Capítulo 23 Advertencias y Respuestas ꪜ

Los ojos verdes reflejaban algo de molestia mientras golpeteaba ligeramente con sus dedos una libreta negra que incluida parte de su agenda. Ya estaba acostumbrado a estar ocupado, pero esto era demasiado y todo por la llegada de una persona desagradable y que no valía la pena tanto esfuerzo o en este caso que él se esforzara por esto

"Tanto ruido por un desgraciado"

— ¡Oya! vengo a saludar a mi querido amigo y resulta que la señora de la cafetería tiene mejor cara que él —bromeó Uzui llegando con dos "Milkshake"

— ¿Es de oreo? —inquirió el joven con una ceja alzada

— ¿Crees que no te conozco lo suficiente? —Uzui parecía ofendido por la pregunta

— No siempre me puedo fiar de tu cerebro "extravagante"

— Si sigues así te cobraré la bebida —le amenazó el atleta dejandose caer en un sillón cercano— ¿se puede saber porque te cargas esa cara de amargado?

— ¿Por qué? —inquirieron los ojos verdes reflejando cinismo— pues un idiota regresó a la mansión para ponerme presión haciendo que yo sea el organizador de su ridícula fiesta de bienvenida

— No te compliques Kazuyoshi —negó Uzui dandole una probada a su bebida divertido— solo has que tenga la decoración de una quinceañera, créeme el tipo te va a agradecer tanto que ni más te tomará como organizador de eventos

— Tentadora idea, pero no puedo dejar en ridículo a quien por desgracia porta el apellido de la familia —suspiró el joven dándose golpecitos en la frente— y por otro lado está mi abuela que conforme pasa el tiempo siento que la vejez le está afectando

— ¿Ya olvida a que hora son sus pastillas?

— Hum, creo que el dinero se le subió a la cabeza

— Descuida Barney le enseña a ser buena con los demás

— Si vas a ser tu quien se disfrace de ese dinosaurio te lo encargo

— Yo lidio con señoritas, no con pasas —le cortó Uzui con una expresión seca— si me encargas a Ririka, yo-

— Denegado, primero me voy a la guerra

— Que extremista eres ¿no crees?

— Sé identificar el peligro y tu eres uno alto en la vida de mi hermana menor

— ¿Aún cuando la ayude a salir al público?

— En parte le diste una salida, pero también tuvo un precio —acotó Kazuyoshi viendo la galleta de oreo nadar en la leche con chocolate— antes ella podía pasar desapercibida e ir a donde quisiera, ahora debe tener cuidado con los periodistas y las cámaras

— Oh, el precio de la fama ¿eh?

— Algo que si bien Ririka no pidió, era necesario que se hiciera

— ¿Qué te dijo entonces tu abuela que te preocupa tanto?

— Puras tonterías, no tiene sentido —se limitó a responder el pelinegro

— ¿Qué tal tu navidad con Ririka? —inquirió Uzui tratando de cambiar el tema

— No me lo recuerdes...

— ¿Sucedió algo?

— Ese día no pude estar temprano pues mi abuela me mandó a llamar, pero cuando llegue Ririka no estaba —negó Kazuyoshi soltando un suspiro

— ¿Planes con sus amigos?

— No, fue a darle un regalo a un búho con complejo de bebida energizante

— ¿Ah? ¿De qué me hablas?

— ¿Acaso no lo entiendes? ¡Como Casanova que eres me decepcionas!

— Hum, espera... ¿hablamos de un chico?

— No, de un búho

— ¡Sé claro!

— Para mi las existencias que están interesadas en mi hermana son algún tipo de animal —confesó el joven dejando mudo a su amigo

— Mejor ni pregunto que tipo de animal consideras que tu mejor amigo es...

— ¿Tengo un mejor amigo?

— ...Si no fuera porque eres un buen tipo en el fondo ya te habría estampado el milkshake en la cara

— Uzui, no sabía que veías muchas telenovelas

— En resumen tu linda hermanita al ver que tu no estabas decidió irse a darle un regalo a un muchacho que a tus ojos es un simple búho demasiado enérgico ¿no?

— Oh, si has tenido algo de sentido común en ese cerebro extravagante —aplaudió Kazuyoshi

— ¡Deja de ser tan molesto o te quito el milkshake!

