Capítulo 31 Impotencia y Locura ꪜ
Capítulo dedicado a: _Katty_9
Los hilos son tan finos que puede parecer que en cualquier momento pueden romperse, pero hay hilos que por más que tires no cederán o incluso pueden llegar a lastimarte. Así como las relaciones humanas van y vienen, unas son duraderas y otras se desvanecen como el rocío de la mañana, pero también existen aquellas que pueden herirnos y dejarnos vacíos. Esas emociones son muy difíciles de olvidar
Ese miedo a lo incierto, aquella reacción al escuchar un ruido desconocido en alguna parte siendo que a lo largo del tiempo tantas creencias y mitos llegaron a formarse. Ahora no era muy diferente y Rengoku Tōjuro que aún observaba el palillo roto sobre la mesa se preguntaba que pudo significar aquel mensaje inconcluso
— ¿Tōjuro? —musitó su madre, Ruka preocupada por su expresión de sorpresa y nerviosismo— ¿te sientes bien?
— Si, madre... —respondió pues no sentía ningún dolor en su cuerpo— solo me sorprendió que mi palillos se rompieran
— Tal vez ya estaban algo viejos —intentó calmarle, sin embargo ella comprendía lo que aquejaba a su hijo mayor
— Supongo que si... —suspiró intentando alejar aquellos pensamientos negativos pero un ligera molestia comenzó a aquejarle haciendo que se tocara el lado izquierdo de su sien— creo que me duele un poco la cabeza
— Iré a buscar algo para ello
Ruka era una madre muy diligente, por lo que siempre se preocupaba ante cualquier molesta o dolor que presentaran sus pequeños. Los ojos dorados aún confusos buscaron despejar su mente, sin embargo la imagen de Ririka, su cabello suave y ojos verdes decoraban cada rincón de sus recuerdos, ansiaba verla
— ¿Vas a quedarte sentada sobre la hierba, mi querida sobrina? —le cuestionó Toshiro sonriendo— no me gustaría que tu lindo vestido se ensuciara
— Me quedaré aquí —declaró Ririka mirándole con desconfianza— no quiero ir al interior de sus estancias
— ¿Por qué dices eso? Si este pabellón fue en donde naciste y creciste —le recordó el hombre con una expresión triste— pensé que te agradaría recorrerlo conmigo mientras charlábamos
— No tengo nada que hablar con usted —le cortó alejándose un poco— mi madre no estaría para nada a gusto si viera esto
— Pero tu madre está muerta desde ya mucho tiempo —le devolvió con una mirada seria— lo muertos no pueden salir de sus tumbas y mucho menos vernos —añadió plantando una sonrisa de descaro en su rostro
— Le pido que sea más respetuoso en sus palabras, mas allá del apellido Yamamotoyama me importa más la memoria de mi madre —admitió Ririka con una mirada firme
— ¡Que fría eres, Ririka! —soltó el hombre alargando su mano para tocar el rostro de la joven
— ¡No me toque! —exclamó la peliverde dandole un manotazo— ¿acaso cree que he olvidado sus acciones y lo que me dijo cuando era una niña? ¡No sea tan sinvergüenza!
— Oh, esto es interesante —rió Toshiro entre dientes— antes era una niñita que solo bajaba la cabeza y lloraba en silencio, pero te has vuelto más fuerte y capaz de sostenerme la mirada
— Me retiro —le informó Ririka levantándose para acercarse a tomar su celular ya estropeado y dejar aquel lugar
— Me pregunto... ¿a qué o a quién se deberá este cambio en ti? —masculló con una sonrisa ladina logrando que la joven se detuviera— la vulnerable Ririka me gustaba, pero está Ririka que saca sus garras y habla firme es excitante. Provocas que quiera dominarte...
— Es asqueroso, no puedo creer que sea familia de mi padre
"¡Es asqueroso! ¡No puedo creer que seas familia de mi esposo!"
Las palabras de su sobrina habían sido idénticas a la de madre en aquel día de verano en donde ella le prohibió acercarse a sus hijos. Las lágrimas de dolor y decepción que decoraban sus ojos aún se le clavaban como dagas imaginarias haciéndole sentir impotente, sin embargo no solo era su culpa, pues si solo ella le hubiera escogido...
— No soy asqueroso... —susurró apretando sus manos en puños
— ¿Eh? —balbuceó Ririka sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo
— ¡¡No soy asqueroso Seira!! —gritó Toshiro agarrando fuertemente de los hombros a Ririka— ¡¡todo lo hice por ti!!
