un funeral ¿acaso el destino no te ha sonreído?
— ¿Destino? Es una tontería —negó Ririka dandole la espalda— ya no comprendo que mismo es el destino y porque trae a nuestras vidas personas tan hermosas para luego arrebatarlas...
— Es parte de la vida conocer diferentes tipos de personas, siendo solo muy pocas las que se queden
— ¿En serio? Parece como si ya todo estuviera escrito y simplemente tienes que agachar la cabeza y seguir sus caprichos
— Ahí te equivocas un poco —negó Nadora comprensiva mientras se acercaba para poder mirarle— No todo el destino está escrito, sino que el mismo destino cambiará conforme a las decisiones que tomemos, pero ¿qué evita que en el camino este pueda enredarse y añadir nuevas variables con otro destino? Nada, nada puede evitarlo
— Entonces ¿qué debo hacer? ¿Rendirme a las variables? ¿Cómo puedo saber cual es el correcto?
— Muchas preguntas, para una simple respuesta —suspiró la mujer divertida— Ririka-san, tu eres la única que puede saberlo y elegir tu destino, pero... para eso tienes que "cortar" aquel destino que no es real y te ha sido impuesto
¿Cortar el destino que no es real? Su corazón le decía que debía escoger a Tōjuro, pero su mente decía que aún no podía saber si ese joven de gran corazón era su destinado y un paso en falso pondría en riesgo a quienes quería y ella no deseaba cargar con el hecho de que por ser egoísta terminó hiriendo a quienes le hicieron sonreír en los peores momentos. Simplemente no podía darles la espalda y perder más de que lo ya sintió que perdió con la muerte de sus padres
— Puedo ver que aún te falta algo para dar ese paso, pero tienes la respuesta
— A veces, no siempre es bueno escoger la respuesta correcta
— Depende de la situación y en el pasado habría sido diferente, por eso te daré un último regalo porque Nadora ama darlos —susurró la mujer enigmática mientras se daba la vuelta y encaminaba hacia una cómoda cercana
Ririka se giró para observarle y verle volver con una pequeña caja en sus manos, misma que le entrego con cuidado y la joven estuvo a punto de preguntar porque había tomado algo del lugar para regalárselo, sin embargo la mirada gris de aquella mujer le transmitía confianza y paz. Los ojos verdes al mirar con más cuidado cayeron en cuenta que se trataba de una caja musical y nuevamente una mirada de duda fue dirigida a Nadora, quien solo le sonrió y pidió que la abriera
La peliverde solo bajó su mirada hacia la cajita y comenzó a darle vueltas a la manivela que curiosamente tenía la forma de una flor de Loto y escuchando el conocido sonido que se producía al girar finalmente levantó la pequeña cubierta y dejó que una suave melodía comenzara a inundar sus oídos. Tan agradable que incluso Ririka empezó a tararearla hasta caer en cuenta de que esa melodía ya la conocía de antes, siempre la estuvo repitiendo de niña en el regazo de su madre
Nunca supo de quien o en donde la escuchado, solo sabía que le gustaba y daba calma, sin embargo también era una melodía que había escuchado provenir de Tōjuro, solo que nunca le preguntó de donde la conocía. Muchos sentimientos y dudas comenzaron a inundar a Ririka, quien alzó su verde mirada hacia la contraria en busca de ayuda, pero Nadora solo le brindó una mirada comprensiva mientras asentía en respuesta a un impulso que estaba sintiendo en lo profundo de su corazón
La joven se dejó llevar por la melodía y cerró sus ojos mientras tarareaba al ritmo del cálido sonido, como si fuera capaz de transportarse a un tiempo diferente y ya lejano, uno que había vivido, pero olvidado ¿qué era ese sentimiento de nostalgia tan fuerte que le estaba invadiendo? Ella conocía esa sensación, esa espalda, esa sonrisa llena de confianza, la calidez que había en sus palabras sinceras, todo eso...
"¡Entonces! ¡¿Entrenó con mi padre?!"
"¡Tal parece que no puedes dormir!"