— Tocas mi milkshake y llamo a los guardias

— A veces olvido que aún eres un chiquillo...

— Entonces Ririka tiene un interés... —soltó el peliblanco con una gran sonrisa— me interesa mucho saber que tipo de chico captó su atención, pero... ¡jajajajajaja! ¡¡Te dejó tirado por irse a darle un regalo a otro!! ¡¡Muy bien Ririka, eso es una plantada extravagante!!

— ...

— No te enojes, tarde o temprano ella tiene que probar esas cosas

— No quiero que la lastimen, eso es todo

— Aw, en el fondo adoras a tu hermanita

— Es solo un guisante feo

— Y lo que dijo tu abuela... ¿afecta en algo a Ririka? —cuestionó Uzui con una mirada seria

— No lo creo...

Kazuyoshi miró a su amigo a la espera de algún comentario al respecto, realmente confiaba en él pero no deseaba compartir cosas tontas que su abuela le había contado como supuesto heredero que iba a ser. Esto solo aumentaba su impaciencia de poder ver aquel testamento que dejó su padre al morir

Uzui por su parte le recomendó que se calmara e hiciera todo lo más pronto posible para quitarse esa responsabilidad de encima e ignorar las tonterías que podría decir la "pasa" viendo que su tiempo no era mucho, pues tenía una practica en su asociación decidió marcharse, no sin antes darle un apretón en el hombro en forma de apoyo a su amigo

Los ojos verdes le vieron marchar hasta que la puerta se cerró dejándole solo de nuevo en esa gran oficina. El joven en ciertas ocasiones no podía evitar sentirse ofuscado de ese ambiente, pero le calmaba saber que al final de todo eso, siempre había una recompensa y eso era la sonrisa de su hermana menor

Ahora más que nunca debía estar atento, pues contaba con dos personas que estaban por encima de él dentro de su familia. Rikuto era un problema que podía arreglar con un solo chasquido de sus dedos, pero lo demás era complicado, incluso para él en su posición de heredero, sin embargo la charla de aquel día solo le confundía aún más

— Kazuyoshi, mi querido nieto —habló la mujer mayor tocando su rostro con afecto

— Un gusto saludarle hoy abuela, pero ¿por qué tenía la urgencia de verme hoy? —le cuestionó curioso y algo impaciente

— Quería hablarte de algo... —confesó la mujer observándolo fijamente— es una tradición que se tiene dentro de la familia, así que también tuve esta conversación con tu padre

— Ya veo, si es así puede decírmelo

— Eres algo impaciente como tu padre, realmente son tan parecidos ustedes dos...

— Me lo dicen mucho, sin embargo tengo los ojos de mi madre —añadió con una sonrisa de orgullo

— El motivo por el cual te llamé aquí —soltó cambiando de tema como de costumbre— es porque hoy que la nieve está cayendo y es un día en que se dan regalos, la familia Yamamotoyama recibió un gran regalo

— ¿Un gran regalo?

— Si, así es —le confirmó la mujer sentándose en su escritorio mientras tomaba entre sus manos una delicada y fina pluma dorada— lo recibimos hace ya casi doscientos años y se ha ido pasando a cada heredero

— Hum, entonces no es algo de la cual todo el mundo tenga conocimiento

— Claro que no —negó con una sonrisa mientras sacaba una libreta y comenzaba a escribir— es tan valioso que no podemos permitir que otros se enteren

— Abuela ¿qué estás escribiendo?

— Hum... nada importante —respondió tomando una pequeña campana la cual hizo sonar dos veces

Kazuyoshi intuyó que había mandado a llamar a alguien. La puerta se abrió revelando a una mujer de largos cabellos rojos, sin embargo su vestido era totalmente negro al igual que sombrero. El joven no comprendió porque alguien estaría vestido así en una época tan alegre como la navidad

La mujer no dijo nada sino que pasó a su lado dejando una extraña sensación en el. Era un sentimiento tan desgarrador que no tardó en recorrer su espalda produciéndole un escalofrío. Los ojos verdes la observaban con desconfianza, pues aún recordaba esa sensación que percibió el día de la muerte de su padre

— Abuela ¿puedo preguntar quien es esta persona? —cuestionó al ver a la mujer con una expresión neutral de pie a un lado de su abuela

— Oh, ella —habló la anciana observándola de reojo— es solo una conocida que tiene cosas interesantes por decir ¿no es así, Annistyn?

