Capítulo 4 El Secreto que deseo Descubrir ꪜ
Las sorpresas podían ser buenas y malas, en el caso de Ririka ella prefería al igual que la mayoría de personas las buenas y esto iba de la mano con el anhelo de ver a alguien, en este caso ella solo podía añorar la sonrisa tan alegre y dulce del chico que residía en estos momentos frente a sus ojos, el corazón de Ririka comenzó a latir por la cercanía y sorpresa logrando que soltara su helado mismo que fue atrapado por el chico bajo la atónita mirada de ella
— ¿C..Cómo lograste tomarlo? —inquirió Ririka sin poder creer que su helado estaba intacto en manos de Tōjuro
— ¡Entreno con frecuencia, podría decirse que tengo buenos reflejos! —respondió Tōjuro con mucha efusividad, misma que dibujo una pequeña sonrisa en los labios de la chica
— Tienes razón, apuesto a que perteneces al club de Kendo —soltó Ririka buscando recuperar su helado mismo que Tōjuro lo alejó alzando su mano
— ¡Hum! ¡¿cómo lo sabes?! —cuestionó bastante interesado mientras la joven se ponía de puntillas para intentar alcanzarlo
— Es sencillo, llevas un estuche bastante similar al que usó mi hermano hace mucho tiempo en tu espalda —respondió Ririka devolviéndole la mirada satisfecha por su observación— ¿podrías... devolverme mi helado, por favor?
— ¡Tienes mucha razón! ¡Ririka eres muy observadora! —le elogió Tōjuro avergonzando un poco a la joven— Puedo hacerlo, pero ¿no olvidaste hacer algo? —cuestionó esta vez con un tono bastante similar al de dirigirse a un niño pequeño
— ¿Algo? —Ririka no comprendió, sin embargo ya había pasado algo similar con su hermano mayor, por lo que reuniendo cabos notó lo que no había hecho por estar algo sorprendida— Hola Tojuro, un gusto verte
Al ver que la joven había adivinado sus intenciones, Tōjuro dibujó una sonrisa mientras asentía en respuesta a lo que Ririka le sonrió nuevamente acentuando su verde mirada bajo las largas pestañas dejando al joven frente a ella sorprendido por lo lindo y llamativo que era observarlos, casi hipnotizante.
Lo malo es que a veces por pequeños eventos que llegan a distraernos olvidamos cosas importantes o que estábamos a punto de hacer, siendo el caso de Tōjuro, quien al sentir algo de pena pues Ririka se extrañó al sentir que la observaba fijamente el joven terminó por esquivar su mirada y darle una probada al helado quedando ambos fríos en el momento.
— Hum... —susurró Ririka al ver lo que el joven había hecho— te comiste mi helado...
— ¡Así parece! Lo siento... —susurró Tōjuro al sentir que la vergüenza llegaba a él— no era mi intención, olvidé que lo tenía
— Jajajaja no importa, puedes terminar de comerlo pues ya debo volver a casa —negó Ririka con pena al ver la hora
— ¿Ya? Eres bastante responsable
"Ah, si supieras..."
— No es así, a decir verdad yo deseo salir con mis amistades y vivir la vida de una chica normal —se permitió expresar Ririka, sin embargo eso había sido en voz alta pues Tōjuro la observaba fijamente en silencio
— ¿No eres libre de hacer esas cosas, Ririka? —cuestionó con una expresión seria acortando la distancia entre ambos— ¿sucede algo?
¿Si sucede algo? Pasaban demasiadas cosas a su alrededor desde la muerte de sus padres que ya no podía contarlas, se había limitado e impuesto soportar todo eso por su hermano mayor, por Tamaki y por sus queridos padres que aunque no estuvieran, ese lugar fue donde ella creció y compartió tantos valiosos recuerdos.
Ahora todo era tan diferente, no estaba sola, pero en cualquier momento corría el riesgo de estarlo pues la compañía de Tamaki no estaba asegurada ni mucho la presencia de su hermano mayor, Kazuyoshi. A fin de cuentas debía defenderse ella misma mermando sus interacciones con otras personas, y eso debía aplicarse también a Rengoku Tōjuro, no podía implicarlo.
