Capítulo 25 Fuerza de Espíritu ꪜ
Los ojos dorados con detalles en rojo visualizaron el amplio Dojo de su familia mientras encendía la luz contemplando el altar junto al grabado del apellido Rengoku en el pergamino antiguo. La madera crujió levemente al sentir el peso de los pasos del joven, quien se encamino hasta la mitad del lugar para hacer una profunda reverencia y sentarse
Eran alrededor de las seis de la mañana y Tōjuro ya se encontraba despierto aprovechando la tranquilidad del nuevo día mientras cerraba sus ojos dispuesto a meditar unos minutos para mentalizarse pues su padre, Shinjuro siempre le recomendaba enfocarse y recordarse así mismo porque practicaba el Kendo con tanta pasión
Debía despejar su mente y dejar de lado cualquier clase de preocupación pues estaba determinado a dar lo mejor de si mismo y ganar para ascender su rango para subir a "3-Dan" sin embargo ahora al pensar en la bandana roja que le había obsequiado la joven de ojos verdes. Tōjuro deseaba con todo su corazón dedicarle su victoria a ella
— Tōjuro —habló la voz de su padre a sus espaldas haciendo que abriera sus ojos— dime hijo, ¿cuál es el propósito del Kendo? —inquirió haciendo sonar levemente la espada contra la madera
— ¡Si, padre! —respondió Tōjuro levantándose y con voz firme respondió a la pregunta de su antecesor
"Moldear la mente y el cuerpo.
Para cultivar un espíritu vigoroso
Y mediante una formación correcta y estructurada,
Luchar por mejorar el arte del Kendo.
Tener en estima la cortesía y el honor.
Asociarse con otros con sinceridad.
Y para siempre perseguir el cultivo de uno mismo."
— Si, bien dicho —le elogió Shinjuro con una sonrisa despeinando sus cabellos— ahora ve a asearte y prepararte para la competición
— ¡Si, padre!
Conforme pasaban las horas Tōjuro notó que hoy sería un día despejado pues ya casi ni estaba nevando. Sus ojos parecieron brillar levemente al ver en el camino como la nieve poco a poco iba desapareciendo permitiéndole notar las pequeñas hojas verdes que iban tomando presencia en los arboles pues el tiempo de la primavera iba llegando
Este año se había decidido que la competición se llevaría a cabo en el gimnasio de su instituto, por lo que al irse acercando al lugar pudo ver como una gran masa de personas iban ingresando. Bastante curioso comenzó a mirar a su alrededor en busca de la joven más no lograba verla por ningún lado aunque tampoco era necesario que estuviera tan temprano
— Tōjuro —le habló su madre, Ruka captando su atención— ¿sucede algo?
— No, madre —negó el joven con energía— ¡me agrada el hecho de que este año se hayan sumado más personas!
— Por lo mismo debes darles una buena pelea ¿no crees?
— ¡Si, por supuesto!
¡Aquellos que vayan a participar por favor dirigirse a los vestidores!
— Parece que ya es hora Ani-ue —soltó Senjuro a su lado para luego acercarse a su oido y susurrarle— no te preocupes, estaré pendiente a la llegado de Ririka-san
— ¡Umu! ¡Gracias Senjuro! —respondió el joven antes de tomar su bolso y marcharse rumbo a los vestidores
Una vez llegó al vestidor designado para su equipo y saludar a su compañeros, Tōjuro con cuidado sacó su armadura protectora o "Bogu", pero primero tendría que colocarse su hakama y luego con ayuda de uno de sus "Senpai" colocarse el resto del equipo que en total pesaba cerca de 5 kg, pero el joven ya estaba acostumbrado a ello
— ¿Ya están todos listos? —inquirió su maestro y mentor con una expresión firme— ¡hoy deben mostrar los resultados de todo su entrenamiento! ¡¿Entendido?!