— Las palabras mueren en los labios de una persona al decirlas —habló la pelirroja con un tono neutral— no puede ser interesante si va a terminar perdiéndose y muriendo

— Oh, que interesante... —soltó Kazuyoshi con evidente sarcasmo

— Annistyn ¿lo qué dijiste antes es cierto? —inquirió la abuela con una sonrisa

— Es algo que pasara, pero depende de si se va a completar o no —negó

— Bueno, no perdemos nada invirtiendo en esto

— ¿Un nuevo negocio?

— Algo así querido —le confirmo la mujer sacando un bordado— eso es todo Annistyn, puedes retirarte

— Si, como usted diga

Kazuyoshi vio marchar a la mujer a paso lento antes de abandonar la habitación. Debía confesar que su presencia única había captado su atención y no de una manera muy positiva, pues estar parada a su lado hacia que solo te dieran escalofríos, al igual que sus palabras secas y frías pues no percibía emoción alguna en ellas

— Como te decía Kazuyoshi, este regalo es lo que hace tan importante a la familia Yamamotoyama, nos da el poder de influir en la vida de otros

— ¿Qué clase de regalo es?

— Eso lo sabrás el día en que tomes mi lugar, en ese momento te revelaré toda la verdad para que puedas ser un buen heredero como lo fue tu padre

"Un poder que puede influenciar en la vida de otros"

El joven no dejaba de darle vueltas a aquella frase que había pronunciado su abuela, si bien no le había revelado cual era el regalo, no necesitaba darle muchas vueltas para adivinar que se trataba uno del negocio y la historia familiar, así como todos los lazos que han formado con el pasar de las generaciones

El dichoso poder del que su abuela le hablaba era aquel que la familia Yamamotoyama había construido desde sus primeros años de influencia. El dinero y las conexiones eran lo que lograba mover e influir en la vida de otros, así que si sabías aprovecharlo, bien te ganabas la vida o te quedabas sin nada

Y gracias al dinero y estatus de la familia es que su abuela podía tener en sus manos una pluma tan elegante que bien podría ser bañada en oro o era totalmente de este material lujoso. Si bien desde joven lo ha tenido todo, también le enseñaron que debía esforzarse y trabajar por ello para obtener algo, aunque sus circunstancias seguían siendo diferentes

Odiaba ser llamado "niño rico" y que la gente siempre se formara una mala imagen de él, pero al final se dio cuenta que si su hermanita y nana como amigos creían en él era suficiente para seguir adelante, por eso viviría su vida de la misma forma que los demás sin necesidad de bañarse en lujos que al morir no iba a llevarse 

"Espero Ririka lo esté haciendo bien"

Sus pensamientos seguían enfocados en su hermana menor pues se preocupaba mucho por ella. Un ligero estornudo se hizo presente y Ririka solo pudo negar creyendo que era un tipo de alergia mañanera, pero al menos agradecía que ese día las clases comenzaran más tarde, pues pronto serían las vacaciones de invierno.

Aún así la nieve parecía que pronto comenzaría a derretirse dandole un poco de pena por los pocos muñecos de nieve deformes que encontró en el camino, sin embargo toda su tranquilidad se esfumó cuando llegó a la zona del parque en donde hace dos días se vio con Tōjuro para entregarle la bufanda.

Los ojos verdes comenzaron a brillar antes de que el color carmín se hiciera presente en sus mejillas. Ririka acomodó su bufanda mientras hundía parte de su rostro en ella tratando de ocultar su vergüenza al ver como ese recuerdo la invadía a cada momento, pero no podía negar que había sido uno de los momentos más especiales en su corta vida

— No es justo... —negó soltando un suspiro que pronto se formó en una blanca nube— Tōjuro es tan brillante que no puedo controlarme

Siguió caminando sosteniendo con una de sus manos el colgante que su amigo le había obsequiado con tanto cariño. Su único consuelo fue que Tōjuro también se sorprendió por su repentina cercanía y le pidió disculpas, sin embargo enseguida añadió que no se arrepentía de sus acciones pues en serio deseaba abrazarla

¡¿Acaso eres un príncipe?!