— Si sucede o no, tampoco es de su interés, Rengoku-san —le cortó con una expresión seca y carente de emoción, aunque por dentro se sentía culpable— gracias por hablarme, pero es mejor si no se involucra conmigo
Sin decir nada más que una leve reverencia Ririka dejó al muchacho solo mientras ella abandonaba el parque, al llegar a la esquina volteó pero él no la seguía causando cierto dolor en Ririka, sin embargo era algo que ella misma había buscaba y debía hacer, dejó de pensar en el asunto y pronto llegó a la estación, pagó su pasaje y entró a esperar en la plataforma a que el próximo tren llegara.
El sol pronto comenzaría a descender para ocultarse y Ririka al sentir los tenues rayos sobre su piel los asoció a la suave sonrisa de Tōjuro, esperaba no haberlo lastimado con sus palabras frías, sin embargo era por el mismo bienestar de él. El tren finalmente arribó en la estación trayendo una gran ventisca que consiguió alborotar su largo cabello. finalmente las puertas se abrieron
Ririka al ver que nadie iba a abordar junto a ella se encaminó hacia el interior con la mirada baja, pronto escuchó un ruido de pasos acercarse rápidamente, quizás alguien estaba llegando con las justas, más no esperaba que esa persona gritara su nombre como respuesta
¡Ririka, espera!
— ¡¿Tōjuro?! —exclamó asustada al ver como el joven de un salto y por las justas logró entrar al interior del vagón
— ¡Ririka, te alcancé! —soltó el muchacho orgulloso
— Lo sé, te acabo de ver... —respondió Ririka de manera automática aún sin asimilar lo que había sucedido
— ¡Por las justas! —suspiró Tōjuro intentando limpiar el sudor que corría por su rostro
— ¡Nada que por las justas! —le cortó Ririka perdiendo los estribos— ¡eso fue peligroso, pudiste haberte lastimado Tōjuro!
— Lo dijiste
— ¿Eh?
— Mi nombre, me llamaste por el —añadió el joven dibujando una sonrisa de victoria mientras Ririka se daba por vencida
— Ven —sentenció la joven indicándole que se sentara mientras ella sacaba un pequeño pañuelo que llevaba bordado un sol en el— debiste correr todo el trayecto hasta aquí, estás totalmente sudado
— Si no lo hacia, no hubiera logrado alcanzarte —negó Tōjuro dejando que Ririka limpiara el sudor de su frente
— ¿Por qué desearías alcanzarme? Fui muy grosera contigo hace unos instantes —confesó dibujando una expresión de culpa en su rostro
— No hagas eso, Ririka —le pidió Tōjuro tomando su muñeca— no pongas tal expresión en tu rostro, ya que aunque los momentos sean escasos me gusta más la Ririka que sonríe y demuestra sus sentimientos
— ¡G...Gustar...! —balbuceó Ririka al sentir los colores invadir su rostro
— ¡Si, me gusta cuando las personas sonríen y son felices!
— ...
— ¿Ririka?
— Ah, ya veo —susurró mientras se daba una cachetada mental por tales pensamientos— realmente eres alguien demasiado amable y apasionado, pero ¿por qué mencionaste "demostrar sus sentimientos"?
— Porque normalmente no lo haces, siempre tienes una expresión neutral en tu rostro como si desearas mantener a todos lejos, pero... en los momentos más inesperados has revelado expresiones de alegría, tristeza, sorpresa, y tal vez ¿añoranza?
Ririka observaba al chico frente a ella sin poder creerlo, ya que a diferencia de sus personas queridas nunca bajaba la guardia con desconocidos, pero Tōjuro en solo tres encuentros le había quitado la mascara y visto más allá de lo que ella hubiera deseado, él era capaz de hacer que sus expresiones y preocupaciones salieron naturalmente a flote
— Sigo sin entender porque desearías alcanzarme, ¿por qué venir tras una persona que fue grosera contigo?
— Eso es fácil —soltó Tōjuro como si la respuesta hubiera sido lo más obvio del mundo
— ¿Bien...?
— ¡Tengo mucha curiosidad sobre ti, Ririka! —declaró con total seguridad y convicción sorprendiéndola— algo es diferente, pero descubrir cada una de tus facetas me resulta algo muy interesante de ver pues deseo de todo corazón que Ririka sonría siempre
— ¿Curiosidad? —esa no era una palabra muy positiva que digamos en el diccionario de Ririka— no todos los secretos o misterios son los mejores Tōjuro, te recomiendo que pares, no hallarás nada interesante
— ¡Eso es algo que decido por mi mismo, Ri-ri-ka! —respondió haciendo énfasis en el nombre de la chica
— Así como también la persona es quien decide si comparte sus secretos o no, Tō-ju-ro —le devolvió Ririka triunfante al ver el desconcierto en el joven
— ¿Lo ves? También puedes bromear de esta manera
— Tōjuro, tomaste el mismo tren que yo —soltó Ririka cambiando de tema
— ¡Si!