— ¡Si! —respondieron todos con voz fuerte ganándose la aprobación del hombre
A la orden de su instructor todos se colocaron en fila de mayor a menor en cuanto a rango para así dirigirse de vuelta al gimnasio y esperar a que llegue el momento de apertura. Tōjuro miró de reojo su reloj notando que ya solo quedaban menos de quince minutos para dar inicio a la competición
— ¡Vamos mocosos, demuestren que pueden ganar! —bramó el hombre animándoles
— ¡Si, Señor!
Los ojos dorados con detalles en rojo recorrían todo el lugar al ver el sitio tan lleno, sin embargo se alegró de ver que sus padres habían conseguido un buen lugar para ver la competencia, por lo que ahora era su momento para acercarse antes de que iniciaran los combates. Al irse acercando comprobó con sus pies descalzos que el suelo estaba pulcramente limpio para el evento
Su madre, Ruka lo miraba muy orgullosa de verlo usando su equipo mientras sostenía su casco en su brazo derecho y su espada de bambú o "Shinai" en la izquierda. Shinjuro le observaba muy serio, pero el menor comprendía la postura de su padre pues no era un momento para ser blandos mientras Senjuro le brindaba una cálida sonrisa de apoyo
— ¿Ririka no ha llegado? —cuestionó el joven al no ver a la chica por ningún lado— bueno no soy el primero en competir —negó restándole importancia aunque en realidad le preocupaba
— Eso... —Senjuro parecía apenado mientras sostenía una pequeña bolsa de papel en donde reposaba la bandana que la joven debía atarle a su hermano mayor
— ¡Tōjuro! —habló Shinjuro interrumpiéndoles— no sé quien es la chica, pero en estos momentos la competencia es mucho más importante que eso ¡no dejes que tu mente y coraje vacilen o perderás!
— Querido... —susurró Ruka al ver la expresión severa de su esposo más lo comprendía— aunque suene duro, tu padre tiene razón Tōjuro —añadió la mujer tocando el rostro de su hijo— Ririka-san llegara cuando deba hacerlo
— Es verdad Ani-ue, quizás tuvo un inconveniente pues recuerda que debe tener cuidado con la prensa —intervino Senjuro al ver una expresión dudosa en el rostro de su hermano mayor
— Estoy segura que Ririka-san también desearía que te concentraras en la competencia, después de todo su hermano mayor también práctico este arte
— ¡Si, Madre! ¡Me disculpo, Padre! —declaró Tōjuro recuperando su aplomo y ejerciendo una reverencia
"Todos los competidores, por favor reunirse con su equipo para el saludo"
— ¡Umu, es hora!
— ¿Qué harás con la bandana? ¿Quieres que tu madre te la ponga? —inquirió Ruka con una sonrisa triste
— ¡No! Agradezco el gesto madre, ¡pero...! hoy mi corazón desea que sea Ririka quien lo haga, aún si es al final de la competencia —negó Tōjuro marchándose y dejándoles a ambos con un sentimiento de pesar
La familia Rengoku observó como ambos equipos tanto el de su hijo como el contrincante se paraban frente a frente a una corta distancia, mientras frente al público daban la cara quienes serían los árbitros o "Shushin", por medio de una señal todos voltearon a saludar al público para luego finalmente saludar a sus contrincantes
Tōjuro sería en tercero en pelear de los cinco, por lo que deseaba creer en que Ririka llegaría dentro de ese tiempo, aunque al no ser una competencia nacional el tiempo limite es de cinco minutos por partido, sin embargo tal y como le habían dicho sus padres debía concentrarse y creer pues lo que menos haría es dudar de la promesa de la joven
Todos comenzaron a retirarse dejando libre la pista para el primer concursante que sería su superior y se graduaba este año, por lo que está sería su última competencia con el equipo siendo su gran deseo que lograran tener la victoria y Tōjuro por su parte se prometió así mismo que daría lo mejor y no dudaría
"Haz todo lo que puedas, en lo demás confía en el destino"
Por más que lo pensara y le diera muchas vueltas los ojos verdes se veían tristes al observar el salón de eventos en donde muchas personas y figuras importantes comenzaban a reunirse, sin embargo esto para Ririka no era nada importancia pues solo podía a cada minuto maldecir para sus adentros al ver lo injusto que era el destino
¿Cómo era posible que la ceremonia de bienvenida para su "Tío" fuera el mismo día que la competencia de Tōjuro y comenzara una hora después de la competencia? Ella no deseaba estar allí para nada, pero era totalmente inevitable si su nombre también aparecía en la invitación y no podía decirle a su hermano o se enojaría
— Ririka-sama ¿hay algo que le preocupe? —inquirió Tamaki de pie a su lado brindándole agua
— Detesto las ceremonias —soltó la joven tomando el agua— son molestas e incluso Tamaki tiene que hablarme de manera formal...
