Capítulo 24 Inevitable Suceso ꪜ
Es increíble como una persona puede comenzar a cambiar tu propia perspectiva de ver el mundo. Al principio Ririka pensaba que solo la familia como lo era su hermano mayor; Kazuyoshi y Tamaki representaban pequeñas luces que le brindaban color a ciertos momentos en su vida, y aún así aquellos ojos dorados con detalles en rojo eran brillantes y ardientes que todo a su alrededor parecía tornarse colorido
Los ojos verdes ya no veían el pasar de los días como algo monótono al igual que ver una repetición del cine Noir en blanco y negro, ya desde ese momento en que chocó con él, las hojas de Otoño se tornaron naranjas y amarillas, la llegada de la nieve era blanca mientras los pequeños muñecos de nieve se adornaban de piedras, bufandas y ramas secas dándoles una forma similar al hecho de tirarte sobre la nieve y formar un ángel
Ahora no faltaba mucho para que la nieve se retirara y la época de las flores llegara, Ririka no podía evitar preguntar ¿cómo se vería esa época para ella en sus ojos? En algún momento lo descubriría, pero en el presente en que puede ver la espalda de Tōjuro junto a su bufanda roja y cabellos rubios con mechones carmín deseaba seguir así, sintiendo la calidez que filtraba por sus manos unidas al caminar sin mirar atrás
"No eres nadie que pueda mandar en la vida y decisiones de Ririka"
— Gracias... —susurró captando la atención del joven que se detuvo para mirarla
— ¿Ririka? —le llamó Tōjuro volteando por completo y acercándose a ella— ¿qué sucede? ¡¿Acaso caminaba demasiado rápido?!
— Es raro, mis ojos queman por alguna razón —negó la joven levantando su verde mirada y revelando algunas lágrimas que en vano intentaba detener
— ¡¿Acaso algo te duele?! Aunque no es bueno andar corriendo en invierno... —el chico lucia algo nervioso al ver una situación en donde no sabía que hacer
— No, en realidad estoy muy feliz —confesó Ririka tomando nuevamente su mano— antes no lloraba y si lo hacia no sentía nada... pero hoy recordé que las lágrimas pueden ser cálidas aún en el frío invierno
— ¡Eso es porque Ririka es también una persona cálida! —le animó Tōjuro dandole unas palmaditas en la cabeza despeinándola— uno puede llorar cuando está feliz, enojado, triste o siente nostalgia... mientras vivamos de manera correcta y no nos alejemos podremos sentir el calor de nuestro corazón y nuestra propia existencia
— Tōjuro... —los ojos verdes reflejaban una fuerte comprensión mientras sus labios dibujaban una tímida sonrisa— definitivamente eres como las flamas que calientan a todos durante el frio invierno...
— ¿Yo? ¡Mi madre y hermano dicen que mi temperatura corporal es alta así que soy como una tetera!
— ¿Eh? ¿Tetera...? —Ririka debía confesar que le sorprendían las comparaciones de la familia Rengoku
— ¡Umu! ¡Casi no siento frío ni tampoco me resfrío!
— Mi hermano mayor es malo con el frío y eso que el también tiene la habilidad de congelar a las personas con sus palabras
— ¿Te refieres a alguien con una lengua afilada?
— Si, exactamente, aunque no es una mala persona
— ¡Mi padre es igual! ¡puede de vez en cuando decir cosas que duelen, pero tampoco es una mala persona!
— Hay personas que no solo dicen cosas crueles, sino que también no dudan en mover un dedo para lastimar a otros —negó la joven recordando la expresión de enojo y desafío que reflejaba Rikuto al dejarlo
— ¡Eso es verdad, pero por lo mismo aquellos que somos más fuertes debemos ayudarlos hasta que puedan dar el paso por si mismos! ¡Nacer siendo fuerte equivale a usarlo de manera correcta y ayudar a los demás a que su pequeño fuego también se encienda! —habló Tōjuro golpeando levemente con su puño su corazón
— Mi padre solía ser una persona así de amable —soltó Ririka con una sonrisa nostálgica— era alguien que aún siendo un heredero y cabeza de la familia deseaba con todo su corazón ser un soporte para aquellos que no tenían nada... si debía trabajar en la tierra lo hacia, si debía cargar a una abuela lo hacia, todo por ver las sonrisas de los demás
— ¡Suena a que era un gran padre!