— ¿Sabes a dónde vamos? —cuestionó
— ¡Para nada, pero a algún lugar debe llevar! —respondió Tōjuro completamente tranquilo
— ¿Me está diciendo que pagaste y tomaste un tren del cual no tienes la más mínima idea de a donde te lleva?
— ¡Lo has resumido muy bien!
— Tōjuro ¡¿qué estás pensando?! —inquirió volviendo a perder los estribos mientras Tōjuro la observaba con una sonrisa nerviosa— ¡está anocheciendo! ¿por qué tuviste que venir de esa manera? ¡Fue peligroso de por si el como entraste al vagón!
Ririka no comprendía las acciones de Tōjuro en ese momento, más bien le parecía bastante precipitado, pero debía reconocer que se había alegrado al verle, si, como una completa tonta a pesar de estarle regañando estaba feliz de verle frente a ella, por eso mientras el recorrido del tren durara se podía permitir disfrutar de su compañía.
— Ririka —le llamó Tōjuro sacándola de sus pensamientos
— ¿Qué sucede?
— Vine detrás de ti, porque si no te hablaba hoy, en ese momento sentí que nunca más volvería a verte —confesó el muchacho reflexivo— el tener como último recuerdo la mirada distante, pero llena de tristeza de Ririka, simplemente no podía dejarlo así
— Eres una persona que se mueve mucho por sus emociones y lo que percibe —añadió Ririka sintiendo un peso instalarse en ella— realmente eres muy amable
"A diferencia de mi, que prefiero hacer de oídos sordos"
— Tu también lo eres, solo que te limitas en tus acciones
— ¿Cómo...?
— Practico Kendo ¿recuerdas? —inquirió Tōjuro divertido— intentar leer y predecir los movimientos de mi contrincante es lo esencial
— Al igual que mi hermano mayor...
— ¡Oh, tienes uno! ¡yo tengo un hermano menor!
— Si
— ¡Supongo que no me hablarás mucho sobre él!
Obviamente no podía decirle que Kazuyoshi era la próxima cabeza de la familia Yamamotoyama, no porque no confiara en él, sentía que Tōjuro era alguien en quien podía hacerlo, sin embargo no podía ni debía involucrarlo, ya que mientras menos conociera menos sería visto como un blanco
— Lo siento...
— ¡No te preocupes! ¡Yo tengo a Senjuro, tiene diez años! Bueno los cumplió hace unos meses
— Debe ser un buen niño
— ¡Lo es!
— Me alegra escucharlo, debe ser parecido a ti
— ¡Ririka, sabes yo...!
— Tōjuro, te voy a pedir algo muy importante —le cortó Ririka ganando su atención al ver su expresión seria— esta es mi parada, vinieron a recogerme así que no debes bajar conmigo, no te preocupes este tren dará la vuelta y te regresará a la parada en que subiste
No tenía mucho tiempo, debía ser rápida. Ririka al observar por las ventanas del tren notó que en la plataforma la esperaban dos miembros de la familia Yamamotoyama, no podía hacerles ver que tenía un conocido de afuera, sería terrible, con suerte las barandas altas del tren no les permitirían observar que hablaba con alguien, sin embargo Tōjuro estaba muy confundido ante tal comportamiento.
— Lo siento, no puedo explicarte esto, pero estaré bien —le consoló a lo que el joven solo pudo asentir en respuesta— nos veremos en otro momento, adiós
Con esto Ririka dejó a Tōjuro y se dirigió a la puerta de salida sin voltear a ver ni una sola vez, eso era algo muy extraño ¿acaso no debían saber de él? No, ahora que lo pensaba no recordaba haber visto a Ririka acompañada de alguien. Dejó de atormentarse con tales pensamientos y confiar en la palabras de la chica pues su tono de voz sonaba seguro al igual que su mirada.