— Lo siento Ririka-sama, solo aguante un poco más —le pidió la mujer ejerciendo una reverencia para retirarse
"¿Cómo le estaría yendo a Tōjuro?"
Muchas preguntas asaltaban a la joven y ella solo quería irse, pero ¿realmente era buena idea hacerlo? Deseaba con todo su corazón animar al joven y colocarle la... ¡la bandana! Ahora que ella no iba ¿quién iba a ponérsela? De seguro su madre o padre lo haría, sin embargo ese solo pensamiento le hacia picar sus ojos y arrugar con sus manos levemente su kimono
Totalmente sumergida en sus preocupaciones Ririka no se daba cuenta de las miradas curiosas de las personas que cuchicheaban entre ellos comentarios sobre su apariencia y vestimenta siendo en su mayoría positivos pues la joven había heredado la belleza de su madre y el porte de su padre. Kazuyoshi no podía sentirse más orgulloso, pero...
"Algo le preocupa a ese guisante"
— Tamaki
— ¿Si, Kazuyoshi-sama?
— ¿Sabes que le preocupa a Ririsante? —inquirió el joven sin quitarle la mirada a la menor
— Eso... —Tamaki no sabía si era lo mejor decirle pero quizás podría ayudarles— hoy es la competición del amigo de Ririka-sama y ella había prometido ir y animarle
— Oh... —alargó Kazuyoshi aquella expresión acentuando su mirada— por eso está así, pero aún si no hubiera esa competencia de por medio, para Ririka hoy no es un buen día
— Oya, oya —habló alguien a sus espaldas— quien creyera que llego feliz de por fin haberme liberado de aquellas señoras lujuriosas solo para encontrarme a mi amigo con una cara más fea que la de Buda —negó Uzui
— ¿Un amigo? Tamaki creo que alguien se ha infiltrado —le devolvió Kazuyoshi dedicándole una sonrisa de lado a Tenma
— ¿Ah? ¿Podrías ser más amable conmigo?
— Bueno supongo que eres la única opción —suspiró el joven
— ¿Opción? —Uzui parecía indignado por esas palabras
— Antes de que llores, mira hacia allá —le pidió Kazuyoshi señalando la mesa en donde residía Ririka
— ¡Vaya, realmente los ángeles caen del cielo! —soltó Uzui con una gran sonrisa— ¿es Ririka? ¡está totalmente despampanante!
— Hoy no dijo "extravagante" —se extrañó Tamaki en silencio
— Woah, estando tan linda ¿por qué luce tan apagada? —inquirió al notar la expresión seca de Ririka— tu abuela ha de lucir más alegre a su lado ¿no crees?