— ¡Deténgase, por favor tío! —suplicó la peliverde asustada por su mirada desencajada— ¡soy Ririka, no Seira!
— ¡No, tú eres Seira! —le negó apretándole con más fuerza— ¡eres una maldita perra que fue a revolcarse con mi hermano! ¡¡Por eso tomaré a tu hija!!
Los ojos verdes de Ririka reflejaban su sorpresa y miedo, todo su cuerpo se sentía pesado junto a los tirones que aquel hombre le daba. Aquella mirada que reflejaba odio y furia se podía sentir firmemente en sus hombros pequeños, ya ni siquiera podía escuchar las voces de fondo tan claras y los gritos que entorpecían sus oídos poco a poco se iban tornando lejanos
— ¡¡Responde Seira!! —le rogó aferrándose al cuerpo inconsciente de la menor que se había deslizado hasta casi tocar el suelo— ¡no huyas volviendo a morir, perra!
— ¡¿Qué mierda le estás haciendo a mi hermana, escoria?! —exclamó Kazuyoshi propinándole un fuerte puñetazo en el rostro— ¡te lo dije...! ¡¡No permitiré que vuelvas a poner tus asquerosas manos en Ririka!!
— ¡No te metas niño! ¡¡Esto es entre Seira y yo!!
— ¡¿Acaso estás drogado?! ¡¡Acéptalo maldito enfermo, mi madre ya está muerta!! —le restregó el joven con furia y sus ojos llenos de lágrimas
— ¡Callate! ¡Esa mujer no puede morir! —Toshiro no estaba en sus cabales y tiraba golpes al aire como si fuera a lograr algo
— Me das lástima —masculló Kazuyoshi dando largas zancadas hacia el tipo— ¡no pienso pasar por alto que heriste a Ririka! ¡Es mi hermana, no tu ilusión enferma de nuestra madre! —añadió dandole otro puñetazo que lo tumbó al suelo— ¡te odio! ¡Odio como miras a mi hermana y odio aún más como atormentaste a nuestra madre!
— ¡Yo no le atormenté! ¡¡Si hay alguien que la orilló hasta la muerte fue tu querida abuela!!
— ¡¿Qué dijiste?! ¡¿Acaso olvidaste como dejaste ir tus asquerosas manos de más en Ririka que solo tenía cuatro años?! —le recordó— ¡no me importaría asesinarte si con eso puedo garantizar que Ririka viva segura!
— ¡¿Qué está pasando aquí?! —soltó la anciana sin poder creer lo que sus ojos veían— ¡Toshiro, Kazuyoshi deténganse! —les pidió aunque no pasó mucho tiempo para que algunos sirvientes acudieran a separarles
— ¡Pero, madre...!
— ¡Silencio! —le cortó la mujer cruzándose de brazos— se puede saber... ¡¿por qué están peleando?!
— Kazuyoshi y su complejo de hermano siscon, eso es madre —declaró Toshiro limpiando los restos de sangre de su boca
— ¿Es así, Kazuyoshi?
— ¡Solo estaba defendiendo a mi hermana de las garras de este maldito pedófilo! —le recriminó el mencionado sin quitarle la mirada de encima
— ¡No te dirijas de esa forma a tu tío!
— ¡Este tipo no es mi tío ni nada, es solo un maldito que hostigó a mi madre y que al no tener suficiente de ello ahora persigue a mi hermana como si fuera un reemplazo! ¡tiene que internar a esta escoria!
— ¡Deja de decir estupideces ahora mismo! ¿Acaso no piensas en el honor de la familia Yamamotoyama?
— ¡No puedo pensar en honor cuando tengo a un depravado como familiar! —le refutó Kazuyoshi soltándose de los hombres y yendo hacia su hermana— ¡abuela, usted debe saberlo mejor que nadie, su "hijo" confunde a Ririka con nuestra ya fallecida madre!
— Como no confundirla si es de tal palo tal astilla —negó la mujer orgullosa
— ¡Madre, yo...!
— ¡Basta! ¡No quiero escuchar nada más! —le cortó— ¡vete a tu habitación! No puedo creer que estén discutiendo por una chiquilla...