Todo lo que el joven de cabellos rubios decía le emocionaba y hacia feliz, por alguna razón sentía que todo lo que él dijera era totalmente sincero. No le molestó para nada el gesto, pues sentía que Tōjuro la percibía como una hermana menor a la cual cuidar y sacar de la jaula en donde había crecido para enseñarle que el mundo es más colorido

Ririka pronto recordó que para volver a casa hace dos días tuvo que tomar un camino diferente pues cuando volvía en compañía de Tōjuro un gran tumulto de gente estaba reunido en un cruce, por lo que debieron evitarlos y hoy por precaución había hecho lo mismo, pero había algo que le preocupaba

Ese día al llegar a casa todo estuvo normal, sin embargo cuando todos estaban viendo las noticias juntos, Ririka descubrió porque el tumulto de gente en esa tarde. En aquella intersección que ella debió haber pasado para ir a ver a Tōjuro, pero al final no lo hizo pues la mujer que conoció le atrasó, así que tuvo que acortar camino, ocurrió un accidente no mucho antes de que ella se despidiera

Al principio no le dio muchas vueltas, pero luego al recordar que había visto la hora y así mismo registraron una hora aproximada del choque ambas coincidían bastante, por lo que si ella no hubiera sido detenida por aquella mujer llamada Nadora ¿quizás se hubiera visto envuelta en aquel accidente de tránsito? Aunque solo era una corazonada

Le resultaba extraño que hubiera un accidente de repente cerca de donde ellos vivían e incluso Kazuyoshi le pidió evitar los lugares poco concurridos al igual que las grandes calles. La joven suspiro al ir comprendiendo el precio que se volvía ser reconocida por el público de repente, pero no podía ir más allá pues ella no había estado en la escena

El conductor lamentablemente quedó muy herido, y fue extraño pues la calle estaba limpia así las llantas no podían resbalar en la nieve o algún charco congelado. No había neblina y el hombre estaba totalmente limpio y sobrio y aún así perdió el control del camión y terminó estrellándose contra uno de los postes

"No creo que sea una coincidencia si se trata de mi familia"

Sabía perfectamente que su hermano mayor pensaba igual y por eso mismo le pedía ser cuidadosa. Por el momento solo podía hacer eso, así que se decidió por apartar aquellos pensamientos y enfocarse en lo que tenía por delante. Acomodando algunos mechones rebeldes de su cabello, los ojos verdes pronto visualizaron a un pequeño correr fuera de una grandes paredes coloridas

Al verlo mas fijamente venir hacia ella corriendo y al analizar sus ropas, la joven no dudó en moverse y atrapar al pequeño del brazo. Poco a poco al ver que no ofreció resistencia Ririka aprovechó para acuclillarse a su altura y hablarle, pues no deseaba asustarle ni nada por el estilo, ya que el menor se veía algo temeroso 

— ¿Eres un niño de aquel jardín verdad? —le cuestionó a lo que el pequeño asintió— no deseo hacerte ningún daño, pero no está bien que salgas de allí sin tus padres, pues solo les darás problemas a tus maestros

— Lo siento, solo quería pasear...

— ¡Akito! ¿Dónde estás? —habló una voz masculina evidentemente preocupada

Ririka solo alzó la mirada para ver ante ella un gran delantal rosa con flores, sin embargo a duras penas si alcanzaba a ver su estómago. Con cuidado se fue levantando y aún así tuvo que alzar su cuello para poder contemplar al alto hombre que se encontraba frente a ella, pero por su vestimenta pudo intuir que era un profesor de allí y conocía al niño

"Esta persona es... demasiado alta"

— ¡Oh, lo siento! ¿Akito le dio problemas? —le cuestionó el hombre apenado— soy profesor de la guardería, mi nombre es Himejima

— Ah... ¡no! Lo vi salir y decidí detenerlo al no ver a sus padres cerca —confesó Ririka empujando levemente al menor para que fuera con su maestro— un gusto conocerle Himejima-san, soy Ririka

"No, no debí decir mi nombre"

— Si mi vista no me falla eres la hija de la famosa modelo Tsubasa ¿verdad? —le cuestionó con una amable sonrisa

— Hum, si... —confesó Ririka pues tenía debilidad por este tipo de personas que trabajan con niños

— Debería andar con cuidado, pues todo el mundo está muy curioso por usted señorita Yamamotoyama —le aconsejó el hombre

— Lo siento, fui descuidada...