Al ver que el tren pronto entraría al túnel dio una rápida mirada al exterior para ver a Ririka siendo escoltada por dos personas que usaban ropa formal negra y unas máscaras que ocultaban la mitad de su rostro, más no observó malas intenciones, dejándole más tranquilo, pero de algo estaba seguro, detrás de la aparente indiferencia de Ririka se ocultaban muchas cosas
Ririka tenía razón, el tren le había devuelto a la misma parada de antes, ahora solo debía salir y caminar a casa, sin embargo seguía parado en la plataforma observando fijamente el pequeño pañuelo que Ririka había dejado olvidado. Tōjuro notó bastante curioso el bordado del sol que se podía apreciar en el al igual que una suave fragancia proveniente del mismo
— Esta esencia... —susurró al percibirlo mejor, sabía que era una esencia bastante familiar, no era fuerte sino agradable al menos para él— es el olor de la flor de pera —añadió al reconocer finalmente el aroma.
Le resultaba totalmente irónico, por primera vez desde la muerte de sus padres, Ririka estaba usando unos de los transportes de la familia Yamamotoyama ¿acaso estaba soñando? Ciertamente ya estaba algo oscuro, pero no era "tarde" sin embargo ambos hombres se habían limitado en responder que por orden de alto mando debían recogerla.
¿Alto mando? ¿la abuela? ¿Kazu-nii?
No, nadie de alto mando o al menos las dos primeras opciones no podían ser, de seguro Kazuyoshi aprovechando que estaba en casa decidió facilitarle el camino pues no tenía muchos ánimos de caminar, bueno en si su ánimo fue influido al ver a las dos personas de negro esperándola como si fueran a llevarla a su ejecución
— Piensa positivo —se susurró así misma intentando calmarse
— Ririka-sama, hemos llegado —le comunicó uno de ellos sacándola de su trance
Ambos hombres esperaron que ella bajara del vehículo y ya dispuesta a retirarse luego de dar las gracias uno de ellos la detuvo, mientras el otro se marchaba a guardar el auto, siendo así que Ririka fue guiada por el primer hombre logrando así que sus nervios aumentaran al ver que se trataba de nada más y nada menos que la villa principal donde residía la cabeza de la familia y su "abuela"
— La señora le está esperando —le comunicó finalmente
— ¿A está hora? pensé que estaba demasiado ocupada como para tener un encuentro sin haber avisado con anticipación —habló Ririka neutral mientras seguía al hombre al interior de la casa
— La ordenes y cambios de la señora son absolutas, Ririka-sama —le cortó el hombre— al parecer deseaba ver a su nieta con urgencia
"Su nieta"
— Desde hace mucho que dejé de serlo... —pensó para si misma al recordar todas y cada una de las cosas que esa mujer le había hecho pasar desde tan corta edad
— Señora, Ririka-sama ya se encuentra aquí —declaró el hombre mientras abría la puerta y le cedía el paso a la joven quien aún en su uniforme realizó una reverencia bastante formal
— Es un honor saludarla, señora Yamamotoyama —soltó Ririka con su mirada fija en el kimono oscuro que usaba la mujer ante ella
— ¡Oh, Ririka! No sabes la alegría que me da el ver a mi... nieta —le escuchó sisear divertida
"Es claro que es mentira, en realidad detesta verme"
— Pero querida, no te quedes ahí ¡Acércate! —le incitó a lo que Ririka obedeció para luego dejarse caer de rodillas frente a ella, mientras la mujer sentada en el fino sillón alzaba su mentón logrando conectar los ojos cafés oscuros con los verdes
— ¿Por qué me llamó, señora? —cuestionó neutral aunque intentaba con todas sus fuerzas no sentir nauseas
— ¿Señora? Jajaja eres muy fría, mi pequeña nieta ¿no crees? —respondió pasando sus manos por el joven rostro femenino
— Solo obedezco la orden de la señora de no referirme a ella como si fuera mi igual
— Tienes toda la razón, no somos iguales —negó la mujer con una expresión como si aquello fuera una completa verdad— hoy solo deseaba ver tu rostro y puedo decir que todo está en orden...