— Hoy es la competencia de ese Búho —masculló el joven
— ¿Búho? Ah, aquel chico que es un animal a tus ojos —recordó Tenma
— Me haré cargo de los guardias y lo demás —declaró Kazuyoshi dandole la espalda— es preferible que sonría a que ese maldito la ensucie con su mirada
Sin nada más que decir Kazuyoshi se alejó en compañía de Tamaki a saludar a los invitados y mover fichas de su lado. Tenma por su parte soltó un poco el nudo de su corbata mientras dibujaba una sonrisa de lado en su rostro al comprender las intenciones de su amigo. Al parecer hoy sucedería algo divertido y él iba a presenciarlo en primera fila
Estar en las primeras gradas a los ojos de Senjuro no era un lugar precisamente cómodo pues sentía que sus nervios le carcomían y estaba seguro que su madre a su lado estaba igual pues finalmente era el turno de su hermano mayor quien dejó su cojín junto a sus compañeros para encaminarse a la pista
Al pasar al lado de su compañero que tenía lágrimas en sus ojos por haber perdido el enfrentamiento Tōjuro le dio una cortada palmada en señal de que lo había hecho bien así como su superior que si gano su encuentro. Ahora él debía hacer lo posible por ganar para darle ventaja al equipo, sin embargo Ririka no había llegado
Con su casco protector ya puesto el joven se situó en medio de la pista frente a su oponente que parecía ser unos centímetros más alto. A la señal de uno de los árbitros dieron tres pasos para ejercer la debida reverencia para agradecer por la oportunidad de enfrentarse, para luego dar otros tres pasos hasta situarse en la linea blanca
Los movimientos de su contrincante era pulcros al igual que su postura al acucillarse mientras sostenía el shinai apuntando hacia el. Al recibir la señal ambos se levantaron recibieron una ola de aplausos por parte de los espectadores dándoles la libertad de comenzar a combatir
Tōjuro buscó aperturas e incluso estudió el con su mirada el espíritu de su oponente, sin embargo la fuerte mirada que tenía reflejada que su kisei no era débil, por lo que no podía emplear la técnica de Tobikomi-waza que consistía en atacar rápidamente sosteniendo su fuerza en su espíritu para crear una apertura
Por la fuerza y como el atacante tomaba una postura el joven comprendió que ya iba a recibir un ataque, por lo que decidió emplear la técnica de Harai-waza al no visualizar una brecha movió su shinai desde abajo para barrer con el contrario similar a un circulo para romper la postura contraria y obligándole a retroceder
— Nada mal, Rengoku —le elogió su contrincante con una sonrisa
— Lo mismo digo, Takigawa —le devolvió el joven orgulloso de que recordara su apellido pese a ser desconocidos hasta su encuentro
Los ojos dorados refulgían bajo el casco a la espera de un nuevo ataque o maniobra, debía reconocer que se estaba divirtiendo al tener un oponente con un espíritu y determinación fuertes. Pues se necesitaba bastante de aquello para impulsarte a seguir y tomar tus propias decisiones o al menos así también lo pensaba Tenma Uzui
— ¿Qué sucede Ririka? —inquirió soltando un suspiro de alivio cuando logró sacarla del salón y llevarle a un rincón del pasillo— ¿no dice el proverbio que si una mujer quiere algo, atravesara una montaña para obtenerlo?
— Ya lo sé, incluso yo estoy luchando por detener mis impulsos de irme —negó Ririka con el ceño fruncido
— ¡Oh! ¿Ósea que si estabas pensando en escapar señorita? —bromeó Uzui muy divertido por la situación— ni un kimono elegante o un peinado elaborado pueden detenerte ¿no?
— Quizás unos guardias o el hecho de que no tengo quien pueda llevarme —suspiró Ririka soltando el kanzashi que sostenía su cabello
— Ririka, te diré un proverbio al cual desde joven le he sido muy fiel —habló el hombre con una postura que reflejaba orgullo
— Si es algo con ser un Casanova y golpear a los reporteros no quiero saberlo —le cortó la joven desinteresada
— ¡No es eso! ¿Acaso eres Kazuyoshi? Porque sonaste como él justo ahora
— Bueno supongo que por algo somos hermanos...
— No es algo malo, sino más bien algo que deberías recordar a partir de ahora
"Si ya lo pensaste, atrévete; si ya te atreviste, no lo pienses"
— Desde que tengo memoria me ha gustado y siento que va conmigo, pero Ririka ahora mismo tu deseas hacer algo, ya lo pensaste así que solo debes atreverte y dar el paso
— Puedo darlo, pero ¿cómo llegaré a tiempo? —inquirió cabizbaja
— Hum y aquí es donde entra un buen tipo extravagante con un auto de último modelo —declaró Uzui sacando la llave de su auto y mostrándosela a la joven
— Uzui-san
— ¿Si?