— ¿Ara? ¡Himejima-san, buenos días! —les saludó una voz femenina

Ririka volteó levemente solo para ver a una mujer joven que llevaba dos coches con dos pequeños que parecían tener un año de edad. Al verlos pudo decir que también debían ser gemelos, pues se parecían mucho siendo solo una diferencia el patrón de sus ropas. Himejima se acercó a la mujer a saludarla al igual que a los pequeños

— ¿Y esta jovencita...? —inquirió la mujer dirigiendo su mirada hacia ella

— Oh, ella detuvo a Akito de ir a hacer travesuras —negó Himejima soltando un suspiro— ¿hoy se van a quedar Muichiro y Yuichiro?

— Si, tengo que ir a hacer unos mandados pendientes y mi esposo llegara tarde hoy

— Lo entiendo, descuide que aquí los cuidaremos

— Muchas gracias, pasaré por ellos más tarde —le prometió la mujer con una sonrisa antes de hacer una reverencia de despedida tanto para el como para Ririka— tengan buena tarde y un gusto conocerla

— Si, igualmente...

"Aunque no dijo su nombre"

— Vamos Akito, hay que regresar y también llevar a los gemelos

El pequeño parecía algo molesto de ver que Himejima les prestara atención a los gemelos, por lo se agarró de la falda de Ririka en un ademán de que no iba a soltarla. La joven no tuvo más opción que ir a la guardería con el pequeño para así poder irse a su academia y gracias a la profesora de allí pudo lograrlo

— Lo siento por todas las molestias —se disculpó la chica muy apenada

— No, no se preocupe por eso —negó Ririka al verla así

— Akito es muy impulsivo y curioso, siempre anda queriendo irse a pasear por ahí solo

— Ya veo, así somos todos de niños —sonrió la joven al ver la expresión orgullosa del menor— bueno yo ya debo retirarme, con su permiso...

Ririka se despidió así de ambos, aunque no pudo hacerlo de Himejima, pues los gemelos comenzaron a llorar y tuvo que ir a prepararles su comida como atender a la fila de pequeños que le seguían. Dio una mirada a su reloj de mano y vio que aún podía llegar bien si se apresuraba y agradecía al invierno, pues no todos los reporteros parecían dispuestos a esperarla bajo la nieve y el frío

— ¡Ah, Ririka! —con solo escuchar esa voz la joven se congeló en su lugar

"¿Acaso es la mañana en la que me encuentro con todos?"

— ¿Qué haces por aquí? ¿No llegaras tarde a la academia? —el joven de cabellos rubios portaba una sonrisa muy alegre mientras se acomodaba su bufanda roja

— Ah... —balbuceó Ririka nerviosa por tan linda imagen— B..Buenos días, Tōjuro...

— ¡Umu! ¡Buenos días!

— ¿Qué haces por aquí?

— Toko y Sumihiko dijeron que estabas demorando así que ¡vine a buscarte!

— Oh, es cierto... —había olvidado por completo que iría en compañía de todos

— Entonces ¿vamos? —inquirió extendiendo su mano para que ella la tomara

— S...Si —respondió la peliverde sin embargo un ruido repentino de un auto al frenar terminó por interrumpirles

Tōjuro y Ririka miraron hacia la calle en donde un auto lujoso se había estacionado. La joven apretó su mano en un puño y la bajó antes de encarar a quien sea que fuera a bajarse. Primero descendió un mayordomo para abrir la puerta y revelar a un joven de cabellos rubios y profundos ojos claros.