Toshiro no dijo nada más ante la orden de su madre, su cabeza le dolía y al observar la figura de su sobrina en los brazos de su hermano poco a poco pudo reconocer que ella no era "Seira", sin embargo no era algo que fuera a admitir en voz alta, por lo que no dudó en marcharse. Kazuyoshi ni siquiera le miró, pues toda su preocupación estaba en Ririka que seguía inconsciente en sus brazos sosteniendo su celular
"No puedo seguir soportando esto"
El dolor y la ira era claras en el joven. Derramaba lágrimas al ver como su tan querida hermana era ignorada ante las cosas que aquella escoria buscaba hacerle, sin embargo estaba atado en aquella telaraña de hilos imaginarios que su abuela se había esmerado en hacer y lo odiaba. Secándose los rastros de lágrimas con la manga de su esmoquin se dispuso a sacar su celular y enviar un mensaje a Kizuka
— Ya todo terminó —declaró la anciana soltando un suspiro— lleven a Ririka adentro —ordenó a una de las doncellas que esperaba a su lado
— No será necesario abuela, yo llevaré a Ririka a casa —soltó en una respuesta seca mientras cargaba con cuidado a la menor
— No puedes irte así —renegó— esta chica solo se ha desmayado
— Esta chica es mi hermana, es la hija de su hijo, es su nieta —le recordó Kazuyoshi enfrentándole con la mirada— y mientras yo viva no permitiré que nada ni nadie se atreva a lastimarla o hacerla menos, porque Ririka es más de lo que esta familia podría merecer
— ¡Kazuyoshi!
Fue en vano, su nieto ni siquiera volteó a verla a escuchar su llamado. La mujer debía reconocer que cuando sintió aquellos ojos y mirada cargados de ira tembló, no era nada bueno que el futuro heredero de la familia se viera influenciado por una chiquilla que llevaba en su sangre las mañas que había empleado aquella mujer
La tarde se percibía gris, sin embargo Kazuyoshi pudo finalmente respirar al verse en la seguridad del auto que manejaba Kizuka. Esa mansión ya no podía considerarlo un hogar, pues la persona y existencia más valiosa residía en su regazo dormida, era inevitable que la culpa le invadiera al no haber llegado antes ¿cuánto miedo habrá tenido Ririka? Estaba segura que en su interior ella había rogado una y otra vez por ayuda
— Lo siento, Kazuyoshi-sama —se disculpó Kizuka— me encargaré de la agenda de la tarde y también... no podré quedarme mucho tiempo, mi cuñada me informó que no podría recoger a mi sobrino, así que tendré que ir por él
— No te preocupes por detalles pequeños, Kizuka —le tranquilizó Kazuyoshi— el bienestar de tu sobrino es primero, así que ve tranquilo
— ¡Gracias, Kazuyoshi-sama!
Al llegar su hogar una sensación de calma invadió al joven, sin embargo no duró mucho pues nunca podría olvidar la reacción de Tamaki al ver regresar a su señorita inconsciente en los brazos de su hermano. La noche llegó muy pronto y Ririka tenía fiebre, por lo que ambos se quedaron despiertos cuidándola
— ¡Buenos días Kazu-chi! —bromeó Uzui que era totalmente ajeno a la situación— woah, tienes toda la cara de un muerto...
— Ayer fue un pesadilla, así que permaneceré en casa tres días —le comentó el joven tomando una taza de café— creo que hasta eso Ririka estará mejor
— ¿Eh? ¿qué sucedió con mi futura esposa?
— No estoy para bromas, Uzui
— Lo siento, pero dime...
Los ojos verdes le observaron fijamente unos minutos como si quisieran asegurarse de que valía la pena desahogarse. Finalmente Kazuyoshi comenzó a relatarle los sucesos del día anterior y conforme iba avanzando la ira también se hacia presente en el rostro de su amigo, era un consuelo saber que no era el único que se sentía impotente
— ¡Hay que matar a ese maldito! —soltó Uzui sin rodeos— no me sorprende que Ririka se haya enfermado por su culpa
— Bueno según el doctor dijo que había pescado un resfriado por el cambio de estación —le explicó Kazuyoshi— pero el hecho de que se desmayara fue por el miedo y la angustia que debió sentir en ese momento
— ¿Acaso tu familia no sabe de las mañas de ese tipo?
— Lo saben, pero no quieren verlo
— Claro, les importa mucho proteger su honor antes que cualquier otra cosa
— Cuando era pequeño, ese hombre solía ir a vernos —admitió el joven— parecía un buen tipo, sin embargo con el paso de los días me enviaba a jugar lejos o decía que yo debía contar en las escondidas. Siempre le encontraba abrazando a Ririka que solo tenía cuatro años, tocaba su rostro, sus hombros, sus labios...
