Capítulo 38 Sonríe para mí
La espera es lenta y asfixiante, normalmente no le importaba no recibir una respuesta para nada, pues no tenía ningún interés en la persona del otro lado de la pantalla, sin embargo ahora era diferente y no podía evitar estar revisando su celular, ansioso de que figurara un mensaje de ella, pero no había nada desde la tarde anterior ¿por qué?
¿Por qué Ririka no le respondía? Era solo un mensaje y no había hecho nada como para hacerle enfadar, sin embargo ella parecía ser demasiado orgullosa que ni siquiera podía dignarse a responder un "ok" o al menos un punto, pero no. Desde la mañana que se preparó para ir a la academia hasta la salida de sus clases, no recibió nada
"¿Realmente Ririka le odiaba?"
— Solo está en esos días malos, ya se le pasará —se había forzado a decirse así mismo en un vago intento de mantener la calma
¿Por qué las mujeres tenían que ser tan complicadas? Él le había enviado flores, dulces y cosas de gran valor, pero ella al parecer nunca las recibió ¿acaso quería algo más lujoso? No, era probable que detrás de esto estuviera su tonto hermano con complejo de siscon. De seguro Kazuyoshi se había encargado de deshacerse de los regalos
Si él no le dejaba actuar, entonces ¿cómo iba a obtener el corazón de Ririka? Tenía que hacer su parte, ya que no quería sorprenderla cuando su abuela le dijera que estaban comprometidos. De nuevo la molestia se hizo presente al recordar a aquella astuta vieja, pues si no fuera por ella, Rikuto ya hubiera ido a hablar con la joven y decirle todo
"Aún no es tiempo, primero debes cumplir tu parte"
— Solo tenía que firmar el maldito papel —masculló molesto al contemplar por la ventana de su auto el paisaje, realmente no tenía ánimos de volver a su mansión ahora— detente aquí, quiero caminar
— Si, mi señor —respondió el conductor parqueándose enseguida
— No es necesario que me acompañes, te marcaré cuando te necesite —soltó Rikuto bajándose del auto
— Entendido, vaya con cuidado
Rikuto no respondió ante ello, pues aquel hombre era solo un sirviente, no le debía explicaciones ni nada y es que desde niño le habían enseñado que no podía ser suave o las personas de su alrededor se aprovecharían de él. Puede sonar cruel, pero al final del día aquellas advertencias terminan siendo ciertas, pues muchos buscan poder
No pensaba alejarse mucho y en parte era porque guardaba la esperanza de toparse con Ririka en su regreso de clases, ya que si iba a su casa era muy seguro que Kazuyoshi no le dejara pasar o simplemente estuviera allí de metido en la conversación. Siempre pueden llegar a suceder cosas innecesarias y para Rikuto fue la ocasión
¿Cuánto tiempo había pasado desde que cruzaron palabra? ¿Dos o tres años? Le era completamente irónico toparse con una de la hijas de la familia Otsuka, aunque según tenía entendido aquellas hermanas era las únicas amigas en la academia Sekirei de Ririka, bueno no podía quejarse, ya que habían servido de compañía para su chica
"Su posición es inferior a la mía"
Otsuka Shinobu desde joven siempre había tenido un carácter serio y en especial con su hermana mayor Kanae, el joven recordó que una vez ella llegó a perseguirlo con una oruga porque le dijo que parecía el perro guardián de su hermana. En parte él pensaba que la pelimorada era igual a Kazuyoshi en ese aspecto
Ya el tiempo había pasado y ambos habían crecido, así que esperaba más madurez por parte de ella, aunque el hecho de verla ir caminando de un pequeño que parecía haber comprado su ropa en alguna tienda de segunda mano le hizo cuestionarse si realmente esa chica había cambiado en algo
"Ya que tengo algo de tiempo libre"
— Ha pasado un tiempo ¿no, Kocho? —soltó a modo de saludo sorprendiendo a ambos
— ¿Quién es? ¿Lo conoce, Shinobu-san? —inquirió Giichi a su lado
— ¿Ahora vas a hacer de cuenta que no me conoces? —rió Rikuto al ver la expresión tan amargada de Shinobu
— Te conozco por la familia que representas, pero nada más —le cortó la pelimorada seca antes de volcar su mirada en el menor— vamos, no es nadie importante
— No soy importante, pero soy la única persona que está autorizada para estar cerca de Ririka —le recordó a lo que Shinobu le miró muy molesta— además Shinobu ¿no crees que estás muy grandecita para andar con niños? ¿Acaso haces obras de caridad ahora?