— Si, y sé que Kazu-nii también aspira a ser alguien igual de bueno y capaz, pero a su propia manera —añadió la joven al recordar a su hermano desde pequeño observando a su padre y siempre preguntándole sobre sus viajes de ayuda— pero Tōjuro, también debes ser cuidadoso
— ¿Hum? ¿Por qué?
— El chico que vimos antes no es alguien que puedas tomar a la ligera porque si lo haces no sabrás cuando caiste en su juego
— ¡Hum...! —simuló pensar Tōjuro antes de mirar a la joven— no sé quien es, pero no pienso retirar mis palabras pues como dije no es nadie para controlar a Ririka, porque solo Ririka es quien puede decidir sobre su vida
— Debo agradecerte por eso —soltó Ririka— eso es algo que aún no puedo decir por mi misma...
— ¿Quién es exactamente ese joven? —inquirió— no parecía ser un amigo si la expresión de Ririka reflejaba malestar y cierto temor
— Eso... —los ojos verdes nuevamente se tiñeron de tristeza— se supone que era mi amigo más cercano, pero cuando conocí a alguien muy importante no dudó en herirlo...
— ¡¿Qué?! ¡Eso fue una acción muy baja de su parte!
— ¿Verdad? Pero también fue mi culpa, porque se supone que no debía salir y aún así hice todo lo que pude para ver esa sonrisa —negó Ririka pasando las mangas de su abrigo por su rostro en un intento de no volver a llorar
— Ririka...
— Yo nunca pude pedirle perdón por esa ocasión porque si lo veía era probable que se sintiera mal... después de todo terminó así porque aparecí en su vida sin medir mis acciones —era imposible detener las lágrimas cuando su voz también temblaba— si solo hubiera sido más fuerte... podría haber hecho más que solo llorar...
"Aunque esté frente a mi, él ya no me dirá Ruri..."
— De seguro él ya no recordará algo así, pero también es lo mejor para que pueda sonreír y seguir su vida
— ¡Eso no es cierto! —le cortó Tōjuro dejando caer su mano sobre la cabeza de la chica— escucha Ririka, cualquier momento es importante y valioso ¡los lazos de amistad verdaderos son aquellos que perduran por sobre todo!
— Si, supongo que es así... —susurró la joven dejando caer su cabeza sobre el pecho del chico
Tōjuro no se movió sino que se mantuvo quieto dandole cortas palmaditas en la espalda femenina, además de limpiar los pequeños rastros de nieve que comenzaban a acumularse en ellos. Los ojos verdes seguían mirando hacia el blanco suelo en donde caían las cálidas lágrimas pues era mejor a empapar el abrigo de su amigo, sin embargo daba gracias porque si bien ya no era como en el pasado, nuevamente estaban juntos
"Es verdad, los verdaderos lazos perduran sin importar los muros que se levanten"
— Hey, Tōjuro —habló Ririka— si me pongo a contar todos los recuerdos y sensaciones que me has dado, siento que nunca terminaría de agradecerte
— ¡Puedo decir lo mismo! ¡Junto a Ririka he conocido tantas cosas diferentes y visto nuevas facetas de ti misma!
— Aunque no soy nada interesante —negó la joven alzando su mirada hacia su amigo para sonreírle a través de las pocas lágrimas que mojaban sus largas pestañas— es extraño, pues no sé cuando es que comencé a sonreír tanto y anhelar verte...
La voz de Ririka no proyectaba temor o duda en sus palabras, con sus pequeñas manos en comparación a las de Tōjuro se aferraba al joven formando pequeños puños en su abrigo mientras sus profundos ojos verdes se conectaban con los dorados, que reflejaban sorpresa mientras un pequeño sonrojo se hacia presente en sus mejillas por tal confesión inesperada
— Es seguro que así como las flamas que mantienes en tu corazón definitivamente —añadió trazando con su dedo indice el corazón del joven— llegaste a mi, Tōjuro
"Oh, has llegado... quería verte"
Al escuchar la suave voz de Ririka también percibió un ligero susurro diferente que decía aquellas palabras, mientras la imagen rápida de una joven de espaldas de largos cabellos se hacia presente dejando de nuevo solo la mirada juvenil de su amiga. Ririka percibió la confusión que se manifestó en el chico llegando a preocuparle un poco
— ¿Tōjuro? —le llamó
— ¡Ririka, me siento feliz! —soltó el joven de repente sorprendiéndola— saber que poco a poco he podido hacer que Ririka sonría desde el fondo de su corazón ¡es un gran honor y recompensa!