Los ojos verdes se tornaron más oscuros de lo normal y reflejaban evidente molestia. El recién llegado por su parte cruzó en compañía de su empleado hasta situarse frente a ambos jóvenes, sin embargo a diferencia de Ririka para Tōjuro era un desconocido que de cierta forma por su forma de caminar y expresiones no le daba confianza

— Es bueno saludarte por la mañana Ririka —habló el joven con una sonrisa cortés

— Era buena hasta que un auto excesivamente ruidoso se hiciera presente, Rikuto —le devolvió la joven cruzándose de brazos

— Quizás sea porque el invierno aún no finaliza que te noto tan fría

— Ririka ¿le conoces? —inquirió Tōjuro esta vez ganando la atención de ambos

— Un conocido de la familia

— Mejor amigo querrás decir —le corrigió Rikuto

— No tengo ese tipo de trato con usted

Ririka decidió ignorarle y seguir caminando, sin embargo Tōjuro se quedó en su lugar al ver la profunda mirada de molestia y burla que le regala aquel desconocido. Rikuto por su parte se acercó aún más antes de ofrecer su mano en un gesto de saludo. Los ojos dorados con detalles en rojo se tornaron más serios al tomar aquella mano

El joven desconocido sonrió al estrechar su mano, antes de apretarla ligeramente y acercarse pues Tōjuro notó que intentó jalar de él, pero al parecer su condición física no era la misma que la suya ¿tal vez porque solo pasaba entrenando? Aún así no se inmutó para nada ante la fría mirado que aquel chico le ofreció 

— Un gusto conocerte Rengoku Tōjuro y de todo corazón espero conozcas tu lugar y puedas alejarte de Ririka —soltó Rikuto sin dudarlo

— Rikuto ¿qué le estás diciendo? —inquirió la joven acercándose a ellos al ver que Tōjuro no la seguía

— Solo me gusta ser claro desde el primer momento

— ¡Considero que es algo bueno! —le devolvió Tōjuro serio— ¡sin embargo! Mi amistad con Ririka es algo que evidentemente no es de su incumbencia

— ¿Oh? Intentando actuar genial frente a una chica —se le burló Rikuto— no me parece bien que tu aparente amistad incluya que la tomes de la mano o incluso la abraces —añadió con una expresión seca— no eres su novio, solo un amigo más

Aquellas palabras golpearon fuertemente en Tōjuro, sin embargo era totalmente cierto. Sus acciones siempre se habían visto impulsadas por extraños sentimientos que habían explotado a ver una faceta diferente de Ririka, pero tampoco era algo de lo que se arrepentía, ya que cada momento a su lado le hacia feliz

— Ririka no es cualquier chica, es hija de una gran familia

— ¡Eso no tiene nada que ver! —negó la joven molesta alejando a Rikuto— mis amistades son mi propio problema y tu eres la persona menos indicada para decirme que debo hacer

— Tu amigo tiene razón Ririka —habló Tōjuro sorprendiéndola— yo siempre debo respetarte como la amiga que eres... ¡pero! ¡Definitivamente no me alejaré de Ririka ni dejaré su amistad a no ser que ella misma lo desee!

— ¿Ah? —masculló Rikuto reflejando su molestia

— Tōjuro...

— Tomaré tus palabras como un recordatorio de mis acciones, pero lo demás voy a ignorarlo porque tu no eres nadie que pueda mandar en la vida y decisiones de Ririka —sentenció el joven con una sonrisa llena de confianza antes de tomar la mano de la joven y llevársela

Ririka estaba totalmente sorprendida, pero al recordar sus palabras llenas de seguridad no pudo evitar sonreír, mientras apretaba ligeramente aquella mano cálida sin mirar ni una sola vez atrás. Rikuto se quedó de pie allí en silencio, mientras la vergüenza e indignación le carcomían por dentro haciéndole jurar que no olvidaría ese día para nada

"Rengoku Tōjuro... voy a destruirte"




¡Hola a todas! Me disculpo por la demora pero mis supuestas vacaciones se terminaron extendiendo por Doña pereza U-U lo bueno es que ya retomé y estoy avanzando pues siento que se vienen muchas cosas buenas a partir de ahora jejeje La abuela de Kazuyoshi cada vez me da más miedo al igual que el supuesto tío que le anda dando dolores de al pobre hermano mayor ¿debería seguir el consejo de Uzui y prepararle una quinceañera? Por otro lado ¡vimos a Himejima y los gemelos Mui y Yui! Fue breve, más poco a poco irán apareciendo uwu ¡Tōjuro y Rikuto se reunieron! Pobre Ririka se le vienen muchos dolores de cabeza, pero el querido solecito va a dar lo mejor de si para animarla

Att: Andysakurai15 

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