— ¡¿Cómo te atreves a decir eso?! —le cuestionó tratando de aguantarse y no caerle a golpes con lo primero que se encontrara
— Solo digo lo que veo, es lo mismo con la prensa ¿no? —le devolvió Rikuto sin inmutarse— saben que ellos aman destruirnos, así que ¿qué crees que dirían ellos al verte con un niño que obviamente no pertenece a la academia Sekirei?
— Tu... —Shinobu no podía precipitarse y menos con ese tipo que es tan peligroso como el veneno de una serpiente
— Creo que es más vergonzoso que el heredero de una familia se meta con una chica que no le ha hecho nada —habló Giichi captando la atención de ambos— ella solo está caminando conmigo y en un lugar abierto en donde muchas personas pueden vernos, entonces ¿qué buscas insinuar con ello? Shinobu-san es amable y no tiene necesidad de decir cosas malas para tener la atención que quiere, eso la diferencia de ti —añadió señalando a Rikuto sin temor
— Giichi-kun... —susurró Shinobu sorprendida, pero también feliz por sus palabras. Podía ser un chico más joven, sin embargo era observador, honesto e inteligente cuando quería
— ¿Qué yo busco atención? —soltó Rikuto entre risas sin poder creerlo— ¿acaso estás ciego niño y tu cerebro no funciona muy bien?
— Si dices que me equivoco, entonces ¿por qué estás discutiendo conmigo que soy más pequeño que tu? ¿No es eso inmaduro y tonto?
Decir que estaba molesto era poco, ya que al haber recordado que Ririka seguía sin responder su mensaje junto a la actitud irrespetuosa del mocoso, Rikuto sintió que ya no quería ver a esos dos ni en un pintura. Responder a sus argumentos era perder una gran cantidad de su tiempo que bien podría invertir yendo a buscar a su prometida
— Mira mocoso y escúchame bien —habló recortando la distancia hasta plantarse frente al menor que mantenía sus brazos abiertos, como queriendo proteger a Shinobu de cualquier cosa— agradece que te tengo algo de lástima y no me molesto en hacer que tu familia se arrepienta de haber tenido un hijo como tu
— ¡Eso es muy grosero de tu parte, Rikuto-san! —exclamó Shinobu ya harta
— Saben que odio a los que se tiran de valientes —respondió Rikuto moviendo su mano hacia Giichi y tirándole al suelo— en especial aquellos que se creen que son héroes o buenas personas y eso no existe, niño basura —añadió para finalmente comenzar a marcharse
Shinobu maldijo para sus adentros, ya que la familia de Rikuto estaba muy por encima de la suya y encima tenían amistad con la señora Yamamotoyama, sin embargo desde que comenzó a insultar a Giichi estuvo dispuesta a afrontar las consecuencias de darle una buena cachetada, pero el menor nunca soltó su mano y se mantuvo delante de ella
"Gracias Giichi, eres lindo"
— No debiste hacer eso —negó la pelimorada ayudándole a levantarse— ese tipo es como una bomba de tiempo y cuando busca vengarse se olvida de cualquier límite
— ¡Aún así! —exclamó el ojiazul captando su atención— no está bien calumniar a una chica y menos aún si se trata de ti, Shinobu-san ¡nunca voy a permitirlo!
— Si, si, primero crece un poco más ¿bien? —soltó Shinobu en un intento de cambiar el tema, sin embargo estaba avergonzaba por las palabras del chico
Solo por Giichi no se movía para alcanzar a ese idiota y colocarle algún insecto en su estúpida ropa de marca, pero no se olvidaría de su acción pues tarde o temprano el karma llega. Rikuto había decidido volver a su auto y pedirle a su chofer que avanzara para buscar a Ririka, pero se terminó topando con alguien molesto
— Ara, si es Rikuto-san —habló Kanae caminando hacia él, más atrás estaba su auto y un... ¿policía?