"Hay una manera en que puedes recompensarme"
"...Se mi prometida"
A su mente solo seguían llegaban palabras y promesas que estaba segura que en algún momento llegó a escuchar, los recuerdos se sentían tan vivos como el roce de sus manos cálidas y ásperas al tocar su rostro, el brillo de sus ojos al atardecer y casi cada noche al unirse, sus labios y manera de sonreírle. La persona que siempre estuvo viendo en sus sueños, quien le enseñó esa melodía bajo la constante promesa, si, aquella promesa que ambos deseaban en lo profundo de su corazón que llegara a traspasar las barreras del tiempo
"Si hay otra vida, estoy seguro que nos volveremos a encontrar y enamorarnos, nosotros no necesitamos un hilo rojo del destino, nuestras miradas son suficientes para unirnos, por eso siempre te encontraré"
Ya sus mejillas se encontraban húmedas por las lágrimas y cuando recordó aquella voz diciendo esa promesa bajo el sol del atardecer la melodía llegó a su fin y la joven solo pudo soltar un corto sollozo, mientras abrazaba la pequeña caja con todas sus fuerzas como si fuera el tesoro más valioso del mundo, estaban tan feliz y al mismo tiempo tan triste de que hubiera sido tan ciega que casi habría tomado la decisión incorrecta
"Ya no me rendiré, nunca más"
Era extraño, las lágrimas que descendían por sus mejillas nunca le habían parecido tan cálidas, por primera vez en tanto tiempo sus lágrimas representaban felicidad genuina para ella. Como deseaba guardar aquel hermoso recuerdo en su corazón, aún podía sentir su cálidez, su seguridad, y sobretodo su profundo amor que había pasado ya una vida para volver a encontrarse, por eso sin importar quien fuera o que forma tomara solo podía agradecer este último regalo
...
— Yo... —susurró la peliverde pensativa— Rikuto-san, tengo algo que decirte —añadió volcando su verde mirada en la azul
— Pero, puede ser luego...
— ¿Este es mi único camino? —le cuestionó volteando por completo en su dirección, no había rastro de duda en su voz o mirada
— ¿Qué?
— Si este es mi único camino, prefiero terminar con esto ahora —declaró ante la sorpresa de los presentes— ¡yo escojo mil veces lanzarme al mar y convertirme en simple espuma de mar tal y como aquella sirena, a la cual el mismo destino le jugó una mala pasada, esta es mi elección, ya que tú no eres mi verdadero destino!
Él estaba allí frente a ella, sus dedos indices unidos por un hilo rojo atado por él mismo, deseando forzar aquel falso destino. Se sentía enferma y cansada, tenía miedo por las consecuencias que podrían traer sus propias acciones, pero ella no podía vivir en esa mentira, aunque su nombre ya no era "Ruri" no significaba que no siguiera siendo la misma que buscara y defendiera su propio destino, algo irónico considerando toda su historia por detrás, sin embargo así como lo hizo antes, ahora no dudaría en hacerlo. Tomando así con firmeza las tijeras que él mismo le había obsequiado.
— ¡Hoshi Rikuto, renuncio a este destino, renuncio a mi apellido, renuncio a ser usada por el resto de mi vida, y por supuesto renuncio a ti! —soltó a la vez que el sonido de la tijeras al cortar el hilo terminaba por perforar los oídos de Rikuto
¡Hola a todas y todos! Me disculpo enormemente, pues yo les había prometido subirles un capítulo el día de ayer, pero por motivos de mi trabajo que prácticamente modificó todos mis planes no pude cumplirlo y en parte realmente deseaba escribir esto tranquila porque ¡otra bomba ha explotado! ¿Siguen vivas? Yo no jajaja estoy demasiado emocionada y es como... *gritos internos* claro, gracias a esto surgieran muchísimas dudas que espero puedan responderse un poco en el próximo capítulo, no les digo "mañana" porque siempre mi tiempo me termina traicionando, Espero les haya gustado la melodía y es que con solo escucharla te pone triste y encima me da nostalgia por FNTO... ¿se lo esperaban? Gracias por todo el apoyo y la espera, realmente le tengo un gran cariño a FDP y espero ahora si puedan dormir tranquilas xD
Instagram: andysakurai15
Att: Andysakurai15
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