— N...No es para tanto...
— ¡Hum...!
— ¿Qué sucede?
— ¡Pues hemos estado aquí un buen rato...! —respondió Tōjuro cruzándose de brazos
— Ciertamente, pero ¿qué hay de malo?
— ¡Hoy es un día normal de clases!
— Ah, es eso... —suspiró Ririka restandole importancia— ¿qué? Oh, no...
— ¡Ya vamos algo tarde, así que a correr Ririka! —soltó el joven tomando su mano con una sonrisa
Ese día la joven se convenció así misma de que debía salir a hacer ejercicio o trotar por el vecindario, pues si bien no era lenta corriendo, la velocidad de Tōjuro definitivamente era algo fuera de lo común, aunque haciendo memoria tanto Sumihiko como él son muy buenos corredores, por lo que ya era algún don nato de esos dos
— Creí que moriría... —pensó Ririka de pie en el pasillo, pues si había llegado tarde por cinco minutos
"¡Ririka no lo olvides, en dos días es mi competencia!"
— Dudo que pueda olvidar algo así —negó la joven soltando un suspiro
Por suerte no pasó mucho tiempo para que el profesor le permitiera pasar al salón aunque estaba segura que tenía que ver más su apellido que cualquier otra cosa. Durante el receso decidió reunirse con Shinobu y Kanae en uno de los patios traseros de la academia que contaba con bancas y no habría tantas estudiantes
— ¿Por qué llegaste tarde Ririka? —inquirió Shinobu con el ceño fruncido al ver a su amiga congelarse en su lugar por la pregunta
— Eso... podría decirse que me entretuve en el camino... —confesó Ririka apenada
— Ara, ara debió ser una distracción muy placentera para que estés sonrojándote —evidenció Kanae divertida
— Debes tener cuidado Ririka —le pidió Shinobu seria— ahora ese idiota celoso de Rikuto ha vuelto y es probable que quiera saber quienes son las personas con las que tienes lazos de amistad o algo más...
— Lo sé muy bien e incluso hoy lo vi hacer un movimiento —respondió la joven ganándose la atención de ambas chicas— estoy segura que en algún momento hará algo para molestarnos
— ¿Vas a dejarlo?
— Ahora aún sigo siendo débil y penosa —soltó Ririka cabizbaja— siempre me conformé con vivir en la sombra manteniendo a raya mis deseos, pero hoy Tōjuro dijo que nadie puede decidir sobre mi vida o mis decisiones, solo puedo hacerlo yo...
— Oh, aunque es tan alegre también ha tenido un lado serio... —la pelimorada no iba a admitirlo pero concordaba con el chico
— Esas palabras aún no puedo decirlas por mi misma, pero él lo hizo y no dejó de sonreír en ningún momento —recordó— por eso mi propia meta es tener la fuerza y coraje de decirle eso a Rikuto, pues ya es hora de terminar con esta relación falsa
— Ver a Riri-chan comenzar a cambiar desde el fondo de su corazón me hace muy feliz y pediré porque a partir de ahora puedas ser mucho más alegre sin tener que restringirte —habló Kanae abrazando a su kohai
Ririka sentía que podría llorar en cualquier momento al ver la alegría en los rostros de sus amigas. Realmente desea poder ir cambiando esa faceta oscura de ella y comenzar a demostrar como era realmente, así como Tōjuro lo era. El joven de cabellos rubios con mechones rojos totalmente ajeno a sus pensamientos dormía sobre su pupitre
Sumihiko le observaba bastante curioso al notar como su amigo sonreía plácidamente mientras susurraba algo que él no llegaba a comprender. Le resultaba gracioso que fuera Tōjuro quien estuviera durmiendo cuando él era siempre el primero en querer dormir durante el receso ¿acaso hoy era el día opuesto u algo similar?