"No me gusta lidiar con estar chica, es muy amable"
— Es bueno ver que no me has olvidado, pero ahora no tengo tiempo —negó pasando por su lado para dirigirse hacia su auto, pero su enojo solo creció al ver que su chofer estaba teniendo problemas con un tipo lleno de marcas— ¿qué sucede aquí?
— ¡Mi señor! —soltó el hombre pálido— ¡le ruego me disculpe por mi error!
— ¿Qué pasó? —volvió a preguntar impaciente
— Sucede que hay un límite de tiempo para estar parqueado aquí, además más adelante hay una guardería, así que podría ser peligroso para los pequeños —habló el policía con una mirada que claramente decía que podía romperte los huesos sin problemas
— Si es una guardería, los niños no deben salir —refutó Rikuto— ¡si están allí es responsabilidad de los maestros y así mismo como policía deberías recorrer la zona y no ponerte a joder al primer auto caro que ves!
— ¡¿Ah?! ¡Yo estoy cumpliendo mi deber y tu auto es el único que está estacionado aquí idiota! —soltó Shinazugawa con deseos de ahorcar a ese tipo
— Tsk, no tengo deseos de perder el tiempo con un tipo que parece salido de prisión —bufó Rikuto antes de darle la espalda y comenzar a caminar— tu encárgate de mover el auto —añadió para finalmente marcharse
— ¡Oye, mocoso grosero! —Sanemi estaba dispuesto a darle su merecido, pero el hombre se le abrazó de la pierna con desesperación— ¡suélteme!
¿Por qué este día en especial estaba siendo tan malo y molesto? Todo había comenzado desde que Ririka había decidido ignorar su mensaje, para que al final se terminara encontrando con las tontas hermanas Otsuka, un chiquillo con complejo de héroe y un policía que parecía más un yankee y estaba asustando a su incompetente chofer
"¿Cuál va a ser entonces la cereza del pastel?"
Rikuto odiaba a la gente inservible y que no tenía alguna función o papel a desempeñar, ese tipo de personas solo eran sanguijuelas que se adherían a otros para sobrevivir, en cambio en su familia desde muy temprana edad tenías que saber como mantenerte a flote si no querías ser olvidado por el señor de la familia
El talento es muy importante y si no cumples con los estándares automáticamente eres algo defectuoso, cualquier clase de valor o respeto que hayas tenido se irá rápidamente y todos se apresuraran a señalar y burlarse de la desgracia de todos. Aún podía recordar que con solo siete años él estuvo pendiendo de un hilo
Su hermano mayor era el hijo ideal y orgullo de sus padres, mientras que él estaba interesado en los animales, pues su curiosidad no tenía límites, sin embargo era inservible para su progenitor y su madre volcó toda su atención en el hijo que al parecer era perfecto para heredar a la familia
Desde ese día comenzó a odiar todo lo que antes le gustaba, por eso no dudó en tirar sus peces en un río cercano, dejar la jaula de su loro abierta o tomar las mariposas que había criado con tanto esfuerzo y partirlas con sus manos. Es probable que le dirían que fue un niño cruel, sin embargo nadie conoce su historia o su situación, pero aún así se sienten con el gran poder de hablar y criticar como si ya no tuviera suficiente
Creyó que todas las personas eran grises y frías, pero cuando conoció a Ririka supo que estaba equivocado, ella era la definición de la niña que era amada por sus padres al poseer tan cálido y bondadoso corazón, por eso él creyó que si se quedaba a su lado podría también brillar y dejar de ser gris
"Hasta que él llegó"
Por más que le diera vueltas, Rikuto no lograba comprender las acciones de Ririka ¿por qué prefirió la amistad de un niño cualquiera cuando le tenía a él? Él que fácilmente podría darle un diamante, mientras que ese chico a duras penas si tendría para comprar un caramelo en una tienda ¿por qué escogía una ruta difícil?