— Hoy realmente eres increíble ¡gracias! —festejó Ririka tomando su mano antes de precipitarse hacia una de las salidas
"¡Espérame Tōjuro, definitivamente iré!"
— ¿Qué significa esa acción padre? —inquirió Senjuro al ver a los árbitros levantar las banderas blancas
— Significa que el último golpe de aquel tipo equivale también a un punto —le explicó Shinjuro sin quitar su mirada del combate— ahora ambos están empate
— Entonces quien logré un punto más...
— Ganará el encuentro —completó su antecesor
— No queda mucho tiempo para que el partido termine —observó Ruka— es probable que menos de un minuto y medio
— Aún así algo está preocupando a Tōjuro, sus movimientos se están volviendo lentos y parece ceder ante el espíritu de lucha de su oponente
— Desde hace ya algún tiempo Ani-ue tiene ese problema —recordó Senjuro al ver la figura de su hermano en la pista— cuando tiene un enfrentamiento con un oponente de espíritu o Kisei débil ganará, sin embargo si es lo contrario quedará en empate o perderá
— Una mirada o grito fuerte le hace perder su concentración y entorpecer sus acciones, es así desde ya casi cinco años... —pensó Shinjuro al recordar el accidente
¿Qué aquejada a Tōjuro en esos momentos? Ni el joven mismo lograba comprenderlo pues había iniciado bien, pero luego de que su oponente comenzara a ejercer presión y atacarle constantemente junto a aquellos cortos gritos para imponerse trayendo a su mente otros sonidos y fugaces imágenes que solo le confundían
— ¡Hi-yah! —volvió a gritar su oponente
"¡No, deténganse!"
— ¿Que..? —balbuceó confundido antes de reaccionar abruptamente y bloquear un nuevo ataque
Su respiración lucia agitada mientras sus manos parecían temblar levemente haciendo que se preocupara por si podría sostener con fuerza su shinai. De repente el equipo le resultaba pesado y el sudor que recorría su rostro hasta perderse por su barbilla le molestaba al igual que la mirada fría y burlesca de su oponente
"¡No lo lastimen!"
A la señal de uno de los árbitros ambos tomaron distancia pues ya quedaba menos de un minuto para que el enfrentamiento finalizara, por lo que si o si tendría que uno de los dos anotar un punto pues al no ser un torneo nacional no podían extenderles el tiempo. Tōjuro percibió que por la mirada arrogante de su oponente ya se declaraba victorioso
— ¡Espera Ririka, puedes caerte! —le alertó Uzui al verla correr apenas se bajó del auto
— ¡Incluso si me caigo no me importa, no puedo perder más tiempo Uzui-san! —declaró la joven remangando como podía las mandas del kimono mientras su cabello se movía de un lado a otro al correr sin pausa
Quizás el caro kimono terminaría hecho un desastre, remangar las mangas le restaría feminidad y arrugaría la fina tela. Dejar atrás su ornamento de cabello solo le haría ver despeinada y peor ahora que estaba corriendo logrando que el sudor poco a poco se hiciera presente pues incluso el sol comenzaba a salir derritiendo la escasa nieve
Nada de eso le importaba pues desde un principio no se consideraba una chica femenina, ya que solo había vivido agachando la cabeza y siguiendo las normas que le dictaban por temor a aquellas miradas llenas de odio, pero ahora no sentía que debía temerles más pues no se comparaban con las sonrisas de sus amigas y las personas que había conocido gracias a Tōjuro
Todas las sonrisas y momentos felices que el joven le había obsequiado sin esperar nada a cambio ¿alguna vez sería capaz de devolverle todo eso? Pero si se trataba de ese chico de cabellos rubios y mechones rojos a Ririka no le importaría estar en deuda con él por el resto de su vida ya que esa sonrisa llena de confianza era lo único que necesitaba