— ¡¿Qué?!
— Yo solo era un niño de seis años, claro que no comprendía —negó Kazuyoshi— igual se lo comenté a mi madre y por suerte él no llegó a hacerle más de eso, sin embargo ella le enfrentó y prohibió acercarse a nosotros
— Como se esperaba de tu madre, es claro que reaccione así si un tipo que encima es familia estaba tocando a su hija
— Me pregunto... ¿qué tan podrido tiene que estar ese tipo como para tocar a una niña de solo cuatro años? —aunque no quería, el joven no podía evitar derramar algunas lágrimas al recordarlo
— Sé que es imperdonable lo que él estaba haciendo —habló Tengen dandole una palmita en el hombro— pero agradezco que le dijeras a tu madre y eso no hubiera pasado a mayores
— Si, opino igual... pero es claro que ese tipo tarde o temprano tiene que pagarla
— Cuenta conmigo para rematarlo —le ofreció Uzui listo para dar golpes
Era reconfortante saber que contaba con una amigo de confianza para apoyarle, por eso Kazuyoshi sentía que esa noche podría dormir más tranquilo. El timbre de la puerta llegó a los oídos de ambos y Tamaki rápidamente se dirigió hacia la puerta para abrir, pronto dos voces femeninas se escucharon por el pasillo y una vez pudieron verles, Uzui creyó que había visto descender dos ángeles
— Gracias por recibirnos, Kazuyoshi-san —soltó Kanae con una reverencia que fue imitada por Shinobu
— No, no te preocupes —le tranquilizó el joven a la mayor
— ¡Claro que estaríamos preocupadas! —le cortó Shinobu con el ceño fruncido— sabemos que no siempre estamos allí ni tampoco conocemos todo sobre Ririka, pero aún así es nuestra preciada amiga...
— Si y por eso les pedí venir —habló Kazuyoshi dandole una palmadita— vayan, el guisante se alegrará de verlas
Ambas hermanas no dudaron y fueron escaleras arriba hacia la habitación de Ririka. Todos pudieron escuchar la risa de Ririka al verlas, por lo que pudieron sentirse más tranquilos, aunque Uzui ya tenía una idea bastante buena en su cabeza y con más personas de seguro sería más divertido
— Aún no puedo creerlo —susurró el joven recordando la pelea— pero agradezco a Tamaki por aquel mensaje —añadió observando a la amable mujer que estaba de pie a su lado
— ¿Eh? ¿A qué te refieres?
— Gracias, pero no soy yo quien debe llevarse el crédito sino aquel jovencito —declaró Tamaki con una sonrisa
— Sigo sin entender nada
— Ayer recibí un mensaje de Tamaki mientras hablaba con mi abuela —comentó Kazuyoshi— gracias a ello me moví y fui a buscar a Ririka
— Si, pero yo envié ese mensaje porque el amigo de Ririka-sama, Tōjuro-kun llamó ayer preguntando por ella, ya que no contestaba a las llamadas —añadió la mujer a lo que su "señor" suspiró rendido
— Si, si, debo confesar que gracias a ese búho pude llegar antes...
"Pero debí ser más cuidadoso"
— Ririka... ¡siempre te hemos dicho que tengas cuidado! —soltó Shinobu molesta aunque en realidad estaba muy preocupada
— Vamos Shinobu, estoy segura que Riri-chan lo entiende...
— ¡Aún así, Nee-san!
— Lo siento, Shinobu...
— Ah, no te disculpes... —la pelimorada ya no pudo seguir molesta al ver la cara de tristeza de su amiga
— Aunque Shinobu no lo diga, era la más preocupada por Riri-chan —le delató Kanae con una sonrisa
— Si, estaba preocupada... —confesó Shinobu con el ceño fruncido mientras las lágrimas recorrían sus mejillas— no siempre podemos estar allí y enterarme de lo que sucedió, me siento muy mal...
— Shinobu... —Ririka no deseaba hacer sentir de esa forma a sus amigas— ayer tuve mucho miedo, la mirada de mi tío reflejaba mucho resentimiento y odio mientras llamaba a mi madre por su nombre real. Él no me veía a mi, sino a mi madre
— Está loco y con gusto inventaría un veneno para convertirlo en tierra
— Lo sé, pero me sorprende como de débil me sentí ante su mirada y gritos —la peliverde no lo había notado, pero inconscientemente estaba apretando la sabana con sus manos
— Ya no tiene caso que pienses en esa basura, mejor enfócate en recuperarte
— Es verdad Riri-chan, estoy segura que Kazuyoshi-san hará algo al respecto —le tranquilizó Kanae con una suave sonrisa— pero ahora que recuerdo, hoy vimos a Tōjuro-kun a la salida
— ¿Eh? ¿A Tōjuro?