Ella solo estaba cegada por la idea de ser libre, de ya no sufrir por estar atada a una familia que le odia, solo por eso es que Ririka está tan pegada a una persona que no puede asegurar que le dará una amistad segura. Rikuto quería creer firmemente en que esa era la verdad, pues no estaba dispuesto a aceptar nada mas
Antes de darse cuenta había llegado a un parque, pero no era cualquier parque, pues en la esquina pudo ver la pequeña tienda en donde hace cinco años una pareja de ancianos se apresuró a ayudarle cuando "encontró" a un niño herido. Una completa ironía regresar al lugar en donde él creó sin desearlo una gran brecha en su amistad con Ririka
"No fue mi intención herirle así"
Por más que lo dijera, ella no iba a creerle. Aquellos hermosos ojos verdes están cegados por la estúpida fantasía de que ahora tiene un amigo real cuando él siempre estaría para ella, siempre se aseguraría de protegerla y brindarle todo lo que quisiera, sin embargo ahora estaba solo
— ¿Cómo es que terminé siendo el malo? —se cuestionó tomando una vara oxidada que residía en una de las bancas para luego golpear con ella una lata vacía— ¿por qué no me creíste?
"Porque le mentí, le traicioné"
— ¡Pero lo hice por tu bien, para que pudiéramos estar juntos siempre! —volvió a repetirse cabizbajo
Unos sonidos de pasos acercándose le alertaron y de manera inconsciente Rikuto buscó esconderse entre unos árboles para no ser visto, sin embargo esto le pareció rídiculo ¿por qué tenía que huir si no había hecho nada? Pronto se quedó congelado al escuchar la voz de la persona de la que aún esperaba una respuesta
Ririka estaba allí, había ido a aquel parque en compañía de alguien, el joven bastante curioso se decidió a espiar, pero eso solo provocó que su sangre ardiera aún más, pues ella no había ido allí con una amiga, sino con aquel tipo que odiaba más que nada. Rengoku Tōjuro estaba allí sonriéndole con cariño
— ¿Seguro que hoy tienes libre? —le escuchó decir a Ririka— estar en el club de Kendo debe ser algo agotador ¿no?
— ¡Umu, pero me gusta!
"¿Acaso no sabe moderar su tono de voz?"
— Se te nota mucho —rió la peliverde antes de picar su mejilla— siempre que tomas tu espada de bambú, parece como si fueras un gran guerrero de alguna era
— ¡¿En serio?! —soltó Tōjuro tomando las manos de Ririka con una gran sonrisa— ¡¡me alegra darte esa impresión!! Quiere decir que debo ser más fuerte ¡umu!
— ¡Te estaré animando, Tōjuro! —le aseguró la joven sin atreverse a soltar su mano, mientras también le sonreía cálidamente
"Ah, odio este sentimiento"
Desde el principio estuvo él, entonces ¿por qué cuando apareció Rengoku ella le dejó atrás? ¿qué tenía ese chico que él no tuviera? Odiaba sentirse así, odiaba ver la relación de confianza entre esos dos, odiaba la cercanía y como mantenían sus manos juntas, odiaba que ella no dudara en llamar por su nombre a un desconocido
Verles así solo hacia que su resentimiento e ira crecieran y más aún al ver aquella estúpida mirada de cariño y ensoñación que ese chico Rengoku le dedicaba a su amada ¿acaso se creía que estaba altura de alguien como Ririka? Él no podía brindarle nada más allá de una vida simple y miserable
— Gracias Ririka —rió el joven suavemente, tocando con cariño la mejilla de la contraria que comenzaba a sonrojarse— siempre me brindas una sonrisa gentil
"Detente, no quiero escucharlo"
¡¿Por qué no podía recibir la misma atención que ese chico Rengoku?! ¿Cómo es que él podía tocarla y no recibir su rechazo? Rikuto había intentado muchas veces estar a su lado y sacarle una sonrisa sincera, el tipo de sonrisa que sale desde el fondo del corazón y muchas veces te induce a derramar algunas lágrimas, él quería eso
— Porque eres tú, Tōjuro —declaró Ririka mientras Rikuto sentía que algo dentro de si mismo se quebraba y dejaba atrás solo un sonido sordo
"Porque eres mi querido amigo"
La sensación de ese día, el escenario donde solo existían ellos dos, el aroma de las flores que rodeaban la finca en donde Ririka vivía, la pequeña campanilla moviéndose con la brisa, sus pies colgando en los escalones y finalmente ella. La señorita de hermosos ojos verdes y sonrisa genuina que había captado su atención
— ¡Hey, Ririka! —le llamó un Rikuto de siete años— dijiste que tus padres siempre te decían que era importante sonreír ¿cierto?