— Hum... —balbuceó Tōjuro volviendo a sonreír
"¿Qué ha de estar soñando?"
El escenario que se dibujaba ante los ojos de Tōjuro era antiguo llevándole a la misma casa tradicional de antes, mientras de fondo se escuchaba una suave melodía, por lo que bastante curioso fue a ver de que se trataba llegando así al Dojo del lugar en donde una mujer de largo cabello rojo tocaba un instrumento
Frente a ella residía una hermosa mujer de largo cabello que no sabía si era de un tono verde agua claro o solo sería un efecto por los rayos del sol que se filtraban, pero sus movimientos al seguir el ritmo de la melodía eran suaves y hermosos haciendo que sus deseos de ver su rostro comenzaran a crecer, pero pronto una pequeña figura se hizo presente en el lugar captando la atención de la mujer
Al verla mejor Tōjuro notó que era una niña que llevaba un tono de color verde similar a esa persona, sin embargo tampoco podía ver su rostro pero si pudo percibir un atisbo de una pequeña sonrisa en aquella mujer, quien parecía estar apenada al mirar en su dirección mientras otra mujer de cabellos blancos también se hacia presente
"Cielos, ¿me estuviste viendo todo este tiempo?"
Otra vez aquella voz que había percibido al hablar con Ririka se hizo presente en sus oídos siendo que antes había decido ignorar aquel suceso, pues solo lo confundía y no deseaba preocupar a su amiga, pero ahora era imposible no sentir curiosidad por aquella forma femenina con rasgos finos, pero de fuerte espíritu al mismo tiempo
— Tōjuro-kun ¿cuánto planeas seguir durmiendo? —escuchó que le hablaron haciéndole despertar rápidamente— oh, bienvenido
— ¡Sumihiko! ¿qué sucedió?
— Pues no falta mucho para que el receso terminé así que decidí despertarte
— ¡Hum...!
— ¿Qué sucede?
— ¡¡Acabo de recordar que no comí nada!! —sentenció con gran seriedad que Sumihiko solo dejó escapar un suspiro de resignación
— Ya lo harás en el próximo receso
— ¡¡No sé si aguantaré!!
— Por cierto Tōjuro-kun ¿tuviste un buen sueño? —le cuestionó con una sonrisa
— ¿Umu, buen sueño? ¿Por qué dices eso?
— Te vi mientras dormías, parecías estar susurrando algo mientras sonreías muy feliz
— ¡Ah, eso! A decir verdad desde hace un corto tiempo he comenzado a tener sueños un tanto... curiosos
— ¿Curiosos?
— ¡Umu! Dentro de mis sueños la figura más clara es una joven de largo cabello como de un tono verde... sin embargo no he sido capaz de ver su rostro, al menos no por completo, pero tiene una sonrisa suave que me hace sentir muy feliz como si estuviera en casa... —confesó Tōjuro apenado
— Hum, una chica ¿eh? —Sumihiko lucia muy serio— esto solo puede ser...
— ¿Qué cosa?
— Tōjuro-kun no sueles interesarte en las chicas a diferencia de nuestros compañeros pues el Kendo es lo primordial para ti, pero en tus sueños esa chica si te importa e incluso te hace sentir cosas ¡es algo diferente!
— ¿Tú crees? —al joven le daba pena confesar que no solo le daba curiosidad la chica pues también le producía deseos de abrazarla y hablarle— solo son sueños
— No, tal vez en tus sueños estás reflejando el tipo de chica que te gusta
— Hum, pues me agrada el tono de su voz, sus movimientos y como parece tener un fuerte espíritu, mientras es cálida con quienes residen a su alrededor —recordó Tōjuro basándose en las cosas que había visto en sus sueños
— ¡Definitivamente ella debe representar tu tipo ideal de chica!
— ¡Ya veo! ¡Pues es interesante!