— Si, estaba preocupado porque no respondías el teléfono y no fuiste a clases hoy
— Es verdad, ayer mi teléfono cayó en la fuente y se echó a perder...
— Si, por eso le comenté lo de tu resfrío, pero que no era nada grave —le explicó— luego de eso nos dio las gracias y se fue corriendo muy rápido
— Eso no era correr, parecía que tenía ruedas en vez de pies —negó Shinobu al recordar la situación
— Supongo que es uno de los encantos de Tōjuro —soltó Ririka algo adormilada— espero poder verle pronto
— Y lo harás, pero por ahora descansa Riri-chan —le pidió Kanae con una corta caricia en sus cabellos— buenas noches...
Ririka no estaba segura de cuanto tiempo habría pasado, pero la última imagen que tuvo fue de sus amigas que le deseaban un buen sueño. Por suerte solo tuvo algo de fiebre el primer día, sin embargo su hermano estaba demasiado sensible y le hacia prácticamente quedarse en cama, pero no podía culparlo o quejarse
"Debí preocuparle"
Un ligero sonido de una campanilla captó su atención y Ririka pronto se vio atrapada por unas bonitas luces verdes que alumbraban la oscuridad de sus sueños. Se preguntaba que serían pues por más que intentara alcanzarlas no podía hacerlo, le resultaban fugaces y lejanas ya que en un abrir y cerrar de ojos desaparecían
— Son luciérnagas —habló una voz masculina a sus espaldas
"¿Quién eres?"
— ¿No podías dormir? —le cuestionó la misma voz a su vez que depositaba una tela sobre sus hombros— debiste llamarme si tuviste un mal sueño
"¿Por qué será?" Esto es tan nostálgico...
— Te lo prometí ¿verdad? —le escuchó decir entre una corta risa— siempre velaré por tus sueños y en especial por los manos, por eso...
"Confía en que siempre acudiré a ti"
Aquel sueño terminó con esas palabras dulces y amables. Los ojos verdes de Ririka se abrieron levemente para recibir la oscuridad de la noche que era un poco mitigada por la luz de la luna, ya había anochecido y ella recién se había despertado, pero aún seguía algo fresco en su memoria la imagen de un hombre alto de cabellos rubios y manos cálidas, incluso su voz aunque por momentos era fuerte le daba seguridad
— Gracias, me protegiste de aquella pesadilla —susurró para si misma al desconocido y es que su padre en cierto momento le había dicho que todos tenían un ángel guardián consigo y quizás él suyo buscaba alentarla
La peliverde observó algo ensimisma la sombra del árbol que estaba cercano a su ventana. Cuando recién llegaron no tenía tantas hojas, pero ahora parecía ser que necesitaba una pequeña podada o de lo contrario cubriría su ventana. Un ligero ruido le alertó, sin embargo pensó que solo había sido su imaginación, más el ruido continuó
Algo nerviosa se acercó hacia la ventana y con cuidado la abrió, grata fue su sorpresa de encontrar a Tōjuro en una de las ramas mientras le sonría alegremente. Ririka solo pudo pensar que realmente había necesitado ver su sonrisa para sentirse más tranquila, pero eso no quitaba que le sorprendió encontrar a su amigo trepado en su árbol
— ¡Tōjuro! ¿qué haces aquí? —le cuestionó en voz baja, pero lo suficientemente alto como para que él pudiera escucharle
— ¡Vine a verte!
— ¡Shh! —la pobre había olvidado que Tōjuro no era muy cuidadoso con su tono de voz— dios, ven aquí...
— ¡Umu! —en su momento le preocupó, pero el joven Rengoku demostró que era perfectamente capaz de llegar hasta su ventana, bueno el día que se encontraron él había subido el puente de un salto e ignorado las escaleras
"Creo que se llevaría muy bien con Uzui-san"
— ¡Listo!
— Bien, mi corazón se quedará tranquilo ahora —suspiró Ririka— ¿te encuentras bien?
— Esa debería ser mi pregunta, Ririka
— Lo siento, pasaron algunas cosas y mi celular quedó estropeado...
— Umu, tus amigas me contaron
— Si, me dijeron, pero Tōjuro ¿por qué no entraste por la puerta?