— A mami le gustaba mucho sonreír, pues era como tener una flor de la felicidad en los labios... —respondió Ririka abrazando un peluche con forma de guisante
— Entonces ¿por qué no sonríes? —le cuestionó— mis padres nunca me dieron una sonrisa, por eso no sé como debería hacerlo... ¡quiero verte! ¡Sonríe para mi, Ririka! ¿Si?
— Las sonrisas no pueden fingirse —negó la peliverde con una expresión de tristeza en su rostro— porque las personas malas pueden sonreír sin sentirlo realmente, no son felices...
— ¿Quieres decir que yo no te hago feliz? —inquirió cabizbajo— tal parece que es cierto que nadie puede quererme, ya que si mis padres no lo hacen... tu tampoco tienes porque hacerlo
— ¡Eso no es cierto! —exclamó Ririka tomando el rostro contrario con sus pequeñas manos para hacer que le mirara— es solo que... ¡no quiero sonreírle de mentira a Rikuto! —negó con fuerza— ¡eres mi único amigo y no quiero perderte!
— No llores —le pidió al ver como las lágrimas se deslizaban por sus mejillas— a diferencia de mi, tu fuiste amada Ririka, por eso puedes sonreír desde el corazón
— No sé que quieres decir con eso, pero quiero sonreír si eso hace que Rikuto comprenda que es mi amigo más importante —habló la menor dibujando una sonrisa tímida en su rostro, eso fue suficiente para que él atesorara por siempre aquel recuerdo ya lejano— si estás triste, puedes venir para que hablemos y sonreíamos juntos ¿si?
— ¿Por qué tienes que decirlo ahora? No quiero tu lástima...
— ¡No es lástima!
— Entonces ¿por qué?
— Eso es... —susurró Ririka antes de mirarle con una sonrisa despreocupada— porque eres mi querido amigo
"No estabas sonriendo realmente"
En ese momento era pequeño, así que Rikuto no podía comprenderlo, pero ahora al recordar aquella sonrisa pudo sentir que su amiga de ese entonces si había sonreído, pero era una sonrisa que reflejaba su pena, su lado comprensivo. Ririka nunca le había mirada y sonreído como lo hacia con Tōjuro y ni siquiera se había referido a él por su nombre ¿por qué?
Una sonrisa torcida se dibujó en los labios del joven mientras apretaba con fuerza aquella vara gastada, tenía deseos de gritar toda su frustración y golpear algo, pues no era fácil ver que la persona a la cual considerabas tu salvación le demostraba su verdadero ser a un extraño, a un idiota que no tenía en donde caerse muerto
— ¿Es divertido hacerme esto, Ririka? —habló en voz alta saliendo detrás de los árboles y sorprendiendo a la joven— ¿así es como le pagas a tu "preciado amigo"?
— Rikuto... —susurró la peliverde seria, mientras Tōjuro se adelantaba un paso como si quisiera protegerla— ¿de qué hablas? ¿Acaso ya no te he dicho que tu y yo no somos amigos?
— ¡No pienso permitir que nuestra amistad termine por este tipo! —gritó ya sin pensar en controlarse— ¡¡todo es su culpa!! ¡Por él te alejaste de mi! —añadió alzando aquella vara en dirección a la joven
— Ririka —le llamó Tōjuro tomando su mano sin dejar de mirar al contrario— creo que él no está bien ahora mismo, deberíamos irnos
— Si, tienes razón —respondió a lo que ambos comenzaron a dirigirse hacia la salida
— ¡No dejaré que te vayas! —soltó Rikuto caminando a grandes zancadas para tomar la mano de la joven
— ¡Y yo no pienso dejar que la toques! —Tōjuro actuó rápido y puso a resguardo a Ririka detrás de si— no sé porque estás tan molesto, pero es claro que en tu estado actual no escucharas a nadie más que a tu ira
— ¡Cállate maldito ladrón!