— Silencio ustedes dos o los sacaré de mi clase —declaró el profesor que acababa de llegar sorprendiéndolos
— Si... —respondieron ambos
Ririka volvió rápidamente a casa después de clases pues Kazuyoshi le había dicho que deseaba hablar con ella sobre unos asuntos con respecto a la ceremonia de bienvenida que tendría su tío, aunque siendo sinceros a ella no le molestaría para nada que la dejaran fuera, sin embargo todo iba tomando un rumbo diferente desde que se dio a conocer al mundo tan abruptamente
— Supongo que es inevitable —suspiró resignada entrando a su hogar en silencio— Tamaki, ya llegué...
— ¡Ah, Ririka-sama! —soltó la mujer nerviosa mientras le daba la espalda— bienvenida...
— Tamaki ¿qué sucede? —le cuestionó acercándose, más la mujer solo se alejó hasta tomar algo de un pequeño aparador de la sala
— N...No es nada, solo estaba... limpiando —respondió comenzando a colocarse algo
— No puede ser... ¿estabas sin tu máscara? —inquirió Ririka muy curiosa— Tamaki, siempre me lo he preguntado, pero ¿por qué no puedo ver tu rostro después de tanto tiempo?
— Porque esa es la regla Ririka-sama —soltó la mujer volteando ya con su mascara puesta— nosotros solo estamos aquí para servir, por lo que nuestras identidades no son importantes
— Aún así llevamos juntas desde que tengo memoria, por eso quisiera conocer el rostro de la persona que tanto tiempo se ocupó de mi
— Eso no es posible Rurisante —le interrumpió Kazuyoshi dandole un ligero golpecito en la cabeza con unos papeles— debes respetar la decisión de Tamaki
— ¿Kazu-nii nunca has tenido curiosidad por ver su rostro?
— Por supuesto, pero luego de conocer a fondo la situación de aquellos que sirven a la familia Yamamotoyama creo que lo mínimo que puedo hacer es respetar sus decisiones —sentenció el joven dando por finalizado aquel tema
Ririka no podía discutir sobre ese tema, pues ella no conocía cual era precisamente la razón por la que todos usaran máscaras, sacando así conclusiones por si misma a lo largo de los años a diferencia de su hermano mayor que si parecía conocer y estar al tanto de la situación y como no deseaba poner a Tamaki en una situación incómoda por su curiosidad decidió rendirse en eso pues debía saber respetar las decisiones de otros
— Vine por esto —habló Kazuyoshi depositando en la mesa la invitación a la recepción por la bienvenida de su tío— como ya debes saber a partir de ahora comenzarás a participar en estos eventos, aunque detesto la idea de que el primero sea el de este tipo
— Es inevitable ya que no puedo estar siempre huyendo y escondiéndome de él —negó Ririka con una sonrisa apenada al ver los ojos tristes de su hermano mayor— definitivamente estaré bien
— Gracias guisante, eso me deja más tranquilo
— ¡Que no soy un guisante!
— Oh, ten cuidado —le pidió Kazuyoshi al ver como la carta y algunos papeles terminaron en el suelo
— Descuida, ya lo recojo —negó la joven acuclillándose para tomarlos en orden
Los ojos verdes seguían su camino en la recolección de papeles hasta finalmente llegar a la fina carta de invitación elaborada por la familia Yamamotoyama bajo la dirección de Kazuyoshi, sin embargo al leer los detalles que se podían apreciar en la parte trasera del sobre hizo que su mirada se tornara de sorprendida a triste, pues antes de darse cuenta había terminado entre la espada y la pared
— ¿Ririka? —Kazuyoshi lucia preocupado por su repentino silencio
— No puede ser... —negó la joven cabizbaja apretando ligeramente entre sus manos aquel sobre— aún si es inevitable.... Esto es demasiado injusto
¡Hola a todos! Nuevo capítulo uwu no diré mucho pues poco a poco nos vamos acercando a todo el meollo del asunto y va a estar fuerte ;-; espero que hasta entonces Ririka sea más fuerte y pueda decir las cosas que siente por si misma así como es segura y directa con Tōjuro mientras que nuestros jovencito se anda en sueños... ¿será que las palabras de Sumihiko llegan a afectar en algo? Aunque pues ustedes como lectoras saben la identidad de la mujer que aparece en sus sueños a diferencia de ellos jejeje
Att: Andysakurai15
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