— ¡Lo hice! Pero tu hermano mayor dijo que por ahora debía darte tu espacio y que tal vez sería una molestia —confesó Tōjuro apenado
"Kazu-nii..."
— Lo siento por mi hermano, está un poco sensible
— ¡No te preocupes! Tu hermano debe querer protegerte, es normal
— Gracias Tōjuro —susurró Ririka sentándose en su cama— por alguna razón, me alivia mucho poder verte —añadió cabizbaja
— ¡No es nada! —negó acuclillándose en el suelo para luego tomar una de las manos de la joven— ¡quiero que confíes en que siempre acudiré a ti, Ririka!
— Cielos... —era inevitable, su cara ardía ante las palabras inocentes de su amigo mientras le sostenía con aquellas manos cálidas
— Ririka, yo...-
— ¡Sh! —le calló Ririka al escuchar unos pasos acercarse, sin embargo parecían dirigirse hacia su habitación— ¡oh, no! ¡Es Kazu-nii! —le alertó
— ¡Vaya! —soltó Tōjuro en voz baja sin saber en donde meterse
No tenían tiempo, pues si el joven se movía hacia la ventana claramente iban a escucharle y en caso de salir Kazuyoshi le vería en el árbol y estaba segura de que en su estado actual de hermano sobreprotector y sensible no dudaría en llamar a la policía. Pronto una idea llegó a la cabeza de Ririka y aunque era muy arriesgado no tenía otra opción, por lo que pidió perdón a los cielos antes de ejecutarlo
— ¡Tōjuro, ven! —le jaló
Al cabo de unos segundos la puerta de la habitación de la joven fue abierta y en su interior reinaba el silencio. Kazuyoshi ya algo adormilado miró alrededor y todo parecía estar en orden, incluso podía escuchar la respiración de Ririka algo ruidosa por tener la nariz tapada. Era mejor no despertarla si se estaba recuperando, por lo que con cuidado cerró la puerta y se marchó a su cuarto
Ahora regresando a lo que había sucedido, Ririka prácticamente había arrastrado a Tōjuro debajo de edredón y aunque era un gran riesgo, no tenía de otra, ya luego su amigo decidiría si la reportaba o algo por el estilo. Lo bueno es que el joven había comprendido enseguida lo que deseaba hacer, así que no reaccionó sorprendido ni nada
Aunque... el hecho de sentirse tan cerca y abrazados bajo las sábanas para que no se viera tanto bulto les tenía nerviosos. Tōjuro era quien residía sobre el cuerpo de la chica, mientras su rostro estaba enterrado en su cuello, se sentía mal por querer inconscientemente percibir su suave aroma frutal y la respiración de la joven en su oido no le ayudaba para nada
Por el lado de Ririka era claro que esa era su primera vez en donde un chico se metía en su cama y encima de esa forma, sin embargo la forma en que él le abrazaba era tan protectora y dulce que podía sentir el calor de su cuerpo y las palmas de su mano, siendo una que reposaba en su cabeza y otra en su espalda
"Mi corazón va muy rápido..."
Una sensación de alivio les invadió al escuchar la puerta cerrarse y los pasos alejarse, esperaron un minuto más y finalmente emergieron de debajo de las sábanas. Solo necesitaron una mirada para reírse en voz baja, se sentían como unos jóvenes malos, pero ninguno de ellos deseaba perder tan pronto la compañía del otro
— Duerme, me quedaré aquí hasta que lo hagas —declaró Tōjuro al sentir aquellos hermosos ojos verdes sobre él
— ¿No será un problema?
— ¡No te preocupes! Siento que tienes miedo de tener una pesadilla, así que si eso sucede yo pelearé con ella para defenderte —le prometió apartando algunos mechones verdes— buenos noches, Ririka...
— Si, buenas noches... —respondió con una suave sonrisa mientras picaba la mejilla del contrario con cariño
"Tōjuro, gracias..."
Iniciamos fuerte y hubieron golpes, no por algo Kazuyoshi hace varios deportes -3- La cabeza de Toshiro tiene precio y si, es un maldito con todas las letras. Hay que proteger a Ririka y eso lo tienen claro Uzui, Shinobu y Kanae, sin embargo la misma Ririka ha ido cambiando, aunque no puede superar todo de golpe, por suerte Tōjuro está allí para ella cuando más lo necesita uwu y estos dos van a matarme de ternura, primer aviso y también un feliz cumpleaños a Katty :3
Att: Andysakurai15
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