— ¡Rikuto, ya detente!
— ¡No, no lo haré! —declaró lanzandose a la ataque con aquella vara a lo que Rengoku empujó levemente a la peliverde para alejarla del peligro
Este escenario ya lo había visto y Ririka sintió que su cuerpo se congelaba por completo ante el recuerdo que muchas noches le atormentó. Ahora Tōjuro trataba de detener a Rikuto, sin embargo el contrario parecía estar tan cegado por su ira que le atacaba sin pensar y el joven no parecía querer ser violento con su oponente
— ¡Te odio tanto! ¡Eres un maldito!
— ¡Por favor, piensa claro! —le pidió Tōjuro esquivando sus golpes— ¡esto no resuelve nada!
— ¡No pedí jamás tu consejo, Rengoku!
— ¡Ya basta...! —exclamó Ririka interponiéndose entre ambos, sin embargo Rikuto no iba a detenerse y Tōjuro al temer que saliera herida se apresuró a abrazarle y girarse para que ella no recibiera el golpe— ¡no, Tōjuro! —exclamó entre lágrimas
"¡No, no lo lastimen!"
— ¿Qué...? —balbuceó Tōjuro aún abrazado de Ririka, ambos habían terminado arrodillados en el suelo— Yo... creo conocer esa voz...
— ¡¿Cómo pudiste hacer esto?! —le reclamó la peliverde a Rikuto que seguía de pie frente a ellos estático, pero al menos ya había dejado caer al suelo aquella vara
Ya no era capaz de escuchar la voz de Ririka y ni siquiera escuchó cuando Kanae, Shinobu y ese pequeño llegaron al lugar y se dirigieron a toda prisa hacia ambos, pues lo único claro era las lágrimas que derramaba la peliverde mientras se mantenía aferrada a Tōjuro. ¿Por qué seguía allí? ¿qué había hecho? No lo sabía
Cualquier clase de sonido se escuchaba tan lejano y al sentirse tan perdido, Rikuto solo dio media vuelta y comenzó a mancharse del lugar y aunque Ririka trato de ir por él, el joven no se atrevió a soltarla, como si temiera que por seguirle resultara herida. Kanae ya estaba llamando con nerviosismo a una ambulancia mientras Giichi trataba de no llorar y Shinobu procuraba decirle a Tōjuro que se mantuviera despierto
— Lo siento, Ririka —le escuchó reír apenado, su cabeza dolía horrible— me descuidé
— ¡No debiste protegerme! —negó Ririka entre lágrimas. Todo era su culpa— otra vez... estás herido por mi...
— No pude evitarlo —susurró al sentir sus párpados pesarle— cuando te escuché decir eso, deseé que siempre sonrieras... por eso...
— ¿Tōjuro? —le llamó la joven al sentirle más ligero— ¡no te duermas, por favor!
— ¡Nee-san, rápido!
— ¡Tōjuro-senpai!
"Ririka... pero ¿puedes decirme Ruri?"
La vida está llena de sorpresas y cosas inesperadas y en parte eso es lo que sintió Rengoku Ruka al descubrir que el benefactor de su familia de hace cinco años, no era nada más y nada menos que la familia Yamamotoyama. Aquel hombre que respondía al nombre de Kizuka había decidido utilizar su apellido para mantener a la familia fuera de cualquier escándalo
— Ririka-san... —susurró la mujer con el corazón estrujado al ver tal expresión de vergüenza y dolor en ella. La noticia de que su hijo había sido herido le había dado un buen susto, pero al menos ya podían respirar tranquilos, pues él estaría bien
— Lo lamento mucho, Ruka-san —habló la peliverde con sus ojos rojos de tanto llorar— hace cinco y ahora... ¡todo fue mi culpa! —exclamó mientras Kizuka que se mantenía de pie a su lado le daba una mirada apenada
— Lamentamos mucho este hecho —tomó la palabra el hombre— sé que es una situación delicada y deben saber que la familia se hará cargo de todos los gastos, por eso...