"Está buscando indicios de algo, desea saber mis conexiones"
— Agradezco su tiempo
— Si, deberías ¡agradecerlo! —declaró con una expresión tan fría que distaba de ser amable
— ¡Auch! —exclamó Ririka al sentir como la mujer tiraba fuertemente de su cabello para luego acercarla y posarse en su oido
— Ririka, no olvides que cualquier acción tuya que no me parezca, la pagarás muy cara ¿entendido? —inquirió añadiendo más fuerza al agarre
— L...Lo entiendo —susurró Ririka a lo que finalmente la mujer la soltó dejándola caer
— Puedes retirarte —con solo eso la joven abandonó el lugar deseando jamás tener que volver allí
"Pudo ser peor"
Ese era el único consuelo que Ririka lograba hallar en esos momentos, sin embargo no quería decir que el temblor y la ansiedad en su cuerpo hubieran desaparecido por ello. Finalmente luego de caminar unos minutos estaba en su villa donde la recibió Tamaki con una sonrisa mientras le ayudaba a cargar algunas de sus pertenencias
— ¡Mi pequeña Ruri! —exclamó Kazuyoshi sorprendiéndola mientras la envolvía en sus brazos— ¡deseaba verte cuanto antes!
— ¡¿Kazu-nii?!
— Que gran recibimiento —suspiró el chico en respuesta levemente dolido
— ¡Perdón! Sabes que me alegra verte —le reconfortó Ririka correspondiendo su abrazo a pesar de sentir algo de ardor en su espalda
— Eso está mucho mejor ¿no crees, Tamaki?
— Es como usted dice, joven Kazuyoshi
— Parece que hoy te desocupaste temprano, es muy bueno eso —añadió Ririka al verlo usando ropa cómoda a diferencia del molesto terno
— Me alegra que lo notaras, y todo gracias a ti
— ¿A mi?
— Eres mi mayor motivación, hermanita —respondió Kazuyoshi desordenando sus cabellos— ¡ahora ve a asearte, rápido!
— Si, si —negó divertida Ririka mientras se perdía en el pasillo
Ririka obedeció a su hermano y se dio un baño reparador, pero rápido para que luego Tamaki le ayudara a cambiar las vendas, así mismo usó un kimono de tonos oscuros mientras dejaba su largo cabello suelto caer algo húmedo por su espalda. Kazuyoshi la esperaba en la sala con la mirada perdida en el patio donde crecían bellamente las flores que cuidaba su hermana menor
— Bien ¿qué deseas hablar conmigo, Kazu-nii?
— Tan directa como siempre —negó el chico divertido
— Solo cuando estoy de humor y eres tu —respondió Ririka devolviéndole la sonrisa
— Bueno, ya que deseas ir al grano, ¡no te haré esperar! —aseguró fingiendo una voz profunda
— ¡Pero dilo que me hago vieja! —pidió al ver que su hermano fingía contar el tiempo
— ¡Logré negociar con la abuela, Ririka a partir de mañana viviremos en otro lugar y estarás bajo mi cargo! —comunicó finalmente con gran alegría
— ¡¿Q...Qué?! —cuestionó al sentir que todo el cabello se le caería
— ¡Como lo escuchaste, Ruri! ¡El joven Kazuyoshi finalmente la va a sacar de este lugar! —declaró Tamaki rompiendo en llanto mientras abrazaba a su protegida
— Yo... ¿saldré de aquí? —cuestionó aún sin poder creerlo
— Exactamente, viviremos en el mismo sector que donde estudias pequeña Ruri, y... podrás vivir tu adolescencia como corresponde, sin horarios ni limites ¿qué opinas?
— ¡No lo puedo creer, Kazu-nii! —balbuceó Ririka al sentir las lágrimas acudir a su rostro mientras su hermano mayor y siendo claro más alto que ambas mujeres las envolvió en un divertido y cálido abrazo
— Perdóname por tardar tanto —negó Kazuyoshi apenado mientras las lágrimas también descendían por sus mejillas
— No importar Kazu-nii, aunque no era tu obligación hacerlo no sabes la inmensa felicidad que me has dado —le agradeció Ririka que no cabía en su alegría
— Entonces ¿soy tu hermano favorito? —cuestionó con orgullo
— ¡Solo te tengo a ti! Y.... ¡claro que eres el favorito!
¡Hola a todas! Nuevo capítulo uwu solo puedo decir que este ¡es de mis favoritos! Ya ven que a Tōjuro le gusta desayunar, almorzar y merendar peligro, este chico no cambia, además de sus lindas palabras hacia Riri *llora* la bruja de la abuela como siempre jodiendo momentos, pero no nos quedamos con ese mal sabor pues ¡Kazuyoshi tiene un gran regalo para su hermanita! ¡Ririka podrá tener su espacio y libertad :D! Pero sobre todo... estará muy cerca de Tōjuro 7u7 ¡perfecto! Espero les guste el capítulo y gracias por apoyar esta loca historia que recién está comenzando uwu
Att: Andysakurai15
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