Al fin visualizó el gimnasio de un piso, pero la entrada principal lucia abarrotada de personas, por lo que pasar seria complicado, así que sin pensarlo dos veces se dirigió hacia las escaleras que conectaban con el primer piso mientras Uzui le seguía de cerca sin decir ni una palabra pues estaba muy interesada en ver que haría la joven
Ririka recuperó el aliento al finalmente estar arriba y a paso suave se dirigió hacia las barandas que le permitían ver el combate agradeciendo que allí no habían casi personas. Una vez sus manos tocaron el frío metal su mirada se centró en la pista reconociendo rápidamente a Tōjuro por los rubios cabellos y mechones rojos rebeldes que sobresalían de su casco, sin embargo un comentario a su lado la tensó
— A este paso ese chico Rengoku va a perder y eso que inició bien —se lamentó un hombre a su lado mientras su amigo asentía
— Es una lástima, parece que tiene el talento pero no el espíritu de pelea —negó— su técnica de "kiai" no es muy fuerte, por lo que no puede controlar su respiración adecuadamente al ejercer un ataque
— Está dudando —completó el hombre terminado de tomar su jugo— supongo que hasta aquí llegó
— No... —susurró la joven apretando la baranda con sus manos sintiéndose muy culpable por no llegar antes— ¡Tōjuro no es débil! —declaró captando la atención de ambos hombres
Uzui la observaba sin decir palabra al ver el esmeralda tan intenso que brillaba en sus ojos mientras el sonido de las espadas de bambú al chocar llegaban a sus oídos. El joven atleta no podía evitar preguntándose que haría ahora para darle a entender a ese chico que ella por fin había llegado y le estaba viendo pelear
— Ya es imposible cambiarlo —susurró Tenma para si mismo dando ya por hecho la derrota del "Búho"
La joven apretó los dientes con fuerza al igual que sus manos en la baranda al sentir tanta frustración por no poder hacer que Tōjuro se diera cuenta que ya estaba allí, sin embargo ¿con qué ojos él la vería? ¿Estaría enojado porque ella no llegó a tiempo? No, nada de eso importaba ahora pues solo deseaba que su voz llegara a él, si... ¡su voz!
"¡Tōjuro, no pierdas!"
Al escuchar la fuerte exclamación que Ririka había soltado Uzui se quedó estupefacto pues jamás esperó que ella reuniera el coraje para hacer eso, sin embargo la joven no se detuvo allí sino que volvió a gritar "¡Tú puedes vencerlo!" Sin vergüenza alguna pese a que ya todas las miradas estaban sobre ella y le exigían silencio
— Ririka... —susurró Tōjuro sintiendo una gran felicidad invadirle al escucharla logrando así controlar su agitada respiración y enfocarse— no debo dudar... ¡la nieve no rompe las ramas de un sauce! —se repitió agarrando su shinai con fuerza
— Vamos Rengoku —soltó su contrincante alzando su espada dando a entender que ya era el final— es momento de perder
— ¡No cederé! ¡Hyah! —gritó Tōjuro soltando un fuerte grito que hizo percibir finalmente su fuerte espíritu de pelea y determinación
A escasos segundos de que termine el enfrentamiento ambos tomaron fuerza para emplear su último movimiento. Todo el público se sumió en silencio a la espera de ver quien sería el vencedor. Los ojos verdes no se perdían ni un detalle sosteniendo sus manos juntas con fuerza ante de presenciar el último golpe y sonido de ambas espadas mientras los tres abiertos levantaban la bandera blanca en señal de un punto y así mismo el final de aquel partido...
¡Hola a todas! Siento que van a querer matarme por cortarles el capítulo justo aquí, de verdad perdón jsjsjs pero va a ser más emocionante si lo leen en el siguiente con la escena completa, no diré mucho al respecto pues deseo dejarlas con todo el hipe además Ririka querrá meterse en un hoyo luego de esto por lo que hizo jajaja
Att: Andysakurai15
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