— ¿Quieres que nos callemos ante esto? —habló Rengoku Shinjuro— ¡¡su caridad no resuelve que mi hijo ya ha estado dos veces en peligro!!
— Querido...
— No, Ruka —negó antes de volcar su mirada fría en la peliverde— señorita ¿acaso no siente remordimiento por el daño que ha provocado en mi hijo? Hace cinco años, ni siquiera tuvo la delicadeza de pedir disculpas ¡nada! ¡Nunca vino a visitarle y solo envió a este hombre a limpiar su desastre!
— Yo... —susurró apretando con fuerza sus manos hasta que sus nudillos se tornaron blancos
"No puedo negarlo, aún si tengo mis razones, no puedo..."
— Lo siento, en ese entonces yo no podía...
— Ririka-sama —Kizuka no deseaba que la señorita pasara por eso
— Por favor, váyanse —les pidió Shinjuro dándoles la espalda— Tōjuro necesita descansar y es claro que su presencia no le hará ningún bien
— ¡Solo me voy porque Tōjuro estará bien, pero volveré mañana! —prometió la peliverde con una reverencia— ¡ya no volveré a cometer el mismo error!
En compañía de Kizuka, la joven abandonó el hospital con un ánimo deplorable, todo había sucedido tan rápido que ella no podía detenerse a pensar en donde estuvo su error ¿ahora que debía hacer? Dijo que no volvería a repetir su error, pero si Rikuto seguía junto a ella ¿eso no pondría en peligro a Tōjuro?
"¿Está bien que permanezca a su lado...?"
— ¡Ririka-san!
— Ruka-san —soltó la joven al verla— yo, lo siento...
— No, no tienes que disculparte
— ¿Eh? pero...
— Lamento el comportamiento de antes de mi esposo —se disculpó la mujer sorprendiendo a Ririka— él a veces no sabe manejar su temperamento y al enterarse que Tōjuro estaba herido, no pudo controlar su miedo...
— Está en todo su derecho de enojarse, es mi culpa
— No, no lo es —negó Ruka acercándose— sé muy bien que Ririka-san jamás haría algo para lastimar a mi hijo
— ¿Cómo puede estar tan segura, Ruka-san?
— Porque he visto como lo miras —respondió la mujer tocando con cariño su mejilla— cuando estás con mi hijo, puedo ver amor en tus ojos Ririka-san
— ¡No, yo solo...! ¡Es un amigo muy querido!
— Tan querido que te has enamorado de él, lo sé —completó la mujer a lo que Ririka se sonrojó por completo— Ririka-san, solo te pido que no te alejes de Tōjuro
— ¿Eh?
— Vine porque temía que llegaras a pensar algo así y es que si llegas a hacerlo, en ese momento realmente me enojaré contigo ¿entendido?
— Si...
— Bien, te veo mañana entonces —con aquellas palabras Ruka se despidió de la joven hasta finalmente perderse de vista, dejando una extraña sensación de alivio, temor e inseguridad en la joven
"No lo merezco, Ruka-san"
— Porque desde el inicio, he sido solo una egoísta —susurró
¡Hola a todas y todos! Creo que van a querer matarme con esto, pero ya les había advertido sobre lo que podría suceder y creo que muchas ya guardaban sus sospechas al respecto ¿qué creen que sucederá ahora? ¿Tōjuro que nos tienes por decir? ¡Hay que cazar a Rikuto! Aunque llegamos a ver algo de su pasado con Ririka ¿qué opinan? Ririka niña es una ternura, pero también estaba en su momento más difícil, por eso Tōjuro fue su salvación, sin embargo Rikuto no está listo para esta conversación ¡Ruka la aprueba! Aunque Shinjuro fue directo y la lastimó aunque es comprensible, porque estaba muy preocupado por su hijo, ya que es la segunda vez que sucede ;; en el próximo capítulo tendremos algo de descanso de un mal momento como este uwu
Att: Andysakurai15
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